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Universidad Central de Venezuela – UCV

Facultad de Arquitectura y Urbanismo – FAU


Dirección de Postgrado

Curso: Filosofía de la Ciencia I: de los Griegos al siglo XIX.

Trabajo Final del Curso

Profesor: Alfredo Vallota

Estudiante: Darío Álvarez

Caracas, febrero - marzo de 2004


Leibniz y el problema que debe resolver un arquitecto

Justificación

Nuestro medio utiliza predominantemente el enfoque mecanicista de Newton en


relación al espacio, tiempo y materia, que son, en esencia, el campo donde se
desarrolla la Arquitectura. Leibniz consideró a estos de manera muy diferente a
Newton, como puede evidenciarse de la polémica entablada con sus cartas a
Clarke (1715 - 1716, este último manifiestamente newtoniano acérrimo en su
planteamientos)
HAY SOSPECHAS QUE ERA EL MISMO NEWTON EL QUE ASESORABA A
CLARKE, SOLO QUE ERA DEMASIADO IMPORTANTE PARA INTERCAMBIAR
CARTAS CON Leibniz.
Si bien los filósofos que estudiamos durante el curso abordaron los temas espacio,
tiempo y materia, el caso de Leibniz resulta un desafío a la reflexión personal, ya
que por una parte en su obra no dejó libros – o un libro - en particular (a diferencia
de, por ejemplo, Descartes con sus “Meditaciones”, o el “Tratado de la Naturaleza
Humana” de Hume); y por la otra sus ideas son más complejas y ricas para
ejercitar una interpretación, debido a que en el pensamiento leibniziano el orden
lineal queda sustituido por un orden radial que se configura a medida que la red se
teje, haciendo que cada enlace defina su lugar en él con respecto a los demás de
forma cambiante, compleja y mediante relaciones de mutua dependencia (Garber,
1998) Niega la existencia del vacío, siendo mérito de Leibniz que consideremos
que todo lo que nos rodea es espacio. ESTA ORACIÓN ES CONFUSA Y ADMITE
INTERPRETACIONES QUE NO SERÍAN LEIBNICIANAS. También a Leibniz
debemos la idea que un contexto puede simplemente imaginarse como un
determinado mundo posible (Dalla Chiara y Toraldo di Francia, 2001), que es la
tarea que usualmente desarrollamos en arquitectura cuando formulamos
alternativas de diseño (proyectación de soluciones posibles a requerimientos
funcionales, estéticos y constructivos)

Otra razón para comentar las ideas de Leibniz sobre espacio, tiempo y materia es
la universalidad de su pensamiento, producto de su peculiar espíritu a la vez
renacentista y enciclopedista, ya que prácticamente no hay campo del pensar y
hacer humano en el cual no se haya desempeñado (conjuga en si al homo rational
de la tradición griega y el homo faber que protagonizará la revolución industrial y el
modernismo, prestigiando lo artificial para satisfacer las necesidades del género
humano). Garber identifica a Leibniz como matemático, lógico, físico, teórico,
jurista, historiador, paleontólogo, geólogo, lingüista, diplomático, interesado
vivamente por la medicina, la biología, la química, la administración, siendo el
mismo inventor y notable ingeniero; no hay ámbito del saber que poseyó que no
haya transformado o por lo menos enriquecido notablemente.

Siendo protestante dedicó gran parte de su esfuerzo a razonar la reunificación de


las iglesias, sosteniendo importantes y continuos vínculos con la jerarquía católica;
de allí la trascendencia de su trabajo sobre la creación, que a veces compara con
el problema que debe resolver un arquitecto – particularidad que resulta muy
interesante a efectos de repensar nuestro trabajo, que integra aspectos artísticos y
científicos en formas complejas que apenas permiten encontrar límites entre una y
otra actitud o desempeño.

