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Transparencia y

Ciudadanía

Ismael Cruz Medina

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1-Seguridad Ciudadana

Inocencia defraudada
Durante los últimos años, he mantenido posiciones encontradas con mi
hijo, que ahora tiene 17 años. La causa de la contradicción es que él no
comparte mis reacciones frente a algunos hechos que se producen con
frecuencia en nuestra sociedad. Así como por su definida convicción de
que en este país no se puede vivir.

Así, por ejemplo cuando ocurre un hecho bochornoso de esos que


estremecen a la colectividad, como los asesinatos y violaciones cometidos
contra niños, ancianos y mujeres indefensas, las agresiones a ciudadanos
y ciudadanas en robos y atracos para despojarlos de sus pertenencias
(chóferes), motoconchistas, comerciantes y otros humildes trabajadores).
Algunas veces reacciono indignado y hasta llego a expresar que los
autores de esos hechos deberían ser eliminados porque constituyen un
peligro para la sociedad.

Mi hijo, no comparte esa posición e interviene para recordarme que nadie


tiene derecho disponer de la vida de otra persona. Que lo que hay que
hacer es llevarlo a la cárcel y aplicarle el castigo correspondiente, y sobre
todo tratar de regenerarlos para que recapaciten su error y reintegrarlo a
la sociedad.

Lo cierto es que ante sus reproches, siempre termino aceptando sus puntos
de vista, por considerar que su razonamiento obedece a una buena
formación humanitaria y a su inocencia y buenos sentimientos

El pasado sábado, 4 de marzo, se produjo un acontecimiento que provocó


un cambio en la forma de ver las cosas por parte de este jovencito. Resulta
que su primo de dieciséis años estaba de cumpleaños. Llegó a nuestra casa
y partieron juntos, alrededor de las cuatro de las tardes, a montar
skateboard, acompañado de otros dos amiguitos, en una rampa que hay en
la avenida de La Salud en el parque Mirador Sur, casi esquina Winston
Churchill. Una vez en el lugar, tres de ellos se despojaron de las
pertenencias consideras no adecuada para realizar sus acrobáticos
ejercicios y las entregaron a mi sobrino para que las sostuviera.

Mientras los tres adolescentes se encontraban realizando sus prácticas,


dos jóvenes se acercaron al que tenía los objetos y cuchillo en mano, aun
siendo de día y ante la mirada de varias personas, lo obligaron a entregar

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todo lo que poseía: dos celulares, una memoria MP3, un guillo, un reloj,
una cadena y doscientos treinta pesos que el muchacho llevaba consigo.
Además lo obligaron a quitarse un par de tenis Reebok que llevaba
puesto.

Al percatarse de lo que estaba ocurriendo, los compañeros trataron de


auxiliarlo, pero cuando se acercaron, uno de los pillos que le tenía
colocado un cuchillo en el costado del indefenso muchacho, lo conminó a
que se alejaran si no querían que su amigo fuera asesinado. En tanto que
el otro malhechor, que se mantenía a unos cuantos metros, amenazaba con
dispararle con un arma de fuego que decía tener.
Logrado sus propósitos, los dos delincuentes emprendieron la fuga,
atravesando la Av. Winston Chuchill y se internaron en el sector
denominado "El Manguito", dejando paralizado e impotente a los cuatros
adolescentes, sin sus pertenencias y uno de ellos descalzo.

Cuando lograron reponerse, recibieron la información por parte de


algunos de los que presenciaron el hecho, que los autores habían sido un
tal “Pití”, y otro joven apodado “Jhoan”, que viven en el referido barrio.
También le dijeron que ese era el tercer asalto que materializaban ese día
en el mismo lugar.

La ingenuidad de los muchachos se puso de manifiesto. Pensaban que el


hecho de tener los nombres de los ladrones y el barrio donde vivían era
suficiente para que la policía los arrestara y los obligara a devolverles sus
pertenencias. Comenzaron a llamar a sus amiguitos, cuyos padres son
policías, en el entendido de que ya tenían la pista para atrapar a los
delincuentes. Sin embargo, nada le resultó.

Mi esposa fue a buscarlo y había que estar presente para describir el


cuadro que representó la llegada a casa de los adolescentes: el sobrino,
de cumpleaños, descalzo no podía pronunciar palabras. En tanto que el
nuestro se mostraba nervioso y sólo pudo decir: “Papi tu tiene todas la
razón, a los ladrones hay que matarlos a todos”.

Me pidieron que los acompañara a poner la denuncia a la policía. Le dije


que eso no servía de nada; sin embargo, como ellos insistían, opté por
acompañarlos al día siguiente al destacamento que opera en el referido
parque. Allí los policías tomaron nota de la denuncia y ante la insistencia
de los adolescentes de que los autores del asalto habían sido los
denominados “Piti” y “Jhoan”, los agentes confirmaron la existencia de
los dos malhechores y les prometieron a mis muchachos que cuando lo
capturen los llamarán para que los identifiquen y que tratarán de

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recuperar los objetos que les habían robados.

Ahora, mi hijo me da la razón en cuanto digo que a los ladrones hay que
tratarlo con "manos dura". Después de este acontecimiento maneja un
nuevo código para aplicárselo a los delincuentes: dice que hay que
amputarles una de las extremidades, según el tipo de delito que cometan,
para que los ciudadanos lo puedan identificar cuando se le acerquen.

En lo que sí mantiene invariable su posición es en el sentido de que en este


país no se puede vivir. ¡Que Lástima!

Por quién doblan las campanas


“La muerte de cualquier hombre me diminuye, porque estoy ligado a la humanidad;
nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas por ti.” (John Donne, prologuista
del libro Por Quién Doblan las Campanas de Ernest Hemingway)

La muerte de la joven Vanessa Ramírez Faña, ocurrida en la ciudad de


Santiago la semana pasada, ha llenado de luto a la sociedad santiaguera
y a la colectividad dominicana en general. Este hecho se inscribe dentro
del estado de inseguridad ciudadana que se extiende en forma
desenfrenada por toda la geografía nacional.

Confieso que cuando recibí la información, por medio de la crónica


reseñada en este portal, sentí una sensación de rabia, indignación e
impotencia, que iba en aumento en la medida en que conocía las
características de la joven asesinada: dieciocho años de edad, estudiante
del segundo año de medicina, hija de dos destacados médicos. Su padre,
un connotado filántropo presidente de la Sociedad Corazones del Cibao y
del Consejo de directores de la clínica Corominas. Y aun más, con los
relatos de compañeros y amigos de la joven estudiante destacando sus
condiciones personales.

El hecho ha provocado rechazo e indignación por amplios sectores de la


vida nacional, especialmente de la colectividad de Santiago que reclama
que las autoridades tomen medidas para frenar la criminalidad y la
delincuencia.

Representantes de la iglesia Católica, encabezado por los obispos de


todas las Diócesis que operan en la región del Cibao, de las iglesias
evangélicas, de los sectores empresariales, de asociaciones
profesionales, sindicatos, clubes juveniles, centros de madres, juntas de
vecinos, representantes de universidades, personalidades, estudiantes,
deportistas y gente del pueblo en sentido general, se han unido para

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demandar que se detenga la ola de violencia que azota al país y que
cobró la vida a la estudiante de medicina.

Lo más lamentable de este hecho es que el mismo no constituye una


acción aislada, ya que de acuerdo a los informes de la policía, el crimen
fue cometido por cuatro mozalbetes, con un prontuario de antecedentes
criminales y que algunos de ellos habían sido sometidos a la justicia por
la comisión de un atraco en el año 2004 y que lograron salir de la cárcel,
no se sabe si por la inadecuada instrumentación del expediente o por una
mala decisión de los jueces.

Hechos como estos se producen todos los días en las calles de las
principales ciudades del país, incluso se señala que los referidos
delincuentes habían realizado otros asaltos ese mismo día. La única
diferencia con los otros actos cometidos es que éste tuvo como desenlace
la muerte de la víctima.

Pero hay algo más, a diario decenas de ciudadanos se presentan a los


destacamentos policiales y hacen llamadas a los medios de
comunicación, denunciando por sus nombres las operaciones de los
malhechores y las respuestas que reciben es que para ellos actuar, los
que hacen las denuncias tienen que formular una querella en contra de
los delincuentes. Esto fundamentado en la interpretación que hace la
policía del nuevo Código Procesal Penal.

Esta situación ha traído como consecuencia que los delincuentes actúen


como “chivos sin ley” en todos los lugares: tienen centros de
operaciones conocidos por todos en los barrios (menos por la policía), se
desplazan en vehículos (carros y motocicletas) sin placas por todas las
ciudades sin que nadie los moleste, circulan en motos sin luces, cruzando
los semáforos en rojo, por las calzadas y en vías contrarias ante la
indiferencia de los agentes del orden. Andan armados, comercializan en
lugares conocidos los artículos robados, etc., etc.

Vuelvo a insistir, como lo he hecho en múltiples ocasiones a través de


esta columna, que los derechos humanos y las libertades ciudadanas
tienen que ser garantizados de manera primordial a los ciudadanos que
actúan en el marco de la ley. No puede haber legislación que permita la
protección de las acciones de los delincuentes en menoscabo de los
derechos de los hombres y mujeres que cumplen con sus deberes, los
cuales constituyen la mayoría en el país.

El gobierno está en la obligación de rescatar la autoridad perdida frente


a los delincuentes. Y que quede claro, no se interprete que estoy

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planteando retroceder a los métodos criminales de ejecuciones
extrajudiciales, por el contrario lo que planteo es que las autoridades
tienen que poner en marcha un plan integral de combate a la
delincuencia a todos los niveles, basado en acciones preventivas y
labores de inteligencia delictiva y criminal .

Tampoco me refiero a las causas estructurales y sociales que generan la


delincuencia, como la falta de empleos y de educación de nuestros
jóvenes, las cuales muchos utilizan para justificar la participación de los
jóvenes en la delincuencia. Esos son problemas que hay que enfrentar,
pero tienen otros escenarios, cuyos resultados se obtendrán a más largo
plazo.

No se puede seguir dejando la impresión en los delincuentes que ellos


tienen cancha abierta para desarrollar sus actos. Hay que poner en
marcha acciones para seguirles los pasos a donde quiera que se muevan
y demostrarles que la delincuencia no tiene impunidad en nuestro país.

El Plan de Seguridad Ciudadana que viene desarrollando el Gobierno,


tiene sus puntos luminosos en los lugares donde se aplica, pero al mismo
tiempo provoca un desplazamiento de los delincuentes a aquellos
sectores donde no se está implementando dicho programa. Tampoco es
posible garantizar la seguridad colocando un agente a cada ciudadano.
El asunto está en desarticular las redes de operación de la delincuencia y
para ello existen métodos científicos avanzados.

En otro orden de ideas, resulta alentador las voces que se han levantado
para protestar por el asesinato de Vanessa, sobretodo porque entre ellas
se destacan algunas personalidades que en el pasado han tenido
posiciones que se han interpretado más en apoyo a los delincuentes que
en defensa de los derechos de los ciudadanos que actúan correctamente.

Muchos, como fruto de la indignación que le provoca un acontecimiento


tan espeluznante, reviven el manido tema de aumento de las penas para
hechos de esa naturaleza: pena de muerte, cadena perpetua, trabajo
forzado, etc. Desde mi punto de vista esas medidas no servirían de nada,
independientemente de que podría estar de acuerdo con algunas de ellas.
El problema principal consiste en que el gobierno tiene que demostrar su
autoridad para que los delincuentes sepan que no tienen espacio para
realizar sus acciones y que todo el que viole la ley será castigado de
acuerdo a la gravedad del delito cometido. Eso es lo que va ahora, lo de
las penas se puede ver luego.

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En Santiago sonaron las campanas, pero las mismas no doblaron sólo
por Vanessa. Doblaron por todos los jóvenes que se desplazan a sus
centros de estudios expuestos a correr su suerte. Doblaron por los que
todos los días se dirigen a sus trabajos a ganarse el sustento de sus
familias. Doblaron por quienes con sus esfuerzos e iniciativas ponen un
pequeño negocio para ganarse la vida y generar empleos. En fin,
doblaron por todos los dominicanos que vivimos en esta tierra y estamos
expuestos a correr la misma suerte. Paz a sus restos y consuelo y
fortaleza para esa desdichada familia.

La inseguridad tiene múltiples facetas


Todavía sin recuperarnos del brutal asesinato de la estudiante de
medicina Vanessa Ramírez Faña, ocurrido en la ciudad de Santiago y
ejecutado, de acuerdo al informe policial, por cuatro jóvenes para robarle
un teléfono celular.

La prensa nos trae la información que otro estudiante también de


medicina, de 18 años e hijo de un médico, fue arrollado en la avenida 27
de febrero, en el tramo comprendido entre las avenidas Privada y Núñez
de Cáceres, por un automóvil conducido por “jebitos” que realizaban una
competencia con las luces apagadas.

La víctima, en esta ocasión fue el joven Eduardo David Rodríguez,


estudiante de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de
Santo Domingo (UASD), quien era hijo del doctor Juan Ramón Rodríguez
Montán y de la licenciada Felicia Rodríguez.

El referido tramo de la avenida 27 de febrero, es utilizado todas las


noches (después de la media noche) por jóvenes provistos de automóviles
con motores de alta potencia que se dedican a practicar “su deporte
preferido”, poniendo en peligro la vida de los transeúntes que cruzan a
pie, así como de los conductores que tienen que atravesar dicha vía. Pues
los desalmados e irresponsables pilotos de los “autos de carrera”, no se
detienen ni siquiera en las intersecciones donde hay semáforos instalados.

En mi caso particular, que vivo en una calle paralela a dicha avenida, he


sido espectador desde hace ya varios años, cómo ese grupo de
sinvergüenzas han tomado ese espacio como pista de carrera de sus
lujosos y potentes automóviles. Muchas veces despierto sobresaltado
como consecuencia del escandaloso ruido que provocan los poderosos
motores de los autos que intervienen en las competencias.

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Confieso que cuando escucho los automóviles pasar como “la Honda del
Diablo” por dicha vía, me quedo en suspenso y paralizado, esperando el
impacto de un accidente al cruzar la próxima intersección, por donde
atraviesan sin hacer caso a las señales del semáforo que regula el
transito.

También, como conozco bien la situación, cuando me toca cruzar esa


avenida en horas de la noche, tanto a pie como en vehículo, antes de
hacerlo tomo medidas para percatarme que la calle está despejada, no
importa que las luces del semáforo me estén dando paso, medida que
comparto con mi familia y amigos que me visitan.

Lo cierto es que lo sucedido al joven Eduardo David Rodríguez, le puede


ocurrir a cualquier ciudadano que transite por esa vía en horas de la
noche. Pues ese es un espacio ocupado por esos jóvenes, desde hace
mucho tiempo. Cuando alguien llama a la policía para solicitar su apoyo,
la respuesta es que no tienen ni vehículos, ni agentes disponibles. No se si
en este caso, como en otros, su inacción está relacionada con su
interpretación del Nuevo Código Procesal Penal, de que para actuar se
requiere que los ciudadanos presenten querellas formales contra los
violadores de ley.

La inseguridad tiene muchas formas de expresarse y en cualquiera de sus


manifestaciones puede cobrar la vida o poner en peligro a los ciudadanos.
Además de la delincuencia y la criminalidad formal, hay que cuidarse de
los gatillos alegres que disparan sus armas al aire, de los desaprensivos
que utilizan las vías públicas para satisfacer su morbo de adicción a la
alta velocidad, de los que conducen vehículos pesados por carreteras y
avenidas guiando por el carril de la izquierda y lanzando piedras y otros
materiales a la vía pública rompiendo cristales y poniendo en juego la
seguridad de los que viajan en otros autos, entre tantas situaciones de
inseguridad a que nos enfrentamos todos los días.

Finalmente, como estoy convencido que para estos jovencitos no hay ley
ni autoridad que les ponga freno, me permito recomendarles a todos los
que se vean obligados a cruzar por la avenida 27 de febrero a pie o en
vehículo, después de la media noche, que no lo hagan sin percatarse que
no existe peligro para ello.

En este caso, al igual que con el tema de la delincuencia, la única solución


es que los responsables retomen la autoridad y hagan cumplir la ley sin
importar quien sea el afectado. Por aquí andamos hablando de pena de
muerte y de cadena perpetua, cuando no somos capaces de hacer cumplir

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con simples disposiciones como las que reglamentan el tránsito de
vehículos.

¡Ahora sí me dio miedo!

La información aparecida, la semana pasada en los medios de


comunicación, dando cuenta de que un oficial del Departamento de
Recuperación de Vehículos de la Policía Nacional que actuó en el
desmantelamiento de una banda que se dedicaba al robo de vehículos, ha
recibido, junto a sus familiares, amenazas de muerte de parte de los
malhechores que se encuentran detenidos, así como la agresión a tiros de
que fue víctima el sargento Saulo Salustiano Matos, quién participó junto
al referido oficial en las pesquisas que llevó a la captura del grupo de
delincuentes, constituye un hecho que mueve a preocupación y a reflexión
sobre el rumbo que están tomando las cosas en materia de inseguridad y
delincuencia.

En esa misma dirección podríamos enmarcar la denuncia hecha por el


Fiscal del Distrito, doctor José Manuel Hernández Peguero, señalando
que el ex coronel Pedro Julio Goico Guerrero, alias Pepe, recientemente
encarcelado en el penal de La Victoria, luego de regresar de España, le
está amenazando con desatar represalias en su contra por haberlo
apresado para que encare en la Justicia un expediente sobre supuesto
lavado de dinero en un caso vinculado con el extraditado ex capitán
Quirino Ernesto Paulino Castillo.

Agregó el funcionario que Pepe Goico le mandó a decir que se recuerde


que lo que se está usando en España es contratar sicarios colombianos
para eliminar por paga a una determinada persona, y que ese método se
que puede comenzar a utilizar aquí a partir de ahora.

A pesar de que esta última denuncia parece más bien una fantasía propia
de una película de ficción, por venir de un alto funcionario, no deja de ser
preocupante, porque al igual que la primera, refleja que en el país se ha
perdido el principio de la autoridad y todos los esfuerzos que realicemos
para controlar la delincuencia no alcanzarán los resultados esperados si
no se reestablece ese principio. Si se permite que desde la cárceles los
delincuentes amenacen y "ajusten cuentas" contra las autoridades,
entonces habremos perdido la batalla contra ese flagelo.

El robo de vehículos se ha convertido en una actividad altamente lucrativa


en el país. Todos los años se registra la sustracción de miles de autos de
lujos, los cuales de esfuman de manera misteriosa en nuestro medios, ante

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la incompetencia o indiferencia de las autoridades responsables.

Todavía anda por ahí dando vuelta de corte en corte el expediente de los
oficiales que usufructuaron durante la pasada gestión de gobierno, los
vehículos robados a particulares y recuperados por la institución del
orden, sin que se dicten las acciones penales correspondientes contra los
autores de esos bochornos hechos.

Los problemas hay que enfrentarlos en su origen, pues si dejamos, como


hemos permitidos, que se nos vayan de la mano, entonces se convertirán
en complejos. El gobierno esta en la obligación de poner en marcha un
plan general contra la delincuencia, la cual cada vez se torna mas
desafiante, Los programas "Barrios Seguro" y "Ciudad Segura" son
buenas iniciativas, pero tenemos que diseñar estrategias para combatir
la "alta delincuencia", la cual da muestra de moverse con facilidad y
grandes recursos, Hay que proteger a los agentes que cumplen con su
deber, tanto creando una legislación que sancione de manera drástica las
agresiones contra ellos, como dotándolos de los medios de protección
necesarios para cumplir con su labor. Pero al mismo tiempo hay continuar
con una profilaxis para sanear ese cuerpo, ya que desde dentro
constantemente salen señales que empañan su imagen.

Estos hechos me traen a la memoria la ola de asaltos y robos a


residencias y negocios que se produjo en el país en el año 1999 y que
para contrarrestarla llevó a la jefatura de la Policía Nacional al
tristemente célebre, general Pedro de Jesús Tejada Candelier. Esperamos
que las autoridades busquen fórmulas para impedir que la situación se nos
salga de control. De lo contrario habrá que apelar a que alguien nos
defienda, Dios nos libre que tengamos que acudir como en el pasado a un
Chapulín Candelado.

El toro por los cuernos


Las medidas adoptadas por el Consejo de Gobierno Ampliado,
convocado por el señor Presidente de la República para buscar fórmulas
encaminadas a enfrentar la ola de delincuencia que ha estado azotando al
país en los últimos meses, constituyen una señal de que el gobierno ha
comprendido la necesidad de tomar el toro por los cuernos y encarar con
determinación la situación.

Esto así porque hasta la convocatoria del referido consejo de gobierno la


impresión que uno percibía era que las autoridades gubernamentales no
compartían los reclamos de la población de que la delincuencia había

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desbordado los límites normales y parecía que estaban satisfechas con los
resultados del plan de acción que habían puesto en marcha.

El paquete de medidas anunciadas por el presidente, representa una


expresión de que en el gobierno hay la voluntad de enfrentar con
determinación el flagelo que ha movido la preocupación de amplios
sectores de la vida nacional.

Las disposiciones adoptadas, algunas de aplicación práctica, fueron


oficializadas de inmediato por el mandatario. Entre ellas: La prohibición
temporal de importación de armas de fuego y municiones y el decomiso de
las armas ilegales incautadas. La regulación de los horarios de los centros
de diversión para que solamente permanezcan abiertos hasta la doce de la
noche, exceptuando los viernes y los sábados. También se anunció la
formación de patrullas mixtas (PN-FA) para el patrullaje en horas de la
noche y regulaciones para el uso de las motocicletas; así como encargar a
los departamentos investigativos, bajo la coordinación de la Dirección
Nacional de Investigaciones (DNI), de ubicar e identificar los puntos de
venta de drogas en todo el territorio nacional. Ordenó también que los
policías que prestan servicios en las instituciones oficiales sean sustituidos
por militares para que éstos se integren a las labores de patrullaje.

Además, el presidente anunció que serán reclutados unos cinco mil nuevos
agentes policiales e igual número de auxiliares, así como el aumento de
los sueldos a los integrantes del cuerpo policial; asimismo comunicó la
profundización del proceso de depuración, equipamiento y entrenamiento
del cuerpo del orden.

Un aspecto significativo y alentador fue el hecho de que el primer


mandatario se unió a la voz de los amplios sectores del país que reclaman
una modificación parcial del Código Procesal Penal, el cual algunos
entienden que facilita a los delincuentes burlar la persecución penal. Este
punto adquiere mayor significación, si tomamos en consideración que
importantes funcionarios del gobierno, entre ellos el Jefe Policial, el
Procurador General de la República y el Consultor Jurídico del Poder
Ejecutivo, se habían pronunciado en contra de la modificación de la
referida pieza legal.

La sociedad debe darles todo el apoyo al gobierno y al presidente, quienes


han trazado las líneas gruesas para enfrentar la ola de criminalidad.
Ahora bien, los encargados de aplicar las medidas, tienen que entender
que la población espera acciones inmediatas y efectivas, por tanto están
en el deber de hacer valer el principio de autoridad. A los delincuentes
hay que hacerle ver que todo el que viola la ley en la República

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Dominicana recibirá una sanción de acuerdo al delito cometido, no
importa que se trate de la quiebra de un banco, del tráfico de drogas o
personas, del desfalco de bienes del erario, del robo de un pollo o
cualquier otra violación.

Démosle un voto de confianza a las autoridades, aunque tengamos que


hacer algunos sacrificios. El país tiene que recobrar la normalidad.

La venta y expendio de bebidas alcohólicas.

La decisión de las autoridades de incluir algunas restricciones a la venta


y el consumo de bebidas alcohólicas, dentro de las medidas adoptadas
para enfrentar la ola de delincuencia y criminalidad que azota el país, ha
desatado una cadena de reacciones de sectores que consideran que esa
disposición les perjudica.

Dichas reacciones no dejan de tener cierto fundamento, sobre todo porque


las medidas restrictivas abarcan y dan el mismo trato tanto a los negocios
que por su naturaleza se dedican a la diversión y el entretenimiento, en
lugares cerrados (bares, restaurantes, discotecas, cafés, night club, etc.),
como a una serie de establecimientos que realizan la comercialización y
el expendio en lugares abiertos y a los cuales no debería permitírseles la
venta de alcohol ni en horas de la mañana, ni de la tarde, ni de la noche
(colmados y “colmadones”, bodegas, cafeterías, etc.) y que hemos
dejados que se venda y consuma sin restricción, al igual que el agua, la
leche, refresco, golosinas o cualquier otro producto comestible, sin
importar que el lugar donde se expende sea frecuentado por niños.

Aquí todo el que pone un negocio puede vender bebidas a cualquier


persona y en cualquier sitio, sin ningún tipo de reglamentación, con la
sola excepción de los menores de edad, donde tampoco contamos con
medidas estrictas para garantizar su cumplimiento. Cualquiera puede ir
a un almacén y comprar una caja de ron o cerveza e instalarse donde le
de la gana a vender al pregón esos productos porque no hay ninguna
disposición que lo prohíba. Pero al mismo tiempo la gente transita por
todos los lugares exhibiendo botellas de alcohol, ante la mirada
indiferente de todos.

Sería interesante saber si quienes hoy levantan su voz exigiendo que se


revisen las medidas provisionalmente adoptadas, estarían en disposición
de aceptar que nos abocáramos a formular una normativa integral y
sostenible para regular la materia, como existe en todos los países
civilizados.

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Ahora que se debate el tema, las autoridades deberían animarse para
abordar a profundidad ese asunto que tanto daño le ha provocado a la
sociedad dominicana. Se requiere de una legislación que regule el
otorgamiento de los permisos o licencias para los establecimientos que se
dediquen a su comercialización. Hay que prohibir la venta y el consumo
en lugares abiertos, el consumo en vehículos, especialmente los
conductores. Pero al mismo tiempo hay que establecer sanciones para los
que incurren en la violación a las disposiciones establecidas.

