MINISTERIO DE JUSTICIA DISCURSOS

Palabras de la Subsecretaria de Justicia,

Sra. Verónica Baraona Del Pedregal,
en la inauguración del Seminario
“Implementación de la Ley de
Responsabilidad Penal Adolescente:
Avances y Desafíos”.-

• Santiago, 3 de noviembre de 2006.-

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Señoras y señores:
Agradezco en primer lugar esta instancia de análisis que se ha
generado a partir de este seminario y agradezco también el apoyo de
UNICEF, del Ministerio Público, de la Defensoría Penal Pública, de la
Fundación Paz Ciudadana, así como del Servicio Nacional de Menores
(SENAME) para concretar esta iniciativa que nos permite informar y
debatir acerca de las tareas que como país y como Ministerio de Justicia
tenemos por delante, específicamente en materia del nuevo sistema de
Responsabilidad Penal Adolescente.
Quiero también hacer llegar las excusas y el saludo del Ministro de
Justicia, don Isidro Solís Palma, quien por razones de fuerza mayor no
pudo acompañarnos esta mañana.
Ya entrando en materia, quiero expresar que compartimos las
palabras de la Comisión de Expertos, creada por ley para el seguimiento de
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la puesta en marcha de esta normativa, respecto a la “magnitud y

profundidad” del trabajo que tenemos por delante.
En efecto, tal como ya lo observamos con la entrada en
funcionamiento del nuevo sistema de justicia criminal, la implementación
de la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente nos pone a las
instituciones del sistema frente a desafíos inéditos. Ciertamente, más que
frente a un cambio normativo, estamos en presencia de un cambio
cultural, de un proceso complejo y de largo aliento, que nos tomará varios
años en aquilatar.
A junio del próximo año, cuando el sistema esté en funciones,
habremos puesto los cimientos, pero será tarea de todos, del Gobierno, por
cierto; de todas las instituciones involucradas, de las universidades, de las
ONGs que trabajan en infancia y adolescencia y de los medios de
comunicación, entre otros tantos, lograr que los altos objetivos propuestos
con esta ley: responsabilizar y reinsertar socialmente a los adolescentes
infractores, puedan ser una realidad.
En estos minutos de tiempo que tengo disponible quiero realizar una
breve exposición de las principales tareas que estamos desarrollando y
también repasar aquellos aspectos pendientes y que debemos abordar en
los meses por venir.

I. Introducción
El artículo 20 de la Ley Nº 20.084 dice que “las sanciones y
consecuencias que esta ley establece tienen por objeto hacer efectiva la
responsabilidad de los adolescentes por los hechos delictivos que cometan,
de tal manera que la sanción forme parte de una intervención
socioeducativa amplia y orientada a la plena integración social.”
La discusión de la dogmática penal sobre los fines de la pena, que
suele dar lugar a extensas discusiones, queda bastante circunscrita desde la
perspectiva de este párrafo. Circunscrita -más no cerrada- a aspectos tales
como: qué vamos a entender por integración social, cómo construimos
indicadores de reinserción y cómo desarrollamos procesos que apunten en
esa dirección.
Esta ley debe ser entendida como parte de un proceso de adecuación
normativo y cultural tanto a los requerimientos de la sociedad actual como

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al mandato de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño y

demás instrumentos internacionales sobre la materia. Y precisamente
podemos afirmar que no se trata de una herramienta aislada, sino más bien
que estamos frente a un instrumento normativo que está al servicio de una
política criminal respecto de los adolescentes infractores de ley penal.

Política criminal con tres objetivos.

