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Calvino y su referencia a las Escrituras

1. Introducción

En el prefacio para la Biblia de Olivetan Calvino alaba la Biblia con un conciso


lenguaje ilustrativo, en el que denomina a las Escrituras como la „llave que nos abre
el Reino de Dios“, el „espejo en el que contemplamos el rostro de Dios“ y el
„testimonio de su buena voluntad“. Además, es el „camino“, „la escuela de la
sabiduría“, „el cetro real“, el divino „cayado del pastor“. Señala que es el
“instrumento de Su pacto” que “Dios ha sellado con nosotros, en el cual por medio
de su libre gracia, Él acoge la responsabilidad de estar unido a nosotros mediante un
lazo eterno” (CO 9, 823).
Las imágenes están bien escogidas, lo que da testimonio de la gran importancia de
la Biblia en la teología de Calvino y al mismo tiempo, indican lo que los cristianos
deben buscar y pueden encontrar en las Escrituras Bíblicas: la Biblia nos
proporciona acceso al saludable recinto del Reino de Dios, como la única llave que
posibilita abrir esa puerta. Ella nos facilita el conocimiento de Dios y de nosotros
mismos, ciertamente en forma indirecta mediante los testimonios de los profetas y
apóstoles, pero sin embargo, de una manera lo suficientemente clara, comparable a
un espejo. Ésta guía y acompaña a la congregación en su camino a lo largo del
tiempo, señala el rumbo como un cetro real y proporciona protección y guía como el
cayado de un pastor. Calvino comprende la Biblia desde su Autor: como testimonio
de la buena voluntad divina no es un conjunto de leyes a seguir, sino más bien con
ella Dios nos „atrae“ hacia Él mediante la promesa de su fidelidad paternal (cfr.
Institución de la Religión Cristiana III.2.27).

2. La Biblia como testimonio del Pacto

Según Calvino, la Biblia en su totalidad da testimonio del pacto de gracia


comprendido en el Antiguo y Nuevo Testamento. También en el Antiguo Testamento
el principal contenido es la gracia y fidelidad de Dios, no obstante, en la Biblia hay al
mismo tiempo una progresiva historia del pacto. Después de la manifestación de
Cristo no todo sigue teniendo validez en el Antiguo Testamento, pues Dios en sus
palabras se adaptó continuamente a las personas y su época. Calvino puede ilustrar

Debido a la inexistencia de una versión en español de la Opera Selecta de Calvino, las citas
corresponden a una traducción libre del texto original en alemán.
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esta historia del pacto mediante la imagen del sol naciente y el aumento progresivo
de la luz (cfr. Institución de la Religión Cristiana I.13.1; II.9.2; II.11.5). „Aunque Cristo
fue conocido por los judíos bajo la ley, no ha sido plenamente revelado más que en
el Evangelio“ (Inst. de la Religión Cristiana II.9).

3. La verdad de la Biblia

¿Pero cómo podemos estar seguros de que la Biblia nos cuenta la verdad sobre
Dios y nosotros mismos? En respuesta a esto Calvino hace referencia a
impresionantes fenómenos: a la gran antigüedad de las Escrituras Bíblicas, a los
milagros y profecías que en ella se da testimonio, a su efecto y poder durante siglos
que se testifica por medio de la sangre de muchos mártires. Sin embargo, dichos
argumentos nunca son suficientes y ello se debe a una buena razón: cuando Dios se
dirige a nosotros los seres humanos y cuando realmente es Dios quien habla,
entonces también sólo Él puede responder por la veracidad de su palabra: “Así que
es menester que el mismo Espíritu que habló por boca de los profetas, penetre
dentro de nuestros corazones y los toque eficazmente para persuadirles de que los
profetas han dicho fielmente lo que les era mandado por el Espíritu Santo”.
(Institución de la Religión Cristiana I.7.4). La convicción sobre la veracidad y
fiabilidad de la Biblia no es otra cosa que la fe en la divina promesa que en ella
encontramos: mediante Su Palabra se da a conocer y por medio de su Espíritu
origina la fe y la voluntad de obediencia en los corazones humanos. (cfr. Institución
de la Religión Cristiana I.7.5).
Calvino no esboza una teoría sobre la inspiración de las Escrituras Bíblicas, sino que
fomenta su investigación con los mejores métodos humanistas de su época y al
mismo tiempo busca la Palabra del Dios vivo, fijándose exactamente en los términos
en griego y en hebreo del texto.

4. Cristo como fuente, centro y alma de la Biblia

Porque Cristo es la fuente de toda revelación (cfr. Institución de la Religión Cristiana


I.13.7), “la única luz de la verdad“ (en Is. 29,11-12), Calvino puede señalar que no
sólo las escrituras nuevotestametarias, sino que también “todas las enseñanzas de
Moisés” se enfocan en Cristo en toda su extensión (en Epístola a los Romanos
10,4).
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Puesto que „Dios nunca se manifestó a los hombres sino a través del Hijo. De esta
fuente bebieron Adán, Noé, Abraham, Isaac, Jacob y todos cuantos estuvieron en
posesión de la doctrina celestial” (Institución de la Religión Cristiana IV.8.5).
Mientras que el Antiguo Testamento se anticipa de diversas formas al Cristo que está
por llegar, el Nuevo Testamento hace referencia de Él, con lo cual la Biblia en su
totalidad es medularmente el mensaje de Cristo, el mediador y reconciliador.
Esto también rige allí donde percibimos la Biblia como ley y exhortación. Sin Cristo,
todas las normas contenidas en la Biblia son palabras muertas (cfr. 2a Epístola a los
Corintios 3,17). No obstante, cuando Cristo, el alma de la ley, le otorga vida a la ley
divina, como un cuerpo sin vida que cobra fuerza y forma a través de un alma viva,
ahí se podrá comprender correctamente las Escrituras, siendo entonces una
provechosa orden divina.
Según Calvino, la Biblia es de diversas formas una „escuela“ en donde se instruye a
toda la comunidad cristiana, que de esta manera permanece unida al Dios
misericordioso y su Cristo.
Prof. Dr. Peter Opitz, Zürich

Traducción del texto original en alemán

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