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GERHARD EBELING
NIVEL: LICENCIATURA
ERNST FUCHS
I. Introducción
II. Biografía
En 1959 dicta una conferencia sobre el tema Palabra de Dios y hermenéutica, en la que
compartía el pensamiento de Fuchs, y aparecía por primera vez el término Hermenéutica,
firmada por él en la tercera edición de la Enciclopedia teológica Evangélica Religion in
Geschichte und Gegenwart (Religión en la Historia y en la Actualidad).
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III. Palabra y Fe
1. En el año 1959 dicta su conferencia Palabra da Dios y Hermenéutica, tal vez el más
revolucionario de sus discursos, en la que presentaba los primeros indicios de un programa de
teología Hermenéutica. Para Ebeling la hermenéutica en teología no puede limitarse a métodos
de exégesis, aunque etimológicamente signifique lo mismo que «exégesis», sino que debe
expresar una tarea de toda la teología. La hermenéutica es la doctrina del comprender, pero
esta se conforma como doctrina de la palabra, porque el comprender se articula en lenguaje y
palabras. En palabra de Ebeling: «Sea cual sea el modo en que se quiera definir la
hermenéutica, lo cierto es que ésta, en cuanto doctrina de la comprensión, tiene que ver con
el acontecimiento de la palabra». Por esto es que para Ebeling la hermenéutica teológica se
considera como «doctrina de la palabra de Dios» y se vuelve necesaria cuando la sola palabra
ya no sirve para comprender, porque se ve alterada y distorsionada.
Este modo de ver la palabra que tiene Ebeling, demuestra la influencia del pensamiento del
segundo Heidegger que también fue introducida por la teología hermenéutica de Fuchs. Pero,
mientras que Fuchs tiende más a utilizar una terminología heideggeriana y habla de lenguaje
de la fe, de acontecimiento-del-lenguaje, y define la hermenéutica teológica como doctrina (o
teoría) del lenguaje de la fe, Ebeling es más fiel a la tradición lingüística de la Reforma y
habla generalmente de palabra de Dios, de acontecimiento-de-la-palabra, y define la
hermenéutica teológica como doctrina de la palabra de Dios. Es importante destacar estos
conceptos, ya que son claves en la teología hermenéutica de Ebeling.
2. En las clases que dictó en Zürich –ante estudiantes de todas las facultades en el invierno de
1958-1959, y que titulaba La Esencia de la fe cristiana (1959)- acusaba una especie de doble
discurso: el discurso eclesial y el discurso secular van cada uno por su camino y se ignoran
mutuamente. Por eso él defendía lo que llamaba «el nacimiento de un nuevo lenguaje».
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Ebeling denunciaba particularmente la falta de vigor de un cierto tipo de predicación. Decía
que: «Contra la degeneración del discurso sobre la fe en una piadosa jerga que ya no es
capaz de controlarse a sí misma, sería oportuno purificar el templo a golpes de látigo», entre
otras cosas porque para él la palabra de Dios es «la palabra de la que tiene necesidad el
hombre, el cual tiene verdaderamente más necesidad e la buena palabra que de comer y de
beber».
3. Teología y anuncio (1962), es en realidad una fuerte discusión con su maestro, Rudolf
Bultmann. Ebeling (lo mismo que Fuchs) acepta de Bultmann la desmitificación y la
interpretación existencial, aunque piensa que hay que ajustarlas, o tal vez orientarlas, hacia un
sentido lingüístico. De esto dice: «En mi opinión, este concepto (de interpretación existencial)
puede tener su significado y su utilidad si pone de manifiesto que la existencia es existencia a
través de la palabra y en la palabra. En este caso, “interpretación existencial” significaría:
interpretación del texto en relación con el acontecimiento de la palabra»; es decir, la
existencia se interpreta, se comprende y se ilumina por medio de la palabra, y esto se
demuestra con mayor intensidad por medio de la palabra del evangelio.
