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ARISTÓTELES

I. VIDA y OBRA.

Aristóteles (384 -322 a. C.) Nace en Estagira (hoy se llama Stavros). Hijo de un
médico del rey de Macedonia. Cuando quedó huérfano su tutor lo mandó a Atenas con
dieciocho años. Platón tendría unos setenta y llevaba al menos quince al frente de la
Academia. Este se convirtió naturalmente en un platónico y permaneció en la Academia
los veinte años siguientes, hasta la muerte de Platón. Durante estos años sigue
fervientemente a su maestro, aceptando incluso su teoría de las Ideas, a la que más tarde
habría de criticar. No heredó su interés por las matemáticas pero si su interés por los
problemas metafísicos y éticos.
Cuando muere Platón la dirección de la Academia pasa a manos de su sobrino
Espeusipo, hombre de originalidad apagada. Aristóteles entonces abandonó Atenas en
compañía de Jenócrates ,quien habría de suceder a Espeusipo más tarde. Gradualmente
la actitud de Aristóteles hacia la Academia y hacia su maestro fue tornándose hostil.
Aristóteles y Jenócrates se retiraron a Assos. Allí se casó con Pitia, hija del
tirano Hermias. En el año 343 a. de C. Filipo de Macedonia le invitó a que se hiciese
cargo de la educación de Alejandro Magno. Es probable que Filipo hubiese conocido a
Aristóteles en su juventud pues el padre de éste había sido médico en la corte de
Macedonia.
Una vez concluida la educación de Alejandro Aristóteles retornó a Atenas dónde
fundó, con dinero macedonio, su propia escuela en los jardines de Apolo Licio. Esta
tomó su nombre de Liceo, por la localidad donde se había instalado, o también el de
Peripato, por el camino que se hallaba en su recinto y donde maestro y discípulo
acostumbraban a pasear sosteniendo discusiones filosóficas.
Aristóteles fue acusado de practicar el espionaje en favor de la política de
Alejandro y combatido por el partido antimacedonio de Demóstenes. A la muerte de
Alejandro se ve obligado a huir. Y un año más tarde muere.
OBRA: se distinguen tres periodos.
En el primero se corresponde con su estancia en la Academia platónica. De esta época
son las obras”exotéricas”, la mayoría en forma de dialogo: Eudemo, El Protéptico,
En el segundo periodo época de transición y viajes, funda una escuela con Jenócrates ,
su actividad se realiza en el interior de la escuela y escribe gran parte de sus tratados de
Lógica, La Física, parte de la Política y parte de la Metafísica.
Sobre la Filosofía. Aquí emprende la crítica a la Teoría de las Ideas y defiende una
religión astral. Ética a Eudemo (concepción platónica de la virtud), Del Cielo
(Cosmología), De la generación y la corrupción.
En el tercer periodo está en Atenas y funda el Liceo. Aquí escribió Gran moral, Ética a
Nicómaco, Sobre el alma, el resto de los libros de Política, La Poética y la Retórica.

RELACIÓN CON EL MARCO HISTÓRICO Y SOCIOCULTURAL.


Como consecuencia de la guerra del Peloponeso, hay una crisis de valores, se
desarrolla el individualismo y hay un cambio de mentalidad hacia el cosmopolitismo.
La sociedad estaba organizada en polis, ciudades autónomas y con identidad
propia. Con la muerte de Alejandro comienza el ocaso de la polis y se hacen pactos y
alianzas efímeras.
En el ámbito socioeconómico, resume Julián Marías, se acentúa una lucha de
clases que se va convirtiendo en una división entre ricos y pobres. La clase media que se
había enriquecido constituyó un nuevo modelo de gobierno participativo frente al
antiguo aristocrático. Hombres libres que disfrutaban gracias al trabajo de los esclavos y
les permitía ocuparse de los asuntos públicos.
En el orden artístico predomina el realismo sensorial y sensual. Se abandona el
ideal de arquetipos eternos y se valora la naturalidad y el movimiento.

II. LA FILOSOFÍA ARISTOTÉLICA.


El proyecto aristotélico es de carácter científico. Platón partió de motivaciones
morales y políticas, pero Aristóteles, (que era un meteco en Atenas, y que no podía
participar de la vida política directamente) que había ingresado en la academia en el
momento en que la teoría de las Ideas estaba sometida a fuertes críticas, estuvo
dominado por intereses más bien teóricos.
Cambia respecto de la filosofía de Platón pues esta es una filosofía del retiro del
mundo de la experiencia común. El platonismo desconfía de los sentidos. Los ojos y los
oídos no son ventanas del alma o aberturas a la realidad. El alma ve mejor a través del
pensamiento.
Aristóteles, en cambio, puso su mente al servicio de los hechos empíricos. Su
intención era explorar el campo de la experiencia con curiosidad insaciable. Todo
conocimiento procede de la experiencia sensible y lo real será el sujeto particular. Por
eso hemos de calificar su filosofía de empirista. Continuando así con la tradición
científica de los filósofos jonios.

Pero a pesar de esa apuesta por los hechos empíricos y por el sentido común,
hay todavía muchísimo platonismo en Aristóteles. Su pensamiento, tanto como el de
Platón, se gobierna por la idea de aspiración, heredada de Sócrates: la idea de que la
verdadera causa o explicación de las cosas ha de buscarse no en el principio sino en el
fin. La filosofía aristotélica es una filosofía de las causas finales. Por eso diremos que el
pensamiento de Aristóteles es un pensamiento teleológico. Todas las cosas tienden a un
fin, todo obedece a un propósito.
El pensamiento de Aristóteles se manifiesta de la mejor manera en sus Éticas y
en los tratados biológicos. La razón de ello es que es una filosofía de las causas finales
se vuelve sumamente iluminadora al estudiar la vida animal y la naturaleza moral del
hombre. En cualquier caso comprenderemos mejor la filosofía de Aristóteles si
entendemos que él ve a través de los ojos de la biología, que su modelo es el modelo de
la biología frente al modelo platónico de la matemática.
Quizás lo más asombroso de Aristóteles sea la amplitud de su sistema. No existe
campo alguno, fundamental en la filosofía y en la ciencia, sobre el que no se haya
pronunciado.
III. CRÍTICA DE ARISTÓTELES A LA TEORÍA DE LAS IDEAS DE PLATÓN
El mundo de las Ideas es el punto central de la desavenencia aristotélica con el
platonismo. Aristóteles no admite que las Ideas o Formas ideales tengan existencia real
alguna. Los objetos de la ciencia matemática son abstracciones efectuadas por nuestra
mente y no otra cosa. Por ejemplo, las figuras geométricas son sencillamente las
propiedades o atributos espaciales de los cuerpos reales, considerados éstos en
abstracción de las demás propiedades.
Para Aristóteles es de sentido común, que la realidad substancial de las cosas
reside en las cosas mismas y no en otro mundo. Este mundo es en sí mismo real y
substancial.
Cuando Aristóteles rechaza el mundo de las Ideas de Platón, el centro de la
realidad pasa a ser otra vez el mundo natural del tiempo y el cambio. Para Platón, el
mundo de las formas inmateriales, el mundo de las Ideas contenía la verdadera
Naturaleza de las cosas, y los objetos del conocimiento.
Como sabemos, el problema se encontraba a la hora de encontrar una relación
inteligible que vinculara esa Forma específica, esa Idea de Belleza, de Bien... propia del
mundo de las Ideas con los miembros individuales de la especie, con las cosas bellas,
con las cosas buenas...Pero hallar esa relación inteligible no es fácil. Para Aristóteles
Platón no explica suficientemente la relación entre los dos mundos, “conceptos como
participación e imitación son meras frases vacías y metáforas poéticas”. Aristóteles
resuelve tal dificultad drásticamente: la esencia es inmanente a la cosa misma
La teoría de las Ideas tampoco cumple su función explicativa de la realidad,
porque ellas, en su eternidad inmóvil son incapaces de explicar la existencia del
movimiento y del cambio de los seres y mucho menos, de ser causa de ellos. Este
mundo seria una mala copia del otro pues hay movimiento, cambios y pluralidad.
En resumen podemos decir que la teoría de las Ideas:
A) duplica el mundo sensible, o sea, complica más su explicación.
B) Si las esencias están separadas de las cosas es que no son sus esencias. Lo que la
sustancia es no puede estar separada de la misma sustancia, pues aquella sería otra
sustancia.
C) no explica el cambio y el devenir
D) no explica suficientemente la relación entre los dos mundos.
Aristóteles no rechaza en su totalidad la teoría de las Ideas, sino su existencia
separada. Aristóteles permanecerá fiel a lo fundamental de la herencia socrática y
platónica: la ciencia versa sobre lo general y universal, es una búsqueda de la esencia
común que se encuentra en las cosas mismas y no separada de ellas.
El mundo real ya no es un mundo de universales, de Ideas en otra parte, sino de
cosas concretas que percibimos. Aunque las cosas cambien y perezcan, debajo de esos
cambios y mutaciones hay una realidad que no hay que buscar en otro mundo sino en la
cosa misma. La esencia se encuentra en las cosas mismas.
La Naturaleza es un reino de Formas específicas, de esencias realizadas en la
materia. El principal propósito de la ciencia estaría en demostrar verdades universales
sobre esas esencias. Este es el centro de la filosofía aristotélica. Toda su filosofía está
encaminada a explicar la naturaleza de la sustancia individual, y cómo ésta puede llegar
a ser y sufrir cambios.
IV. LA LÓGICA.
Aristóteles fue el creador de la lógica, aunque tuvo su precedente en la dialéctica
de Platón. La lógica es el instrumento de la ciencia, porque Aristóteles piensa que no
hay ciencia sino de lo universal y necesario. La lógica explica la realidad deduciendo lo
particular de lo universal para ello utiliza el silogismo (discurso en el que, una vez
concedidas ciertas cosas, se siguen o concluyen necesariamente otras distintas). Además
del silogismo (de lo general a lo particular) utiliza la inducción (de lo particular a lo
general) como método para descubrir los universales.