Antes de continuar permítanme compartir con los amigos lectores un


correo electrónico que me hizo llegar el amigo Francisco Sandoval, un
destacado dominicano, preocupado por los problemas del país, que
desarrolla con mucho éxito trabajos de consultarías en las áreas fiscales
y de contabilidad en varios estados de los Estados Unidos.

“En este país la distribución de bebidas alcohólicas está controlada por el


Gobierno Federal en coordinación con los gobiernos estatales. A nivel
federal es el Departamento del Tesoro de Estados Unidos que lo regula a
través de una división llamada ATF que quiere decir (Alcohol, Tabaco y
Armas de Fuego). Cada Estado dentro de los lineamientos generales del
gobierno federal impone sus propias regulaciones para expedir una
licencia de licor.

En New York, las licencias de licor se clasifican dependiendo de los


establecimientos que la requieran. Si es una bodega, este tipo de
establecimiento sólo puede vender cerveza y vinos suave-dulces y no
pueden ser consumidos dentro del establecimiento. Para vender licor
fuerte debe ser una tienda de licor o un restaurante-bar. Para el
establecimiento de este tipo de negocio hay que reunir una serie de
requisitos tales como:

-Donde se pretende establecer el negocio no puede estar cerca de una


escuela, una iglesia o centro de trabajo con niños.

-Tiene que tener aprobación de la junta de vecinos. Además de que el local


tiene que calificar con las regulaciones de seguridad de los bomberos, etc.

- Para todas las licencias de licor y cerveza se necesita un chequeo del


historial de las personas dueñas del negocio.

-Se le toma las huellas digitales y éstas son chequeadas por el FBI para
saber si el solicitante tiene historial delictivo.

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-Tienen que proveer información de los últimos diez años de trabajo y los
últimos diez años de residencia.

-Deben especificar la procedencia del dinero que será utilizado en la


inversión.

- No pueden haber funcionarios públicos que tengan influencia en las


agencias que expiden las licencias.

Todas estas regulaciones son aplicables tanto a los detallistas como a los
mayoristas y éstos últimos no pueden vender licor a nadie que no tenga
una licencia de detallista.

También existen las licencias temporarias que son menos rigurosas pero
que son por fechas específicas; es decir, licencias para un evento por
ejemplo una kermés donde desean vender alcohol por una cuantas horas,
se le provee una licencia por ese tiempo”. Hasta aquí la nota de Francisco
Sandoval.

Algo más que deseo compartir es una conversación que sostuve en la


ciudad de Hudson, en el Estado de Nueva York, con Julio, un dominicano
nativo de Cotui, de los pocos ciudadanos de nuestro país que viven en esa
pequeña ciudad.

Tomábamos una cerveza en su casa, y me explicaba su deseo de regresar


a la patria que lo vio nacer a pasar los últimos años de su vida. También
externaba su preocupación por el caos y el desorden, que a su manera de
ver las cosas, existen en el país. Me señaló que el problema principal para
regresar son su mujer y sus dos hijos (nacidos en Estados Unidos) que no
hay quien les hable de ir a vivir a un lugar donde no hay luz.

Julio se mantiene bien enterado de todo lo que sucede en nuestro país. Se


refirió a las últimas medidas adoptadas por el gobierno para enfrentar la
violencia y la criminalidad, con las cuales dijo estar de acuerdo.
Refiriéndose a las restricciones a la venta y el consumo de alcohol,
dispuestas por el gobierno, me señaló que en esa ciudad al que
encuentran tomándose una cerveza en la calle le ponen una multa de cien
dólares y si es un conductor se lo llevan preso inmediatamente y tiene que
ir a Corte. Si es reincidente hasta le cancelan la licencia de manejar.

En un momento se detuvo para decirme: “Mire, esos son mis hijos, el


varón tiene catorce años y la hembra tiene diez. Si yo le pido a uno de

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ellos que me traiga una de las cervezas que están en la nevera y alguien
me denuncia, de seguro que voy a tener problemas y hasta me pueden
quitar a mis hijos”. Con esta afirmación pude comprobar que la
persecución a la violación de la norma se extiende hasta la intimidad del
hogar. Eso se llama autoridad.

Otra cosa que me dijo mi anfitrión fue la siguiente: “Ese hombre que está
gobernando allá es el único que puede resolver los problemas de ese país,
porque él vivió aquí y sabe como es que se hacen las cosas”.

Finalmente, estoy de acuerdo que las medidas restrictivas relacionadas


con la venta y consumo de alcohol deben ser revisadas. Eso sí, sin
chantajes, como aquel de que miles de padres de familias van a ser
cancelados si no se derogan las disposiciones adoptadas. Los que se
acostumbraron a comercializar las bebidas alcohólicas sin ninguna
regulación deben comprender que ese desorden tiene que cambiar.

Es el momento para que sin demora nos aboquemos a discutir fórmulas


para dotar al país de una reglamentación legal para regir esa delicada
materia. Esta podría ser una buena iniciativa de los nuevos congresistas
que estrenaremos en el próximo día.

El robo de los cables eléctricos y el simbolismo de la


autoridad—

De todos los rincones del país se reciben reportes dando cuenta que
bandas organizadas realizan a diario el robo de los cables del tendido
eléctrico, dejando en la oscuridad a poblaciones enteras. Los
desaprensivos llevan a cabo sus fechorías con el propósito de vender los
alambres robados a “empresas” que se dedican a fundirlo para extraer el
cobre con fines de comercializarlo.

El pasado fin de semana aproveché los días de asueto para, junto a mi


familia, retirarme a mi natal campito de Palmar Grande en el municipio
de Altamira. Al llegar a la comunidad la primera noticia que recibí fue
que no había energía eléctrica desde hacía varios días, porque se habían
robado los cables del tendido, en una extensión de aproximadamente mil
quinientos metros. La pobre gente de las localidades afectadas se las
ingeniaba recolectando dinero para comprar de nuevo los cables y
reestablecer el servicio, que de acuerdo a lo que me señalaron, la acción
de los malhechores ya se había producido en varias ocasiones.

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A mi regreso a la capital me puse a revisar la prensa y en algunos de los
periódicos digitales del martes 7 de noviembre encontré las siguientes
informaciones relacionadas con el caso:

-El señor Juan Modesto Rodríguez, en comunicación dirigida al periódico


Listín Diario, denuncia que en Villa Altagracia y Pedro Brand, “cada
semana cientos de hogares son dejado a oscura por los bandidos que
atraídos por la demanda de cobre se roban los alambres del tendido
eléctrico” (Listín Diario, 7/11/06)

-El periódico digital El Viajero trae la información de que en la avenida


Ruta 66 del AILA, “la Policía Nacional apresó a un hombre que robaba
los cables del tendido eléctrico”. (El Viajero 7/11/06)

-El mismo periódico Listín Diario trae otra nota dando cuenta que: “en
menos de seis meses la Policía Nacional ha apresado y sometido a la
justicia a 50 personas involucradas en el robo y venta de alambres del
tendido eléctrico”. (Listín Diario 7/11/06)

-El vespertino El Nacional trae la noticia que “La policía apresó a un


hombre con 2,000 pies de alambre del tendido eléctrico que había
sustraído de una finca ubicada en el kilómetro 22 de la Autopista Duarte”.
(El Nacional 7/11/06)

Como puede apreciarse se trata de una oleada delincuencial con


presencia prácticamente en todo el territorio nacional. Esta situación ha
obligado a los residentes en diferentes barrios y comunidades a
organizarse en comité de vigilancia para proteger las redes eléctricas, lo
que ya ha dejado como saldo el linchamiento, la golpeadura y el
apresamiento de varios de los responsables en diferentes lugares del país.

La proliferación de estos hechos y la ineficiencia que han demostrado las


autoridades policiales para enfrentarlos, unido a la venalidad con que
son tratados en los tribunales los responsables de cometer estas acciones,
mueve profundamente a preocupación y refleja el nivel de
resquebrajamiento de la autoridad en la República Dominicana. La
preocupación es mayor si relacionamos estos acontecimientos con otros
que se han enraizados en nuestro medio y que han desbordado la
capacidad o quizás el interés de las autoridades.

Me refiero a hechos como los constantes robos de vehículos, las acciones


que por años llevan a cabo cuatreros en toda la geografía nacional
robando ganado de todo tipo en perjuicio de nuestros productores

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pecuarios y de humildes familias de la zona rural, así como también la
sustracción de las barandas de protección colocadas en las autopistas y
carreteras, entre otros de los tantos hechos vandálicos que presenciamos
a diario.

La autoridad tiene símbolos que no se pueden relegar, al menos que


estemos apostando al caos y a la anarquía. Entre esos símbolos están el
control del territorio nacional, la protección de los sistemas y redes
eléctricas, el resguardo de los depósitos y la conducción de los sistemas de
agua potable y la comunicación cablegráfica y vial, entre otros. Atentar
contra estos servicios tiene que ser perseguido y penalizado con sanciones
drásticas y ejemplarizadoras.

Si permitimos que grupos desaprensivos sigan cometiendo fechorías como


la de dejar a oscura a una población y la consecuente paralización de sus
actividades, a la gente no le quedará otro camino que tomar la justicia en
sus manos, lo que constituye una manifestación de falta confianza en las
autoridades competentes. El gobierno tiene que evitar que el caos y el
desorden continúen ganando terreno, de lo contrario estaremos
ahondando la fosa para la sepultura de nuestro limitado ordenamiento
democrático.

“Vendí el sofá compadre”—

Recuerdo una anécdota que escuché en una ocasión acerca de un señor


que le comentaba a su compadre que se había enterado que su mujer le
estaba siendo “infiel” con otro hombre. De acuerdo a su relato el espacio
que utilizaban para llevar a cabo el acto de infidelidad era un sofá que
había en la sala de la casa donde residía junto a su esposa.

El compadre consternado por la información que había recibido de su


amigo y temiendo que éste vaya a cometer una locura se apresuró a
preguntarle: ¿y qué piensas usted hacer?, ya lo resolví le contestó éste
muy tranquilo, lo que aumentó la ansiedad del compadre, llegando a
pensar que había atentado contra la mujer y su amante o que simplemente
le había pedido el divorcio a su esposa. ¿Y qué fue lo que hizo?, insistió el
amigo: Pues vendí el sofá compadre.

La anécdota la traigo colación a propósito de unas declaraciones dada a


la prensa por el Secretario de Estado de Obras Públicas, ingeniero Freddy
Pérez, refiriéndose a la ola de robo de los cables eléctricos y otros
materiales metálicos que viene azotando al país durante los últimos
meses. El funcionario ha señalado lo siguiente: “yo pienso que la

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solución de eso es un decreto del señor presidente prohibiendo la
exportación de ese tipo de materiales por un tiempo, esa sería la
solución”.

Ya con anterioridad a esta propuesta, autoridades gubernamentales se


habían reunido con los propietarios de las empresas que se dedican a la
fundición y comercialización de cobre y otros metales para pedirles que se
abstengan de comprar los materiales robados.

Todo esto se produce en momento en que las bandas dedicadas a sustraer


los cables eléctricos han aumentado sus operaciones en todo el territorio
nacional. En los últimos días se ha reportado la sustracción, una vez más,
del cableado de los puentes Juan Bosch y Juan Pablo Duarte en la ciudad
capital. También la empresa distribuidora de electricidad Edesur informó
que en los últimos meses ha perdido más de 30 millones de pesos como
consecuencia del robo de los cables en varias provincias de la región sur.
El reporte de Edesur señala que los ladrones utilizan “sierras eléctricas”
para derribar los postes y sustraer el cableado dejando a las comunidades
a oscura.

Como puede observarse el problema se continúa agravando y a pesar de


que en algunas ocasiones la policía informa de la detención y
sometimiento a la justicia de los integrantes de algunas bandas e
individuos que fueron sorprendidos robando cables en diferentes zonas
del país, hasta ahora no se conoce de ninguna condena ejemplarizadora
de un tribunal para los que se dedican a la comisión de estos hechos.

Ahora bien, si existiera la determinación y voluntad de parte de las


autoridades de frenar estas acciones y llevar a la cárcel a los
responsables, no resultaría más lógico y razonable que las autoridades
impongan una vigilancia a las empresas dedicadas a estos menesteres, que
como se ha señalado no pasan de diez en todo el país, para apresar a
aquellos que pretendan comercializar esos materiales robados. Además
los que se dedican a esa práctica circulan libremente por los caminos y las
carreteras del país como si no existieran autoridades.

Lo más recomendable sería que estas acciones se enfrentarn a través de


medidas de inteligencia, pero todo parece indicar que nuestros
organismos castrenses carecen de la capacidad investigativa que les
permitan poner en práctica métodos y procedimientos de inteligencia
delictiva dirigidos a identificar a los grupos e individuos que se dedican a
cometer esos delitos.

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Esta situación es más preocupante si tomamos en consideración que el
país consagra un presupuesto de más de dieciséis mil millones de pesos
anuales a la Seguridad Nacional, en el que se incluye el pago de una
nómina que supera los cincuenta mil servidores públicos. Seria interesante
saber en que invierten su tiempo todos los organismos de investigación
que hoy existen en nuestros cuerpos armados.

A las propuestas de “aconsejar” a los dueños de las empresas, los cuales


se sobreentiende que son cómplices, para que no compren los materiales
robados, y a la del secretario de Obras Públicas de que el presidente
prohíba por decreto la exportación de esos materiales, se le puede agregar
otra: que el gobierno prohíba también la venta de las referidas sierras
para que los ladrones no la puedan utilizar en derribar los postes de las
instalaciones eléctricas que ha denunciado la distribuidora Edesur. Con
estas mediditas estaríamos dando solución al problema como lo hizo el
compadre “vendiendo el sofá”.

2-Coyuntura Electoral 2006


La Encuesta Listín – Hamilton

Los resultados arrojados por la última entrega de la encuesta de la firma


Hamilton y el periódico Listín Diario, le envía una clara señal a los
dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que debería ser
bien ponderada por esa entidad política, si desea volver alcanzar los
niveles de popularidad que tuvo en el pasado reciente.

En este sondeo quedó evidenciado la valoración que tiene la población


dominicana de los esfuerzos que está haciendo la administración del
presidente Leonel Fernández en procura de sacar al país de la difícil
situación económica dejada por el pasado gobierno perredeísta que
encabezó el agrónomo Hipólito Mejía.

De acuerdo a los referidos resultados, los principales líderes del Partido


de la Liberación Dominicana (PLD), obtienen los porcentajes más altos de
valoración favorable, mientras que los dirigentes del partido blanco
obtienen la peor ponderación por parte de los encuestados.

Resulta revelador que entre los líderes mejor evaluados se encuentren


cuatro integrantes del partido morado. El presidente Fernández está a la
cabeza con la opinión favorable del 60 por ciento de los dominicanos,
Jaime David Fernández Mirabal alcanza el 57 por ciento, José Tomas

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Pérez el 51 por ciento y Danilo Medina el 50 por ciento.

En el lado contrario, es decir en los de peor valoración, la lista la


encabeza el expresidente Hipólito Mejía con un 73 por ciento de los
encuestados, seguido por el presidente del partido, Ramón Alburquerque
con un 61 por ciento y Rafael Suberví Bonilla con un 60 por ciento de
rechazo.

Estos datos reflejan que la estrategia seguida por los dirigentes del PRD,
a través del enfrentamiento y oposición radical a todas las medidas que
lleva a cabo el gobierno, no ha encontrado eco en la población y que ésta
no ha olvidado que los problemas que el país está confrontando son el
resultado, en gran parte, de la mala gestión de la administración pasada.

Todo parece indicar que las posiciones tremendistas con que se están
manejando los voceros perredeístas, especialmente el presidente del
partido y el ex mandatario, no están siendo asimiladas por la gente, que
espera de ellos, por lo menos una autocrítica de lo que fue su desastroso
paso por la administración de Estado.

Siguiendo con la misma línea de análisis, hay que destacar la alta


valoración obtenida en el referido sondeo, un 58 por ciento, para el señor
Pedro de Jesús Candelier, un ex jefe de la policía cuya carta de
presentación está basada en un pasado represivo caracterizado por la
violación a los derechos humanos a través de ejecuciones extrajudiciales.

La alta simpatía del ex general, hay que interpretarla como una respuesta
de la población al incremento de la delincuencia durante los últimos días y
al interés de que la misma sea frenada a cualquier precio.

Es un mensaje al gobierno, de que no obstante la población reconocer el


esfuerzo que viene realizando a favor de la recuperación del país, al
mismo tiempo demanda acciones firmes para combatir la delincuencia,
por lo que el gobierno deberá empeñarse a fondo para poner en ejecución
una estrategia que garantice la paz y la tranquilidad de la ciudadanía, o
de lo contrario seguirá creciendo en la población el sentimiento de:
“Mano dura contra la delincuencia”.

La JCE otra vez en el ojo del huracán

La Junta Central Electoral (JCE) vuelve a ser el epicentro de un nuevo


escándalo, como resultado de la falta de coherencia que prima en el alto
tribunal electoral. Cada vez que el país se aboca a la celebración de unos

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comicios, queda evidenciado la debilidad institucional de ese organismo,
el cual desde su conformación ha sido objeto de fuertes cuestionamientos,
tanto por la forma en que fueron seleccionados sus integrantes, atendiendo
a los intereses particulares del grupo que controla el Senado de la
República, como por la falta de autoridad y la parcialización con que
actúa en los momentos en que las circunstancias lo han demandado.
Actualmente la situación del organismo se torna más compleja, debido a
que los problemas internos que confronta el Partido Revolucionario
Dominicano (PRD), que condujeron a su fraccionamiento, parece haber
colocado al presidente del tribunal en un contexto que no les inspira
confianza a los líderes de los partidos que lo llevaron a ocupar esa alta
posición.

De ahí la posición asumida por los dirigentes de la "alianza rosada”,


quienes reaccionaron pidiendo la renuncia del presidente de la Junta,
cuando se divulgaron unos supuestos o reales pronunciamientos del Dr.
Arias en los que manifestaba su deseo de que el congreso que surja de los
venideros comicios sea equilibrado, es decir, representativo de todas las
fuerzas políticas.

En las últimas semanas, la Junta se ha visto envuelta en un nuevo


conflicto, esta vez como consecuencia de la decisión de recibir la
inscripción de varias candidaturas de la referida alianza después de
vencido el plazo establecido; así como también por la recepción de
algunas candidaturas municipales, de la misma coalición política, en la
sede principal del tribunal, las cuales debieron ser presentadas por ante
las juntas de los municipios correspondientes.

El artículo 70 de la Ley 275-97 establece que las propuestas de candidatos


para que puedan ser admitidas “deberán ser presentadas a más tardar 60
días antes de la fecha en que se celebrarán las próximas elecciones”. Ese
plazo en consecuencia concluía el 16 de marzo a las doce de la noche.

Los dirigentes de los partidos Revolucionario Dominicano y Reformista


Socialcristiano, no cumplieron con lo establecido en la disposición legal y
por el contrario se aparecieron a la Junta unos cuantos minutos antes de
vencer el plazo, alegando que los equipos de informática se les habían
calentado y que esto le impidió completar la relación de los candidatos.
Luego se conoció la información de que dichos dirigentes sometieron una
instancia solicitando que el organismo le concediera un plazo “no mayor
de veinticuatro (24) horas a los fines de cumplir con las disposiciones de
la ley electoral y las resoluciones emanadas por ese Honorable Tribunal”.

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Esta instancia nunca fue dada a conocer por el Tribunal Electoral y en
contraposición, el Secretario General de la Junta, Dr. Antonio Lockward
Artiles, recibió la documentación incompleta, le dio las gracias por el
“esfuerzo realizado” y los exhortó a que “cuanto antes” completaran la
información. Es decir les otorgó un plazo, sin límite, para completar las
inscripciones.
Frente a estos acontecimientos el Partido de la Liberación Dominicana
(PLD), presentó una instancia al pleno de la Junta solicitando que ese alto
organismo declarara nulas las inscripciones de las candidaturas que se
hicieron fuera de los plazos y exigiendo al Tribunal que se someta a la ley.

Ante el escándalo planteado, el Dr. Lockward Artiles, manifestó que la


orden le fue impartida por el presidente del organismo, Dr. Luis Arias y
los jueces Salvador Ramos, Luis Domínguez y Rafaelina Peralta. El
presidente negó su intervención en la decisión, mientras los demás, todos
conocidos por sus estrechos vínculos con los partidos que conforman la
referida alianza, minimizaron el hecho sin negar que fueran quienes
dieron la orden.

Como era de esperarse esta decisión provocó contradicciones en el seno


del organismo, especialmente por parte de presidente del tribunal Dr. Luis
Arias y del juez Roberto Rosario, este último en desacuerdo con la forma
en que se están manejando las cosas, optó por tomar unas vacaciones para
dar tiempo a que la situación sea esclarecida y además, para no
participar en el pleno del organismo que se reuniría para conocer el
asunto.

El pleno se reunió, sin la asistencia del juez Roberto Rosario, quien fue
reemplazado por su suplente. La decisión adoptada fue la que todos
esperábamos. Validar todas las candidaturas, bajo el alegato de que
fueron inscritas “dentro de los plazos que establece la ley”. También
declaró como bueno y valido el recibo de la documentación
correspondiente a los cargos municipales que se hicieron en la sede
principal del tribunal de comicios, auque ya algunas de las juntas locales
habían recibido la inscripción de candidatos, como ocurrió en el Distrito
Nacional.

Esta decisión del pleno de la Junta se inscribe en lo que ha sido su política


de tomar decisiones en bloque, es decir sin discernimiento, como ocurrió
con el rechazo de todas las solicitudes de reconocimiento de nuevos
partidos y la validación de todas las alianzas que le fueron presentada
para los próximos comicios.

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Frente a los problemas planteados, surgen las siguientes interrogantes:
¿La decisión de la “alianza rosada” de presentar candidaturas fuera del
plazo establecido por la ley, no puede interpretarse como una bola de
ensayo para tantear el grado de compromiso que tienen los jueces con esa
coalición política?

¿Qué garantía puede tener la población de que ese tribunal, con los
niveles de contradicción que se observan entre sus integrantes, está en
capacidad de organizar unos comicios limpios y transparentes, sin tener
que revivir los traumas por los que hemos pasado en elecciones
anteriores?

¿Será necesario acudir, como en el pasado a la creación de una Comisión


de Seguimiento, para garantizar la pulcritud y legitimidad de los
resultados de las elecciones?

El PLD reaccionó anunciando, en rueda de prensa de su Comité Político,


que frente a la desconfianza que le inspira la Junta, solicitará la creación
de una comisión de seguimiento y pedirá a representantes de la sociedad
civil y de organismos internacionales que vigilen el desarrollo del proceso.
No hay que hacer mucho esfuerzo, para saber quienes se oponen a que las
elecciones sean observadas: Los dirigentes de PRD y sus aliados del
PRSC, quienes fueron los autores de los palitos en las elecciones el 2002 y
los jueces del organismo que se encargaron de legitimarlos.

El país está obligado a garantizar que las próximas elecciones se realicen


con la transparencia y limpieza debida. Si para ello hay que formar
nuevamente la Comisión de Seguimiento y acudir a observadores
nacionales e internacionales, que se haga, pues no podemos darnos el lujo
de caer de nuevo en una crisis electoral, similar a las ocurridas en el
pasado. El que no tiene hecha, no tiene que tener sospecha, dice el refrán
popular.

El pesado fardo de la Alianza Rosada

Desde que se anunció el intento de constituir la coalición política


denominada como "Alianza Rosada", las organizaciones que la integran,
es decir, los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista
Social Cristiano (PRSC), han confrontado múltiples dificultades, tanto al
interior de sus respectivas entidades como para llegar a acuerdos para la
conformación de boletas unitarias en el ámbito provincial y municipal.

Sin embargo, las cúpulas de las dos entidades se las arreglaron para dejar

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constituido el frente, aunque ello ha devenido en una cadena de
desprendimientos y renuncias de grupos y dirigentes de los dos partidos,
quienes acusan a los cabecillas de la alianza de despojarlos de
candidaturas que consideran haber obtenido legítimamente.

Ahora bien, el problema principal que tiene que enfrentar la referida


alianza consiste en el pesado fardo que tiene que cargar como resultado
de la pasada gestión llevada a cabo por el presidente Mejía, quien
reiteradas veces ha reivindicado ser el arquitecto de ese proyecto.
Además, los principales candidatos que presenta la coalición han sido
protagonistas de acciones reprochables que hoy desearían que la
población votante olvidara.

Resulta difícil convencer a los votantes para que les den su apoyo a los
responsables de sumir al país en una de las crisis más devastadoras de
los últimos años. Pues aunque se pretende presentar la alianza como
innovadora, lo cierto es que sus protagonistas han mantenido el control
absoluto del congreso y de los ayuntamientos durante los últimos cuarenta
años y en lugar de propiciar los cambios que la sociedad ha demandado,
se han convertido en retranca para boicotear las aspiraciones de reforma.

No es posible olvidar en tan poco tiempo las travesuras llevadas a cabo


por esos mismos congresistas que ahora ofertan hacer transformaciones si
son favorecidos con una nueva elección, cuando en realidad desde hace
años ostentan esas posiciones y no han puesto en práctica lo que ahora
ofrecen.

La población debe evaluar la responsabilidad que tienen los promotores


de la "Alianza Rosada" en un conjunto de acciones reprochables que
condujeron al país a descender prácticamente una década en todos los
indicadores de desarrollo, como son: la devaluación de la moneda, la alta
tasa de inflación, el incremento del desempleo, el aumento de la pobreza,
etc., etc.

Fue ese congreso que hoy pretende reelegirse, integrado por perredeístas
y reformistas, el que se apandilló para imponer una reforma a la
constitución en el año 2003, con el único propósito de permitir la
reelección del entonces presidente Hipólito Mejía.

