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Sociología

(del latín socius, socio, compañero, y logos, discurso racional; por consiguiente, estudio
del otro como compañero) Según Comte, que fue el primero en utilizar el término,
estudio de las leyes que rigen los fenómenos sociales. En general, puede definirse como
una manera de conocer científicamente lo que se considera como propio de «lo social»,
recurriendo a procedimientos de análisis del comportamiento humano en sociedad.

Justamente, la identificación de en qué consiste aquello que puede llamarse «lo social»
señala el nacimiento y primer desarrollo de la sociología como ciencia, en Francia y en
Alemania.

La búsqueda de las leyes de los fenómenos sociales, de que habla Comte, se apoya en
un principio en un modelo biológico; si el hombre es un organismo, se puede recurrir al
modelo de la biología para estudiar el hombre en sociedad, que se compone de
organismos. La idea, no extraña al mismo Comte, cobra auge con las teorías del
organicismo que se difunde en Inglaterra, Francia y Alemania por obra, sobre todo, de
Herbert Spencer, para quien la sociedad humana es un organismo real; la concepción
organicista de la vida social recibe claras influencias del evolucionismo y del
darwinismo.

Por otra parte, durante el siglo XIX proliferan en Europa las encuestas de carácter social
y los estudios monográficos que investigan la situación de crisis, sobre todo de las
clases menos favorecidas, a que se llega tras un período de transición a la era industrial
y de revoluciones sociales, que deja en entredicho la creencia ciega de la Ilustración en
el desarrollo y el progreso. Las sociedades de intelectuales desarrollan también sus
métodos y estudios estadísticos, cuya implantación habían generalizado los gobiernos
de los países desde comienzos de siglo. A esta época corresponden estudios como el de
La situación de las clases trabajadoras en Inglaterra (1845), de Engels, o Vida y trabajo
de la gente en Londres, de C.J. Booth (1840-1916), obra en 17 volúmenes publicados
entre 1892 y 1903. Del fondo de estas investigaciones sociológicas descriptivas, hechas,
no por sociólogos, sino por profesionales de diversa clases -médicos, historiadores,
maestros, sacerdotes-, surge la primera tendencia sociológica científica, orientada al
descubrimiento del elemento de cohesión de la sociedad, del vínculo social, cuyas
características sirvan para dar explicación de los fenómenos sociales.

Basándose en la distinción entre comunidad y sociedad, hecha por Ferdinand Tönnies


en 1887, que establece para cada una de ellas una forma distinta de vinculación entre
individuo y sociedad (tradicional y agrícola la primera, basada en vínculos de
parentesco y en la participación de idénticos valores, mientras que la segunda, moderna
e industrial, remite a una asociación basada en el contrato y en relaciones determinadas
por la división de trabajo), É. Durkheim publica las primeras investigaciones
sociológicas con carácter científico, que identifican en la situación de anomia,
consecuencia inevitable de los procesos psicológicos que acarrea la división del trabajo
en las sociedades modernas, la condición básica de la relación entre individuo y
sociedad. Contra el biologismo anterior y contra el psicologismo, protagonizado en
Francia por Gabriel Tarde (1843-1904), que interpreta los fenómenos sociales a través
de leyes psicológicas propias del grupo, identifica el hecho social como algo sui generis
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y objeto propio de estudio de la sociología, e investiga sobre los métodos propios de la


sociología.

En Francia, la sociología que se desarrolla en torno a estas investigaciones adquiere un


carácter preferentemente descriptivo y explicativo de los hechos sociales. La revista «L
´Année sociologique», fundada por Durkheim en 1989, es el medio de publicación de
los principales estudios sociológicos de este período, que mantienen cierto nexo con los
estudios de etnología, historia y estadística.

Max Weber, autor de una síntesis entre historia y sociología fundamentada en Dilthey,
Windelband y Rickert y a la que se da el nombre de «sociología comprensiva», señala
en Alemania el comienzo de una sociología con objeto propio. El objetivo de la
sociología es la comprensión de la acción social, esto es, aquellos hechos producidos
por la actividad humana en los que es esencial la intencionalidad. A estos hechos
característicamente sociales, o a estas acciones sociales, no se accede si no es a través
de la comprensión, única manera de captar, si no sus leyes, su sentido.

De las investigaciones sociológicas de Weber y de G. Simmel arranca la sociología


científica alemana, cuyo órgano principal de difusión es la revista «Archiv für
Sozialwissenschaft und Sozialpolitik» [Archivo de Ciencias Sociales y Política Social]
(1902).

El marxismo también interviene en el nacimiento de la sociología como ciencia. La


interpretación de la realidad social, a la vez que la respuesta a la crisis de la sociedad, la
da el marxismo desde la interpretación materialista de la historia o el materialismo
histórico (ver texto). La sociología es, en este caso, el mismo marxismo que interpreta la
historia como una lucha de clases, que pone de manifiesto que la organización social -el
vínculo social- depende directamente de las relaciones de producción propias de cada
época; en el modo de producción capitalista, estas relaciones reflejan la situación de
desigualdad que proviene de la apropiación de los medios de producción por la
burguesía. Tales relaciones son conflictivas por naturaleza y se traducen en «lucha de
clases»; la historia de la humanidad hasta nuestros días -dice Marx en el Manifiesto- no
ha sido más que la historia de la lucha de clases.

Las corrientes clásicas de sociología europea pasan a Norteamérica, durante el período


de entre guerras, a través de emigraciones masivas de intelectuales europeos y de
traducciones de obras, y allí encuentran un ambiente propicio para su difusión, de la que
es parcialmente responsable la traducción hecha por Talcott Parsons de La ética
protestante y el espíritu del capitalismo, de Weber. El centro impulsor de las
investigaciones sociológicas americanas es la «escuela de Chicago», creada en 1892
como departamento de sociología en la universidad de Chicago, donde se funden la
tradición del empirismo británico y el utilitarismo de Jeremy Bentham con el
pragmatismo de William James, Charles S. Peirce y John Dewey. Al ser la ciudad de
Chicago un centro importante de inmigración étnicamente muy variada, se convierte en
un campo abierto para la investigación sociológica. Albion Small, el fundador del centro
sociológico, y Robert Park, su sucesor, fundan una sociología eminentemente urbana,
que se caracteriza por su orientación empírica y la adopción de una metodología basada
en la observación y la historia de casos.
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La universidad de Columbia sustituirá estos métodos de investigación más bien


cualitativos por otros estrictamente cuantitativos. Esta nueva orientación dispone, a
partir de 1935, de un órgano de difusión propio: la revista «The American Sociological
Review».

La aparición en 1937 de la primera obra importante del profesor de Harvard T. Parsons,


La estructura de la acción social, representa la introducción de la noción de estructura
interiorizada (de los valores y las normas) como fuente de interpretación de la acción
social. Más adelante, en 1951, su obra El sistema social significa la aplicación del
funcionalismo de Malinowski a la sociología. El funcionalismo americano entra en
crisis hacia los años setenta, mientras cobra auge la nueva corriente sociológica
conocida como interaccionismo simbólico.

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