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Alcanzando la plenitud del hogar

Por: Apóstol Sergio Enríquez


Publicado el 24 de agosto del 2009

Debemos dirigir nuestra mirada hacia la búsqueda de obtener la plenitud de aquello para lo cual El Señor nos alcanzó;
como el Apóstol Pablo decía que su anhelo era alcanzar aquello para lo cual él había sido alcanzado. Dentro de éstas
bendiciones que Dios nos dio existe una que se llama familia y Dios quiere que todos tengamos y seamos parte de ella,
si por algún motivo fallamos o por alguna otra circunstancia dejamos de tener familia, Dios permite que la misma Iglesia
se convierta en nuestra familia con el propósito que nadie se sienta despreciado y desechado. Cuando el Apóstol Pablo
le hablaba a algunos discípulos les decía: "a la Iglesia que está en su casa", es posible que esto se diera porque algunas
personas permitían que en su casa se desarrollara algún culto, pero debemos ver que el lenguaje simbólico nos da
entender que la casa misma desde sus inicios se concibió como una iglesia. Cuando llegamos a constituir una familia,
alcanzamos una bendición la cual nunca dejará de ser y ese, precisamente es el plan de Dios, porque Dios nos dio una
familia no para que la destruyamos sino para que la sustentemos y la edifiquemos en sus cimientos. Dios no quiere que
nos jubilemos de ser padres ni esposos, sino que continuemos la jornada con el privilegio que nos ha concedido.

En el ejemplo precioso que nos legara el tabernáculo de Moisés, se encontraba representado el Atrio, el Lugar Santo y
el Lugar Santísimo, y en su conjunto éste sería siempre un ejemplo que nos serviría de guía para alcanzar la plenitud de
la bendición en nuestro hogar. Es necesario ver que nadie llega al Lugar Santísimo sin antes pasar por el Lugar Santo, y
no podrá pasar al Lugar Santo sin antes pasar por el Atrio, para comprender éste concepto tenemos que saber como
encontrar cada uno de éstos preciosos elementos.

Todos queremos alcanzar la plenitud en nuestra casa y Dios quiere que nuestra casa sea un oasis de plenitud, felicidad y
amor, y que nuestros hijos se sientan bien y a gusto en el hogar, donde se encuentren bendecidos y alegres de
permanecer en él. Muchos de nosotros trabajamos para proveer de lo material a nuestros hijos, pero descuidamos la
parte espiritual, dando como resultado que nuestros hijos no se sientan amados; es por esto que si experimentan fuera
del hogar alguna manifestación de afecto, irán en pos de ello.

Como vimos anteriormente, existen tres pasos que debemos seguir para alcanzar la plenitud: Atrio, Lugar Santo y Lugar
Santísimo. Analicemos entonces cómo la Palabra de Dios nos muestra en los versículos siguientes estos tres sagrados
elementos:

Con sabiduría se edifica una casa, y con prudencia se afianza; con conocimiento se llenan las cámaras de todo bien
preciado y deseable.
(Proverbios 24:3-4 LBLA)

"Con sabiduría se edifica una casa", se refiere al Atrio y "con prudencia se afianza", es el Lugar Santo. Entonces el Atrio
es la sabiduría y el Lugar Santo representa afirmar nuestra casa, o establecer la casa, haciendo que los miembros de
nuestra familia sientan seguridad dentro del hogar. Resulta frecuente que nuestros hijos no experimente estabilidad
dentro de la casa, porque cuando se empezó a edificar no se hizo con sabiduría y se trató de afirmar pero no con
prudencia; eso hará que la pareja en medio de cualquier problema hable de divorcio y la repartición de bienes e incluso
de la distribución de los mismos hijos; con esto lo que les estamos trasladando es inseguridad e inestabilidad,
provocándoles problemas en su carácter.

Como parte de los regalos que Dios les ha dado a nuestros hijos se encuentran los dones y virtudes, que a nosotros
como padres nos corresponde descubrirlos y a través de la ministración puedan desarrollarse de acuerdo al plan de Dios.
Todos nuestros hijos traen una virtud y unos más afortunados traen muchas virtudes, pero lo que verdaderamente les
dará éxito en la vida será su carácter.

