You are on page 1of 148
COLECCION ESCAQUES martinez roca Hello everyhody!! Hola a todo: “WMe are a group of chess flung who are predneing chess material. We have aeveral projects and ideas, We five mernbers ftom all around the world, belonging to different cultures and epeakinng tiffevent languages, all of us joined by cur common love for cheeel.” We hope you will enjoy cnr week! "Some un grupo de fanaticos del ajedcez, que estamos tratando de producic material de ajedrez, Nesarcollands diferentes proyectos ¢ ideas, Teaerice miembcos de diferentes partes del mundo, provetientes de diferentes culturas, hablando diferentes lenguas, unidee por auestra pasion por el ajedrez!." Experamos que disicuten de esta nuestea de nuestro tabajo!, Best regards!! Salndos! [ALEXANDER KOBLENZ AJEDREZ DE ENTRENAMIENTO ‘Alaander Koblant, dedicade durante aos {tentranamiento. de aledrox on in Union ‘bo climplce de wu pale y snesor perso. ‘al ‘dal ax campatn dal mondo Ml ‘Tal ofrece en ol presente volumen doe ‘late leccooan mapatraln en Tat qv0 ‘orda todon low problemas que pueden breventaree on le paridn de slerez. In Sistiende muy partcclarmente on los ms importantes prinipios tecricos que te thon come mlsin foment la accion yal ‘rtendimionto indepondientes Con ai tn de completar su mtodo de ‘etrenamiato, el autor ha slaborado unas Practinn, clotrbulde an doce prt. que tte subordnan sine locclones de ibro 1A contario que on otros tatados de ‘jeer sens proctons 6 praserten sin ‘SpleslonesIndcando solamente a gulon ie toca juger. Al lector Ie corresponders ‘iter como on na paride de campos: rato of puede logrr le victoria © dos. ‘uber una Tablas, Algunas posiciones ton ‘omplicadas yu sclucion prosonart ‘eattades, Oust ol actor cuige on facién de buscar precipiademerte tas Teapuestas que v0 den al final deo. {No se deseapare por ello dice al us {or Mi trabajo de muchos afos come on trenador me ha convancido de que la com ‘uta con ls slucin, despuss de itertoe {alides. "también deja una. profunde. Ine range y desrrla a cepecidd crendora > AJEDREZ DE ENTRENAMIENTO Si usted desea estar informado de nuestras pu- blicaciones, sirvase remitirnos su nombre y di- recci6n, o simplemente su tarjeta de visita, in- dicdndonos los temas que sean de su interés. Ediciones Martinez Roca, S. A. Dep. Informacién Bibliogritica Gran Via, 774 08013 Barcelona ALEXANDER KOBLENZ AJEDREZ DE ENTRENAMIENTO EDICIONES MARTINEZ ROCA BARCELONA AJEDREZ DE ENTRENAMIENTO Alexander Koblenz Traduccion de Mariano ORTA MANzanu © 1970 por EDICIONES MARTINEZ ROCA, S. A. Gran Via, 774, 7 - 08013 Barcelona RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS Este libro no pucde ser publicado en todo, ni en parte, sin permiso ImpReEsO EN EspaNa - PRINTED IN SPAIN ISBN 84-270-0047-2 Depdsito Legal: B. 44586 - 1987 Diagrafic, S. A. - Constitucié, 19 - 08014 Barcelona INDICE INTRODUCCION ... ... .. 7 Lecci6n 1 9 16 Lecci6n 2 7 23 LECCION 3... 1. wee eee 24 Practicas (13-18) 30 LECCION 4... 0ee cee ee 31 Practicas (19-24) 38 Lecci6n 5 .. cones 39 Lecci6n 6 46 LEccION 7 .. sone 52 Practicas (25-30) 58 LECCION 8... 0... 59 Prdcticas (: 67 Lecci6n 9... ... .. 68 Prdcticas 73 Lecci6n 10 .. 74 Lecci6n 11 .. ftee nee . 89 Prdcticas (43-48) 97 Lecci6n snes 98 LEccION a woe 110 Prdcticas (49-54) 116 Lecci6n 14 .. sone eee . 117 Practicas (55-60) 127 LEcCION 15 ... ... wee vee . 128 Practicas (61-66) . 132 Lecci6n 16 ... ... wee eee bee nee 133 Prdcticas (67-72) wee 137 COMPAREN USTEDES SUS SOLUCIONES . 139 INTRODUCCION zCémo nacié este libro? En el afio 1960 estuve en Leipzig durante el campeonato del mundo por equipos (la XIV Olimpiada Mundial de Ajedrez) como entrenador del equipo olimpico soviético y asesor personal del entonces campeén del mundo Mijail Tal. Algunos jévenes jugadores de varios pafses expresaban su admiracién por la escuela soviética y me preguntaban insis- tentemente por los «secretos» de mi método ajedrecfstico. Estas manifestaciones legaron a halagarme, pero la palabra «secreto» me molestaba, porque nada més lejos de nosotros, los entrenadores sovié- ticos, que cualquier regateo de secretos. Consideramos que nuestro primer deber consiste en transmitir sin reservas de ninguna clase a nuestros discf- pulos toda la experiencia adquirida en largos afios de prdctica. Asif fue madurando poco a poco la idea de recoger las lecciones de ajedrez que yo daba en Riga y presentarlas al publico. Como el lector comprobard, me he esforzado en subrayar los mds im- portantes principios teéricos que deben fomentar la accién y el entendimien- to independientes. En Jas lecciones que siguen, trato de abordar todas las cuestiones (prescindiendo de problemas concretos de aperturas) que existen en el camino hacia la cumbre que significa la maestria ajedrecfstica. También se ha pensado en la preparacién inmediata para el juego serio. En las Prdcticas, el lector deberd procurar resolver por sf mismo los proble- mas que se le presentan, a ser posible sometiéndose al control de tiempo. Estos ejercicios se componen de doce partes que se subordinan a las leccio- mes y son los que mejor se acomodan a los temas tratados. Con las practicas, el estudiante no sélo puede ejercitarse, sino que se familiarizaré con los problemas de la estrategia y de la técnica de la combi- nacién y de los finales. Hasta qué punto he logrado prestar ayuda en la andadura por el escabroso camino del ajedrez, deberdn juzgarlo mis lectores, que a partir de ahora serén mis futuros discfpulos. A. KOBLENZ Leccion ] LA FORMULA SECRETA... Antes de que haya empezado la partida de ajedrez, los ejércitos es- tan pesados y aburridos uno frente a otro. La falange de los peones im- pide el despliegue de las piezas. Com- pletamente cabizbaja, la dama tiene que permanecer ociosa tras la espal- da de los peones. Desde luego no es una ocupacién muy adecuada para una pieza tan fuerte. Sdélo los caba- Ilos sonrfen quiz4 descaradamente: pueden saltar sobre los peones con Ja mayor desenvoltura. Pero, por mu- cho que salten, la partida se encuen- tra lejos atin de estar empezada. 1Atencién! Ya han hecho los ad- versarios los primeros movimientos, y pronto somos testigos de un cho- ‘que de los ejércitos, de una lucha a muerte de ideas estratégicas y tdc- ticas, de celadas ocultas e ingeniosas. Pero zqué férmula secreta_pone en curso este choque bélico? ~Dénde se encuentra la varita magica que permite al maestro ajedrecista, igual que a un brujo, desarrollar hermo- sas partidas sobre el tablero? Si mi- ramos mds de cerca, el secreto se revela: él sabe c6mo «infundir vida» a sus piezas. Sus piezas y peones despliegan una sorprendente actividad, se apoyan unas a otras, trabajan arménica- mente. Ese es el principio fundamental de todas nuestras acciones bélicas, al que se subordinan todas y cada una de las celadas de Ia estrategia de la tdctica, Pero esto significa para nosotros aprender a ver y conocer los aconte- cimientos conforme a leyes que se producen en el tablero, saberlos a conciencia y hasta en lo mas profun- do del corazén. Este estudio vale la pena. {No es excitante poder mirar al interior de una caja magica Ilena de secretos y poder observar cémo las muertas fi- gurillas de madera empiezan de pron- to a vivir, se empefian en una dura lucha por derrotar a las fuerzas ene- migas y Mevar al rey de estas a un buen cautiverio final 0, como se dice en el ajedrez, darle mate? Asf{ pues, arrojemos primeramente una mirada al interior del laborato- rio creador del maestro de ajedrez. Sobre estrategia y tdctica El objetivo final de cualquier par- tida de ajedrez: dar mate al rey ene- migo. La estrategia general de nues- tros antepasados era claramente ine- quivoca: con abiertas intenciones, sin muchos cumplidos, salir a la caza del rey. Mucho valor y agudeza se ponfan de manifiesto ya menudo lo- graban la gran jugada. Sobresalien- tes triunfos consiguié el maestro alem4n Adolf Anderssen (1818- 1879); sin embargo, en el afio 1859 fue derrotado impecablemente en Pa- rfs por el norteamericano Paul Mor- phy (1837-1884). También la divisa de Morphy era «El cuero cabelludo del rey». Pero 9 sabia crear para eso las condiciones previas posicionales para sus inten- cionados ataques combinacionales. Investiguemos la regularidad légi- ca de su forma de juego y extraiga- mos de ella también algunas formula- ciones tedricas importantes. Morphy-Duque de Braunschweig y conde Isouard, Parfs, 1858, 1. P4R, P4R; 2. C3AR, P3D; 3. P4D, ASC. Esta_clavada resulta ser ilusoria. 4. PXP, AXC. Sélo ahora se dan cuenta las negras de que después de 4. ..., PP, la dama blanca podria haber escapado del alcance de la clavada con 5. DX D+, tras lo cual el caballo come tranquilamente el Peon 5R. La teorfa recomienda la pasiva ju- Bada 4. ..., C2D o el contraataque con 4. 