V. LA METAFÍSICA (ONTOLOGÍA)
A la Metafísica la llama Aristóteles filosofía primera, es una ciencia que trata de
lo más universal que existe: el ser en cuanto ser y sus atributos esenciales (ontología).
Hay muchas acepciones del “ser”, unas porque son sustancias, otras porque son
modificaciones de las sustancias, otras porque están encaminadas hacia la sustancia, o
cualidades o son causas de las sustancias. Por eso incluso se dice que el no ser “es”.
Para Aristóteles hay muchas formas de ser, atendiendo a su esencia, a su apariencia o
modificaciones, pero todas ellas se refieren a una forma primordial al ser propiamente
dicho: LA SUSTANCIA (TÉRMINO PAU)
Existen muchas substancias o seres. Todas las demás formas de “ser” no son ya
sino modificaciones o accidentes de la sustancia. Cantidad, cualidad, lugar, estado,
acción…Sustancia y accidente son los “géneros” supremos del ser (llamados por él
categorías), unificados por su común referencia a la sustancia. El ser lo es todo y no es
posible añadirle nada.
El vocablo latino sustancia significa “lo que está debajo de”. Se supone que la
sustancia está de bajo de accidentes o cualidades, sirviéndoles de soporte. Lo que no es
sustancia es accidente (existe en la sustancia). De este modo accidentes o cualidades
pueden cambiar en tanto que la sustancia permanece.
Por tanto la sustancia es algo que no se confunde con otra cosa, porque es
perfectamente determinado y concreto y algo que tiene entidad en sí misma: es el sujeto
real en el que se apoyan todas las demás cosas que cambian, todos los accidentes. Con
Aristóteles este mundo recupera su propia realidad, pues es al individuo y no a la Idea- a
lo que debemos llamar ser o substancia.
Aristóteles distingue entre sus tancia primera y sustancia segunda.
La sustancia primera se refiere a las cosas físicas, materiales, concretas, el individuo
concreto; La sustancia primera es algo individual, único. Nada podría existir si no
existieran las substancias primeras. (esta mesa, este árbol, Sócrates)
Sustancias segundas se refiere a lo universal, a la especie y el género (la mesa, el
hombre). Estos como la substancia primen son también soportes.
Sócrates 1°Nivel Hombre (Especie) 2°Nivel Animal (Género) 3°Nivel
Parecería entonces que Género y Especie son entonces Universales muy
parecidos a las Ideas platónicos.
¿Vuelve Aristóteles después de todo al redil de su maestro?
No, porque las substancias segundas no pueden ser separadas de la substancia primera,
no se van, por decirlo así, al mundo de las Ideas. La sustancia segunda existe
únicamente en la sustancia primera y aunque la sustancia primera sea lo verdaderamente
real, el sustrato o soporte último, Aristóteles va a dar primacía a la sustancia segunda.
Pues las especies y los géneros son lo universal (la ciencia aristotélica estudia al
hombre, o más estrictamente, a la especie humana, pero no estudia a Sócrates o a Juan.)
La ciencia tiene como objetivo lo universal. Como biólogo Aristóteles no estudiará el
perro Sultán sino a la especie perro.
Ahora bien la noción de sustancia, la noción estricta de sustancia, es la sustancia
primera, el soporte último, el que “subyace a todas las cosas”
Aristóteles afirma que las sustancias son un compuesto de materia y forma.
Este introduce en la sustancia el concepto de devenir o desarrollo. La substancia
primera es lo que deviene, lo que se desarrolla. La sustancia primera está sometida a un
proceso de perfeccionamiento o crecimiento, pero un proceso con una dirección
determinada.
La forma es la esencia: lo que cada sustancia es, lo que hace que la materia sea
precisamente esta sustancia y no otra. La forma es la sustancia segunda, es la especie, y
es eterna. Sólo existe en la materia. Es el elemento más universal de las cosas y algo
intrínseco a ellas. Aristóteles da prioridad a la forma sobre la materia. La considera la
verdadera esencia del individuo.
Materia y forma no existen independientemente sino únicamente en el
compuesto de ambas. La forma representa el núcleo permanente e invariable del ser
individual. A su alrededor están propiedades y accidentes. Sólo la forma es inteligible,
es el elemento cognoscible de lo real. No está sometida al devenir sino que ella deviene
en otro ser.
Pero hay algo que posee las cualidades y sufre los cambios que acontecen en el
ser: la materia. Todo lo que deviene, todo lo que se desarrolla debe poseer también
materia. La materia es elemento que particulariza a cada ente. Es ininteligible. Es
susceptible de recibir una forma sin ser de hecho ninguna.
Lo que deviene o se engendra es el individuo concreto, el compuesto de materia y
forma.
Aristóteles habla de dos tipos de materia: materia primera y materia próxima. La
materia primera es algo carente de forma, de cualidades o extensión. Es incorruptible y
opera como sustrato último de toda determinación. Es informe, indeterminada, eterna,
imperceptible por los sentidos, sólo por la inteligencia.
La materia próxima constituye la diversidad de materiales que conocemos:
madera bronce, vidrio... No es una materia pura pues ya está determinada por una
forma.
Estos dos elementos de materia y forma sólo son diferenciables por el pensamiento y no
en la realidad física donde siempre están unidas.
Para explicar el movimiento de los seres individuales Aristóteles recurre a los
conceptos de POTENCIA Y ACTO ( TÉRMINO PAU)

La teoría de la potencia y el acto -que es una generalización de la teoría de la


materia y la forma- sirve para explicar el devenir o el desarrollo de la sustancia.
Según Aristóteles la naturaleza no es estática, como pretendía Parménides, pero
tampoco todo es movimiento, como decía Heráclito. Aristóteles afirma que todos
los seres naturales están en movimiento y que la naturaleza, la physis, es el
principio del movimiento y del cambio. Esto lo explica mediante la potencia y acto.
En todo ser hay lo que ese ser ya es -el acto- y su poder llegar a ser -la potencia-, lo
que todavía no es. Así, el acto y la potencia están en la misma relación que el
germen y la planta.
A. LA POTENCIA (DYNAMIS).
Es de dos tipos: a) potencia activa, facultad para producir un efecto en otra
cosa, y b) potencia pasiva, o posibilidad de pasar de un estado a otro y de recibir la
acción de una potencia activa. La potencia activa se encuentra en el agente, y la
pasiva en el que experimenta la acción: así, por ejemplo, el fuego tiene el poder de
quemar, y lo graso la posibilidad de ser quemado.

B. EL ACTO. Aristóteles utiliza dos expresiones que con mucha frecuencia


aparecen como sinónimos: enérgeia (acto) y enteléchia (carece de traducción).
Enérgeia es la acción mediante la cual algo pasa de la simple posibilidad a su
perfeccionamiento y acabamiento final; y a este término alcanzado por la acción es
lo que Aristóteles llama, en sentido estricto, enteléchia (enteles es algo cumplido,
acabado y perfecto; enteléchia deriva de télos, fin, y échein, tener, poseer; es lo que
ha sido llevado a su perfeccionamiento). El uso de ambos términos indica una
concepción dinámica y finalística del ser, lo cual explica porqué para Aristóteles
enérgeia y enteléchia acaban de ser sinónimos. Ejemplo: Potencia: "poder" ver;
Enérgeia: "ver", - enteléchia: perfección del vidente.

El acto posee prioridad absoluta sobre la potencia. Aunque una semilla parezca
cronológicamente anterior al acto, no es así: la semilla procede de un árbol en acto. El
acto es el fin de la potencia, aquello hacia lo que está orientada la potencia. Aristóteles
tenía una concepción finalista o teleológica de la realidad.

Potencia-acto y materia-forma son pares de conceptos análogos o paralelos. La


materia está en potencia respecto a la forma; la forma es lo que actualiza la materia,
la perfecciona y le confiere su ser. La forma siempre es acto.

En resumen: el movimiento es el paso de la potencia al acto. La potencia es la


fuerza podríamos decir, que reside en una cosa de pasar a otro estado o la facultad de
producir un efecto en otra cosa. Mientras que el acto es la realización de lo que está en
potencia; aquello que hace ser a lo que es. Lo que el ser ya es.
Así por ejemplo: una piedra no es un árbol, una semilla tampoco es un árbol. Sin
embargo la piedra no es ni puede convertirse en árbol mientras que la semilla no lo es
pero puede llegar a serlo.

VI. LA FÍSICA.
El físico debe de estudiar el ser compuesto de materia y forma: el ser natural.
La Física como ciencia debe de explicar el porqué del ser natural. Teniendo en
cuenta que todo ser natural está sujeto a movimiento es preciso que el físico sepa el
porqué se mueve y cuál es el número de causas que pueden explicar científicamente la
generación de los cuerpos sensibles.
LA NATURALEZA (TÉRMINO PAU)

El término naturaleza (physis) significa en Aristóteles lo que hace surgir,


desarrollar, brotar, salir a la luz, aparecer. La naturaleza es un modo de ser de las
cosas, un principio inmanente de movimiento y de desarrollo que se encuentran en
los seres naturales, por los cuales estos llegan a ser; es decir, es el motor natural del
devenir y de todas las posibles transformaciones de la sustancia. Es una fuerza
interna que posibilita su desarrollo, su paso de lo que no se es todavía, de lo que
está en potencia hasta su acabamiento en acto o resultado final. Este acto coincide
con la forma, por lo que la naturaleza de los llamados seres naturales es su
desarrollo hacia la forma, la cual es llamada también "esencia". La esencia de un
ser es aquello que determina a algo a ser lo que es, dándole sus características
propias así como su capacidad y potencialidad de desarrollo para que se convierta
en lo que tiene que ser. Así pues, la forma es la causa del movimiento y del devenir
de las sustancias corpóreas. También la naturaleza es la materia (hylé) de los seres
en tanto que ninguna forma puede darse desligada de la materia. Toda sustancia es
un compuesto de materia y forma (hilemorfismo) y, por lo tanto, todo ser natural un
compuesto de materia y forma, que se comporta de acuerdo a su peculiar
naturaleza determinada por la forma que posee, lo cual explica la variedad de seres
y actividades que se dan.

Todos aquellos que tienen por


sí mismos su principio de movimiento y
desarrollo se llaman seres naturales: los
animales crecen y se desarrollan por sí
mismos; el fuego tiende a subir
(naturalmente) hacia arriba, etc.
Aristóteles contrapone a los seres
naturales los seres artificiales. Los seres
artificiales no tienen en sí mismos el
principio por el cual llegan a ser lo que
son; una copa o un lecho o un ordenador
son producidos por la técnica y el saber de
un artesano, un productor o un técnico. El material con el cual se hacen los objetos
artificiales sí es naturaleza, pero los objetos mismos que se fabrican deben su ser a
un productor externo y no a algún principio intrínseco.

El concepto de naturaleza también se relaciona con el de causalidad,


puesto que las causas, que contribuyen al desarrollo de la sustancia, son propiciadas
por la misma naturaleza de la sustancia. Asimismo otro término que guarda
relación con el de la naturaleza es el movimiento, pues éste también alude al
desarrollo de la sustancia (alcanzar su naturaleza). Así, dice que en todo cambio
permanece un sujeto (el que cambia y se transforma) el cual pasa de la privación a
la posesión de la forma final. El Sujeto es la sustancia, lo que permanece a través de
los cambios; la Privación de la forma, que deje lo que tenía antes, para pasar a otra
cosa y la Forma final lo que la cosa termina siendo. Estos tres principios se
identifican con los de materia-forma y potencia-acto. Aristóteles define el
movimiento como "el acto de lo que está en potencia en cuanto que está en
potencia" y distingue varias clases de cambios: Sustanciales (generación, paso del
no-ser al ser; corrupción, paso del ser al no-ser) y Accidentales (cuantitativos,
crecimiento, disminución; cualitativo; alternancia o alteración -de niño a joven-;
locativo, cambio de lugar; traslación).

TEORÍA DE LA CAUSALIDAD (TÉRMINO PAU)


La noción de causa (aitía) es bastante compleja. Causa de algo es aquello
por lo cual algo es y se comporta como lo que es, y por lo tanto, proporciona
los elementos necesarios para poder explicarlo. Las causas son los principios
últimos de los que todo ser depende para realizarse como lo que es. Aristóteles
hace un estudio de los filósofos anteriores a él y concluye que todos ellos se han
fijado solamente en una causa de las cosas, y por eso han permanecido en el
error. Para Tales era el agua; para Heráclito el fuego; para Anaxímenes el aire,
etc. Para Platón sólo había dos causas: la material y la formal, pero al mediar un
abismo entre las dos se vio obligado a poner las ideas -la causa formal de las
cosas- fuera de las mismas cosas, sin poder explicar la realidad. Por tanto hay
que atender a todas las causas si queremos llegar al porqué de las cosas. Las
causas pueden ser:
A. CAUSAS INTRÍNSECAS.