Sobre el Mecanismo de la Creación y el Tiempo

Leibniz trató la tesis del “mecanismo” de la creación, que puede entenderse como
la solución al problema de encontrar el mejor conjunto de existencias en el marco
de las verdades eternas, lo cual a veces comparó con el problema que debe
resolver un arquitecto cuando proyecta una obra, ya que este también debe
adecuar los materiales de que dispone a los fines que persigue, así como a los
cánones y las posibilidades económicas (Garber, 1998)

Siendo espacio, materia y tiempo campo de trabajo del arquitecto, a la vez que los
tres grandes conceptos de la física moderna clásica (mecanicista), resulta
interesante la lectura y reflexión de Leibniz por su original interpretación de estos,
tan diferente al espacio y tiempo cartesianos o de las propuestas newtonianas
(divergencias reflejadas en la polémica correspondencia que sostuvo con Clarke,
la cual más adelante trataremos en mayor detalle)

Mientras que Newton defendía un tiempo absoluto al que consideraba como


“Sensorium Dei” (cercano al concepto de continente vacío), Leibniz lo
consideraba como una relación, como el orden universal de los cambios, el orden
de sucesiones. Para Newton el tiempo pierde definitivamente su carácter
trascendente y deviene nuevamente una realidad, ESTO NO SE ENTIENDE BIEN,
PORQUE POR SER TRASCENDENTE ES EQUIVALENTE A DECIR QUE TIENE
REALIDAD INDEPENDIENTE DE LA MENTE. pero que posee ahora entidad por
sí misma y no mantiene ya, por tanto, su esencial solidaridad con el movimiento ni
con un fin, lo cual, por otro lado, no deja de ser la consecuencia de la culminación
del paso de una visión teleológica del acontecer a una mecanicista. EL RESTO DE
LA ORACIÓN TAMPOCO ESTÁ CLARO Su formulación más clara se halla en los
Principios Matemáticos de Filosofía Natural: “...El tiempo absoluto, verdadero y
matemático, en sí y por su naturaleza, fluye igualmente sin relación con nada
externo [...] El espacio absoluto, por su naturaleza, y sin relación con nada externo,
permanece siempre semejante e inmóvil...”

El tiempo y el espacio, por tanto, no son, -según Newton-, un puro accidente de


los cuerpos sino independientes de ellos, que están y se mueven en su seno. De
este modo quedó definido para la dinámica un sistema único de referencia para el
reposo y el movimiento, pero que no está constituido por un cuerpo o conjunto de
cuerpos, de manera que los movimientos son relativos, pero el espacio y el tiempo
no. TAMBIÉN HAY EN NEWTON UN ESPACIO Y TIEMPO RELATIVOS.
Contra esta concepción radicalmente realista del tiempo, Leibniz pretende
recuperar un tiempo inseparable de las cosas al concebirlo sencillamente como
relación entre cosas no simultáneas; podríamos decir como ordenación entre las
mismas según relaciones de “antes” y “después”.

Newton versus Leibniz – combate a cinco asaltos


LO LEO INFLUENCIADO POR EL LENGUAJE MILITARISTA MESMO EN BOGA.

La polémica entre el pensamiento newtoniano y las interpretaciones leibnizianas


quedó reflejada en la correspondencia sostenida entre Leibniz y Clarke, quien a
su vez actuaba como portavoz de Newton (como han demostrado autores varios,
en comunicación con el mismo) No obstante, estas dos concepciones, la
absolutista de Newton y la relacional de Leibniz, ambos compartían la creencia
en una serie de propiedades del tiempo, al considerarlo continuo, homogéneo,
ilimitado, fluyente, único e isotrópico (Martínez Riu y Cortés Morató, 1999). Por
ello, a pesar de lo conceptualmente importante que resultaba caracterizar al
tiempo como realidad absoluta o como mera relación, a efectos prácticos, las dos
concepciones eran igualmente deudoras de los principios fundamentales del
mecanicismo, o mejor a la inversa: el mecanicismo era deudor de esta
concepción del tiempo.

