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NEUQUEN, 20 de Octubre de

2009.

Sr. Gobernador de la
Provincia del Neuquén
Dr. Jorge A. SAPAG
S / D
Ref.: solicitan veto Art. 17, Inc. “e” de la Ley 2670.

En nuestro carácter de representantes de los


trabajadores y trabajadoras judiciales, de distintos gremios
de la provincia y de la Central de los Trabajadores de
Argentina de Neuquén, venimos a requerirle el veto del
Art. 17, Inc. “e”, de la Ley nº 2670 de Convenciones
Colectivas de Trabajo para los empleados del Poder
Judicial de la Provincia del Neuquén, de conformidad
con el Art. 192 y concordantes de la Constitución Provincial,
por afectarse en la norma legal que cuestionamos,
Derechos de raigambre constitucional, Convenios de la OIT
ratificados por Argentina, potestades del Congreso de la
Nación y el principio de igualdad para las partes en la
negociación colectiva.
Entendemos que UD. no debe convalidar
semejante despropósito legal, que sólo tuvo sustento en la
intencionalidad de sus impulsores de agraviar a los
trabajadores judiciales en particular y de la provincia en
general, expresando una concepción antidemocrática y
revanchista que jamás debiera estar en cabeza de quiénes
han recibido el mandato del pueblo de legislar con
irrestricto apego a la Constitución.

FUNDAMENTOS.

