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ENTREVISTA DE TESISTAS, 1997.

Escuela de Trabajo Social, Universidad Central de Venezuela.

Los papeles que los(las) trabajadores(as) sociales DEBEN cumplir en Venezuela en el marco
de la globalización son muy diversos, todos ellos importantes. Sin embargo, para dilucidar
cuáles son, es necesario pensar qué significa(n) la(s) globalización(es) para los(las)
trabajadores(as) sociales, pero no sólo como ciudadanos y ciudadanas o como consumidores y
consumidoras o como fuerza de trabajo intelectual asalariada o no asalariada: ¿una entre varias
históricas, un fenómeno histórico sistémico actual, una imposición de los capitalistas
trasnacionales, una nueva forma de legitimar el capitalismo a través del neoliberalismo, etc.?
Luego, esclarecer si DEBEN o QUIEREN o PUEDEN desempeñar tales o cuales papeles
protagónicos o no. Claro que esto se puede hacer de manera especulativa e intuitivamente o
basándose en investigaciones metódicas y sistemáticas que tanto hacen falta en el trabajo
social de Venezuela. Mi experiencia me dice que el basamento empírico nos hace falta para
abordar esta pregunta con mayor certeza y claridad. Pero para comenzar, es necesario hacer
una revisión retrospectiva de los papeles que los(las) trabajadores(as) sociales han venido
desempeñando desde que “nació” el trabajo social como arte, oficio, profesión, práctica social,
ciencia, disciplina científica (para muchos sigue siendo marginal...) en Venezuela; segundo,
conocer qué estamos haciendo, cómo lo hacemos y qué resultados estamos obteniendo, sin
dejar de lado investigar la imagen que los otros cientistas tienen de este quehacer y la imagen
que nosotros mismos tenemos de nosotros mismos y del trabajo social respecto de otras
disciplinas ¿Sabemos lo que hacen los(las) sociólogos(as), sicólogos(as), economistas,
antropólogos(as), politólogos(as), etc. ¿Conocemos cuáles son las diferencias entre el trabajo
social y cada una de las otras ciencias? ¿Cómo definir nuestra identidad, especificidad? Ver mi
“Trabajo social: ¿productor, difusor o consumidor de conocimientos? Notas epistémicas”,
publicado en Cuadernos de Trabajo Social de la Escuela Universitaria de Trabajo Social de la
Universidad Complutense de Madrid, No. 7, 1994, págs. 41-51, anexo a estas respuestas.

2) SI PIERDE VIGENCIA EL ESTADO BENEFACTOR ¿CUÁL ES EL PAPEL DEL


TRABAJADOR SOCIAL EN ESTE CONTEXTO?
El estado benefactor o estado de bienestar no existió nunca en América Latina, excepto en su
versión desarrollista, bienestarista y asistencialista cepalina y hoy no existe más que en el
imaginario de algunos sectores sociales. Creo que en cualquier tipo de estado, las funciones
son de promoción, organización, asistencia técnica y financiera y de acompañamiento y
monitoreo a los sectores sociales a quienes sirve de manera asalariada o no (micro, pequeños,
medianos empresarios, mercados y ferias de consumo popular, cooperativas, asociaciones de
vecinos, organizaciones de desarrollo social, micro o macroanalista social: de planes sociales
(políticas, programas, proyectos), de lo que hace el(los) trabajadores(as) sociales, compitiendo
con otros profesionales que también hacen análisis igual o mejor que los trabajadores(as)
sociales. Terapias de distinto tipo (colectivos, familias, grupos, individuos), atendiendo y/o
dirigiendo organizaciones de desarrollo social. Los papeles tienen que seguir siendo pensados
en tradicionales o clásicos y los novedosos o por hacerse en el futuro que ya está aquí, en cada
país y en cada ámbito de la sociedad.
La vuelta a la asistencia social como forma de acción válida en el trabajo social sigue siéndolo
nos guste o no nos guste. Mientras la crisis siga brutalmente golpeando al 80% de la
población, sí porque seguirá siendo una función del estado. La pregunta es en calidad de qué
se integran los trabajadores(as) sociales asalariados: como ejecutores, supervisores, gerentes o
directores, planificadores, asesores o qué.
El modelo paradigmático que imperó en la formación académica en los inicios de los estudios
en Venezuela fueron los mismos que en América Latina. Búsqueda de intermediación
legitimante de los programas sociales oficiales.