Ha sido ese mismo congreso, del cual pretenden reelegirse diecinueve de


sus integrantes, que ha mantenido en zozobra a la opinión pública con el
sometimiento constante de proyectos dirigidos a extender el período para
el que fueron electos.

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Fueron esas mismas fuerzas y esos mismos legisladores que se asociaron
para designar los integrantes de la Cámara de Cuenta, integrada por
reconocidos activistas políticos.

Esos mismos legisladores fueron los que utilizaron su mayoría para


designar una Junta Central Electoral integrada por connotados
miembros de sus organizaciones políticas, situación que ha hecho
retroceder la institucionalidad de los procesos electorales.

Esos grupos y legisladores, que ahora pretenden que el pueblo olvide el


pasado, fueron los que de manera irresponsables aprobaron un festival de
préstamos, sometido por el gobierno de Hipólito Mejía, que duplicaron la
deuda externa, llevándola de tres mil seiscientos millones de dólares a la
astronómica cifra de siete mil millones, en el pasado gobierno.

Esos mismos congresistas son los que han mantenido en su curul a un


diputado condenado por tráfico de personas y su partido lo mantiene como
candidato a la misma posición para los próximos comicios.

Pero al mismo tiempo, la alianza rosada, tiene que cargar sobre sus
hombros la desastrosa gestión de gobierno de su principal armador, quien
como resultado de su administración hoy tiene la más alta tasa de rechazo
entre los políticos dominicanos.

De las próximas elecciones tiene que salir un congreso que esté en


capacidad de viabilizar los cambios institucionales que demanda la
sociedad dominicana. Esos cambios no pueden ser encabezados por unos
congresistas que se han burlado del país cuando se le ha demandado
actuar con responsabilidad. El momento es oportuno para elegir un
congreso para el cambio, de lo contrario seguiremos secuestrados por
aquellos que durante los últimos años han utilizado sus posiciones para
satisfacer sus intereses particulares.

Todos a cumplir con el deber cívico de votar


El 16 de mayo se celebrarán las elecciones congresuales y municipales
para elegir a los representantes al congreso y las municipalidades, para
los próximos cuatro años. Dichas elecciones han concitado un gran interés
por parte de los partidos políticos, debido a que en las mismas se van a
escoger más de mil quinientos cargos correspondientes al poder
legislativo y a los ayuntamientos de todo el territorio nacional.

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Serán escogidos por el voto popular un total de treinta y dos (32)
senadores (as), ciento setenta y ocho (178) diputados (as), alrededor de
ciento cincuenta y un (151) síndicos y vice síndicos y unos novecientos
sesenta (960) regidores (as) y sus respectivos suplentes.

Las elecciones constituyen el único mecanismo que disponen los


ciudadanos para decidir a quienes les confieren la delegación de
representarlos en las instancias de dirección establecidas en un régimen
democrático. Todos debemos acudir a cumplir con ese deber cívico, para
coadyuvar al fortalecimiento de nuestra democracia. Ningún ciudadano
(a) debe renunciar a ese derecho por desgano, frustración o indiferencia.

El abanico de opciones es amplio: unos van en busca de la reelección,


para quienes los votantes tienen en sus manos la posibilidad de apoyarles
si están satisfechos con sus ejecutorias o sancionarlos si no han llenados
las expectativas de quienes lo eligieron. Algunos se presentan en busca de
posiciones que ya desempeñaron en otra oportunidad, lo que permite a los
electores hacer memoria para recordar como fue su pasada gestión. Otros
se presentan por primera vez y los (as) ciudadanos (as) podrán evaluar
sus propuestas a la hora de emitir el sufragio.

Eso sí, la situación demanda que cada una de las partes involucradas
cumpla con su responsabilidad. Los partidos están en la obligación de
“jugar limpio”, permitir que los (as) sufragantes ejerzan el voto
libremente y acatar los resultados arrojados en las urnas. Los miembros
de la Junta Central Electoral, como responsables de organizar las
elecciones, tienen que olvidarse de sus intereses particulares y colocarse a
la altura de sus investiduras. Tienen que garantizar la diafanidad,
pulcritud y transparencia del proceso y certificar que los resultados sean
producto de la expresión libérrima de la soberanía popular.

La sociedad civil, la comunidad internacional, los medios de


comunicación y toda la ciudadanía en general, están en la obligación de
mantenerse vigilantes para demandar que estas elecciones se conviertan
en una fiesta de la democracia, que nos permita alcanzar nuevos peldaños
en el proceso de consolidación y fortalecimiento de nuestras instituciones.

Dejemos a un lado el pesimismo y olvidemos los ruidos intranquilizantes


que salen del tribunal comicial. Vamos civilizadamente a las urnas y
demos un voto de confianza a quienes les hemos encargado la tarea de

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organizar y arbitrar el proceso. Que ganen los (as) candidatos (as) que en
sus respectivas demarcaciones cuenten con el mayor apoyo de la gente.
Por el bien de todos, esperamos que así sea.

Que se respete la soberanía popular.

Los resultados de los recién pasados comicios, celebrados el 16 de mayo,


los sabemos todos los que vivemos o estamos en la República
Dominicana. El día de las elecciones, cuando concluyó el conteo de los
votos en los colegios electorales, solamente se esperaba que la Junta
Central Electoral (JCE) oficializara la aplastante victoria que había
obtenido el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y sus aliados
sobre sus adversarios de la denominada " Gran Alianza Nacional" o
"Alianza Rosada".

Inclusos los representantes de esa coalición abandonaron los centros de


votación convencidos de que habían sido derrotados.

El país se mantenía atento, esperando que el Tribunal de Elecciones


iniciara la emisión de los boletines, pues de todas partes llegaban reportes
dando cuenta que la población había acatado el llamado a votar,
acudiendo de manera cívica y ordenada a los centros de votación. Dicho
comportamiento fue reconocido y elogiado por los observadores
internacionales, en una intervención televisiva, acompañados de los
integrantes de la Junta Central Electoral, el martes 16 en la noche, antes
de iniciarse la emisión del primer boletín.

La primera nota discordante la puso el señor Robert Polanco, delegado


del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) por ante la junta del
Distrito Nacional. Pues mientras esperábamos el inicio de los cómputos, el
señor Polanco apareció en los medios de comunicación señalando en
forma arrogante que su partido “no aceptaba” que se transmitiera el
boletín número uno, porque los datos que contenía correspondían en su
mayor parte a la circunscripción 1 y que en ésta había ganado el
candidato a sindico Roberto Salcedo. Es decir, pretendía que la Junta del
Distrito digitara primero las actas que daban ganador a su candidato.
Transcurrieron varias horas, hasta que alrededor de la media noche se
leyó el primer boletín.

En el referido boletín, resultó sorprendente que la "Alianza Rosada"

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apareciera arriba en ciudades que había ganado en forma arrolladora el
partido morado y sus aliados, como son La Romana, Santiago y San
Cristóbal, lo que dejaba evidenciado que desde el inicio se puso en
marcha un plan de manipulación de las actas de acuerdo a los intereses de
la coalición rosada, tal como lo había expresado el delegado del partido
blanco en la Junta del Distrito Nacional.

De ahí en adelante, las maniobras quedaron evidenciadas: Todas las


provincias "ganadas" por la "Alianza Rosada", fueron las primeras en
concluir el conteo del cien por cientos de los votos. En tanto que en la
mayoría de las que estaba arriba el PLD, se provocó un
“entaponamiento” y la consiguiente paralización del conteo, a través
diversos procedimientos retardatarios.

Cuando se completaron los cómputos en los lugares que la “Alianza


Rosada” había ganado las elecciones, sus dirigentes pusieron en marcha
un plan de denuncias, para desacreditar el proceso en donde la votación
no les favorecía. Estas denuncias incluyen el supuesto o real uso de
recursos del Estado por parte del partido oficial, los alegatos de compra
de votos y de conciencia en su contra, la supuesta alteración de actas
para beneficiar al partido oficial, supuestas asignaciones de votos de
partidos minoritarios al PLD, la militarización de los centros de votación,
así como los errores e irregularidades cometidos por los funcionarios de
los colegios electorales en el llenado de las actas, entre otras
alucinaciones creadas por sus fantasiosas imaginaciones. Sin embargo,
en sus reclamos no hacen referencia a la necesidad de cotejar las actas,
ni a que las juntas municipales agilicen el conteo para determinar los
ganadores.

En definitiva, el plan consistía en lo siguiente:


Asegurar el conteo en los lugares que salieron gananciosos y crear un
caos donde perdieron, con el objetivo de que la decisión del ganador sea
transferida a la Cámara Contenciosa de la junta Central Electoral, en el
entendido que allí encontrarán un ambiente más favorable.

- Atribuirle la derrota que recibieron a un fraude electoral, para así


detener los reclamos internos de que los arquitectos de la coalición rosada
llevaron a sus organizaciones a una humillante derrota electoral. Esto,
además les permitía vincular a algunos de los dirigentes "sublevados" en
la labor de pataleo.

-Involucrar las bases de los dos partidos, y más específicamente a la

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dirigencias media, en el proceso de impugnaciones, creándole el espejismo
de que podrían mantener posiciones que perdieron y así neutralizar sus
cuestionamientos.

-Iniciar unas series de impugnaciones masivas, incluyendo aquellos


lugares en donde fueron ampliamente derrotados, con la finalidad de
desacreditar el proceso y llevar el mayor número de casos a la señalada
Cámara Contenciosa, para que la misma pueda emitir algunos "fallos
históricos" a su favor y al mismo tiempo rechazar la mayoría de los casos
en beneficios del PLD y sus aliados, para dar la apariencia de que sus
decisiones se tomaron con equidad.

-La ya manida campaña de denuncia nacional e internacional, esta vez


con la desventaja de que fueron esas organizaciones políticas las que
negaron su apoyo a la propuesta de formación de la Comisión Asesora de
la Junta.

Cuando se concluyó el conteo en las diez provincias que la “Alianza


Rosada” estaba arriba, se puso en marcha el “diabólico” plan con la
complicidad de funcionarios de la Junta Central Electoral y de algunas
Juntas Municipales. El retraso en los boletines se mantuvo durante ocho
días, lo que provocó desconfianza en la población y acciones de violencias
que dejaron un saldo de diez personas muertas. Durante ese periodo no
fue posible que el pleno de la junta sesionara, lo que generaba mayor
incertidumbre.

Finalmente, luego del reclamo de que se respete la voluntad popular por


amplios sectores de la sociedad dominicana y la comunidad internacional,
el pleno de la Junta logra reunirse y mediante resolución, otorga un plazo
de veinticuatro (24) horas a las juntas municipales para que concluyan el
conteo y los remitan a la cede central del organismo. Los resultados no se
hicieron esperar, el PLD y sus aliados mantuvieron ventaja en veintidós
(22) provincias y la “Alianza Rosada” solamente en diez (10), lo que
confirma la victoria del partido oficial, tal como ha sido reclamado por la
colectividad nacional.

Todas las acciones puestas en marcha por aquellos que pretenden


desconocer los resultados de las elecciones están condenadas al fracaso,
pues la mayoría de la población, los grupos empresariales, el cuerpo
diplomático, las iglesias, la sociedad civil, los observadores
internacionales y en fin, los poderes fácticos, están convencidos de que los
comicios fueron transparentes y reclaman por diferentes medios que se
respete la voluntad popular libremente expresadas en las urnas.

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El único camino que les queda a los dirigentes de los partidos
Revolucionario Dominicano y Reformista Socialcristiano es aceptar el
veredicto soberano del pueblo, expresado mayoritariamente en las
urnas. Abandonar los planes de llamados a la “desobediencia civil” que
sólo conducen a producir desórdenes y pérdida de vidas de gente del
pueblo. Deben ajustar sus reclamos a los procedimientos establecidos en
la ley electoral en aquellos casos que las circunstancias así lo ameriten.
Todo lo demás cae en el terreno del pataleo para tratar de ocultar su
responsabilidad en el diseño de una estrategia que desde su inicio estaba
condenada a un triste final.

El país ha cambiado y por ello la población ha decidido renovar sus


liderazgos y bajo ninguna circunstancia va a permitir que su voluntad sea
vulnerada. Perder y ganar es parte del juego político. Los ganadores
deben asumir el triunfo con humildad y ejercer sus funciones con
transparencia y responsabilidad. Los que perdieron que se acojan a los
resultados con dignidad y decoro. El país continuará adelante y se
presentarán nuevas oportunidades. Hacer lo contrario sería cavar su
tumba.

Tiempo de travesuras

Transcurrido el proceso electoral que concluyó con la contundente


victoria del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el consecuente
fracaso de la denominada “Alianza Rosada”, integrada por los Partidos
Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista Socialcristiano (PRSC),
ahora el país se aboca a un largo período de transición, en el cual
seremos testigos de una serie de travesuras de parte de los sectores
desplazados, en un intento por perpetuar los privilegios que han detentado
durante los últimos años, más allá del 16 de agosto.

Derrotados en todos los escenarios, a pesar de los intentos de retorcer la


voluntad popular, por medio de necias y descabelladas impugnaciones,
que fueron todas rechazadas por carecer de sustentación legal, ahora
recurren al recurso de aprovechar el tiempo que le queda al frente de las
instituciones para adoptar decisiones en su favor.

La primera señal en esa dirección salió del presidente de la Cámara de


Cuentas, licenciado Máximo Ramón Castillo Salas, asegurando que su
mandato concluiría en el año 2008. De manera sorprendente, en la
primera sesión del Senado, luego de las pasadas elecciones, los senadores
se destaparon aprobando una resolución que ratifica los miembros del

30
bufete directivo de dicha Cámara, Máximo Ramón Castillo Salas, Héctor
Dotel Matos y Mario Alba Morillo, como presidente, vicepresidente y
secretario, respectivamente.

Esta decisión deja la siguiente interrogante: ¿Si el mandato de los


integrantes de esa Cámara concluye en el año 2008, como dijera su
presidente, para qué era necesario la aprobación de prolongar su
mandato por parte del Senado?

Este organismo, desde su designación en el año 2004, ha estado envuelto


en escándalos por irregularidades y dilapidación de decenas de millones
de pesos, lo que llevó a dos de sus miembros a renunciar a sus cargos, por
lo que en términos éticos y morales dichos bufete está descalificado para
fiscalizar y auditar las cuentas públicas.

Ahora bien, la decisión del Senado de ratificar los miembros de la Cámara


de Cuentas, sólo representa el inicio de una zafra de disposiciones
encaminadas a favorecer a los sectores desplazados, en una especie de
reparto de la piñata o botín, que es precisamente la manera como estos
señores perciben el manejo de los fondos públicos.

Ya veremos ese Congreso aprobando la asignación de pensiones al granel,


para otorgarles sueldos de por vida a los legisladores que concluyen su
mandato, a decena de “asesores” que cobran lujosos salarios en ambas
cámaras; así como a amigos, parientes y compañeros de partido de estos
“sacrificados ciudadanos”.

La zafra también se extenderá a los ayuntamientos, como ocurrió en el del


Distrito Nacional, cuando fueron derrotados en el año 2002. Podría
extenderse a la Junta Central Electoral (JCE) y a otras instancias
controladas por los partidos desplazados.

Tengamos paciencia, observando todas esas travesuras, hasta que


transcurran estos días de transición, que de acuerdo al presidente del
Partido Revolucionario Dominicano (PRD), tendremos que aceptar sus
decisiones si es que queremos que en el país haya gobernabilidad, pues de
lo contrario tendremos que vernos en las calles con dos organizaciones
políticas que tienen “amplias raíces sociales”.

Todo parece indicar que los dirigentes del PRD no han entendido que los
tiempos han cambiado y que en gran medida el rechazo que han recibido
en las últimas elecciones, se debe entre otras razones a que la población
se resiste a aceptar esa manera de irrespetar las instituciones que ha
caracterizado las administraciones perredeistas. Si ese partido desea

31
reencontrarse de nuevo con el pueblo que ante le brindó su apoyo tiene
que abandonar esas posiciones tremendistas y acogerse a la voluntad
soberana de la mayoría. Ahora le toca el turno al PLD, pues perredeístas
y reformistas ya tuvieron su oportunidad y simplemente la desperdiciaron.

3-Debilidades Institucionales y Corrupción


La maña de robar
En la sociedad dominicana, el acto de apoderarse de lo ajeno se ha
convertido en una práctica tan común, que da la impresión que hemos
olvidado que nuestra legislación tipifica como robo “el que con fraude
sustrae una cosa que no le pertenece”. (Artículo 379 del Código Penal
Dominicano)
También es bueno recordar que no solamente las leyes de los hombres
sancionan este hecho, sino que igualmente en la ley divina está
consignado como un pecado. Así por ejemplo cuando Dios entregó a
Moisés la tabla de los Diez Mandamientos, en el Monte Sinaí, para que los
presentara al pueblo de Israel, el octavo de ellos reza de la siguiente
manera: “No Hurtarás”. (Éxodo, Capítulo 20 versículo 16)
A pesar de estas reglamentaciones, la primera de carácter penal y la
segunda de convicción cristiana, en nuestro país hay ladrones a todos los
niveles sociales. Ladrones de cuello blanco que se las arreglan para
realizar operaciones fraudulentas en su provecho, funcionarios que roban
los recursos que el Estado pone en sus manos, contratistas que
sobrevalúan los presupuestos de las obras contratadas, bandas que
atracan y asaltan a mano armada los comercios, bancos, viviendas,
conductores, etc., para despojar a laboriosos ciudadanos de bienes
adquiridos con su esfuerzo y trabajo. También roban rateros de toda
calaña que han hecho de esa actividad su modus vivendi, etc., etc.
Se roban la luz, el agua, las llamadas telefónicas y la señal del cable.
Se roban los cables transmisores de la energía y de los servicios de
comunicación.
Se roban los bancos, tanto sus “propietarios” como sus ejecutivos, a
través de la quiebra y otras operaciones fraudulentas.
Se roban las tapas de los hidrantes, las señales de tránsito y las barandas
de protección de las carreteras y avenidas.

32
Se roban la propiedad intelectual: libros, películas, videos, música,
patentes, etc.
Se roban las puertas, persianas, lavamanos y sanitarios de las
instalaciones y lugares públicos.
Se roban los vehículos para sacarlos del país, desguazarlos y venderlos
por piezas.
Oficiales de la policía se apropian de los vehículos recuperados, para
usufructuarlos en su provecho.
Se roban los accesorios de los vehículos: radios, espejos retrovisores,
logos, gomas, baterías, pantallas, herramientas, etc.
Se roban, o mejor dicho se robaron, todas las traviesas y los rieles de las
vías ferroviarias del Consejo Estatal del Azúcar.
Se roban los “extinguidores” colocados en los túneles para ser utilizados
en casos de emergencias.
Se robaron las verjas de protección del Conservatorio Nacional de Música
y del antiguo Parque Zoológico.
Cuatreros se roban a diario reses y otros animales, incluyendo de alto
valor genético, para sacrificarlos y venderlos como carne.
Se roban los terrenos y otros bienes del Estado a través de maniobras
fraudulentas.
Se roban las medicinas y otros materiales destinados a beneficiar a las
personas de escasos recursos que acuden a los hospitales.
Se roban los materiales y equipos, incluyendo plantas eléctricas,
inversores y ordenadores de las escuelas públicas.
Se roban los títulos de propiedad que son registrados debidamente por los
ciudadanos en la Dirección de Catastro, despojando a los legítimos
dueños de sus bienes inmuebles.
Se roban la identidad de los ciudadanos por medio de la suplantación de
de sus datos en el Registros Civil y la Junta Central Electoral.
Se roban camiones y furgones cargados de mercancías en las calles,
carreteras y avenidas del país.
Se roban las cajas de muertos, profanando tumbas en los cementerios,
dejando los cadáveres a la intemperie.
Se roban los impuestos que pagan los ciudadanos, evadiendo transferirlos
al fisco.
Se roban los fondos de los salarios retenidos a los trabajadores, para los
planes de jubilaciones y seguridad social.

33
Ladronzuelos de todo tipo azotan a la población arrancando carteras,
celulares, prendas y otras pertenencias.
Se roban las elecciones por medio de diversas formas de fraudes y
manipulación de los resultados.
Se roban la virgen de Altagracia, la Santa Cruz del Seibo y otros
emblemas de las iglesias.
Y hasta la verja de una “cárcel modelo”, recientemente construida en el
municipio de Santo Domingo Norte, se la robaron.
La lista puede seguir ampliándose.
El asunto es que apoderarse de lo ajeno se ha convertido en una actividad
tan rutinaria en nuestro medio que parece que la gente ha olvidado o
simplemente desconoce que el que realiza esos actos incurre en un delito
sancionado por las leyes de los hombres a través del Código Penal; y
también condenado por las leyes de Dios por medio de uno de sus
mandamientos.
Mucho de los que cometen esas acciones llevan una vida tan “normal”
que deja la impresión de que sus actos no conllevan sanciones ni penales,
ni morales: asisten a las iglesias y comulgan como si nada. Otros se
presentan en los medios de comunicación hablando de moralidad y
dictando lecciones de buena conducta.
Nuestra sociedad requiere de una revolución moral para adecentar sus
valores y el fortalecimiento de las instituciones responsables de la
formación de las nuevas generaciones y aquellas encargadas de aplicar
justicia. De lo contrario sucumbiremos ante la impunidad y la indiferencia
de todos.
Esperamos que la muerte de Eduardo David haga reaccionar a unas
autoridades que tienen por costumbre actuar después que se produce la
desgracia, sobre todo si esta mueve la opinión pública.

El Decreto Puente: una buena iniciativa

La promulgación por el Poder Ejecutivo del decreto número 36-06,


denominado “Decreto Puente”, que tiene como propósito regularizar las
compras y transacciones del Estado, constituye una interesante iniciativa
que ha sido bien recibida por todos los sectores de la vida nacional
preocupados en que el país avance en el establecimiento de mecanismos
transparentes que permitan la salvaguarda del patrimonio público.

El presidente Fernández con la firma de esta disposición pone de


manifiesto el compromiso de su gobierno en transparentar las acciones

34
del Estado, como vía para el combate a la corrupción. Sin embargo, hay
que entender que la referida disposición, a pesar de establecer las
reglamentaciones para la contratación de obras, bienes y servicios,
compras y concesiones, tiene la limitante que no conlleva sanciones
legales, por no tratarse de una ley.

El alcance del decreto debe ser extendido a todas las instituciones que
manejan fondos del Estado: Gobierno Central, Cámaras Legislativas,
Ayuntamientos, Junta Central Electoral, Poder Judicial, Partidos
Políticos, Liga Municipal Dominicana, Organizaciones no
Gubernamentales, Universidades, etc. Pues nadie debe ser excluido de
una disposición que tiene por finalidad proteger el patrimonio nacional y
evitar que el mismo sea objeto de apropiaciones indebidas.

Lo ideal hubiese sido la aprobación del proyecto que desde hace mucho
tiempo está dando vuelta en el Congreso Nacional y que por falta de
voluntad no acaba de ser sancionado por nuestros honorables
legisladores.

Ahora que tenemos el reglamento, que entrará en vigencia a partir del


primero de junio del año en curso, una vez se establezcan los mecanismos
para su implementación, hay que evitar que esta disposición sea retorcida
utilizando artimañas e interpretaciones maliciosas, por parte de los
responsables de administrar los recursos del Estado.

En el país sobran los ejemplos de manipulaciones interesadas, por parte


de funcionarios, para apropiarse del patrimonio nacional. Como muestra
basta recordar la disposición que obliga a someter al Congreso todas las
ventas de bienes del Estado que sobrepasen la cantidad de veinte mil
pesos. Sin embargo esta disposición no ha impedido que gran parte de
nuestro patrimonio haya sido distraído en provecho de particulares a
través de la subvaluación de los precios de dicho bienes o simplemente
dividiéndolos en partes, para evitar someterlos al Congreso.

El país tiene que avanzar hacia la creación de un marco institucional que


garantice su modernización y desarrollo. El presidente ha dado el primer
paso, toca ahora al congreso convertir en ley esta normativa con las
correspondientes sanciones para quienes la violenten.

Finalmente, como esta medida atenta contra los intereses de mucha gente
que se ha trazado como meta el enriquecimiento personal, sobre la base de
la apropiación de los bienes del pueblo, tenemos que mantenernos
vigilantes para que este intento de adecentamiento no sea burlado, como

35
ocurre en el país con la mayoría de las disposiciones. “Ojo pelao” como
dice el pueblo.

Las Organizaciones No Gubernamentales, ONG´s


Durante los últimos años, el tema de las Organizaciones No
Gubernamentales ha ocupado amplios espacios en los medios de
comunicación, la mayoría de las veces más por escándalos y noticias
negativas, que por los valiosos aportes que desarrollan algunas de esas
instituciones.

Estas entidades tienen como fundamento legal tanto disposiciones


constitucionales como leyes especiales que norman su funcionamiento. En
primer lugar, la Constitución de la República en su Titulo ll, Sección 1,
Artículo 8, Ordenar 7, establece “la libertad de asociación y de reunión
sin armas, con fines políticos, sociales, económicos, culturales o de
cualquier otra índole, siempre que su naturaleza no sea contraria ni
anteponga al orden público, la seguridad nacional y las buenas
costumbres”.

La ley 520, sobre organizaciones que no tengan por objeto un beneficio


pecuniario, del 20 de junio del año 1920, sirvió de marco legal para el
establecimiento de estas organizaciones en el país. Dicha disposición
legal fue recientemente suplantada por la ley 122-05, sobre “Regulación y
Fomento de las Organizaciones Sin Fines de Lucro”, promulgada por
Poder Ejecutivo el 8 de abril del año 2005.

Estas organizaciones vienen operando en la República Dominicana, desde


los primeros años de la década de los sesenta, cuando se establecieron los
primeros voluntariados para colaborar con los sectores más pobres a
través de proyectos de desarrollo y asistencial social.