5. DXA, PxP; 6. A4AD, C3AR. Las negras pasan por alto la ame- naza tdctica del adversario. Debie- ron haber jugado 6. ..., D2D. 7. D3CD. Una doble amenaza con- tra dos puntos no protegidos: 2C y 2A. Usualmente sélo se consigue pa- Tar una amenaza. Naturalmente se prefiere suprimir la amenaza més pe- ligrosa. Como existe la amenaza 8. AXP+, seguida de 9. D6R mate, las negras defienden el punto 2A. . D2R; 8. C3A. A menudo hay jugadas que sélo se explican desde el punto de vista del estilo individual del maestro. Las blancas podfan comer tranquilamen- te el peén de 2C, pero después de 8. DxP, DSC+; 9. DxD, AXD+, las blancas no querfan dejarse arras- trar a una aburrida explotacién de la superioridad de peones. Una so- lucién tan racional no se pensaba en los tiempos de Morphy; el objetivo principal consistfa en pasar rdpida- mente al ataque contra el rey. Las blancas prefieren desplegar sus restantes fuerzas para luego explo- tar su ventaja en el despliegue. Para Jas negras ser4é mucho més diffcil imitar la estrategia enemiga: la da- ma negra bloquea el camino al alfil e impide con ello el enroque corto. 10 8. ..., P3A; 9. ASCR. La idea de esta clavada: paralizar una importan- te pieza defensiva del adversario. 9. .... P4C, Para hacer posible 10. «+» CD2D, 10, CXP! Las blancas habfan realizado un avance en el des- pliegue. En tanto que cuatro piezas blancas estaban desplegadas y ocu- paban posiciones favorables, sdlo es- taban desplegados un caballo y la reina negra, y para eso desfavora- blemente. Pero estas ventajas de des- pligue tienen la peculiaridad de desvanecerse r4pidamente en caso de que no se actiie con bastante energia en el curso posterior. Asf, por ejem- plo, después de 10. A3D, CD2D qui- z4 las negras habrfan superado lo peor. Con el movimiento del texto em- piezan Jas blancas una combinacién de mate exactamente calculada. En tales celadas se produce una comple- ta transformacién de los valores ma- teriales. Los factores dindmicos tie- nen la supremacta. 10. .... PXC; 11. AXP+, CD2D; 12. 0-0-0, TID; 13. TX Cl. De nuevo es destruida una importante pieza defensiva. 13..... TXT; 14. TID. Diagrama nim. 1 Esta posicién era la que tenfan pensada ya las blancas cuando ini- ciaron su combinacién. Todavia las fuerzas negras continian mal colo- cadas: el ala del rey esta sin desple- gar, la torre en 2D y el caballo en 3A estdn clavados, y, lo que es peor, el rey, que no se ha movido de sitio, se bambolea en peligro de muerte. No es dififcil comprobar que las piezas blancas tienen mayor eficacia y, lo que es mds importante aun, las blancas tienen en el sector critico de la lucha un predominio material. Un teorema general estratégico que constituye el supuesto previo para cualquier ataque victorioso. No es de extrafiar que la siguiente hermosa combinacién de mate Ieve a una decisién rdpida. 14. .... D3R; 15. AXT+, CxT; 16. D&C+I!, CXD; 17. T8D mate. Con esto la combinacién iniciada en- cuentra su fin. zCual es el rasgo caracterfstico de la combinacién de ajedrez? Como acabamos de ver, una va- riante forzosa que usualmente va li- gada con sacrificios materiales cuyo objetivo final significa la consecu- cién de ciertas ventajas para la parte activa. Antes de que ejecutemos una combinacién, debemos tener en cuenta los siguientes factores ; Ante todo debemos saber los ras- gos posicionales que hacen aparecer justificado el empuje de nuestra com- binacién y que se fundan en el moti- vo. En el caso de Morphy: Avance en la apertura, el rey negro en el me- dio, desgraciado despliegue de las fuerzas combatientes negras, todo es- to son circunstancias favorables para que la combinacién estuviese ya pen- diente en el aire. Después que se ha visto el motivo, empieza la busqueda de la idea con- creta combinatoria. Morphy vio la combinacién de ma- te. En tales combinaciones, la valo- racién de Ja posicién al final de la combinacién es innecesaria; con el mate, la partida est acabada repen- tinamente. Pero en otras clases de combinaciones la valoracién de la po- sicién es importante. De la valoracién de la posicién depende si es aconse- jable en general para el bando activo dar vida a la combinacién. También acabamos de ver que son necesarias favorables condiciones previas posicionales que hagan po- sible las combinaciones. El primer campeén mundial, Wilhelm Steinitz (1836-1900), formulé este conoci- miento de la manera siguiente: «No se debe atacar y es imposible atacar con éxito si la posicién no esta ma- dura para la accién. Primero hay que reunir ventajas posicionales y sdlo entonces pasar enérgicamente al ata- que combinatorio.» En posiciones abiertas (en las que las fuerzas combatientes de los ad- versarios entran con rapidez en con- tacto unas con otras), la forma de juego de Morphy sigue siendo actual hoy dfa. Es el alfa y omega de la moderna estrategia general: 1.° Promover lo mas rapidamen- te posible el despligue de las piezas. 2.° Tener bajo control el centro, disputandole al adversario cualquier casilla del centro. (Se trata principal- mente de las casillas P4R, P4D, P5R, PS5D!). 3. Abrir columnas y diagonales para con ello aumentar hasta el m4- ximo la capacidad de accién de las piezas. En nuestros dias no es tan facil irrumpir contra el adversario como lo consegufa Morphy. Examinemos cémo los maestros modernos crean los supuestos previos para sus com- binaciones. Keres-Bésk 1. C3AR, P4D; 2. P4AD, P3R; 3. C3A, C3AR; 4. P4D, A2R; 5. P3CR, 0-0; 6. A2C, P3A; 7. 0-0, CD2D. Ha surgido una posicién de la apertura cerrada en la que las fuer- zas combatientes atin no han entra- do en contacto (prescindiendo del contacto que se ha producido entre los peones P4A y P4D). Tras la co- bertura de la falange de los peones, los adversarios tratan de desplegar sus fuerzas combatientes. pet Muchos creen que en tales posi- ciones de apertura el maestro de aj drez puede ya calcular diversas va- riantes. Esto no corresponde a los hechos. Como a disposicién del ad- versario hay un gran ntimero de res- puestas, no tiene objeto calcular va- riantes automdaticas. Ya en sus tiem- pos demostré Richard Réti esto: si se quisiera en una posicién tranqui- Ja, en la que no existe ninguna ame- naza grave, calcular con una antici- pacion de tres jugadas todas las po- sibilidades de las blancas y de las negras, se obtendrfa un mimero de variantes de {729! En tales posiciones se deja uno guiar por principios estratégicos ge- nerales y sdlo de vez en cuando se intenta prever concretas celadas ele- mentales o amenazas del adversario. El jugador experimentado de aje- drez las conoce con toda precisién en su mayor parte. Después de las jugadas 1. P4D, P4D; 2. P4AD, P3R; 3. C3AD, C3AR; 4. ASC serfa un error desplegarse automaticamen- te sin caer en la cuenta de la ame- naza_posicional 5. PxXP, PxP; 6. AxC, PXA, que lleva a un empeo- ramiento en la posicién de los peones (el peén doblado en P3A y P2A). Por esto juegan las negras 4. ..., A2R. Pero en caso de que las negras, en lugar de hacer la jugada 4. A2R hagan 4, ..., CD2D, tampoco cas deben proceder automdticamente a la ganancia del peén: 5. PXP, PXP; 6. CxP?, CxCl; 7, AXD, ASC+1; 8. D2D. Las blancas tie- nen que devolver la dama y después de 8 .... AXD+; 9. RXA, RXA esta claro que las blancas han cafdo en una celada tdctica, Por tanto, lo repetimos, ningtin fa- tigoso cdlculo de variantes en la eta- pa inicial, pero tener los ojos y los ofdos muy abiertos. 8. P3C, P3CD; 9. A2C. (Ver diagrama nim. 2) 9. .... P4TD. Las negras empiezan a actuar. Piensan iniciar un ataque estratégico contra el ala de la dama. 12 Diagrama mim. 2 Es instructivo seguir cémo Keres piensa reaccionar contra este plan. Era mejor 9. ..., A2C seguido de P3-P4A. 10. C2D! A3T; 11. P4R!, Px PA; 12. PSR, C4D; 13. PXP, CxC; 14. AxC, TIA; 15. TIR. Ahora esta claro que las blancas han concentrado todas sus fuerzas contra el centro. La prdctica ha fija- do una estratagema general: la me- jor reaccién contra un prematuro ataque por el ala es un contraataque en el centro, En lo sucesivo podre- mos convencernos de que nuestra po- sicién en el centro debe estar asegu- rada antes de que saquemos a escena un ataque por el ala. Bédk le ha permitido al adversa- tio demasiado espacio de juego en el centro. La formacién estética de los peo- nes en el centro hace surgir el plan estratégico de las blancas: como el caballo 3A (una importante pieza de- fensiva) se ve obligado a abandonar el ala del rey a causa del peén avan- zado 5R, las blancas atacan por allf. Para eso han de tener la seguridad de que en el momento decisivo po- drd4n tener dispuestas mds fuerzas. Pero, antes de lanzarse al ataque, las blancas aseguran precavidamen- te su centro, al cual las negras ame- nazaban debilitar con P4AD. 15, ..., P4CD. Las negras pasan al contraataque y no tienen reparo en ir a un sacrificio de calidad. Mas in- teligente habria sido sanear profiléc- ticamente el ala del rey con 15. ..., TIR y CIA. 16. PSA, P3A. Amenazaba la ma- niobra C4R-6D. Pero la jugada lleva al debilitamiento del ala del rey. 17. PXxP, AXP; 18. C4R. Naturalmente habria sido malo 18, TxP a causa de CxPI 18. ..., PSC; 19. A2C, P4R; 20. C6D, PXP; 21. CxT, CxP. La lucha ha alcanzado su punto culminante. Parece como si la estra- tegia de Bédk fuera a proporcionar- le el triunfo: desbaratada el ala de la dama blanca, y el caballo cercado en 1A, Después de la conquista de éste, las negras tendran dos peones a cambio de la sacrificada calidad. Pero precisamente en este momento critico Keres pasa al ataque decisivo. 