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Desde el camino…
No podemos decir que este fin de año en el Perú es como los de siempre. Para quienes
tenemos que vivir surfeando la coyuntura, la realidad peruana es como el micro aquel en
que, paradero tras paradero, se va recargando el pasillo, y donde el cobrador (sin mirar al
fondo, sin ver si hay sitio) llama sin ningún empacho a los ansiosos pasajeros… y con el
mismo ánimo y con rostro serio grita: ¡apéguense!
Y es que lo que estamos viviendo mes tras mes en el día a día es, realmente, para
“apegarse”: las noticias resaltan los más diferentes tópicos. No nos queda claro si la
farándula se ha infiltrado en la política o si es más bien la política la que ha asimilado la
veloz manera de estar siempre en la cresta de la ola. Demás está mencionar los
escándalos de personajes públicos, los casos policiales y, últimamente, los
acontecimientos en los que ya se está poniendo en juego la imagen del Perú, y su
dignidad como nación y como pueblo.1
Muchos de nuestros amigos nos comparten su tedio por ver lo cotidiano; rechazan los
noticieros por frustrantes y terribles, y se sienten indignados por el constante manoseo de
lo público, de la privacidad de la gente y de lo poco que a veces vale la vida en las noticias
diarias.2
Esto no nos deja fuera de otros planos de la realidad global: conflictos armados,
situaciones de injusticia social, desgracias ecológicas y otros más que contribuyen con su
cuota de complejidad.
En un ambiente de crisis y de
inestabilidad, muchas veces nos
provoca rechazar todo y escondernos de
la realidad que, como siempre, es más
grande que nuestras vidas.
Nuestra dirección de correo electrónico para compartir tu opinión, tus sugerencias y aportes: rsecular@yahoo.com
Sobre la mesa…
La presencia de Dios en la vida laical.
A veces llegamos a creer que es Él quien nos hace pasar la luz verde, conseguir micro
rápidamente y hasta encontrar la moneda que no sabíamos que teníamos en el bolsillo.
Todo esto resulta configurar un conjunto de lugares en donde Dios se presenta como un
mago que hace aparecer lo que necesitamos desde una manga inacabable, llena de
salidas impensadas.
Habría que pensar si Jesucristo quisiera que nos relacionáramos así con su Padre.
Recordemos que nos contó que su Padre es sobre todo amor, que lo que Él quiere de
nosotros no es que nos entretengamos en las cosas, sino que pongamos atención al amor
que tenemos que cultivar, ese amor que viene de Él y que nos hará libres.5
Según este simple razonamiento, podríamos decir que en medio de nuestra realidad
encontraremos a Dios sólo si estamos abiertos a las manifestaciones de Su amor. Y acaso
la más importante respuesta al amor de Dios consista en despertarnos y descubrir que
hoy tenemos una nueva oportunidad para vivir y ser felices.
Uno de los lugares más importantes de la vida laical es el encuentro con el otro. Desde
ese otro que tiene un nombre concreto -nuestro cónyuge, nuestros hijos, nuestros
familiares, nuestros compañeros de trabajo, nuestros vecinos- hasta aquel otro anónimo,
ése que camina a nuestro lado por la calle o aquellos que compran con nosotros en el
mercado, o aquel con que nos encontramos haciendo la cola del pago de tal o cual recibo
u atención médica, etc.6
El valor del diálogo que cultivamos con los que nos rodean tiene un rol preferencial en
nuestro testimonio y en nuestro compromiso. Por supuesto, lo más difícil es estar siempre
dispuesto a escuchar estas palabras que, justamente por ser cotidianas, tendemos a dejar
de lado. Éste es quizás uno de los más difíciles trabajos del compromiso cristiano laical.
Jesús siempre nos dio ejemplo de una gran capacidad de escucha al prójimo y de una
profunda comunicación con la Palabra en la vida. Muchas veces hemos visto que Jesús
convierte a los locos, a los despreciados, a los que no tienen voz en los ambientes
públicos, precisamente en portadores de la Palabra de Dios. Y lo más curioso es que estos
anónimos resultan al final dándonos lecciones de vida.
3
Cf. Spe Salvi 36
4
Cf. Deus caritas est 17 y 36
5
Cf. Juan 17, 26
6
Cf. Caritas in veritate 11
7
Cf. Deus caritas est 17
Para volvernos a ver…
Siguiendo la secuencia de ayudas pastorales en Internet, queremos presentarles una
página web, que destaca por las múltiples ayudas y servicios que ofrece, así también por
los diferentes recursos de los que se puede servir la persona que revisa sus diferentes
secciones. Se trata de Servicios Koinonía, ( www.servicioskoinonia.org/ ) cuyo formato
sencillo contrasta con lo variado y complejo de sus servicios, como por ejemplo las
páginas neobíblicas, que son un archivo de creaciones escritas que partiendo del
contenido de los textos bíblicos los recrea utilizando los textos y situaciones de la realidad
de América latina. Además tiene páginas donde están publicados artículos y materiales
teológicos y bíblicos de gran utilidad y de excelente calidad. Y una de sus secciones
estrella (y que personalmente me parece la mejor), es la Columna Semanal de Leonardo
Boff, de gran calidad e inspiración para el compromiso cristiano. Al respecto
recomendamos fraternalmente revisar el siguiente artículo:
“Modo diferente de hablar del amor”:
http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=353
Los invitamos a descubrir esta excelente fuente de formación e inspiración para seguir
caminando en la fe.
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