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Salmos I
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Salmos I

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Salmos – Primer libro es un comentario versículo a versículo sobre los Salmos 1-50, y contiene verdades eternas que otorgan dirección y motivación a creyentes de todos los ámbitos de la vida. A través del Espíritu de inspiración, el Dr. Bailey confronta los problemas más profundos e intrínsecos del corazón del hombre, conduciéndonos, como los Salmistas del antaño, a una nueva expresión de alabanza y adoración hacia nuestro Dios.
LanguageEspañol
Release dateDec 9, 2019
ISBN9781596656208
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    Salmos I - Dr. Brian J. Bailey

    50

    SALMO 1

    El tema de este gran salmo de enseñanza es cómo tener una vida fructífera y próspera. Está escrito en el estilo del libro de Proverbios, ya que presenta los caminos de los justos y los caminos de los malos. El rey Salomón escribió el salmo 1 cuando viajaba hacia el Líbano, situado al norte, y vio un árbol lleno de fruto que estaba plantado junto a un río, entonces prorrumpió en una proclamación profética. El salmo que resultó de esta experiencia podría ser llamado salmo de introducción al libro de los salmos, ya que, en seis breves versículos, define la clave para una vida triunfante en Cristo.

    1:1 - Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado. Bienaventurado significa lleno del contentamiento y la satisfacción de Dios mismo, al ser partícipes de Su gozosa serenidad. "El varón" se refiere a un hombre en particular, uno en diez mil (comp. 1 Co. 4:15), que cumple con los dos requisitos básicos que son las claves para ser fructífero:

    1. Se aparta totalmente de todo consejo pecaminoso y de la comunión con los malos.

    2. Medita día y noche, con gran deleite, en la Palabra de Dios.

    Si examinamos este salmo con detenimiento, veremos que hay "tres grupos de tres":

    Tres grados de posición para los malos

    1. Andar (en el consejo): significa recibir guía y dirección, en temas espirituales, de personas que no agradan a Dios o utilizan métodos mundanos.

    2. Estar (en el camino): significa adoptar una posición de abierta defensa a los principios de los pecadores. Significa que esta persona estará en el camino (el camino ancho que lleva a la perdición) y tendrá comunión con personas que practican el pecado en forma habitual, como los homosexuales y los adúlteros.

    3. Sentarse (en la silla): significa tomar una posición permanente de maldad y escarnio.

    Es la declinación final. Es una posición constante, ya que sentarse implica inmovilidad o una situación inalterable.

    Tres grados de comunión con los malos

    1. Consejo: significa permitir que nuestras vidas sean guiadas por otros, siguiendo la sabiduría de este mundo, en lugar de la de Dios y Sus ministros.

    2. Camino: significa estar en el mismo sendero de aquellos que pecan habitual y lamentablemente. El Señor mismo expresó este concepto en Mateo 7:13, 14: "Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan".

    3. Silla: significa tener el mismo punto de vista de los escarnecedores. También hace referencia a la autoridad del maligno (ver Ap. 2:13: el trono de Satanás en Pérgamo).

    Tres grados de maldad

    1. Malos: significa personas agitadas o movidas por sus pasiones, que luchan por obtener lo que no es suyo. Se refiere a la persona codiciosa. El profeta Isaías declara: "Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo" (Is. 57:20).

    2. Pecadores: se refiere a la persona que practica activamente y en forma habitual la iniquidad. Génesis 13:13 dice que los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera. También leemos en Romanos 1:28 que cuando un hombre o una mujer no aprueban tener en cuenta a Dios, Él los entrega a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen. (Ver Ro. 1:28-32).

    3. Escarnecedores: se refiere a aquellos que se burlan y ridiculizan las cosas espirituales y hasta a Dios. Proverbios 19:28, 29 advierte que "el testigo perverso se burlará del juicio, y la boca de los impíos encubrirá la iniquidad. Preparados están juicios para los escarnecedores, y azotes para las espaldas de los necios".

