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EsTuDIOs sociales 92 BIBLIOGRAFIA Archivos Archivo General de la Nacién, Santo Domingo (AGN), Publicaciones y periédicos EI Monitor, Gaceta Oficial Anglade, G. 1982. Atlas Critique d'Haiti, Monteal: ERCE & CRC. ‘Aubin, E., 1910. En Haiti, Paris (?) Clausner, M.O., 1973. Rural Santo Domingo, Settled, [Unsettled, ‘and Reseitled, Philadelphia: Temple UP. Dore Cabral, Carlos, 1987. "Los Dominicanos de origen haitiano y la segregacién social en la Repiiblica Dominicana’, Estudios Sociales XX, 68, pp. 57 - 72. Franeo, Franklin J,, 1969. Los Negros, los Mulatos y la Nacién Dominicana, Santo Domingo Gaillard, Roger, 1981. Les Blanes Débarquent, 1915: Premier écrasement du cacoisme, Port-au-Prince, Garrido, Victor, 1922. "Datos acerca de fa situacién, historia, raza tc., de 1a Comin de San Juan (1922), en: €. Rodriguez Demorizi (ed), Lengua y folkiore de Santo Domingo, Santia- go: UCMM, 1975. Garrido, Victor, 1970. En la ruta de mi vida, 1686 - 1966, Santo Domingo, Nicholls, Favid, 1979. 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Enesto caso, el concept de Haiti como un enemigo imaginario fue el elemento clave de una nueva identidad nacional basada en una nueva representacién del pasado. Después de la masacre, el sen- timiento antihaltiano surgié come un presupuesto generalmente ‘admitido por la historiografia dominicana. La masacre es entonces, fa evidencia mas contundente de esta supuesta hostilidad que desde antafio se siente en contra de los haitianos. De esta manera, la masacre y el antihaitianismo han llegado a estar intimamente liga~ dos en la memoria del pueblo. El tema de este articulo es cémo, tanto en la memoria oficial- mente promuigada como en la memoria popular, el antihaitianismo se ha convertide en un elemento incuestionable y aplicable a los dominicatius de todos fos tiempos; y cémo este antihaitianisme fue la base de un nuevo sentido de identidad en la Reptiblica Domini- cana. Sostenemos que el poder de esta ideologia se debié a la + Departamento de Hislrin, Universidad de CNgage,Artiout raducto por Eugenio vas, $y Mario Aborto Towes, NS. 65 ESTUDIOS SOCIALES 62 ‘manera sistematica en que la masacre {ue llevada a cabo, y que el antihaitianismo vino a simbolizar sumisién al régimen de Trujilo, una dictadura que se extendié desde 1930-1964 Alapelar al antihaitianismo, el régimen de Tryjilollevé aun nivel simbélico una matanza alocada que hasta entonces no tenia expli- cacién. El recuento oficial del suceso mencionaba como causa las hostilidades del puebio. Segin esta versién oficial, tensiones y conflictos ya oxistentes entre haitianos y dominicanos residentes en los pueblos fronterizos dieron lugar a una repentina masacre masi- va." De esta manera, se justtioé el genocidio por parte del Estado de aproximadamente 12,000 - 25,000 campesinos de origen haitia~ no, cuyas familias habfan vivido en paz por generaciones a todo lo largo de las provincias fronterizas de la Repiblica Domiricana, La matanza duré cinco dias y fue llevada a cabo casi totalmente a machetazos por el ejército dominicano. Sin embargo, nuestras investigaciones a lo largo de 19 meses enlaislade La Espafiola, la cual es compartida por Haitly Reptiblica Dominicana, nos revelan que en realidad habia poco antihaltianismo cen la Repiiblica Dominicana en et momento dela masacre, Mas ain, estos sentimientos no prevalecian en las provincias fronte‘izas, sino que se limitaban a algunos sectores intelectuales y a una pequefia lite blanca, grupos que en aquel entonces habian tenido poco contacto con fa poblacién haitiana. El pensamiento antihaitiano de ‘estos grupos se utliz6 para justificar la violencia del Estado, pero no fue la causa inmediata de la masacre. Trujillo buscaba controlar la isla, atin cuando el dominio americano de la misma exigfa un respeto ala soberania nacional de Haiti. Para Hait, la masacre era un acto de guerra que Trujilo podia ejecutar sin violar la ley internacional. 