22. DSTI, C5T; 23. A4R, P3C; 24. AXPC! Semejantes sacrificios des- tructivos tienen por objeto el des- mantelamiento del ala del rey ene- migo. Constituyen a menudo el pre- ludio para la estocada decisiva de las piezas atacantes. 24. ..., PX A; 25. DXP+, RIT. (Ver diagrama num. 3) 26. C7R! saca literalmente el alfil de la casilla critica 2R, para, después de 26. .... AX.C; 27. TX Al, triunfar inmediatamente con un sacrificio de diversién. Bésk abandoné. Se ha puesto de manifiesto que la dama no podfa defender simultdnea- mente al alfil en 2R y la casilla crf- tica 5D. La dama estaba sobrecar- gada. Por lo demés, es importante tener en cuenta en la defensa que una pieza a la cual le encomendamos una funcién importante de defensa no-debe ser sobrecargada «inhuma- namente». Diagrama nim. 3 Con esto hemos podido aprender de los dos ejemplos extrafdos de la prdctica qué principios pueden ser- vir como brijula segura al jugador de ajedrez en la fase de la apertura, Hemos podido convencernos de la estrecha relacién que existe entre la estrategia (plan general) y la tdctica (ejecucién concreta del plan conce- bido). La moderna teorfa considera la apertura no como un territorio de- limitado y solitario, sino como una fase de transicién para pasar al me- dio juego, estrechamente ligado con aquella. Por esto ya en la apertura hay que tener en cuenta los rasgos posicionales del medio juego: la im- portancia de las columnas abiertas, del alfil activo o parejas de alfiles, de los peones libres, del ataque al rey y de otros elementos de la estrategia ajedrectstica. Para darse cuenta de los rasgos ca-- racterfsticos de una posicién, valo- rarla correctamente y, a base de esta valoracién, bosquejar el plan corres- pondiente, debemos haber estudiado atenta y cuidadosamente las leyes es- tratégicas y tdcticas. 13 EL ENTRENAMIENTO DIARIO Una introduccién a nuestras practicas Se sabe que la prdctica es el me- jor maestro. Pero se puede procurar, en el curso del entrenamiento casero diario, acostumbrar al cerebro a que piense independientemente, en cier- to sentido, explicando la prdctica misma. Este método de entrenamiento consiste en que nosotros calculamos mentalmente de modo amplio y pre- ciso todas las variantes sin para ello hacer las jugadas sobre el tablero. Se puede también limitar el tiempo de reflexién poniendo en marcha el reloj de ajedrez (imitacidn de la prac- tica de los torneos). En este entrenamiento es impor- tante pensar de una manera muy con- centrada (también la concentracién férrea se robustece con un entrena- miento constante). No dejar deslizar- se una floja y aburrida mirada sobre el tablero y pensar: «Si no encuen- tro la jugada inmediatamente, mira- ré la solucién.» No, figurese usted que esté, digamos, jugando la par- tida decisiva para el campeonato mundial. Para desarrollar la capacidad de juzgar con la rapidez del rayo una posicién (aunque al principio sdlo sea a grandes rasgos), procure usted va- lorar la posicién antes de buscar la solucién. Para una apreciacién seme- jante hay que plantearse las siguien- tes preguntas y tratar de contestarlas: 1. Es igual la relacién de fuer- zas? En caso de que no lo sea, Lqué compensacién hay por el material que falta? 2. uCémo es la posicién de peones? 2Muestra la posit Puntos débiles? 3. vEstan las piezas colocadas ac- tivamente? 4, LEs segura la posicién de los reyes? los én 14 5. ~Quién tiene ventaja de es- pacio? 6. ¢~Cémo estd la cuestién de los tiempos? (Esto tiene especial importancia en la fase de aper- tura y en los casos de ataques violentos.) Si usted encuentra las respuestas a estas preguntas, ya ha conseguido obtener una valoracién estdtica de la posicién. Esto, a su vez, le permite encontrar la norma para sus acciones. En este caso, su cerebro trabaja més y empieza concretamente a des- cubrir las posibilidades dindmicas de Ja posicién. Usted empieza a calcu- lar mentalmente las variantes y a va- lorar la posicién que se producirfa (también de cabeza). Sélo entonces decide usted si vale la pena elegir tal © cual variante. Quizds esto pueda parecer compli- cado, pero no es tan malo como pa- rece, porque el curso del pensamien- to se produce con la velocidad del rayo y a menudo hay rasgos que se destacan tanto, que es innecesario hacerse ya mds preguntas. En la apre- ciacién choca, por ejemplo, a me! do la expuesta posicién del rey, e mediatamente retroceden a un se- gundo plano las dems peculiaridades estdticas. O bien, observa usted en la situacién de] adversario un pedn dé- bil. Como usted vera, se debe ata- car el punto débil del campamento adversario; para eso concentra usted su atencién en el peén débil, y los restantes rasgos posicionales retro- ceden algo a un segundo término. Ni que decir tiene que usted en el cdlculo concreto de variantes de- be encontrar la respuesta a las si- guientes preguntas: «ZQué me ame- naza? ;De qué amenazas y ataques dispongo yo a mi vez?» En este tra- bajo nuestro cerebro debe estar en- trenado para reconocer las posibili- dades concretas, para representarse mentalmente la posicién (a menudo hay varias variantes) y analizarla ac- to seguido. En nuestras prdécticas nos proponemos como misién fomentar Ja capacidad de la tdctica y del and- lisis. Usted anota sus soluciones y luego las compara con las soluciones que se dan al final del libro. No se desespere si la solucién pre- senta dificultades: algunas posicio- nes son complicadas. Muchas las pre- sento sin explicaciones didécticas. Pero lo mismo que algunos palurdos ensefian a nadar al principiante arro- jandolo sencillamente al agua, asf quisiera yo ensefiar esta clase de «na- tacién» en el terreno de la tactica y del andlisis ajedrecisticos. Mi tra- bajo durante afios como entrenador me ha convencido de que la con- sulta con la solucién, también des- pués de intentos fallidos, deja una profunda impresién y desarrolla la capacidad creadora. Asf{ pues, jmu- cha suerte y a pasarlo bien! Usualmente se indica a quien le toca jugar. Si hay que descubrir unas tablas o una victoria, hagan el favor de descubrirlas ustedes mismos. Du- rante la partida no tendran ustedes al lado a ningun duendecillo susu- rrante que les prediga: «De aquf se puede sacar sdlo unas tablas, aqui puede lograrse la victoria.» 15 PRACTICAS Juegan las blancas Juegan las negras Juegan las negras Juegan Jas blancas Juegan las blancas Juegan las negras Leccién 2 iATENCION! ;TORRES! En la leccién anterior hemos apren- dido las reglas generales que hay que seguir para lograr la actividad arménica de las piezas. Ahora se tra- ta de darles a ustedes algunas expli- caciones complementarias de cémo puede reforzarse la eficacia de cada una de las piezas. Empecemos nuestra charla con las torres. Como columna abierta se de- signa una vertical que esta libre de peones; como semiabierta, cuando atin queda un peén. La palestra de Jas torres es la co- Jumna abierta. La misién general es- tratégica del atacante es: 1.°, conse- guir tener firmemente en la mano el control sobre la columna. Luego: 2.°, con una o ambas torres penetrar en la horizontal (fila) séptima (para las negras la segunda) u octava (para las negras la primera) del campamento enemigo. En estas filas, las torres atacan no s6lo a la falange de peones enemigos y conquistan a menudo material, si- no que también, frecuentemente, montan peligrosos ataques para mate. (Ver diagrama nim. 4) La torre ejerce presién sobre la columna semiabierta AD. La intro- duccién consiste en la maniobra ca- racteristica del doblamiento de las torres: 27. T3A, P3AD. Pero al caballo que estd en IT hay que hacerlo salir a to- mar el aire. 28. T1-1A, P3A. Las ne- Diagrama mim. 4 Botvinnik-Vidmar gras han creado un baluarte muy fir- me que no es facil destruir. Las ne- gras ofrecerian incluso tablas... 29. C1C!, A2D; 30. C3T. Ahora la cosa estd clara: Las blan- cas quieren abrir completamente la columna con PSC, para penetrar con la torre en Ia séptima fila. 30. ..., C2A. En caso de 30. ..., PACD, se crea un punto débil en 5A. Al llegar aqui quisiéramos formular inmediatamente lo que entendemos por «punto débil». Se trata de un punto (casilla) que puede ser ocupa- do por una pieza enemiga sin que la estorbe ningtin pe6n. A esa pieza resulta dificil expulsarla. Cuando una pieza enemiga de este tipo se ha in- 17 troducido en nuestro campamento, resulta especialmente enojosa. Después de 30. P4CD, proyec- taba Botvinnik jugar: 31. CLC, C2A; 32. T3T, seguido de C1C-2D-3C-5A, con una terrible presién posicional. En caso de 30. ..., TIAD (para im- pedir P5C), las cas penetran en el campamento enemigo con C4A- C6D (el punto 6D se revela como débil)! 31. PSC! Como verdn ustedes mds adelante, los peones desempefian un papel importante en la destruccién de los baluartes de peones. Son ex- celentes para despejarles el camino a las torres. 31, CXPC; 32. AxC, PXA; 33. T7A. Diagrama nim. 5 iEso es! La segunda tarea esta cumplida: la torre ha penetrado en Ja fila séptima. 