1.- ILEGALIDAD DEL DESCUENTO AUTOMATICO Y


UNILATERAL DE LOS DÍAS DE HUELGA:
Sin perjuicio de que resulta conocida la doctrina de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación de que el empleador no
debe soportar económicamente los días de huelga, es
necesario precisar que según la propia jurisprudencia y
reglamentación del Máximo Tribunal Nacional el descuento
no puede válidamente operar de manera automática.
Desde antiguo, ha sostenido la CSJN que el pago de los
días de huelga corresponde en los casos en que la
responsabilidad del empleador se funde en ley que
razonablemente la imponga, o en su conducta culpable o en
una convención, (CSJN, 5/8/63, “Buhler, Erico F. y otros c/
Talleres Galc y Cía. SRL”, Fallos: 256: 307).
En similar sentido la acordada de la Corte Suprema Nº
22/85 establece que para determinar la procedencia del
descuento de los días huelga es necesario evaluar la
conducta de las partes en el caso concreto.
A mayor abundamiento resulta necesario traer a colación
que el descuento de haberes por huelga requiere no solo un
análisis sobre la conducta de la partes (culpabilidad), sino
además que dicho análisis sea efectuado a través de
mecanismos y órganos que garanticen la imparcialidad,
independencia y la confianza de las partes.
Así, la Declaración Socio Laboral del Mercosur (SGT Nº
10 “Asuntos laborales, empleo y seguridad social” Brasilia,
10 de diciembre de 1998) establece en su Art. 12: “Los
Estados Partes se comprometen a propiciar y desarrollar
formas preventivas y alternativas de autosolución de los
conflictos individuales y colectivos de trabajo, fomentando
la utilización de procedimientos independientes e
imparciales de solución de controversias”
En idéntico sentido el Convenio 151 de la OIT establece
que: “La solución de los conflictos que se planteen con
motivo de la determinación de las condiciones de empleo
se deberá tratar de lograr, de manera apropiada a las
condiciones nacionales, por medio de la negociación entre
las partes o mediante procedimientos independientes e
imparciales, tales como la mediación, la conciliación y el
arbitraje, establecidos de modo que inspiren la
confianza de los interesados” (art. 8vo.).
A partir de dicho precepto, aplicable en el derecho local en
tanto el Convenio 151 ha sido ratificado por Argentina, los
órganos de control de OIT han elaborado una doctrina
mediante la cual en ningún caso resulta admisible
que la propia administración determine las
condiciones de vigencia de los derechos de las
organizaciones sindicales y sus trabajadores en
materia de conflictos colectivos, incluido el ejercicio
de la huelga.
Así ha sostenido el Comité de Libertad Sindical de la
OIT que: “En caso de mediación y arbitraje en
conflictos colectivos en las administraciones públicas
lo esencial es que todos los miembros de los órganos
encargados de esas funciones no sólo sean
estrictamente imparciales, sino que también lo
parezcan” (véase Recopilación, cit., párrafo 549).
De manera que, en materia tan sensible como la regulación
de la huelga, en la que está en juego su ejercicio, aún
pudiendo ser admitida por OIT su limitación en las
administraciones públicas, en ningún caso ello puede traer
aparejado que dicha limitación sea impuesta por el propio
empleador.
En el Caso 1653/60 el Comité indicó que: “observa sin
embargo que los querellantes han hecho valer que en los
conflictos que son objeto de la presente queja, la Corte
Suprema era a la vez juez y parte, por ser, por un lado, la
empleadora del personal judicial y, por otro, por haber
suspendido el ejercicio del derecho de huelga de su
personal. A este respecto, el Comité debe recordar que el
artículo 8 del Convenio sobre las relaciones de trabajo en la
administración pública, 1978 (núm. 151), ratificado por
Argentina, dispone que "la solución de los conflictos que se
planteen con motivo de la determinación de las condiciones
de empleo se deberá tratar de lograr, de manera apropiada
a las condiciones nacionales, por medio de la negociación
entre las partes o mediante procedimientos independientes
e imparciales, tales como la mediación, la conciliación y el
arbitraje, establecidos de modo que inspiren la confianza de
los interesados". En el presente caso, surge que el
procedimiento de conciliación impuesto por la Corte
Suprema no ha sido establecido con la confianza de los
sindicatos del personal judicial. El Comité recomienda pues
al Gobierno que en el futuro, en caso de conflictos
colectivos en el sector judicial, vele por que los
procedimientos para la solución de conflictos inspiren la
confianza de las partes, de conformidad con el artículo 8 del
Convenio núm. 151”.
Es de resaltar que las resoluciones de la OIT resultan
plenamente aplicables al ordenamiento nacional a partir de
la reestructuración del sistema de fuentes, producida en
nuestro país a partir de la reforma constitucional del año
1994, más la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación (Fallos “Giroldi”, “Aquino” y “Madorrán”, entre
otros), que determinan que las “condiciones de vigencia”
de las normas internacionales de Derechos Humanos, que
resultan constitucionalizadas por el nuevo art. 75.22 CN,
son aquellas con que dicho instrumento rige en el ámbito
de que se trate y conforme es interpretado por los órganos
encargados de aplicarlo.
Bajo este marco normativo fácil resulta apreciar que
la norma que dispone como obligatorio y automático
el descuento de los días de huelga resulta
inconstitucional, puesto que viola el principio de
declaración de ilegalidad como condición previa al
descuento, por que además efectúa una
determinación previa sobre la culpabilidad,
estableciendo que esta siempre corresponde al
empleado y por que se violenta el derecho a que la
determinación de la culpabilidad se realice a través
de un órgano independiente, imparcial y confiable.
A esto cabe agregar que la norma cuestionada
constituye una forma de imposición unilateral de
parte del empleador para con el empleado con lo
cual se violenta también el Art. 8º del Convenio OIT
151.

2.- ILEGALIDAD POR VIOLACIÓN AL PRINCIPIO DE


PROGRESIVIDAD:

El principio de progresividad está compuesto por un doble


contenido. Uno de ellos está expresado a través del avance
gradual en orden a la satisfacción plena y universal de los
derechos tutelados, que supone decisiones estratégicas en
miras a la preeminencia o la postergación de ciertos
derechos por razones sociales, económicas o culturales.
El otro contenido se cristaliza a través de la prohibición del
retorno, o también llamado principio de no regresividad.

Este último expresa el supuesto mínimo del


compromiso de mejora, por cuanto es la mas
elemental obligación que asume el Estado; esto es,
la de no retrotraer la situación actual del titular de
los derechos.