Las cuestiones expuestas en la edición latina de la Óptica de Newton (1706), y en


su Escolio General de la Segunda Edición de sus Principia (1713) originaron una
insistente discusión epistolar entre Gottfried W. Leibniz (1646-1716), y Samuel
Clarke (1675-1729), intercambio promovido y mediado por la Princesa Carolina
de Gales, en un intento de acercar a los dos pensadores que ella tanto apreciaba
(Newton y Leibniz) que se habían enzarzado en el conflicto de prioridad sobre el
descubrimiento del cálculo diferencial1. Intercambio epistolar y polémica que se
extendió desde noviembre de 1715 hasta octubre de 1716. Consta de cinco
“asaltos”, en los que Leibniz propone en francés sus críticas al sistema
newtoniano y Clarke responde detalladamente a ellas en inglés, para ser de
nuevo criticado. El tono de la discusión iba endureciéndose cada vez más, y fue
sólo detenida por la muerte de Leibniz, que le impidió criticar la quinta respuesta
de Clarke.

En el primer asalto Leibniz tilda de escandaloso lo que dice leer en la Óptica de


Newton, que “...Dios necesita dar cuerda a su reloj de tanto en tanto”; ya que eso
sería hacer a Dios “...mal maestro relojero...”, e introducir la necesidad de milagros
en el orden natural (no sólo en el de la gracia). TAN O MAS INTERESANTE ES
EL PUNTO TRES, DONDE ESTABLECE QUE EL ESPACIO ES UN SENSORIO
DEI, LO QUE EQUIVALDRÍA A DECIR A QUE EL ESPACIO ES DIVINO, O DIOS,

1
La etapa más dura de este conflicto, ocasionada por el Commercium Epistolicum, abarca los
años 1708 - 1714 (García Doncel, ¿?) Si bien actualmente utilizamos la notación de Leibniz,
paradójicamente en el cálculo de estructuras para el cual frecuentemente aprovechamos la misma
el enfoque adoptado es de un tiempo absoluto, estático – un sistema físico típicamente newtoniano.
COMO SE LO DESTACA EN LA TERCERA CARTA Y LO REITERA EN LA
QUINTA, Y EL ARGUMENTO POR EL QUE NO PUEDE SERLO. LA
RESPUESTA EN ESTE SENTIDO DE CLARKE TAMBIÉN ES INTERESANTE. A
lo que Clarke responde haciendo ver la diferencia entre el artífice humano, que
sólo ensambla cosas creadas independientes de él, y el divino, que está creando y
preservando las fuerzas originales y los poderes motrices; y notando que la
postura leibniziana (próxima al deísmo) lleva al materialismo y el fatalismo, donde
excluye la providencia, introduciendo un reinado “nominal” de Dios sobre la
creación (primera carta de Leibniz y primera respuesta de Clarke,
respectivamente). EN ESTO CABE DISTINGUIR UNA DIFERENTE
CONCEPCIÓN DE DIOS, AUNQUE LA DE CLARKE PARECE ESTAR MAS
DESTINADA A SALVAR A NEWTON QUE A UNA MUY SÓLIDA, PUES PARECE
ENCERRAR LA IDEA DE QUE DIOS TIENE QUE HACER LAS COSAS CON
ERRORES PARA JUSTIFICARSE. EN CUANTO A LO DE SENSORIO, Leibniz
LO VUELVE A DESTACAR EN LA SEGUNDA CARTA, COMO PARA MOSTRAR
QUE EL ARGUMENTO DE CLARKE NO ES BUENO.