Ebeling piensa contrario a Bultmann. Para él, entre palabra de Jesús y palabra de la iglesia (o
kerygma) hay unidad objetiva: el kerigma de la iglesia da a conocer la palabra y la acción del
Jesús histórico. Para Ebeling, el problema planteado por la teología de Bultmann es el
siguiente: « ¿hasta qué punto se ha profundizado suficientemente en la relación instituida por
Bultmann entre palabra y fe?». La fe es obediencia a la palabra (kerygma), que ilumina la
existencia. Para Ebeling la palabra de la iglesia, el kerygma, remite a su fundamento «Jesús, la
palabra de Dios. En él, Dios ha venido, Jesús ha hecho comprensible a Dios». A partir de esta
crítica irá desapareciendo progresivamente de la teología protestante el uso del término
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kerygma, que ya en la perspectiva bultmanniana había perdido gran parte de su relación con la
palabra de Jesús, y entra en su lugar la expresión acontecimiento-de-la-palabra, que mantiene
en estrecha relación la palabra de Jesús y la palabra de la predicación de la iglesia.
Bultmann había centrado acertadamente la temática teológica entre palabra y fe –la formula de
la Reforma-, aunque a la palabra se le sustraía después su fundamento histórico. Ebeling
retomó el planteamiento de Bultmann, con correcciones históricas similares a las de
Käsemann y otras correcciones hermenéuticas siguiendo a Fuchs, y publicó en tres volúmenes
sus estudios histórico-sistemáticos bajo el título de Palabra y fe: primer volumen en 1960;
segundo volumen en 1969; tercer volumen en 1975. En su introducción al primer volumen,
escribió: «El tema fundamental, así lo espero, se ha mantenido: actualizar con
responsabilidad, por una parte, la concentración operada por la Reforma en la palabra y, por
otra, la fe como doctrina teológica de los principios».
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IV. La Teología Hermenéutica y el Método Histórico-Crítico
En el año 1898, Ernst Troeltsch, filósofo, historiador y teólogo alemán de fines del siglo XIX
y principios del XX, hacía la distinción entre Método Histórico y Método Dogmático.
Ebeling retoma esta distinción para demostrar que ambos métodos exigen una teología
hermenéutica, si se quiere superar el conflicto de métodos entre ambas tendencias.
Para el método histórico-crítico la fuente no es más que un testimonio del pasado, pero a la
fuente se le debe preguntar qué es lo que puede obtenerse de ella para nosotros hoy. No solo
debemos ir hacia atrás, a la fuente, sino también hacia delante, hacia quien estudia la fuente.
Este se debe preguntar ¿Qué puedo obtener para mi propia vida? De esta forma se amplía el
método histórico-crítico, llegando a una pregunta hermenéutica.
Para Ebeling, la teología es reflexión responsable sobre el anuncio: sobre lo que ha sido
anunciado, sobre el anuncio realizado y sobre lo que ahora se debe anunciar. Él dice que: «la
teología sin anuncio está vacía, y el anuncio sin teología es ciego».
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V. Conclusión
El interés de Ebeling por una teología hermenéutica está profundamente arraigado en el ser
humano y su necesidad de comprensión, similar al planteamiento de Fuchs. La necesidad
actual o la pregunta actual debe ser aquello que marque la pauta, o el destino al que se debe
llegar en la teología. Es a través del lenguaje que el ser humano llega a comprender, a tener
entendimiento. Pero este entendimiento debe conducirnos por un camino de paz, un camino
más excelente, tal como lo expresara Ebeling al escribir que «La rabies theologorum y la
mezquindad mental de no pocos diletantes de la teología constituyen un inquietante estorbo
para una teología del lenguaje teológico, que en definitiva debería conducir… a amar».
VII. Bibliografía
1. Gibellini, Rosino. 1998, La Teología del Siglo XX, traducción de Rufino Velasco, España,
Sal Terrae, páginas 78-89.
2. Robinson, James M. y Cobb, John B. New Frontiers in Theology, vol. II, The New
Hermeneutics, páginas 78-110.