Efectivamente, se trata de una política criminal para adolescentes
infractores que tiene tres objetivos que paso a revisar:
1. Responsabilizar
El primer objetivo, y que se desprende del propio título de la norma y
del ya citado artículo 20, es responsabilizar a los adolescentes por los
delitos que cometan. Esto, que pudiera parecer una obviedad no es un
asunto menor.
Como hemos señalado en diversas oportunidades, hoy estamos en el
peor de los mundos ya que el discernimiento genera una doble
dificultad: por un lado, discrimina -según juicio a la condición de
vida- respecto a quién ingresa al sistema penal formal y quién es
enviado al sistema tutelar, supuestamente protector de la Ley de
Menores. Se conforma, así, en la opinión pública una sensación de
impunidad.
Por otro lado, los adolescentes a los que se les aplica una medida de
protección por decisión judicial, son enviados a centros que,
materialmente, más allá de su nomenclatura, son privativos de
libertad, según nos señala la normativa internacional1, lo que unido a
la informalidad con que dicha decisión es adoptada y la duración
indefinida que permite la Ley de Menores, hace que esta medida,
llamada de protección, se transforme en un verdadero sistema penal
encubierto.

Pero responsabilizar es también proteger los intereses individuales y

sociales más importantes, en especial por su vinculación con los

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Regla Nº 11 de Beijing,

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derechos humanos de las personas, esto es, los “bienes jurídicos”,

previniendo los delitos que atentan en contra de esos intereses.

Responsabilizar es, a fin de cuentas, terminar con el actual fraude

de etiquetas y generar, desde la primera actuación estatal, un
marco de entendimientos y prácticas que promueva en aquel
adolescente que es declarado culpable, un cambio de su mirada y
un consecuente cambio de comportamiento.

2. Limitar la intervención punitiva estatal

El segundo objetivo político criminal es limitar la intervención
punitiva estatal. Y ya que estamos en el campo del derecho penal,
hay doscientos años de dogmática que nos enseñan la necesidad
de ponerle límites al Estado cuando interviene en materia penal.
De ahí que, a fin de legitimar la acción estatal, existan una serie de
garantías, penales y procesales, que derivan de los derechos
humanos de los adolescentes.
Entre las principales garantías generales destacan, por su
relevancia, el principio de legalidad de las penas, el principio de
necesidad y de intervención mínima, y el principio de culpabilidad.
Y entre aquellas específicas, están aquellas que son enunciadas en el
artículo 40 de la Convención de Derechos del Niño: derecho a una
respuesta cualitativamente diferente de la de los adultos, derecho a
una respuesta cuantitativamente menos aflictiva, derecho a
especiales garantías durante la ejecución de las sanciones,
especialmente durante la ejecución de penas privativas de libertad,
entre otras.

3. Integración social
Finalmente, el tercer objetivo político criminal está dado por la
necesidad de generar procesos de integración social.
La pena tiene, de este modo, el fin y el objetivo de entregar al infractor
herramientas para que no vuelva a caer en las mismas conductas.

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Estamos convencidos de que el “nada funciona”, ese eslogan de

moda en la criminología de los setenta, no se corresponde con los
logros y esfuerzos, aun en medio de dificultades, que hoy
observamos en distintos lugares.
Y para eso es clave que los programas de reintegración pongan la
debida atención en las necesidades de los sujetos y en las exigencias
de individualización de los servicios. En este tema SENAME está
realizando un esfuerzo de proporciones al que se suma la decisión de
contar, una vez en marcha la ley, con indicadores transparentes y
confiables que nos permitan medir los procesos de reinserción y la
reincidencia, del mismo modo que se hace en otros sistemas penales
juveniles comparados.

II. ¿En qué está la implementación?

Quisiera referirme ahora al proceso de implementación, materia
central de este seminario.
Concebimos la puesta en marcha de la Ley Nº 20.084 como un
complejo proceso que involucra tres sistemas, que hemos denominado,
para estos efectos: sistema de justicia, sistema de sanciones y sistema
intersectorial.