En el segundo asalto Leibniz insiste largamente en la imperfección que supondría


para la inteligencia divina el no prever los defectos y desajustes de su obra; pues
Dios es “...Inteligencia supramundana...” y no, como dicen algunos “...alma del
mundo...” (con lo cual parece satisfacer a la Princesa Carolina más que a sus
contrincantes epistolares). Clarke responde, también extensamente, que esos
“defectos” no son tales para Dios, pues Él no crea para desentenderse sino para
gobernar, y ellos entran en su diseño creador; que Dios no es “...Inteligencia
supramundana...” ni mundana, sosteniendo la concepción newtoniana de un
mundo contingente y un Dios providencialista (opuesta a todo deísmo). Para el
tercer asalto ya los encontramos enredados en un diálogo de sordos, al entender
Leibniz esa “fuerza activa” como energía cinética (concepto ausente en los
Principia) y Clarke como cantidad de movimiento. LAS DIFERENCIAS ENTRE
CLARKE Y Leibniz TIENEN FUNDAMENTO EN LA METAFÍSICA LAEIBNICIANA,
QUE NO ADMITE ALMA PARA EL MUNDO, QUE ES FENOMÉNICO Y
CONSIDERA QUE LA SUSTANCIA ES ESENCIALMENTE FUERZA, PERO NO
CINÉTICA, ES DYNAMIS, QUE SE MANIFIESTA EN LAS FUERZAS CON QUE
EXPLICAMOS MECÁNICAMENTE EL MUNDO, QUE NO ES REAL. PERO
NUEVAMENTE EL TEMA CENTRAL ES LA DIFERENTE CONCEPCIÓN DE
DIOS.

Durante el debate el tema del origen del cosmos es aducido incidentalmente por
Clarke, que busca su Razón Suficiente leibniziana 2, y la suele encontrar en la

2
El programa general de Leibniz puede equipararse al cartesiano: intentar deducir las leyes y
principios de la naturaleza a partir de unos cuantos principios metafísicos autoevidentes que
podían conocerse a priori, o sea sin referencia o contacto con la realidad. Leibniz postuló que,
para la ciencia, los dos principios metafísicos más importantes eran: ESTOS SON PRINCIPIOS DE
NUESTRA MENTE, QUE A SU VEZ DEPENDE DEL CONOCIMIENTO DE LAS VERDADES
ETERNAS, POR LO QUE NADA PUEDE HAY QUE NO RESPONDA A ESTOS PRINCIPIOS. SON
PRINCIPIOS DE LA CIENCIA PORQUE SON PRINCIPIOS DE LA POSIBILIDAD MISMA DE
PENSAR Y DECIR YO, Y SON PRINCIPIOS CON LOS QUE DIOS CONSTRUYÓ EL MUNDO.
Voluntad divina. Leibniz, sobre este tema del “commencement”, tiende a coincidir
(pero necesita encontrar la Razón Suficiente de la decisión divina, lo que enreda
su sistema). COMO BIEN SE LO SEÑALA Leibniz EN LA TERCERA CARTA,
DECIR PORQUE DIOS QUIERE (VOLUNTAD DIVINA) NO ES UNA RAZON
SUFICIENTE, PORQUE ESO SERIA RAZÓN PARA JUSTIFICAR CUALQUIER
COSA. Leibniz NO LO ENREDA, LO PONE CONTRA LAS CUERDAS, PARA
USAR EL LENGUAJE DEL COMBATE.

El tema de la conservación del cosmos se extiende a lo largo de los cinco asaltos.


Leibniz, que cree vivir en el mejor de los mundos POSIBLES y supone un total
determinismo capaz de fundar su “armonía preestablecida” EL DETERMINISMO
NO FUNDA LA ARMONÍA PREESTABLECIDA SINO QUE LA
ARMONÍAPREESTABLECIDA FUNDA EL DETERMINISMO. Leibniz FUNDA SU
FÍSICA EN SU METAFÍSICA. (mediante la cual nuestras almas creen conocer el
mundo y actuar en él), introduce hasta tres variantes del tema. Dos son filosóficas:
las intervenciones conservadoras de Dios suponen imperfección del Creador, e
introducen milagros en el orden natural. La tercera física: la “fuerza activa” del
universo se conserva.