Son las que se dan en el interior de la sustancia y se diferencian en Causa


material (es algo indeterminado que puede llegar a ser cualquier cosa y se
corresponde con la materia segunda o próxima) y Causa formal (es lo que hace que
una cosa sea tal cosa y no otra y se identifica con la esencia y con la naturaleza).
Ejemplo: un individuo se desarrolla hacia la forma de persona.

B. CAUSAS EXTRÍNSECAS.

Son producidas desde el exterior de la sustancia y se dividen en Causa eficiente


(agente productor de la sustancia. Tiene un sentido dinámico, por lo que ejerce una
acción transformadora) y Causa final (es el fin por el que se hace algo. Influye
sobre el agente determinando el sentido concreto de su acción).

En los seres artificiales estas cuatro causas se diferencian totalmente. La causa


material de una estatua es el bronce; la formal es lo que representa la estatua
(Atenea). La causa eficiente es el productor de la estatua: el escultor y la causa final
explica aquello por lo que se hizo la estatua, su fin (Para adornar).

En los seres naturales, las causas formal, eficiente y final coinciden: La


forma es, a la vez, fin y agente porque es la esencia de algo o su naturaleza la
que determina sus desarrollos y transformaciones que la llevan a su fin, que no
es otro que actualizar todas sus potencialidades y desplegar su propia esencia.
El fin (telos) de un ente rige de antemano todo su posterior desarrollo como
aquello en vista de lo cual algo cumple (actualiza o lleva a término) su esencia.
En esto consiste el llamado teleologismo aristotélico, en que la causa final está
presente de antemano en la causa formal: la esencia de algo lleva en sí el
camino que hay que recorrer para llegar a su propio cumplimiento y perfección.

COSMOLOGÍA.
La Física se divide a su vez en: Tratado de las esferas celestes o del cielo:
naturalezas móviles no sujetas a generación y corrupción.
Tratado de las esferas sublunares o de la generación o corrupción: naturalezas móviles
sujetas a generación y corrupción.
La cosmología tiene algunos aspectos en común con los de Platón, pero fue la
manera en la que Aristóteles la expuso y su verosimilitud, de acuerdo con los
conocimientos naturales de la época lo que mantuvo parte de su teoría vigencia hasta el
siglo XVII.
El universo que es finito y eterno de encuentra dividido en dos mundos, el
sublunar y el supralunar, reproduciendo de esta forma el dualismo platónico…

VII. TEORÍA DEL CONOCIMIENTO


Algunos filósofos presocráticos desvalorizaron, en general los sentidos
(conocimiento engañoso) y sólo la razón es apta para conocer la realidad (Parménides).
Otros como Protágoras consideraron que el conocimiento sensorial no poseía sino un
valor puramente relativo al sujeto. Platón llevó estas tendencias a su último extremo.
Aristóteles transforma profundamente estos puntos de vista, adoptando una postura
empirista. No admite más mundo que el de la experiencia, el mundo conocido por
nuestros sentidos.
No puede existir para Aristóteles ningún conocimiento en el alma previo a su
existencia en el cuerpo. El conocimiento no puede explicarse por anámnesis o
recuerdo.El conocimiento empieza por la observación de lo particular y se eleva hacia lo
general a través de la abstracción de lo particular (inducción).
Aristóteles habla de tres niveles de conocimiento: La sensación, la experiencia y
el entendimiento.
LA SENSACIÓN capta la forma sin la materia de una sustancia particular. Explica el
conocimiento a partir de los datos que le proporcionan los sentidos. Es común a
animales y hombres. Todo conocimiento arranca de una percepción sensible. A partir de
sucesivas sensaciones la memoria permite conservar las formas percibidas. Luego la
imaginación y sus imágenes son una ayuda imprescindible. Así pues partiendo de la
sensación y acumulando experiencias, se llega por inducción a la esencia universal
común, al ENTENDIMIENTO. Aristóteles distingue entre entendimiento agente (el que
abstrae las esencias de las cosas) y entendimiento paciente (el que recibe las imágenes
percibidas).
El conocimiento de lo universal da lugar a a la ciencia. La ciencia es un
conocimiento necesario y demostrativo. Es el estudio de los universales, de las esencias
y de las formas.
Aristóteles distingue varios tipos de conocimiento: experiencia, ciencia y arte.
Distingue varios tipos de ciencias: poéticas (retórica, medicina…) prácticas (ética y
política) y teoréticas (matemáticas, física, metafísica…esta última no es útil pero supone
la felicidad ).

VIII. ANTROPOLOGÍA: EL ALMA Y EL CUERPO.


Respecto a la doctrina del alma se produce en Aristóteles una evolución. En el
primer periodo defiende una visión dualista del hombre: el hombre es el alma racional,
la cual posee un parentesco con las Ideas y es inmortal.
En el segundo período El dualismo deja paso a un “instrumentalismo
mecanicista” según la expresión de Nuyens. Se mantiene todavía el dualismo cuerpo
alma pero ya no son antagónicas, sino perfectamente adaptadas la una a la otra. Niega la
inmortalidad del alma en la Ética a Nicómaco.
En el tercer período Aristóteles aplica al ser humano su teoría hilemórfica
(materia forma) y considera a la psicología como parte de la física. Es entonces cuando
escribe su tratado Sobre el alma donde expone lo siguiente:
El físico estudia el organismo vivo completo. Este cuerpo natural vivo es un
compuesto de materia y forma, donde el cuerpo es la materia y el alma la forma de ese
cuerpo que posee la vida en potencia. Todo ser vivo tiene alma si no sería un ser
inanimado. Establece una jerarquía entre los seres vivos: los de menor perfección son
las plantas, que tienen alma vegetativa, después vienen los animales, que tienen alma
sensitiva y, por último los seres humanos que tienen alma intelectiva. Cada alma
desempeña sus funciones propias y la de las anteriores. El alma intelectiva tiene la
función intelectual y volitiva.
El alma es la entelechia primera de un cuerpo natural organizado. No es
separable del cuerpo. El alma es el principio de las funciones y se define por ellas, a
saber, por las facultades motriz, sensitiva y de pensamiento o también nutritiva,
sensitiva y racional. Así el alma es aquello por lo que vivimos, percibimos y pensamos.
Es esencia y forma, no es materia, pero no puede vivir sin un cuerpo.
A diferencia de Platón Aristóteles niega la inmortalidad del alma, y la
preexistencia al cuerpo sin embargo afirma que hay una función, el intelecto agente que
es algo separado, inmortal y eterno. Defiende la unidad del alma y la sitúa por todo el
cuerpo, no en partes concretas. Le asigna varias funciones: nutritiva o vegetativa
(crecimiento, reproducción y nutrición) sensitiva (deseos, percepciones) y pensante
(pensar y entender).

IX. LA ÉTICA
OBRAS: “Gran Ética” (probablemente no es suya sino de un recopilador), “Ética a
Eudemo” (Eudemo era un discípulo suyo) Y “Ética a Nicómaco”(alude al nombre de
su hijo). Aristóteles era meteco y no participó directamente en la vida política, sin
embargo esto no menoscabó su interés por el ámbito de la praxis humana.
CONCEPCIÓN ÉTICA: Aristóteles parte en su ética del principio de que el fin último,
la meta última de todos los seres humanos es la felicidad. Una moral teleológica, en la
que lo bueno para el hombre consiste en aquello que conduce a su felicidad
( eudaimonía) por ello la ética de Aristóteles recibe el nombre de Eudemonismo.
Aristóteles distingue entre praxis, que es una acción inmanente que lleva en sí
misma su propio fin, y la poiésis, que es la producción de una obra exterior al sujeto
que realiza. La ética es una praxis íntima y personal, una reflexión práctica, encaminada
a la acción. Y la política es la coordinación de muchas acciones y por ello, en esta
última hay que tener en cuenta la voluntad de los demás. Unos fines dice Aristóteles se
subordinan a otros, existiendo una jerarquía entre ellos y en las actividades que los
producen. Habrá que determinar cuál es el fin último, querido por si mismo, que sea el
fundamento de todos los demás. Y este fin último o bien es la felicidad. (Identifica el
fin con el bien, pues el bien de algo es llegar a buen término el fin que ha de cumplir)
LA FELICIDAD (TÉRMINO PAU)
Volviendo la vista a nuestro alrededor, lo primero que observamos es que todas
las decisiones se toman y todas las acciones se realizan en función de un Fin y de un
bien que se persigue. Y este fin último, querido por sí mismo y fundamento de todos
los demás es la felicidad (eudaimonía), pues buscamos la felicidad por si misma y por
ninguna otra cosa, mientras que todo lo demás lo buscamos por ella.
La felicidad posee un valor absoluto. Es un bien perfecto y suficiente y es, por
tanto, autarqués. En realidad la autarquía con respecto a la felicidad viene a decir que
ésta es el bien que, cuando lo poseemos nos hace independientes, y el hombre es
independiente cuando posee todo lo necesario para su felicidad.
Ahora bien, ¿qué es la felicidad?. La felicidad es una cierta vida, la buena vida. El
acuerdo se acaba cuando uno pregunta en qué consiste esa buena vida y por tanto en qué
consiste la felicidad.
* Unos identifican el bien con el placer. La felicidad = la vida voluptuosa.
* Otros sitúan el bien en las riquezas. La felicidad la vida de negocios.
* Otros ponen el bien en los honores. La felicidad = la vida política.
Para Aristóteles todos se equivocan dado que no buscan el fin por sí mismo, sino, que
en el fondo son medios para conseguir otros fines. De todos modos, dice Aristóteles,
que la ausencia completa de riquezas y placeres es incompatible con la felicidad, que no
consiste en estos bienes, pero supone que “el hombre feliz necesita de los bienes
corporales y de los externos o de fortuna”
Si la felicidad no se puede dejar al arbitrio de lo que a cada uno pueda hacerle
feliz, entonces adopta una actitud teórica analizando la naturaleza humana para
contestar a la pregunta. Como los sofistas, como Platón como todos los filósofos
griegos, Aristóteles se vuelve al estudio de la naturaleza humana, estableciendo el
principio de que: cada ser es feliz realizando la actividad que le es propia y natural.
Este principio es una consecuencia de su concepción teleológica de la naturaleza en
Aristóteles. Todo ser natural tiende a realizar determinadas actividades, con ello
satisface sus tendencias y consigue la perfección y la felicidad. Ahora bien la actividad
más natural y propia del hombre es aquella que corresponde a la naturaleza de este, es la
actividad intelectual. La forma más perfecta de de felicidad sería, por tanto, la actividad
contemplativa.
La función del hombre. Cada ser busca el bien en conformidad con su propia
naturaleza. Para ser feliz cada cual debe cumplir con su fin. El hombre es “bueno” si se
ajusta a su mejor función, a su condición superior: “ser racional”. Para alcanzar la
felicidad hay que actuar virtuosamente, lograr la virtud (energeia), pero sólo se puede
obrar moralmente con la razón.
No hay que olvidar que, para Aristóteles, la naturaleza propia del hombre viene
determinada por la actividad del alma, y el alma para obrar rectamente ha de estar de
acuerdo con la virtud. Es decir, de la misma manera que nosotros consideramos bueno
al que realiza una acción excelentemente, el bien del hombre (la felicidad) estará en la
actividad virtuosa del alma racional.
Pero Aristóteles (Igual que Platón) sabe que el hombre no es sólo razón,
entendimiento. Este ideal de felicidad y perfección, es una aspiración irrealizable para la
inmensa mayoría de los hombres, por eso se hace necesario la posesión de virtudes
morales para regular las tendencias propias y el trato con los demás, así como la
posesión de bienes corporales (salud) y exteriores (bienes materiales)
La felicidad ha de consistir en una actividad del alma conforme a la razón, que
ha de durar toda la vida y ha de ir acompañada de una vida contemplativa y
circunstancias externas mínimamente favorables.
LA VIRTUD.
Según Aristóteles la virtud es una disposición del alma, una capacidad y
aptitud permanente y preferencial para comportarse de un modo determinado.
Nada más lejos del intelectualismo de Sócrates (virtud = conocimiento) . La virtud
requiere también la voluntad.
“No basta que la acción tenga un carácter determinado para que la conducta sea
justa o buena; es preciso también que el hombre actúe de un modo determinado: ante
todo que actúe a sabiendas; en segundo lugar que proceda en razón de una decisión
consciente y que prefiera esa acción por sí misma; finalmente que actúe desde una
posición firme e inquebrantable” Ética a Nicómaco libro II.
Por esta razón la virtud se adquiere por el ejercicio y el hábito: “para que un
hombre se haga justo es necesario que practique la justicia”. Así rechaza Aristóteles las
otras dos doctrinas acerca del origen de la virtud: no nacemos virtuosos por naturaleza
(aunque la predisposición natural sea importante) ni tampoco basta la enseñanza. (Ver
diferencias con Platón y sofistas )
La virtud consiste en un término medio, implica una cierta medida, un cierto
orden entre el exceso y el defecto. Es el equilibrio entre dos extremos igualmente
viciosos (el valor es un justo medio entre el miedo y la temeridad). Hay aquí un resto de
la idea pitagórica de simetría, adoptada por Platón, y también de conceptos de medida
utilizado por la medicina griega de entonces. Pero señala que este término medio no
puede establecerse en abstracto, sino de acuerdo con las circunstancias de cada uno.. En
cada caso el hombre sensato sabrá escoger cuál es el justo medio.
“La virtud es una disposición voluntaria adquirida que consiste en un término
medio en relación a nosotros, definido por la razón, tal como lo haría un hombre
sensato.”
Aristóteles distingue dos clases de virtudes: morales (éticas) e intelectuales
(dianoéticas).
Virtudes dianoéticas (propias del pensamiento, de la parte racional del hombre) y
virtudes éticas (basadas en la voluntad). Ambas expresan la excelencia del hombre y su
consecución produce la felicidad, ya que esta última es “la actividad del hombre
conforme a la virtud.”
Virtudes dianoéticas: son las virtudes propias del alma racional o también llamadas
intelectuales. Se corresponden con la parte racional del hombre. Y su origen no es
innato, sino que deben ser aprendidas a través de la educación o la enseñanza. Ejemplos
la técnica, prudencia, episteme, política…
Virtudes éticas: la virtud ética no es una fuerza, ni una pasión sino una disposición del
alma. Se ocupan de los afectos, de las acciones y de las pasiones, y consisten en el
dominio de la parte irracional del alma (sensitiva) y regular las relaciones entre los
hombres. Las virtudes éticas son adquiridas a través de los buenos hábitos, y de las
buenas costumbres. Ejemplo: la fortaleza (término medio entre miedo y audacia), la
templanza (término medio entre el libertinaje y la insensibilidad) y la justicia (dar a cada
uno lo que es debido).

