Una estrategia que puede parecer buena idea cuando se trata de enfrentarse a plagas es utilizar elementos naturales para luchar contra ellas. Es decir, en lugar de emplear productos químicos – plaguicidas o biocidas – que pueden tener efectos indeseados a largo plazo, la alternativa sería utilizar especies que acaben con las plagas, bien por competencia o por depredación. El problema es que en ocasiones, el resultado es mucho peor de lo que se esperaba.
Una estrategia que puede parecer buena idea cuando se trata de enfrentarse a plagas es utilizar elementos naturales para luchar contra ellas. Es decir, en lugar de emplear productos químicos – plaguicidas o biocidas – que pueden tener efectos indeseados a largo plazo, la alternativa sería utilizar especies que acaben con las plagas, bien por competencia o por depredación. El problema es que en ocasiones, el resultado es mucho peor de lo que se esperaba.
Una estrategia que puede parecer buena idea cuando se trata de enfrentarse a plagas es utilizar elementos naturales para luchar contra ellas. Es decir, en lugar de emplear productos químicos – plaguicidas o biocidas – que pueden tener efectos indeseados a largo plazo, la alternativa sería utilizar especies que acaben con las plagas, bien por competencia o por depredación. El problema es que en ocasiones, el resultado es mucho peor de lo que se esperaba.
Una estrategia que puede parecer buena idea cuando se trata de enfrentarse a plagas es utilizar elementos naturales para luchar contra ellas. Es decir, en lugar de emplear productos qumicos plaguicidas o biocidas que pueden tener efectos indeseados a largo plazo, la alternativa sera utilizar especies que acaben con las plagas, bien por competencia o por depredacin. El problema es que en ocasiones, el resultado es mucho peor de lo que se esperaba.
Crdito de la imagen: Andreas Trepte, www.photo-natur.de
Un caso de este tipo se expone en un artculo reciente. La situacin es la siguiente: a finales del siglo pasado, entre la dcada de los 80 y la de los 90, comenzaron a darse muchos problemas en ciertos cultivos en invernadero en muchos lugares de Europa. Gran parte de la produccin se perda por el ataque de pulgones, insectos del grupo de los fidos que parasitan las plantas.
Para solucionar este problema se estudiaron varias soluciones. Rpidamente se descart la idea de utilizar pesticidas, ya que resultan muy difciles de controlar en invernaderos. Y tambin porque dejan restos en las plantas, lo que impide que se puedan comercializar. As que se opt por utilizar algn animal que se alimentase de los pulgones y no de las plantas. El grupo biolgico que mejor se adaptaba a esta idea era el de los coccinlidos, a los que en Espaa se conoce de manera comn como mariquitas. Se trata de depredadores voraces, de pequeo tamao y que, generalmente, no afectan en absoluto a las plantas.
El error que se cometi fue elegir una especie asitica. Se trata en concreto de Harmonia axyridis, la mariquita china. En principio pareca una buena idea. Al tratarse de una especie fornea, una vez que hubiese cumplido con su papel como control de plagas desaparecera. Y si sala de los invernaderos, ya se encargaran las especies autctonas de acabar con ella. Lo que no se saba en aquel momento es que esta especie es capaz de realizar el equivalente animal a la guerra biolgica. Tras muchos millones de aos de evolucin, la mariquita china ha desarrollado todo un conjunto de estrategias para mejorar su supervivencia. Para empezar, cuando es atacada segrega una sustancia txica que acaba con sus enemigos. Esta sustancia proviene de la hemolinfa, el lquido circulatorio de los insectos.
Distintos patrones de pigmentacin que puede presentar la mariquita china (Harmonia axyridis). entomart
Pero an hay ms. Este fluido contiene microsporidios, un tipo de hongo infeccioso. A las mariquitas chinas no les afecta la presencia de este parsito, pero a las poblaciones europeas de colepteros escarabajos, mariquitas y dems insectos relacionados les provoca la muerte.
Como resultado de todo esto, la mariquita china ha comenzado un proceso de invasin biolgica. Ya hay algunas especies que han desaparecido o han visto reducidas sus poblaciones de manera importante por la presencia de este insecto, y la previsin es que haya muchas ms. Los organismos locales tardarn an mucho tiempo, que se puede medir en cientos o miles de aos, en desarrollar inmunidad al parsito que ha traido la mariquita china, y una cantidad de tiempo similar en desarrollar tcnicas para contrarrestar su ataque.
De esta situacin se puede sacar una conclusin muy clara, que ya se conoca cuando se introdujeron las mariquitas chinas pero que parecemos olvidar constantemente. Los ecosistemas se encuentran en lo que se conoce como equilibrio inestable; basta un pequeo cambio para que lo que ha costado millones de aos regular se desajuste. Por lo tanto, siempre hay que aplicar el principio de precaucin: si no ests absolutamente seguro de poder controlar el resultado de tus acciones, ms vale no llevarlas a cabo.