Sin embargo, fue en los años setenta y ochenta cuando se produjo un


incremento de estas asociaciones, impulsadas por sectores políticos,
religiosos, empresariales y grupos sociales y comunitarios, entre otros.
Dichas entidades jugaron un gran papel en la captación de recursos
internacionales para impulsar proyectos de desarrollo en áreas donde los
servicios del Estado eran deficientes.

Durante los años señalados se establecieron en el país varias entidades


que han desarrollado una extraordinaria labor como la Asociación
Dominicana de Rehabilitación, la Liga Dominicana Contra el Cáncer,
Mujeres en Desarrollo (MUDE), la Fundación para el Desarrollo
Comunitario (FUDECO), el Instituto Dermatológico, la Asociación de

36
Apoyo a la Micro Empresa (ADEMI), entre otras tantas entidades de
servicios. Así se pusieron en marcha múltiples proyectos de capacitación,
generación de ingresos, salud comunitaria, saneamiento ambiental,
producción agropecuaria, mejoramiento habitacional, agua potable,
energía alternativa, juventud, género, etc., destinados a mejorar las
condiciones de vida de los sectores más vulnerables de la población.

Estos esfuerzos fueron encaminados por personas motivadas en su


mayoría por el interés de coadyuvar con el mejoramiento de las
condiciones de vida de los sectores marginados y de menores ingresos,
tanto por medio de acciones de carácter asistencial, como
acompañándoles en un proceso de capacitación dirigido a desarrollar sus
potencialidades para su crecimiento personal y el de sus comunidades.

Hasta entonces las inversiones del Estado en esos proyectos de desarrollo


eran mínimas. Muy contadas entidades tenían asignaciones del gobierno y
las que recibían, por lo general las mismas no pasaban del diez por
ciento de su presupuesto de gastos.

Hasta ahí todo marchaba bien. El problema se complicó cuando


comenzaron aparecer personas motivadas en la búsqueda de beneficios,
que se dedicaron a constituir entidades con la finalidad de captar recursos
nacionales e internacionales para su provecho. Pero al mismo tiempo
aprovechando sus relaciones políticas lograron incluir en el presupuesto
del gobierno partidas para financiar esas instituciones, desnaturalizando
los orígenes y fines de las mismas.

La situación siguió complicándose cuando el espacio de las ONG´s es


invadido de manera apabullante por congresistas y políticos influyentes
(senadores, diputados y otros funcionarios), los cuales, desde el principio
de los años noventa iniciaron un festival de creación de organizaciones,
mucha de ellas sin cumplir con los requerimientos legales, las cuales
fueron incluidas con importantes asignaciones en la ley de gastos
públicos.

Hoy se conoce de legisladores que tienen cientos de organizaciones que


reciben millones de pesos, los cuales son retirados por los propios
congresistas y gastados sin rendir cuenta a nadie de la forma como son
utilizados.

Este hecho ha alcanzado tal magnitud, que de acuerdo al informe de


Ingresos y Egresos del Gobierno Central, presentado por la Oficina
Nacional de Presupuesto (ONAPRES), correspondiente al ejercicio fiscal
al mes de abril del año 2006, se reporta que el monto desembolsado en

37
ese primer cuatrimestre a unas dos mil ONG´s se eleva a la astronómica
suma de RD$ 2,919, 665.00 (dos mil millones novecientos diecinueve mil
seiscientos sesenta y cinco de pesos).

No hay dudas que entre estas entidades hay decenas y talvez cientos que se
dedican a la realización de labores de desarrollo y asistencia a los
sectores más vulnerables de la población y que al mismo tiempo cumplen
con lo establecido por la ley en lo relativo a como deben ser invertidos los
recursos que reciben del Estado, pero la verdad es que la mayor parte de
ese dinero es utilizado por legisladores y otros aprovechados para fines
personales y proselitistas.

El gobierno está en la obligación de tomar medidas para transparentar el


uso de los fondos públicos y entre ellas deberá contemplarse acciones
dirigidas a que estas entidades no sean tomadas como pretexto para
despilfarrar los recursos del Estado. Esperamos que la nueva reforma
política institucional a que nos abocaremos, incluya la prohibición a
todos los funcionarios públicos, sin importar su rango, para que no
puedan recibir fondos del gobierno para financiar ONG´s y otras
entidades similares.

También sería recomendable que todas las instituciones que reciban


fondos del Estado lo manejen cumpliendo con las normas y
procedimientos establecidos para esos fines. Estoy seguro que las
primeras en estar de acuerdo con estos planteamientos serían las
Organizaciones No Gubernamentales auténticas y responsables, las cuales
han tenido que pasar, en los últimos años por la difícil situación de ver
sus nombres cuestionados como consecuencia de acciones realizadas por
personas que nada tienen que ver con el sector que representan.

Espectáculo desconcertante

Los recientes escándalos que se han desatados en el país como


consecuencia de las cuestionadas operaciones llevadas a cabo por
funcionarios y entidades gubernamentales relacionadas con algunas
contrataciones, concesiones poco transparentes y préstamos onerosos,
resultan desconcertantes para quienes hemos estado apostando a que las
transacciones del Estado se realicen con el mayor nivel de transparencia y
pulcritud.

La situación resulta más desalentadora, porque estos hechos se producen


apenas semanas después de la entrada en vigencia del denominado
“Decreto Puente”, promulgado por el Poder Ejecutivo con el propósito de

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regularizar las compras y transacciones del Estado, el cual debió entrar
en vigencia el pasado primero de junio. En ese mismo orden, el Congreso
Nacional acaba de aprobar la muy solicitada y esperada “Ley de Compras
y Contrataciones de Bienes, Servicios y Concesiones”, que deberá ser
promulgada por el Ejecutivo en los próximos días y que obliga a las
instituciones del Estado a realizar licitaciones para todas las obras que
superen los 500 mil dólares.

Dentro de las acciones objeto de cuestionamientos se destacan el envío


por parte del Poder Ejecutivo al Congreso Nacional de dos contratos, uno
con la firma Sun Land Group, por un monto de 132.4 millones de dólares
para el equipamiento de la Policía Nacional, suscrito por los Secretarios
de Estado de Interior y Policía y de Finanzas: así como el otro entre la
Dirección General de Bienes Nacionales y la Empresa Nacional de
Desarrollo (ENADE), para administrar los bienes inmuebles del Estado en
manos privadas.

El contrato para el equipamiento de la policía fue sancionado por ambas


cámaras legislativas, generando fuertes críticas de amplios sectores,
incluso del propio gobierno, que han considerado el mismo como oneroso
y lesivo al interés nacional. Los dos funcionarios que suscribieron el
contrato, es decir el Dr. Franklin Almeida, secretario de Interior y Policía
y licenciado Vicente Vengoa, secretario de Finanzas, lo han defendido,
alegando que todas las compras contempladas serán sometidas a
licitación pública, por lo que minimizan lo que se ha considerado como
sobrevaluación de los precios. El presidente de la República ha
reaccionado a los reclamos disponiendo la suspensión del contrato hasta
que la Comisión de Ética y Combate a la Corrupción lo someta a una
evaluación.

En el caso del contrato entre Bienes Nacionales y ENADE, que contrario


al anterior fue rechazado en el Congreso, con los argumentos de que el
mismo “crea privilegios irritantes” y contradice la recién aprobada ley de
compra y contratación de obras del Estado; todo parece indicar que fue
otorgado de grado a grado y a discreción de la dirección de la entidad
contratante. El mismo obliga al Estado a pagar entre el 10 y el 15 por
ciento de las recaudaciones, por la administración de los bienes inmuebles
en manos de particulares, por gestiones de cobros y por ventas de edificios
y terrenos.

Lo cierto es que si la Dirección de Bienes Nacionales hubiese realizado


una licitación pública reglamentada por unos términos de referencias
bien definidos y convocado a participar a todas las firmas relacionadas
con la materia, las reacciones serían diferentes.

39
También ha sido objeto de cuestionamientos la divulgación de un
contrato por más de 400 millones de pesos, otorgado por la Secretaría de
Estado de Obras Públicas a la firma Interiores y Patios Margarita S.A.,
propiedad de la señora Margarita Gómez, para la decoración y
embellecimiento del nuevo parque que será construido en Santiago donde
estaban las instalaciones del Aeropuertote Cibao.

Sobre este último contrato se ha señalado que se llevó a cabo un concurso


en el cual solamente se presentó la empresa de la señora Gómez, luego de
haber pagado la suma de 300 mil pesos por el derecho a participar. Las
suspicacias sobre este contrato son mayores, por tratarse de la misma
empresa y la misma persona que se vieron involucradas en un escándalo a
principio de la presente gestión, lo que dejó algunas manchas sin
esclarecer, en un contrato para amueblar y decorar el nuevo edificio que
aloja a la Suprema Corte de Justicia. Se entendía que para garantizar la
buena imagen y sanidad del gobierno, lo más recomendable hubiese sido
mantener esa empresa y a su propietaria lo más lejos posible de los
asuntos relacionados con concesiones y contrataciones del Estado.

A estos escándalos se agrega el deprimente espectáculo llevado a cabo por


los integrantes de las cámaras legislativas, los cuales en maratónicas
sesiones realizaron un verdadero festival de aprobaciones de proyectos de
leyes. Entre los proyectos aprobados está el préstamo para la construcción
del Metro de Santo Domingo y el otorgamiento de la concesión para la
construcción de la Isla Artificial.

Ambas aprobaciones arrojan dudas, debido a que las fuerzas mayoritarias


en el congreso, es decir, los partidos Revolucionario Dominicano y
Reformista Socialcristiano, habían mantenido una abierta oposición a los
mismos y sorpresivamente aparecen apoyándolos, desobedeciendo las
orientaciones de las cúpulas de esas organizaciones. Además, en el caso
del proyecto de la Isla Artificial, el gobierno ha señalado en reiteradas
ocasiones no tener interés en el mismo y de manera pública no han dado
la cara los auspiciadotes de la obra, aunque está claro que la decisión de
los legisladores de aprobar el proyecto contó con el padrinazgo de los
sectores interesados.

Por la salud del gobierno, se hace necesario que estos escándalos sean
esclarecidos y si se comprueba que los responsables actuaron de mala fe o
con intenciones de obtener beneficios en perjuicio del Estado, deben ser
sancionados de manera ejemplarizadora para enviar una señal
contundente de que la era de esas travesuras está llegando a su fin.

40
En este país se ha enraizado una cultura de “aprovechamiento” de las
posiciones del Estado para el enriquecimiento personal y de grupos. Hay
mucha gente que ha hecho fortuna sobre esa base y como es natural se
mantienen al acecho de cualquier oportunidad para sacar ventajas. Las
nuevas disposiciones que regulan esta materia tienen que ser acatadas por
todos los funcionarios de las entidades oficiales, sin excepción. Los que
entienden que las instituciones que tienen bajo su dirección forman parte
de su patrimonio y que las nuevas reglamentaciones establecidas les
perjudican, simplemente deben dejar sus funciones y dedicarse a sus
asuntos personales

Una piñata
Cada vez me convenzo más que nuestra sociedad ha sido víctima, durante
las últimas décadas, de un secuestro por parte de mafias que se han
atrincherado bajo la sombra de diversas instancias de poder para
desfalcar, en su provecho el patrimonio nacional, el cual se han repartido
como si se tratara de una verdadera piñata.

La corrupción es el principal causante del atraso y la pobreza que hoy


soporta nuestro país, ya que los recursos que debían estar orientados al
desarrollo de la educación, la salud, programas sociales y a encarar
otros problemas estructurales, han ido a parar a los bolsillos de un grupo
de mafiosos que han acumulado grandes fortunas amparándose en el
ejercicio de posiciones públicas y en la realización de negocios
fraudulentos en perjuicio del Estado Dominicano.

La reflexión viene al caso a propósito de los informes provenientes del


Congreso Nacional, en los que se da cuenta que en ambas cámaras los
legisladores establecieron un sistema de privilegios, que les permitió el
manejo irregular de cientos de millones de pesos en su provecho.

Entre las vilezas llevadas a cabo por los integrantes del pasado
congreso, está la asignación de un fondo de RD$7,127,955.00 (siete
millones ciento veintisiete mil novecientos cincuenta y cinco pesos)
mensuales, para el pago de una nómina de 817 empleados, integrada por
familiares, amigos y activistas políticos relacionados con los senadores.
Lo más lamentable de este hecho es que de acuerdo a la relación reseñada
en los medios de comunicación, en la misma aparecen los treinta y dos
senadores con sus respectivas nominillas, lo que indica que todos los que
compartían esa cámara se sentían cómodos con lo que estaba sucediendo.

Nuestros señores legisladores han sido sumamente diligentes legislando


para asignarse sueldos de lujo (equivalente a 50 veces el salario

41
mínimo), exoneraciones de costosos vehículos, dietas y gastos de
representación privilegiados, así como jugosas pensiones para el
“retiro” de aquellos que pierden sus posiciones. También se inventaron
sus famosas Organizaciones No Gubernamentales (ONG’s), mediante las
cuales se agencian miles de millones de pesos del dinero del presupuesto
nacional.

Estos señores llegaron al colmo de asignarle pensiones de hasta


RD$120,000.00 (ciento veinte mil pesos) mensuales a un grupo de
legisladores que perdieron sus posiciones en el recién pasado torneo
electoral. Mientras estos “afortunados ciudadanos” gozan de esos
privilegios, miles de maestros y maestras que se pasaron toda una vida
dedicados a enseñar, incluyendo a los propios legisladores y a sus hijos,
hoy se mueren de hambre recibiendo miserables pensiones de dos mil
pesos mensuales.

Durante las últimas décadas en nuestro país ha surgido una clase de


políticos, funcionarios públicos y contratistas de obras del Estado que a
su paso por las distintas administraciones del gobierno, exhiben un
elevado nivel de vida y haciendo ostentación de grandes fortunas, que no
podrían soportar el simple ejercicio de inventariar sus bienes y cotejarlos
con los ingresos percibidos lícitamente.

Yo vuelvo a reiterar que el Congreso Nacional, durante los últimos años


se manejó como una colusión institucionalizada que actuaba al amparo de
las atribuciones que decían tener, para tomar medidas dirigidas a
beneficiar a sus integrantes y a grupos determinados en contra de los
intereses nacionales.

Sin embargo, las simples denuncias de los desastres que se daban en la


pasada gestión, no son suficientes. Se requiere que los nuevos inquilinos
del congreso envíen claras señales que muestren que las cosas, en lo
adelante, funcionarán de manera diferente.

En la formulación del próximo presupuesto (para el 2007) deberían


quedar eliminadas todas las partidas destinadas al pago de nóminas
clientelitas y de favoritismo personal. También deberán excluir la parte
correspondiente al financiamiento de las ONG’s de los legisladores.

Esos fondos pueden ser programados, en el mismo presupuesto, para la


realización de obras locales que resulten de interés para los legisladores
responder a demandas de sus respectivas demarcaciones. Esto así porque

42
lo más juicioso es que los congresistas no deseen que esos recursos, que
estaban dirigidos a sus jurisdicciones, sean integrados al fondo general
del gobierno y que éstos en lugar de ir a resolver los problemas
provinciales, resulten absorbidos por el hoyo del metro en la ciudad
capital.

Otra medida que considero deben anunciar ya, los integrantes del nuevo
congreso nacional, es la renuncia a las ‘jodidas’ exoneraciones de
vehículos, las cuales constituyen un privilegio irritante y descarado frente
al resto de los ciudadanos.

Hay que poner fin a esas tradicionales prácticas de apoderarse de los


recursos del Estado amparados en maniobras fraudulentas y protegidos
por un manto de complicidad, impunidad e indiferencia. Tenemos que
rescatar la moral y la ética en el accionar de nuestros servidores públicos
y los más llamados a poner el primer ejemplo son los integrantes del
Poder Legislativo, ya que son los responsables de aprobar las leyes que
regulan nuestra vida institucional. Por tal razón deben demostrar con su
propio ejemplo que no son partícipes de apadrinar acciones encaminadas
a crear privilegios a favor de ningún grupo o sector social, incluidos ellos
mismos.

Inequidad e indiferencia

Desde que recibimos las primeras lecciones de Introducción a la Economía


en la universidad, hemos venido escuchando el cliché que crecimiento no
equivale a desarrollo y que para alcanzar el primero hace falta que se
produzca una real y efectiva distribución del ingreso que llegue a los
sectores más desfavorecidos de la sociedad. Quienes abrazábamos en esos
años las ideas de cambios revolucionarios, veíamos como única alternativa
de lograr dicha distribución el advenimiento de una sociedad “sin clases”
en la cual a cada quien se gratificara de acuerdo a su necesidad y a su
capacidad.

La propuesta de favorecer una mejor distribución del ingreso ha sido


ampliamente manoseada a lo largo de las últimas décadas por la clase
política dominicana y sus principales lideres, quienes elaboran sus ofertas
prometiendo a la ciudadanía que de llegar a determinadas posiciones de
poder encaminarán esfuerzos para que los ingresos lleguen a los sectores
más necesitados de la población.

Pero, oh ironía de la vida, el tiempo ha transcurrido y con él hemos visto


desfilar por el gobierno a diferentes fuerzas políticas, las cuales han

43
implementado sus modalidades de política económica y las desigualdades
sociales en lugar de disminuir han aumentado. La prometida redistribución
del ingreso se ha quedado en promesas incumplidas y por el contrario la
brecha entre pobres y ricos cada vez es más distanciada.

La situación de inequidad ha alanzado un grado tan impresionante que el


representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), Niky Fabiancic, ha llamado la atención sobre este grave
problema prevaleciente en la República Dominicana, deplorando “que el
20 por ciento de los ricos del país reciben el 60 por ciento de los ingresos,
mientras que el 20 ciento de los pobres sólo tiene acceso al cuatro por
ciento de los ingresos”.

En esa misma dirección, un informe reciente de Comisión Económica


para América Latina (CEPAL), señala que en la República Dominicana, a
pesar de que alcanzó durante el cuatrienio 2002-2005 tasas de crecimiento
económico entre cuatro y diez por ciento anual, la pobreza y la indigencia
aumentaron en cinco y dos por cientos respectivamente durante ese
período.

Nuestra clase política no ha estado ajena al proceso de deterioro de los


niveles de vida en que se encuentran sumergidos amplios sectores
nacionales, por el contrario en lugar de favorecer políticas integrales
orientadas a disminuir la brecha entre pobres y ricos, han propiciado la
creación de mecanismos privilegiados que le ha permitido insertarse
dentro de los grupos elites del país por medio de la asignación de ingresos
exorbitantes en comparación con los que devenga la mayoría de la
población trabajadora, tanto en el sector público como en el privado.

Así por ejemplo mientras en la administración pública se mantiene un


salario mínimo de RD$2,650.00 (dos mil seiscientos cincuenta pesos)
mensuales, es decir unos ochenta dólares, en el otro extremo, en el mismo
Estado, se ha articulado una “tecnocracia” que devenga sueldos que
alcanzan hasta los RD$600,000.00 (seiscientos mil pesos) mensuales. Esto
implica una relación en la que algunos funcionarios devengan sueldos en
la administración pública equivalentes a 226 veces el sueldo mínimo. Estas
modalidades de pago se llevan a cabo en un conjunto de instituciones
descentralizadas: consejos de administración, comisiones técnicas,
supertendencias, institutos, etc.

Paralelamente a esa “tecnocracia especializada”, la clase política también


ha creado sus espacios para devengar ingresos privilegiados, con la sola
excepción de los cargos correspondientes a los funcionarios del Poder

44
Ejecutivo, cuyos sueldos son relativamente moderados: Presidente
RD$125,000.00 (ciento veinticinco mil pesos) y Secretarios de Estado
RD$75,000.00 (setenta y cinco mil pesos) mensuales, etc. Llama
poderosamente la atención como en varias entidades “autónomas” como
el Congreso Nacional, la Junta Central Electoral (JCE), la Cámara de
Cuentas y los bancos estatales, entre otras, se ha fijado escalas de sueldos
muy por encima del que devenga el Presidente de la República, que en todo
momento debería percibir la más alta renumeración entre los servidores
públicos.

En algunas de estas instituciones, como la JCE, el Congreso y los bancos


estatales(Banco Central, Banco de Reservas y Banco Nacional de la
Viviendas), además de los altos salarios que perciben sus funcionarios, han
establecidos privilegiados planes de pensiones y jubilaciones, como ocurrió
recientemente en el Congreso Nacional donde se le otorgó pensiones de
hasta RD$120,000.00 (ciento veinte mil pesos) mensuales a diputados y
senadores por haber ejercido esas funciones por doce, ocho y cuatro años;
así como en la JCE donde los jueces salientes se asignaron pensiones de
hasta RD$200,000.00 (doscientos mil pesos) por desempeñar funciones de
ocho y cuatro años en el organismo. Estas acciones constituyen una burla a
los cientos de miles de servidores públicos que han pasado toda una vida
prestando sus servicios al Estado, entre ellos maestros y maestras, médicos,
enfermeras, guardias, policías y otros humildes servidores que hoy reciben
pensiones de dos mil y tres mil pesos mensuales, las cuales no les alcanzan
ni siquiera para comprar los medicamentos esenciales para sobrevivir a sus
enfermedades de presión arterial, artritis reumática, diabetes o cualquier
otro malestar propio de su edad.

Además, en los ayuntamientos, las Salas Capitulares han establecidos el


pago de sueldos disfrazados de “viáticos” que en algunos casos alcanzan
hasta los RD$90,000.00 (noventa mil pesos) mensuales a los regidores, aun
estando consagrado en la legislación municipal que esas posiciones deben
ser desempeñada de manera honoríficas. Esto representa para el Estado
erogaciones millonarias para el pago de los 960 regidores electos en los
151 ayuntamientos del país. Estos señores reciben pago que oscilan entre
los noventa mil pesos señalados y veinticinco mil que es la cuota mínima
que perciben en los cabildos más pequeños. Esto no incluye a las más de
100 Juntas Municipales, las cuales cuentan con tres regidores cada una a
los cuales se le hace un pago de RD$15,000.00 (quince mil pesos)
mensuales por sus servicios.

Ahora que se está debatiendo el tema de la Reforma Constitucional, sería


interesante que nos abocáramos a dotar el país de una reglamentación que

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regule la escala de sueldos a pagar a todos los servidores públicos, donde
el funcionario que más gane sea el Presidente de la República como ocurre
en la mayoría de países civilizados. Además que se parta de una mayor
equidad entre los ingresos a percibir por los altos funcionarios y los más
humildes servidores. También hay que regular el sistema de pensiones y
jubilaciones, por medio de disposiciones generales que impidan que
determinados funcionarios haciendo uso de las supuestas autonomías de
sus instituciones, se apandillen para asignarse privilegiadas renumeraciones
en su provecho.

Para los que gustan de poner a los Estados Unidos como ejemplo, veamos
como funciona la escala de sueldos entre los altos funcionarios públicos de
esa nación: El salario más alto de un servidor público en los Estados
Unidos es el del presidente que devenga US$400,000.00 por año, aunque
esa cantidad puede ser reajustada de acuerdo al índice del costo de la vida.
Por ejemplo para el 2007 el presidente ganará US$441,000.00. El
vicepresidente gana US$202,900.00 y al igual que el del primer mandatario
puede ser reajustado. El presidente del Senado gana US$183,500. El
presidente de la Cámara de Representante US$212,100. Un senador
US$165,200.00, y el presidente de la Suprema Corte de Justicia
US$208,100.00 anuales.

Como puede verse en los datos anteriores, en Estados Unidos existe una
reglamentación para el pago a sus funcionarios y a nadie osaría pensar que
“tecnócratas” que laboran en “instituciones especializadas” podrían
devengar renumeraciones por encima de lo establecido por la ley. Nuestro
país tiene que desarrollar un nuevo concepto de servidor público basado en
el interés de aportar a la nación, no en obtener privilegios para hacer
fortuna. No podemos seguir indiferente frente al ensanchamiento de las
desigualdades sociales, de lo contrario la brecha entre ricos y pobres se
seguirá distanciando.

Permítanme compartir esta anécdota para terminar:

Tengo una familia amiga que vive en un residencial de clase media alta en
la capital, en el que también reside un general que dispone de una escolta
que además de cuidar la casa y la familia del oficial, le proporciona
seguridad a las demás residencias del condominio, lo que tiene encantado a
todos los vecinos.

Durante los días de navidad, los agentes encargados de la vigilancia


recibieron numerosos regalos, tanto de su jefe como de otras familias del
residencial. Uno de los policías que utiliza una motocicleta como medio de

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transporte, acumuló varios regalos y le resultaba imposible trasladarlos en
su moto, por lo que tres jóvenes adolescentes, incluyendo dos hijos de mis
amigos, se ofrecieron muy a gusto para llevar en un carro a su casa al
agente, deseosos de descubrir la alegría que mostrarían los niños al recibir
los regalos que les llevaba su padre.

Partieron con el agente llevando consigo los regalos. Cuando llegaron al


barrio donde reside su amigo, éste le señaló que el vehículo no podía
continuar y que él iría a su casa a buscar ayuda para llevar los paquetes.
Los muchachos salieron del auto y se ofrecieron a acompañarle hasta su
hogar para ayudarle a trasladar los bultos, no obstante que el policía les
advirtió que la casa estaba un poco distante y que el camino era difícil.

Bajando por un estrecho callejón llegaron a la humilde vivienda del policía,


donde les esperaban sus hijos y su mujer. Los tres adolescentes
sorprendidos apresuraron el paso y abandonaron el lugar desconcertado e
impotente al descubrir las difíciles condiciones en que vive un hombre que
con responsabilidad y dignidad se entrega todos los días a su trabajo sin
lamentos y sin desgano.

Al llegar al residencial los jóvenes contaron a sus padres lo que habían


visto y durante los siguientes días permanecieron inquietos e impacientes
tratando de buscar una alternativa para ayudar a su amigo. Así vive mucha
de nuestra gente, aunque usted las vea cumpliendo con la responsabilidad
de su trabajo en un banco, una industria, un comercio o una oficina pública.
Esa es la dura realidad de pobreza.

