El documento describe los esfuerzos secretos del padre de la autora, Eduardo Martínez Alonso, y otros gallegos para salvar a perseguidos por el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. Martínez Alonso trabajó como agente del Servicio Secreto Británico (MI6) encubierto como médico de la embajada británica en Madrid. Ayudó a rescatar y evacuar a cientos de polacos y otros refugiados de manera clandestina a través de España y Portugal, con la aprobación secreta del general Franco. La autora
El documento describe los esfuerzos secretos del padre de la autora, Eduardo Martínez Alonso, y otros gallegos para salvar a perseguidos por el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. Martínez Alonso trabajó como agente del Servicio Secreto Británico (MI6) encubierto como médico de la embajada británica en Madrid. Ayudó a rescatar y evacuar a cientos de polacos y otros refugiados de manera clandestina a través de España y Portugal, con la aprobación secreta del general Franco. La autora
El documento describe los esfuerzos secretos del padre de la autora, Eduardo Martínez Alonso, y otros gallegos para salvar a perseguidos por el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. Martínez Alonso trabajó como agente del Servicio Secreto Británico (MI6) encubierto como médico de la embajada británica en Madrid. Ayudó a rescatar y evacuar a cientos de polacos y otros refugiados de manera clandestina a través de España y Portugal, con la aprobación secreta del general Franco. La autora
50 ATLNTICO LA REVISTA La relacin secreta de Franco con los aliados nnn Mi padre fue un hombre civi- lizado que vivi en un tiempo inci- vilizado, declara la actriz Merryl Streep con acento extranjero en la pelcula de Alan Pakerla La Deci- sin de Sophie, basada en la nove- la de W. Stylton. Afirmacin que dar otro giro a la trama al des- cubrir que ese padre de ficcin era un nazi. Parafraseando a Stylton, pero por un significado opuesto y real, yo podra decir: Mi padre fue un mdico demasiado sensible que tuvo que coexistir entre hombres despiadados. Deseara pues, atraer la atencin del lector de La Clave Embassy (La Esfera de los Libros, 2010) con el re- lato de los hechos verdicos e inusi- tados que me han movido a escribir estos hechos familiares invisibles hasta lograr enlazarlos con la his- toria de la Europa contempornea a travs de Espaa. Forzarle a que se replantee el singular captulo de las relaciones internacionales fran- quistas de los aos 1940, no slo al descubrir la secretsima activi- dad del gallego, Eduardo Martnez Alonso con el MI6, encubierto co- mo el simptico mdico de la em- bajada Britnica en Madrid - que lo era -. Pero cuyo afranquismo, nu- la militancia poltica, o ideolgica por otra parte sirvi de estupenda coartada ante las autoridades lo- cales para moverse en una clandes- tinidad abierta a los ojos de todos. Mi intencin por tanto es romper viejos esquemas dados por vlidos a lo largo de 70 aos. Igual que es mi deber contar que la participa- cin aliada fue mucho ms directa y favorable a los intereses propios y a los franquistas de lo que vena- mos creyendo. Porque a partir de la experiencia personal de mi padre Un libro de Patricia Martnez de Vicente refiere el esfuerzo de su padre y otros gallegos, durante la Segunda Guerra Mundial, por salvar a numerosos perseguidos por el nacional-socialismo. como mdico y agente del SOE en Espaa, mi deseo es tanto difun- dirlo como reivindicar la memoria de miles de espaoles ignorados. Mxime viviendo como vivieron so- metidos a la innegable influencia del III Reich y al poder superlativo de Hans Hellermann, alto cargo de la Gestapo, frente a la prudente y soterrada intervencin de los re- presentantes diplomticos brit- nicos ante el gobierno del dictador. Habra entonces que replantear- se el alcance positivo de la neutrali- dad espaola en la secretsima ayu- da humanitaria como una crucial estrategia poltica aliada prcti- camente inadvertida, pero logra- da esencialmente por una hbil ma- nipulacin britnica de la misma neutralidad. Por esa complejidad jurdica de los refugiados, aptri- das, o indocumentados proceden- tes de los pases doblegados al III Reich, que aunque rescatados con