1. El Sistema de Justicia convoca a las mismas instituciones

involucradas en la puesta en marcha, esto es, Ministerio Público,
Defensoría Penal Pública, Poder Judicial y policías. Diría que aquí el
acento y la palabra clave es: “especialización”.
Y específicamente, en respuesta a esta necesidad ineludible, las
instituciones han iniciado la formación de su personal y sus profesionales.
La Defensoría Penal, por ejemplo, ha desarrollado un innovador sistema de
e-learning y un intenso proceso de capacitación abarcando materias no
sólo jurídicas sino también incorporando, entre otros, una mirada sobre
culturas juveniles y la teoría de desarrollo evolutivo, todos elementos
destinados a responder a la especificidad de la etapa adolescente.
El Ministerio Público, a través de un programa nacional de
capacitación ha avanzado significativamente en la formación especializada
de los fiscales. Al respecto, el Fiscal Nacional ha emitido tres oficios que

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fijan la posición institucional en materias de la Ley Nº 20.084, y que

contienen instrucciones generales y criterios de actuación para la
operación del nuevo sistema.
La Academia Judicial ha cubierto la demanda de capacitación en el
ámbito jurídico normativo, con cursos de formación especializada para
jueces y empleados.
El Servicio Nacional de Menores ha capacitado ya al 74% de su
personal de trato directo encargado de aplicar las medidas de sanción en
los sistemas abiertos, semicerrados y cerrados; y a cerca del 20% de los
técnicos y profesionales pertenecientes a las instituciones colaboradores.
Gendarmería, en tanto, ha capacitado al 70% de sus funcionarios y
ha incorporado en la malla curricular de sus vigilantes un curso anual
sobre responsabilidad penal adolescente.
En lo que se refiere a Carabineros y Policía de Investigaciones, se
iniciaron procesos de capacitación a nivel nacional y se incluyó dentro de
la malla curricular el estudio de los alcances legales y técnicos de la nueva
ley, así como algunos elementos generales relativos a los objetivos y
contenidos de la Convención sobre los Derechos del Niño. Permítanme
destacar aquí el apoyo de la Subsecretaría de Carabineros a este proceso.
Como Ministerio de Justicia hemos contribuido también a la
capacitación de operadores del sistema a nivel nacional a través de las
Seremías de Justicia.

2. El Sistema de Sanciones es el segundo subsistema que implica

la puesta en marcha de esta ley y está referido –como su nombre lo indica-
a la ejecución de las sanciones.
En el caso de las sanciones privativas de libertad el trabajo
corresponde al Servicio Nacional de Menores y a Gendarmería de Chile.
Mientras que en el ámbito de las sanciones en medio libre, los
responsables son básicamente SENAME y las instituciones colaboradoras
acreditadas, que estarán a cargo de la libertad asistida (la gran apuesta de
esta ley), las medidas reparatorias y los servicios comunitarios.
Para cumplir de manera adecuada esta labor, en junio del próximo
año SENAME contará con centros semicerrados en todo el país y
existirá la oferta adecuada para el cumplimiento de esta nueva

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modalidad de castigo. Se trabaja para ello en la construcción de

algunas obras ya en avanzado estado y se ha dado iniciado a otras,
mientras que en algunas localidades se hará necesario arrendar
transitoriamente la infraestructura requerida.
Asimismo, SENAME ha dado comienzo al proceso de adecuación de
sus centros cerrados a los nuevos requerimientos. Para ello ha identificado
un plan de trabajo al que se le han asignado los recursos necesarios.
En cuanto al componente programático, y tal como se solicita en el
Primer Informe de la Comisión de Expertos, SENAME está realizando una
revisión de sus Orientaciones Técnicas, en conjunto con los operadores
directos de centros y programas.