33. PSC, se sigue muy bellamente: 34. T7C+, RIT; 35. T1-7A, y ahora no conviene 35. ..., Px Ca causa de 36. TX P+, RIC; 37. T7A-7C+, RIA; 38. T8T, mate. Por favor, no olviden ustedes que dos torres en la séptima fila, una de las cuales esté apoyada por un peén © una pieza de Ja sexta fila, dan ma- te. Pero en caso de 35. ..., AIA (en lugar de Px C), entonces 36. TX P+, 18 RIC; 37. CSC, y no existe ninguna defensa contra el aniquilador 38. T7A-7C+. En la posicién después de 37. CSC me permitirfa Hamar la atencién de ustedes sobre una regla general: iPor qué es tan devastador el ata- que de las blancas? Porque contra el rey negro operan conjuntados dos torres, un caballo y la eficacia nada despreciable del peoncito que esté en oT. Esté claro que las negras no deben permitir la penetracién de ambas torres. Pero la jugada del texto permite al adversario una sorprendente com- binacién de sacrificio, 34. T7C+, RIT; 35, TXAI!!, TXT; 36. CXP, T1T-1AD. Ambas torres se ven obli- gadas a guardar la columna alfil. Ha- bfa la amenaza 37. TX P+, RIC; 38. T7C+, RIT; 39. C7A+. En caso de 38. ..., RIA, entonces 39. C7T+ y T8C+. 37. TX PC. Hagan ustedes el fa- vor de observar cémo la torre que ha irrumpido en la fila séptima va haciendo estragos. 37. ..., P3T; 38. TXP+, RIC; 39. T7C+, RIT; 40. T7T+. Estas repeticiones de jugadas se hacen para ganar tiempo ante el con- trol del reloj. 40. ..., RIC; 41. T7C+, RIT; 42. Pac. Con la intencién de crear peligro- sos peones libres después de P4T- PST. Con su respuesta, las negras quie- ren expulsar a toda costa al caballo y hacer saltar la red del mate. Pero de este modo las blancas consiguen un fuerte pen libre. 2. .... P4R; 43. PSD, T8-4A; 44. T7T+, RIC; 45. T7C+, RIT; 46. TXxP, TICD; 47. TXT+, R+T. Con esto se ha agotado el tema a tratar. La «estrategia de las terres» ha triunfado. Ha surgido ahora un final de juego de torre contra caballo en el cual el peén libre proporciona a las blancas un triunfo técnicamente muy facil. 48. P7T+, R2C! Después de 48. RIT, gana la intervencién del rey blanco; 49. P6D, TIA; 50. R3D!, R2C; 51.C7A, RXP; 52. R4A. Con su movimiento del texto, las negras preparan al adversario una pequefia trampa: 49. P6D?, T1A; 50. R3D, T8A; 51. C3A, T8TDI, etc. 49. C6D+, RXP; 50. C8R, R3C; 51. CXP, T6A+; 52. R2A, T2A; 53. P4TR, T2A; 54. CST, R2A; 55. PSCl, PXxP; 56. PxP, T2T; 57. C6A, T7T+; 58. R3C, T8T; 59. R2C, TIT; 60. P6C. Las negras abandonaron. Después de 60. .... T3T; 61. P7C, T3C+; 62. R2A, TXP gana el te- mido jaque doble del caballo. Ain més peligrosa se hace la po- ‘ién del rey si las torres consiguen irrumpir en la octava fila. Este obje- tivo lo alcanzan las blancas en la partida siguiente después de un fino juego posicional. Taimanov-Lissizin 1. P4D, P4D; 2. P4AD, P3R; 3. C3AR, P3AD; 4. D2A, C2D. Mejor era acabar el despliegue con C3AR, A2QR y 0-0. 5. P3CR, A3D; 6. A2C, P4AR. Resulta ser una idea desgraciada. Nuevamente era mas correcto des- pués de 6, ..., CR3A y 7. ..., 0-0 im- pulsar el avance P4R y crear posibi- lidad de movimientos para el alfil dama. 7. 0-0, CR3A; 8. PXPI, PAXP. Las blancas han alcanzado en la apertura una ventaja posicional: la columna alfil abierta. En lo sucesivo van a explotar esto muy instructiva- mente. 9. C3A, P3TD; 10. A4AI El alfil negro desde 3D protegfa muy bien en la columna alfil dama las casillas de irrupcién 2A y P4A. Por eso procuran las blancas destruir al defensor de las casillas negras, una estratagema que se produce muchas veces: el aniquilamiento de la pieza protectora mediante el cambio. 10. ..., AXA. 10. ..., AZR no con- viene a causa del repentino golpe tactico 11. CSCD! 1l. PXA, 0-0; 12. C4TD! Otra vez excelentemente jugado. Abre la columna alfil y ademds pre- para al caballo para saltar a 5A, don- de ocupardé una importante «avan- zadilla», que limitard la libertad de movimientos del bando enemigo. » C3C. Al parecer la unica lidad de completar el des- pliegue. 13. CSA, D3D; 14. C5R. Otra avan- zadilla més. 14. ..., TIC. Sin embargo era mejor intentar, con 14, ..., CD2D, cambiar el caballo en 5A. En general es aconsejable, cuando ello no significa un gran de- bilitamiento de la posicién, cambiar lo antes posible las piezas enemigas fuertemente coolcadas o ponerlas en fuga. 15. P4TDI, C1T. Una vez mas de- bieron probar CD2D. Pero las negras han concebido el desgraciado plan de construir una posicién de defen- sa pasiva pero sélida. No es una es- trategia recomendable. 16, PST! Afianza la posicién del caballo en 5A. Ahora no se lo puede echar fdcilmente, porque el peén de 3T se quedarfa muy debilitado. 16. +» A2D; 17, TRL Ahora, finalmente, bajo la protec- cién de los puestos avanzados, em- piezan las blancas a robustecer la pre- sién sobre la columna alfil. 17. A4C; 18. P3R, TRIA; 19. T3TI, T: 20. T3A. Maximo fortalecimiento de la presién con piezas pesadas. 20. ..., D2R. (Ver diagrama mim. 6) A menudo estén enmascaradas las debilidades de la posicién enemiga. Hay que aprender a descubrirlas y entonces atacar con toda furia. Co- mo en Ja estrategia de la guerra, asi en el ajedrez: se debe atacar al ene- migo donde est4 débil, donde tiene un punto flaco vulnerable. Y Taima- nov, por extrafio que ello pueda pa- recer, ha descubierto una debilidad en el aparentemente bien protegido punto 2CD. Para comprometerlo, con 19 Diagrama nim. 6 la jugada siguiente destruird al alfil que sirve de cobertura. 21. AIA!l, AXA; 22. TDIAD; 23. D3CI, CIR. Aparentemente, la presién sobre la columna alfil ha quedado del todo neutralizada. Las negras colocan el caballo en 1R para que después de 24, CxPC, TC, la torre en 1A no pueda ser comida con jaque. Pero, como veremos, la situacién esté ma- durada para una combinacién. 24. CxPC!, TxC; 25. DxTH, D; 26. TXT, RIA. RXA, Diagrama nim. 7 27. T8CIl Con tiempo penetra en Ja octava fila la segunda torre: ese es el Principio del fin. 27. ..., D2R. No juegan 27. ..., DxT a causa de 28. C7D+, y des- pués de 27. ..., D2T la posicién es tan fuerte, que las blancas pueden ganar de dos maneras: 28. TxC+, RXT; 29. T8A+, R2R; 30. C6A+, o 28. T1-8A, CIT-: 2A; 29. C6A. 1Di- vertida impotencia de la orgullosa dama! 28. TXCIT, P3C; 29. T1-8A. Ha Megado el momento del trabajo con- junto de las torres en la octava fila; lo demds se comprende fdcilmente. 29. ..., RUC; 30. TXC, D2AD; 31. T8R-8AD, D2C; 32. T8T-8C, D2T; 33. T8TR!, D2R; 34. T8C-8CR+, R3T; 35. TXPC+, R4T; 36. T3C, RS’ 7. C3A+, R4T; 38. T8-8CR. Las negras abandonan. Esté claro que no se debe ceder sin lucha al adversario el control so- bre Ja columna abierta. En tales ca- sos, el defensor procura concentrar sus propias piezas pesadas en la co- lumna amenazada, Se esfuerza en conseguir cambios. Con mucha frecuencia las piezas menores dificultan la penetracién de las torres. En tales casos, hay que buscar nuevas posibilidades de irrup- cién. Una estrategia de este tipo la ilustra excelentemente el ejemplo que va a continuacién. Las blancas tienen alguna ventaja en cuanto al espacio. Ademas la to- rre domina la unica columna abierta. (Ver diagrama num. 8) Pero si las blancas doblan autométi- camente las torres, este camino re- sulta ser como un golpe en el agua: 18. T2R, TIR; 19. TDIR, A1A!; 20. TXT, CxT, y, como se ve facilmen- te, las blancas no pueden fortalecer su posicién. La toma esquematica de una columna abierta no es todo. Hay que poderse afirmar en ella y obte- ner casillas para la irrupcin. Por eso en nuestro ejemplo las blancas procuran primeramente crear Diagrama nium. 8 Judowitsch-Klaman un nuevo objetivo de ataque en el ala de la dama. 18. P4CDI, P4CD. De otra forma, sigue muy fuerte P5C!; 19. P4TD, P3TD; 20. PXP. A veces es més favorable levar a cabo el dobla- miento de las torres sin cambiar an- tes los peones (porque el defensor, a causa de la escasez de espacio, a menudo no puede imitar la ma- niobra). 20. ..., PT XP; 21. TIT, TIR; 22. T2TI, DIA; 23. TRIT, D2C. Parece como si las negras pudie- ran mantener el equilibrio en la co- lumna torre. Pero... 24. D2C, C3R; 25. T3T! con la intencién de, a pesar de todo, ocu- par la columna torre con 26, T12T.y DIT! 25. ..., C2A; 26. TST!, TXT; 27. TXT, C3T; 28. D3T, C3-1C. 28. .... TIT no conviene a causa de 29. CxPCI, PXC; 30. AXP. Después del movimiento del texto, la ‘orre penetra en la séptima fila. 29. T7T, DIA; 30. CxPC. Era muy ‘uerte también 30. T7A seguido de D7T. 30. ..., PXC; 31. AXP, R2C; 32. AXCIG, CXA; 33. AXT, DXA; 34, PSC, AIA; 35. D3RI, DIA; 34. D4A. Las negras abandonaron. Con- tra T8T y C5R no crece ninguna hierba remediadora. Finalmente querrfamos explicar un método de juego en el que la torre se coloca delante de su pedn y des- de allf toma parte en el ataque con- tra el rey. Diagrama nim. 9 Najdorf-Kotov 14, T3DI, CD4D; 15. CXC, CxC. Relativamente mejor era 15. ..., PxC, pero las negras querian de- jar libre la diagonal para el alfil de dama. 16. D4R!, A3A; 17. C5R, C3A; 18. D4T, A4D? Las negras deberfan haber movido el alfil a 5R para ase- gurar el ala del rey. 19. ASC, A2R; 20. T3T! {Ya estd aqui! La torre refuerza considerable- mente el ataque contra el punto 7T. 20. ..., TUR. Un «sacrificio de apa- ciguamiento». Las negras acceden a 21, AxC, AXA; 22. DxP+, RIA, nicamente para frenar la vehemen- cia del ataque blanco. Habria sido débil 20. ..., P3T a causa del sacrifi- cio destructivo en 3TR. 21. ALDI! Son movilizadas nue- vas reservas. El objetivo es el punto 7AR. El ataque de las blancas debe abrir brecha, tiene una superioridad 21 de fuerzas en el ala del rey. Una po- sici6n especialmente fuerte ocupa el caballo en 5R. 21, .... D4T; 22, AST, TR-1D. No conviene 22. ..., CX.A, porque des- pués de 23. DxC no pueden defen- derse a la vez las casillas 7T y 7A. 23. AXP+, RIA; 24. A6TI, CIR. Habfa la amenaza 25. AXP+! 