Uno de los Tratados incorporados a los contenidos


constitucionales es el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales.

En el inciso 11 del artículo 1º establece expresamente el


principio de progresividad, refiriendo a él como mejora
continua de las condiciones de existencia de la vida
humana.
El artículo 2º establece que “cada uno de los Estados
parte en el presente Pacto se compromete a adoptar las
medidas, tanto por separado como mediante la asistencia y
la cooperación internacionales, especialmente económica y
técnica hasta el máximo de los recursos de que dispongan,
para lograr progresivamente por todos lo medios
apropiados, inclusive la particular adopción de medidas
legislativas, la plena efectividad de los derechos aquí
reconocidos”

A su vez, el imperativo constitucional de mejora continua,


que supone la no regresividad, torna mas estricto el control
de razonabilidad impuesto por artículo 28 de la Carta
Magna. Al respecto ha sostenido la CSJN: “La consagración
constitucional del principio de no regresividad producida
mediante la asignación de jerarquía constitucional al
PIDESC a partir de la reforma de 1994, ha agregado al
control de razonabilidad de la leyes y reglamentos un
nuevo criterio a ser tenido en cuenta...Ahora bien, ¿cuáles
son las consecuencias que acarrea la sanción de una ley o
de un reglamento regresivo? La regresividad, ¿constituye
una razón de invalidez o inconstitucionalidad? De acuerdo
al esquema sugerido, la regresividad constituye un factor
agravado del análisis de razonabilidad. Por ello, la prueba
de que una ley es regresiva determina una presunción de
invalidez o inconstitucionalidad” (AQUINO, Isacio c/CARGO
SERVICIOS INDUSTRIALES S.A.) fallo de fecha 21 de
septiembre de 2004.

Cabe concluir entonces que por aplicación del


principio de progresividad, y por la prohibición de
regresividad que dicho principio encierra, la norma
que dispone el descuento automático, unilateral e
inconsulto de los días de huelga es ilegal puesto que
retrotrae y desmejora la situación de ejercicio y
vigencia de los derechos.

Concretamente en el caso, el estado, lejos de dictar


normas que garanticen el pleno y máximo ejercicio
de derechos, dicta normas que reducen o disminuyen
de manera directa la posibilidad de su ejercicio, lo
que a todas luces viola el principio constitucional de
progresividad y constituye una conducta regresiva
abiertamente ilegal.

3.- ILEGALIDAD POR VIOLACIÓN AL DEBER DE


FOMENTO DE LA NEGOCIACIÓN COLECTIVA:

Desde otro aspecto, es de resaltar que la inclusión del


descuento automático, unilateral e inconsulto de los días de
huelga constituye una flagrante violación a la obligación del
estado de fomentar la negociación colectiva en el marco de
la administración pública.

Ello es así dado que el estado Argentino esta obligado por


la Declaración Socio Laboral del Mercosur a fomentar el
diálogo social en los ámbitos nacional y regional,
instituyendo mecanismos efectivos de consulta
permanente entre representantes de los gobiernos,
de los empleadores y de los trabajadores, a fin de
garantizar, mediante el consenso social, condiciones
favorables al crecimiento económico sustentable y
con justicia social de la región y la mejora de las
condiciones de vida de sus pueblos. (Art. 13)

Por otra parte el Art. 11 de esta misma declaración dispone


que todos los trabajadores y las organizaciones sindicales
tienen garantizado el ejercicio del derecho de huelga,
conforme a las disposiciones nacionales vigentes. Los
mecanismos de prevención o solución de conflictos o
la regulación de este derecho no podrán impedir su
ejercicio o desvirtuar su finalidad.

El Art. 3 del convenio 87 OIT establece que las


organizaciones de trabajadores y de empleadores tienen el
derecho de redactar sus estatutos y reglamentos
administrativos, el de elegir libremente sus representantes,
el de organizar su administración y sus actividades y el
de formular su programa de acción y que las
autoridades públicas deberán abstenerse de toda
intervención que tienda a limitar este derecho o a
entorpecer su ejercicio legal.

