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Tolima
J. G. Torres y P. Guzmán - Álvaro Salive
El arroz es uno de los cultivos más antiguos e importante en la alimentación del mundo y de Colombia, donde ha
alcanzado niveles de producción comparables con los mejores países productores, pero presenta limitaciones por los altos
costos de producción y la dificultad para planificar las prácticas antes de establecer el cultivo. Los costos de manejo de
malezas gramíneas en Colombia son el orden del 20%. Fedearroz (1995) reportó que en el cultivo del arroz existen más
de setenta especies de arvenses distribuidas en diferentes zonas. Osorio et al. (2003) y Puentes y Fuentes (2003) en
recientes estudios, reportan más de 100 especies asociadas al cultivo de arroz en el Tolima. Las gramíneas son las que
presentan mayor competencia biológica y económica con el arroz, seguidas por las ciperáceas y las dicotiledóneas.
La poca información que se tiene de las plantas nocivas ha dificultado el desarrollo de métodos de manejo más eficientes.
Así, el conocimiento de la fenología y morfología de las plantas adventicias se convierte en una herramienta en el diseño
de estrategias para su manejo en el cultivo del arroz.
Considerando la "agresividad" que muestran algunas arvenses por la interferencia con el cultivo, la gran capacidad de
propagar sus semillas, además del aumento de poblaciones resistentes a herbicidas de especies como "Liendre Puerco"
(Echinochloa colona (L.) Link), y "Falsa Caminadora" (Ischaemum rugosum Salisb), se propuso este estudio con el objeto
de caracterizar fenológica y morfológicamente las especies arvenses más importantes asociadas con el cultivo del arroz,
como son: "Caminadora" Rottboellia cochinchinensis (Lour) W. D. Clayton, "Falsa Caminadora" Ischaemum rugosum
Salisb., "Liendre Puerco" Echinochloa colona (L.) Link, "Guarda Rocío" Digitaria bicornis (Lam) Ruem & Sachutt., "Paja
Mona" Leptochloa virgata (L.) Beauv., y "Paja Peluda" Paspalum boscianum (Flugge). Además, mostrar a técnicos y
productores, la velocidad de desarrollo de ellas respecto al cultivo y respecto de ellas mismas para efectuar oportunos
controles.
La cría de peces dentro de lotes cultivados de arroz es una alternativa que contribuye a mejorar la calidad de
vida, la permanencia del productor y la rentabilidad en el monocultivo del arroz.
Este método permite generar beneficios adicionales de tipo económico y alimenticio. El programa esta basado
en el manejo integrado del cultivo (MIC) mediante la planificación, el uso racional de los insumos y el
aprovechamiento del agua. Las primeras experiencias adoptaron la filosofía del manejo racional del cultivo y
han alcanzado ganancias familiares importantes.
OBJETIVOS
El Silicio es tomado en gran cantidad por la planta de arroz, sin embargo por su abundancia en la naturaleza no
es tenido en cuenta como un nutriente esencial y ha sido ignorado en los planes de fertilización. Se ha
observado que las deficiencias de fósforo disminuyen con las aplicaciones de silicatos solubles, gracias al
desplazamiento que hace el ion silicato del fosfato en la molécula fijadora de fósforo (Imauzumi y Yoshida,
1958).
La deficiencia de silicio aumenta la absorción de hierro y manganeso por las plantas. Las plantas de arroz
desarrollados en ausencia de silicio presentan síntomas por toxicidad de hierro, los cuales desaparecieron
cuando se aplico silicio. Parece que los silicatos evitan la absorción excesiva de hierro y manganeso (Okuda y
Takahashi, 1961).
Okuda y Takahashi (1965) reportaron que un adecuado suplemento de silicio es esencial para un normal
crecimiento de las plantas de arroz. Efectos benéficos de la aplicación de silicio son reportados en suelos
degradados de Corea, Japón, Taiwan y algunas zonas de Tailandia. Estos beneficios se reflejan en un
incremento en la eficiencia de la utilización del nitrógeno, potasio y fósforo aplicados en altas cantidades, una
mayor resistencia al ataque de insectos y patógenos y tolerancia de la planta a desordenes nutricionales (Lian,
1976 citado por Chang, 1978).
