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Ponencia efectuada el lunes 30 de agosto del 2005, en el Seminario "La
perspectiva de género en la construcción de un nuevo sistema de justicia: Una
mirada a la nueva justicia de familia y la gestión pública", organizado por el
Ministerio de Justicia
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Julia Lorena Fries M., Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales por la
Universidad de Salamanca. Ha realizado cursos sobre Género y Derecho y
Derechos Humanos de las Mujeres en la Facultad de Derecho de la Universidad
de Chile, en el programa de Diplomado de la Facultad de Filosofía de la misma
Universidad, en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO –
Ecuador, y en la Universidad Andina Simón Bolivar, Bolivia. Cuenta con varias
publicaciones, entre ellas: “Corte Penal Internacional y los Avances en Materia de
Justicia de Género”, “La Ley Hace el Delito” y “Género y Derecho”. Abogada de
ONG La Morada
e-mail: lfries@humanas.cl
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Esta forma de organización social a partir del género existe en todas las
sociedades y se ve reflejada en sus representaciones y discursos, en sus
instituciones y en sus prácticas. El sistema de género opera por sobre la
diferencia sexual y va conformado estructuras síquicas, sociales,
económicas, políticas y jurídicas que a la vez crean mas género. Se trata
de dispositivos que no necesariamente actúan de manera causal y/o
progresiva sino que se interfieren, se potencian, se resignifican en la
experiencia social. Ordenan la realidad social y con ello reproducen la
desigualdad entre hombres y mujeres.
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Gerda Lerner. El origen del patriarcado.
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Uno de los campos más interesantes para ver reflejada esta proposición
tiene que ver con la política y el poder, que en su sentido mas
tradicionalmente aceptado hacen referencia al gobierno y a la nación-
Estado. Si hacemos un seguimiento al pensamiento político sobre el cual
se han fundado los conceptos de Estado y democracia, vamos a
encontrar, en particular en los contractualistas, que la organización
política se constituye en oposición a la organización de la familia. Desde
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Pierre Bourdieu. Le Sens Practique.Paris 1980.
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Como las cosas y las ideas, conceptos como el género tienen historia y
por lo tanto asumen significados distintos de acuerdo al uso que de ellos
se va haciendo y de acuerdo a las nuevas realidades que van surgiendo.
En todo caso, y para efectos de esta ponencia, intentaré dar un orden que
permita entender el desarrollo del mismo en las ciencias sociales, y de allí
su relevancia para nutrir al derecho que en última instancia no explicita
un punto de vista pero lo tiene.
Por otra parte, historiadoras como Joan Scott9, incorporan otros elementos
a este concepto poniendo énfasis en la posibilidad que este tiene de
romper con las lógicas tradicionales de investigación social, las que
generalmente se basan en aspectos descriptivos, incluso cuando refieren
a la historia de las mujeres, sin llegar a profundizar en las raíces de la
desigualdad social en que han vivido históricamente. Sin embargo,
advierte también respecto del riesgo de usar el género sólo para referirse
a campos de estudio que estructural o ideológicamente refieren sólo a las
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El tráfico de mujeres: notas sobre la economía política del sexo
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El género, una categoría útil para el análisis histórico. Materiales de Enseñanza:
Conceptos Básicos, FLACSO-Ecuador, 2000
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idem
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Shulamith Firestone habla en este sentido de la “trampa amarga” de las
mujeres.
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Por último hay una última tendencia que viene del mundo del
psicoanálisis y cuyas exponentes mas reconocidas (Chodorow y Gilligan)
han hecho un aporte sustantivo a las teorías de género y explicativas de
la subordinación de las mujeres. Pertenecientes a escuelas distintas,
ambas hacen del centro de su análisis los procesos de construcción de la
identidad del sujeto; son las etapas de desarrollo inicial, la infancia la que
utilizan para explicar como se forma la identidad de género. Las
diferencias entre una y otra refieren en un caso a la experiencia real de
los niños y las niñas y para la otra en la función central del lenguaje
(como sistema de significados que preceden al habla, lectura y escritura)
que prefiguran el universo simbólico en el que se insertarán niños y niñas.
También con sus detractores/as, estas vertientes del psicoanálisis han
sido criticadas por la reducción de la problemática de género a la familia y
la división de roles entre padre y madre, y por tanto su incapacidad para
ser articuladas cono otros sistemas sociales de economía, política y poder,
y por la deificación del antagonismo que se origina subjetivamente entre
hombres y mujeres como hecho central del género con una tendencia a la
universalización y a la ahistoricidad en la medida que la construcción del
sujeto genérico resulta predecible. El gran ausente en estas escuelas
(aunque mas en Chodorow que en Gilligan) son los sistemas simbólicos es
decir, “la forma en que las sociedades representan el género, hacen uso
de éste para enunciar las normas de las relaciones sociales o para
construir el significado de la experiencia.”12 En definitiva los discursos
sicoanalíticos sobre el género no dejan de apelar a una cierta esencialidad
en la que hombres y mujeres constituyen opuestos binarios mas o menos
estables en términos de estructuras síquicas.
Scott, Joan. El género, una categoría útil para el análisis histórico. Materiales de
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Cuando se afirma que el derecho tiene género se está señalando mas allá
de las reflexiones que se presentarán, que el derecho es un producto
social e histórico, como todo discurso social, y determinado por tanto, por
el juego de las relaciones de poder, por la situación de las fuerzas en
pugna en un momento histórico y en un determinado lugar. Si el género
es un elemento constitutivo de las relaciones sociales y, si además es una
forma primaria de significación del poder, no parece extraño afirmar que
el derecho tiene género. El derecho es poder, es el instrumento
legitimador del poder, incentiva e impone conductas, instituye y excluye
sujetos, mandata o prohibe acciones, copando todos los espacios de la
vida social.
A partir de este hecho pueden fijarse, al interior de las teóricas del género
en el campo del derecho al menos tres posiciones/reflexiones:
a) El derecho es sexista
Una de las principales críticas que han recibido las que se identifican con
esta proposición es que el varón seguiría siendo la medida que se toma
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b) El derecho es masculino
el género sino que más bien como opera el género dentro del derecho y
como opera el derecho para producir género.
El sesgo de género que pueden tener los operadores de justicia debe ser
neutralizado a través de mecanismos y prácticas consistentes que mas
que reproducir la desigualdad entre hombres y mujeres tiendan a
superarla haciendo de la justicia un bien universal. En efecto la justicia
como bien simbólico y social debe responder a los desafíos de una
sociedad mas inclusiva que la de ayer y considerando que existe el
instrumental teórico para avanzar en este sentido, debe ser capaz de
expresar la demanda por una justicia de género.