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14 / OPINIÓN EL PAÍS, lunes 11 de marzo de 2002

He leído varias veces el artícu- roes de la migración interior


lo de Mikel Azurmendi Inmi-
grar para vivir en democracia
(EL PAÍS, 22-1-02), por si su
abigarrada prosa, mi incorregi-
La carga del hombre blanco que poblaron El Ejido; pero el
necesario paso por la irregula-
ridad de los actuales inmigran-
tes extranjeros se presenta co-
ble izquierdismo o ambas co- MARIANO FERNÁNDEZ ENGUITA mo una muestra inequívoca de
sas me hubiesen impedido com- su propensión a perder la digni-
prender adecuadamente su con- dad o como una demostración
tenido, pero al final he debido de que nunca la han cultivado.
rendirme a la evidencia. Dice Azurmendi, aunque en verso, vienen a “prostituirse y espe- ma de discriminación, se defi- Por supuesto, nada que ver
lo que parece que dice, y no Kipling se lamentaba tanto de rar que algún almeriense las ne en contraste con el discurso con el color de la piel: nos en-
hay más…, excepto que lo diga la apatía de los nativos como rescate” o a “quedar ensimis- liberal de la igualdad entre los contraríamos ante ese racismo
precisamente el presidente del de su ingratitud hacia los colo- madas en el cierre doméstico” individuos, pero no es menos sin razas del que nos hablan
Foro de la Inmigración, lo cual nizadores (hoy se invierten los por el marido. Lo deseable se- cierto que este discurso ha pre- Taguieff o Balibar, distinto del
amenaza con convertir este lu- papeles de anfitrión y visitan- ría que aprendiesen de nuestro cisado más de dos siglos para racismo vulgar en que todo lo
gar de encuentro en el escena- te, mas no los de explotador y ejemplo (“nuestras prácticas acercarse al universalismo, atribuye a la cultura, pero con-
rio de un desencuentro. El resu- explotado), pero animaba a és- de dignidad personal”) y supie- pues toda la igualdad, la auto- cibiendo ésta como una segun-
men es bien simple: los inmi- tos a soportar con estoicismo y ran aprovechar las oportunida- nomía y la dignidad humanas da naturaleza.
grantes son los principales res- heroísmo la carga del hombre des que les brindamos (“el es- que a Azurmendi le parecen Sin embargo, otra visión es
ponsables de sus propios pro- blanco. pacio de actos positivos de su una vacuna contra el racismo posible. Vengan de donde ven-
blemas, mientras que lo que La principal queja del colo- propia construcción personal les han sido negadas durante gan y vayan adonde vayan, los
para la opinión pública y publi- nialismo siempre fue, precisa- en libertad”) (¡resic!), pero, in- mucho tiempo no sólo a las inmigrantes, propios o ajenos,
cada ha sido el más grave esta- mente, la escasa prisa de los gratos ellos y atizados por el otras “razas” (no importa lo siempre se han distinguido por
llido de racismo (colofón de pueblos colonizados por con- izquierdismo universitario, se que esto signifique), sino tam- su disposición a aceptar los tra-
una sistemática práctica de dis- vertirse en sus siervos, sus sir- llenan de “animosidad” y nos bién a las mujeres y a los po- bajos menos deseables en el lu-
criminación) sólo es tal en men- vientes o sus asalariados y tra- llaman racistas. Menos mal bres. ¿O no han sido, precisa- gar de destino y a soportar un
tes calenturientas e izquierdo- bajar a su antojo. Ya Xuárez que podemos encontrar con- mente, los siglos XIX y XX trabajo mucho más intenso
sas. escribía a Felipe II que el indio suelo y aliento, de nuevo, en una larga lucha por esa univer- que en su medio de proceden-
Algunas personas simples o era “por naturaleza, holgazán, Kipling: Aceptad la carga del salización? Y, si en el interior cia, fuera con carácter definiti-
malintencionadas pueden pen- flojo y dado al ocio y al vicio”. hombre blanco / y recoged su de las sociedades liberales y de- vo o como una fase de acumu-
sar que hay empresarios que Los funcionarios imperiales in- vieja recompensa: / la acusa- mocráticas, puede decirse que lación de capital; jornadas más
aprovechan, deliberadamente gleses y los colonos holandeses ción de aquellos a quienes ele- ya se ha recorrido un largo ca- largas, una vida frugal, fuerte
o no, la condición de no ciuda- no se recataban a la hora de váis, / el odio de aquellos a quie- mino por encima de las barre- ahorro, tareas que en su medio
danos, o más aún de residentes retratar al negro perezoso o al nes protegéis, / las quejas de ras de clase, de género y de original considerarían indig-
ilegales, de los inmigrantes indio indolente. Kipling no pu- quienes conducís / (¡Ay, más edad, hacia el exterior hay to- nas, etcétera, que pueden no
para imponerles salarios infe- do dejar de hacerse eco: Y despacio!) hacia la luz. davía bien poco de lo que con- tener su origen en una cultura
riores, empleos precarios, jor- cuando estéis más cerca de vues- Sin embargo, nada más le- gratularse. del trabajo, pero, desde luego,