X. POLÍTICA
Ética y política están íntimamente vinculados en Aristóteles. La ética desemboca
en la política y se subordina a ella, en la medida en que la voluntad individual ha de
subordinarse a las voluntades de toda una comunidad. Pero, nadie puede ser virtuoso si
no ha sido educado y la política permitirá que el Estado eduque a los hombres en la
virtud y, sobre todo en la justicia. Y esto contribuirá a la felicidad de la comunidad que
a su vez supone la felicidad de cada individuo. La felicidad sólo puede alcanzarse
viviendo con otros hombres, en la ciudad, en la polis.
SER SOCIAL (TÉRMINO PAU) Naturaleza social del hombre.
El Estado, la organización política es una dimensión más de lo humano. Todo
individuo que estuviese alejado por completo de la vida política no sería hombre sino
bestia o en todo caso una suerte de semidios.
Se es hombre en cuanto que se es animal sociable político. Esto no consiste sólo
en la capacidad de organizarse, los animales gregarios también se organizan. Se trata de
que, el hombre tiene la facultad o virtud de hablar- facultad política por excelencia y de
expresar con el habla sus conceptos acerca “del bien y del mal, lo justo y lo injusto y es
la participación y comunidad en estas cosas lo que hace a una familia y a un Estado”.
Las leyes son lenguaje social y compartido por todos. La ley no da sólo derechos sino
también impone deberes.
Por otra parte, el Estado es anterior al individuo. El problema es lógico, no
histórico: si el todo es necesariamente anterior a las partes y el individuo aislado es sólo
una parte en relación con un todo, la comunidad política será una categoría anterior al
individuo. Prueba de ello es que el individuo aislado no es autosuficiente y sin
comunidad no puede subsistir.
El Estado es autárquico y el individuo y la familia no lo son. Los seres humanos
necesitamos de la comunidad política para ser lo que somos.
La sociedad se establece por naturaleza, desde las comunidades más básicas
hasta la ciudad.
A partir de las comunidades o relaciones más básicas: hombre— mujer, amo—
esclavo, se constituye la casa. Aristóteles reconoce un instinto social pero en este caso
hace surgir las instituciones de las necesidades del hombre. La relación hombre— mujer
surgen para satisfacer la necesidad sexual, la procreación, etc. La segunda da lugar a la
estructura política de la casa: el amo es el rey. Pero hay que cubrir todavía otras
necesidades. Por ejemplo, la familia no puede producir todos los bienes. Por la unión de
casa se constituye la aldea, y de la unión de éstas, la ciudad que es el fin natural de todas
las comunidades anteriores. Toda ciudad es por naturaleza, obedece entonces a un
propósito. Concepción teleológica de nuevo.
Sólo en el Estado puede alcanzarse el reinado del bien y de la justicia, la
perfección última del hombre. Por eso el Estado no es un fin en sí mismo, y Aristóteles
no defiende un totalitarismo político: el fin del Estado es la felicidad y la perfección
moral de los ciudadanos.
Aristóteles establece una división fundamental entre los seres humanos: unos
son libres por naturaleza, otros son esclavos, también por naturaleza. Incluso entre los
hombres libres piensa que hay algunos, como los labradores, los artesanos y los
mercaderes, que no son verdaderamente libres porque tienen que trabajar para vivir, por
lo que sería preferible que estas ocupaciones estuvieran desempeñadas por esclavos.
También establece una separación entre los varones y las mujeres. Las mujeres, al tener
una naturaleza diferente de los varones, no forman parte de los seres humanos libres.
Así pues sólo los hombres libres, los que poseen bienes para vivir sin trabajar,
pueden dedicarse a las actividades intelectuales. Sólo los ciudadanos libres son los
auténticos ciudadanos.

La organizacíón del Estado.


El estilo de los análisis políticos de Aristóteles es más bien realista. Aunque no
falta muchas veces el punto de vista normativo, lo que predomina es un estudio que no
sólo tiene en cuenta “el mejor gobierno o constitución en absoluto” sino “el mejor
gobierno posible dadas las circunstancias”. Considera absurdo el ideal cínico del
“estado natural” o el universalismo imperialista de Alejandro.
Aristóteles elabora una clasificación de las formas de gobierno o constituciones
utilizando el criterio de la finalidad perseguida por sus miembros. Si el gobierno se
establece en beneficio de los gobernados será bueno y si lo hiciera en beneficio de los
gobernantes será malo.
Constituciones justas: monarquía: gobierno de uno solo, el mejor. Aristocracia:
gobierno de unos pocos, los mejores. Politeía: gobierno de muchos, de la clase media
Constituciones injustas: Tiranía: degeneración de la monarquía. Oligarquía.
degeneración de la aristocracia. Democracia: degeneración de la politeya.
Aristóteles no otorga la primacía a ninguna forma de gobierno, y se muestra
pragmático al tener en cuenta las diversas condiciones geográficas, económicas, o de
psicología de los pueblos que los conducen a uno u otro sistema. . Aristóteles se inclina
más bien por una politeía basada en las “clases medias” y gobernada por los “mejores”.
Punto de vista que coincide con su teoría ética: la virtud consiste en un término medio
adaptado a las circunstancias, a la naturaleza concreta de los hombres y a las exigencias
de la sensatez.
XI.RELACIÓN DE LA FILOSOFÍA ARISTOTÉLICA CON LA DE OTROS
AUTORES.
La filosofía de Aristóteles se puede relacionar más directamente con la de
Platón, su maestro, pero también con los antecesores a Platón .
Aristóteles consideró las teorías de los filósofos jonios y en contraposición
presentó las cuatro causas. Al igual que ellos sigue incluyendo lo “divino” dentro de la
Physis, aunque al mismo tiempo destacan la materialidad de esta.
De la escuela pitagórica hereda la consideración de la razón como proporción.
La Naturaleza es un cosmos ordenado y bello expresable en proporciones, sin embargo
se opone a la utilización de las matemáticas en un sentido pitagórico y a la visión que
estos tenían del alma y que heredará Platón
Hereda de Heráclito la necesidad de un logos que rige el orden universal. Y se
opone en cuanto no todo cambia, hay un sustrato que permanece. De Parménides el
dirigir la reflexión filosófica hacia el ser. Y le critica el haber entendido al ser en un
solo sentido: como lo que es en acto; así como el no darle a los sentidos el papel que se
merece en el conocimiento de la verdad. De los filósofos pluralistas retoma la
investigación de la Physis. Y el Nous de Anaxágoras lo reconoce como causa final en
la explicación del devenir, aunque también le critica el hecho de que lo introduce a
partir de la nada…
Aristóteles fue discípulo de Platón y como tal recibió mucha influencia de su
filosofía, pero con los años se fue separando y creando su propia filosofía. Veamos la
relación entre ambos pensadores por temáticas.
LA METAFÍSICA.
El mundo de las Ideas es el punto central de la desavenencia aristotélica con el
platonismo. Aristóteles no admite que las Ideas o Formas ideales tengan existencia real
alguna. Los objetos de la ciencia matemática son abstracciones efectuadas por nuestra
mente y no otra cosa. Para Aristóteles es de sentido común, que la realidad substancial
de las cosas reside en las cosas mismas y no en otro mundo. Este mundo es en sí mismo
real y substancial.
Para Aristóteles Platón no explica suficientemente la relación entre los dos
mundos, “conceptos como participación e imitación son meras frases vacías y metáforas
poéticas”. Aristóteles resuelve tal dificultad drásticamente: la esencia es inmanente a la
cosa misma. El mundo real ya no es un mundo de universales, de Ideas en otra parte,
sino de cosas concretas que percibimos.
La teoría de las Ideas tampoco cumple su función explicativa de la realidad,
porque ellas, en su eternidad inmóvil son incapaces de explicar la existencia del
movimiento y del cambio de los seres y mucho menos, de ser causa de ellos. Si la idea
es eterna, e inmutable la sustancia puede estar sometida a desarrollo y devenir.
Aristóteles no rechaza en su totalidad la teoría de las Ideas, sino su existencia
separada. Aristóteles permanecerá fiel a lo fundamental de la herencia socrática y
platónica: la ciencia versa sobre lo general y universal, es una búsqueda de la esencia
común que se encuentra en las cosas mismas y no separada de ellas.
TEORÍA DEL CONOCIMIENTO.

