por MANUEL MORA MORALES

Capítulo 1
Una joya del patrimonio marítimo e industrial
Noticias generales del Correíllo vapor La Palma
En el año 2005, comenzó la restauración del vapor correíllo “La Palma”, el objeto más importante
que posee el legado marítimo e industrial canario. Suhistoria y el hecho de ser el único vapor de
su generación que ha escapado al desguace, atrae hoy la atención de numerosos expertos interna-
cionales. En la actualidad, su valor patrimonial de este navío traspasa las aguas del archipiélago,
siendo reconocido como una valiosa pieza del patrimonio mundial.
El día 12 de abril de 1912, el Bu-
que Correo Real (RMS) 269 Titanic
–con 269 metros de eslora y ca-
pacidad para 3.547 pasajeros– se
hundió en las aguas del Atlántico
Norte, tras haber colisionado con
un iceberg.
Cuatro días más tarde, un nuevo
barco de vapor construido en as-
tilleros ingleses y bautizado como
“La Palma”, zarpó con dirección a
las Islas Canarias. Su estructura era
similar a la del Titanic, si bien única-
mente medía 61 metros de eslora y
El vapor correíllo La Palma
por Manuel Mora Morales
Un capitán dirige una maniobra desde el puente de mando de un “co-
rreíllo negro”, a principios del siglo XX.
su capacidad se reducía a 190 pasa-
jeros; sin embargo, estaba preparado
para navegar por los intranquilos ma-
res isleños, repartiendo carga, correo
y pasaje.
Sus propietarios, los dueños de la
naviera británica Elder, poseían una
línea marítima llamada Vapores Co-
rreos Interinsulares Canarios. El ar-
chipiélago era un punto de interés
para los negocios por parte de los
británicos, puesto que poseía una ex-
celente comunicación con Londres y
otros puertos, dado que en estas islas
recalaban y se abastecían de carbón
los numerosos barcos que partían
desde Gran Bretaña con dirección a
las colonias africanas.
En realidad, las relaciones entre Ca-
narias y el Reino Unido habían co-
menzado varios siglos antes, cuando
se estableció un próspero comercio
de vinos canarios que no finalizó hasta
el siglo XIX. Pronto, fue sustituido por
la cochinilla, un parásito que propor-
El vapor correíllo La Palma
por Manuel Mora Morales
ciona cierto tinte rojo, adecuado para
colorear alimentos. Cuando decayó
la cochinilla, los plátanos y los toma-
tes continuaron este comercio que ha
derivado en las últimas décadas en
la venta de plazas hoteleras para los
millones de británicos que pasan sus
vacaciones en Canarias.
Durante todo este tiempo, los an-
glosajones han mantenido negocios
en el archipiélago y, al menos en dos
ocasiones, han realizados esfuerzos
militares serios para adueñarse de
esta apetecible colonia atlántica que
le costó un brazo al Almirante Nel-
son, cuando trató de ocupar Tenerife
en 1797. Con estos antecedentes, no
parece extraño que desde el último
tercio del siglo XIX la principal com-
pañía marítima canaria tuviera capital
anglosajón.
Vapores Correos Interinsulares Ca-
narios poseía una flotilla de seis va- En muchas ocasiones, el embarque y el desembarque desde el vapor
pores: dos barcos gemelos del buque correíllo “La Palma” era realizado con la ayuda de una lancha. (Acua-
“La Palma” y tres de menor tamaño. rela propiedad de la familia Flick).
El vapor correíllo La Palma
por Manuel Mora Morales
Los correíllos cubrían los
desplazamientos entre las
siete islas, utilizando, casi
siempre, diminutos embar-
caderos servidos por peque-
ñas lanchas que trasladaban
el pasaje y las mercancías
desde el barco hasta tierra
firme. En algunos lugares, la
entrada del pasaje tenía lu-
gar por una playa y un grupo
de hombres se encargaba
de trasladar a los pasajeros,
cargándolos sobre sus hom-
bros para evitar que se mo-
jaran la ropa.
Como estos vapores tam-
bién transportaban las bol-
sas con el correo postal, fue-
ron conocidos popularmente
como los correíllos negros,
Entre la gente de mar, tanto el correíllo vapor La Palma como sus gemelos, aludiendo al color de sus
el “Viera y Clavijo” y el “León y Castillo”, tenían fama de ser barcos “marine- cascos.
ros”, porque sus características técnicas les permitían capear con éxito los CONTINÚA
temporales y realizar una navegación muy estable para su época. EN EL CAPÍTULO 2