AQUÍ PARECE INTERRUMPIRSE EL DISCURSO PARA PASAR A OTRO


TEMA, VINCULADO, PERO QUE NO ES CONTINUIDAD DEL ANTERIOR.
El Espacio, la existencia de vacíos y ¿qué es lugar, qué es espacio?

Para comprender como Leibniz interpreta el Espacio, nada mejor que leer con
mayo detenimiento ciertos pasajes de su correspondencia a Clarke.

1) El principio de contradicción, por el que juzgamos como falso lo que implica una contradicción, y
como verdadero lo que se opone o contradice a lo falso; y,
2) El principio de la razón suficiente, por el que aceptamos que nada puede ocurrir o existir (y
ninguna proposición puede ser verdadera) sin que haya una razón suficiente para que ello sea de
tal manera y no de otra, aunque generalmente tales razones no las podamos conocer.
Es importante señalar brevemente que Leibniz manejó estos dos principios para demostrar la
existencia de Dios y explicar la naturaleza del Universo. De acuerdo con Leibniz, no existen
razones intrínsecas suficientes para explicar la existencia de los cuerpos materiales, por lo que
tales razones deben existir en alguna entidad no material, que es Dios. El monoteísmo es
consecuencia obligada del principio de la razón suficiente, en vista de que, dados sus atributos,
sólo se necesita un Dios. TAMBIEN DEL PRINCIPIO DE IDENTIDAD DE LOS INDISCERNIBLES,
Y OTROS. Por el mismo motivo, todo lo que ese Dios hace es lo más perfecto posible NO PUEDE
HABER COSAS MAS O MENOS PERFECTAS,. HAY MEJORES O PEORES, PERO LA
PERFECCIÓN NO ADMITE GRADOS .aunque no todo lo que hace es absolutamente perfecto. LO
QUE LO LLEVA A ESTA CONTRADICCIÓN. Porque siendo Dios perfecto, la existencia sería
absoluta, sin vacíos o espacios libres, lo que (según Leibniz) la haría menos que perfecta. Aquí
cabe agregar otro principio importante para Leibniz, el de la "identidad de los indiscernibles", que
se deriva del principio de la razón suficiente y que niega que puedan existir dos cosas diferentes
que sean idénticas entre sí, porque entonces sería imposible señalar que son diferentes.
(Interpretación resumida del contenido de “La Ciencia para Todos, Volumen III: ¿Existe el Método
Científico?”, disponible en:
http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/ciencia/volumen3/ciencia3/161/htm/toc.htm
“...La palabra “espacio” denota, “en términos de posibilidad”, un orden de cosas, el
cual existe en el mismo tiempo, considerados como existiendo conjuntamente..."
(tercera carta de Leibniz, párrafo cuatro; citado en su cuarta carta, párrafo 41 y su
quinta carta, párrafo 29). Por otra parte, el espacio es meramente “...una cosa
ideal...” (quinta carta de Leibniz, párrafo 33; ver también el párrafo 104 de la
misma)

Leibniz explica “...cómo los hombres forman para sí mismos la noción del
espacio...” para lo cual comienza por decir que “...ellos [los hombres] consideran
que existen muchas cosas a la vez y observan en ellas cierto orden de co-
existencia, acorde al cual la relación de una cosa a otra es más o menos simple.
Este orden, es su situación o distancia...”