Entre los filósofos griegos y ya desde los presocráticos, la sensibilidad y la


experiencia estaban muy devaluados como fuente de conocimiento. Según Parménides,
los sentidos proporcionan conocimiento engañoso (opinión) y sólo la razón permite
conocer la realidad de manera fiable. Platón únicamente consideraba verdadero el
conocimiento de las Ideas, para lo cual los sentidos eran un continuo estorbo. Pero
Aristóteles adopta una perspectiva opuesta: no duda en devolver todo su valor a lo
empírico. Su teoría del conocimiento, por lo tanto, será empirista -aproximándose así a
Hume. No admite más mundo que el de la experiencia, el mundo conocido por nuestros
sentidos. Además, Aristóteles se opone a la utilización de las matemáticas en el sentido
pitagórico, es decir, como llave exclusiva hacia el descubrimiento de los secretos de la
naturaleza. Esta línea de investigación que seguirá Platón y, luego en el Renacimiento
Galileo, se convertirá en el fundamento del método hipotético-deductivo.

TEORÍA ANTROPOLÓGICA.

Cuerpo y alma constituyen una única sustancia, y guardan entre sí la misma


relación que la materia y la forma. Esto le lleva a considerar absurda la doctrina de la
reencarnación: el alma no puede ser forma de cualquier cuerpo. Puesto que el alma es
el principio de toda la actividad del ser vivo, no es nada distinto de esas funciones. “Si
el ojo fuera un animal, la vista sería su alma”. Es decir: cuerpo y alma no son
separables. Un cuerpo sin alma dejaría de ser un animal o un organismo vivo. Y un
alma sin cuerpo no sería nada. Queda excluida, por tanto, la preexistencia del alma o su
existencia más allá de la muerte como afirmó Platón.

Mientras Platón distinguía tres partes en el alma, Aristóteles defiende la unidad


del alma y la sitúa por todo el cuerpo, no en partes concretas. La insistencia en la unidad
total del ser vivo implica que no es el alma la que siente o piensa, sino todo el ser
humano gracias al alma. Pero sí le asigna funciones al alma: función nutritiva o
vegetativa, función sensitiva y función pensante.

TEORÍA ÉTICA

Para Platón el estudio de la ética se hallaba mediatizado por la Teoría de las


Ideas. Frente al relativismo y el escepticismo con que los sofistas consideraron la ética,
Platón la convirtió casi en una ciencia exacta. Por ejemplo, Protágoras consideraba que
"el hombre es la medida de todas las cosas" y que, por tanto, todas las opiniones son
relativas incluidas aquellas que tratan sobre el Bien. En cambio tanto Sócrates como
Platón defendieron la existencia de una definición, de un universal del Bien.

Aristóteles, se acerca a los sofistas porque no acepta la Teoría de las Ideas y


considera que no existe el bien en sí, ni existe un único Bien o Fin sino una
multiplicidad de ellos, según los individuos prefieran en la vida el honor, el
conocimiento, el dinero o el placer. Pero, al mismo tiempo, se acerca a Platón al
afirmar que, entre todos los fines, existe uno que es perfecto y suficiente, la felicidad,
cuya clave está en la razón.

Otra diferencia importante entre la ética de Platón y la de Aristóteles gira en


torno al concepto de virtud. Para Platón, por influencia del intelectualismo socrático,
la virtud es cuestión de conocimiento de la Idea del Bien, mientras que en Aristóteles el
concepto de virtud ética, el término medio, tiene que ver más con la práctica que con la
teoría, se adquiere y consolida con el ejercicio y la disciplina. Coincide con Sócrates y
Platón en que el conocimiento es una virtud y una vida virtuosa lleva a la felicidad.
Sin embargo no defiende el intelectualismo moral, lo supera. Aristóteles dirá que
hay virtudes que se adquieren por la costumbre (ethos) como la justicia, la fortaleza y la
templanza y otras derivan de la enseñanza como la sabiduría, la prudencia. Además
dice “no investigamos para saber lo que es la virtud, sino para ser buenos”.

Asimismo la virtud platónica entendida como purificación, de origen órfico,


implica la represión de las pasiones, del cuerpo y el desprecio de los bienes materiales.
Por el contrario la virtud aristotélica tiene menos tintes religiosos, acepta la importancia
del cuerpo y los bienes materiales para conseguir la felicidad. En Aristóteles las
pasiones por sí mismas no son objeto de elogio pero tampoco de censura.

Para Aristóteles la ética no es una ciencia, sino una reflexión práctica,


encaminada a la acción. Coincide también con Platón en que toda actividad humana
persigue una finalidad (Teleología) aunque no coincidan en el fin. Pues el actuar último
para Aristóteles no es una realidad trascendente, como el Bien platónico, sino el fin
perfecto: la felicidad

TEORÍA POLÍTICA.
Aristóteles se propuso al igual que sofistas, Sócrates y Platón, resolver los
problemas que planteaba la democracia ateniense. Aristóteles critica el relativismo de
los sofistas pues para él unos gobiernos son mejores que otros. Y el convencionalismo
político, pues el hombre es social por naturaleza y las leyes no tiranizan al hombre sino
que se hacen necesarias para mantener el orden. Y aunque reconoce el ansia de poder
(sofistas) también es natural al hombre el uso de la razón. Coincide con ellos en la
distinción entre ley natural (physis) y ley convencional (nomos)
Aristóteles coincide con Platón en plantear una teoría organicista del estado
(contraria al contractualismo). Para ambos el Estado es anterior al individuo y el
hombre es un ser social por naturaleza, que sólo dentro del Estado puede desarrollar su
ser. El fin de la política no es la educación o el conocimiento como en Platón sino la
acción.
Para Aristóteles como para Platón la justicia es el “orden de la comunidad civil”
y establecen una estrecha relación entre polis, Estado y felicidad. Entienden que entre
los mejores gobiernos está el aristocrático el gobierno de los mejores. Ambos ven la
justicia como una virtud que engloba las otras, sin embargo Aristóteles la ve como la
observancia a las leyes, y comportamiento conforme a una norma. Platón la ve más
ligada al conocimiento. Para Aristóteles “son justas las cosas que procuran la felicidad”.
Recordemos que para Platón lo que importa no es el bien privado sino el bien
común, el bien de la colectividad. El Estado debía de encaminarse en esa dirección
constituyéndose en una unidad perfecta, sin fisuras. Con tal fin se propugnaba la
comunidad de bienes, mujeres e hijos.
Para Aristóteles la utopía de La República le parece demasiado alejada de la
realidad, y la política debe dirigirse a lo que hay no a lo que nos gustaría que hubiera o
debería ser. El Estado no puede consistir en una unidad perfecta, ya que esto conllevaría
su propia destrucción. Igual que en un organismo las partes que lo componen están
diferenciadas entre sí. El Estado es un todo que abarca multitud de diferencias; y en ello
consiste: en la regulación mediante leyes, de todas las diferencias, de todas las
voluntades.
Para Aristóteles es un absurdo conseguir la completa unificación del Estado
mediante la abolición de la propiedad privada y la colectivización de las mujeres e hijos.
A— La comunidad de mujeres e hijos favorece el proceso revolucionario, la
descomposición del Estado y la destrucción de la recta moral.
B- La abolición de la propiedad privada, y la implantación de la colectivización impide
el ejercicio de dos grandes virtudes: la templanza y la liberalidad.

COSMOLOGÍA

Tiene algunas cosas en común con la de Platón pero la manera en que Aristóteles la
expuso, alejada del mito, y su verosimilitud, de acuerdo con los conocimientos
naturales de la época, fue lo que la mantuvo vigente durante toda la Edad Media, hasta
la revolución científica del Renacimiento.

Aristóteles sustituye el dualismo platónico (Ideas-cosas) por otro: el mundo supralunar


(perfecto, "divino" e incorruptible) y el mundo sublunar (imperfecto y corruptible).

Tanto Aristóteles como Platón afirman que el cielo es una esfera porque la esfera
-figura perfecta- es la más apropiada para los cuerpos celestes. Esta creencia será
mantenida incluso por Kepler, que sufre una enorme decepción cuando él mismo
descubre las órbitas elípticas.

Otro elemento común a la cosmología de Platón y Aristóteles es el Demiurgo o Primer


Motor, es decir, para ambos existe una causa eficiente del movimiento en el universo.
Esta idea será aprovechada por la filosofía cristiana como apoyo a la existencia de Dios
y será cuestionada seriamente durante la Ilustración por Hume y Kant.

RELACIÓN CON FILOSOFOS POSTERIORES.

Respecto al tema de la naturaleza


Influye en las investigaciones que se hicieron hasta el Renacimiento. En Santo
Tomás en la teoría del cocimiento. Parte de su teoría astronómica se mantuvo hasta la
llegada de la revolución científica. En el desarrollo del método experimental en Bacon
y Galileo.
En el Empirismo con la negación de las ideas innatas y que todo conocimiento
debe partir de la experiencia.
En Kant la idea de que el ser se dice de muchas maneras y que estas maneras se
muestran en el lenguaje científico. Aunque Kant no admitirá la posibilidad de conocer
el ser en sí.
En Marx en cuanto presenta una interpretación de la realidad como relación dialéctica
del hombre con la naturaleza y define la esencia humana en función de sus condiciones
sociales y económicas. El hombre es un animal social, es un ser real concreto.

Respecto al tema de la ética.

Los planteamientos éticos de Aristóteles se desvanecen en la filosofía helenística. El fin


perfecto y suficiente para las nuevas corrientes filosóficas ya no es la felicidad,
entendida como contemplación teórica, sino que es diferente según la escuela: cínicos
-autarquía frente a animal social-, epicúreos -placer frente a razón-, escépticos -epojé
frente a conocimiento-, estoicos -imperturbabilidad frente al término medio-.

El racionalismo ético de Aristóteles, para el que virtud y felicidad implican


necesariamente a la razón, contrasta llamativamente con el relativismo emotivista
propuesto por Hume donde la virtud es accesible sólo a través de los sentimientos.
Hume define la virtud como "cualquier acción o cualidad mental que le produce a un
espectador el sentimiento agradable de aprobación; y vicio, lo contrario". Aunque
ambos coinciden en tratar la ética desde el análisis de la naturaleza humana.

Dentro del planteamiento ético de Kant la ética de Aristóteles es calificada de


moral material por su carácter hipotético y normativo. La propuesta formal de Kant
aspira a superar el relativismo de las éticas materiales como las de Aristóteles mediante
el imperativo categórico.

LA FELICIDAD La felicidad se encuentra en la contemplación de Dios (tomismo).


Hume la entiende como un placer que se puede difundir, como el placer del mayor nº de
hombres… Con Kant la felicidad forma parte integrante del sumo bien, el cual es la
síntesis de virtud y felicidad. Con el utilitarismo el móvil de la conducta son los
sentimientos sociales, la empatía y la felicidad se entiende cuando es para el mayor
número de personas, bien social por encima del bien individual. En el Romanticismo
hay cierto desinterés por el tema de la felicidad….
La felicidad en el siglo XX se plantea en términos de no represión, herencia de
Freud y donde la infelicidad es causada por la cultura. Un ejemplo de ello es Marcuse,
en Eros y civilización, para quien la felicidad sólo puede conseguirse en una sociedad
no represiva, donde el hombre se ha liberado de una razón dominadora y de un sistema
político totalitario. La felicidad individual va ligada a la libertad social pues esta es
posible con un cambio social. “La lucha por la existencia se convierte en cooperación
para un hombre libre desarrollado y realización de necesidades individuales de la
satisfacción en la que convergen razón y felicidad”.