Que el convenio 154 OIT que específicamente regula el


fomento de la negociación colectiva establece una serie de
reglas que deben seguirse, entre las que se destacan: El
Art. 5º que ordena que: Se deberán adoptar medidas
adecuadas a las condiciones nacionales para
fomentar la negociación colectiva. Las medidas a que
se refiere el párrafo 1 de este artículo deberán tener por
objeto que: c) Sea fomentado el establecimiento de
reglas de procedimiento convenidas entre las
organizaciones de los empleadores y las
organizaciones de los trabajadores d) La negociación
colectiva no resulte obstaculizada por la inexistencia
de reglas que rijan su desarrollo o la insuficiencia o
el carácter impropio de tales reglas; e) Los órganos y
procedimientos de solución de los conflictos
laborales estén concebidos de tal manera que
contribuyan a fomentar la negociación colectiva.

El Art. 7º que dispone: Las medidas adoptadas por


las autoridades públicas para estimular y fomentar el
desarrollo de la negociación colectiva deberán ser
objeto de consultas previa y, cuando sea posible, de
acuerdos entre las autoridades públicas y las
organizaciones de empleadores y de trabajadores.

El Art. 8º que expresa: Las medidas previstas con


objeto de fomentar la negociación colectiva no
deberán ser concebidas o aplicadas de modo que
obstaculicen la libertad de negociación colectiva.

De la trascripción normativa efectuada surge con


meridiana claridad que es obligación del estado
fomentar la negociación colectiva en el sector
publico y que además las normas que en ese sentido
se dicten deben otorgar preeminencia a los
mecanismo de diálogo y consenso de las partes
estimulando el desarrollo de la negociación y la
pluralidad de la participación, por lo que la norma en
la medida en que dispone el descuento unilateral,
automático e inconsulto de los días de huelga
constituye una abierta violación a los convenios 87,
98 y 154 de la OIT y a la Declaración socio Laboral
del Mercosur, y por lo tanto su sanción es
repugnante a nuestro ordenamiento jurídico.

4.- ILEGALIDAD POR CONTRAVENIR LA GARANTÍA DE


IGUALDAD (ART. 16 C.N.), POR CONCULCAR EL
PRINCIPIO DE SUPREMACÍA DE LAS LEYES (ART. 31
C.N.), POR RESULTAR MANIFIESTAMENTE
DISCRIMINATORIO (ART. 75 INC. 22 C.N., ARTS. 1, 2 y
7 DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS
HUMANOS, ART. 1 DEL PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA
RICA, ART. 1 DE LA LEY 23592), POR FRUSTRAR LA
GARANTÍA DE PROTECCIÓN A LA GESTIÓN SINDICAL
ESTABLECIDA POR EL ART. 14 BIS DE LA
CONSTITUCIÓN NACIONAL.