Los asentamientos en áreas vulnerables y espacios públicos

En las últimas semanas hemos recibido informaciones de la ocupación de


áreas públicas y de alto riesgos, por personas que se dedican al
levantamiento de casuchas, ante la indiferencia de autoridades
gubernamentales y municipales. Entre los lugares señalados se cita la
rivera del río Yaque del Norte en la ciudad de Santiago, donde decenas de
familias han construido viviendas en una zona expuesta a ser arrasadas
por las crecidas de los ríos.

También se señala que en el sector de Arroyo Hondo, específicamente en


la cañada que bordea el barrio Cristo Rey, se están levantando nuevas
casuchas en el mismo lugar donde en meses pasados fueron inundadas
unas cuarenta viviendas. Además, a lo largo de la autovía Santo Domingo-
Samaná, que actualmente se encuentra en construcción, se han
estableciendo numerosas casas en terrenos propiedad del Estado.

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Cada vez que el país se aboca a un proceso electoral, personas de
escasos recursos, aprovechan la oportunidad para establecerse en
terrenos públicos, incluyendo áreas consideradas como zonas de
peligro, vulnerables a las crecidas de los ríos y a los deslizamientos de
tierra durante las temporadas de lluvias.

Lo lamentable de esta situación es que tanto las autoridades


gubernamentales como las municipales, se hacen de la vista gorda, en los
períodos electorales, en el entendido de que enfrentar esas acciones le
resta votos en sus aspiraciones proselitistas.
Además de personas humildes que no tienen donde vivir, también
aprovechan la situación reconocidos vividores que se establecen en esos
sitios para luego demandar de las autoridades que se les reconozca como
damnificados y ser incluidas en los programas de viviendas que construya
el Estado para los afectados de fenómenos naturales.

Nuestro país requiere de autoridades que sean capaces de poner los


intereses de la colectividad por encima de las aspiraciones particulares.
La democracia solamente tiene sentido en la medida en que sus actores
(ciudadanos e instituciones) actúen con responsabilidad en el ejercicio de
sus derechos y en el cumplimiento de sus deberes.

La Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en el


marco de sus funciones de garantizar la “conservación y protección de los
recursos naturales y el medio ambiente” y el Consejo Nacional de
Asuntos Urbanos (CONAU), entidad que tiene como objetivo “definir las
políticas de desarrollo urbano-rural sustentable, así como las normativas
correspondientes para un adecuado desarrollo...”, están en la obligación
de diseñar planes de ordenamiento para reglamentar el uso del territorio a
todos los niveles de la República Dominicana.

Los ayuntamientos, que son los responsables de otorgar los permisos para
la construcción de viviendas y otras edificaciones, también tienen que
evitar que personas desaprensivas ocupen en su provecho los espacios
públicos.

Al país le ha salido demasiado caro esa política de tolerancia e


indiferencia, que ha permitido que las principales cuencas acuíferas se
encuentren contaminadas como consecuencia del establecimiento en esos
lugares de asentamientos humanos sin ningún control.

Hoy se estima en miles de millones de dólares los requerimientos para el

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saneamiento de los ríos Ozama, Yaque del Norte y Camú, entre otros; así
como de numerosas cañadas y arroyos que circundan las principales
ciudades del país. Ya hay en carpeta algunos proyectos con esos fines, lo
que implica que para abordar esos problemas tendremos que acudir a
incrementar la deuda pública.

En lo relativo a la aparición de viviendas en el área de influencia de la


autovía Santo Domingo-Samaná, esperamos que las autoridades actúen
con diligencia, para que no se reproduzcan los hechos lamentables que
ocurren con frecuencia en la autopista Duarte, en los alrededores de Villa
Altagracia, donde se consintió el establecimiento de centenares de
familias a lo largo de esa vía.

Permitir que esos problemas continúen agravándose constituye una falta


de responsabilidad, que la ciudadanía está en el deber de demandar de las
autoridades competentes que hagan cumplir las normativas que regulan
esa materia. No hay excusas válidas para que continúen los asentamientos
ilegales en áreas de peligro y sobre todo en las orillas de los ríos y
arroyos. Estos problemas, además de la arrabalización y contaminación
que generan, también devienen en hechos lamentables que incluyen la
pérdida de vidas.

Alguien tiene que asumir la responsabilidad de detener esas acciones que


ya han ocasionado grandes males a la nación. Esperemos pues.

Debería darnos vergüenza.

La profanación de tumbas en cementerios del Distrito Nacional y de otros


lugares del país, constituye una vergüenza que refleja la incapacidad e
irresponsabilidad con que se manejan algunos asuntos en la República
Dominicana.

Confieso que siento pavor e impotencia por tener que dedicar este
observatorio a un tema que tiene más de diez años siendo denunciado por
diferentes medios y todo parece indicar que las autoridades competentes
lo perciben como uno más de los problemas para los que no tienen
solución.

En los últimos días el tema lo traído a colación la señora María Estela


Ducoudray Núñez, denunciando que la tumba de su madre fue profanada
en el cementerio Cristo Redentor, al tiempo que solicita de las
autoridades “la asignación de vigilancia para preservar la tranquilidad
donde descansan los difuntos”.

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A la profanación de tumbas, para robar los ataúdes de alto valor se
agrega el robo de tarjas y otros artículos de metal, las puertas y rejas de
las bóvedas, la falta de limpieza y verjas de protección , la ausencia de
vigilancia permanente, etc., etc.

A propósito de esta denuncia me permito reproducir una nota que


conservo como parte de una experiencia vivida en el cementerio de la
avenida Máximo Gómez, en el año 1996. Veamos:

“Una mañana de primavera, específicamente en el mes de febrero, acudí


al camposanto de la avenida Máximo Gómez, para acompañar a mi
esposa en el sepelio de un pariente suyo que había fallecido en la ciudad
de Nueva York.

El cielo estaba gris y el sol brillaba a pesar de la llovizna que caía sobre
el camposanto. Los parientes y amigos caminaban por estrechos
callejones, tratando de conducir el ataúd hasta la bóveda donde se
depositaría el féretro.

Debido a mis problemas de artritis opté por buscar protección de la


mollizna en el alero de una de las bóvedas que hay en el referido
cementerio. Mientras la lluvia caía, algunos de los convidados optaron
por refugiarse en el mismo sitio en que me encontraba. Escuché a una
señora comentar: “Ese era un muchacho trabajador”, en alusión a la
creencia popular de que cuando muere un hombre de trabajo, siempre
llueve.

Todavía en el alero, oí un señor decir en voz alta, casi gritando:


“Rómpanla, rómpanla”. Ante la insistencia del hombre, Salí del lugar
donde me encontraba para percatarme de lo que sucedía. Pensé que los
que conducían el ataúd habían llegado a un sitio muy estrecho que le
impedía continuar el paso hacia donde sería colocado para su eterno
descanso.

El hombre” volvió a repetir: “rómpanla”, y a seguida completó la frase


diciendo: “rómpanla que se la roban”. Se refería a que rompieran la caja
en que estaba depositado el cadáver.

Cuando logré colocarme a unos cuantos metros de donde estaba la tumba


observé a un obrero que golpeaba con un martillo el ataúd por todos los
lados, con el aparente consentimiento de los parientes, dejándolo
prácticamente destruido antes de introducirlo al nicho en que fue
colocado. Debo admitir que nunca en mi vida había visto cosa similar”.

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Como puede verse la macabra práctica de profanar las tumbas para
sustraer los objetos de valor se ha convertido en una rutina que tiene ya
varios años.

Ahora bien, yo me pregunto: ¿qué explicación pueden tener los


responsables del mantenimiento y cuidado de los camposantos para
justificar que estos hechos se reproduzcan con tanta frecuencia? ¿Qué
difícil puede resultar buscar una solución definitiva a estos bochornosos
acontecimientos? ¿Qué costo puede tener la puesta en ejecución de un
plan de mantenimiento y vigilancia de esos lugares? ¿O es que los
responsables han perdido la sensibilidad humana?

No puede haber excusas válidas, los responsables de estos


establecimientos tienen que disponer de medidas urgentes para solucionar
esa vergonzosa situación. Tanto los administradores de los cementerios,
como los síndicos e integrantes de las Salas Capitulares de los cabildos,
no pueden seguir indiferentes frente a un problema que es de sus
competencias. Lo mismo puede ser extensivo a la Policía Nacional, como
responsable de salvaguardar el orden público.

Debería darnos vergüenza el hecho que entrado el siglo veintiuno todavía


tengamos pendiente resolver asuntos tan sencillos y elementales como el
enterrar a los muertos.

Quizás sea bueno traer a colación un anuncio publicitario que se hizo


popular en la recién pasada campaña electoral, en el cual un joven
aparecía en una destartalada avenida al lado de un hoyo, diciéndole al
síndico de su comunidad que las autoridades se eligen para resolver los
problemas y que el que no esté en capacidad de hacerlo “simplemente que
deje eso”.

Cancelaciones en los ayuntamientos


Con la derrota sufrida por el Partido Revolucionario Dominicano a nivel
municipal, en las elecciones del 16 de mayo pasado, la incertidumbre se
ha apoderado de los empleados de aquellos cabildos en que el partido
blanco fue desplazado por los candidatos del Partido de la Liberación
Dominicana.

Para sorpresa de mucho de los empleados de esos ayuntamientos, semanas


después de conocida la derrota, han comenzado a recibir cartas dándoles
cuenta de la finalización de sus contratos de trabajo con esas entidades
edilicias. Esas decisiones han colocado en una situación difícil a miles de
padres de familias que todavía sin reponerse de la derrota, comenzaban a

51
hacer sus cálculos para enfrentarse a su nuevo status en caso de ser
despedidos por los nuevos inquilinos de los gobiernos municipales.

Daban como un hecho que cobrarían los sueldos correspondientes a los


tres meses de la transición y al mismo tiempo aprovecharían ese período
para iniciar los cabildeos con los nuevos incumbentes en procura de
conseguir ser ratificados en sus posiciones.

La decisión de los síndicos reeleccionistas derrotados, ha sido tomada


obedeciendo a que durante el pasado proceso electoral incurrieron en
grandes compromisos económicos con suplidores y entidades financieras,
para cubrir los gastos de la campaña. Ahora el tiempo se le viene encima
y la única opción que tienen a mamo para enfrentar dichos compromisos,
son las asignaciones presupuestarias correspondientes a los tres meses de
la transición, lo que implica, además de la reducción de la nómina, la
disminución de los servicios que ofrecen, como recogida de basura,
servicios sociales, construcción de obras comunitarias, etc.

La situación es de tal magnitud que se habla de ayuntamientos que, con


ingresos mensuales de dos millones de pesos, incurrieron en deudas de
más de seis millones. Aquellos que ganaron no tienen problemas, pues
disponen de cuatro años para afrontar esos compromisos. Los derrotados,
en cambio, se enfrentan a la presión de los acreedores que saben que el
tiempo apremia y que de no cobrar sus deudas ahora, tendrán problemas
para lograrlo cuando se produzca el cambio de administración.

Lo más lamentable es que como siempre, la soga rompe por la parte más
frágil, pues entre los empleados despedidos hay algunos que han pasado
toda una vida laborando en esas instituciones, ahora son lanzados a la
calle sin siquiera pagarles las prestaciones que les corresponden por ley.

Sería bueno que los funcionarios de la Liga Municipal Dominicana,


entidad que es objeto de serios cuestionamientos sobre su razón de ser,
pusieran en marcha de inmediato acciones para impedir que se cometan
injusticias contra humildes trabajadores. La ley es clara disponiendo
como deben ser invertidos los recursos. No es justo que lo que les
corresponde a los trabajadores sea distraído para el pago de deudas
contraídas por políticos con fines proselitistas.

Lo menos que puede esperar una persona cuando es despedida de su


trabajo es que se le pague las prestaciones que por ley le corresponde.
Quien haya incurrido en compromisos económicos para financiar su
campaña política que busque ese dinero por otro lado, pero nunca

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utilizando los recursos que están destinados para el pago a los empleados.
Eso está claro. ¿Verdad Amable?

Necesitamos buenas administraciones municipales


Los gobiernos municipales son las entidades del Estado que se
encuentran más cerca de los problemas y las necesidades de la gente,
por lo que nuestro país requiere que los ayuntamientos se conviertan en
eficientes y auténticas expresiones de participación democrática.

Dentro de sus atribuciones están la de ocuparse de los servicios públicos,


reglamentar la convivencia de las personas que integran la colectividad,
garantizarle a los munícipes áreas de recreación y esparcimiento,
construir obras comunitarias, ordenar y organizar el uso del territorio
local, y algo muy importante, establecer políticas para el manejo y los
depósitos de los desechos sólidos de forma que éstos no continúen
creando problemas de ambientales y de contaminación.

Nuestro Estado se caracteriza por un excesivo grado de centralización y


burocratización que ha impedido que los planes y programas que
ejecutan los gobiernos se lleven a cabo atendiendo a criterios de
equidad y justicia en toda la geografía nacional. Los ayuntamientos
están llamados a convertirse en los escenarios indicados para que los
servicios estatales lleguen a la población, por lo que los mismos tienen
que colocarse a las alturas de las circunstancias, demostrando que son
capaces de cumplir con ese rol.

Pienso que la forma que ha quedado distribuido el “Poder Municipal”,


con representación significativa de las tres principales fuerzas políticas,
así como la presencia de las organizaciones minoritarias, contribuirá a
que quienes están al frente de las municipalidades se vean obligados a
procurar buenas gestiones, pues su desempeño será evaluado por los
munícipes, haciendo comparaciones con las ejecutorias que desplieguen
sus adversarios.

Los ayuntamientos, en realidad, no cuentan con recursos suficientes para


enfrentar todos los problemas y requerimientos que tienen las
poblaciones que representan, por lo que siempre será necesaria la
intervención del gobierno central en aquellas áreas que están fuera de
las posibilidades de las administraciones municipales, las cuales deberán
canalizar, conjuntamente con los comunitarios, por ante las entidades
responsables.

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Tienen que hacer un esfuerzo para invertir los recursos de acuerdo a las
normas establecidas, es decir, respetar los porcentajes establecidos para
gastos en nóminas, pago de servicios e inversión en obras municipales.
Deberán elaborar sus planes consultando a la gente, de manera que las
acciones que se pongan en ejecución respondan a las necesidades y
requerimientos de los munícipes.

Además, tienen que comprender que operan con recursos limitados, por
lo que la labor de priorización resulta fundamental. Ahora bien, deben
hacer conciencia de que los fondos nunca alcanzarán para convertir los
ayuntamientos en agencias de empleos improductivos, para responder a
requerimientos de activistas políticos.

Tengo numerosos amigos, de todos los partidos, que salieron electos a


síndicos y regidores en varios ayuntamientos para el próximo cuatrienio.
Muchos de ellos alcanzaron esas posiciones como resultado de un
liderazgo ganado por el trabajo de años al servicio de las
demarcaciones que los eligieron. Por esa razón estoy convencido que se
empeñarán en poner en marcha acciones que les garanticen conservar su
bien ganado prestigio en sus respectivas jurisdicciones.

Abogamos pues, para que las nuevas administraciones municipales


tengan un buen desempeño en la presente gestión, ya que ello crearía las
bases para la requerida descentralización que demanda nuestro país, lo
que no será posible sin contar con eficientes administraciones locales.

¿Gobernabilidad o clientelismo?
Transcurrido el proceso electoral han comenzado a surgir propuestas
acerca de cómo deberán ser estructuradas las instancias de poder en
que los actuales incumbentes resultaron derrotados: Junta Central
Electoral, Cámara de Cuentas, Liga Municipal Dominicana y los Bufetes
directivos del Senado y de la Cámara de Diputados.

Entre las propuestas se señala la posibilidad de que el partido oficial


conceda el control de la presidencia de la Cámara de Diputados a un
alto dirigente de una de las organizaciones que le fueron adversas en las
pasadas elecciones, como una especie de premio de consolación y para el
“mantenimiento de la gobernabilidad”. Algo similar se plantea con
relación a la dirección de la Liga Municipal Dominicana. Esos que
ahora reclaman espacio poniendo como pretexto la gobernabilidad, son
los mismos que en la pasada gestión de gobierno del presidente Leonel
Fernández se opusieron radicalmente a participar en el Dialogo
Nacional, convocado para buscar respuesta a los problemas del país.

54
Fueron esos mismos que se pusieron de acuerdo para designar la Junta
Central Electoral y la Cámara de Cuentas desoyendo los reclamos de
amplios sectores de la sociedad.

Y aún más, fueron esas dos organizaciones las que se apandillaron para
conformar el Consejo de la Magistratura, negándole al PLD el derecho
que le correspondía como segunda fuerza congresional en el momento en
que ese organismo fue convocado para reestructurar la Suprema Corte
de Justicia.

Aunque es justo señalar que esas propuestas o conjeturas no han salido


de la dirección del partido morado, sino que más bien son lanzadas como
globo de ensayo en busca de reacción de parte de los líderes de la
organización oficialista.

Desde mi punto de vista, el PLD tiene el compromiso de iniciar un


proceso de transformación de la vida política e institucional del país. El
pueblo votó mayoritariamente por ese partido otorgándole 22 senadores,
96 diputados y unas 60 sindicaturas, y por tanto espera que el mismo
asuma la responsabilidad de acabar con todos esos mecanismos de
corrupción y clientelismo que se han establecido en el aparato estatal
para despilfarrar los fondos públicos.

Desde su fundación en el año 1973, el PLD ha estado incidiendo en la


vida política nacional como una entidad minoritaria tanto a nivel del
congreso como a nivel municipal. Ahora le llegó el momento y por tanto
está compelido a demostrarle al país que tiene propuestas para
encaminarnos por el sendero del desarrollo. Por eso votamos, ahora
esperamos respuestas.

El Partido de la Liberación Dominicana debe asumir la dirección de las


dos cámaras legislativas para rescatar su rol de entidades responsables
de hacer leyes que contribuyan a viabilizar e impulsar las reformas que
el país demanda para su modernización. Hay que desarticular esos
escondrijos de clientelismo y negociación al servicio de los intereses de
grupo y de proyección política y personal de individuos. Como forma de
garantizar el control partidario de las dos cámaras, me permito sugerir
que las mismas sean presididas, por lo menos en el primer período, por
dos miembros del Comité Político. Estos podrían ser el doctor Reinaldo
Pared Pérez, actual Secretario General del partido, en la presidencia del
Senado y el licenciado Lidio Cadet, un ex Secretario General, en la
presidencia de la Cámara de Diputados. Con una decisión de esta
naturaleza el partido, desde su máximo órgano de dirección, asumiría el

55
control de las dos entidades, lo que contribuiría a impulsar las reformas
requeridas.

Algo similar podríamos decir con relación a la Liga Municipal


Dominicana, que también algunos han propuesto que le sea entregada a
un partido de la oposición para “el mantenimiento de la
gobernabilidad”. Con relación a esta última, lo recomendable sería que
se proceda a una profunda revisión sobre la pertinencia y viabilidad de
su rol, como entidad rectora de los ayuntamientos. Ya que en los últimos
años se percibe más como un mecanismo de intermediación, que a través
del cobro de un peaje (de 5%) canaliza las relaciones entre los
ayuntamientos y el Poder Ejecutivo.

Pero lo más lamentable es que los fondos obtenidos por esa entidad son
destinados a la promoción de proyectos políticos de quienes ocupan su
dirección. Así vemos como desde la misma se mantiene el pago de una
nómina parasitaria de personeros que no realizan ninguna labor en
beneficio de los cabildos y al mismo tiempo se derrochan los fondos en
compra de helicóptero, vehículos de lujos (entre ellos una Hummer) y
otros gastos suntuarios.

Por lo anterior abogamos, o por la desintegración total de la Liga


Municipal Dominicana o pro que la misma sea convertida en una entidad
de apoyo a los ayuntamientos. Eso sí, bien reducida y con suficiente
calidad técnica, para brindar asistencia en aspectos relacionados con el
mejoramiento de la calidad de los servicios que ofrecen las instituciones
edilicias.

El país requiere que todos esos mecanismos de corrupción y


clientelismos, sean desarticulados y que las instituciones retomen su
papel y se conviertan en entes de servicios, no para proyectar
candidatos ni para hacer negocios. Poner uno de estos organismos, tal
como operan en la actualidad, en mano de quienes los han detentado,
sería legitimar el clientelismo y las corrupción que se ha perpetuado en
ellos durante los últimos años.

Hablemos de reforma

La mayoría obtenida en el congreso por el Partido de la Liberación


Dominicana (PLD), en el recién concluido torneo electoral, ha desatado
un amplio movimiento de opinión a favor de que esa organización
viabilice un real y efectivo proceso de modernización del Estado, tanto a
través de una reforma a la Constitución, como con la aprobación de leyes

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especiales que permitan la creación de un marco político institucional
acorde con la realidad del momento.

Los deseos de amplios sectores de la sociedad dominicana de dotar al país


de un marco legal apropiado, constituye una vieja aspiración, que en la
mayoría de los casos ha sido frustrada por determinadas parcelas
políticas que solamente han introducido “cambios”, para favorecer
intereses particulares.

Si hacemos una mirada retrospectiva, encontramos que nuestra


Constitución, aprobada el 6 de noviembre del año 1844, ha sido objeto un
total de 37 modificaciones, la mayoría de ellas obedeciendo a situaciones
coyunturales para resolver crisis políticas del momento o para adecuarla
a los intereses de un gobernante o grupo convenido.

En esta ocasión se percibe que el PLD utilizará su mayoría en el congreso


para propiciar una reforma participativa y consensuada, como lo ha
expresado el Presidente de la República y del partido en el poder, doctor
Leonel Fernández y otros altos dirigentes de esa organización política.
Pero que además es parte de la propuesta contenida en su programa de
gobierno.

El mandatario ha prometido que su partido se propone utilizar la mayoría


en el congreso para facilitar una reforma a partir de “una gran consulta
popular” en todo el ámbito nacional y sectorial. Ha señalado que esa
consulta la encabezará el presidente del “Dialogo Nacional”, monseñor
Agripino Núñez Collado.

El debate, ahora parece que se centrará entre los que entienden que la
reforma debe ser realizada por una Asamblea integrada por los
legisladores recién elegidos y quienes pretenden enredar la reforma
constitucional en la maraña de una Constituyente, cuyos integrantes
serían escogidos por votación directa en unas elecciones organizadas
exclusivamente para esos fines. Esto implicaría esperar un próximo
proceso electoral o abocarse a organizar unos comicios en lo inmediato,
lo que cargaría aun más la ya congestionada agenda política.

Todavía queda suficiente tiempo para debatir el tema. Por mi parte, me


inclino por una reforma con los nuevos congresistas y a través de una
Asamblea Revisora, sobre los aspectos considerados como esenciales,
para colocar el país en la ruta hacia la modernización. Ahora bien, como
parte de esa reforma se podría incluir la figura de la Constituyente para

57
modificaciones futuras, si es que se entiende que ello serviría de algo. Yo
por ahora no estoy seguro de los beneficios que aportaría.

En entregas posteriores expondré mis inquietudes, que como ciudadano


entiendo deben ser incluidas en la próxima reforma. Por ahora me
limitaré a señalar algunos criterios más bien conceptuales, que considero
hay que tomar en cuenta a la hora de abordar la reforma de la
Constitución. Veamos:

Una reforma a la Constitución se produce, una vez se ha determinado que


el Estado y sus instituciones atraviesan por un proceso de anquilosamiento
que dificulta su dinámica y funcionamiento.

Hay que interpretar la reforma, como la actividad puesta en marcha por


los mismos órganos estatales para reducir su labor en procura de un
mejoramiento de la calidad de los servicios que ofrecen.

Debe estar dirigida a profundizar la democracia, fortaleciendo los


mecanismos de participación popular, de representación política y de la
gobernabilidad.

Está llamada a garantizar el fortalecimiento de los controles de la función


pública por parte de los ciudadanos, la rendición de cuenta por medio de
dispositivos confiables e incluso la prerrogativa de revocación del
mandato por los electores.

Tiene que ser viable, es decir aplicable a la realidad del país, hay que
evitar que el resultado sea un mamotreto o legajo de disposiciones, fruto
de ejercicios idealistas que en la práctica no encuentren formas de
concreción.

Debe garantizar la equidad social a través de políticas públicas dirigidas


a proteger a los sectores más vulnerables.

Tiene que incluir el rediseño de una política de ordenamiento del


territorio que facilite la puesta en marcha de planes y estrategias de
desarrollo a nivel nacional, regional y local.

Por último, la reforma no debe concebirse como un traje a la medida de


los sectores que detentan el poder, pero mucho menos de los grupos
corporativos para impulsar políticas de privatización y restringir los
campos de acción del Estado en su beneficio.

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Si la reforma a nuestra constitución se lleva a cabo tomando en
consideración los criterios señalados, pienso que podríamos tener un
buen producto final. A mi me da confianza la comisión anunciada para
coordinar los trabajos, pues además de Monseñor Agripino Núñez
Collado, está integrada por Marcos Villamán y Carlos Dore, dos
ciudadanos de reconocida capacidad profesional, solvencia moral y
principios éticos que de seguro no nos defraudarán.

La novelita de la declaración jurada de bienes

Cuando una disposición, sea esta una ley, un decreto, un reglamento, una
resolución, una ordenanza, una circular, etc., no se pueda hacer cumplir
por los responsables de su aplicación, lo más recomendable es que se
proceda a su revocación o a su modificación; pues el mantenimiento de
una normativa a la que nadie o alguien no respeta, a lo único que ayuda
es al resquebrajamiento de la autoridad y por consiguiente a ahondar el
irrespeto a quienes la emiten y ejecutan.

Lo anterior viene a colación a propósito de la afirmación del señor


Octavio Lister, Director del Departamento de Prevención Contra la
Corrupción (DEPRECO), en la que da cuenta que sólo han respondido
150 de los más de 1,500 funcionarios que están llamado a cumplir con
las disposiciones del decreto emitido por el señor presidente, para que
presenten sus Declaraciones Jurada de Bienes.