25. D4A! Surge una nueva ame- naza de mate: 26. AXP+, CxA; 27. C6C+1, PXC; 28. T8T mate. 25. .... A3A; 26. AXP+I, R2R; 22 27. AXC, AXA; 28. TX Pt La torre asesta el golpe de gracia. Las negras abandonaron. Como hemos visto, la moviliza- cién de las algo torponas torres es un problema muy importante de me- dio juego. A pesar de que en nues- tra leccié6n nos hemos inclinado por mostrar los Jogros que pueden con- seguirse con las torres, la actividad de éstas sdlo se concibe en estrecha colaboracién con otras piezas. ;La ley de la coordinacién! PRACTICAS Juegan las blancas Juegan las negras Juegan las blancas Juegan las blancas Juegan las blancas Juegan las blancas Leceién 8 SOBRE ALFILES «BUENOS» Y «MALOS» De la movilidad del alfil depende que se le dé la designacién de «bue- n0» o «malo». Cuanto mds diagona- les abiertas tenga el alfil a su dispo- sicién, tanto mas eficaz seré su tra- bajo. He aquf un ejemplo drastico de la practica de los torneos. Diagrama nim. 10 Baslavsky-Kondratiev No es diffcil valorar la posicién: al alfil negro le roban la libertad de movimientos sus propios peones. Evidentemente est4 «condenado» a un pasivo ir de arriba abajo. Es «bueno» el alfil blanco: los peo- nes estan en casillas negras, y el al- fil tiene manos libres para maniobrar. Ademés, los peones negros estén colocados como objetivos favorables 24 para el ataque, en casillas blancas (al alfil negro le faltan por el con- trario objetivos de ataque). Vemos, pues, la estrecha compe- netracién entre cadena de peones y pieza menor. No en balde se dice que la formacién de peones consti- tuye la columna vertebral de la po- sicién. En la partida se siguid; 1. AIR; 2. A3D, A2D; 3. R3A, P4TR? No deberfan haberse dejado arreba- tar la accién de liberacién P4CR, aunque Ja tuvieran como reserva. Ahora las negras estén obligadas a comportarse con entera pasividad. Pero las posiciones pasivas sin posi- bilidad de contragolpe Ievan en sf, como es bien sabido, el germen de la derrota. 4. R3R, R2A; 5. R4D, AIR; 6. R3A, R2R. La impotencia de las negras llega a resultar tragicébmica. Primeramen- te las blancas Hevan la eficacia de sus piezas hasta el grado mdximo. 7. R3C, RID; 8. R4T, R2A; 9. RST, A2A; 10. A4Al Condenan al alfil negro a una dia- gonal cortisima (2A-1C!). 10. ..., AIC; 11. P4T. Una accién de despliegue del peén, cuya misién es aumentar la eficacia de las piezas. ll. .... A2A; 12. PAC, PTXP; 13. PTXP, AIC. Después de 13. .... PXP; 14. AXP las negras no podrian impedir el paso del rey a 6C o del alfil a 8R. 14, POC +, KAD; 13. ROL. 2 can sa de la amenaza AGT, el rey negro se ve ligado a la cobertura del peén 2C. De ese modo el rey blanco tie- ne mano libre en el ala del rey. 15. ..., A2ZA; 16. R3A, R2D; 17. R4D, P4C. Una medida violenta para conseguir que el alfil pueda respirar. Hab{a la amenaza P4A, R3R y R4A, . e irrupcién del rey. 18. PAXP, A3C; 19. R3R, A2A; 20. P6C, AXP; 21. R4A, A4A, 22. A2R y las blancas ganaron rapida- mente. En la moderna practica de los tor- meos nos encontramos con sistemas de apertura cuya divisa principal es: lucha por la gran diagonal (1TD- 8TR o ITR-8TD) (apertura catala- na, antigua india y defensa Griin- feld.) He aquf un ejemplo. Teschner-Tal 1, P4R, P4AD; 2. C3AR, C3AD; 3. P4D, PXP; 4. CXP, C3A; 5. C3A, P3D; 6. P3CR, P3CR; 7. A2C. Es mds exacto apartar del camino el siguiente cambio jugando 7. CD2R. DxC, A2C; 9. 0-0, 63; 10. BaD, ASRy 11. 5D, TIA; 12. P3AD. Diagrama nim. 11 Con esto intentan las blancas equi- librar la presién del alfil en 2C. Es- peran que las negras comeran el ca- “13. ASC. 13. ..., ballo que estd en el centro (ms tar- de o mds temprano estas piezas ene- migas centralizadas llegan a atacar los nervios), tras de lo cual conser- varfan la presién sobre la columna abierta. Por eso las negras han de actuar enérgicamente. 12. ..., TIR. Para descargar a la dama de la defensa del peén. 13. A3R. Mas activo habria sido , D4T; 14. P3TR. Di- rigido contra 14. bilitamiento indi se muestra la «agresiva» jugada 14, P4CD, DST. En opinién de Tal, lo mejor habrfa sido jugar 14. P4TD. Tras esto, él tenfa la intencién de continuar con 14. .... AxC; 15. PXxA, P3TD. 14. ..., DST! Una jugada posicio- nal nada vistosa en absoluto, que co- rrientemente es diffcil encontrar. Las negras refuerzan la presién contra el peén 5R y preparan el préximo mo- vimiento de pedén. 15. TRIR, P4CD; 16. ASC. Resulta una pérdida de tiempo. Las blancas podrfan haber neutrali- zado con cambio la presién del alfil 2C: 16. CxC+, AXC; 17, A4D. Pero las blancas no quieren conten- tarse con igualar el juego; quieren forzar a las negras al cambio de ca- ballos, para inmediatamente presio- nar contra el peén 2R. Por eso sub- estiman el contraataque por la dia- gonal TITD-1TR. +» CXC; 17. PXC, A4A; 18. D2D, P5C! Nuevamente es envuelto el baluarte. 19. P4AD. Naturalmente no 19. Px.P a causa de 19. ..., T7A. 19. ..., D7A! Después del cambio de dama, la debilidad del ala de la dama se acenttia atin mas. 20. DxD. La simplificacién 20. TXxP, DXD; 21. TxT+ TXT; 22. Ax.D, AXP; 23. TIR fracasa por una pequefia ingeniosidad tdctica: 23. .... TXT+; 24. AXT, A6Al y las blancas estan perdidas. 20. ..., AXxD. (Ver diagrama mim. 12) Ahora no es diffeil comprobar que los alfiles negros estén colocados 25 Diagrama nim. 12 con mucha mayor eficacia. El radio de actividad del alfil blanco en 2C est4 acortado por el propio peén en 5D; también el alfil en 5C dispara al vacfo, porqque la variante 21. TP, TXT; 22. AXT, AXP; 23. TIR, AAR transcurre a favor de las negras. 21. TDIA, A6D; 23. T3R. Las blancas se ven obligadas a ad- mitir la accién de simplificacién que va a producirse seguidamente. Con- tra 22. P3C tenfan pensado las ne- gras 22. ..., A7C; 23. TDID, A7A; 24. T2D, A6A; y a 22. TXP, AXP; 23. TDIR, TXT; 24. AXT segufa 24. ..., A6A y luego AX PAY AX PT. 22. ..., AXPCI; 23, TXA, AXT; 24. AXA, TXP; 25. A2D, TIC; 26. A3R, P4TD. Las blancas siguen sin conseguir activar sus alfiles, en tan- to que las negras se apuntan un nuevo triunfo. Promueven un peli- groso peén libre en el ala de la dama. 27, T2D, P5T; 28. AlA, T8A. jLa torre en la primera filal 29. T2C, TST; 30. R2C, P6T; 31. T2A, La ocupacién de la columna abierta no tiene trascendencia: es mucho mds peligroso el peén libre. 31. .... P6Cl; 32. PXP, P7T; 33. A2R, TICR+; 34. RXT, PST=D+ y después de algunas jugadas las blancas abandonaron. A pesar de que en la partida recién mostrada los méviles alfiles desem- 26 pefian un papel importante, quiz4 incluso el de «primer violfn», las ne- gras no habrfan podido obtener el triunufo sin la arménica ayuda en colaboracién de dos estratagemas: columnas abiertas y pedn libre. También en la partida siguiente, de complicadas posiciones, durante mucho tiempo gira la lucha en torno de la eficacia de los alfiles, pero en estrecha compenetracién ‘con los otros factores posicionales no menos importantes. La partida proporciona un ejemplo imponente de cémo los planes del maestro de ajedrez evolu- gignan y se hacen eldsticos en el ta- lero. Kotov-Szabé 1, P4D, C3AR; 2. P4AD, P3CR; 3. C3AD, A2C; 4. P4R, P3D; 5. P3A. El peligroso sistema Simisch cuya idea principal consiste en bloquear el centro de peones y operar sobre las alas. 5. ..., 0-0; 6. A3R, P4R; 7. PSD, C4T; 8. D2D, P4AR. El caracterfstico empuje de flan- co de peones contra el centro blanco. 9. 0-0-0, C2D; 10. A3D, C4A. El comienzo de un plan equivoca- do. Aqui seria mejor que las negras hubiesen jugado 10. ..., CSA! (reco- mendacién de Bronstein), para des- pués de 11. A2A, forzar con 11. . C3CI el movimiento P3CD. 11. A2A, PSA. Cierra el juego completamente, y el alfil en 2C pare- ce estar del todo y por siempre «se- pultado». Pero las negras se han formado un plan. Habria sido mejor mantener la tensién en el centro con 11. ..., CBA. 12. A2A, P3TD; 13. CR2R, P4TD. Lo peor que hay en ajedrez, cuando se estd obligado a la ejecucién de un plan, es quedarse a mitad de camino. Las negras tenfan al principio la in- tencién de iniciar un contraataque con 13, ..., P4CD. Ahora se dan cuenta de que después de los pro- yectados movimientos seguirfan las jugadas muy fuertes 14. P4CD! y PSA. Con la jugada del texto tratan de asegurar por lo menos la posicién del caballo en 4A. 14, RIC. Una jugada preventiva que después del enroque largo es itil a menudo para cubrir temporal- mente la casilla sin proteccién 2T y ademas con el fin de desalojar la ca- silla 1A para el caballo o Ja torre. 14, ..., A2D; 15. C1A, T2A; 16. C3D, P3C; 17. TIAD, A3AR; 18. TRIA, ASTR. Las negras quieren librarse del al- fil «malo» (era mejor 18. ..., PST). UProvocaron quizé las blancas con su ultima maniobra de torres al ad- versario a que hiciese esta jugada? Las negras esperaban 19. AIC, y el alfil en 5T tenfa un efecto algo mo- lesto. Pero se siguié inesperada- mente: 19. A XC! Las blancas explotan in- mediatamente el hecho de que el alfil se ha alejado de la cobertura del pedn rey. Con el cambio crean al ad- versario una nueva debilidad: un peén aislado en 4TD, que rdpida- mente va a ser objeto de ataque. Sin embargo, desalojan para las negras Ja columna abierta; pero cuando se quiere ser enérgico, también hay que conceder algo al adversario y correr un riesgo. En nuestro caso se po- ne de manifiesto que las blancas se apoderan incluso de la columna abierta. 