3. El Sistema Intersectorial es el tercer subsistema de este modelo

de implementación.
En el marco de los elevados estándares y exigencias que realiza la
Ley Nº 20.084, para la provisión de oferta pública de servicios conducentes
a la integración social, es necesaria la participación de los diversos actores
públicos responsables de sus respectivas áreas de gestión, a saber:
CONACE y Ministerio de Salud en cuento a la oferta de tratamiento de
adicción a drogas y alcohol; Ministerio de Salud respecto de salud mental y
salud primaria; SENCE en lo concerniente a capacitación laboral; y
Ministerio de Educación en lo relativo al debido acceso a la enseñanza,
tanto al interior de los centros privativos de libertad de SENAME como
para quienes estén en medio libre.
Como Gobierno estamos trabajando intersectorialmente para contar
con respuestas estatales de calidad en las áreas antes mencionadas.
En materia de enseñanza, Sename está trabajando con el Ministerio
de Educación para contar con una alternativa de financiamiento especial
para los adolescentes privados de libertad. Asimismo, se cuenta con un
completo perfil educacional de los jóvenes infractores y se trabaja en la
adecuación curricular a sus realidades.
En relación a los jóvenes que estén cumpliendo sanciones no
privativas de libertad, se trabaja con el Ministerio de Educación, para
contar con mecanismos más expeditos para la reinserción escolar fuera de

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época de matrículas, ya sea a través de la educación regular o de los

programas de nivelación de Chile Califica, de reescolarización u otros.
Respecto de la capacitación laboral, SENAME avanza en el diseño de
un modelo en este ámbito, que será ejecutado a partir del primer año de
implementación. Del mismo modo, realiza las acciones necesarias para
ofrecer una oferta de programas de formación y capacitación laboral
permanente para los adolescentes sancionados con medidas no privativas
de libertad.
Respecto de la oferta de programas terapéuticos para la intervención
del consumo de drogas, el largo trabajo de SENAME, CONACE y el MINSAL
se ha traducido en un aumento sustancial en el presupuesto asignado
para estos fines ($ 3.200 millones destinados al CONACE). Existirán dos
tipos de programas. Uno llamado “Plan de Tratamiento Intensivo”, que
tendrá por objeto el tratamiento propiamente tal, y otro llamado “Unidad
de Corta Estadía” para la desintoxicación, descompensación y
estabilización del joven.
A junio de 2007 contaremos con al menos cinco Unidades de Corta
Estadía al interior de los Centros Privativos de Libertad, en las regiones I,
V, Metropolitana, VIII y X, que tendrán un carácter zonal.
Para la modalidad intensiva en el medio privativo de libertad, en
junio de 2007 se contará con, a lo menos, un equipo por región con baja
demanda (I, II, III, IV, VI, VII, IX y X, XI), con 2 equipos en las regiones con
mayor demanda (V, VIII y Santiago) y con 4 equipos en la Región
Metropolitana.
Adicionalmente es necesario considerar los trabajos y coordinación
en materia de esta ley con la División de Seguridad Ciudadana del
Ministerio del Interior, el Instituto Nacional de la Juventud, MIDEPLAN, y
la Asociación Chilena de Municipalidades.

III. Seguimiento y Coordinación del Proceso de

Implementación
Quisiera antes de terminar, referirme brevemente a unos de los
aspectos más importantes y que consideramos clave tanto para el éxito del
proceso de implementación como para el desenvolvimiento futuro del
sistema.

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Se trata del seguimiento del nuevo sistema, elemento clave para

