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Biodiversidad y TLC en Colombia: ¿Quién controla la

nación?
Catalina Toro Perez

La gobernabilidad global del Ambiente, que incluye tanto la privatización de la Biodiversidad en sus diversas escalas
(desde los ecosistemas de Páramo hasta las estructuras moleculares)

En Colombia, que constituye la punta de lanza de esta nueva geoestrategia de ocupación, las discusiones en torno al Tratado de
Libre Comercio giran en torno a la consolidación de estas formas de gobernabilidad y control sin gobierno. Uno de los lemas
favoritos del gobierno Uribe con relación al TLC y su relación con el "gobierno del campo", es:

"Quien controle el campo controlará la nación". (CANO Carlos Gustavo. Ministro de Agricultura. Junio de 2004)

Quien dice "campo" dice ecosistemas estratégicos, como Páramos, sabanas, bosques basales húmedos, manglares, humedales,
áreas moderadamente intervenidas hasta áreas fuertemente intervenidas. Quien dice control dice intervención forzosa para atacar
"una agricultura débil y un terrorismo fuerte". (CANO, 2004)

En el marco del conflicto colombiano el TLC constituye una de las condiciones para las ayudas militares de Estados Unidos para
el control territorial del país. ¿Para el control de quién? ¿Pero, quien controla la nación?

"Nuestro objetivo con el ALCA es garantizar a las empresas norteamericanas el control de un territorio que va del Polo Artico
hasta la Antártida, libre acceso sin ningún obstáculo o dificultad para nuestros productos, tecnología y capital en todo el
hemisferio" (Collin POWELL)

El Lobby de empresas farmacéuticas, biotecnológicas y armamentistas para conseguir que el congreso de Estados Unidos
aprobara los recursos para el componente militar y social del Plan Colombia, en el 2000 había dado sus frutos. En efecto con el
decreto 502 de 2003, el país le otorgaba a empresas farmacéuticas como Dow, Basf, Monsanto, Du Pont y Syngenta protección a
su capital extranjero. Esta medida, sin embargo resultaría insuficiente; el TLC permitiría por veinte años mas recibir beneficios
derivados de las patentes que se les otorguen por "descubrimientos "e "innovaciones" que realicen sobre recursos genéticos
(secuencias o códigos de combinaciones ilimitadas de información molecular, cuyo conjunto constituye el patrimonio de
información genética de cualquier organismo vivo), plantas y animales en los países andinos.

Como agradecimiento a la ayuda pacificadora, en áreas ricas en biodiversidad, el gobierno se compromete entre otras cosas a:

"permitir las patentes para las siguientes invenciones: a) plantas y animales, b) procedimientos diagnósticos, terapéuticos y
quirúrgicos para tratamiento de humanos y animales" (artículo 8, texto de propuesta de Estados Unidos, El Tiempo, Junio 2004)

Aunque existen convenciones y regulaciones que apuntan a definir la soberanía de los Estados en el control y utilización de sus
recursos genéticos, (como la Convención de la Biodiversidad) ello no ha sido óbice para impedir los registros de propiedad
intelectual sobre el algodón de colores peruano, la planta amazónica sagrada ayahuasca, la quinua, el yacón, el frijol amarillo
enola de México, el frijol andino niña y la sangre de drago, entre otras plantas tradicionales latinoamericanas. [2] De hecho las
regulaciones que defienden la soberanía de los países tanto en Centro América como en la América Andina están lejos de
cumplirse. Para muchos la defensa de la Biodiversidad descansa en la decisión andina 391 o la legislación colombiana. Con el
TLC, plantean los negociadores colombianos, solo se defiende el « status quo ». La realidad es que los convenios multilaterales
ambientales a partir de Río 92, abrieron las compuertas para el proceso de apropiación y privatización de los recursos genéticos,
vía patentes, lo que simplemente se consolida con el TLC.

En efecto, los lineamientos del « grupo de trabajo de acceso a recursos genéticos » direccionados por el Royal Botanical Gardens
para dar un ejemplo, (preparatorio para la sexta conferencia de las partes del Convenio de Biodiversidad, La Haya 2002)
orientaron los caminos para implementar las líneas de acción globales (Guías de Bonn) que deben obedecer los países mega
diversos, para garantizar los derechos de propiedad intelectual sobre la Biodiversidad a las empresas biotecnológicas,
farmacéuticas y universidades de los países ricos. Las interpretaciones ambiguas colombianas respecto del principio de soberanía
en torno a la facilitación al libre acceso o al control de los recursos no ayuda mucho a la defensa de la integridad territorial. Lo
que si es claro con el TLC, es que el país entrega de manera directa el control de los recursos a las empresas de los Estados
Unidos. :

Primero, porque obliga a los gobiernos débiles y sumisos en este caso, Colombia, Ecuador y Perú a firmar con ellos cláusulas y
garantías para que sus empresas vean satisfechas sus expectativas de ganancias.
En el capítulo de inversiones se consignan las garantías, los permisos, los privilegios y el derecho a enormes indemnizaciones
para esas empresas. A este paso nos convertiremos en plataformas productivas en las que los recursos naturales podrán ser
explotados libremente, se podrá privatizar la atmósfera, el clima, al agua, las funciones ecológicas y el conjunto de la
biodiversidad. (Las leyes de privatización de Páramos y Agua del gobierno Uribe, son apenas una muestra de los preparativos
para la puesta en marcha del TLC).