19. ..., POX A. (Ver diagrama nim. 13) 20. A4TI {Se han vuelto las tor- nas! Ahora son las blancas las que quieren librarse de su alfil malo, y las negras tienen que acceder al cambio, después de 20. ..., AlA; 21. A6A, T3T; 22. C5C el alfil blan- co en 6A se haria demasiado fuerte. 20. ..., AXA; 21. CXA, D2D; 22. C3A, P4C. Las negras olfatean el pe- ligro y se esfuerzan en un contrajue- go contra el ala del rey. Se amenaza la maniobra C5C, T3A, T3T. 23. P3TR, C3A; 24. CSC, P4T. Una lucha excitante: 2quién Hega prime- ro? 25. TIT. Las blancas saben de- Diagrama nim. 13 fender el ala amenazada del rey con medios econémicos. Por lo demas el principio de la economfa es muy im- portante en la defensa: cuantas me- nos fuerzas requiera la defensa, tan- tas mds nos quedan disponibles para el rage, , T2TR; 26. T3A, PSC; 27. Prxe, PTXP; 28. T3TD, A6C; 29. TXT, DXT. Las negras han conseguido cubrir indirectamente al P4T; el peén P2C blanco est4 amenazado. 30. CIAL, DSTI. Diagrama nim. 14 a dana negra na penetrado en el campamento enemigo; pero por los siguientes motivos el ataque de las blancas se hace més peligroso: 1.° la posicién del rey blanco es menos expuesta; 2.° el caballo blanco se muestra més activo para el ataque que su «contrincante», el alfil. A ccontinuacién siguié: 31.C PA, PXP; 32. PXP, T2T; 33. C6R, A8R; 35. DIDI, T2T; 25. T3D. Habfa la amenaza T7T y A7D. 35. ..., T7T; 36, P3T! {Un respiradero para el rey! 36. ..., C2D; 37. D4T, D7C; 38. T3Cl Las blancas han sabido con ver- dadero virtuosismo combinar la de- fensa con el ataque. 38. ..., AGA. La ultima posibilidad: zpicardn las blancas? Después de 39. DxC, DxP+; 40. TxD, TxT+; 41. RIT, T2C+; 42. R2T, TxD Jas negras ganan incluso la ‘partida con ayuda de la famosa tenaza. Pero hubo un elegante sacrificio... 39, C2RII y las negras abandona- ron. En caso de que las negras coman al vivaracho caballo, se sigue des- pués de 39. ..., DxC el hermoso sa- crificio de torre 40. T8C+1, CXT; 41. D8R+ con r4pido mate. A veces se consigue, con ayuda de un sacrificio de peén, abrir para el alfil la diagonal cerrada. (Ver diagrama num. 15) 20. P5SR1, TX P. En caso de 20. PDxP, 21. AXC, PCx CxP+. A 20. ..., PAXP sigue 21 ASC, DIC; 22. C6A+, AxC; 23. AXA, T2T; 24. D6T, C3R; 25. ASDI, y el aifil edespertado» pone los pun- tos sobre las fes. 21. AXC, PCXA; 22, CXP+1, AXC; 23. TXT, TIC, Habfa la ame- naza D5D+. 24. T5-1R y las blancas ganaron. A muchos maestros no les gusta separarse de la pareja de alfiles ya en Ja fase de la apertura. Desde luego no todo puede preverse: la pareja de al- files del adversario puede en el me- 28 Diagrama nim. 15 Szchujowicky-Boleslavsky dio juego o en el lejano final de jue- go producir muchos quebraderos de cabeza. Especialmente peligrosa es Ja actuacién de la pareja de alfiles en posiciones abiertas; en tales casos los alfiles paralizan a las fuerzas atacan- tes enemigas He aquf un ejemplo. Smyslov-Botvinnik 1. P4R, P4AD; 2. C3AR, C3AD; 3. P4D, PXP; 4 CxP, C3A; 5. C3AD, P3D; 6. ASCR, P3R; 7. A2R, A2R; 8. 0-0, 0-0; 9. C4-5C. La amenaza al punto 6R resulta sin objeto. Mejor era preparar con 9. RIT la jugada P4A. 9. ..., P3TD; 10. AXC, PXA. Las negras podfan jugar también 10. AXA, porque después de 11. C D2A la presién del alfil en 3A bien vale la pérdida del peén. Las blan- cas debieron contar también con la amenaza A XC. 11. C4D, RIT; 12, RIT, TIC; 13. P4A, A2D; 1 3A. Aquf debid j jue garse el movimiento de afianzamien: to 14. PSA! seguido de AST y C2R, C4A. 14. ..., TIAD; 15. CXC. Una des- gracia nunca viene sola. Las blancas, completamente convencidas de que no van a sacar nada de la apertura, no pueden concebir un plan deter- minado y juegan a la simplificacién. Pero al hacer esto se olvidan de que usualmente los cambios que forta- lecen el centro enemigo no son acon- sejables. 15. ..., PXCl; 16, C2R, P4D; 17. PSA. Aqui este procedimiento no es el adecuado para crearles dificulta- des a las negras. Por el contrario se abre la diagonal 2T-8CD para el alfil que se mueve sobre casillas negras. Pero ya era diffcil dar consejos. Co- mo indica Keres, las negras se queda- rfan con mejor juego, aun también después de la respuesta relativamen- te mejor 17. D3D, PDP; 18. AXP, P4AR; 19. TDID, T2A; 20. A3A, DIA y P4A. 17. ..., D2A; 18. P4A, PDXPA; 19. D4D, P4A; 20. DXP4A, A3D. Ahora empiezan los alfiles a «bufar». Pronto va a percibirse su «cdlido aliento». 21. P3CR, A4C; 22. D2A, PxP! Ahora no sélo se abre la diagonal 1TR-8TD, sino también la columna rey. A la larga, las blancas no pueden soportar esta presién conjunta. 23. PXP, TDIR; 24. T2A, T6R; 25. A2C, D2R. El doblamiento ya co- nocido por nosotros. 26. CIC, A6D; 27. D2D, PSA; 28. T3A, TIR. [Por triplicado resulta mejor! 29. TID, A4ADI; 30. P3C. (Ver diagrama num. 16) 30. TSR! jEsta penetracién en la primera fila era lo unico que faltabal! Diagrama mim. 16 Observen ustedes cémo los alfiles pa- ralizan el juego blanco. 31. PXP, AXPS5SA; 32. AlA. No habfa ningu- na otra defensa contra AXC. Ahora las blancas pierden la calidad. 32. ..., TXT; 33. DXT, T1D; 34. D2A, A4D; 35. D3A, A5D; 36. D3D, D6R. Lo més simple. 37. DxD, AXD; 38. A2C, AXT; 39. AXA, T7D; 40. C2R, TXP. Las blancas abandonaron. Botvinnik ha jugado colosalmente, y su adversario tuvo un «dfa negro». Esto les pasa también a los grandes maestros. Pero no se debe creer que la pa- reja de alfiles monopolice «autom4- ticamente» la victoria. Si la posicién est4 bloqueada y los alfiles no tienen a su disposicién las diagonales abier- tas, triunfan los caballos. PRACTICAS Juegan las blancas Juegan las negras Juegan las blancas Juegan las blancas Juegan las blancas Juegan las blancas Leccién 4 LOS PEONES SE CONVIERTEN EN OBJETIVO DEL ATAQUE Hemos comentado ya «en passant» que los peones constituyen la colum- na vertebral de la posicién. De la colocacién de los peones depende a menudo que en nuestra situacién haya ciertos puntos protegidos o sin proteccién, dicho con mds exactitud, débiles o fuertes. Diagrama nim. 17 Besrutschko-Koblenz No es dificil observar que el caba- Ilo negro ha ocupado una posicién fuerte de la que es diffcil expulsarlo. Por otra parte, la casilla 4D es para las blancas el punto flaco. El caballo negro en el centro es para las blancas una verdadera espina en el ojo: acta de un modo muy molesto. A la posi- cién blanca la empeora atin mds la circunstancia de que el alfil en 1A es «malo». Los peones se encuentran en casillas blancas. Con un ataque combinado contra ambas alas, las negras consiguieron la victoria. 26. TIC, T3T!; 27. PACD. A 27, P3CD podia seguir la siguien- te maniobra de bloqueo: 27. ..., T3D- 3C y T6T! seguido de P4TD-P5T. En caso de 27. P3TD, entonces 27. +++) T3D-3C, T6C y T3T-3C. 27. ..., T3D-3C; 28. PSC, T6T; 29. T12C, T6AD! impide 30. T3D. 30. PATD, P4Al; 31. PXP. La situacién de las blancas es cri- tica también después de 31. RIC, PXP; 32. PxP, T6R; 33. A3D, T3AR!; 34. P3T, P4TR seguido de P4C, PSC, P6C. Después del mo- vimiento del texto, las negras reci- ben un peén libre al que es diffcil detener. 31. ..., PXP; 32. PST. Expulsa a la torre al sitio mismo adonde ella pensaba trasladarse. 32. ..., T3R. Ala torre le corresponde estar detras del peén libre, desde donde debe apoyar el movimiento de avance del mismo. 33. RIC, P5R; 34. PXP, PXP; 35. TID. Se apresuran a detener al intruso, 0, como se dice en ajedrez. a bloquear. 35. ..., P6R; 36. TIR, T7A! Cuan- tas menos piezas se opongan al peén libre, tanto mejor para el bando activo. 31 37. TXT, CXT; 38. T2R. La torre es una mala bloqueadora, por- que tiene que ceder a los ataques de las piezas menores. 38. ..., C5D; 39. P3T. En caso de 39. TIR, entonces PIR. 39. ..., CXT+. Después de al- gunas jugadas, abandonaron las blan- cas. Arrojemos atin una mirada a la posicién inicial. Coloquemos el peén blanco 4A en 3A, y el cuadro cambia radicalmente: al caballo le serfa inaccesible la casilla 5D, y el alfil es- tarfa muy fuerte en 4A. En cualquier caso, las blancas tendrfan un juego valioso. Vemos también que hay que ser cuidadoso con los movimientos de los peones. Estos son incapaces de ir hacia atrds y por eso debemos adaptar cuidadosamente cualquier movimiento de pedn a las exigencias de la posicién, evitar innecesarias debilidades de peones, pesar cuida- dosamente el pro y el contra antes de tocar un peén. No hay que olvidar lo siguiente: Las debilidades de los peones son por principio constantes; se convierten en gratos objetos de ataque para el adversario. De ello dan testimonio los siguientes ejemplos: Diagrama nim. 18 Esta es la formacién més fuerte de peones, la Iamada falange de Peones. También para el ataque los 32 peones deben avanzar en semejan- tes Ifneas cerradas. Tales peones son capaces de hacer inaccesibles al ad- versario cerradas cadenas de casillas. Si nosotros en nuestra posicién sélo adelantamos al peén caballo una ca- silla, surgen inmediatamente debili- dades en 3A y 3T. Pueden tener es- pecialmente graves consecuencias pa- ra la posicién del rey. He aqu{ varios tipos de peones débiles. Diagrama niim. 19 Diagrama nim. 21 En el diagrama siguiente, el peén 3D de las negras esta clavado. Nece- Z sita la proteccién de una pieza y por Ul fled, eso se convierte en objeto de ataque j del adversario. El modo de atacar una debilidad nos lo muestra el ex- campeén mundial Smyslov. Diagrama nim. 24 Smyslov-Denker Diagrama nim. 22 GA. Ta. GZ col eg d yO yf ays Waa me EE Como las negras han de esforzarse, con P4D en liberarse del peén reza- gado, las blancas tienen ante todo que fijar al pedn, clavarlo en su sitio. La segunda parte del plan consiste en atacar al peén con diversas piezas y acentuar la presién contra el mismo. 