La penitencia y el reconocimiento de los pecados no son una "prestación previa" sino que van de la mano con la aceptación del perdón de Dios. El perdón humano surge como consecuencia del perdón divino, manifestándose en el seguimiento de Cristo y la imitación de su perdón. La sexualidad humana debe entenderse en el contexto del amor divino y no como un fin en sí misma, aunque no es necesaria la mortificación de los sentidos para alcanzar la vida eterna.
La penitencia y el reconocimiento de los pecados no son una "prestación previa" sino que van de la mano con la aceptación del perdón de Dios. El perdón humano surge como consecuencia del perdón divino, manifestándose en el seguimiento de Cristo y la imitación de su perdón. La sexualidad humana debe entenderse en el contexto del amor divino y no como un fin en sí misma, aunque no es necesaria la mortificación de los sentidos para alcanzar la vida eterna.
La penitencia y el reconocimiento de los pecados no son una "prestación previa" sino que van de la mano con la aceptación del perdón de Dios. El perdón humano surge como consecuencia del perdón divino, manifestándose en el seguimiento de Cristo y la imitación de su perdón. La sexualidad humana debe entenderse en el contexto del amor divino y no como un fin en sí misma, aunque no es necesaria la mortificación de los sentidos para alcanzar la vida eterna.
Qu relacin existe entre penitencia y la realidad escatolgica?
La penitencia (fistvoia [metnoia], - conversin) y el reconocimiento o confesin
de los pecados (Me 1,15; Hech 2,38; 5,31; 1 Jn 1,9; Heb 6,1.6; Sant 5,16) no son una prestacin previa; ms bien van por delante como la aceptacin, olvidada por Dios, de su juicio sobre el hombre viejo y con esto tambin como un estar abierto a la sentencia que absuelve y libera (cf. Hech 19,18). Tampoco la disposicin a perdonar por parte del hombre, con la que est estrechamente vinculada la concesin del perdn por parte de Dios (Mt 6, 12 par, 14 s; cf. 5, 23 s; Me 11, 25; Le 6, 37), puede llamarse prestacin previa; pertenece a la nueva vida donada y es (en tanto se acepte esa vida) la accin de gracias eficaz y lgica del pecador que recibe la gracia del perdn. As lo muestra negativamente el ejemplo del siervo malo (Mt 18, 32 ss). Tambin los pasajes mencionados del sermn de la montaa se dirigen a aquellos que ya haban recibido el perdn de Dios, y en los que cabe esperar como efecto un agradecimiento, que se demostrar en el seguimiento de Cristo y en la imitacin de su perdn (cf. Col 3,13; Ef 4,32). Surge as el perdn humano como consecuencia del perdn de Dios en Cristo: perdn de los que nos ofenden (Mt 6,12 par) y perdn incluso de los enemigos (Mt 5,38-48; Rom 12,19 ss). LOTHAR COENEN - ERICH BEYREUTHER - HANS BIETENHARD (1993) DICCIONARIO TEOLGICO DEL NUEVO TESTAMENTO Vol. III SALAMANCA: SIGEME. P. 343 Qu sentido puede tener hoy el poder temporal del papa en clave escatolgica? El poder dentro de la Iglesia es vista como un liderazgo, desde este punto de vista el poder del Papa en clave escatolgica es temporal, es decir asume su liderazgo hasta las fuerzas le den para animar y gobernar como debe de ser. El pecado se muestra como un desgajamiento del poder divino (que es y exige el bien), para ejercer su propio poder como puro poder Esto quiere decir que en Cristo nuevamente el poder y el bien se identifican. Pero, el podero de Cristo no es de este mundo, aunque ya vino para superar al primer Adn, ahora como el segundo: Esto no impide que el Logos rechazado por el mundo haya creado el mundo, que el Adn psquico haya sido hecho con vistas al segundo Adn, que es el celeste, y que por fin, el Logos, viniendo del mundo, venga a lo suyo. Es lo suyo en cuanto viene de l y es para l, y es lo extrao a pesar de todo, en la medida en que no es lo pneumtico lo que est en primer lugar, sino lo psquico y slo entonces lo pneumtico Pero precisamente en esta limitacin por amor reside la liberacin y, al mismo tiempo, la revelacin al mundo de la omnipotencia divina; y qu extraordinaria aparece "la grandeza de su poder para con nosotros... segn la fuerza de su poderosa virtud" (El 1,19): la acumulacin de sinnimos de poder en este pasaje donde se trata de la Resurreccin de Cristo, hecho impotente para nuestra resurreccin, muestra que estamos aqu en la cumbre del poder divino. Debemos decir, por lo tanto, que: el poder absoluto de