Precio promedio mensual arroz PADDY VERDE Colombia 2000 – 2008 (tonelada)
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
ENERO 406.353 448.207 483.521 523.744 618.100 558.695 572.875 629.274 655.558
FEBRERO 405.196 521.455 484.568 573.711 636.973 554.892 575.261 635.716 720.560
MARZO 411.000 549.128 485.424 591.124 625.173 572.237 579.048 643.238 813.125
ABRIL 417.470 536.771 491.874 601.186 620.771 575.652 595.607 644.727 829.629
MAYO 420.610 517.999 513.164 602.941 611.025 575.995 621.153 644.877 867.679
JUNIO 418.897 517.771 520.263 607.540 586.612 571.048 643.542 643.871 1.110.247
JULIO 398.631 491.696 513.263 594.080 573.889 562.597 643.174 640.345 1.163.903
AGOSTO 396.726 474.756 489.584 536.325 547.336 556.406 637.856 638.336 921.966
SEPTIEMBRE 402.523 478.536 490.360 534.822 519.150 559.982 655.604 639.559 950.861
OCTUBRE 420.226 481.061 492.113 553.242 519.616 563.921 666.771 643.286 1.094.995
NOVIEMBRE 431.332 482.543 496.717 578.681 521.000 567.496 651.249 645.877 1.141.470*
DICIEMBRE 434.082 482.329 504.939 593.647 537.314 571.262 628.655 647.991
Los componentes climáticos que influyen sobre un vegetal son muchos y además están siempre interactuando
con los organismos del suelo. La aprovechabilidad, el movimiento y la absorción de nutrimentos son afectados
por factores climáticos, tales como las condiciones de precipitación pluvial y temperatura y por la
disponibilidad de nutrimentos en el suelo. El exceso de precipitación pluvial, muy común en el trópico, genera
lixiviación de N, K, S y otros nutrientes. Adicionalmente, influyen sobre el desarrollo radical y la capacidad de
absorción de nutrientes. El nivel de humedad y la temperatura estimulan la meteorización de minerales y la
descomposición de la materia orgánica, así como la actividad microbiol, la cual tiene relación directa con la
mineralización, solubilización, inmovilización y nitrificación del Nitrógeno y de otros elementos (Castilla,
2005).
También existen diferencias varietales con relación a los requerimientos de temperatura y a una mayor tasa
fotosintética. Por ejemplo, las variedades Indicas son más afectadas que las Japónicas por variaciones
climáticas, siendo la temperatura del aire el parámetro más importante seguido por radiación solar (Yoshida,
1978).
El proyecto educativo es especialmente apoyado por Fedearroz, como un aporte a la competitividad del
sector y una alternativa de mejoramiento de las condiciones de vida de la región.
Un proyecto educativo tendiente al fortalecimiento del nivel empresarial del sector agropecuario con base en el
mejoramiento del capital humano se abre camino en el municipio tolimense de Lérida, con el funcionamiento
del Politécnico Regional de Educación Superior.
Este instituto opera además como Centro Regional de Educación Superior-CERES, en desarrollo del programa
dispuesto por el Gobierno Nacional a través del Ministerio de Educación para promover la educación con
pertinencia y calidad a regiones apartadas.
El CERES de Lérida como se le conoce el ámbito local, fue constituido en el año de 2004 como parte de una
alianza de la academia, los gremios y el sector productivo.
El apoyo de la academia al proyecto, ha estado liderado por la Universidad Minuto de Dios, quien a través del
Padre Camilo Bernal ha sido uno de los motores fundamentales del instituto. Al mismo se han vinculado
Universidades como la de Ibagué, la del Tolima, la Católica del Norte y el Politécnico Jaime Isaza Cadavid con
sede en la capital del Tolima.
Entre tanto los gremios vinculados directamente son Fedearroz, Asorrecio, Fondo Ganadero del Tolima y
Serviarroz. El sector productivo a su vez ha estado representado por Biocultivos, Arrocera Boluga, Hacienda
Pajonales, Hacienda La Sonora y Hacienda La Carmelita.
Gonzalo Sarmiento Gómez, Presidente del Consejo Directivo del instituto indicó que al momento de su
fundación existió el compromiso del sector público, a través de la Gobernación del Tolima y las alcaldías de los
18 municipios, para vincularse al proyecto pero lamentablemente ello no se cristalizó, esperándose que ahora
las actuales administraciones se interesen por el mismo.
En la actualidad este CERES tiene influencia en 18 municipios del departamento del Tolima, 8 de los cuales
son arroceros; cuenta con 671 estudiantes en 27 programas educativos distribuidos en 5 carreras presenciales, 8
carreras semipresenciales, 7 más a distancia y 9 virtuales.
Se trata de la temida ‘Burkholderia glumae’, una enfermedad que reduce los rendimientos de producción hasta
en un 30 por ciento. La Federación Nacional de Arroceros, Fedearroz, confirmó el ataque del microorganismo,
el cual estaría siendo estimulado por el cambio climático y por las malas condiciones agronómicas de algunos
productores.