En el Tratado con los países andinos, el capítulo de propiedad intelectual busca garantizar la apropiación de los seres vivos y sus
partes sin excepción (incluyendo plantas, animales, genes y tejidos humanos) así como el uso de conocimiento científico y
tradicional producido en nuestros países.

Por otra parte las cláusulas de solución de controversias permitirían a empresas farmacéuticas y biotecnológicas interponer
demandas millonarias si consideran que no obtuvieron los privilegios esperados así como dirimir sus demandas en tribunales
supranacionales. En otras palabras los Estados se convierten en garantes de las empresas multinacionales.

Por ultimo las exclusiones o excepciones permitirían que todo lo que no se mencione como excepción sea permitido como parte
del tratado. En otras palabras, el hecho de que la noción de Biodiversidad así como de conocimiento tradicional asociado no
aparezca en el tratado, no significa que no pueda ser apropiada.

Cabe recordar que no es cierto que el TLC comporte desarrollo tecnológico para el país, y menos aun beneficios económicos
derivados de la transacción de recursos por biotecnología. Un reciente estudio elaborado en Colombia, sobre un total de 12
millones de patentes en el mundo, muestra que existen mas de 6.000 patentes en aplicaciones relacionadas con genoma humano
y genética en general. Entre ellas solo el 68% pertenecen a Estados Unidos. El 10% pertenecen a Japón y el resto a Suiza y
Alemania. Los mayores poseedores de esas patentes son las Universidades de Estados Unidos y en segundo lugar las empresas
farmacéuticas y las instituciones que hacen parte del Genoma Humano. En Colombia existen apenas 60 solicitudes.[3]

Entonces con el TLC solo se reafirma que:

« Quien pone el oro pone las condiciones de la negociación.... Así lo planteó Zoellick: Listo se hace el acuerdo, pero nosotros
ponemos las condiciones. Lo toman o lo dejan » [4]
En la reciente ronda de negociaciones del tratado en Tucson, (Diciembre 2004) los negociadores colombianos plantearon la
posibilidad incluso de alargar la duración de las patentes para compensar demoras injustificadas en su otorgamiento, con lo cual
se otorgaría una protección adicional. Los Estados Unidos encantados añaden además que no se debería permitir la caducidad de
las patentes, con lo cual se garantizaría todavía mayor aumento de la protección al monopolio que persiguen las multinacionales
farmacéuticas. Mientras en Colombia, los negociadores se ufanan de victoriosos en la defensa de la soberanía nacional en
materia de Biodiversidad, en la realidad de la negociación, las falsas victorias solo se convierten en derrotas para el país. Porqué
si defienden la soberanía no circulan libremente los textos de las posiciones nacionales? Porque han firmado ante Estados Unidos
cláusulas de confidencialidad sobre el material de la negociación? Porqué para cada Ronda trabajan con documentos en inglés
preparados pro el gobierno gringo que les son entregados tres horas antes de la negociación? Lo que finalmente se ratifica es que
se trata de un escenario totalmente desigual de negociación en el cual los Estados Unidos tienen todas las ventajas y Colombia ni
siquiera cuenta con un gobierno que ampare dignamente los intereses nacionales. (RECALCA)

Entre tanto, en el país ha crecido la conciencia sobre la inconveniencia del tratado, las movilizaciones del 12 de Octubre contra el
TLC, iniciadas por el movimiento indígena del Cauca, se extendieron por todo el territorio nacional. [5] (Gran Coalición
Democrática)

[1] Catalina TORO PEREZ. Docente Universidad del Valle y Javeriana. Colaboradora de Censat.

[2] GRAIN. « La Propiedad Intelectual va por mas ». Punta de Lanza del control sobre los recursos biológicos. Biodiversidad.
Julio 2003.

[3] ARCHILA PEÑALOSA Emilio José. « Radiografía del patentamiento del Genoma Humano ». Revista La Propiedad
Inmaterial. Universidad Externado de Colombia. Bogotá, 2002.

[4] Declaración del Presidente de Confecamaras, asistente a la reunión entre el Presidente Uribe Vélez con Robert ZOELLICK,
representante comercial estadounidense. Citado por ROBLEDO Jorge Enrique en « Porqué decirles no al ALCA y al TLC ».
Editores S.A : Abril de 2004.
[5] RECALCA . Red Colombiana de Acción frente al Libre Comercio y el ALCA. « Estados Unidos exige más, más y más....La
verdad sobre la ronda de Tucson » , Recalca. Página Web: www.recalca.org.co. Correo electrónico recalca@etb.net.co. Bogotá,
diciembre 9/04.

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