Dios limitado en el amor es omnipotente, pues no est determinado por nada fuera, de Dios mismo (permaneciendo ligada al pecador su justicia distributiva, y a la necesidad de reparar el orden del mundo), procede de una decisin fundamentalmente libre y - conforme a la naturaleza ntima de Dios- se presenta como una libertad Qu imagen de cuerpo humano resucitado puede ser vlida para el lenguaje de hoy? El sentido de una esperanza Jess se sita en lo ms ntimo de sus preocupaciones y les deja que hablen cuanto quieran sobre su esperanza fallida. Alites de esto hubiera podido hacer que le reconocieran? Probablemente s, pero corriendo el riesgo de que la fe en la resurreccin resultase para ellos una creencia tipo parche al margen de sus planes sobre el hombre. Su resurreccin constituye, en efecto, la anticipacin de la nuestra. Una vez ms, tenemos que echar mano de las imgenes bblicas, al no tener a nuestra disposicin ningn medio humano de comparacin, ya que, por otro lado, recibimos el mensaje de la revelacin en la fe. Es sobre todo Mateo el que nos presenta al resucitado como al hijo del hombre glorificado. Durante su vida terrestre, Jess se haba aplicado este ttulo, proclamndolo solemnemente ante el sanedrn (Mt 26, 64). Por su resurreccin, Jess es constituido seor sobre el mundo entero. Y lo es efectivamente por su espritu. Este se apropia de la obra histrica de Jess y la lleva a su plenitud, realizndola en el destino de la humanidad. El espritu interioriza en el corazn y el destino de los creyentes el acontecimiento histrico de pascua Etienne Charpentier (1981). Cristo ha resucitado!. Navarra: Verbo Divino
De qu manera los sentidos, el placer sexual, pueden ser entendidos para entrar en la vida eterna? El encuentro sexual hombre-mujer est considerado como la actuacin plena y directa del don/acogida que caractetiza en profundidad la estructura de su ser. No por casualidad el acto sexual est expresado, en el lenguaje bblico, como un acto de "conocimiento"; no constituye slo la expresin de un encuentro de dos cuerpos, sino el evento de una comunin de personas en el que ellas se conocen y reconocen; run acto de amor en el que la comunin de los cuerpos se presenta como expresin de la comunin de los corazones, manifestacin de disponibilidad para el don y la acogida recprocos, encaminada al crecimiento en la unidad. La sexualidad constituye uno de los dominios en que el ser humano debe aceptar su condicin finita y comprender que lo absoluto del placer y la megalomana del deseo no engendran sino frutos de muerte. El placer es, para el hombre, la zona de intercambio entre el mundo sensible y el mundo trascendente, cambio que se fundamenta en la gratuidad de la actividad que perfecciona. La moralidad del placer no est ligada, al placer mismo, sino a su alcance simblico que proviene de su plenitud y del sentido del acto que lo engendra. El ejercicio de la sexualidad es incompatible con la bsqueda de Dios. El ejercicio de la sexualidad se justificar por su finalidad social reproductora. El varn se humaniza en la medida en que integra en s la feminidad, sin perder la masculinidad; la mujer se humaniza, en la medida en que asimila la masculinidad sin perder su feminidad. Cuando nos preguntamos por la raz ltima de la sexualidad, forzosamente desembocamos en el propio Dios que es Amor. No siendo ser sexuado ni procreador, con todo. l est en el origen de toda sexualidad y de toda fecundidad. Su Amor es el que est en el origen de todo. Como Dios-Amor quiso confiar a los seres humanos ese don primero y fundamental, para la realizacin humana. La posibilidad de realizarse pasa por la sexualidad. Con todo, no es la sexualidad la que nos hace descubrir el Amor, sino es el amor el que revela la naturaleza profunda de la sexualidad. (Consejo CELAM latinoamericana) - Sexualidad: Es la expresin psicosocial de las personas como seres sexuales en una sociedad, cultura y tiempo determinados. Influye en la formacin y desarrollo de la personalidad y en las relaciones que se establecen entre los sujetos. - El sexo se da, la sexualidad se aprende en la vida familiar y comunitaria en el marco de toda cultura humana. Este proceso de aprendizaje y de socializacin se realiza de modo sistemtico, permitiendo establecer las formas de expresin de la sexualidad humana.
Es necesaria la mortificacin de los sentidos para entrar al paraso?