Del análisis minucioso del Art. 17, Inc. “e”, de la Ley 2670,
surge con meridiana claridad que, en primer lugar, una
correcta técnica legislativa impone el tratamiento por
separado en dos cuerpos normativos de lo que constituye la
negociación colectiva por un lado y lo inherente a la
solución de conflictos por otro. La norma bajo estudio
incomprensiblemente, mezcla ambas cuestiones incluso
reglamentando inconstitucionalmente el ejercicio del
derecho de huelga, con la obvia finalidad de obturar una
herramienta básica de los trabajadores como es el ejercicio
de dicho derecho en el contexto de la inexistencia de un
acuerdo en el Poder Judicial, pues de otra manera no se
entiende el o los motivos de los descuentos de los días de
no prestación de servicios existiendo las circunstancias
apuntadas.-
La esencia del sistema de Convenios Colectivos es que los
trabajadores del estado puedan ir enriqueciendo, con su
participación mediante los sindicatos, sus condiciones
laborales. Si se desfigura la institución de la negociación
colectiva se llevará a crear ventanas de escape que solo
sirvan para que los inescrupulosos provoquen retrocesos
laborales incompatibles con la finalidad de la norma
analizada, convirtiendo una Garantía nacida para el
progreso laboral, en una herramienta para la agresión a los
Trabajadores.-
La obligatoriedad del Acuerdo Colectivo para modificar
condiciones de trabajo y la base de derechos mínimos de
los Trabajadores Estatales debe ser un avance
democratizador de las relaciones de empleo publico, pues
corresponde incorporar definitivamente el derecho del
trabajador a participar en la normativización de su trabajo
por aplicación de los Convenios 87, 98, 151 y 154 de la
O.I.T.. No se ha de perder de vista que, cuando un
trabajador participa en la fijación de sus normas de trabajo,
no hace más que determinar una enorme porción de su
propia vida, que transcurre en su lugar de trabajo.
Asimismo como es conocido, en época reciente, se aprobó
la “Declaración de la OIT relativa a los Principios y Derechos
Fundamentales en el Trabajo” (1998) ratificando la
“libertad de asociación y la libertad sindical y el
reconocimiento efectivo de la negociación colectiva”
y la “Declaración Social Laboral del Mercosur”
(10/12/98) estableciendo como principios y derechos del
trabajo: “Todos los trabajadores y las organizaciones
sindicales tienen garantizado el ejercicio del derecho de
huelga conforme a las disposiciones nacionales vigentes.
Los mecanismos de prevención o solución de
conflictos o la regulación de este derecho no podrán
impedir su ejercicio o desvirtuar su finalidad” (art.
11). Aparece en consecuencia claramente ordenado que
los procedimientos instrumentados para la composición, no
deben desnaturalizar este reconocimiento. Las cláusulas
autoejecutables de la declaración, entre las que se computa
la referida, tienen obligatoriedad directa y son aplicables
por los tribunales de los Estados miembros. Esta
operatividad ya ha comenzado en nuestros tribunales
aunque una parte de la magistratura del trabajo parecería
no sentirse obligada a aplicar estos contenidos del derecho
vigente.
Como venimos diciendo, en consecuencia, la orden de cesar
una huelga y la facultad de ordenar el proceso de
conciliación, incluso la de proponer soluciones, o calificar
una huelga (como es el caso concreto que nos ocupa) no
pueden estar a cargo de una de las partes, en
detrimento de la parte sindical. El propio Poder Judicial,
a través del T.S.J., no es un tercero imparcial e
independiente que media entre otras dos partes, sino
integrante principal como cabeza de dicho poder,
del empleador.-
No se puede, entonces alegar, como se ha señalado, la
validez o constitucionalidad de las legislación provincial,
como sucede en la especie con el articulado bajo estudio,
que atribuyen competencia al propio empleador para
calificar una huelga.
En función de lo expuesto se ha dicho que “Que el empleo
público provincial suscite competencias locales no
alcanza para perturbar el diseño federal que somete
a reglamentaciones exclusivas del Congreso todo
campo de derecho laboral y el ejercicio del derecho
de huelga (Germán Bidart Campos “La reglamentación de
la huelga del personal judicial provincial por el Superior
Tribunal de Justicia de la Provincia de San Luis”, ED 137-
255).
Se encuentra reconocido incluso en los Tratados
Internacionales “que gozan de jerarquía constitucional” que
uno de los más altos intereses generales del estado es
justamente respetar y sostener los derechos emanados de
la libertad sindical.