El verso cuatro de la cita anterior nos dice: " y con conocimiento se llenan las cámaras de todo bien preciado y deseable"
en otras versiones dice:" y prospera manteniéndose al día en todo", entonces la sabiduría nos ayuda en primera instancia
a que en el Atrio pongamos un primer ladrillo y que a través del tiempo continuemos construyendo para que logremos lo
que Él Señor quiera para nuestra casa, de esta manera nuestros hijos que vienen siguiendo nuestros pasos, nos
tomarán de plataforma para iniciar su casa más avanzados espiritualmente que nosotros, y en conjunto, toda nuestra
familia avance hasta que logre constituirse una de las familias principales en la tierra, espiritualmente hablando.

Recapitulando entonces diríamos que tenemos:

1) sabiduría para edificar


2) prudencia para afianzar, dar seguridad y estabilidad, y
3) conocimiento para mantenerse al día en todo

Algunos pastores son héroes de la fe, algunos están en zonas peligrosas predicando la Palabra de Dios para expandir el
Evangelio y transformar a través del Espíritu Santo la mente de las personas y como consecuencia, esos lugares han
sido transformados los lugares, dando el buen ejemplo y manteniendo sus casas en orden en todo sentido. Cuando
llegamos al Señor y trabajamos en Su obra, debemos experimentar un verdadero arrepentimiento con respecto al
comportamiento en nuestro hogar y manifestar un cambio de mentalidad para que nuestros hijos alcancen grandes
lugares en sus vidas por medio de la bendición.

Lo primero que tenemos que ver es que la sabiduría edifica nuestra casa, que vincula lo que la Palabra nos muestra en el
libro de Proverbios donde nos dice: "La mujer sabia edifica su casa", lo cual significa que es la virtud la que nos sirve
para edificar nuestra casa, también dice en el libro de Proverbios: "sobre todas las cosas que adquieras, adquiere
sabiduría" y a esto podemos llamarle la mejor adquisición, en ese mismo versículo dice: "y con todo ello obtén
inteligencia"; porque hay gente que es inteligente pero no es sabia, por consiguiente, todo lo que emprende, fracasa; por
ejemplo: en un matrimonio, una mujer muy inteligente pero que no es sabia, destruye su casa. La Biblia dice que hay
personas muy inteligentes que pueden ser llamadas necias, porque el necio da a conocer todo lo que sabe. No se trata
de hacer competencia en la casa, se trata de obtener sabiduría antes de todas las cosas y después de la sabiduría
debemos obtener la inteligencia. No es necesario exhibir todo lo que sabemos ni cuan inteligente somos, es mejor usar la
sabiduría y después la inteligencia para estabilizar las cosas y por ultimo aplicar el conocimiento para que se llene
nuestra casa de todo bien preciado, que no se trata únicamente de bienes materiales sino también de la llenura
espiritual y conocimiento de Dios.

Lo principal es la sabiduría; adquiere sabiduría, y con todo lo que obtengas adquiere inteligencia.
(Proverbios 4:7 LBLA)

Resumiendo diríamos que debemos:

1) edificar (Atrio),
2) establecer (Lugar Santo), y
3) prosperar (Lugar Santísimo).

El deseo de Dios es que seamos prosperados así como prospera nuestra alma. Para edificar debemos buscar primero la
sabiduría y lo que nos hace más sabios son los mandamientos de Dios. Si queremos edificar nuestra casa con sabiduría
lo primero que tendremos que buscar son Sus mandamientos y eso nos servirá de cimiento para que nuestra casa sea
edificada sobre La Roca y luego será estabilizada y por último prosperada.

Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos, porque son míos para siempre.
(Salmos 119:98 LBLA)

Es preciso cumplir tanto los mandamientos del Padre como los del Hijo, debemos amar los mandamientos para encontrar
la sabiduría contenida en ellos, porque si logramos ser sabios, edificaremos nuestra casa firmemente y a continuación
vendrá la prudencia que nos servirá para afianzarla y por último vendrá el conocimiento que nos permitirá prosperar.

Habéis oído que se dijo a los antepasados: "NO MATARAS" y: "Cualquiera que cometa homicidio será culpable ante la
corte." Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que
diga: "Raca" a su hermano, será culpable delante de la corte suprema; y cualquiera que diga: "Idiota", será reo del
infierno de fuego.
(Mateo 5: 21y 22 LBLA)

Debemos dar el ejemplo de fidelidad ante nuestros hijos y no cometer adulterio ni con la mirada, porque ellos serán
testigos de nuestro mal proceder. Debemos guardar nuestro hogar protegiéndolo contra el pecado de adulterio y la
contaminación que trae consigo.