24. C3A!, D2R; 25. ASD! Después del cambio de alfil, el punto 5D se debilitarfa, haciendo dificil asi P4D. 25. ..., R2T; 26. AXA, DXA; 27. T3D. La presién se acentua. 27. sy T2A; 28. TDID, T2A. Las negras se esfuerzan por llevar el contrajuego a la columna alfil rey. 29. C4R. No sdlo defiende el pun- to 2A, sino que ataca también al peén 6D. Su contrincante, el alfil, tiene que desempefiar pasajeramente un papel pasivo. 29. ..., AIA; 30. TSD, DSC. Monta una pequefia celada. 31. T1-3D. Habria sido prematuro 31.CxPa causa de AXC; 32. TXA, DXT+1L 33 31. ..., A2R. A 31. ..., D3R sigue el avance P5A. 32, CXP, AXC; 33. TX A, TIAR; 34. DX PRI Todo esta exactamente calculado: 34. ..., TX P; 35. T7D+!, 17-2A; 36. TXT+, TXT; 37. T8D!, T2C; 38. D8R, P4CR; 39. D8ST+, R3C; 40. T6D+, R2A; 41. Dx P, y con su superioridad de dos peones las blancas aleanzan Ja victoria. Diagrama nim. 25 Aquf el peén 2R estd en cierto mo- do rezagado, pero la situacién no es tan desfavorable: en el peor de los casos se puede intentar con P3 sa- cudirse una posible presién. Pero en el medio juego, cuando atin hay mu- chas piezas sobre el tablero, después de P3R, el peén 3D se veria despo- jado de su mejor proteccién y él mis- mo podria pasar a ser objeto de ataque. Miren ustedes cémo las negras, en el siguiente ejemplo, han sabido mar- car al peén 2R como objetivo de ata- que. Quisiera aun lamar la atencién sobre lo siguiente: la intencién de Jas negras era el ataque contra el pedn 2R, pero esta estratagema no se afsla (como ya hemos visto en el tratamiento de torres y alfiles) de to- da la maquinaria estratégica de las negras, sino que se enlaza arménica- mente con las acciones de las demas piezas. 34 Pero como hilo de Ariadna, sisvio para las negras de un modo excelente el conocimiento de la caracteristica posicional (pedn retrasado en 2R). Lissizin-Botvinnik 1. C3AR, P4AD; 2. P4AD, C3AR; 3. P3CR, P4D; 4, PXP, CxP; 5. A2C, C3AD; 6. 0-0. Un «pecado de omisién» en la tem- prana fase de la apertura, que ten- dr amplias consecuencias. Las blan- cas debieron jugar 6, P4D. , P4R; 7. P3D, A2R; 8. CD2D, . C4A, P3A; 10. A3R, A3R; 11. PaTD. Refuerza la posicién del caballo en 4A; pero el movimiento tiene tam- bién sus lados de sombra; la casilla 4CD queda considerablemente debi- litada. 11. ..., D2D; 12. D2D, P3CD; 13. TRIAD, TDIA; 14 DID, RIT; 15. A2D, TR1D; 16. D3C, C2A; 17. A3A, TICD; 18. D2A, C5D; 19. C3-2D, TIC-1A; 20. CIA, C4D! Diagrama niim. 26 Como se ve facilmente, las blancas no pueden forjar ningtn plan con- creto: la sélida posicién de las fuer- zas combatientes negras en el centro ahoga en germen cualquier contra- juego. En el espfritu de las negras nace el siguiente plan: toma con el ca- ballo en 5D una fuerte posicién y obliga al adversario, como mal me- nor, a comer el caballo. Esto le per- mite ejercer una presién en la co- lumna rey contra el pedn que se ha quedado atras. 21, DID. Las blancas no quieren comer voluntariamente. 21 ’ Amenazar al caballo con P3R antes de ocupar la casilla P4D tendrfa la desventaja, como ya hemos dicho, de privar al peén 3D de su proteccién y por tanto debilitarlo. Pero ahora el cambio en 4D es obligado. 22, AxC4D, PRXA; 23. D2D, AIA. El comienzo de un nuevo plan. Las negras quieren ahora montar sus pie- zas pesadas en la columna rey y ha- cer fuego contra el peén 2R. 24. TIR, TIR; 25. P4TR, AGT; 26. A3A, T2R. El doblamiento que ya conocemos. 27. C2T, TIA-1R; 28. RIT, A3R! Las blancas amenazaban con P4CR retirar al alfil del juego. Pero esto no es lo mds importante: las _negras quieren trasladar el alfil a 4D para, después del cambio del alfil blanco, poder atacar con éxito al peén 3R. 29, P3C, CSC! La consecuencia de la jugada P4TD. El caballo esté aqui completamente firme y sin sufrir mo- lestia alguna. Diagrama nim. 27 30. A2C, A4DI; 31. C3A, T2A. La manera como lleva el juego Bot- vinnik se caracteriza por su légica y su intencionalidad. Las blancas si- guen sin poder hacer saltar el ani- Ho de hierro del centro, y las negras refuerzan tranquilamente la coloca- cién de sus piezas. La idea de la ul- tima jugada es muy simple (pero 1cudn a menudo la olvidamos en nuestra prdctica!): poner en juego al desocupado alfil negro. 32. R2T, A3D; 33. A3T, DID; 34. TDIC, T2A-2R; 35. CIC, AZADI; 36. C3T, A2CI Hay la amenaza 36. ..., D4D, Las negras obligan al cambio de alfiles, con lo que la posicién del rey blanco queda debilitada. La posicién se va poniendo poco a poco madura para iniciar el ataque por el ala del rey. Una vieja regla: La presién en el centro hace posible, mds tarde o mds. temprano, trasladar el centro de gra- vedad de la lucha al ala (a veces se- encuentra el objetivo del ataque en el ala de la dama). 37. A2C, AXA; 38. RXA, C4D; 39. C2A, D3D1 | Eso es! Surgen posi- bilidades tacticas: hay la amenaza C6OR+! 40. C3TD, C6R+; 41. RIT, CSCI; 42. D4A. La posicién se ha derrum- bado como un castillo de naipes. En caso de 42. TIAR, entonces 42. D4D+1; pero después de 42. gana CXPA. {No fue acertado po- ner a tiempo en juego al alfil blanco? 42. .... DXD; 4. PxD, CxP+; 44, R2C, CXP. Las blancas abando- naron. (Ver diagrama num. 28) Al llegar aqui, Lasker jugé inespe- radamente: 12. PSA! Desde un pun- to de vista puramente estdtico, es un movimiento que constituye un grave error estratégico. De golpe y porrazo, el peén 4R queda rezagado comple- tamente sin esperanzas y las blancas ceden al mismo tiempo al adversario el punto 5R. Pero cuando estudiamos mds pro- fundamente la posicién nos damos 35 Diagrama nim. 28 Lasker-Capablanca cuenta de que las blancas han cedido esta debilidad posicional al adversa- rio no sin conseguir a su vez contra- triunfos dindmicos. Las blancas adquieren las siguien- tes posibilidades : 1, Aumenta la actividad del alfil que se mueve en casillas ne- gras. 2. La capacidad de maniobra del caballo y del alfil negros que- da_considerablemente dismi- nuida. 3. Las blancas pueden intentar ademds encasillar su caballo en Vemos que Lasker, al mismo tiempo que cede ciertas ventajas posiciona- les a su adversario y debilita la posi- ci6n en el centro, por su parte espera conservar ventajas mds importantes. No debe considerarse a esta estra- tegia de compensacién (en la litera- tura ajedrecfstica soviética se habla en tales casos de resultado concreto de la valoracién de la posicién) como una negacién general de las leyes 16- gicas: se les ceden al adversario a sabiendas ciertas ventajas para reci- bir_ otras como compensacién. Este método de Lasker ocupa un puesto importante en el arsenal de 36 lucha de los maestros modernos, es- pecialmente de los soviéticos. Se crean en la propia posicién puntos y peones débiles, para desviar al adver- sario; se le ceden columnas abier- tas para trasladar el centro gravita- torio de la lucha al ala opuesta y de hecho trastocar planes ricos en pers- pectivas. Para conservar el contraataque, Tal cedié en Portoroz en 1959 a Fischer el control de ambas torres en la sép- tima fila. Naturalmente eso estaba li- gado a un peligro cierto, pero esta estrategia de evacuacién exige una dosis de riesgo saludable. Hoy dfa se encuentra cada vez con menos frecuencia un comportamien- to pasivo en la defensa. En el mo- mento critico ceder al destino Ja de- bilidad y trasladar de pronto la lucha a otro sector es un arma que se em- plea a menudo. Contra el jugador que suefia sdlo con una indecisién se juega en plan desafiante y caminando con una son- risa al borde de un abismo en el que inteligentemente se ocultan sus con- trachances. El adversario no resiste esto mucho tiempo: la «descarada» conducta lo provoca a aflojar su po- sicién opresiva y acepta la lucha. Ge- neralmente, en lo psicoldgico el ad- versario no tiene los nervios bien templados para jugar al borde del abismo, y se despefia. Naturalmente un proceder as{ se funda en una estrategia de compen- sacién medida hasta el extremo mds sutil. Hoy en dia, sistemas completos de aperturas estan dirigidos por este punto de vista: se le cede al ad- versario todo un terreno de lucha en el centro y en el ala del rey para unicamente recibir como compensa- cién una mayorfa de peones en el ala de la dama y el alfil activo en 2C (véanse partidas Romani-Tal y Ge- Her-Smyslov). Esta claro que semejante método de lucha ha de gobernarse por deter- minados supuestos previos: 1. Un conocimiento ....rme de todas las regularidades «nor- males». 