    Es una realidad alarmante ver que las compañías que elegimos determinan nuestro destino en esta tierra y nuestro destino eterno. En la traducción de la NVI, 1 Corintios 15:33 dice: No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres». El hombre se conoce por los amigos que tiene. Como dice el refrán: Dime con quién andas y te diré quién eres. Pero quienes andan con los sabios se volverán sabios. Proverbios 13:20 deja en claro esta verdad: "El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado".

    1:2 - Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. El ser fructífero tiene dos aspectos, resumidos en la ley de Levítico, que divide a los animales en dos clases: limpios e inmundos. La diferencia entre ambos se explica en Levítico 11:1-8. Según la ley, dos son las características de un animal limpio: debe rumiar y tener pezuña hendida, es decir, dividida o separada. Hay ciertos animales que son rumiantes, pero no tienen pezuña hendida. Esto los hace inmundos. Y hay otros que tienen pezuña hendida pero no rumian; también ellos son inmundos para Dios.

    Esto tiene gran importancia para nosotros como cristianos. Espiritualmente, debemos rumiar, es decir, meditar una y otra vez en la ley del Señor y en Su Palabra. Además, debemos andar separados de los pecadores. Si no hacemos estas dos cosas, el Señor no nos aceptará y no tendremos frutos que sean importantes. Por lo tanto, quienes quieran tener una vida fructífera y próspera, deben tener una vida apartada, y meditar y deleitarse continuamente en la Palabra del Señor (ver Jos. 1:8; Dt. 17:18, 19).

    Deleitarse significa poner la Palabra de Dios en primer lugar en nuestra vida, sobre todos los demás placeres, aun sobre las cosas necesarias. Job dijo: "Guardé las palabras de su boca más que mi comida" (Job 23:12). Deleitarse en la ley del Señor es tener la calidez y el fulgor interior que provienen de estudiar y tener en gran estima la Palabra de Dios. Si hacemos esto, y nos abstenemos de toda literatura que no sea provechosa o necesaria, en nuestro corazón se desarrollará un hambre y una sed insaciables por la Palabra viva.

    En lo personal, he descubierto que me ha sido de gran bendición prescindir del televisor, y recomendaría a todos los cristianos que hagan lo mismo. Pero entiendo que para algunas personas que están confinadas en sus casas, ver programas cristianos en la televisión puede ser una gran bendición. Sin embargo, aun esto puede llegar a exagerarse en detrimento de nuestra vida devocional personal con el Señor.

    La meditación puede ilustrarse por medio de la imagen de una vaca que rumia, cuando, después de comer abundantemente durante varias horas, descansa y regurgita. Este animal envía nuevamente el alimento a la boca y lo mastica aproximadamente cincuenta y cinco veces. Dicho sea de paso, se calcula que una palabra nueva pasa a formar parte de nuestro vocabulario cuando la hemos usado treinta y cinco veces. Por lo tanto, meditar es recordar un pasaje que hemos leído o una palabra que el Señor nos ha dado durante las horas del día o de la noche.

    En salmos 119:148 el salmista dice: Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus mandatos. Cuando meditamos constantemente en la Palabra de Dios, ella nos mantiene apartados del mal todo el día; cuando nos levantamos por la mañana, a lo largo de la jornada, y cuando vamos a dormir (Pr. 6:20-23). Memorizar pasajes bíblicos es guardar los versículos en nuestro corazón y nuestra mente, de manera que el Espíritu Santo pueda tomarlos fácilmente de ese depósito para hacérnoslos recordar en momentos de necesidad.

    1:3 - Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará. Por tanto, el cristiano que aplique con diligencia los versículos 1 y 2 será como un árbol plantado junto a un río, que dará su fruto en la estación adecuada, y todo lo que haga prosperará. Esto se aplica tanto a la prosperidad en el ámbito espiritual como en el natural. Es la posición a la que el Señor desea llevar a todos Sus hijos. Él desea que lleven fruto, más fruto y mucho fruto, y que ese fruto permanezca y supere la prueba del tiempo (Jn. 15:2, 5, 16).

    Su hoja no cae significa que el creyente que obedece los versículos anteriores nunca estará seco espiritualmente, como muchos cristianos que se secan porque no obedecen las leyes (ver Jer. 17:7, 8).

