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Descartes y el mecanicismo

El siglo XVII fue un siglo de oro para el conocimiento. Un centenar de científicos


dieron pasos de gigante en el camino del saber. Uno de los más grandes hallazgos fue,
sin duda, la explicación del movimiento de los planetas. Los planetas dejaron de ser
errantes y sus movimientos aparentes dejaron de ser un misterio. Copérnico, Tycho
Brahe, Kepler y Newton describieron y explicaron a la perfección el funcionamiento del
sistema solar. El cielo funcionaba tan bien como un reloj. Era como si un divino relojero
hubiera puesto en movimiento la máquina celeste para producir esa maravillosa armonía
que ahora los astrónomos descubrían. ¿Y si el cielo era como una máquina, por qué no
todo lo demás? Las plantas, los animales, todo eran máquinas. Se trataba sólo de
descubrir sus mecanismos.
Los animales, por ejemplo, eran máquinas parecidas a los juguetes mecánicos que se
construían ya en aquel tiempo. Ciertamente eran más perfectas que las máquinas
construidas por el hombre puesto que su artífice era Dios, pero eran máquinas al fin y al
cabo. Si fuéramos capaces de construir un autómata con forma de perro e imitar la
suavidad del pelo o el brillo de los ojos, ese perro mecánico sería imposible de
distinguir de un perro de verdad.
La idea de que todo en la Naturaleza podía explicarse así tuvo éxito. Esa idea se llamó
más tarde mecanicismo y es típica de los siglos XVI y XVII.
Muchos intentaron aplicar el modelo mecanicista a ciencias diferentes de la astronomía.
También Descartes estuvo diseccionando animales que compraba en una carnicería de
Amsterdam con gran sorpresa del carnicero que sabía que Descartes era por aquel
entonces vegetariano. Descartes estudiaba los cadáveres intentando comprender los
“mecanismos” que hacían circular la sangre o buscando las distintas partes del cerebro.
Al parecer nunca diseccionó animales vivos como sí hicieron otros cartesianos
posteriormente y como hizo William Harvey, el descubridor de la circulación sanguínea.
Las malas lenguas dicen que Harvey no sólo “trabajó” con animales y que la Torre de
Londres guarda algunos “secretos científicos”.
La mayoría de los científicos de la época de Descartes eran mecanicistas en mayor o
menos medida. Descartes era mecanicista en los que se refiere al cuerpo, pero no en lo
referente al alma. Esto es debido a que Descartes era un ardiente defensor de la libertad
humana. Los planetas como sólo son cuerpos (es decir, materia) no son libres. Un
planeta no puede “decidir” salirse de su órbita. Pero un ser humano puede hacer cosas
que no estén predeterminadas. l ser humano se determina a sí mismo por medio de la
razón. Los animales que no tienen alma (razón, pensamiento) no pueden conocer lo que
es el Bien y por lo tanto no pueden quererlo. El ser humano es libre no porque pueda
hacer el mal (que puede hacerlo, igual que un animal puede hacer el mal) sino porque
puede querer el Bien. Y puede querer el Bien porque puede pensarlo, conocerlo gracias
a su razón. La libertad, pues, reside en el alma. Y el alma no puede entenderse con el
modelo mecanicista que sólo puede aplicarse a las cosas materiales (a las que tienen
extensión)
Por todo eso decimos que Descartes es dualista , porque cree que el hombre es un
compuesto de dos sustancias: el cuerpo que es sustancia extensa (materia) y el alma que
es sustancia pensante. Descartes las llama en latín res extensa y res cogitans.
El dualismo parece una buena solución al problema de la libertad. El hombre es una
máquina que puede tomar decisiones porque es una máquina con alma. Un cuerpo sin
alma es, como un animal, una simple máquina. Descartes defiende esta idea en una
fecha tan tardía como el 5 de febrero de 1649 en una carta a Henri Morus.
Pero aquí surge un nuevo problema: si el cuerpo y el alma son dos sustancias diferentes
¿cómo se relacionan? Precisamente la primera carta de la princesa Elisabeth a Descartes
trata de este tema: ¿cómo puede el alma hacer que el cuerpo actúe?. Antonio Damasio,
el gran neurólogo portugués se hace la misma pregunta en su libro El error de
Descartes: Si camino de noche por una calle oscura y oigo unos pasó tras de mí ¿cömo
el alma que siente miedo hace que mis piernas caminen más deprisa?.
Descartes recurre a una vieja idea que tal vez ha tomado del gran médico de la
antigüedad Galeno: el alma y el cuerpo se comunican por medio de una glándula que
según Descartes solo los humanos poseen, la glándula pineal. Pero ¿cómo?. Años
después, el anatomista Nicolaus Steno descubrió esta glándula en otros animales lo cual
ponía en duda la hipótesis de Descartes.
Recapitulando: el mecanicismo parece un buen modelo para explicar el movimiento
planetario pero no tanto para aplicar a la zoología o a la psicología. El dualismo plantea
problemas a la hora de explicar la acción humana..

Propuestas de redacción.
- La mecánica celeste desde Copérnico hasta Newton.
- Los experimentos con animales (contribución de los
animales al desarrollo de la ciencia).
- Robots y humanos. Comentario sobre Blade Runner.

La finalidad de esta pequeña redacción es ayudarte a tener claros los conceptos de


mecanicismo y dualismo es Descartes. Estos dos conceptos están relacionados con
el de libertad que también aparece en la redacción. Te ayudara tal vez hacerte
algunas preguntas como estas:
¿Es Descartes un mecanicista radical?. ¿Si fuera un mecanicista radical podría
mantener al mismo tiempo la afirmación de la libertad humana? ¿Cuál es la
diferencia fundamental entre los animales y los humanos? ¿Afirmaría Descartes que
la libertad es poder hacer lo que queramos. Intenta responder estas preguntas por
escrito.

Para terminar con este primer correo sobre Descartes os voy a dejar un enigma.
Al parecer, Descartes tenía un cuaderno secreto. En una de sus páginas el joven
Leibniz encontró escrita esta misteriosa serie de números

4 6 8 12 20 - 4 8 6 20 12

Leibniz que era un experto en descifrar códigos lo entendió enseguida, aobre


todo cuando vió que un poco más adelante aparecía otraserie, esta vez de letras:

G F R C

¿Qué pueden significar estas misteriosas letras y números?

Paco Codina, 19 de Septiembre 2009, Xátiva

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