Además de la fundamentación precedente,


queremos agregar las siguientes consideraciones al
presente pedido de veto parcial:
a) El Proyecto de Ley de Convenciones Colectivas de
Trabajo para los Empleados del Poder Judicial de la
Provincia del Neuquén se comenzó a discutir entre SEJUN y
el TSJ a comienzos del año 2007. A mediados de ese año,
el entonces Presidente Badano, remitió a la H Legislatura el
anteproyecto que se estaba negociando entre las partes, de
manera inconsulta y unilateral. Pero debemos resaltar que
en el mismo no constaba afectación alguna al Derecho de
Huelga.

b) Con la nueva composición legislativa, SEJUN remitió el


mismo anteproyecto a la H Legislatura en Marzo de 2008,
de manera de impulsar su tratamiento legislativo. Por
supuesto que en el mismo no se incluía afectación alguna
del Derecho de Huelga.

c) Durante el año en curso, y durante el debate en


Comisiones en la H. Legislatura, el TSJ (obviamente con la
actual composición) remitió una serie de observaciones y
sugerencias al proyecto. Pero no incluyó ningún agregado
que afecte el Derecho de Huelga.

d) Las Comisiones “A” e “I” de la H. Legislatura aprobaron


por amplia mayoría el despacho que NO INCLUÍA
observación alguna a la cuestión de la huelga.

e) En la sesión legislativa del día 15 del mes y año en


curso, se aprobó en general el Proyecto de mayoría, que
venía de las Comisiones “A” e “I”, sin afectación alguna al
Derecho de Huelga. El Proyecto de la minoría (que sí lo
afectaba), impulsado por los diputados Inaudi, Kogan y
Rachid, fue derrotado en la votación por 20 votos a 12.

f) En la sesión legislativa del 16 de Octubre de 2009,


insólitamente, sin que se explicite fundamentación alguna,
quiénes habían votado el Despacho de mayoría en las
Comisiones referidas y votado el día anterior en general
dicho Despacho, travistieron su temperamento legislativo y
convirtieron en mayoritario el despropósito Inaudi;
incorporando el Inciso “e” al Art. 17 de la Ley CCT.

g) Es decir que a todas luces se evidencia un


comportamiento legislativo dudoso, contradictorio y oscuro,
que lejos está de contribuir a mejorar la escasa credibilidad
ciudadana en las instituciones.

h) El autor e impulsor de la norma legal cuestionada,


diputado Inaudi, tiene una larga y probada animadversión
hacia el S.E.Ju.N y el conjunto de trabajadores y
trabajadoras judiciales. Basta repasar su actitud y
declaraciones en distintos momentos y situaciones de
importancia institucional para la ciudadanía en general y los
trabajadores judiciales en particular: Debate sobre el
Consejo de la Magistratura durante la Convención
Constituyente, Jurado de Enjuiciamiento a la ex Jueza
Taiana, Proceso de cobertura de vacantes en el TSJ luego
de las renuncias de Sommariva y Fernández y la destitución
de Badano, Debate acerca del incremento salarial plasmado
en la Ley nº 2662, entre otros.
I) Es altamente contradictorio que una norma legal
que, en principio y por principio, debe ser de utilidad
para la resolución de la conflictividad laboral y
social, dotando a las partes de instrumentos y
herramientas para encontrar soluciones negociadas
y de consenso, termine siendo una fuente de
conflicto. Y que en la práctica reglamente una
cuestión ajena a su objeto (el Derecho de Huelga) de
manera ilegal y generando una situación de
desigualdad en detrimento de los trabajadores, ya de
por sí la parte más débil en una negociación
colectiva.

J) Por último, una preocupación de carácter más


general, que tiene que ver con la Democracia y la
perspectiva cierta del achicamiento de sus espacios
y de las garantías constitucionales. Pues desde
distintos sectores, gubernamentales, empresariales,
políticos, judiciales y periodísticos, se viene
propalando un discurso y una práctica represiva. Y
es en este contexto en el que no casualmente
aparece este elemento restrictivo del Derecho de
Huelga, emparentado con las peores disposiciones
en la materia de la última dictadura cívico-militar.

Es por todo lo expuesto que venimos a


requerirle el veto parcial de la Ley nº 2670,
objetando el Inc. “e” de su Art. 17.
Sin otro particular lo saludamos con atenta
consideración.

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