Consecuentemente, Leibniz tiene que presuponer uno u otro, que las distancias
entre los objetos físicos definen una función de distancia más fuerte, o más
complicadas “...relaciones de coexistencia...” geométricas. ESTA ORACIÓN NO
ENTIENDO QUE QUIERE DECIR. Luego podemos concluir que para Leibniz,
Espacio es “...una abstracción de distancias entre objetos físicos en tiempo, que
es compuesto por la mente humana y así solamente ideal...” (Malzkorn, 2000). ES
CURIOSO QUE LO QUE EL ESPACIO ES PARA Leibniz, NO LO DIGA Leibniz.
EN ESTE CASO LO QUE CORRESPONDERÍA DECIR ES QUE MALZKORN
ENTIENDE QUE EL ESPACIO SEGÚN Leibniz ES TAL COSA. También en su
quinta carta, Leibniz argumenta: “...He demostrado, que espacio es nada más
que un orden de la existencia de cosas, observado como existiendo juntos; y por
lo tanto la ficción de un universo material, moviéndose adelante en un espacio
vacío no puede ser admitido...”3

Para acercarnos a la comprensión de Lugar y Espacio y sus relaciones ¿NO


LLEVAMOS YA ALGUNAS PAGINAS ACERCÁNDONOS A ESTO? ¿LO
ANTERIOR NO ERA UN ACERCAMIENTO? (concepciones fundamentales para
los problemas que enfrenta un arquitecto), proseguimos con el análisis de las
cartas de Leibniz a Clarke:

“...Cuando sucede que una de esas cosas co-existentes cambia su relación a una
multiplicidad de otras, las cuales no cambian su relación entre sí mismas; y que
otra cosa, recién llegada, adquiere la misma relación a las otras, como tenía la
anterior; entonces decimos, esta toma el lugar de la anterior; y este cambio, lo
llamamos un movimiento en ese cuerpo, donde está la causa inmediata del
cambio.
Y aunque muchas, o aún todas las cosas co-existentes, deben cambiar acorde
ciertas reglas conocidas de dirección y velocidad; no obstante uno puede siempre
determinar la relación de situación, la cual cada co-existente adquiere con
respecto a cada otro co-existente; e incluso esa relación que cualquier otro co-

3
Fragmento de la quinta carta de Leibniz a Clarke, párrafo 19.
existente pudo tener con otro, si este no ha cambiado, o si cualesquiera hubiera
cambiado.
Y suponiendo o pretendiendo, que entre esos co-existentes, hay un suficiente
número de ellos, los cuales no han experimentado cambio; entonces podemos
decir, que aquellos que posean tal relación a esos existentes fijos, como otros
tuvieron antes entre ellos, tienen ahora el mismo lugar que esos otros poseían. Y
el que comprenda todos esos lugares, es llamado espacio. Lo cual demuestra,
que para tener una idea del lugar, y consecuentemente del espacio, es suficiente
considerar estas relaciones, y las reglas de sus cambios, sin necesidad de
imaginar cualquier realidad absoluta fuera de las cosas cuya situación
consideramos.
Y, para dar un tipo de definición: lugar es que, decimos es el mismo para A y para
B, cuando la relación de la co-existencia de B, con C, E, F, G etc., corresponde
perfectamente con la relación de la co-existencia que A tenía con las mismas C, E,
F, G, etc. También puede decirse, sin entrar en alguna particularidad más que
otra, que lugar es que lo que es igual en diferentes momentos para diversas cosas
existentes, cuando sus relaciones de co-existencia con ciertas otras existentes,
que se suponen continúan fijas a partir de uno de esos momentos al otro,
enteramente acordes entre ellos.
Y los existentes fijos son aquellos, en las cuales no habiendo causa de ningún
cambio del orden de su co-existencia con otros; o (que es la misma cosa) en que
no se ha realizado movimiento. Por último, espacio es aquello que resulta de
lugares tomados conjuntamente...” (Quinta carta de Leibniz, párrafo 47)

Según interpretan algunos comentaristas4, podemos ensayar gráficos que faciliten


la comprensión de los conceptos de Lugar y Espacio en Leibniz.