    1:4 - No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento. Habrá una separación entre los justos y los malos. Lo que no es nacido de Dios volará como una paja arrebatada por el viento. Juan el Bautista dejó en claro que el ministerio de Jesús era el de un refinador, cuando dijo: "Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará" (Mt. 3:12).

    Se producirá una separación, tal como lo indica Cristo en Mateo 13:30: Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.

    1:5 - Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos. Como Judas y los que querían atrapar a Jesús (Jn. 18:6), los malos caerán hacia atrás y no podrán estar de pie cuando el Señor se levante a juzgar a Su pueblo. En ese momento, los pecadores, no sólo en el mundo, sino también en la iglesia, estarán aterrados.

    Isaías 33:14, 15 dice: "Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas? El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala".

    1:6 - Porque Jehová conoce el camino de los justos; mas la senda de los malos perecerá. La razón por la que dice aquí que el Señor conoce el camino de los justos es porque Él ha planeado de antemano la vida de ellos (ver Job 23:10). A los malos, el Señor les declara en Mateo 7:21-23: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad".

    El destino final de los malvados es que perecerán eternamente. Pero los justos son como el árbol que describe este salmo, que da fruto a su tiempo; un fruto que permanece para siempre. Por lo cual, glorificamos al Señor cuando damos mucho fruto. ¡Gloria a Él!

    SALMO 2

    Este salmo tiene diversas aplicaciones. Principalmente, se refiere a la segunda venida de Cristo y la batalla final entre los reyes de la tierra que se levantan en rebelión contra Dios y Su Ungido, el Señor Jesucristo (ver Apocalipsis 16:14; 19:11-21). También se aplica históricamente a las batallas contra David en el tiempo en que éste deseaba construir una casa para el Señor sobre el monte de Sion (ver 2 Samuel 7, 8).

    Espiritualmente, tiene una aplicación para cada creyente que enfrenta la presión del enemigo al estar en la posición que Dios le ha dado. Podemos obtener esperanza y consuelo de este salmo en los momentos en que nuestros enemigos se levantan contra nosotros, tratando de sacarnos del lugar donde Dios nos ha puesto. Examinemos este salmo en oración, teniendo estas tres aplicaciones en mente.

    2:1 - ¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? En este versículo vemos claramente que se trata de naciones que son motivadas por espíritus engañadores.

    2:2 - Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo... Son los reyes de la tierra los que han conspirado y conspirarán contra el Señor y Su Ungido. El ungido del Señor puede ser una referencia a David, a Cristo, y también a Sus preciosos santos cuando sus enemigos se levantan contra ellos.

    2:3, 4 - Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas. El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. Los paganos declaran que romperán las ligaduras de las limitaciones que Dios, en Su sabiduría, les ha impuesto. Pero Dios se reirá de sus fútiles intentos de luchar contra Sus propósitos y contra Cristo en Su segunda venida.

    2:5 - Luego hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira. Dios manifestará Su divina ira contra los paganos, probablemente en la forma de las señales, maravillas y plagas de las que habla el libro de Apocalipsis, y ellos se aterrorizarán.

    2:6 - Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte. El Padre declara que ha puesto a Su Hijo, el rey Jesús, sobre Su santo monte de Sion. El Señor Jesucristo ya reina desde el monte de Sion Celestial (comp. Ap. 14:1), y reinará sobre el monte de Sion en el milenio. Pero, históricamente, Dios estableció al rey David sobre el monte de Sion terrenal.

    Como mencionamos en la introducción a este salmo, estos versículos pueden interpretarse en tres formas al menos. Aplicando este versículo desde otro punto de vista, podríamos decir, con fundamento bíblico, que el Señor desea formarnos como reyes y sacerdotes, y también desea colocarnos sobre el monte de Sion espiritual, lugar donde habita la presencia literal de Dios y Su gloria manifiesta.

    2:7 - Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy. Este versículo se aplica exclusivamente al Señor Jesucristo (ver Hch. 13:33; He. 1:5). Él es el Hijo unigénito del Padre (Jn. 1:14; 3:16). Pero el Espíritu Santo también puede darnos este versículo como palabra rëma de parte del Señor, para asegurarnos que no sólo hemos sido adoptados en la familia de Dios como hijos, sino que hemos sido colocados en el reino de Dios como hijos maduros, y hechos coherederos juntamente con Cristo (Ro. 8:14-17).