El decreto presidencial emplaza a los funcionarios a cumplir con la


referida disposición en un plazo de 30 días, al tiempo que les advierte
que si no obtemperan al llamado podrían ser objeto de sanciones
disciplinarias como amonestación, suspensión temporal y hasta la
cancelación de sus cargos.

Dicha disposición es una réplica de decretos anteriores, los cuales


tampoco se han cumplido, debido a que la mayoría de los funcionarios no
se dan por aludidos, a pesar de que la pieza establece, además de la
advertencia de posibles sanciones, mecanismos para facilitar su
cumplimiento como son: presentarla por medio de la página Web o
haciendo llegar copia de la misma a la Procuraduría General de la
República.

La negativa a presentar la Declaración Jurada de Bienes abarca tanto a


funcionarios del Poder Ejecutivo, del Poder Legislativo y de los
ayuntamientos, algunos de los cuales nunca han presentado las suyas y

59
siguen disfrutando de todas sus prerrogativas sin ser objeto de ningún tipo
de sanción. En los últimos años y en todas las administraciones se repite
el mismo pedido a los funcionarios, lo que ya se ha convertido en una
novelita de mal gusto.

Como estoy convencido que las informaciones suministradas en esas


declaraciones no revisten ninguna confiabilidad y que tampoco van a
servir de mucho en el combate a la corrupción, me permito sugerir que esa
medida sea dejada sin efecto para evitar que el principio de autoridad siga
siendo vulnerado y la colectividad burlada por aquellos que se
consideran, y parece que en verdad lo están, por encima de la ley.

El nuevo Congreso Nacional


La juramentación de los nuevos integrantes del Congreso Nacional,
renueva la esperanza de que el país pueda contar con un cuerpo
legislativo plural y equilibrado, capaz de colocar el interés nacional por
encima de las particularidades de sus miembros y de los grupos a que
pertenecen. Por primera vez en sus seis años de gobierno, el Partido de la
Liberación Dominicana (PLD) y el presidente Leonel Fernández,
contarán con mayoría absoluta en las dos cámaras legislativas, lo que le
da la oportunidad de poner en ejecución, sin mayores inconvenientes, el
programa de gobierno que han ofertado al pueblo dominicano.

El congreso recién instalado está constituido por una matricula de 178


diputados, de los cuales el partido de gobierno cuenta con 96; además
tiene 22 de los 32 senadores que integran la Cámara Alta. Resultan
alentadoras las afirmaciones, tanto del señor presidente de la República,
como de otros altos dirigentes del PLD, en el sentido de que esa entidad
no utilizará su mayoría para aplastar a nadie y que en primera instancia
procurará el consenso a la hora de tomar decisiones.

En la dirección de ambas cámaras el partido oficial ha colocado dos


jóvenes que a lo largo de sus trayectorias como legisladores nunca han
sido señalados como parte de los escándalos en que han estado envueltos
parte de sus integrantes. Éstos han reiterados el compromiso de rescatar
la credibilidad perdida y desarrollar sus acciones con apego a la ley y
con el mayor nivel de transparencia. Nos referimos al Dr. Reinaldo Pared
Pérez, quien ocupa la presidencia del Senado y al licenciado Julio Cesar
Valentín, elegido como presidente de la Cámara de Diputados.

Y eso es alentador, porque a lo largo de los últimos desempeños, nuestro


congreso ha sido objeto de una serie de escándalos que han drenado de
manera significativa su prestigio y credibilidad frente a la sociedad

60
dominicana. A ello no escapa ninguna de las fuerzas políticas que han
sido parte del mismo. Esa situación impone que uno de los pasos
inmediatos que tiene por delante el nuevo congreso consiste en rescatar su
credibilidad y confiabilidad, como paso previo para abocarse al desafió de
producir las transformaciones institucionales y políticas que las
circunstancias imponen en los momentos actuales.

Los congresistas tienen que enviar señales claras y creíbles de que ahora
soplarán nuevos vientos por esos predios, por tanto deberán desvincularse
de todas las acciones que pudieran involucrarlos en escándalos de
corrupción y privilegios insultantes a la colectividad que representan.

En ese congreso hay mucha gente que se siente cómoda con el sistema de
privilegios que se ha establecido a su favor. Y aun más, muchos de los que
ahora llegan, emprendieron la ruta motivados por esas prerrogativas, por
lo que se impone la necesidad de trazar una línea diferenciadora.

La función de un legislador es la de hacer leyes en beneficio de la


colectividad en general y de sus comunidades en un orden más particular.
Si los senadores y diputados desean ayudar a los pueblos que los eligieron
hay diversas formas de hacerlo, sin necesidad de desvirtuar la naturaleza
de sus funciones. Tienen la oportunidad de concebir leyes y proyectos
dirigidos a resolver los múltiples problemas que confrontan sus
demarcaciones; pueden gestionar por ante las agencias gubernamentales
inversiones correspondientes a sus áreas de intervención; así como
obtener apoyo para las organizaciones sociales y comunitarias, y hasta
acompañarlas, en la gestión de recursos y proyectos a favor de los más
necesitados, etc., etc. , pero nunca deberían involucrarse en acciones
clientelitas y paternalistas que sólo conducen a la denigración de la
dignidad de las personas y a la creación de falsas expectativas que
siempre se revierten en contra de sus propulsores.

Los congresistas peledeístas deberían renunciar a las famosas


exoneraciones de vehículos que se les otorgan, ya que los salarios que
devengan están por encima de la media de los funcionarios públicos y del
sector privado y no hay razón para que reciban las mismas, cuando otros
ciudadanos con menores ingresos tienen que adquirir con mucho esfuerzo
su medio de transporte. Dando ese paso estarían haciendo acopio de los
ejemplos de su maestro, el profesor Juan Bosch.

También esperamos que una de las primeras medidas que adopten los
nuevos legisladores sea la prohibición a sus integrantes de recibir
recursos del presupuesto nacional a través de las denominadas
Organizaciones no Gubernamentales, ONG’s; así como la eliminación de

61
las nóminas parasitarias y clientelitas que por años han predominados en
ambas cámaras, de manera que el personal de apoyo y los asesores
designados estén en correspondencias con los requerimientos para su
eficiente desenvolvimiento.

Nuestra sociedad demanda de una urgente transformación para


enrumbarla por un proceso de modernización, pero para ello se requiere
que quienes tienen la responsabilidad de la creación del marco o
plataforma legal, tengan la suficiente calidad e integridad moral para
llevarla a cabo.

La modernización de un Estado no consiste en comprar ordenadores y


conectarse a redes de informáticas. Ésta tiene que partir de un esquema
dirigido a profundizar la democracia, cimentado en la ampliación del
concepto de ciudadanía, es decir, en el establecimiento de una relación
basada en los derechos de los individuos y las instituciones del Estado,
que garantice al mismo tiempo, la igualdad de oportunidades para todos
los ciudadanos. Pero además, hay que rescatar valores como la
honestidad, el civismo, la sensatez, la seriedad, la cordura, la humildad, la
prudencia, la responsabilidad y la transparencia en el ejercicio público y
privado. El primer ejemplo está llamado a ponerlo aquéllos en los cuales
hemos confiado la distinción de representarnos.

Felicitamos a los integrantes del nuevo congreso y abogamos porque


sepan aprovechar la oportunidad que tienen en sus manos de rescatar el
Poder Legislativo del descrédito en que ha estado inmerso en los últimos
años. Estaremos atentos y esperamos no ser defraudados como nos ha
ocurrido tantas veces.

El país de los operativos.


Una de las manifestaciones más evidentes de la debilidad e ineficiencia
que acusan nuestras instituciones, puede apreciarse en la cantidad de
“operativos” que se ponen en marcha para enfrentar problemas y tareas
que son de la exclusiva responsabilidad de las entidades que conforman el
aparato estatal.

Este vocablo que significa “poner remedio”, “producir un efecto


pretendido” o simplemente “socorrer o ayudar a alguien”, representa
en nuestro medio, una tabla de salvación para las instituciones poner en
marcha acciones puntuales, una vez han descuidado sus funciones en la
prestación de servicios o cualquier otra labor que le concierne.

62
Esta práctica se ha convertido en algo tan común, que habitualmente nos
la pasamos de “operativo en operativo”, para enfrentar problemas que
han desbordado los límites normales y de tolerancia. Parecería como si
los responsables de encarar una situación determinada, admitieran que
han descuidado sus funciones, o simplemente que no están en capacidad
de cumplir con las mismas, y por tanto se precisa que otros vayan en su
auxilio para enfrentar los acontecimientos.

No es extraño escuchar que las autoridades municipales, policiales y


militares, de salud pública, de educación, de medio ambiente, así como
cualquier político en labores proselitistas, etc.…, anuncien la realización
de operativos para afrontar problemas de diferente naturaleza. Veamos
algunos ejemplos:

-Operativo de limpieza para recoger la basura o desechos sólidos,


cuando éstos asfixian a la población.

-Operativo de saneamiento para limpiar cañadas, ríos u otros lugares


públicos.
-Operativos médicos y odontológicos para atender a los enfermos.

-Operativo de siembra y preparación de terrenos.

-Operativo de arreglos de caminos vecinales.

-Operativos para el bacheo de calles y reparación de aceras y contenes.

-Operativo para sancionar a conductores que transitan violando las leyes


y disposiciones de tránsito.

-Operativo para detener delincuentes que se encuentran en libertad.

-Operativo para desmantelar puntos de drogas que operan en diferentes


barrios y lugares del país.

-Operativo para desarmar a la población civil que porta armas de fuego


en forma ilegal.

-Operativo para detener a los denominados "jebitos" que echan carreras


de autos en las vías públicas.

-Operativo de reforestación y siembra de árboles.

63
-Operativo para liberar a las menores que son mantenidas en centros de
corrupción y obligadas a ejercer la prostitución.

-Operativo para retirar menores de edad que se encuentran en la vía


pública realizando labores.

-Operativo para vacunar los animales realengos que deambulan por las
calles.

-Operativo para limpiar y sanear los planteles escolares.

-Operativos para detectar las conexiones ilegales a las redes eléctricas.

-Operativo para perseguir los que se dedican a la comercialización de


artículos pirateados.

-Operativo para retirar los talleres que operan en la vía pública.

-Operativo de fumigación para eliminar mosquitos y otras plagas.

-Operativo para controlar los ruidos que afectan la tranquilidad de la


población.

-Operativo contra los organizadores de viajes ilegales.

-Operativo para deportar los nacionales extranjeros que se encuentran


ilegalmente en el país.

La relación podría resultar interminable, pero a modo de muestra es


suficiente.

Como puede apreciarse la realización de todos esos “operativos” son una


evidencia de que la mayoría de las instituciones que existen en la
República Dominicana no están cumpliendo con sus funciones. Esas
actividades que se llevan a cabo cuando los problemas tocan fondo,
constituyen tareas que las entidades están llamadas a realizar dentro de
sus atribuciones correspondientes. Por lo que si cada una de ellas
cumpliera su responsabilidad, no tendríamos la necesidad de acudir
constantemente a los famosos “operativos”, como si viviéramos en un
permanente estado de emergencia.

64
Justicia, cinismo y sociedad

La sentencia dictada por la jueza interina de la Primera Sala Penal del


Distrito Nacional, Rossanna Vásquez, a favor de 37 agentes y oficiales de
la Policía Nacional, acusados de la sustracción o usufructo de más de cien
vehículos recuperados por la institución del orden, constituye una señal de
hacia donde se dirige la sociedad dominicana.

Este proceso que se ha mantenido por más de dos años, de corte en corte,
busca sancionar a los culpables de haber incurrido en una práctica
mafiosa y fraudulenta, agravada por el hecho de haber sido cometida por
funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones, a los cuales se les
confió la responsabilidad de velar por la protección de la propiedad, así
como de los derechos y las libertades de los ciudadanos.

La magistrada descargó “por insuficiencia de pruebas” a los inculpados,


bajo el argumento de que los medios probatorios presentados por el
Ministerio Público, consistieron en una mascota sucia, manchada y
rayada, carente de la “pulcritud” que a su juicio debe exhibir un
documento para calificar como prueba judicial.

En ese cuaderno manoseado y ajado, que la jueza rechaza como prueba,


están contenidas las asignaciones de los vehículos a cada uno de los que
los usufructuaron de manera irregular y en perjuicio de sus legítimos
propietarios. La magistrada buscaba encontrar “pruebas limpias”,
certificadas o notariadas, para juzgar un “asunto muy sucio”, cuyos
autores, como es natural, se cuidaron de no dejar rastros.

Entonces uno se pregunta, cuáles son las pruebas a presentar por ante el
tribunal, para establecer la responsabilidad penal de los inculpados. No es
suficiente el hecho de que estos señores hayan sido sorprendidos con los
vehículos en su poder o de familiares y relacionados, a los cuales ellos se
lo asignaron. El tribunal exige además, que los propietarios de los
vehículos robados, los cuales en su momento pusieron sus respectivas
denuncias de la sustracción por ante las autoridades policiales,
comparezcan individualmente acusando a los agentes de haberle robado
sus vehículos.

Qué otras pruebas se pueden aportar, si los carros robados aparecieron


en poder de los agentes y no se encontró en los archivos policiales ni
siquiera un expediente que pudiera probar que la institución recuperó los
mismos en determinadas circunstancias y que sometió a los responsables
de cometer esos delitos. La no existencia de estos expedientes coloca como

65
principales sospechosos de la sustracción a los que fueron sorprendidos
con el cuerpo del delito en su poder.

Pero la situación llegó más lejos, varios de los vehículos encontrados en


mano de estos señores, fueron alterados, unos a través del cambio de
color, otros sustituyéndoles la numeraciones, e incluso en algunos casos
consiguieron proveerse de documentos falsos o alterados por medio de
maniobras fraudulentas, lo cual se considera como un “delito agravado”.

Si estos hechos no constituyen “fragrante delito”, para esa “Honorable


Magistrada”, entonces no vale la pena perder el tiempo persiguiendo
delincuentes para someterlos a los tribunales. Pues si en un caso como el
que nos ocupa, que cuenta con la atención de la opinión pública, se
produce una sentencia en esa dirección, que se puede esperar en aquellos
casos que se dilucidan sin contar con el seguimiento de la sociedad.

En esta semana el jefe de la policía, general Bernardo Santana Páez,


denunció con mucha responsabilidad y pesar a la vez, que agentes
policiales están vinculados en la sustracción de teléfonos celulares, los
cuales les son entregados a los policías por los malhechores a cambio de
protección e impunidad.

Y uno se pregunta, si los oficiales que usufructuaron esos vehículos, no


tienen responsabilidad penal, cual sería el argumento para castigar a un
agente que ha negociado un teléfono celular. Además, qué prueba se
puede presentar en contra de estos agentes sinvergüenzas, que no sea la
posesión por parte de éstos de los equipos robados.

Todo parece indicar que la suerte de nuestro país está echada, que la
corrupción ha alcanzado niveles institucionales con ramificaciones en
todas las instancias de poder, que permite a los delincuentes moverse
libremente, conscientes de que cuentan con el apoyo que les garantiza su
impunidad.

Si nuestro ordenamiento jurídico ofrece garantía para que los autores de


acciones de esta naturaleza se salgan con las suyas evadiendo su
responsabilidad penal, entonces olvidémonos del combate a la corrupción
y preparémonos para observar en poco tiempo el reinado absoluto de los
delincuentes.

Pienso que la única salida que nos queda es que la sociedad comience a
desbloquear el cinismo que mantiene frente a quienes cometen estas
acciones y comencemos a aplicarles por lo menos una sanción moral,

66
para que no continuemos aceptándoles como personas “honorables” en
los escenarios en que participan y así manifestarles que reprochamos sus
“inconductas”.

La reelección en la política dominicana contemporánea ---


Después de la caída de la dictadura de Rafael Leonida Trujillo en el año
1961, en el país se han celebrado un total de doce elecciones
presidenciales, en las cuales han resultado electos unos seis mandatarios:
El profesor Juan Bosch (1962), el doctor Joaquín Balaguer en seis
ocasiones (1966, 1970, 1974, 1986, 1990 y 1994), Don Antonio Guzmán
Fernández (1978), el doctor Salvador Jorge Blanco (1982), el doctor
Leonel Fernández, en dos oportunidades (1996 y 2004) y el agrónomo
Hipólito Mejía (en el año 2000).

De los seis presidentes constitucionales que hemos tenido a lo largo de ese


período (1961-2006) el único que logró alcanzar la reelección,
consiguiéndolo en cuatro oportunidades, fue el doctor Balaguer. De los
otros mandatarios solamente el agrónomo Hipólito Mejía optó por la
reelección en el año 2004.

El profesor Juan Bosch se convirtió en el año 1962 el primer presidente


elegido libremente después del ajusticiamiento del tirano. Sin embargo no
obstante que la Constitución le permitía optar por la repostulación, una de
las primeras medidas de su gobierno fue convocar a una Asamblea
Constituyente para dotar al país de un nueva Carta Magna que
garantizara organizar la vida institucional de la República Dominicana
de conformidad con la realidad de ese momento histórico. Esta
Constitución fue aprobada en el año 1963 y es considera como la más
avanzada que ha tenido el país en toda su historia democrática. En la
misma fue consagrado el principio de la “no reelección”, tanto para el
presidente como para el vicepresidente, a pesar de que esa medida
impedía que el mandatario de turno, el profesor Juan Bosch, optara por
un nuevo mandato presidencial.

Al producirse el derrocamiento del gobierno constitucional del profesor


Bosch en el año 1963, el país entró en un proceso de inestabilidad política
que derivó en la revuelta de abril de 1965, en la que el pueblo se levantó
en armas en reclamo del reestablecimiento de la constitucionalidad
interrumpida. Ello trajo como consecuencia el desembarco de cuarenta y
dos mil marines norteamericanos para impedir la victoria de los
constitucionalistas y el retorno al poder del profesor Juan Bosch.

67
En esa circunstancia, en el año 1966 se celebraron unas “extrañas”
elecciones presidenciales, con la presencia en el país de las tropas
extranjeras, en las que resultó “escogido”, con apoyo de las tropas
interventoras norteamericanas, el doctor Joaquín Balaguer. El nuevo
presidente de inmediato propició una reforma constitucional en la que se
reestableció de nuevo la reelección presidencial, lo que le abría el camino
para presentarse como candidato en tres períodos consecutivos (1970-74,
1974-78 y 1978-82).

Como hemos señalado el doctor Balaguer ha sido el único mandatario que


ha conseguido reelegirse en nuestro país después de la desaparición de la
dictadura de Trujillo, sin embargo es importante recordar lo traumático
que resultaron los procesos electorales en los cuales el caudillo reformista
optó por buscar la reelección desde el poder y aun más los graves
acontecimientos políticos e institucionales a que vio abocado el país en
cada uno de esos procesos.

En el año 1970 el doctor Balaguer se presentó como candidato a la


reelección aprovechando las modificaciones que había introducido en la
Constitución de 1966. Fue precisamente en esa ocasión que líder
reformista utilizó la frase “No se debe cambiar de caballo cuando se está
cruzando un río”, para justificar su decisión de buscar la repostulacion.
Este hecho destapó un revuelo político en todo el país que dejó como
resultado la escisión del Partido Reformista (PR) del doctor Balaguer,
cuando el licenciado Francisco Augusto Lora, vicepresidente de la
república y segundo hombre en la dirección de la organización, tomó la
decisión de separarse de la misma para formar el Movimiento de
Integración Democrático Antireeleccionista (MIDA), para enfrentar las
aspiraciones del presidente.

La reelección sólo fue posible a través del montaje, desde el gobierno, de


un gran operativo represivo a nivel nacional caracterizado por la
muerte, persecución, deportación de sus opositores y cercenamiento de
los derechos y libertades de los ciudadanos. Esa andanada represiva
obligó al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), la principal fuerza
opositora, a abstenerse de participar en esos comicios por falta de
condiciones, lo que dejó el camino abierto para la imposición de la
primera reelección del doctor Balaguer, dando lugar a uno de los
períodos de gobiernos más represivos que registre nuestra historia política
contemporánea.

En el año 1974 la continuidad del “balaguerismo” siguió los mismos


pasos que en los comicios anteriores, sin embargo, esta vez la oposición
había hecho conciencia de que no podía dejar solo en la cancha al doctor

68
Balaguer y lograron articular un gran frente opositor denominado
“Acuerdo de Santiago” con Don Antonio Guzmán Fernández como
candidato presidencial. Dicho frente se convirtió rápidamente en un gran
movimiento de masas y se daba como un hecho que el reformismo y su
candidato Balaguer serían ampliamente derrotados en las elecciones
pautadas para el 16 de mayo de ese año.

El doctor Balaguer convencido de que tenía perdida las elecciones frente a


su oponente, don Antonio Guzmán Fernández, reeditó la estrategia
utilizada en las elecciones anteriores, es decir forzar a la oposición a
retirarse del proceso comicial. En ese sentido faltando apenas tres o
cuatro días para la celebración de las votaciones lanzó a las calles a los
militares en todo el territorio nacional para apresar, perseguir y acosar a
la dirigencia de los partidos que encabezaban el frente opositor, los cuales
tuvieron que pasar a la clandestinidad y abandonar sus pueblos, así como
las tareas de organizar la logística para la participación en los comicios.
En esas circunstancias el “Acuerdo de Santiago” y su candidato
presidencial no les quedó otra alternativa que anunciar al país su retiro de
la contienda por falta de condiciones. Esta situación dejaba el campo libre
al doctor Balaguer para perpetuarse en el poder por un nuevo período.

En el año 1978 el doctor Balaguer se presentó en busca de un cuarto


período, sus fuerzas del terror estaban listas para imponer nuevamente a
sangre y fuego la reelección; sin embargo el PRD se había preparado
para participar en esas elecciones, se afilió a la Internacional Socialista
(IS) y a raíz de los resultados de los comicios de 1974, desplegó una
campaña internacional denunciando las violaciones a los derechos
humanos y a las libertades ciudadanas, al tiempo que llamaba la atención
sobre los intentos del doctor Balaguer de continuar en el poder por medios
fraudulentos.

El PRD escogió de nuevo como candidato a la presidencia a Don Antonio


Guzmán y a pesar de la gran represión montada por los aparatos
militares y el uso excesivo de los recursos del Estado a favor de la
reelección del presidente Balaguer, el partido blanco participó en las
elecciones y el continuismo fue ampliamente derrotado en las urnas. Sin
embargo cuando se conoció la noticia de que el PRD había resultado
ganancioso prácticamente en todos los centros de votación del país, el
balaguerismo puso en ejecución su “Plan B”, el cual consistió en la
ocupación a través de las fuerzas militares de la Junta Central Electoral y
la interrupción del conteo de los votos.

Pasaron varios días sin que se supiera cual había sido el destino de las
elecciones, matizados por una mordaza impuesta a los medios de

69
comunicación, los cuales no podían difundir informaciones del proceso, lo
que generó un amplio movimiento nacional e internacional en reclamo del
“Respeto a la Voluntad Popular”. A nivel internacional se presentaba una
coyuntura favorable, en los Estados Unidos el Partido Demócrata había
ascendido al poder y los gobiernos y organizaciones afiliadas a la
Internacional Socialistas en todo el mundo se pronunciaron a favor de que
respetaran los resultados de los comicios.

Un presidente Balaguer sitiado por la opinión pública nacional y la


comunidad internacional, no le quedó otro camino que resignarse a
entregar el gobierno, no sin antes hacer “hacer arreglos” para quitarle
cuatro senadores que había ganado el Partido Revolucionario
Dominicano y así quedarse con la mayoría en el Senado, lo que le
permitía mantener el control de la designación de la Junta Central
Electoral para los siguientes comicios.

En el año 1982 el PRD volvió a ganar las elecciones presidenciales, en


esa oportunidad llevó como candidato al doctor Salvador Jorge Blanco,
pues aunque la constitución se lo preemitía don Antonio Guzmán no buscó
la repostulación. En 1986 el partido blanco presentó como candidato al
licenciado Jacobo Majluta, ya que el presidente Jorge Blanco tampoco
buscó la reelección. En esta ocasión el PRD fue sacado del poder por el
doctor Balaguer por una diferencia de menos de veinte mil votos, a pesar
de que se habían depositados unos ochenta mil sufragios con doble
rayados a favor del licenciado Majluta los cuales fueron anulados por la
Junta para favorecer el “triunfo” del doctor Balaguer.

En las elecciones pautadas para los años 1990 y 1994 el doctor Balaguer,
siguiendo los pasos de sus actuaciones durante los gobiernos de los “doce
años”, volvió a engrasar su maquinaria para imponer nuevamente la
reelección. En 1990 la víctima fue el Partido de la Liberación
Dominicana (PLD) y su candidato a la presidencia el profesor Juan
Bosch, a quienes les fue arrebatado el triunfo por medio de lo que Bosch
denominó como “un fraude colosal” que consistió en compra masiva de
votos, dislocamiento de votantes en el padrón electoral, suplantación de
actas para cambiar los resultados, robos de urnas, y en fin creación de un
desorden mayúsculos en los centros de recepción de las actas y en el
centro de cómputos. A pesar de todos los esfuerzos desplegados por el
PLD el doctor Balaguer consiguió imponerse por cuatro años más.

Para mayor información sobre este hecho me permito remitir a los


amigos lectores al libro “Raíces de un Poder Usurpado”, escrito por el
doctor Leonel Fernandez Reyna a propósito de los acontecimientos
ocurridos en el proceso electoral del año 1990.