Respecto al tema de la política.

Aristóteles mantuvo siempre el ideal de la pequeña ciudad-Estado. Consideraba


absurdo el ideal cínico o epicúreo de la autarquía a o autosuficiencia del individuo.
Para Aristóteles el hombre es un ser por naturaleza social.

En cuanto a la preferencia por las distintas formas de gobierno muestra la misma


clasificación que los sofistas: monarquía, aristocracia y democracia, con sus
degeneraciones en tiranía, oligarquía y demagogia (a la que llama, sin más,
"democracia"). En las tres primeras gobiernan los mejores y más virtuosos,
teniendo como objetivo el bien común y no la satisfacción personal de los
más fuertes como defendieron algunos sofistas. Sólo cuando optan por el
provecho particular derivan hacia las formas degeneradas de gobierno

La teoría organicista del Estado presente en Platón y Aristóteles, según la cual el


Estado es anterior al individuo y el hombre es un ser por naturaleza social que sólo
dentro del Estado puede desarrollar su ser contrasta con las teorías contractualistas de
Hobbes, Rousseau o Kant. Así, tanto Hobbes como Kant defienden que el hombre en
estado de naturaleza no es un ser social sino que vive en un estado de guerra de todos
contra todos. Según Kant, el motor del progreso social no es la insociable sociabilidad
del hombre.

Asimismo, el carácter ético del Estado que se deriva del organicismo político de
Platón y Aristóteles que implica que la función del Estado es la virtud de los individuos
es ajena al contractualismo de Kant quien considera que el Estado, ajeno a cualquier
paternalismo, debe limitarse a garantizar la libertad política negativa o colibertad.

ÉTICA NICOMÁQUEA LIBRO I

RELACIÓN DEL CONTENIDO DEL TEXTO CON EL PENSAMIENTO DEL


AUTOR.
El punto de partida de la Fª aristotélica fue la crítica a la teoría de las Ideas de
Platón, lo que hizo que la realidad apareciera bajo diversas formas y se ampliara el
campo del saber. Se planteó de nuevo la investigación de la physis y desarrolló una
ética como parte de una política realista y en coherencia con el saber de la physis.
En relación a su teoría antropológica y del conocimiento:
El sujeto ético es un ser natural compuesto de materia y forma que constituye
una unidad inseparable. El alma es su esencia y posee unas facultades en común con
otros seres vivos, pero también posee unas facultades en común con otros seres vivos,
pero también posee la facultad racional que le permite captar la forma sustancial de los
demás seres vivos. El alma ni preexiste ni sobrevive al hombre. No hay ideas innatas.
Es una unidad sustancial que da vida al cuerpo. Divide el alma según sus funciones
(vegetativa, sensitiva e intelectual) y da prioridad a la función intelectual.
Conocemos la felicidad por la experiencia, comenzamos por la observación de lo
particular hasta llegar a través de la abstracción a lo universal.
En relación con la teoría ontológica.
Aristóteles reconoce que el estudio de la ética, como de la política corresponde
al saber práctico, porque su objeto afecta a la acción: lo que interesa saber es lo que el
ser humano puede y quiere hacer. La idea fundamental de la ética es que el ser humano
es un ser como el resto de seres naturales, tiene su perfección en la consecución de un
fin. La filosofía se ocupa del bien del individuo. Conseguir el bien es el fin que
buscamos. Su bien es su fin. Y esto no puede ser más que la felicidad, que obtendrá en
la realización de sus funciones. La felicidad es real y concreta como el ser y va ligada a
la virtud como en Platón.
Relación con la ética.
Cada hombre es feliz realizando la actividad que le es propia y natural. La
función propia del ser humano racional es la realización de sus facultades mediante la
práctica y el cultivo virtuoso de éstas. Aristóteles distingue entre virtudes del
entendimiento que pertenecen a la facultad racional y proporcionan la felicidad de estar
en posesión del conocimiento contemplativo. La contemplación de la verdad. Como
conseguir esto es difícil hay que conformarse con una felicidad limitada, la que se
consigue viviendo una vida virtuosa y para ello se hacen necesarias las virtudes de la
voluntad (Ëticas) que pertenecen a la facultad pasional y proporcionan la felicidad de
comportarnos adecuadamente en lo que se refiere a nuestras acciones propias de seres
humanos, pues ellas nos permiten dirigir nuestra voluntad de acuerdo a lo que enseña la
frónesis de la facultad racional. La virtud ética dispone nuestra elección hacia un
término medio relativo a nosotros.
Las virtudes morales perfeccionan nuestro carácter y las virtudes intelectuales
perfeccionan nuestra inteligencia. Además de una vida virtuosa se hace necesario otros
bienes externos para ser feliz así como bienes corporales (salud).
Ahora bien la felicidad sólo se puede alcanzar viviendo con otros hombres , en la
ciudad, en la polis.
Relación con la política.
La vida social dentro de la polis nace de la naturaleza del ser humano, pues sólo
en la convivencia puede alcanzar su fin, que es la perfección moral e intelectual. Pero
según Aristóteles no hay que considerar tanto la organización del mejor Estado, que
sería el monárquico, como el mejor posible de realizar, que es la República con una
mayoría de clase media en el gobierno. Los políticos deben velar por la virtud de los
ciudadanos y para ello deben crear leyes que repriman a los viciosos.

TEXTO : Ética a Nicómaco. Libro I , 7: El bien del hombre es un fin en sí mismo,


perfecto y suficiente, pp. 139-143.

La Ética a Nicómaco esta organizada en torno a cuatro núcleos fundamentales:

1. Naturaleza de la felicidad y del bien del hombre (libro I).


2. Examen de las virtudes, que son los medios mediante los cuales el hombre
puede perfeccionar su naturaleza por encima de la animalidad (libro Pero
volvamos de nuevo al bien objeto de nuestra investigación e indaguemos qué es.
Porque parece ser distinto en cada actividad y en cada arte: uno es, en efecto, en
la medicina, otro en la estrategia, y así sucesivamente. ¿Cuál es, por tanto, el
bien de cada una? ¿No es aquello a causa de lo cual se hacen las demás cosas?
Esto es, en la medicina, la salud; en la estrategia, la victoria; en la arquitectura,
la casa; en otros casos, otras cosas, y en toda acción y decisión es el fin, pues es
con vistas al fin como todos hacen las demás cosas. De suerte que, si hay algún
fin de todos los actos, éste será el bien realizable, y si hay varios, serán éstos.
Nuestro razonamiento, a pesar de las digresiones, vuelve al mismo punto; pero
debemos intentar aclarar más esto.s II al VII).
3. Examen de la amistad, forma suprema de excelencia humana (libros VIII y IX).
4. Naturaleza del placer y de la felicidad (libro X).
1. Multiplicidad del bien o el fin. Jerarquía de los fines.

“Pero volvamos de nuevo al bien objeto de nuestra investigación e indaguemos qué es.
Porque parece ser distinto en cada actividad y en cada arte: uno es, en efecto, en
la medicina, otro en la estrategia, y así sucesivamente. ¿Cuál es, por tanto, el
bien de cada una? ¿No es aquello a causa de lo cual se hacen las demás cosas?
Esto es, en la medicina, la salud; en la estrategia, la victoria; en la arquitectura,
la casa; en otros casos, otras cosas, y en toda acción y decisión es el fin, pues es
con vistas al fin como todos hacen las demás cosas. De suerte que, si hay algún
fin de todos los actos, éste será el bien realizable, y si hay varios, serán éstos.
Nuestro razonamiento, a pesar de las digresiones, vuelve al mismo punto; pero
debemos intentar aclarar más esto.”

El bien que persigue la investigación es el bien supremo, e1097-a] Pero


volvamos de nuevo al bien objeto de nuestra investigación e indaguemos qué es. Porque
parece ser distinto en cada actividad y en cada arte: uno es, en efecto, en la medicina,
otro en la estrategia, y así sucesivamente. ¿Cuál es, por tanto, el bien de cada una? ¿No
es aquello a causa de lo cual se hacen las demás cosas? Esto es, en la medicina, la salud;
en la estrategia, la victoria; en la arquitectura, la casa; en otros casos, otras cosas, y en
toda acción y decisión es el fin, pues es con vistas al fin como todos hacen las demás
cosas. De suerte que, si hay algún fin de todos los actos, éste será el bien realizable, y si
hay varios, serán éstos. Nuestro razonamiento, a pesar de las digresiones, vuelve al
mismo punto; pero debemos intentar aclarar más esto. l fin último de la vida humana. El
problema es que cada actividad humana, cada arte (techné: saber hacer, producir o
fabricar a partir de unas reglas y principios), tienen un bien distinto que es el fin, la meta
que busca cada una. Del mismo modo que el ser se dice de muchas maneras, el bien es
diferente según el arte del que hablemos. Aristóteles observó en la Metafísica que existe
un sentido del ser privilegiado respecto al cual se dicen todos los demás, esto es, que
todas las categorías se dicen respecto de la sustancia y son, por lo tanto, meros
accidentes. En la Ética busca Aristóteles aquel bien, fin o meta respecto al cual se
ordenen todos los demás fines. Éste será el fin último, el bien más perfecto. Tiene que
haber un bien o fin que lo sea de todos los actos del hombre, un bien o fin que sea, por
lo tanto, el bien supremo o fin último de nuestra actuación en cuanto seres humanos.

2. El fin perfecto

“Puesto que parece que los fines son varios y algunos de éstos los elegimos por otros, como la
riqueza, las flautas y, en general todos los instrumentos, es evidente que no son todos
perfectos, pero lo mejor” parece ser algo perfecto. Por consiguiente, si hay sólo un bien
perfecto, ése será el que buscamos, y si hay varios, el más perfecto de ellos.

Ahora bien, al que se busca por sí mismo le llamamos más perfecto que al que se busca por
otra cosa, y al que nunca se elige por causa de otra cosa, lo consideramos más perfecto que a
los que se eligen, ya por sí mismos, ya por otra cosa. Sencillamente, llamamos perfecto lo que
siempre se elige por sí mismo y nunca por otra cosa”

Los bienes o fines que no son perfectos, no pueden ser el bien o fin que
buscamos, puesto que en realidad son medios para alcanzar otros bienes o fines, como
ocurre con los instrumentos, que los utilizamos como medios para alcanzar otra cosa.
Aristóteles pone como ejemplos de bienes o fines instrumentales las riquezas y las
flautas, en cuanto son medios para alcanzar otra cosa, vivir desahogadamente y hacer
música. Estos no son, por lo tanto, bienes perfectos. Si hubiera varios bienes perfectos,
o fines perfectos, el bien y el fin que buscamos tendría que ser el más perfecto, aquel al
que se ordenaran todos los demás. Aristóteles, no lo olvidemos, tiene una visión
jerárquica de los seres, lo que significa que entre los distintos seres tiene que existir el
ser más perfecto. Y lo mismo ocurre entre los bienes y entre los fines, tiene que haber
un bien y un fin que sea más perfecto que los demás bienes y fines.