Habéis oído que se dijo: "NO COMETERAS ADULTERIO." Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para
codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón.
(Mateo 5: 27. 28 LBLA)

El simple anhelo de querer cumplir los mandamientos de Dios nos hará sabios, más que nuestros adversarios; por lo
consiguiente, al ser sabios podremos edificar, luego estabilizar y por último prosperar.

Habéis oído que se dijo: "AMARAS A TU PROJIMO y odiarás a tu enemigo." Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos
y orad por los que os persiguen...
(Mateo 5: 43,44 LBLA)

Debemos exponernos ante la Palabra constantemente para obtener sabiduría. El necio no oye sino, sólo el sabio y el
premio al exponernos a la Palabra es obtener sabiduría y cuando tengamos multiplicada la sabiduría podremos edificar
nuestra casa, luego estabilizarla con prudencia y finalmente prosperarla con conocimiento.

Oirá el sabio, y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo...


(Proverbios 1:5 RV60)

Parte de la sabiduría se obtiene observando; cuando nosotros analizamos a través del tiempo adquirimos sabiduría.

Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio...


(Proverbios 6:6 RV60)

Una de las pruebas más duras en la vida es cuando "recibimos", porque Dios se encuentra a la espera de ver qué
hacemos con lo que nos es dado, porque la Biblia dice: "dad de gracia lo que de gracia recibiste", por lo tanto, todo lo
que recibimos es por gracia de Dios y Él estará a la espera de nuestra reacción y proceder. Cuando se le da al sabio él lo
aprovecha bien y se convierte en más sabio.
Da al sabio, y será más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber.
(Proverbios 9:9 RV60)

Es necesario analizar con quien andamos, porque incluso dentro de la misma Iglesia existen hermanos en Cristo que se
encuentran contaminados y terminan por contaminar a quienes se les acercan. Sin embargo, existen compañías que
edifican porque de ellos emana sabiduría de Dios, esto nos enseña a que debemos analizar la conversación de las
personas, porque de esta manera las podremos conocer. Si nuestras juntas son sabias nos trasladarán de su sabiduría y
nosotros también seremos sabios; entonces podremos edificar, establecer y prosperar nuestra casa.

El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado.
(Proverbios 13:20 RV60)

Existen muchas personas que mantienen nuestra amistad mientras no las corregimos o mientras no los aconsejemos.
Según Proverbios Capítulo 18, LBLA "el que se aísla su propio deseo busca y contra todo consejo se encoleriza", si
queremos ser sabios debemos aceptar la corrección.

Escucha el consejo y acepta la corrección, para que seas sabio el resto de tus días.
(Proverbios 19:20 LBLA)

Cuando Dios en Su misericordia nos permite ver la disciplina en otros, nos deja ser sabios a través de la experiencia
ajena.

Cuando el escarnecedor es castigado, el simple se hace sabio; pero cuando se instruye al sabio, adquiere conocimiento.
(Proverbios 21:11 LBLA)

Aunque tengamos sólo un poco de conocimiento, debemos ir siempre en pos de conocer cada día más y estar siempre
dispuestos a aprender.

Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a
ser sabio.
(1 Corintios 3:18 RV60)

Debemos pedirle a Dios que derrame sobre nosotros un Espíritu de Sabiduría, porque lo que a Dios le agradó de
Salomón fue precisamente eso, que le pidió la sabiduría añadiéndole luego lo que no le había pedido. Debemos rogarle
al Señor que Su Espíritu de Sabiduría habite en nuestro hogar y que el destructor huya ante Su presencia, porque
nosotros hemos sido testigos de que Dios restaura, estabiliza y prospera. Debemos pedirle que nuestra casa y nuestros
hijos sean bendecidos y prosperados, sobre todo que sean temerosos de Él y que lo adoren sobre todas las cosas y
situaciones, logrando de ésta manera que toda la familia sea galardonada y que la sabiduría fluya poderosamente en
nuestra casa. De la misma forma, rogarle a Dios el derramamiento de un espíritu de revelación para que podamos
obtener la herencia que Dios ha decretado para nuestra familia a través de la revelación de la Palabra Apostólica,
Profética, Evangelística, Pastoral y Magisterial, agradeciendo incansablemente al Padre, Hijo y Espíritu Santo por toda
Su guianza.

Sergio G. Enríquez O.
Apóstol

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