4. Por ejemplo, viase: Manuel A. Pefia Balle, El sentido do una poitica (Chudad ‘Trot: La Nacién, 1942). La idecogia do la matanza® en Cuello H., José saat {E3), Documentos da contiie dominie-haibaro de 1937 Santo Domingo: Editora ‘Talor, 1985}, Comite, Carlos, Proceso hlstrlee dominteo-haltano: Una ad Verinota a ta uventid dominleana (Santo Domingo: Publeciones Amrica, +900}, 66 HISTORIAS DE TERROR Y LOS TERRORES DE LA HISTORIA ‘Ademas, técnicamente los haltianos muertos en la masacre eran ‘ciudadanos dominicanos, pues habian nacido en la Republica Do- minicana. Esto es un hecho admitido por las autoridades dominica- nas de aquel tiempo. No obstante todas estas conjeturas, las causas de la masacre van mas allé de lo que queremos presentar en este articulo, La tesis del mismo es que el nacionalismo dominicano no propulsé la masacre, sino que, por el contrario, {ue la violencia del Estado la que condujo el nacionalismo; la masacre fue la base de Una nueva identidad nacional, no la culminacién de ella, Existen varias motivaciones posibles para esta repentina mo- bilizacién del sentimiento de antihaitianismo por parte del régimen de Trujilo. Primero, servia de racionalizacién implicita dela masacre ‘como un acto nacionalista que tenia que ejecutarse. Segundo, estos sentimientos pudieron ser ttiles para asegurar el apoyo al regimen de Trujillo por parte de la pequefia élite antihaitiana que resentia el poder econémice y politico sin precedentes ejercide por Trujillo, Los miembros de esta élite veian a Trujillo como un tirano y déspota mulato perteneciente a las clases bajas de la sociedad. Tercero, aunque el antihaitianismo no era prevalente en el momento de la masacre, muchos de los intelectuales dominicanos de aquel tiempo eran tenazmente antihaitianistas. De esta manera Trujillo utiiz6 una ideologia perteneciente a una pequotia élite para darle una/ustifica- cién intelectual, tanto a la masacre como a su gobiemo. Finalmente, esta ideologia fomentaba la imagen de Tryjilo como lider naciona- lista, y fue plausible porque estaba basada en algunas actitudes tradicionalmente aceptadas, las cuales fueron exageradas enorme- mente. En nuestras entrevistas con personas que vivieron en el érea fronteriza en los afios 1980, encontramos, que antes de la masacre hraitianos y dominicanos convivian y colaboraban pacificamente en la regién. Los haitianos estaban integrados a la economia de la regién fronteriza como campesinos que cultivaban café y viveres y que talaban terrenos para la crla de ganado. Aunque habia mucha conciencia de las diferencias raciales entre los dos grupos, ta divisién de trabajos y tareas se hacia mayormente de acuerdo ala or ESTUDIOS SOCIALES 92 clase social de los trabajadores, ne de la raza. La presencia haitiana en la regién habia durado bastante tiempo, no era una amenaza ‘econémica para la region y no conllevaba una alta incidencia crim nal, como muchas veces se arguye. A nivel oficial, las relaciones entre los gobiernos de Haiti y la Republica Dominicana, en el periodo inmediatamente enterior a la masacre, eran muy amigables. Habia frecuentes intercambios cul- turales y la prensa dominicana, controlada por Trujillo, oresentaba relatos efusivos de la amistad entre los dos paises. Ademas, en el 1986, se habia llegado a un acuerdo histérico sobre los limites fronterizos entre los dos paises. La masacre haitiana