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Presentación
El 22 de julio de 2009 Lokarri, Red ciudadana por el acuerdo y la consulta,
presentó el informe de primavera del Observatorio Social del proceso de paz. 733
personas respondieron a un cuestionario sobre la situación del proceso hacia la
paz y sobre víctimas, sufrimiento y reconciliación. Además, se celebraron once
reuniones de los Observatorios Locales en las que participaron 119 personas.
El Observatorio Social del proceso de paz es una iniciativa que tiene como
objetivo fomentar la participación ciudadana y generar un espacio donde todas
las personas interesadas puedan exponer su opinión sobre la paz y la
convivencia. Además, pretende incentivar una reflexión sobre este tema que
permita generar nuevas ideas y propuestas constructivas que faciliten el camino
para tener nuevas oportunidades de alcanzar la paz.
Por estas dos razones este informe del Observatorio contiene un único apartado
en el que se ofrece un análisis del proceso hacia la paz basado en las respuestas
de los participantes. En total, ha sido 1.248 personas las que han respondido al
cuestionario referente al verano de 2009 y han sido más de 4.000 las
aportaciones e ideas concretas recogidas. Esta participación ciudadana no es un
sondeo científico pero aporta una visión interesante y enriquecedora acerca del
proceso hacia la paz, su impulso y los caminos para buscar nuevas oportunidades
en un momento complicado.
2. ¿Hay más posibilidades ahora que hace un año para conseguir la paz?
Las razones principales que justifican estas respuestas son las siguientes: 1) la
violencia de ETA vulnera derechos humanos básicos y demuestra que no tiene
voluntad de arriesgarse y dar pasos para reiniciar un proceso de paz, cuando el
final de la violencia sería un paso decisivo para avanzar en un proceso de paz, 2)
el diálogo no interesa porque implica resolver el problema entre todos y, en
cambio, se está apostando por una lógica frentista, especialmente por parte del
nuevo Gobierno Vasco, 3) dejar fuera a una parte de la sociedad, como es la
representada por la Izquierda Abertzale, dificulta el diálogo y la definición de una
solución compartida y 4) cada vez se respetan menos los Derechos Humanos.
El hecho más destacado por 4 de cada 5 participantes han sido los atentados y
asesinatos de ETA en Mallorca y Burgos. Mientras, un 55% destaca la polémica
sobre las fotos de presos de ETA y las recientes prohibiciones de
manifestaciones. 2 de cada 10 señala la decisión del Gobierno Vasco de elaborar
un nuevo plan de educación para la paz y un 10% los últimos casos de kale
borroka y la propuesta de UPN de crear un pacto contra el terrorismo.
Un 65% cree que no se dan las condiciones y 1 de cada 4 que sí las hay. En
primavera la mitad sostenía la primera opinión y un 33% la segunda, por lo que
es menos positiva la valoración de la situación actual.
Entre quienes manifiestan que no se dan las condiciones se sostiene que ETA no
ha cesado la violencia y que no demuestra una voluntad de querer hacerlo, que
no hay valentía para asumir riesgos y encauzar un proceso de diálogo,
especialmente en los gobiernos español y vasco, y que no hay un verdadero
interés en ir generando espacios de entendimiento.
Este incremento de una opinión negativa es más acusado en el caso del Gobierno
Vasco. Si en primavera un 28% consideraba su aportación buena o muy buena y
un 31% mala o muy mala, ahora un 76% se sitúa en las segunda de las opciones,
lo que refuerza la tesis expresada en el anterior informe de que en primavera el
cambio en el Gobierno Vasco era muy reciente y los participantes podían
albergar dudas sobre si la pregunta se refería al anterior o al nuevo gobierno.
Comenzando con los partidos que mejor valoración reciben, un 73% de las
personas que han respondido en el caso de Aralar, un 55% en el de EA y un 54%
en el de EB estiman que su aportación a la paz y la normalización es positiva o
muy positiva.
En una posición intermedia se sitúa el PNV. Un 34% la califica como buena o muy
buena, un 42% ni buena ni mala y un 24% como mala o muy mala, en una
reducción de la valoración de primavera, cuando un 48% pensaba que era buena
o muy buena.
Las personas participantes estiman como mala o muy mala la actuación de PSE-
PSN (85%), PP (96%), UPyD (91%) y la Izquierda abertzale (64%). Es necesario
añadir algunos datos más que completan esta opinión: la actuación del Gobierno
Vasco es mejor valorada que la del PSE y un 23% califica la actuación de la
Izquierda Abertzale como ni buena ni mala y un 13% como buena o muy buena.
Hay una propuesta de mejora que se traslada tanto a los gobiernos como a los
partidos, consistente en abrir espacio al diálogo, arriesgar, tener la voluntad
suficiente y aceptar que hay que contar con todos para buscar soluciones.
Es destacable que algunos de las personas que han participado piden a Lokarri
que sea más crítico y audaz para evitar que su actuación sea irrelevante y no
tenga la capacidad de contribuir a romper la situación de bloqueo.
Las personas que sostienen su legalización al cumplir con los requisitos de la Ley
de partidos consideran que la Izquierda Abertzale debe rechazar la violencia
porque en democracia no caben los partidos que amparan la violencia y hacen un
llamamiento a que rompa con ETA.
Las valoraciones aparecen divididas entre quienes apuestan por que sólo deben
retirarse los carteles y fotos que directamente inciten a la violencia (46%) y
quienes lo consideran un recorte injustificado de la libertad de expresión (40%).
Únicamente un 8% apuesta por su retirada por ser una afrenta a las víctimas o
un enaltecimiento del terrorismo.
2- Se asume que las fotos de presos pueden herir a las víctimas, aunque eso no
justifique su retirada.
ETA ha cometido nuevos y graves atentados, como los de Burgos y Mallorca, que
constituyen una injustificable vulneración de los derechos humanos y muestran
su nula voluntad de facilitar las condiciones para un nuevo proceso de paz.
Los gobiernos central, vasco y navarro tienen una estrategia para alcanzar la paz
que genera nuevos problemas en vez de resolver los existentes. La izquierda
La hoja de ruta para impulsar un nuevo proceso de paz se basa en los siguientes
pasos: 1) una declaración contrastable de ETA de poner fin a la violencia, 2)
fomentar los espacios compartidos de diálogo, donde todos los partidos políticos
busquen y desarrollen las oportunidades para impulsar la normalización política,
3) la voluntad de todos los implicados, incluida la sociedad, para superar la
situación de bloqueo, lo que requiere asumir riesgos y 4) la garantía de los
derechos humanos y libertades democráticas básicas.
ETA debe poner fin a la violencia de manera inmediata, sin ningún tipo de
condición. La violencia está añadiendo cada vez más sufrimiento y está
provocando mayores dificultades para que el deseo de paz de la sociedad vasca
pueda ser una realidad en un plazo corto de tiempo.
Los gobiernos deben revisar sus estrategias para conseguir la paz. La lucha
frente a la violencia no puede emplear herramientas y caminos que generan
nuevas vulneraciones de derechos. Tampoco la violencia puede ser la excusa
para tratar de marginar a una parte de la sociedad, ya que el objetivo es facilitar
una convivencia donde todos podamos convivir pacífica y democráticamente. El
recorte de libertades y la exclusión únicamente contribuyen a aumentar la
tensión y a dificultar el entendimiento.
La actual situación presenta un déficit de diálogo que debe ser subsanado tanto
por medio de iniciativas formales en los parlamentos, como de manera discreta
entre todos los partidos políticos. El primer reto es ir generando la confianza
suficiente que haga posible un diálogo resolutivo. El segundo reto es ir definiendo