3. La felicidad es el fin perfecto.

“Tal parece ser, sobre todo, la felicidad, pues la elegimos por ella misma y nunca por
otra cosa, mientras que los honores, el placer, la inteligencia y toda virtud, los
deseamos en verdad, por sí mismos (puesto que desearíamos todas esas cosas,
aunque ninguna ventaja resultara de ellas), pero los deseamos a causa de la
felicidad, pues pensamos que gracias a ellos seremos felices. En cambio, nadie
busca la felicidad por estas cosas, ni en general por ninguna otra”

Finalmente, Aristóteles nos dice en qué consiste el bien supremo y el fin último
del hombre: la felicidad. En efecto, la felicidad es un bien que no se busca para
conseguir otro bien, sino que se busca por sí mismo; ni es un fin que se busque como
medio para conseguir otro fin. Existen tres tipos de fines: los que se quieren por otra
cosa como el dinero, los que se quieren por sí mismos y por otra cosa como los honores,
el placer o la inteligencia y, por último, aquel que sólo se quiere por sí mismo que es la
felicidad.

4. La autarquía

“Parece que también ocurre lo mismo con la autarquía, pues el bien perfecto parece ser
suficiente. Decimos suficientemente no en relación con uno mismo, con el ser que vive
una vida solitaria, sino también en relación con los padres, los hijos y mujer, y, en
general, con los otros amigos y conciudadanos, puesto que el hombre es por naturaleza
un ser social.

No obstante, hay que establecer un límite en estas relaciones, pues extendiéndolos a los
padres, descendientes y amigos de los amigos, se iría hasta el infinito. Pero esta
cuestión la examinaremos luego.”

Hay otro bien, nos dice Aristóteles, que también parece buscarse por sí mismo:
la autarquía o la autosuficiencia, que parece ser también un bien perfecto. Pero, en
realidad, la autarquía o autosuficiencia no la consigue el individuo aislado, sino la
comunidad política, la polis.

Para los cínicos del s. III a.C., una vez desaparecida la polis ateniense por la expansión
del imperio helenístico, el ideal ético será la autarquía o autosuficiencia.

5. La felicidad: fin perfecto y suficiente. La superabundancia de bienes.

“Consideramos suficiente lo que por sí solo hace deseable la vida y no necesita nada, y
creemos que tal es la felicidad. Es lo más deseable de todo, sin necesidad de
añadirle nada; pero es evidente que resulta más deseable, si se le añade el más
pequeño de los bienes, pues la adición origina una superabundancia de bienes, y,
entre los bienes, el mayor es siempre más deseable. Es manifiesto, pues, que la
felicidad es algo perfecto y suficiente, ya que es el fin de los actos.”

Aristóteles se reafirma en su idea de que la felicidad es el único bien perfecto. Es


perfecto porque a su consecución se deben orientar todos nuestros actos en cuanto seres
humanos. Y es suficiente porque una vez poseído no necesitaremos de nada más.
Aunque, como dice Aristóteles en este fragmento, podemos añadirle más bienes (como
los materiales) y obtendremos así una superabundancia de bienes lo cual no afecta
negativamente a la felicidad.

6. Felicidad: función del hombre: la razón.

“Decir que la felicidad es lo mejor parece ser algo unánimemente reconocido, pero, con
esto, es deseable exponer aún con más claridad lo que es. Acaso se conseguiría
esto, si se lograra captar la función del hombre. En efecto, como en el caso de un
flautista, de un escultor y de todo artesano, y en general de los que realizan
alguna función o actividad parece que lo bueno y el bien están en la función, así
también ocurre, sin duda, en el caso del hombre, si hay alguna función que le es
propia. ¿Acaso existen funciones y actividades propias del carpintero, del
zapatero, pero ninguna del hombre, sino que éste es por naturaleza inactivo? ¿O
no es mejor admitir que así como parece que hay alguna función propia del ojo y
de la mano y del pie, y en general de cada uno de los miembros, así también
pertenecería al hombre alguna función aparte de éstas? ¿Y cuál, precisamente,
sería esta función? El vivir, en efecto, parece también común a las plantas, y
aquí buscamos lo propio. Debemos, pues, dejar de lado la vida de nutrición y
[1098-a] crecimiento. Seguiría después la sensitiva, pero parece que también
ésta es común al caballo, al buey y a todos los animales. Resta, pues, cierta
actividad propia del ente que tiene razón, y por otra, la posee y piensa”.

Aunque sabemos que el bien supremo del hombre, y por lo tanto su fin último,
es la consecución de la felicidad, es preciso seguir investigando para determinar en qué
consiste la felicidad. Aristóteles aduce una serie de ejemplos para indicar que, así como
los bienes de cada actividad humana (flautista, escultor, artesano), están en relación con
la función que desempeñan, también la actividad que corresponde al hombre en cuanto
tal, en cuanto es hombre (no “en cuanto es flautista, escultor o artesano”), tiene Y como
esta vida racional tiene dos significados, hay que tomarla en sentido activo, pues parece
que primordialmente se dice en esta acepción que estar en relación con la función
humana. ¿Cuál es, pues, la función o actividad propiamente humana?. No las que tienen
relación con la vida, como la nutrición o el crecimiento, pues esas son actividades
comunes al hombre y a las plantas; tampoco las que tienen relación con la sensación,
pues esas son actividades comunes al hombre y a los animales. Sólo queda, por lo tanto,
la función o actividad racional, que sí es propia del hombre. La felicidad del hombre,
concluye Aristóteles, tiene que tener relación con su función o actividad racional.
Distingue Aristóteles en el hombre la capacidad o facultad de razonar y el acto o
actividad de razonar. La felicidad no se alcanza simplemente por poseer la capacidad o
facultad de razonar, sino con la actividad de la razón.

7. Virtud: excelencia de la razón. Topos de virtud.


“Si, entonces, la función propia del hombre es una actividad del alma según la razón, o
que implica la razón, y si, por otra parte, decimos que esta función es
específicamente propia del hombre y del hombre bueno, como el tocar la cítara
es propio de un citarista y de un buen citarista, y así en todo añadiéndose a la
obra la excelencia queda la virtud (pues es propio de un citarista tocar la cítara y
del buen citarista tocarla bien), siendo esto así, decimos que la función del
hombre es una cierta vida, y ésta es una actividad del alma y unas acciones
razonables, y la del hombre bueno estas mismas cosas bien y hermosamente, y
cada uno se realiza bien según su propia virtud.” “y si esto es así, resulta que el
bien del hombre es una actividad del alma de acuerdo con la virtud, y si las
virtudes son varias, de acuerdo con la mejor y más perfecta”

Ahora bien, igual que la función del citarista es tocar la cítara, y la del buen
citarista tocarla bien; la función del hombre es la actividad racional, y la del hombre
bueno la actividad racional buena. En terminología aristotélica, si añadimos a la acción
la excelencia obtenemos la virtud, esto es, si un citarista toca la cítara de un modo
excelente le llamamos virtuoso del instrumento. Si un hombre ejercita la razón de un
modo excelente le llamamos virtuoso en el sentido pleno de la palabra

¿Qué modos excelentes hay de ejercitar la razón? Si respondemos a esta pregunta


estaremos respondiendo a la pregunta ¿Cuáles son las virtudes? La respuesta de
Aristóteles es la siguiente: Las virtudes son de dos tipos:

1. Las virtudes éticas, que tienen que ver con el comportamiento, y se adquieren y
consolidan con el ejercicio y la práctica. Entre estas virtudes describe Aristóteles
la generosidad, la veracidad, la moderación, el valor, que son términos medios
entre extremos; así el valor es un término medio entre la temeridad y la
cobardía. De todas las virtudes éticas la más importante es la justicia puesto que
es aquella en la que se apoya la solidaridad necesaria para la cohesión de la
polis. Del mismo modo, que la justicia es la mayor virtud ética porque garantiza
la convivencia en la polis, la injusticia es el peor mal porque pone en peligro la
estabilidad social.
2. Las virtudes dianoéticas tienen que ver principalmente con el conocimiento, con
el cultivo de la ciencia. Las ciencias pueden ser de tres tipos: teoréticas (saber
necesario de los primeros principios y sus causas: Filosofía primera, Física,
Matemáticas y Teología), prácticas (saber actuar como ciudadano, su objetivo es
la prudencia: Política, Economía y Ética) y productivas (saber hacer, producir o
fabricar a partir de unas reglas y principios conocidos: Gramática, Dialéctica,
Retórica, Poética, Música, Medicina, etc.) La virtud mejor y más perfecta, es
decir, el ejercicio más excelente de la razón corresponde a las ciencias teoréticas,
a la actividad contemplativa que prácticamente iguala al hombre a los dioses.

8. Una vida entera

“y además en una vida entera. Porque una golondrina no hace el verano, ni un solo día,
y así tampoco ni un solo día ni un instante (bastan) para hacer venturoso y feliz.”

Además, una actividad racional buena no se consigue por hacer un acto bueno de razón
ni uno se convierte en justo por realizar un acto de justicia. Del mismo modo que una
golondrina no trae el verano sino que han de traerlo muchas de ellas. Aristóteles no
entiende la felicidad como algo que pueda ser dicho de un instante o de un día sino que
la felicidad es algo propio de un hábito, de toda una vida entregada a desarrollar el
hábito de razonar de modo excelente, a la virtud. Esto significa, además, que los niños y
adolescentes no puede decirse con propiedad que sean felices.

9. Bosquejo que el tiempo ha de terminar de completar.

“Sirva lo que precede para describir el bien, ya que, tal vez, se debe hacer su bosquejo
antes de describirlo con detalle. Parece que todos podrían continuar y completar
lo que está bien bosquejado, pues el tiempo es buen descubridor y coadyuvante
en tales materias. De ahí han surgido los progresos de las artes, pues cada uno
puede añadir lo que falta”.

Aristóteles termina diciendo que no ha pretendido sino hacer una primera


descripción del bien en que consiste la felicidad del hombre, y que se debe continuar y
completar su investigación. Los progresos de las artes provienen de que los discípulos
han completado los bosquejos del maestro.

10. Ciencias teóricas, prácticas y productivas.

“Pero debemos también recordar lo que llevamos dicho y no buscar del mismo modo el
rigor en todas las cuestiones, sino, en cada una según la materia que subyazga a
ellas y en un grado apropiado a la particular investigación. Así, el carpintero y el
geómetra buscan de distinta manera el ángulo recto: uno, en cuanto es útil para
la obra; el otro busca qué es o qué propiedades tiene, pues aspira a contemplar la
verdad. Lo mismo se ha de hacer en las demás cosas y no permitir que lo [1098-
b] accesorio domine lo principal”

Advierte, sin embargo, que en no todas las cuestiones se puede alcanzar el


mismo grado de conocimiento, pues esto depende de la materia que se pretende conocer
y de los sujetos que buscan ese conocimiento. Esto es, no investiga del mismo modo un
carpintero que un matemático. Al carpintero la geometría le interesa en función de su
obra mientras que al matemático la geometría le interesa en sí misma. En cada caso la
profundidad del conocimiento es diferente.

11. Hechos y principios.

“Tampoco se ha de exigir la causa por igual en todas las cuestiones; pues en algunos
casos es suficiente indicar bien el hecho, como cuando se trata de los principios,
ya que el hecho es primero y principio. Y de los principios, unos se contemplan
por inducción, otros por percepción, otros mediante cierto hábito, y otros de
diversa manera. Por tanto, debemos intentar presentar cada uno según su propia
naturaleza y se ha de poner la mayor diligencia en definirlos bien, pues tienen
gran importancia para lo que sigue. Parece, pues, que el principio es más de la
mitad del todo, y que por él se hacen evidentes muchas de las cuestiones que se
buscan”.

