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"Veo que la misma palabra 'moralidad' evoca una reacción

en mí. Mis asociaciones inmediatamente llaman a palabras


como 'pecado', 'culpa', 'juicio', 'bueno y malo', 'correcto o
equivocado' - conceptos y sentimientos que sofoca y
constriñe, y de lo cual, yo deseo estar libre. En mi esfuerzo
para deshacerme de ello, me trabo en algo como las
definiciones de Gurdjieff de 'bueno' como lo que es aquello
que me despierta, y 'malo' como aquello que me mantiene
dormido, y entonces, armado con esta 'regla del pulgar', le
doy vuelta a todo ese desagradable asunto.

Pero Gurdjieff tenía bastante más que decir acerca de este


asunto. Cuando Belcebú hace sus descensos a la Tierra,
hace bastante énfasis en conformarse a las costumbres
locales y a las amenidades de las comunidades que visita.
¿Por qué hace esto? El ejemplo que más claramente ilustra
este punto parece ser cuando él y Ahoon intercambian
directamente rebuznos de burro. Internamente, se ríen de
lo absurdo de esto, pero aún así, hacen observancia de la
costumbre. En esto yace la diferencia entre Belcebú y
nosotros. Externamente, se conforma, internamente, él es
libre.

Nosotros vivimos en una comunidad rural aquí en Oregon y


hay límites definidos de qué tanto será tolerada la conducta
'libre' de cada uno. Todos nosotros sabemos cuáles son
esos límites. Pero, a diferencia de Belcebú, nosotros
reaccionamos a ellos - probablemente por el tipo. Hasta
podemos rehusarnos a conformarnos, creyendo que ya no
estamos atados a estas ideas tan anticuadas. Haré lo que
me plazca, soy diferente, soy especial, nadie me va a decir
qué hacer, etc. O yo, automáticamente sigo las
reglas, asumiendo la moralidad bueno-malo de la
comunidad sin cuestionar. Esto es fácil, no mueve el
tapete, no se necesita pensar o molestarse. Obviamente,
ninguna de estas reacciones tiene valor para el propósito
que tenemos aquí. Es nada más la máquina con los botones
apretados. El foco está en la conducta externa. A veces me
atrapo en el dilema de conformarme o no conformarme y,
sin importar mi 'elección', la moralidad comunal aún está
intacta, fuera de la vista, pero operando en mí. Mi conducta
dictada desde afuera, usualmente por el miedo de que me
atrapen, junto con su castigo resultante. No hay libertad
interior. No hay una guía confiable para mis acciones y por
ello no hay ninguna elección real.

La moralidad comunal se expresa a través de las leyes y


costumbres, y es absolutamente necesaria como una
protección contra la moralidad subjetiva de cada persona,
la cual es: Lo que es bueno para mí ES bueno, lo que es
malo para mí ES malo. Así como soy, entonces el conflicto
está entre la moralidad subjetiva y la moralidad comunal -
conformarse o no conformarse. Pero esta cuestión no lleva
a ninguna parte, mucho menos a la libertad. Liberarse de la
moralidad subjetiva y comunal es una libertad ilusoria. Me
falla ver que esto no tiene valor mas que para permitir el
espacio, la posibilidad de que una moralidad más real, más
universal aparezca.

Gurdjieff es muy explícito en este asunto. Dice muy


claramente que no puede haber mala interpretación de lo
que él quiere decir. Quiero citar algunos de sus
comentarios. Dice que 'las buenas costumbres destruyen a
los portadores nocivos de la enfermedad o fortalecen la
vergüenza moral, mientras que las costumbres Europeas
nada más le permiten a la gente complacer a los otros o
disfrazar las formas indeseables del propio exterior -
esconder la propia nulidad y engendrar inmoralidad'.
Después describe la 'vergüenza del ser' como el impulso
que mantiene lo que se llama 'moral y moralidad objetiva'.
Con nosotros, dice, la moralidad depende de los 'humores
de las autoridades locales, dependiendo del estado de
cuatro fuentes de acción - la suegra, la digestión, el pito y
>la lana<'. En otro lado dice, 'toda acción del hombre es
buena, en el sentido objetivo, si se hace de acuerdo con la
conciencia y toda acción es mala si, a causa de ella, se
experimenta remordimiento'.

Como siempre, la única respuesta, la única fuente de


ayuda, es encontrar una forma de contactar con la
conciencia, la cual 'no participa en nuestra conciencia
ordinaria, pero que puede remover las consecuencias de las
propiedades del órgano Kundabuffer'. Hasta nos dice
cómo engendrar 'el Divino impulso de la Conciencia
Objetiva' al siempre tener en lucha nuestros deseos y no-
deseos y ayudar a los no-deseos a predominar.

Ahora comienzo a comprender por qué


nos indica conformarnos, Resuelve el conflicto infructuoso
entre la moralidad comunal y la moralidad subjetiva y
coloca el conflicto dentro de nosotros.

Ahora algo comienza a verse un poco resbaloso en mí.


Siempre digo que quiero contactar con la conciencia, que
necesito esta ayuda para que me guíe en la vida. ¿Por qué
no sigo su consejo? ¿Cuál es el problema? Veo que una
parte muy grande de mí no quiere tener nada que ver con
nada que se interponga en gratificar mis deseos.

Esto es ciertamente parte de ello; pero ¿No será también


que creo que ya sé lo que es 'bueno y malo', 'correcto y
equivocado'? En otras palabras, que mi moralidad subjetiva
está todavía intacta. ¿Significa entonces que mi conducta
de 'libre-pensador' tendría que verse como una mera
justificación de mi voluntariosidad y auto-indulgencia? O
que mi conformidad viene de la consideración, de la flojera
y de rehusarme a hacerme responsable de mi vida, de
cómo soy?

Yo necesito realmente ver cuál es mi moralidad, ahora


mismo. Es aquello que dicta mis acciones. ¿En qué está
basada? ¿Es siempre cambiante, una en la granja, otra en
casa? ¿Lo que manifiesto externamente se contrasta con
mis pensamientos y sentimientos? ¿Cómo puedo ver a este
dictador que opera oculto en mí? Puedo verlo por mis
críticas hacia los otros porque van en contra de mis
conceptos de correcto y equivocado, de bueno y malo.
Debo no estar interesado en atrapar a alguien más en falta,
sino en conseguir una pista de mi moralidad subjetiva.
¿Puedo encontrar algo válido? ¿Puedo ver cómo mis
deseos, querer las cosas a mi modo, se disfrazan y se
justifican ante mí? ¿Puedo ver cómo mi consideración es el
resultado del conflicto entre la moralidad subjetiva y la
comunal? ¿Qué significaría ser libre realmente?

Empecemos tomando el consejo de Belcebú. Hoy, yo no


lucho con lo externo. Este no es el día de rebelarse. Hoy
me conformo. Dejo que la fricción, la molestia esté adentro
y rezo para ser capaz de ver algo."

El grupo de mujeres de la granja "Two Rivers"

"Themes III" Annie Lou Staveley.


Traduccion Victor Herrera

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