70
En 1994 el doctor Balaguer volvió a presentarse como candidato a la
reelección, esta vez teniendo como principal oponente al Partido
Revolucionario Dominicano y su candidato el doctor José Francisco Peña
Gómez. Los reformistas reeditaron las mismas anomalías fraudulentas que
llevaron a cabo para robarle el triunfo al profesor Bosch y al PLD en los
anteriores comicios, sin embargo el PRD se había preparado nuevamente
para enfrentar la situación. Entre las medidas adoptadas para impedir el
fraude, dicho partido trajo al país un alto número de observadores
internacionales, los cuales denunciaron al mundo las pretensiones de
Balaguer y su partido de desconocer los resultados electorales y
perpetuarse en el poder por cuatro años más. El momento político también
era favorecido por el hecho de que en los Estados Unidos había asumido
el gobierno el presidente Bill Clinton del Partido Demócrata, quienes se
unieron a los reclamos de que se anularan los resultados y se convocara a
la celebración de nuevas elecciones.

Un doctor Balaguer acorralado por el amplio repudio de la colectividad


nacional y arrinconado por la comunidad internacional, no le quedó otro
camino que iniciar un proceso de negociación con la oposición para
buscarle una salida a la crisis. Éste propuso la reducción de su mandato
a la mitad (a dos años) y la celebración de elecciones en 1996, sin su
participación. La oposición, como forma de buscarle una salida a la crisis
le tomó la palabra al doctor Balaguer, produciéndose un acuerdo para
una modificación a la Constitución en la que se estableciera de manera
explicita lo pactado.

Como fruto de los acuerdos de produjo la modificación a la Carta Magna


en la que se consignó la “no reelección presidencial” y la celebración de
elecciones el 16 de mayo de 1996, sin la participación del doctor
Balaguer; también se consagró la “separación de las elecciones
presidenciales de la congresuales y municipales”, el establecimiento de
“Colegios Electorales Cerrados” para evitar la doble votación y el
“Sistema de Doble Vueltas”.

Con la reforma llevada a cabo en el 1994, todo parecía indicar que el


“fantasma de la reelección” había sido desterrado de la política
dominicana, por lo menos hasta tanto nuestras instituciones alcanzaran la
suficiente madurez y consolidación que nos evitaran vernos de nuevo
involucrados en los acontecimientos del pasado reciente. Sin embargo a
pesar de que en los años 1996 y 2000 se celebraron elecciones sin
traumas, en las que resultaron electos el doctor Leonel Fernandez por el
PLD y el agrónomo Hipólito Mejía por el PRD, respectivamente. En el
año 2004 el presidente Mejía se involucra en un“atropellante” proceso de

71
modificación de la Constitución para reestablecer la reelección y así optar
por un segundo mandato.

El presidente Mejía consiguió su objetivo, para ello tuvo que apelar a la


“compra” de legisladores pertenecientes a otras parcelas políticas y al
interior de su organización se produjo una crisis interna que dejó como
resultado su división, cuando el presidente del partido licenciado Hatuey
Decamps y otros altos dirigentes abandonaron la organización y
formaron el Partido Revolucionario Socialdemócrata (PRSD). Esta
situación acabó disminuyendo considerablemente al PRD y las
pretensiones reeleccionistas de Hipólito Mejía, no obstante hacer uso y
abuso de los recursos del Estado y de contar con una Junta Electoral
integrada en su mayoría por hombres vinculados a su proyecto,
concluyeron en un fracaso total, siendo derrotado ampliamente por el
PLD y el doctor Leonel Fernandez.

Ahora el doctor Leonel Fernandez, con todo el derecho que le asiste, ha


manifestado su intención de optar por un tercer mandato presidencial,
haciendo uso de las prerrogativas que le confiere la Constitución de la
República, modificada por el presidente Mejía en el año 2003. Esa
decisión del mandatario ha dejado aflorar las primeras manifestaciones de
crisis al interior del partido de gobierno. Ojalá que el espinoso camino
que ha decidido trillar el presidente Fernandez no retrotraiga aquellos
momentos, hoy dichosamente superados, en que decisiones similares
llevaron al país a vivir momentos de grandes tensiones e incertidumbres.

En mi caso particular no me considero un anti reeleccionista por


principio, sin embargo estoy convencido que el momento histórico que
vive la República Dominicana requiere que los mayores esfuerzos se
dirijan hacia el fortalecimiento y consolidación de nuestras instituciones,
lo que todavía constituye una tarea pendiente. El involucramiento del
presidente en un proyecto de esa naturaleza le quitará objetividad para
conducir los cambios y reformas que está demandando la sociedad
dominicana. De todas manera le deseo los mejores éxito al presidente en
esta nueva fase de su carrera política, sin embargo me temo, reitero, que
el involucramiento del mandatario en un proyecto reeleccionista detenga
el impostergable proceso de consolidación y fortalecimiento de nuestras
instituciones, que cree crisis en el sistema de partido, especialmente al
interior del PLD y que dañe la imagen del gobierno la del propio del
gobernante.

72
4- De Nuestros Políticos
Una desafortunada propuesta de José Tomás Pérez

El licenciado José Tomás Pérez, miembro del Comité Político y ex


Secretario General del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y
quien acaba de abandonar una curul como senador del Distrito Nacional,
se ha destapado con una propuesta que se distancia mucho de las
expectativas que tiene la gente sobre el papel que está llamado a juzgar el
partido a que él pertenece.

La propuesta de marras, sugiere una modificación a la Constitución, para


extender a seis años el mandato del actual presidente Dr. Leonel
Fernández, como vía para la unificación de las elecciones presidenciales
con las congresuales y municipales. Además, propone que se elimine la
reelección presidencial, lo que ha sido interpretado como una salida a la
supuesta o real controversia que se señala existe en su organización por la
nominación presidencial para el 2008.

Desde hace varios años se ha venido reclamando la “necesidad” de


unificar las elecciones, en el entendido de que con ello se
descongestionaría la agenda electoral, que mantiene al país
permanentemente en campaña política. Este reclamo, sirvió de argumento
para que en la pasada gestión de gobierno, un grupo de legisladores
mantuviera el país en una permanente zozobra, proponiendo la
modificación de la Constitución para extender sus mandatos por dos años
y así hacer coincidir las elecciones congresuales y municipales con las
presidenciales.

Lo lamentable es que ahora este desafortunado planteamiento, proviene


de un dirigente político de la más encumbrada cúpula del partido de
gobierno, lo que podría dejar la impresión que sus puntos de vistas se
corresponden con una corriente al interior de su partido. La propuesta
recuerda los tiempos de los ex senadores Yayo Matías y Papo Luna,
quienes parecen haber influido al ex senador, en los años que
compartieron en el tristemente célebre Senado de la República que
concluyó su mandato el pasado 16 de agosto.

Una de las razones que ha llevado a desprestigiar nuestra clase política


tiene mucho que ver con que la mayoría de nuestros dirigentes no respetan
al país ni se respetan a si mismo. Afortunadamente los congresistas, de
todas las bancadas, y especialmente los presidentes de las dos cámaras,
reaccionaron de inmediato rechazando la absurda propuesta del ex

73
senador. De igual manera reaccionó el Presidente de la República y del
partido de gobierno, Dr. Leonel Fernández, quien la calificó de “ilegal e
inconstitucional” al mismo tiempo.

Por principio sostengo que la sociedad dominicana no puede permitir que


se extiendan períodos para los cuales fueron electos funcionarios y
entiendo que ello no puede ser materia de una reforma constitucional, al
menos que el país se encuentre en un estado de emergencia que así lo
amerite. Nuestra historia registra experiencias nefastas cuando en el
pasado se permitió la continuidad en el poder por medio de maniobras
similares.

Si se desea unificar las elecciones hay bastantes fórmulas que se pueden


ponderar. Veamos algunas: a) elegir el próximo Presidente de la
República por un período de seis años, para que termine en el 2010,
justamente cuando los actuales legisladores concluyen su mandato, b)
dejar las elecciones presidenciales como están y elegir los próximos
legisladores, síndicos y regidores por dos años, para que concluyan en el
2012 exactamente cuando el presidente que se elija en el 2008 termina su
período, c) dejar las congresuales y municipales como están y elegir al
próximo presidente por dos años de manera que las siguientes elecciones
presidenciales coincidan con las congresuales y municipales.

También se podrían hacer combinaciones, por ejemplo, eligiendo al


próximo presidente por cinco años y los legisladores, síndicos y regidores
por tres, o viceversa. En definitiva existen múltiples fórmulas que se
pueden incluir en la nueva constitución. Lo que no tiene sentido es hablar
de ampliación de períodos, ni del presidente, ni de los legisladores, etc.

Permitir la extensión de un mandato por un año, por dos, etc. es lo mismo


que extenderlo por veinte o treinta. El principio sería el mismo. En un
momento en que estamos discutiendo fórmulas para producir una reforma
orientada a consolidar la democracia y las instituciones, es lamentable
que aparezcan ideas tan desatinadas.

Amable liado entre las patas de los caballos


La ascendente carrera política de Amable Aristy Castro parece haberse
topado con una piedra en el camino, como consecuencia de la
disposición de la Embajada de los Estados Unidos de retirarle el visado
para ingresar a territorio de esa nación del norte. Se dice que Amable se
inició a muy temprana edad como un servidor público sin ninguna
especialidad y desde entonces ha recorrido un largo trecho que lo ha
llevado a ocupar las más encumbradas posiciones en la administración

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pública. Ha sido diputado y senador varias veces por su provincia La
Altagracia, llegando a ocupar la presidencia del Senado y de la Asamblea
Nacional en varias oportunidades. Escogido, en el año 1999, como
Secretario General de la Liga Municipal Dominicana (LMD), en un
controvertido proceso que ha sido marcado como una de las páginas más
oscuras de enfrentamiento entre fuerzas políticas por el control de una de
nuestras dependencias oficiales.

En esa ocasión el inquieto Amable, aun siendo senador, consiguió el


apoyo del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que estaba al
frente del gobierno en esa oportunidad, para alzarse con el control de la
LMD, posición que vuelve a obtener en el año 2003, esta vez teniendo
como sostén al presidente Hipólito Mejía y al Partido Revolucionario
Dominicano (PRD), exactamente la misma fuerza política que había
enfrentado en el proceso anterior.

El señor Amable Aristy Castro mostrando dotes de su gran audacia, se las


ha ingeniado en todo momento para mantenerse en su cargo en la Liga
Municipal Dominicana, presentarse como candidato a senador por su
provincia, colocar un sustituto después que resulta electo o simplemente
dejar su curul vacía, como está ocurriendo en la actualidad, que luego de
ser elegido a ese cargo por la provincia La Altagracia en los pasados
comicios, optó por no juramentarse y se mantiene dirigiendo su Liga.

La contundente victoria electoral que obtuvo, para obtener por cuarta vez
la senaduría por su demarcación, tomando en consideración que su
partido no compareció aliado al PRD en su provincia, en la que alcanzó
una votación superior al 60 por ciento, parecía allanarle el camino para
lanzarse sin mayores inconvenientes en pos de la candidatura presidencial
por su organización en los venideros comicios de mayo del 2008.

Tenía además a su favor, que los principales dirigentes de su partido,


incluyendo varios aspirantes a la nominación presidencial, habían
recibido abrumadoras derrotas en sus jurisdicciones, aún en aquellos
lugares donde se concertó la alianza entre blancos y coloraos, como
fueron las plazas del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo,
donde el Partido Reformista presentó como candidatos a senadores a dos
altos dirigentes de su Comisión Ejecutiva, el ingeniero Johnny Jones y el
Dr. Víctor Gómez Bergés, los cuales fueron derrotados en forma
aplastante.

Una situación similar ocurrió en la otrora plaza reformista, San Pedro de


Macorís, donde fue derrotado el Dr. José Hazim Frappier como

75
candidato a la senaduría, al cual también se le considera entre las
figuras presidenciables de la organización colorá.

A lo anterior hay que agregar, su papel protagónico en la conformación


de la denominada “Alianza Rosada”, en la que consiguió amarrar el
apoyo del principal partido aliado, el PRD, para su continuidad por
cuatro años más al frente de Liga Municipal Dominicana. Aunque este
respaldo parece haberse desvanecido luego del desplome de esa coalición
en las pasadas elecciones.

Este hombre ampliamente “amado” por los “altagracianos”, no por el


nombre que lleva, sino porque lo consideran un político “que resuelve”,
cuenta con grandes recursos para apoyar su labor política. Se mueve en
modernos medios de transporte (helicópteros y vehículos todo terreno), no
se sabe si adquiridos con recursos propios o de la institución que dirige.

Tiene el ‘merito’ de no haber sido involucrado, y ni siquiera llamado a


declarar en los tribunales, luego de un escándalo de corrupción que se
destapó en la entidad bajo su dirección, mediante el cual se otorgaron
más de 200 pasaportes oficiales a igual número de falsos funcionarios
municipales, los cuales lograron viajar a distintos países europeos,
creándole un gran daño a la imagen del país.

En definitiva todo parecía estar a favor de que el caudillo de Higuey


iniciara su ruta hacia el Capitolio cabalgando sobre la candidatura
presidencial reformista. Sin embargo a pesar de todas las ventajas que les
llevaba a sus contrincantes, ahora se ha encontrado con un handicap (así
en inglés) en su contra, con la negativa norteamericana a otorgarle el
visado para visitar ese país. La denegación tiene el agravante que no
establece cuales son las razones que motivaron la medida, lo que da pie a
que se generen todo tipo de especulaciones.

En estos tiempos de apertura comercial y de acuerdos internacionales de


libre mercado, no se puede ser presidente (claro está, conservador) de la
República Dominicana con impedimento de entrada a los Estados Unidos.
Esperemos a ver como logra salir de las patas de los caballos, en que está
enredado el habilidoso y poderoso político oriental.

¡También Juancito!

La elección del señor Juan de los Santos, como síndico del municipio
Santo Domingo Este (SDE) en la recién pasada contienda electoral, se
convirtió en un acontecimiento que concitó el interés y la simpatía de

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amplios sectores nacionales, que trascendía los límites de esa jurisdicción
política.

El alto grado de aceptación de su candidatura venía precedido por la hoja


de servicio del joven candidato, quien a lo largo de los últimos años ha
desarrollado una amplia labor de asistencia a las personas necesitadas,
tanto a través de la fundación que preside, como por medio de apoyo a las
actividades que llevan a cabo las organizaciones sociales y comunitarias.
Pero al mismo tiempo su aceptación tuvo mucho que ver con la valoración
que tenía la población de la desastrosa gestión realizada por quienes le
antecedieron en la conducción de la administración edilicia.

Durante las primeras semanas al frente del ayuntamiento, la nueva


administración se vio precisada a dedicar sus mayores esfuerzos a las
labores de aseo y recogida de basura, para eliminar la gran cantidad de
desperdicios que se habían acumulado durante el período de transición,
durante el cual las pasadas autoridades prácticamente abandonaron estos
servicios, luego de la derrota que recibieron en la elecciones. Esta
iniciativa contó con un amplio apoyo de los munícipes, quienes se
integraron a las labores de limpiezas que encabezaba su nuevo “líder
comunitario”.

A pesar de que no conozco al señor de los Santos, además de que no


pertenezco a su demarcación, confieso que llegué a sentir simpatía y
admiración por la carrera política de este joven empresario. Sin embargo,
los recientes escándalos en que se encuentra envuelto, me llenan de
frustración y hasta he llegado a reflexionar, si es que en nuestro país todo
el que es colocado al frente de una institución pública, entiende que ha
heredado un patrimonio que puede manejar como si se tratara de sus
asuntos personales.

El señor de los Santos, apoyado por la mayoría de los regidores


(peledeístas, perredeístas y reformistas) que integran la Sala Capitular del
referido ayuntamiento, nos ha sorprendido otorgándole un contrato por
cuatro años, sin realizar ningún tipo de concurso o licitación, a la firma
Servicios Pro-Higiene y Salud (SEHISA), por una suma que envuelve más
de 900 millones por dicho período, es decir, unos RD$26,000, 000.00
(veintiséis millones de pesos) mensuales.

La excusa utilizada para justificar esta bochornosa medida, es que


debido a la gran cantidad de desperdicios que se había acumulado en la
ciudad, los cuales ponían en riesgo la salubridad de sus habitantes, no se
disponía de tiempo para cumplir con los trámites que conlleva una

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licitación. Pero el grado de irresponsabilidad de los ediles los lleva al
extremo de afirmar que cuando endosaron la resolución número 74-06, no
sabían que estaban autorizando al síndico de los Santos a firmar un
contrato sin licitación con la referida empresa. La aprobación de la
señalada resolución solamente contó con tres honrosas excepciones que
fueron las de Juan de la Cruz Trifolio del Movimiento Izquierda Unida
(MIU), Simeón de la Cruz, vocero del bloque de regidores del PLD y
Damnerys Santana, también del partido morado.

Resulta extraño y preocupante que el síndico de Santo Domingo Este se


embarque en una acción como esa, conociendo los escándalos en que se
han visto envueltos, en los últimos meses, funcionarios de diferentes
dependencias, como consecuencia del otorgamiento de contratos y
concesiones de “grado a grado”, sobre todo después de la entrada en
vigencia del decreto 36-06, denominado como “Decreto Puente”,
mediante el cual se obliga a las dependencias del Estado, a someter a
concurso todas las compras, contrataciones de bienes, obras y
concesiones de servicios.

Las regulaciones contenidas en el referido decreto fueron luego


convertidas en una ley en ambas cámaras legislativas, aunque la misma
está siendo sometida a una revisión por el Congreso Nacional, para
introducir algunos aspectos que forman parte de las exigencias para la
entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio.

Es interesante recordarle a quienes incurrieron en esta impertinente


decisión, que todavía anda por ahí sin una solución definitiva, el caso de
la Empresa Nacional de Desarrollo (Enade), a la cual la administración
de Bienes Nacionales le concedió un contrato “grado a grado” y al
mismo tiempo le autorizó a iniciar los trabajos sin contar con la
correspondiente aprobación legal. Cuando el congreso rechazó el
contrato, entonces hubo que retirar la firma y suspender los trabajos que
estaba llevando a cabo; sin embargo, ahora Enade amenaza con
demandar al Estado Dominicano por el pago del equivalente a la
estimación de ingresos establecida en el contrato. Todo esto por la
actuación unilateral de un funcionario que procedió al margen de la ley, el
cual debería responder con su patrimonio a cualquier demanda que se
derive de su ilegal actuación.

Ahora bien, independientemente de las informaciones que han


trascendido, acerca de la constitución al vapor de la firma contratada, así
como de los socios que la integran, a los cuales se les atribuye supuestos o
reales vínculos familiares y empresariales con el jefe del cabildo, lo que

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debería ser objeto de una minuciosa investigación por parte de la
Comisión de Ética y Moralidad Pública, yo entiendo que este contrato
tiene que ser declarado nulo y obligar al síndico y al referido
ayuntamiento a convocar a una licitación pública, con apego a la ley, en
la que tengan oportunidad de participar todas las empresas especializadas
en la materia y que muestren interés en hacerlo.

Hay que poner un stop a las tradicionales prácticas que se llevan a cabo
desde diferentes dependencias oficiales, para disponer de los recursos
del Estado como si se tratara de negocios particulares, valiéndose de
maniobras maliciosas, revestidas por un manto de complicidad, impunidad
e indiferencia.

Tenemos que insistir en el rescate de la moral y la ética en el accionar de


nuestros servidores públicos, en un momento en que la sociedad está
demandando pulcritud y transparencia en el manejo de los fondos
públicos. Hay que detener este tipo de actuaciones irresponsables, sin
importar que el afectado se llame Juan o que pertenezca al reino de los
Santos.

República Joaquín Balaguer


Desde hace tiempo me he venido preparando para un día de estos, no muy
lejano, conocer la propuesta de alguien, sugiriendo que se cambie el
nombre a la República Dominicana por el de Dr. Joaquín Balaguer. Ello
no sería nada nuevo, pues existe el precedente, durante los años de
dictadura del tirano, cuando se le puso a la ciudad capital el nombre de
“Ciudad Trujillo”, en honor a quien en aquellos años era considerado
como “Padre de la Patria”.

He llegado a esa conclusión luego de observar el activismo que despliegan


algunos sectores, sobretodo el Partido reformista Socialcristiano, que
como es natural, presenta la obra de Balaguer como su principal activo
político, y otros que fueron ampliamente favorecidos por su gestión de
gobierno. Estos grupos presionan y lo han logrado en parte, para ponerle
el nombre del fenecido caudillo, a obras y sitios importantes del país.

El tema viene a colación a propósito del proyecto de ley, declarado de


urgencia y aprobado en dos lecturas consecutivas en la Cámara de
Diputados, mediante el cual se designa con el nombre del Dr. Balaguer a
la presa de Jagüey y Aguacate y la Plaza de la Salud. El referido proyecto
también incluía, aunque fue excluido esta vez, obligar al gobierno y a los
organizadores de la próxima Feria Nacional del Libro, a designar el más

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importante evento cultural que se celebra en el país, con el nombre de
quien ya antes había sido declarado por el Congreso Nacional como el
“Padre de la Democracia Dominicana”.

Otras obras también habían sido designadas con su nombre, entre ellas:
la autopista Santiago-Navarrete, el Aeropuerto de Higüero, la Plaza de la
Salud y la Avenida de la Salud en el parque Mirador Sur. En esta última se
acaba de inaugurar una plaza en su honor.

Para quienes formamos parte de la generación de jóvenes que fuimos


víctimas de la represión de su régimen, nos resulta altamente bochornoso
ver como se pretende presentar una imagen unilateral de una figura que
tiene una repercusión histórica que incluye la obra física que construyó
en sus 22 años de gobierno, su aporte al desarrollo o al desorden
institucional que hoy impera en la sociedad dominicana, su obra literaria,
a la que la crítica se encargará de juzgar y colocar en el lugar que le
corresponde. Pero al mismo tiempo s deberá ser juzgado tomando en
consideración su papel como fiel colaborador durante 30 años de la
oprobiosa dictadura de Trujillo.

No puede ocultarse su llegada al poder en el año 1966 de mano de las


fuerza interventoras, la represión desatada para mantenerse en el poder
en las elecciones de 1970 y 1974, obligando a sus opositores a no
participar en esos comicios. Tampoco la historia puede olvidar la
resistencia a entregar el poder, cuando fue derrotado ampliamente en
1978, teniendo que ser sacado prácticamente por la comunidad
internacional.

Algunos prefieren olvidar y borrar de la memoria histórica del pueblo


dominicano, el fraude materializado en 1990 para impedir que el profesor
Bosch ascienda al poder, al igual que en 1994 contra el Dr. José
Francisco Peña Gómez. En este último caso se vio obligado a reducir su
mandato a dos años para evitar males peores.

La presentación como un “prócer” del hombre que se mantuvo en el poder


utilizando todas las formas posibles de represión contra sus adversarios,
deja la impresión que quienes se sacrificaron luchando por el
establecimiento de un régimen de libertades y democrático en el país,
estaban equivocados y que la razón estaba de parte de quienes se
apropiaron del poder en base a la violencia y el crimen. Por respeto a los
caídos, no puedo guardar un silencio que me haría cómplice de aquellos
que pretenden tergiversar la verdad de esos hechos.

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A pesar de todos los intentos que hacen esos sectores de trazar pautas a la
historia, no será posible borrar los cientos de asesinatos de jóvenes como
el de Otto Morales, Amín Abel, Flavio Suero, Sagrario Elcira Díaz,
Francis Caamaño, Orlando Martínez, Homero Hernández, Amaury
Germán Aristy, Maximiliano Gómez y los cinco dirigentes del club Héctor
J. Díaz, entre tantos jóvenes que cayeron victima de la represión y la
intolerancia.

Nunca se van a olvidar, con la celebración de actos de alabanzas, la


colocación de monumentos y la designación de lugares públicos con su
nombre, los encarcelamientos, las persecuciones y las deportaciones
injustas de que fueron víctimas sus adversarios. Tampoco la violación a
las más elementales normas de derecho y a libertad de los ciudadanos,
las limitaciones al derecho a reunión, a la sindicalización, a la libre
expresión y difusión de las ideas etc., así como desaparición de destacados
opositores entre ellos Guido Gil, Henry Segarra Santos y el profesor
Narciso González.

Herencias como la corrupción administrativa, el enriquecimiento ilícito, el


clientelismo y el paternalismo, el pago con los fondos públicos de nóminas
a personas que no rinden ninguna labor, la distracción del patrimonio
público en beneficio de particulares, el uso del poder y los recursos del
Estado para mantenerse en el gobierno, la politización de las Fuerzas
Armadas, etc. , son males que se han establecido como parte de la cultura
política dominicana, y que tienen sus orígenes en las administraciones
del Dr. Balaguer, aunque hay que admitir que algunos de los gobiernos
que le sucedieron, han superado con creces la profundización de algunos
de esos vicios.

Podrán colocar el nombre de Balaguer a todo lo que se construyó en su


gobierno y otras obras construidas por sus sucesores, no importa que le
pongan su nombre a la república, por suerte todavía el juicio de la
historia es sereno y siempre se encarga de colocar a cada quien en el
lugar que le corresponde, no en el que cada uno desea estar. Los que
pretender retorcer los acontecimientos también serán juzgados. De ello
hay muchos ejemplos.

En buena hora Charlie Mariotti


La decisión adoptada por el senador de Monte Plata, Charlie Mariotti,
de vender las dos exoneraciones que “por ley le corresponden”, para
invertir el dinero en la realización de obras en beneficio de las
organizaciones representativas de su provincia, constituye un gesto que

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merece el reconocimiento de todos. El senador Mariotti vendió la
primera exoneración y con el dinero derivado de esa operación le donó
RD$600,000.00 (seiscientos mil pesos) al Bloque 2 de Asociaciones de
Productores de Cacao, entidad que agrupa a más de 2,000 agricultores
organizados en unas 40 asociaciones de base en toda la provincia.

Ese dinero será utilizado en la construcción de un moderno secadero que


permitirá mejorar la calidad del producto y por vía de consecuencia los
ingresos de los productores del tradicional cultivo que tiene como
destino los mercados internacionales.