Asimismo, dependiendo del tipo de conocimiento se procederá a investigar las


causas de una manera u otra. En “algunos casos es suficiente indicar bien el hecho” ya
que el hecho puede ser “primero y principio”. Para Aristóteles, el conocimiento en
general debe proceder por inducción: desde lo más conocido para nosotros, la
experiencia sensible, hasta lo más conocido, el universal. En el terreno de la Ética el
proceso del conocimiento debe proceder de ese modo pero ocurre que es posible que los
hechos ( el qué )se nos muestren con una claridad tal que no exista ninguna necesidad
de las causas (del por qué). Lo que Aristóteles tiene en mente es que en el terreno de la
Ética lo perfecto es la polis y las costumbres atenienses y que, por tanto, es posible que
atendiendo simplemente a las buenas costumbres griegas, a las nociones comunes de lo
noble y lo justo, demos directamente con los primeros principios.

En cualquier caso, una ciencia es tanto más perfecta cuando más cerca está de
los primeros principios y causas. A estos principios se accede de diversas maneras y
habrá que utilizar la adecuada en cada ciencia. Esto es, en unos casos mediante
inducción (a partir de la experiencia de casos particulares llegamos a los conceptos más
generales), en otros por percepción (la inteligencia, el nous, en ocasiones, es capaz de
contemplar directamente los principios) y en otros mediante cierto hábito (así el
taxonomista –después de un largo entrenamiento- intuye inmediatamente cuáles son los
rasgos genéricos y diferenciales de una especie) . De todos modos y sea como sea
siempre será mejor acceder a los principios ya que a partir de ellos es mucho más fácil
adquirir el conocimiento: Los principios son más de la mitad del todo, es decir, una vez
que tienes los principios ya tienes más de la mitad del camino andado.

ASPECTOS A VALORAR EN LA FILOSOFÍA ARISTOTÉLICA.

1. Bien, Fin. Relativismo sofista, Idea del Bien en Platón y multiplicidad de bienes
pero bien o fin perfecto en Aristóteles (la felicidad)
2. Virtud. ¿Es preferible el término medio o el exceso en las pasiones. ¿Es
preferible la contemplación de los primeros principios o la pasividad, el placer,
los honores?
3. Felicidad. Sólo está al alcance de una clase social: los hombres libres filósofos.
No son filósofos los niños (¿no es mejor la ignorancia que el conocimiento?), las
mujeres (misoginia) ni los esclavos (la felicidad aristotélica implica la esclavitud
de una mayoría). Comparar con Epicuro, Séneca, Diógenes, Pirrón y Erasmo.
4. Política:
o El hombre es un ser social en Platón y Aristóteles pero no para los
cínicos. ¿somos sociables?
o Estado educador-Estado democrático. ¿Virtud o Libertad?.
o Igualdad de sexos: La misoginia de Aristóteles refleja los prejuicios de
la época. Platón plantea una utopía igualitarista pero tiránica. ¿Quién te
convence más?
5. Otras: ¿ Se puede conocer la realidad tal cual es?, ¿Qué podemos conocer y
cómo? ,¿Existe el alma, está unida al cuerpo , es inmortal? ¿Podemos establecer
un orden en los seres vivos y en los seres humanos?

EJEMPLO DE VALORACIÓN
Para valorar el pensamiento de Aristóteles en relación al tema de la Felicidad se
va a contestar a los siguientes interrogantes: ¿Qué es la felicidad? ¿Quiénes son felices?
¿Es una condición la libertad para la felicidad?
¿Qué es la felicidad?
Aristóteles era consciente de que había muchas maneras de entender la felicidad
y entre las más equivocadas destacaba la de acumular riquezas y entre las más excelsas
era la contemplación de la verdad, pero eran pocos los que llegaban a ellas. Hoy en día,
igual que entonces, mucha gente sigue pensando que la felicidad va ligada al placer
(cuerpo) y al dinero (bienes externos) y que el conocimiento de ser importante, lo sería
como un medio para conseguir dinero. En una sociedad capitalista, hedonista,
individualista, la felicidad está en tener, consumir… en satisfacer necesidades reales o
que al menos aparentan ser reales. La felicidad se dirige a la vida privada, a un interés
por lo referente al propio yo: terapias, masajes, cuidado del cuerpo y desinterés por la
vida colectiva y la felicidad común.
Sin embargo, también ahora, algunos pensadores van más allá de esa visión de
la felicidad. Así pensadores como B. Russell que defendió la noción de felicidad en la
que “considera indispensable la multiplicidad de intereses, un cambio en la relación del
hombre con las cosas y con los otros hombres y por tanto la eliminación del
egocentrismo, del enclaustramiento en sí mismo y en las propias pasiones.”
Desde Heidegger y Marcel , desde la Filosofía de la sospecha (Freud, Marx y
Nietzsche) que luego influirán a la Escuela de Frankfurt… Desde ellos se critica la
sociedad de consumo, el capitalismo, la cultura represora, la deshumanización del
hombre… Nada de esto lleva a la felicidad…”No está en el valor del hombre sino en el
ser”, decía Marcel. Estos pensadores apelan a lo esencial del ser humano, proponen
otras formas de entender la felicidad que si no coinciden en algunos aspectos con lo
que decía Aristóteles si coinciden algunos en el papel importante que juega la razón en
la búsqueda de la verdad para la consecución de la felicidad. Apelan a lo esencial del ser
humano, a su capacidad para tomar conciencia de sí mismo, al ser del hombre
(naturaleza humana) para llegar a la verdad. A la felicidad se llega por el conocimiento,
por la conciencia de que ésta no está en las cosas sino en el ser humano.
Puede resultar fácil decir qué es la felicidad para mi, pues lo que me hace feliz
es…pero no dar una definición válida para otros. En mayor o menor medida la felicidad
si va ligada a la virtud y al conocimiento pero también a los placeres, a la ataraxia, al
autocontrol…y así como va ligada a lo personal e íntimo, también lo está a lo social y
compartido. Muchos manuales de autoayuda dicen que la felicidad hay que buscarla en
el interior, sin embargo los ojos son, a veces obligados, o dirigidos a buscar fuera.
¿Quiénes son felices?
Aristóteles decía que la felicidad la conseguían sólo los varones, adultos y libres,
ni jóvenes, ni mujeres ni trabajadores, ni esclavos, pues eran inferiores por naturaleza y
los jóvenes por no tener tiempo para desarrollar las virtudes intelectuales.
Contestando a la pregunta de antes Marcuse puede ofrecer una respuesta en
cuanto entiende la felicidad como la forma de vida no represiva. En Eros y civilización
invoca una forma de vivir no represiva, propone un cambio social en la que el tiempo de
trabajo se reduce al mínimo y el tiempo libre es liberado de todos las ocupaciones
impuestas. El sistema capitalista enajena al individuo, lo reprime y este separa la esfera
instintiva de la intelectual, el placer del pensamiento…Todo esto le lleva a la
infelicidad. El hombre debe liberarse y para ello se hace preciso un cambio social.
Marcase no se plantea el tema de la felicidad desde la naturaleza humana (instinto más
intelecto) sino desde las condiciones sociales que hacen o no al hombre feliz.
¿La felicidad individual depende de una determinada forma de gobierno?
Pues sí, aunque en los tiempos que corren parece cada vez más que “el hombre
masa”, el hombre medio, se aleja de la política (pues siente que los gobernantes hacen y
deshacen a criterio personal y que nosotros no participamos de la política más que para
votar) se hace necesario reflexionar sobre el papel que el esfuerzo personal, nuestras
acciones individuales y decisiones tienen en el logro del bienestar social , y por tanto
individual . Promulgar leyes y proporcionar una serie de bienes al hombre sigue siendo
hoy función del Estado. Y es función de éste, por medio de educadores, hacer ver lo real
y hacer ver la necesidad del compromiso personal y social, en la necesidad de participar
en las decisiones y cambios sociales…en la necesidad de actuar como decía Aristóteles.
Aristóteles era hijo de su época y no supo sustraerse a los prejuicios culturales
de la sociedad. Poniendo en práctica la Fª de la sospecha es probable que estemos
haciendo hoy en día lo mismo. Tal como diría Gadamer, queriendo sustraernos a los
prejuicios culturales de nuestra sociedad, estemos cayendo en ellos. Sólo nos cabe
esperar actuar y que la razón de ahora nos ayude a superar las circunstancias y los
prejuicios de nuestra sociedad.
¿Se puede ser feliz lejos de la comunidad, sin ser consciente de la realidad que te
rodea, no sintiéndote libre, en la irracionalidad…?

TEXTO PARA COMENTAR.


Los bárbaros (no-griegos) no son verdaderos hombres, así como tampoco lo
son los niños o los retrasados mentales. Les falta el alma racional. Aristóteles defiende
que lo superior debe dominar a lo inferior. Así, es justo que estos seres inferiores les
sean encomendados como esclavos a los superiores.
Planteamientos parecidos fueron los que justificaron la esclavitud y las masacres de los
españoles durante la conquista de América. Si bien los españoles aceptaron en general
que los indígenas eran seres humanos, los definieron como incapaces que, al igual que
los niños o los discapacitados, no eran responsables de sus actos. Con esa justificación
sostuvieron que debían ser "encomendados" a los españoles. La encomienda fue una
institución característica de la colonización española de América del sur y Filipinas,
establecida como un derecho otorgado por el Rey en favor de un súbdito español
(encomendero) con el objeto de que éste percibiera los tributos que los indígenas debían
pagar a la corona, en consideración a su calidad súbitos de la misma; a cambio, el
encomendero debía cuidar del bienestar de los indígenas en lo espiritual y en lo terrenal,
asegurando su mantenimiento y su protección, así como su adoctrinamiento cristiano.
Sin embargo, se produjeron abusos por parte de los encomenderos y el sistema derivó
en formas de esclavitud, al reemplazarse, en muchos casos, el pago en especie del
tributo…
¿Cómo saber si los indios eran seres humanos dotados de alma racional? En 1550 se
celebró la famosa Junta de Valladolid en la que discutieron el filósofo aristotélico
Ginés de Sepúlveda y el famoso autor de la Brevísima relación de la destrucción de
las Indias, Bartolomé de las Casas. Sepúlveda, partidario de Aristóteles y Maquiavelo,
defendió sus ideas sobre la justicia de la guerra contra los indios por considerarlos
bárbaros (no-hombres) a causa de sus pecados (la antropofagia, por ejemplo) e
idolatrías, por su inferioridad cultural y para evitar guerras entre ellos. Además, él creía
que las conquistas eran necesarias por el adelantamiento cultural de España, de forma
que la civilización equivalía a derecho del dominador sobre el dominado para
evangelizarlo y elevarlo a su misma altura; su rival Las Casas propugnaba la humanidad
indiscutible de los indios (sociables, pacíficos, mansos...) frente a la actitud salvaje de
los conquistadores que, enceguecidos por el ansia de oro, mataron a millones. Su
propuesta consistía en sustituir a los indios en los trabajos más exigentes por negros
que, de ningún modo, podían llegar a ser humanos. Así lo cuenta Bartolomé de las
Casas

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