A B
G G

E E
C C
D D

A y B están en el mismo lugar

4
Ross (1996 – 2001) en: http://www.friesian.com/space.htm; Uchii (2001), Philosophy of Space
and Time en: http://www.bun.kyoto-u.ac.jp/~suchii/phil.spacetime.html
A B

E
C
D
Espacio, colección de todos los lugares

Comentarios Finales

“Form follows Function” – la Forma sigue a la Función constituye el postulado


básico de la Arquitectura Modernista (siglo XX) en marcada oposición al canon
clásico de Marco Vitruvio Pollione (circa 20 a. C. Roma), al neoclásico de Gian
Lorenzo Bernini (1598 - 1680) y al movimiento Beaux - Arts (siglos XVIII y XIX -
característico de la Ilustración) Los modernistas y sus congresos antepusieron el
aprovechamiento de las edificaciones (función del espacio artificial) EN ESTE
ESCRITO ESTA SERÍA UNA NOCIÓN QUE SE DEBERÍA PRECISAR PORQUE
SE LEE ININTELIGIBLE. ¿CON QUÉ CRITERIOS SE DIFERENCIA DE UN
ESPACIO NATURAL? LA DIFERENCIA DE LOS DOS ESPACIOS ¿ES NOMINAL
O DE NATURALEZA?¿SIGNIFICA QUE HAY DOS O MAS ESPACIOS?¿SE
REFIERE A ESPACIOS DE MAS DE 3 DIMENSIONES? para el beneficio y
confort de los usuarios en una respuesta ética (propia de lo que es bueno)
contrapuesta al anterior enfoque centrado en la belleza de la forma (postura
condicionada por la estética); novedosa actitud que encuentra sólidas bases en los
conceptos de lugar y espacio leibnizianos, en el homo faber como evolución lógica
del homo sapiens.

La colección de todos los lugares coexistentes e interelacionados configurando


espacio, planteado por Leibniz, es similar a lo que en arquitectura denominamos
articulación espacial, la organización inteligente de funciones y formas que
producen una edificación útil al hombre, actitud profesional que no sorprende por
cuanto es herencia directa de la Ilustración. Mientras que el prefigurar a través del
proyecto alternativas de diseño que satisfagan las necesidades funcionales del
usuario a la vez que sus preferencias estéticas (proceso que cada vez llamamos
con mayor frecuencia proyectación) no dista de la idea de los mundos posibles de
Leibniz. Como bien relata Zevi en su famoso texto “Saber ver la Arquitectura” la
función del arquitecto sólo pude discernirse de manera integral durante el recorrido
secuencial de los espacios construidos, concepción prestigiada por el tiempo
radial que Leibniz nos describe.
La lectura del fenómeno del pensamiento universal que constituye Leibniz – en su
contexto, e inclusive, en la actualidad, ya que muchos de sus planteamientos no
han perdido vigencia o han dado sustento a posturas más novedosas – facilita un
enriquecedor repensar de nuestra labor como arquitectos.
Bibliografía Consultada:

EL ESCCRITO ESTA BIEN Y NO HAY ERRORES GRAVES DE


INTERPRETACIÓN. QUIZÁS HAY UN QUIEBRE, SEÑALADO EN LAS
OBSERVACIONES, CUANDO INTERRUMPE UN DISCURSO Y PASA A OTRO.
QUIZÁS HUBIERA SIDO MÁS UTIL CENTRARSE EN LA QUINTA CARTA Y
REALIZAR UN ESTUDIO CRITICO DE LOS ARGUMENTOS LEIBNICIANOS EN
TORNO A SU NOCIÓN DE ESPACIO Y LAS CRITICAS QUE HACE A LA
CONCEPCIÓN REALISTA DEL ESPACIO.
Libros

DALLA CHIARA, María Luisa; y TORALDO DI FRANCIA, Giuliano (2001)


Confines: Introducción a la Filosofía de la Ciencia. Editorial Crítica, S. L.,
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Universidad Central de Venezuela, Caracas, Venezuela.

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Madrid, España, 1982.

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Espacio, forma y escala. Editorial Gustavo Gili, S. A. Barcelona, España.

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Artículos en Internet

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