nadas más largas, condiciones tra meta / (buscando el bien de jos de la realidad, asegura Todo el artículo de Azur- conducen a ella. Por otra par-
insalubres o un trato humillan- otros) / ved a la pereza y a la Azurmendi. Empieza por de- mendi podría considerarse un te, me resulta mucho más fácil
te, pero no hay tal. Pues lo que pagana ignorancia / echar por clarar que ellos son más racis- ejemplo de esa alquimia moral que lo contrario ver altas dosis
hay es simplemente, dice Azur- tierra todas vuestras esperan- tas, pues en África existe “al sobre la que llamaba la aten- de dignidad humana y de auto-
mendi, un fuerte contraste en- zas. Todavía a comienzos del menos tanta xenofobia como ción Robert K. Merton: “Yo nomía individual en la peligro-
tre los sacrificados hábitos de siglo pasado se quejaba Freire aquí, pero allí hasta llega a ser soy firme, tú eres tozudo, él es sa e incierta aventura que, para
trabajo de los nacionales que de Andrade de que se acusara una virtud”. Esto también re- obstinado”. El ansia explota- la mayoría, constituye la inmi-
levantaron la economía de El de querer la esclavitud o el tra- sulta familiar: recuerda aque- dora de los nacionales se redu- gración, así como en el mante-
Ejido y la escasa disposición al bajo forzado “a quienes sólo llas justificaciones de la esclavi- ce a una mera prolongación de nimiento de los lazos y obliga-
esfuerzo de quien, como el in- deseaban arrancar al hombre tud sobre la base de que ya su “cultura de trabajo”, de “su ciones solidarios con la fami-
migrante, “no viene de una cul- negro del estado de ociosidad existía en África, o que eran fuerza y su ánimo”, de su hábi- lia, el clan o la comunidad ori-
tura de trabajo”. Aquéllos que le es tan caro”. En cuanto los africanos los primeros que to de esforzarse “de sol a sol”; ginales. Por supuesto, esto no
quieren explotar a éstos, pero a los inmigrantes actuales, no vendían como esclavos a otros la resistencia de los extranjeros debe conducir a un desarme de
sólo lo habitual: ni más que sólo aborrecen el trabajo, sino africanos (olvidando que la es- se transforma en que “no quie- la sociedad de acogida ante el
otros empresarios, ni más que que esperaban enriquecerse en- clavitud comercial, la chattel ren trabajar”, o, al menos, “no inmigrante, como si solamente
a otros trabajadores. Sólo la seguida, quizá como cuando slavery, sólo fue introducida como ellos”, aunque sea por tuviese obligaciones con él o
explotación usual y ninguna los españoles iban a hacer las por árabes y, sobre todo, eu- ese handicap de “no venir de su integración estuviera exenta
discriminación por parte del Américas, allá donde los perros ropeos). Entre nosotros, sin una cultura de trabajo”. La de problemas: ni tienen por
empresario nacional, y apenas se ataban con longaniza, si embargo, hay racismo porque emigración de los europeos fue qué ser ángeles, ni su situación
un handicap del lado del traba- bien, por lo visto, en aquéllos no lo hay, o no lo hay porque siempre vista como una mues- les ayuda a serlo. Pero debe-
jador inmigrante. resulta imperdonable. lo hay, o hay algo porque no tra de valor e iniciativa (a pe- mos recordar que no cabe cul-
Esta manera de ver al extra- El segundo handicap de los hay casi. Puesto que el racismo sar de que muchos de ellos emi- par al extranjero por no haber
ño cuyo trabajo se quiere gra- inmigrantes es que carecen de se define en contraposición graron a través de fórmulas de elegido la patria adecuada al
tis o a buen precio no es nueva, dignidad. Ellos, porque vienen con las ideas y las prácticas enganche, colonato, indenture y nacer, pero sí hay que apreciar
y nadie la expresó con la clari- del sometimiento al someti- igualitarias, el mero hecho de otras similares, distintas del ac- en el inmigrante la iniciativa
dad y el sentimiento de Rud- miento y a través del someti- que aquí nos preocupemos por tual endeudamiento con las de buscar una vida mejor, para
yard Kipling, el incondicional miento. Haber nacido en un ser racistas viene a demostrar mafias tansfronterizas sólo sí y para los suyos. Y ayudarle
rapsoda del imperialismo, en clan familiar, cruzar en patera que no somos racistas. ¿Suena porque eran legalmente acepta- en el empeño.
su incomparable poema The o pagar por ello a la mafia no familiar, también? El argumen- das, que los sometían a servi-
white man’s burden, con oca- es “ninguna disposición correc- to parece inobjetable, pero es dumbre durante largos perio- Mariano Fernández Enguita es cate-
sión de la intervención norte- ta sobre sí mismo” (sic). No un puro sofisma. Es cierto que dos), y Azurmendi parece a me- drático de Sociología en la Universi-
americana en Filipinas. Como hablemos ya de las mujeres que el racismo, como cualquier for- nudo admirado ante esos hé- dad de Salamanca.