    2:8 - Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Esta promesa fue dada a Cristo, porque Él es el heredero de todas las naciones de la tierra (Ap. 11:15). Nosotros también podemos recibir las naciones como herencia. Por lo tanto, debemos esforzarnos por tener fruto de muchas naciones para presentar ante el Señor en Su venida, así como los israelitas antiguos debían presentarse tres veces por año delante del Señor con los frutos de su cosecha (Dt. 16:16). Sin duda, no queremos presentarnos delante del Señor con las manos vacías el día que seamos llamados a rendir cuentas.

    En algunos casos, el fruto se obtiene yendo a ministrar en otros países. En otros casos se produce orando por esos países, u ofrendando para las obras misioneras o, algunas veces, al sostener a nuestro pastor cuando viaja a otros lugares representando a nuestra iglesia. Recordemos la ley de los despojos que practicaba David (ver Nm. 31:27; Sal. 68:12). David dice en 1 Samuel 30:24: Porque conforme a la parte del que desciende a la batalla, así ha de ser la parte del que queda con el bagaje; les tocará parte igual. David estableció esto como ley en Israel (1 S. 30:25). Por ello, mis queridos, aquellos de ustedes que no viajen recibirán la recompensa por su trabajo de la misma manera que aquellos que tienen el privilegio de ir a otras tierras, si son fieles en el lugar y la tarea que el Señor les ha dado.

    Para ilustrar esta verdad, quisiera relatar una experiencia vivida por una amada santa de Dios que asistía a una iglesia que pastoreé durante un tiempo en el Oeste de los Estados Unidos. Un día, mientras estaba en oración, esta mujer tuvo una visión de un gran avión que pasaba mientras ella miraba por la ventana de su cuarto. En ese avión había personas de diferentes nacionalidades, que la saludaban agitando la mano al pasar frente a su ventana. Sorprendida, preguntó al Señor el significado de esa visión. Su amorosa respuesta fue: Estas son las almas que han sido recibidas en el reino gracias a tus fieles oraciones y ofrendas para los misioneros. Si hemos sido fieles en apoyar a nuestros misioneros, podemos llegar a sorprendernos cuando estemos frente al trono de Dios, al ver cuántas personas están en el cielo gracias a nuestra intercesión y nuestras ofrendas.

    2:9 - Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás. En el versículo nueve, se da la promesa de gobernar y reinar con Cristo en el milenio. Esta promesa no es para todos; es dada sólo a los vencedores. Esto puede deducirse claramente de Apocalipsis 2:26, 27: "Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro". Los santos de Dios (que han vencido al mundo, su naturaleza carnal y al diablo) regirán a las naciones con vara de hierro. Las leyes de Dios se harán cumplir; y el juicio y la justicia prevalecerán en el reinado de Cristo.

    2:10-12 - Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en Él confían. Todos los reyes de este mundo y los que están en posiciones de autoridad son exhortados a reconciliarse con el Señor. Honrarlo significa someterse a Él y reconciliarse con Él.

    Y para concluir, así como en el salmo 34:8, tenemos la promesa de bendición para aquellos que ponen su confianza enteramente en el Señor: al recibir la recompensa de los fieles, disfrutarán la bendición de reconciliarse y estar en suprema paz, recibirán a los paganos como herencia, y los confines de la tierra por posesión.

    SALMO 3

    El trasfondo histórico de los siguientes dos salmos es el momento en que David huye de su hijo rebelde, Absalón (comp. 2 Sam. 17:22), como lo indica claramente el título del salmo. Por el contexto de ambos, se supone que el salmo 4 fue escrito la noche anterior al salmo 3 (ver comentarios sobre salmos 3:5 y 4:8).

    Salmo de David, cuando huía de delante de Absalón, su hijo.

    3:1 - ¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí. David se encontraba en una seria desventaja con respecto al número de sus fuerzas y las del ejército de Absalón, ya que casi todo Israel se había unido para reconocer a Absalón como rey en lugar de David su. Absalón se había ganado sutilmente sus corazones por medio de halagos (2 Sam.

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