¿DEBERÍA DARSE UNA RUPTURA EN EL PARADIGMA ACTUAL PARA


ADECUARSE A LAS EXIGENCIAS DE LA PRÓXIMA DÉCADA?

En abstracto debería, pero lo real es que el trabajo social en Venezuela tiene casi 20 años de
atraso con respecto de la realidad internacional. Cuando el nuevo plan de estudios se dio en
1993-94, ya la crisis llevaba diez años y el trabajo social no se había preocupado por ello.
Luego con el nuevo plan se esperó que se adecuara rápidamente, pero esta es la hora en que
parece que el nuevo plan pasó por la Escuela de Trabajo Social pero ésta no ha pasado por
dicho plan. Así que el nuevo milenio vendrá y los trabajadores sociales estaremos igual de
desubicados, subprofesionalizados y subalterizados, tratando de reconstruir una identidad pero
sobre la base de lo que no somos ni podemos ser.

A LO LARGO DE LA EVOLUCIÓN DEL TRABAJO SOCIAL ¿CUÁLES HAN SIDO


LOS MOMENTOS DE CRISIS PARADIGMÁTICAS MÁS SIGNIFICATIVOS?

Para mí, el primero fue en 1965 aproximadamente, con el movimiento de la


Reconceptualización (ver mi artículo de la revista de filosofía de la universidad de costa rica,
anexo a estas respuestas.
El segundo entrados los 80 cuando la crisis del denominado estado de bienestar, desarrollista,
bienestarista y asistencialista (en Venezuela rentista petrolero) se hace evidente, mientras
los(las) trabajadores(as) sociales siguen sin poder articular sus estructuras mentales a los
signos de los tiempos en nuestro país.
Otro tercer momento es el de 1989 en adelante cuando, a los impactos de la desmembración de
la Unión Soviética, la realidad social se comenzó a mostrar brutalmente compleja mientras el
trabajo social como disciplina ¿técnica, tecnológica? dentro de las ciencias sociales sigue
brutalmente pensando con esquemas simplistas, unidireccionales y a lo sumo binarios.
Muchos de los colegas siguen actuando y pensando con esquemas de los años 60-70, entre los
pocos que piensan.
Podríamos diferenciar un cuarto momento a partir del 6 diciembre de 1998 con el gane de
Chávez.

¿CUÁLES SON LOS PARADIGMAS EMERGENTES EN EL TRABAJO SOCIAL EN


VENEZUELA?

No hay, el trabajo social en Venezuela se debate desordenadamente porque está en crisis de


identidad. No sabe para dónde va ni para qué está aunque supiera de dónde viene. El asunto es
que sabiendo de dónde viene nos avergonzamos de ese ilustre pasado. Yo no sé los, pero al
menos uno es el paradigma emergente del cual Edgar Morin es el mejor exponente. Asimismo,
Ilya Prigogine, Humberto Maturana, los enfoques sistémicos, gestálticos y sicoanalíticos,
todos bastante desconocidos por los trabajadores sociales en Venezuela.
Yo no sé exactamente cuál es el paradigma bajo el cual se están formando los(las)
trabajadores(as) sociales en Venezuela. Esto por cuanto el nuevo plan de estudios de 1993-94
procuró estructurar el currículo en torno al eje del equipo interdisciplinario y esto no ha
sucedido hasta hoy. Otro eje fue que las prácticas profesionales se realizaran sobre proyectos
de investigación y tampoco esto se ha dado, razón por la cual no existe una política académica
de prácticas profesionales ni una de docencia. Entonces no hay paradigma porque no hay
consenso en la escuela de trabajo social, no tenemos una comunidad científica, académica
epistemológicamente fundada, sustentada. Solo existe en la escuela de trabajo social
relaciones perversas de fuerza política cuyo balance favorece definitivamente a la vieja
guardia –para no acudir al viejo término de Ander-Egg: las vacas sagradas, que están
satisfechas con el statu quo que acaba de morir con Caldera, pero que en la Escuela de Trabajo
Social todavía no nos hemos dado cuenta.
No ha habido cambios de paradigma en el trabajo social venezolano. Este sigue afianzado en
los años 60 u 70. Ni siquiera está en los ochenta y menos en los 90. Muchísimo menos es
capaz de pensar el futuro del tercer milenio.....