vida de las garras nazis, permane- can cautivos en Espaa, expues- tos al dramtico y absurdo vaco de identidad personal por la falta de documentos. Esas mismas cir- cunstancias enrevesadas fue lo que oblig a los aliados a recurrir a los expertos del MI6 para encontrar la solucin. Los autnticos autores de las piruetas clandestinas de unos rescates humanitarios hbilmente encubiertos por la Cruz Roja Bri- tnica, dada la tenaz presencia ale- mana en Espaa. No slo era cuestin de socorrer a las vctimas, tambin haba que devolverles su dignidad. Reconver- tirlos como personas. Un problema humano de tal envergadura para Churchill y Roosevelt que lo con- virtieron en un asunto de Estado a tratar directamente con el general Franco tan pronto como noviem- bre de 1940. Obviamente por detrs del ostentoso podero nazi. Noticias PATRICIA MARTNEZ DE VICENTE VIGO Patrica Martnez de Vicente, autora de "La Clave Embassy". MI PADRE FUE UN MDICO DEMASIADO SENSIBLE QUE TUVO QUE COEXISTIR ENTRE HOMBRES DESPIADADOS, DICE LA HIJA DE EDUARDO MARTNEZ ALONSO derles an cuando lean la ingenua audacia de los estratgicos resca- tes humanitarios de los que mi pa- dre, junto a sus amigos britnicos, se ofreci de cobaya voluntaria del MI6 desde el inicio de estos salva- mentos en nuestro pas. O la astucia empleada para liberar oficiosamen- te del campo de concentracin de Miranda de Ebro a cientos de pola- cos (gentiles y judos, sin desglosar como tales, para mayor proteccin de la Gestapo) con excusas mdi- cas. An cuando el doctor contara con el respaldo de la embajada y la Cruz Roja Britnica, despus haba que trasladarlos semi ocultos por media Espaa hasta situarlos en Valena do Minho via Redondela. El ltimo cobijo encubierto de los fugitivos en nuestra casa familiar bordeando la Ra de Vigo, antes de escabullirlos tambin ilegalmente, por el rio Mio hacia Portugal con la valiosa cooperacin de los con- trabandistas gallegos. Una solucin aparentemente rocambolesca, que es en realidad una estrategia bli- ca de primera magnitud, ordena- da y supervisada desde Londres, aceptada bajo cuerda por el general Franco y que ir retomando otras formas y lugares geogrficos mien- tras se prolonga la guerra al me- nos hasta 1943. La nica solucin viable para seguir rescatando con trucos similares a los 200 fugiti- vos diarios perseguidos del nazis- mo en Europa, segn datos de la propia Cruz Roja Britnica. 500 de los cuales saldrn evacuados ilegal- mente cada semana siempre al co- bijo de la neutralidad de la Penn- sula Ibrica. Una maniobra poltica en la que Galicia y un puado de discretsimos habitantes de la re- gin jugaron su arriesgado y gene- roso papel sin pedir nada a cambio, frente a la abierta infiltracin de los agentes de la Gestapo. Si por su tica profesional y soli- daridad personal, el Dr. Eduardo Martnez Alonso quiso involucrar- se secreta y voluntariamente en una clandestinidad tan extravagante para recuperar y reintegrar a la so- ciedad a unos 350 polacos descono- cidos de apellidos impronunciables vctimas de la II GM, por ilegales y rebuscados que fueran los procedi- mientos, yo, como su descendien- te ms prxima, tambin tengo la obligacin de contarlo como real- mente ocurri. n (*) Patricia Martnez de Vicente es escritora, antroploga social y au- tora de La Clave Embassy (La Es- fera de los Libros, 2010) Dos fotografas de padre e hija. En la de la izquierda posan con Sean Flyn, hijo del mtico actor. secretsimas que no se han podido probar hasta la desclasificacin de los documentos oficiales britnicos con el Freedom of Informatin Act del 2005. El juramento de silencio en el Ac- ta Oficial Secreta firmada por mi padre ante el Estado y la Corona britnica en el exilio de Londres en 1943, guardada en un archivo propio durante 62 aos, siendo un sbdito espaol que eventualmente regresa a su hogar sin mayor pro- blema, -y sin siquiera rozar al te- mido Tribunal de Espionaje y Alta Traicin al quedar erradicado el verdadero peligro, lase el del po- dero alemn, confirma la signifi- cativa y oculta participacin de Es- paa en la IIGM. Porque tampoco nos deja duda de que el general per- miti estas complejas concesiones gratuitamente con slo ese ejemplo. Pero ms me gustara sorpren-