2. Una profunda capacidad de va- loracién de los matices posicio- nales (sopesar y valorar el pro y el contra). 3. Elsentimiento en la «punta de los dedos» (intuicién). 4. Fantasia, amor por el riesgo, una saludable dosis de opti- mismo. 5. CaAlculo exacto y rapido de las variaates. 6. Técnica sobresaliente. Sélo desde el punto de vista de la estrategia de compensacién son comprensibles muchas ideas de los maestros modernos (de los «anti- guos», naturalmente también las de Lasker). En esta direccién se realiza el desarrollo progresivo del arte del ajedrez, zQué sucedié luego en la partida Lasker-Capablanca? 12. ..., P3CD. Las negras quieren atacar al peén 4R. Pero este plan es demasiado lento, y ademas el punto 3R queda totalmente sin proteccién. Mejor era por tanto 12. ..., A2D y TDID. 13. A4A, A2C? Ahora nace una nueva debilidad en 3D, a pesar de que las negras se liberan del peén doble. 14. AXA, PXA; 15. C4D, TDID; 16. C6R. Atin mds desagradable que un ca- ballo apostado en el centro es un in- truso asf en 6R. | Una verdadera es- pada de Damocles! 16. ..., T2D; 17, TDID, C1A; 18. T2A, P4CD; 19. T2A2D, T2D2R; 20. P4CD. Dificulta el movimiento de li- beracién P4A, a pesar de que el pun- to 4A queda debilitado. Pero aqui es mucho més importante obligar al alfil 2C a permanecer pasivo. R2A; 21. P3TD, AIT; 22. 3 23. P4C. Las blancas em- R2A, piezan paulatinamente a preparar una operacién de ala. 23. ..., P3T; 24. T3D, PAT. P4TR, PXP; 26, PXP, T2T-2R; 27. R3A, TICR; 28. R4A, P3C; 29. T3C, P4C+. Mejor era desde lue- go 28. ..., PX P. Ahora consiguen las blancas ocupar la columna torre rey. 30. R3A, C3C; 31. PXP, PTXP; 32. T3T! A veces estd uno ante un dilema: qué es preferible? UAceptar la ganancia de un peén y dejar que el adversario pase al contrajuego, o dominar la «codicia» y ante todo ahogar el contrajuego del adversario en la fase inicial? Mucho depende de la posicién que se tenga y de la fuerza relativa del contrajuego que amenaza; pero usualmente se elige el segundo cami- no. Es lo que hizo también Lasker. Después de 32. T x P podfa venir TIT seguido de CSA. La precaucién es también una importante estratagema de la moderna escuela ajedrecfstica. 2. ... T2D; 33. R3C! La prepara- cién para la combinacién siguiente. 33. ..., RIR; 34. TDITR, A2C; 35. PSR! | Desaloja al punto 4R! 35. .... PDXP; 36. C4R, C4D; 37. C6-5A. {Un caballo completamente resoplante! 37. .... ALA. A un movimiento de torre segui- rian 38. CX A y C6D. Después de 38. CXT, AXC; 39. T7T, TIA; 40. TITD! (cerco com- pleto!) 40, ..., RID; 41. T8T+, ALA; 42. CSA, abandonaron las negras. Como hemos visto, la «espantosa» jugada 12. P5A no tuvo en modo al- guno malas consecuencias. Simple- mente las negras no fueron capaces de pasar al contraataque. Pero, como ustedes mismos podrén convencerse, semejante método de lucha Ieva a una matanza de doble filo donde las piezas activas se encuentran durante mucho tiempo en «excepcional posi- cién» belicosa. 25. 37 PRACTICAS Juegan las blancas Juegan las blancas Juegan las negras Juegan las blancas Juegan las blancas Juegan Jas blancas Leccién 5 MAS SOBRE DEBILIDADES DE PEONES Diagrama nim. 29 Los peones P2A y P3A estén do- blados, el peén de 2T esté aislado. Especialmente peligrosa son estas formaciones descosidas de peones cuando en su 4mbito se encuentra también el rey: la posicién del rey se caracteriza por su indefensién y hace posible al adversario inespera- dos ataques de mate. Ljublinsky-Liliental 1. P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD; 3. C3A, C3A; 4. ASC, CSD; 5. A4T, A4A; 6. 0-0, 0-0; 7. CXP. Este es un movimiento gravemente erréneo, mal visto también por la teoria de aperturas. Mejor 7. P3D. 7. ...» P3D; 8. C3A, ASCR. iUna clavada muy desagradable! Ahora esté el caballo clavado en su puesto: no puede escapar del ataque por la fuga, porque entonces deja detras de él sin proteccién una pieza atin mds importante que se encuen- tra en la linea del ataque. Por otra parte, [as blancas, en la jugada 8.*, no podian tampoco mo- ver el caballo a 4A: 8. C4A, ASCR; 9. DIR, C6A+!; 10, PXC, A E] alfil adquiere en 6A una posi muy fuerte. Las negras obtienen un ataque irresistible. 9. P3D, C2D. Amenaza reforzar la presién con C4R. 10, AXC, DXA; 11. A3R, CXC+; 12, PXC, A4T. Diagrama nim. 30 La primera parte del plan estraté- gico se ha cumplido: con ayuda de 39 la clavada se ha logrado desguarne- cer la posicién del rey. La tarea que se le presenta ahora a las negras es atacar inmediatamente el ala debili- tada. 13. R2C, P4Al; 14. PSR. Las blan- cas no deben aqui en ninguna cir- cunstancia permitir la abertura de la columna alfil, porque eso llevarfa in- mediatamente a la pérdida de la ca- silla 3A. 14. ..., PSA; 15. AXA, PXA; 16. D2R, TDIR; 17. TDIR, T3R; 18. P3TR, A3C! E] alfil ha cumplido su misién en la diagonal 4T-8D; ahora se pasa a una nueva diagonal para atacar la casilla 3TR. La finalidad se comprende fdcilmente. 19. R2T, A4A; 20. TIC, Ax PT; Con este sacrificio destructivo, el rey queda completamente desguarnecido, Je arrebatan la ultima cubierta de peones. 21. T4C. Naturalmente no se hace 21. RXA a causa del jaque con dos piezas 21. ..., 21. ..., AXT; 22. PX A, P6A, y las negras ganaron fadcilmente. Los peones doblados en el ala de Ja dama no tienen las mismas trdgi- cas consecuencias, pero sirven al bando activo como predilecto objeto de ataque. Taimanov-Suetin Diagrama nim. 31 40 7, AXC+! El alfil en fianchetto en 2C en semejantes posiciones des- empefia una importante funcién de- fensiva en el ala del rey; ademas ejerce una fuerte presién en la dia- gonal. Pero en este caso las blancas cambian el alfil con corazén ligero porque debilitan asf el ala de la reina y pueden pasar inmediatamente al ataque. 7. PX A; 8. D4T, D2D; 9. C3A, . AZR, P4R; ‘1. car: Las blancas atacan con todas sus fuerzas las debilidades de los peones. ll. ..., C3R; 12. TIAD, TICD. También la debilidad estdtica del peén doblado tiene una compensa- cién dindmica: la columna caballo queda abierta. 13. D2A, A2R. Las negras se aban- donan a su suerte, la presién contra el punto 2C, y al hacer esto pasan por alto una amenaza tdctica. Debian haber tomado en consideracién 13. «+ C5D; 14. AxC, PAXA; 15. Dx P, A2C1, con cierto contrajuego. 14. CxXP4A, AxC; 15. AXA, CXA; 16. DxC, TXP; 17. CxPI D3R. No conviene 17. ..., PX C; 18. DxP-+, con ataque doble al rey y a la torre. 18. DX P+, DXD; 19. CXD, y las blancas consiguieron la victoria. Un peén doblado surge pronto en la siguiente apertura: 1. P4D, C3AR; 2. P4AD, P3R; 3. C3AD, ASC; 4. P3TD, AXC+; 5. PXA. (Ver diagrama num. 32) El pe6n 4D esta bien protegido y no es de temer especialmente el con- traavance P4A. Por eso las blancas procurarén con P4R-P5R avanzar enérgicamente en el centro e iniciar asf un ataque al rey. Para ello puede ser también muy peligroso la «hege- monfa» del alfil que se mueve sobre casillas negras. Las negras tienen que atacar enér- gicamente esta amenaza estratégica a causa del peén doblado P4A. La lucha estratégica puede trans- currir de la siguiente manera: Diagrama nim. 32 5. ..., 0-0; 6, P3R, P4A; 7. A3D, C3A; 8. C2R, P3CD; 9. P4R, CIR; 10. 0-0, A3T, seguido de C4T (véase partida Szab6-Taimanov). Diagrama nim. 33 Este trio de peones tiene un as- pecto simpdtico, porque el peén do- blado cubre también la importante casilla del centro 4D. Naturalmente, aqui mucho depende también de la posicién de las demas piezas. Pero el propietario de este trio debe pre- ocuparse de mantener intacta el ma- yor tiempo posible la posicién de los peones. Un movimiento hacia 5AD debilita ya el punto 4D; la posterior defensa con P3AD significa el debili- tamiento del peén dama. A menudo un debilitamiento tiene como con- secuencia una reaccién en cadena. Con verdadero virtuosismo apro- veché e] gran maestro Bronstein la fuerza de una posicién tal de peones en la si; nte partida, un ejemplo sin sacrificios efectistas, pero rico sn ensefianzas desde el principio al in, Najdorf-Bronstein 1. P4D, C3AR; 2. P4AD, P3CR; 3. C3AD, A2C; 4. P4R, P3D; 5. P3CR, 0-0; 6. A2C, P4R; 7. CR2R. La partida se jugé en el afio 1950 (en Budapest). Por aquel entonces aun no eran del dominio ptblico to- das las finuras de la defensa india de rey. En el fianchetto es més con- veniente preparar antes con C3A el enroque. En 2R el caballo est poco activo. 7. PXP; 8 CXP, C3A; 9. CXC. No se muestra como debilita- miento, sino como fortalecimiento del centro. . 9. .... PXC; 10. 0-0, C2D! Hay que evitar el movimiento de despliegue PSA. 11. D2A, D3A! El gran arte del maestro consiste en adivinar a tiempo los planes es- tratégicos del adversario y destro- zrselos. Las blancas querfan sacudir- se la presién del alfil con P3C y A2C. Después del movimiento del texto eso ya no va a ser posible facilmente. 12. C2R, TIR; 13. TIC, D2R; 14. A2D, C4A; 15. T1C-1R, P4TD; 16. P3C, ASC; 17. C4A. Las blancas quieren cambiar el activo caballo ne- gro, pero mientras tanto las negras han sabido crear un nuevo objeto de 17. ..., TIR-IC; 18. A3R, D4R; 19, P3TR, A2D; 20. TID, PST! jOca- siona al adversario un pe6n retra- sado! 21. C3D, PXP; 22. PXP, CXC; 23. Tx, P4AD! (Ver diagrama nim. 34) Detiene al pe6n caballo y refuerza el control sobre la casilla 5D, El re- 4l

You might also like