A PARTIR DE LA NUEVA REFORMA CURRICULAR SE PODRÍA AMPLIAR EL


CAMPO DE ACCIÓN DEL TRABAJO SOCIAL ACTUAL?

Ninguna reforma lo podría hacer porque la academia no influye en el mercado de trabajo (al
menos hasta hoy), mucho menos en las demandas de la sociedad, de la nación, del país, que
debiera ser el desiderato del perfil profesional de la formación académica. Además, realmente
no ha habido reforma en la escuela de trabajo social, ni en Venezuela. El trabajo social en
Venezuela está atrasado unos veinte años respecto de los países latinoamericanos,
especialmente de Costa Rica, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil.

¿CUÁLES CORRIENTES EPISTEMOLÓGICAS HAN INFLUIDO AL TRABAJO


SOCIAL EN VENEZUELA?

Bueno, yo recuerdo que una fue el marxismo ortodoxo ligado al Partido Comunista, y luego al
MAS (Movimiento al Socialismo, autoexcluido del PC). Esto en lo político. Pero en lo
académico ha sido un menjunje de tiras y encojes sin que prive nada ni nadie en especial
porque nadie trabaja ninguna escuela o enfoque en profundidad. Esta es la debilidad de la
Escuela de Trabajo Social. Hay mucho eclecticismo si es que eso significa el menjunje de
teorías, enfoques, paradigmas que sólo son como caricaturas de ellas. Al final de todo esto lo
que viene produciéndose o tomando cuerpo es un pragmatismo utilitarista ramplón ateórico,
antiteórico, hiperconcretista, terapeuticista, interaccionista, grupalista, ahistoricista,
apoliticista, antipoliticista,…y mejor paro de contar.

¿EL TRABAJADOR SOCIAL SE ENCUENTRA EN REPLIEGUE, PARALIZACIÓN,


PÉRDIDA DE OBJETIVOS, EXPECTATIVA O ACONDICIONAMIENTO,
ADAPTACIÓN O AJUSTE?

Está desajustado, desfasado al igual que el régimen de Punto Fijo que acaba de morir con
Chávez, pero los(las) trabajadores(as) sociales no estamos a la altura de estos cambios.
Muchos vivimos en los 60, 70 aún. Pero los 80 y 90 sólo los percibimos como crisis
existencial que nos provoca volver a los 60 y 70 pero no nos concita construir futuro, porque
no se nos ocurre (todo paso adelante significa un salto al vacío y por lo tanto es mejor lo malo
conocido que bueno por conocer. Esto porque –según dicen los conservadores tradicionalistas
de la Escuela de Trabajo Social- “el miedo es libre” (esto porque se le esencializa, absolutiza e
independiza de la realidad subjetiva. Es lo que se ha dicho en la Escuela).
Por eso creo que debería reconstruirse la formación profesional del trabajo social en el tercer
milenio. Algo para lo que la Escuela de Trabajo Social no está preparada, y no creo que lo
pudiera estar dentro de diez años.

ASPECTOS QUE DEBERÍA INCORPORAR LA FORMACIÓN PROFESIONAL DE


CARA AL FUTURO.

Crear estructuras mentales que nos permitan pensar ya no en simple o binario, sino,
dialécticamente, complejamente, sistémicamente.
Una mentalidad que no nos permita más preferir la certidumbre, si no, la incertidumbre
creadora, abierta al futuro, sin complejos, que nos permita sintonizar lo pensado con lo
actuado y lo querido, lo posible con lo imposible, deseable y utópico para dejar de inducir
comportamientos de acuerdo con nuestros parámetros si no para que cada quién actúe como
quiere, siente, piensa, y percibe sus propias realidades y no las realidades que existen en el
imaginario de los trabajadores(as) sociales mas no en la realidad real. El tercer milenio está
esperando el despliegue de las capacidades inventivas e innovativas de los trabajadores
sociales y las trabajadoras sociales venezolanos.

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