En esa misma dirección el congresista hizo entrega de RD$200,000.00


(doscientos mil pesos) a la Asociación de Baloncesto Superior de la
provincia de Monte Plata, para el fortalecimiento de la entidad
representativa de la juventud. Además, prometió vender la segunda
exoneración y dedicar el dinero que obtenga por dicha venta, a la
construcción de un Santuario al Santo Cristo de Bayaguana.

Nosotros que hemos mantenido desde este espacio, el reclamo de que se


elimine todos los privilegios que se han establecido en el Congreso
Nacional en beneficio de los legisladores, como consecuencia del
deterioro y el descrédito que ha envuelto a esa entidad en los últimos
años, entiéndase las señaladas exoneraciones de vehículos, el
financiamiento a las Organizaciones no Gubernamentales (ONG´s) de
los diputados y senadores, las nóminas y nominillas parasitarias, los
llamados fondos de solidaridad, etc., queremos reconocer y saludar la
decisión de este legislador a favor de la gente de su pueblo.

La actuación del senador de Monte Plata, aparece como una nota


discrepante con relación a la actitud que prevalece en la mayoría de los
legisladores, los cuales entienden que no deben renunciar a las
“conquistas ganadas” por quienes les precedieron. Un ejemplo de ello
fue lo ocurrido con los fondos asignados a sus ONG´s, quienes
solamente aceptaron prescindir de ellas, después que el presidente de la
República, le ordenó al director de la Oficina Nacional de Planificación
(ONAPLAN), excluir a esas entidades del presupuesto correspondiente al
próximo año.

Los congresistas están llamados a reencontrarse con el rol que les


corresponde, que es en primer lugar, el de hacer leyes y aprobar
proyectos en beneficio del país y de las demarcaciones que representan;
pero al mismo tiempo deberán responder a los requerimientos de los
pobladores de sus respectivas comunidades, no llevando “ayudas” para
beneficiar a familiares, amigos y relacionados, si no más bien

82
gestionando por ante las agencias gubernamentales las inversiones
correspondientes a sus áreas de intervención, procurando apoyo para las
organizaciones sociales y comunitarias y canalizando para que los
programas de acción social del gobierno lleguen a las personas más
desfavorecidas de sus provincias.

Pero al mismo tiempo los legisladores tienen que jugar un rol activo para
incidir en la elaboración de la ley de presupuesto, de forma que se
incluyan las obras locales que demandan las poblaciones
correspondientes a sus circunscripciones.

A través de los años, los respectivos gobiernos que hemos tenido, se han
caracterizado por una marcada inclinación hacia la concentración de la
inversión pública en obras monumentales y de relumbrón en los
principales centros urbanos, dejando a un lado las pequeñas obras que
demandan las poblaciones como son el arreglo de carreteras, caminos
vecinales y calles, la construcción de acueductos, escuelas, centros de
salud, viviendas, etc., las cuales constituyen necesidades de alto interés
para la gente que residen en esas comunidades. Nadie más que los
legisladores conocen esta realidad, por lo que son los más llamados a
demandar que se produzca una distribución equitativa en la
programación de la inversión pública, para que la misma llegue a todo el
territorio nacional.

Saludamos el desprendimiento del señor Charlie Mariotti en beneficio de


la humilde y laboriosa gente de Monte Plata, y le exhortamos a
continuar, su peregrinaje en procura del desarrollo de esa provincia. En
buena hora Charlie. Esperamos que otros se animen y sigan tu ejemplo.

La renuncia de Danilo Medina

La decisión del licenciado Danilo Medina de renunciar al cargo de


Secretario de la Presidencia, para dedicarse exclusivamente a los trabajos
políticos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), era un asunto
que se veía venir. La forma como fue canalizada la dimisión constituye
una muestra del respeto que tiene el alto dirigente peledeístas por el
gobierno y por la disciplina y los métodos de trabajo de la organización a
que pertenece. Su renuncia se produce en una discreta rueda de prensa,
convocada en un hotel, con apenas dos horas de antelación, lo que evitó
que el lugar se abarrotara de sus seguidores, como hubiese sido el deseo
de la mayoría de éstos.

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La renuncia causó sorpresa por el momento en que se produjo,
precisamente cuando el gobierno se encuentra enfrentado a sectores
políticos, empresariales, sindicales y populares, que rechazan la
anunciada Reforma Fiscal que tiene en agenda la administración del
presidente Fernández, para afrontar el déficit presupuestal. Pero al mismo
tiempo que aumentan los reclamos de organizaciones gremiales por
incrementos saláriales, también crece la presión de cientos de
comunidades que consideran que han sido abandonadas a su suerte y se
acrecientan las críticas por lo que entienden como una alta inversión del
gobierno en la construcción del Metro en la ciudad de Santo Domingo.

La decisión adoptada por el ex secretario de la presidencia le permitirá


por un lado, organizar sus fuerzas para competir por la candidatura
presidencial de su partido, en la contienda interna que se aproxima, y por
el otro separarse un poco de las medidas a que está abocado a poner en
ejecución la administración del presidente Fernández, las cuales
acarrearan sus secuelas de descontento e impopularidad para el
gobierno.

El licenciado Medina ha sido uno de los principales arquitectos de los


éxitos políticos alcanzados por el Partido de la Liberación Dominicana y
del presidente Fernández en particular, pero al mismo tiempo es
considerado como un gran estratega en materia de política electoral, por
lo que el paso que acaba de dar indudablemente que fue bien calculado y
ponderado.

En sus aspiraciones presidenciales Danilo cuenta con varios puntos a


favor. En primer lugar su amplia relación con la estructura y la
militancia partidaria a todos los niveles, quienes lo ven como el dirigente
con mayor empatía y proximidad a sus anhelos y de las demarcaciones
que representan. En segundo lugar el PLD y el presidente Fernández
promovieron durante las pasadas elecciones presidenciales la creación de
un “Frente Antireeleccionista” para enfrentar la repostulación del
presidente Hipólito Mejía y al mismo tiempo se consagró en el programa
de gobierno del partido “la no reelección presidencial”, lo que se
convierte en obstáculos para los partidarios de la reelección articular un
discurso reeleccionista al interior de la organización. En tercer lugar, el
presidente Leonel ha alcanzado la Presidencia de la Republica en dos
ocasiones, con el apoyo del partido morado, lo que lo convierte en el
peledeísta más aventajado, por lo que tiene lógica la propuesta de que es
tiempo de dar oportunidad a otro dirigente.

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Por último, estimo que la decisión del licenciado Danilo Medina de optar
por la candidatura presidencial del PLD, si es que finalmente esa es su
decisión, contribuye al fortalecimiento de la democracia al interior de la
organización partidaria. No veo razones para la preocupación que han
expresado algunos sectores sobre las posibilidades de advenimiento de
una crisis que ponga en juego la unidad del partido. La democracia es
eso, el que gane es el candidato, el que pierda está en la obligación de
apoyar al ganador.

5-Otros Temas
Gobierno enfrenta críticas al entrar en su tercer año
Muchos son los que sostienen que cuando un gobierno llega a la mitad de
su mandato, se produce una curva de descenso de su popularidad, que si
no se rompe la tendencia puede conducir hasta a la pérdida del poder
por parte de la fuerza política gobernante. Sostienen quienes sustentan
este punto de vista, que a partir de ese momento, quedan claramente
deslindadas las posibilidades que tiene una administración de aportar
soluciones para enfrentar los problemas nacionales, y sobretodo se
puede percibir cuales son las prioridades y a cuales no se le prestará la
mayor atención.

Esto trae como resultado que aquellos sectores que entienden que las
prioridades del gobierno no llenan sus expectativas, se pongan en pie de
lucha al considerar que se alejan las posibilidades de que el gobierno
encare los problemas que les atañen. También aparecen otros que se
deciden por retirar el apoyo a la gestión de gobierno, luego de llegar a la
conclusión que no han obtenido los beneficios que esperaban y optan por
inscribir sus esperanzas en otro proyecto.

En los últimos días el gobierno ha sido objeto de cuestionamientos


provenientes de sectores, que hasta este momento, se percibía que no se
encontraban colocados en una posición adversa a las políticas que
implementa la presente administración. Por el contrario se consideraba
que muchas de esas medidas contaban con el apoyo de esos sectores.

Entre las críticas más agudas, se destaca la formulada por la señora


Elena Viyella de Paliza, presidenta del Consejo Nacional de la Empresa
Privada (CONEP), quien en una conferencia dictada en la Cámara
Americana de Comercio, señaló que en el país “se ha perdido la
percepción de autoridad”, abogando, además, porque tanto el gobierno

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como los demás poderes del Estado “establezcan un verdadero régimen
de respeto a las leyes”.

La presidenta del CONEP, se quejó además, del retraso en la


aprobación de proyectos de leyes que son requisitos para cumplir con el
acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y para la
entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio con los Estados
Unidos. También fue enfática en demandar una solución definitiva al
problema energético; así como la aplicación de una política de
austeridad para reducir el gasto público.

Llama poderosamente la atención que en la disertación de la señora


Viyella, ésta hiciera alusión, en varias oportunidades, al supuesto
“orden” que imperaba en el país durante la dictadura de Rafael
Leonidas Trujillo y además que pusiera como ejemplo, el bajo índice de
delincuencia que existe en la China Comunista, a pesar de la alta
población que tiene el país asiático. Es como si el nivel de frustración la
incitara a dudar de los mecanismos democráticos y estuviera apelando
al establecimiento del “orden” por cualquier vía.

En ese mismo tenor se inscribe un comunicado publicado en la prensa


por la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS), en el que hace
fuertes críticas al gobierno por lo que considera como incumplimiento de
leyes y disposiciones vigentes. Entre ellas refiere: La Declaración Jurada
de Bienes, la Ley de Compras y Contrataciones de Bienes, Obras,
Servicios y Concesiones, la Ley de Educación, la Ley que castiga el
Fraude Bancario, la Ley de Servicio Civil y la Carrera Administrativa, y
las disposiciones que regulan el tránsito vehicular.

Sorprende la posición asumida por la entidad de la “Sociedad Civil” de


retirar su apoyo a la propuesta del presidente Leonel Fernández de
modificación de la Constitución, calificándola como “extemporánea”.
Dicen que “la mejor manera de contribuir a la institucionalización del
país en este momento, no es aprobando una nueva Constitución, sino
creando una verdadera cultura de cumplimiento de la ley y de la
Constitución que actualmente nos rige”.

Lo chocante de la radical postura adoptada por la FINJUS, es que esa


institución había mantenido durante los últimos años el reclamo de que
nuestro país requiere de una reforma a la Constitución, para corregir
las contradicciones que contiene como fruto de las modificaciones
coyunturales a que ha sido sometida en varias ocasiones; así como para
introducir cambios políticos e institucionales acorde con los
requerimientos que demandan los nuevos tiempos. Sin embargo, ahora

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cuando se ha iniciado un proceso para alcanzar ese objetivo, la entidad
sorprende objetando que se continué con el proceso.

Otro sector que también ha arreciado las críticas y reclamos al gobierno,


en los últimos días, es la Iglesia Católica que por diferentes vías ha
dejado oír su voz. A través de su órgano de difusión, el semanario
Camino, llama la atención, señalando que los avances logrados por el
gobierno en otras áreas “pierden brillo” como consecuencia de la grave
crisis del servicio energético que mantiene al país sumido en la
oscuridad. La iglesia reclama que se le busque una rápida solución a ese
problema que mantiene desesperada a la población dominicana. A esta
petición hay que agregar la formulada por Monseñor Camilo, obispo de
La Vega, en la homilía celebrada en el “Santo Cerro”, el día de Las
Mercedes, en la que el prelado, continuando su peregrinaje desde hace
más de un año, demandó nuevamente del gobierno la rápida
terminación de la carretera La Vega –Moca.

En esa misma dirección, el Secretario del Episcopado Dominicano,


Monseñor Ramón Benito Ángeles, hablando ante miles de jóvenes en un
acto de graduación de los centros Apec que imparten Educación a
Distancia, celebrado en el Palacio de los Deportes, proclamó que “el
pueblo quiere ver más señales de sus políticos, legisladores y líderes
nacionales que iluminen el sendero gris que vive el país ante el miedo, la
corrupción, la violencia, el incontrolable tráfico de drogas y la
perversión de menores”.

En definitiva, todo parece indicar que a partir de ahora, la presente


administración se verá enfrentada a mayores cuestionamientos por
parte de los sectores empresariales, sindicales, populares, religiosos y de
la sociedad civil. Sin embargo lo sensato es que el gobierno sepa
diferenciar entre las críticas motivadas por intereses políticos o
corporativos particulares, y aquellas que tienen fundamento y que
requieren de la atención por parte del gobierno y sus instituciones.
Escuchar los reclamos de la gente y saber discernir las pertinencias e
intenciones de sus planteamientos es una opción de sabios.

¡Go Home Yanquis!

La derrota de los Yanquis de Nueva York, en la primera ronda de los


playoff correspondiente a la presente temporada de béisbol de Grandes
Ligas, ha creado gran conmoción entre los seguidores del equipo del
Browx. Con la eliminación de la multimillonaria novena de George
Steimbrenner, por sexta temporada consecutiva, aumentan las conjeturas

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acerca de su desmantelamiento y una posible renovación para la
próxima temporada, que podría incluir el despido de su dirigente y de
varios de los jugadores que integran el plantel.

Y es que un equipo con una nómina superior a los 205 millones dólares,
que concentra en su fila a grandes y millonarias luminarias como Alex
Rodríguez , el jugador mejor pagado (US$21,680,727.00), Derek Jeter
(US$20,600,00.00), Randy Jonson (US$15,661,427.00), Jason Giambi
(US$20,428,571.00), Gary Sheffied (US$10,756,171.00), Hideki Matsui
(US$13,000,000.00) , Johnny Damon (US$13,000,000.00) , Jorge Posada
(US$12,000,000.00), Bobby Abreu (US$13,000,000.00), Mariano Rivera
(US$10,500,000.00) y Mike Mussina (US$19,000,000.00) ; así como con
un manager de la categoría de Joe Torre (US$7,000.000.00), se entendía
que lo único que podía justificar esa inversión era obteniendo la corona de
la Serie Mundial.

La humillante derrota, adquiere mayor significación por provenir de los


Tigres de Detroit, un conjunto que apenas dos años atrás había perdido un
total 119 partidos en la temporada regular y cuya nómina correspondiente
a la presente temporada, de US$68,998,183.00, representa menos de la
tercera parte de la pagada por el equipo neoyorquino.

Pero es que en el béisbol, al igual que cualquier otro deporte, no es


cuestión de nombre, sino de acoplamiento. Steimbrenner con sus millones
puso los hombres en el terreno de juego, pero faltó el juego de equipo, el
individualismo primó en las actuaciones de la mayoría de los jugadores.

Alex Rodríguez, que no estuvo a la altura que se esperaba, fue


vilipendiado y tomado como “chivo expiatorio”, por medio de una gran
confabulación que incluía a gran parte de la fanaticada, algunos
jugadores, y porqué no, a la propia dirección del equipo, que como una
forma de desmoralizarlo lo mantuvo durante las últimas semanas sin
posición en la alineación, llegando al colmo de situarlo como octavo en el
orden al bate en el último juego de serie.

El trato dado a Alex Rodríguez dejaba la impresión que en el equipo se


tenía la seguridad de que saldrían airosos y querían demostrar que podían
hacerlo sin contar con el aporte del jugador de origen dominicano. Esto
así, porque a lo largo los problemas que confrontó el deportista, no
recibió apoyo que se estila, ni de los compañeros de equipo,
especialmente del capitán Derek Jeter, ni de la dirección del conjunto. Por
el contrario, lo que obtuvo fue una andanada de críticas y

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desconsideraciones que contribuyeron a profundizar el mal momento por
el que estuvo pasando el talentoso jugador.

El equipo de los yanquis, con esta derrota, pasa a formar parte de una
serie de súper conjuntos que en diferentes disciplinas deportivas han sido
descalificados en diferentes competencias mundialistas en lo que va del
año 2006. Recordemos la eliminación, en el Clásico Mundial de Béisbol,
de los poderosos equipos de Estados unidos, República Dominicana,
Venezuela y Puerto Rico, por parte de un descocido equipo de Japón y de
la novena amateur que representó a Cuba.

En la Copa Mundial de Football 2006, corrieron la misma suerte los


combinados de Brasil y Alemania, considerados como favoritos para
alzarse con la copa que finalmente obtuvo el equipo italiano. Y no
olvidemos la humillante derrota que sufrió en el Mundial de Baloncesto
el poderoso “Dream Team” de los Estados Unidos, equipo que había sido
estructurado para tratar de vengar la derrota que le habían propinado en
el mundial anterior.

En el deporte, como en cualquier actividad de la vida, no hay enemigo


pequeño. Los yanquis podrán reestructurarse adquiriendo nuevos y
talentosos peloteros, sin embargo para volver a alcanzar el éxito que lo
llevó a obtener cuatro coronas consecutivas al final de la década pasada,
tendrán que acoplar un Team con jugadores que depongan el
individualismo en beneficio del juego de conjunto.

Hoy los seguidores de los yanquis se lamentan por la sorpresiva y la


decepcionante derrota sufrida por su poderosa maquinaria, en tanto
quienes hemos inscrito nuestra simpatía en equipos menos portentosos,
podemos repetir con satisfacción: Go Home Yanquis.

Aquí de nuevo

Regreso de nuevo después de varias semanas sin hacer entrega de mis


modestos comentarios a través de esta columna. Ello provocó que algunos
de mis lectores me comunicaran por diferentes vías su inquietud acerca
de los motivos por los cuales había desaparecido mi Observatorio de este
portal, como lo venía haciendo semana tras semana.

Agradezco profundamente su preocupación y aprovecho para decirle que


la ausencia obedeció simplemente a mi decisión de tomarme unos días
para observar la marcha de los acontecimientos nacionales con la

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finalidad de evaluar la pertinencia de los puntos de vistas que sustento
acerca de los problemas del país.

Durante mi ausencia el país continuó su marcha y fuimos testigos de una


cantidad de hechos y acontecimientos ampliamente debatidos por
diferentes sectores y que ocuparan la atención de toda la opinión
pública nacional. Veamos algunos de ellos:

La renuncia del licenciado Danilo Medina a su cargo como secretario de


la presidencia del gobierno, según sus propias palabras, para reflexionar
y escuchar la opinión de seguidores y relacionados acerca de su
intención de optar por la candidatura presidencial de su organización
para las próxima elecciones, ha “soltado los demonios” en el seno del
Partido de la Liberación Dominicana (PLD), dando lugar a una
desenfrenada lucha interna entre los que apoyan al ex secretario de la
presidencia y aquellos que promueven la reelección del presidente Leonel
Fernández. Esta situación ha desbordado los procedimientos, métodos de
trabajos e incluso la propia disciplina de la organización política, lo que
ha ocasionado preocupación en parte de su dirección, quienes estuvieron
demandando durante los últimos días del Comité Político asumir el
control de la situación antes que sea demasiado tarde. Finalmente ese alto
organismo se reunió y designó una comisión a la que encargó de elaborar
un plan para la elección del candidato presidencial para los comicios del
2008. Esperemos a ver si esta medida logra atajar las acciones
desmedidas que han brotado al interior del partido morado.

El Senado de la República, finalmente escogió a los nuevos miembros de


la Junta Central Electoral (JCE), integrada por nueve jueces, entre ellos
representantes de los principales partidos políticos. La medida ha sido
bien acogida por amplios sectores del país, tanto por la integridad de
quienes la componen como por la forma en que los mismos fueron
escogidos, dejando atrás los traumas que se habían producido en
ocasiones anteriores. Sin embargo hay que destacar que el Senado optó
por mantener la composición del organismos sin alteración, es decir,
compuesto por el mismo número de jueces y dividida en dos cámara, una
Administrativa integrada por tres miembros, la cual tiene la
responsabilidad de organizar y administrar los procesos electorales, y
una cámara Contenciosa integrada por otros cinco jueces que en realidad
no tiene ninguna razón de ser, pero que contribuirá a abultar la nómina y
los gastos del organismo, tomando en consideración que éstos jueces
devengan sueldos superiores a los $RD 197, 000.00 mensuales, altos
viáticos, gastos de representación, celulares, vehículos, combustibles,
secretarias, asistentes, choferes y seguridad, etc. En ese sentido los

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honorables senadores no hicieron caso a los reclamos de que se redujera
el número de miembros a cinco como era antes de la designación de la
junta anterior, cuya ampliación se produjo para resolver la crisis que se
originó con su nombramiento.

Desde la misma Junta Central Electoral se comienzan a divulgar los


desastres que realizaron los pasados integrantes del organismo. Entre
éstos se destaca que los mismos modificaron el reglamento
correspondiente al plan de Retiro, Pensiones y Jubilaciones, para otorgar
pensiones especiales a relacionados suyos que no aplicaban para ser
beneficiarios con dicho plan, tanto por su edad como por el tiempo de
servicio en la institución. Dichos jueces también se jubilaron ellos mismos
de por vida con asignaciones que oscilan entre $RD 97,000.00 y $RD 200,
000.00 pesos mensuales. ¿Qué les pareces amigos?

El tema de la Reforma Fiscal o “Rectificación Fiscal” ésta siendo


ampliamente debatido desde hace varias semanas. El Presidente de la
República tuvo dos comparencias públicas para abordar la misma, en a
primera presentó un esbozó de lo que sería la “rectificación”, lo que
encontró un amplio rechazo de los sectores empresariales, sindicales,
políticos y populares. Luego compareció nuevamente para rectificar la
propuesta original, la cual fue finalmente enviada al congreso con
gravámenes a las bebidas alcohólicas, los cigarrillos, las bancas de
apuesta, los registros y circulación de los vehículos, los combustibles y
los servicios de seguros, entre otros. En principio la propuesta ha sido
acogida, sobre todo porque fueron dejadas sin efecto las pretensiones
originales de gravar varios artículos de la canasta familiar.

Organizaciones choferiles y sindicales, encabezadas por la Central


Unitaria de Trabajadores del Transporte (CNTU) con el apoyo de las
cúpulas de los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformistas
Socialcristiano (PRSC) convocaron a un paro general de actividades para
protestar contra la pretendida reforma fiscal programada por el
gobierno, la población desatendió el llamado concluyendo el mismo en un
fracaso total y dejando mal paradas a las organizaciones políticas que
comprometieron su respaldo a esa desesperada y anárquica aventura.

La delincuencia continúa su agitado curso, siguieron los asaltos, atracos


y asesinatos de laboriosos ciudadanos. Entre éstos se destaca la muerte
del señor Luis Fernando Rodríguez Montán (a) Papito, un dominicano
ejemplar que realizó grandes aportes a los procesos de democratización
del país por medio de una activa participación política y sindical durante
la dictadura de Trujillo y en los tenebrosos doce años de gobierno del
doctor Joaquín Balaguer. Papito pierde la vida, de acuerdo a la versión

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policial, luego de ser secuestrado cuando visitaba una vivienda de su
propiedad ubicada en la urbanización Juan Pablo Duarte en el municipio
de Santo Domingo Este. Los autores del horripilante crimen fueron un
grupo de jóvenes integrantes de una banda, los cuales se encontraban en
libertad a pesar de contar con un amplio “historial delictivo”

Todavía seguimos esperando las acciones que el doctor Franklin Almeida,


Secretario de Interior y Policía, anunció como parte complementaria del
Plan Nacional de Seguridad Democrática para el control de la
delincuencia. Dicho funcionario señaló que se estaba elaborando un
mapeo de la delincuencia lo que iba a permitir dar seguimiento y
mantener a raya a los delincuentes donde quiera que se encuentren, sin
embargo hasta ahora todo parece indicar que estos siguen actuando
libremente y sin ningún control. Pongámonos las pilas que hay muchos
ejemplos en países cerca de nosotros donde esos problemas han sido
controlados, para ello sólo se requiere decisión y voluntad.

Una niña de 9 años fue muerta al ser alcanzada por una “bala perdida”,
disparada por uno más de los tantos gatillos alegres que actúan sin
control en todo el territorio nacional. La nueva víctima fue Yokasty de la
Rosa residente en el sector de Los Alcarrizos. ¿Cuál será la próxima
víctima?

Las denuncias de corrupción tampoco han estado ausente durante estos


días, en el Departamento de Pensiones y Jubilaciones de la Secretaria de
Estado de Finanzas se destapó un fraude superior a los cincuenta millones
de pesos en perjuicio de miles de humildes ciudadanos y ciudadanas que
devengan miserables pensiones de dos y tres mil pesos mensuales después
de haber pasado toda su vida prestando un servicio al país. En esta
mafiosa operación están involucrados, de acuerdo a las investigaciones
preliminares, funcionarios y empleados de la pasada y presente
administración. Esperamos que los autores no queden impunes como ha
ocurrido en tantos casos similares.

En un atentado a la libertad de prensa, el periodista Adolfo Salomón fue


cancelado de Color Visión luego de un incidente con el Cardenal
Monseñor de Jesús López Rodríguez ocurrido en un acto que tuvo lugar en
la Secretaría de Estado de la Fuerzas Armadas. El incidente se originó
cuando el periodista le formuló una pregunta que molestó al prelado,
quien regañó al comunicador señalándole que éste era reincidente al
atacarle a través de preguntas “necias”. Todo parecía indicar que este
hecho no pasaría de ser un simple incidente periodístico, sin embargo la
nota discordante la puso el Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas,
teniente general Ramón Aquino García, quien a raíz del suceso envió una

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comunicación al medio en que laboraba el periodista solicitando que el
mismo sea “censurado”, lo que dio lugar a la cancelación del
comunicador.

Así ha estado el país, lo más probable es que si me hubiese mantenido


activo durante estos días, habría producido un artículo sobre cada uno de
estos temas, sin embargo esto no se produjo y todo siguió su curso. Todo
parece indicar que los tomadores de decisiones y ejecutores de Políticas
Públicas se sienten satisfechos con la marca de los acontecimientos y que
el que está desfasado en este medio soy yo. No obstante seguiremos
adelante.

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