corregir las fallas que se observen, así como para relevar y difundir las
buenas prácticas que se alcancen. Menciono aquí la función paradigmática
que ha ejercido el proceso ya vivido por el nuevo sistema de enjuiciamiento
criminal.
Para ello y como Ministerio de Justicia hemos conformado una
comisión de Estadísticas y estamos convocando a Mesas Regionales de
Justicia Penal Adolescente, para contar con un espacio local en que los
actores relevantes puedan generar las coordinaciones necesarias y
transmitir al nivel central las dificultades que observen. Hemos partido en
Valparaíso el 13 de octubre y en Copiapó el pasado 24 de octubre. Este
martes comenzamos en Concepción y en los próximos días se unirán la
demás regiones.
Asimismo hemos intensificado la labor de seguimiento y de trabajo
conjunto con nuestros servicios dependientes, además de realizar visitas a
los centros y programas del SENAME así como seminarios de difusión y
talleres técnicos de discusión, entre otras actividades.
En materia de Estadísticas, creemos que proporcionar información
oportuna, completa y fiable es un imperativo aplicable a toda política
pública. Es por ello que junto a las instituciones y actores del nuevo
sistema -Ministerio Público, Defensoría Penal Pública, Carabineros de
Chile, Policía de Investigaciones, Gendarmería de Chile, SENAME, Registro
Civil y la Corporación Administrativa del Poder Judicial- hemos
conformado una Comisión de Estadísticas.
Así, al término de los primeros seis meses de implementación,
podremos contar con un Anuario que nos dará información del
funcionamiento del sistema, la que será procesada incorporando los
indicadores cuantitativos recomendados por UNICEF a nivel mundial.
En cuanto a la estimación de carga de trabajo del sistema, estamos
trabajando en dos frentes:
Por un lado, en enero próximo tendremos disponible un
levantamiento de información general de las instituciones y actores del
sistema, que comprende el período enero-diciembre 2006, que nos
permitirá contar con información real del comportamiento del actual
sistema respecto de adolescentes infractores.

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Por otro lado, el Ministerio de Justicia junto a SENAME, trabaja en

la actualidad con un equipo investigador de la Universidad de Chile, que
ha recibido la colaboración de representantes del Ministerio Público y la
Defensoría Penal, para completar y afinar las estimaciones de cobertura
del sistema de ejecución de sanciones, contenidas en un primer informe de
ese mismo equipo. Este estudio será de fundamental importancia para la
siguiente fase de implementación de la Ley, a partir de enero del 2007.

Comisión Interinstitucional de Supervisión de Centros

Privativos
De la misma forma y siguiendo la experiencia internacional, hemos
decidido adelantar, por resolución ministerial, el funcionamiento de la
Comisión Interinstitucional de Supervisión de Centros Privativos,
contemplada en el Reglamento que hemos trabajado.
Porque nos importa contar con una mirada externa que nos ayude a
mejorar y perfeccionar el naciente sistema y como una forma de recoger
las preocupaciones de la Comisión de Expertos -por contar con
instituciones que de modo permanente estén encargadas del seguimiento-
es que en los próximos meses comenzará a operar esta nueva figura, que
nos permitirá desde ya contar con equipos regionales que revisen en base
a estándares mínimos flexibles y progresivos la situación de nuestros
centros. Agradezco especialmente en este punto la colaboración de
UNICEF que nos ha permitido contar con el equipo encargado en Paraguay
de esta tarea, que visitó varios centros nacionales y compartió su
experticia con nosotros.
Además, hemos convocado a una mesa de trabajo en conjunto con
SENAME, Defensoría Penal y Ministerio Público, para la construcción
conjunta de la línea programática que responda, desde los programas
ejecutados por las instituciones colaboradoras del SENAME, a los
requerimientos que plantean las medidas cautelares alternativas a la
privación de libertad y la suspensión condicional del procedimiento. Se
trata de fortalecer un uso razonable de éstas, de manera que los
respectivos requerimientos institucionales sean cubiertos por el trabajo de
estos actores.

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Señoras y señores, amigos y amigas:

Como decía al iniciar esta intervención, estamos frente a un proceso
inédito y de largo aliento. Se trata de responder a las expectativas puestas
en esta nueva ley y los fines para los que fue creada.
Como Ministerio de Justicia reiteramos nuestro compromiso para un
trabajo conjunto, mancomunado y con sentido de país.
Al igual como lo hemos hecho con la Reforma Procesal Penal,
reconocida por lejos y no sólo en Chile como una de las modernizaciones
del aparato estatal más exitosas, se hace necesario volcar en esta ley un
nuevo espíritu, que de cuenta de la transparencia, la eficiencia y la
necesaria especialización que requiere este nuevo sistema.

Muchas gracias.-

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