CARTAS cias sociales justamente en contra-


posición a las categorías de “sexo”
y de “naturaleza”.
se sientan indefensos. Ahora estoy
en la Universidad, y cuando iba al
colegio mi madre nos educó a mi
es únicamente culpa suya. ¿Quién
les da una libertad que no se mere-
cen?— Eugenia Andino Lucas.
cosa que entendí perfectamente;
¿qué culpa tengo yo? Eso ya no lo
entiendo; además, me dijo que no
AL DIRECTOR “Género” alude a la construc- hermano y a mí prácticamente so- Aberdeen, Escocia. servía de nada reclamar.
ción sociocultural, histórica, que la, a pesar de no poder estar nunca Está claro que la única manera
los grupos humanos elaboran so- en casa por su trabajo. Pero estudiá- que tengo para dirigirme a la seño-
Viene de la página anterior bre las diferencias anatómicas natu- bamos, porque era lo natural y Reestructuración ra ministra y que se entere de que
¿Por qué de repente no puede rales de sexo y no, como piensa nuestra obligación. Y cualquier “ex- sí que hay lista de espera es escribir
hacerse cargo el MCyT de nues- nuestro académico, “condición, ín- tra”, desde la paga del domingo en Sanidad esta carta, y que sólo tengo dere-
tras becas? ¿Dónde está el dinero dole o naturaleza” con que hom- hasta los regalos de Navidad, tenía- A primeros del mes de septiembre cho a protestar por medio de la
destinado a pagarnos?— Nonia bres y mujeres nacen.— Alicia Pu- mos que ganárnoslo. Y no es que pedí hora para el ginecólogo por prensa, y de esta manera que se
Pariente Peñamaría. Madrid. leo García, directora de la Cátedra mi madre sea un ejemplo excepcio- primera vez en el ambulatorio co- entere la señora Villalobos, aunque
de Estudios de Género de la Univer- nal, a mi maestra le funcionaba la rrespondiente; me dieron a elegir no obtenga ninguna respuesta.
sidad de Valladolid. estrategia de citar a los padres cuan- entre varios doctores, elegí al que Me pregunto que, igual que
Género do algún crío se le iba de las manos, menos gente tenía, y me citaron tengo el deber de pagar puntual-
y en el instituto, la mayoría de los para el 20 de marzo, y la señora mente la Seguridad Social, por
En su artículo del 3 de marzo, el Adolescentes y educación estudiantes se preocupaban por Villalobos insiste en que no hay lis- qué no también el derecho por lo
señor Lázaro Carreter sostiene que qué problemas iban a tener en su tas de espera; si más de seis meses menos de que me den alguna expli-
quienes han aceptado traducir El suplemento de Educación de casa cuando se presentaran con para una primera cita no es lista de cación por tanta espera, ocho me-
“gender” por “género” para referir- Elpaís.es es sorprendente. Alumnos unas notas que llevaban una cuenta espera, no sé como lo llama a esto. ses desde el día que pedí la cita;
se a la diferencia de los sexos entre echando la culpa de su “indiscipli- de faltas de asistencia o de discipli- Pero mi sorpresa fue cuando el menos mal que no estoy embara-
los humanos “macarronizan” y na” y de su “desmotivación” a los na. Parece que eso ha cambiado otro día recibí una llamada telefó- zada, si no me atenderían directa-
ejercen violencia contra el idioma. profesores y a los padres, padres mucho en poco tiempo. El titular nica desde el ambulatorio para de- mente para dar a luz, y si es algo
En su lugar propone las pala- diciendo que, pobrecitos sus hijos, La sociedad premia a los jóvenes cirme que por reestructuración del más grave ya no me atenderían.
bras “naturaleza” y “sexo”, demos- tienen tantas cosas con las que dis- aunque no se esfuercen lo necesario servicio queda cancelada mi cita y Luego hacen muchas campa-
trando así un desconocimiento to- traerse (móviles, ordenadores, tele- debería ser Los padres premian a los me la dan para el día 15 de abril o ñas para que acudamos una vez al
tal del tema, ya que, en las últimas visión, clases particulares), que es jóvenes aunque no se esfuercen en me ponen en lista de espera. año al ginecólogo, pero lo que no
décadas, el concepto de “gender” o normal que no tengan tiempo ni absoluto. Los padres que se quejan Pregunté a la persona que me dicen es que hay que pedir hora
“género” ha sido acuñado y desa- ganas de estudiar. Mientras tanto, de que sus hijos están “desmotiva- llamó dónde podía reclamar y me con un año de antelación.— J. Ro-
rrollado como teoría por las cien- es lo más lógico que los profesores dos” deberían darse cuenta de que dijo que ella no tenía la culpa, sa Ferrándiz. Madrid.

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