y
Toms
de
Aquino
son
dos
autores
claramente
enfrentados.
En
cuanto
a
la
epistemologa
(teora
del
conocimiento),
podemos
decir
que
el
filsofo
escolstico
es
un
autor
empirista,
puesto
que
reconoce
el
papel
de
los
sentidos.
Como
ya
haba
afirmado
Aristteles
antes
que
l,
todo
conocimiento
comienza
con
la
experiencia
sensible,
nada
hay
en
nuestro
entendimiento
que
no
haya
pasado
antes
por
la
experiencia.
Sin
embargo
Descartes,
al
igual
que
Platn,
infravalora
el
papel
de
los
sentidos,
stos
son
engaosos
y
no
aportan
conocimiento
alguno.
Ambos
son
filsofos
racionalistas.
La
razn
es
la
nica
facultad
humana
que
puede
aportar
conocimiento,
es
infalible
y
autnoma.
El
conocimiento
que
tenemos
de
la
realidad
no
depende
de
los
sentidos
o
experiencia,
sino
de
las
ideas
innatas
que
ya
estn
en
nuestra
mente
desde
el
mismo
momento
en
que
nacemos.
A
nivel
ontolgico,
ambos
autores
reconocen
en
Dios
a
la
sustancia
infinita,
sumamente
perfecta
y
la
causa
de
todo
cuanto
existe.
Sin
embargo
difieren
con
respecto
a
la
forma
de
acceder
a
l
y
de
demostrar
su
existencia.
Mientras
que
las
pruebas
o
demostraciones
de
Toms
de
Aquino
son
a
posteriori
(dependen
de
la
experiencia
sensible),
las
de
Descartes
son
a
priori,
son
argumento
puramente
racionales
y
no
recurren
en
ningn
momento
a
la
aportacin
de
los
sentidos.
El
punto
de
partida
en
las
vas
(demostraciones
tomistas)
est
en
lo
que
los
sentidos
nos
muestran
del
mundo
para
concluir
en
la
existencia
necesaria
de
un
ser
supremo,
Dios.
Por
ejemplo,
en
la
primera
de
las
vas
el
punto
de
partida
es
el
movimiento
que
existe
en
el
mundo
y
que
los
sentidos
nos
muestra.
Todo
lo
que
se
mueve
es
movido
por
otro
y,
a
su
vez
ese
otro
por
un
otro,
pero
ante
la
imposibilidad
de
una
serie
indefinida
hemos
de
concluir
en
la
existencia
de
un
ser
que
mueve
y
que
a
su
vez
no
es
movido
por
nada,
es
decir,
un
motor
inmvil
o
Dios.
Por
el
contrario,
Las
demostraciones
cartesianas
parten
de
la
idea
de
un
ser
sumamente
perfecto
(parten
de
esa
idea
que
est
presente
en
nuestra
mente,
no
de
la
informacin
que
los
sentidos
aportan
del
mundo).
Esta
idea
no
procede
de
los
sentidos,
ya
que
no
tenemos
ninguna
experiencia
sensible
de
Dios.
Se
trata
de
una
idea
innata
o
a
priori
introducida
en
nuestra
mente
por
Dios.
Por
este
motivo
decimos
que
las
argumentaciones
de
Descartes
son
a
priori.