La confirmación
"Los técnicos de Fedearroz permanecen en la zona y hasta ahora hemos confirmado plenamente dos lotes de 30
revisados. Estamos realizando un censo para determinar el número de afectados y evitar la propagación de la
enfermedad", indicó Miguel Diago, subgerente Técnico de Fedearroz.
Productores señalaron a este medio de comunicación que las áreas infectadas son mucho mayores a las
reportadas por el gremio. La última vez que se presentó la ‘Burkholderia glumae’ en el país lo hizo en Córdoba
en el año 2007, afectando 200 hectáreas de mil 200 cultivadas en el sector de La Doctrina.
Por su parte, el gerente de Asorrecio, Carlos Rojas, sostuvo que la incidencia de la enfermedad está por ser
evaluada en su conjunto y que ya hay varios agricultores afectados.
"De hecho, esta semana nos reunimos con el ministro de Agricultura, Andrés Fernández Acosta, para darle a
conocer la información y para que nos apoyen con el ICA. El efecto y los daños de la bacteria solamente se
conocerán cuando se comience a recoger la cosecha", dijo.
De 120 bultos de arroz por hectárea de recolección normal, solamente se estaría recogiendo en promedio unos
50 bultos, lo que significa una disminución superior al 60 por ciento en los lotes afectados.
De igual manera, el arroz perjudicado con la bacteria es susceptible de ser rechazado por la molinería, pues se
presenta muy frágil y se parte con facilidad.
Fedearroz y Asorrecio coincidieron en afirmar que la propagación no es masiva, y que no se puede hablar de
que todos las arroceras estén invadidas, pero sí hay preocupación en la zona por la propagación de esta plaga.
"Es evidente que la bacteria no respeta materiales o variedades, aunque es más amiga de las denominadas
semillas de costal", aclaró Diago.
No es nueva
La enfermedad se ha desarrollado en Venezuela, Panamá y otros países. Aunque esta bacteria permanece en el
ambiente solamente se desarrolla cuando la planta es débil (sin resistencia en su paredes celulares) y reacciona
para su multiplicación ante grandes fluctuaciones de las temperaturas y la humedad, causando perjuicios al
arroz en época de espiga.
También, afecta el macollamiento y por ende disminuye su producción en proporciones superiores al 30 por
ciento. "El problema es serio, pero no se trata de una epidemia", aclaró Miguel Diago.
Para esa enfermedad no existe ningún insumo o agroquímico que la pueda controlar, razón por la cual
Fedearroz dispuso de un plan de divulgación en el que se recomienda, entre otras cosas, aislar los lotes
afectados (en la zonas virulentas), disminuir las densidades de área, rotar en lo posible con otra actividad y
sobre todo evitar el estrés para el cultivo.
Es evidente, que si la enfermedad llega a propagarse, entonces el ICA tendría que dictar medidas drásticas para
controlar los cultivos (en área). Por el momento, Espinal y Saldaña están libre de la B. Glumae.
Con paciencia
Sobre el tema, Diego Uribe, gerente de Servitrasplantes, que viene implementando en la zona el denominado
trasplante mecánico dijo que "por ahora no hay tratamiento en el mundo para esta bacteria.
"Por esta razón, solamente medidas culturales podrán con el tiempo ir resolviendo el problema que ha sido
causado por las malas prácticas".
Explicó que el uso promedio o superior a los 180 kilos por hectárea genera hacinamiento en los cultivos, lo que
favorece los ataques de hongos y bacterias, característica de la zona norte.
"El hacinamiento hace que las plantas sean débiles, más de 500 plantas por metro cuadrado, en las condiciones
del trópico resulta muy grave.
"También, los insumos químicos con dosis aplicadas impulsivamente de forma excesiva e irresponsable,
destruyen el control biológico, la fauna y la flora, contaminan el medio ambiente y contagian el grano, dando
ventajas a otras enfermedades como la que se está presentando.
"Otro factor que he podido reconocer en la zona es que las socas producidas generalmente de cultivos no muy
sanos permiten el incremento de plagas y enfermedades", dijo Uribe.
Recordó que los abonos que vienen siendo aplicados en cantidades desmedidas como es el caso (Pulver) de la
urea con 10 y 12 bultos en una sola aplicación, mata los microorganismos del suelo y su gran vaporización
destruye la capa de ozono. "Aquí todo el tema es ambiental y de manejo agronómico, pues por eliminar unas
enfermedades se están estimulando otras", sostuvo.