parece ser una contradiccién inexplicable con toda esta politica aparentemente pro-haitiana del gobiemo de Trujillo. Fue un viraje abrupto de todos estos planteamientos de solidaridad con Haiti. Ademas la masacre arrancé de raiz la comunidad dominico-haitiana existente en las regiones fronterizas. Los paises ya no estarian separados por una frontera permeable, sino por una herida dificil de olvidar. Terminada la masacre, el régimen de Tryjilo propulsé una propaganda e historiograffa que construyé la nacién sobre una ‘oposicién fundamental a Haiti y a los haitianos.” Esta nueva ideolo- fa antihaitiana estaba basada en actitudes que habian sido carac- teristicas del pensamiento intelectual y eliista de la Reptblica Dominicana desde el siglo XIX. Sentimientos antihaitianos comen- zaron, en parte, a raiz de conflictos politicos inherentes a la inde- pendencia tanto de Haiti como de la Republica Dominicana, Durante fa revolucién haitiana, a fines del siglo XVIli, la parte oriental de la 2. Veose: Balaguer, Joaquin, La relia dominicana: semblance de un poe y de lun régimen (Buenos Aires: Imprenta Hermanos Ferran, 1947), Este ire fue ‘apenas revisadoy republiado en 1963 con elu, La lola al revée: Halt y ot destino dominieane (Sanie Domingo: Libretla Dominicana), Belaquer fue Un alto funconaso gubemamental durante at priedo de gobierno de Trl, y es actus mmente Presidente de la Rapdbiea Dominieana. Veanco también o¥os trabajos de Pena Bate, como por ejemplo, La isla de la Tortuga (Madd: tora Cultura Hispénica, 1981), Paha Bal fo quzas el inilociual de mas infuencia durante ot pettado de Trajilo,eiviondo como escdor de discursos para Trjo, embajadory jomitico hasta su sorpreiva muerte en los ace 80. 68 HISTORIAS DE TERROR Y LOS TERRORES DE LA HISTORIA isla fue involucrada en la creciente guerra civil en Haiti. Las autori- dades espafiolas favorecian a los esclavos haitianos que propulsa- ban la rebelién, con la esperanza de que Santo domingo pudiera recuperar, después de la guerra, territorios em la parte accidental de laisla. Sin embargo, después de 1796, Santo Domingo fué entrega- do a Francia como resultado de guerras entre paises europeos. Desde entonces Haiti comenzé a temer un ataque francés desde la parte oriental de la isla. En parte provocado por este temor, Haiti atacé en varias ocasiones a la Replica Dominicana, culminando en una ocupacién del pais que empez6 en 1822 y terminé en 1844, 22 afios mas tarde. En 1844, el pais logré independizarse de Haiti para luego ser reincorporado a Espafia. En 1865, la Republica Dominicana por fin obtiene su Independencia. Los sentimientos antihaitianistas, al parecer disminuyeron en lo restante del siglo XIX y en los comienzos del XX, pues ambos paises se enirentaron a la amenaza del imperialismo americano y a la realidad de ser invadidos por los Estados Unidos practicamente al mismo tiempo. Gon el advenimiento de Tryjilo, el antihaitianismo adquirié vida nueva, siendo difundido por el régimen tryjilista con Un estilo y fuerza especiales. Tryjilo moviliz6 un antihaitianismo tradicional, elcual anteponta a supais contra Haiti. Haitianos y dominicanos fueron diferenciados por una serie de contrastes binarios: blancos vs negros, africanos vs espajioles, paganos vs catélicos, raza salvaje vs raza civlizada, Sin embargo, se debe mencionar que estas diferencias entre haitia- nos y dominicanos no son categéricas. Ambas razas comparten un pasado de esclavitud, catolicismo, genealogia y tradiciones alro- americanas. El establecimiento de diferencias entre los dos paises ro es un hecho indiscutible; es mas bien un tema debatible ef cual ‘est muy ligado a las estructuras de poder de la isla, Debemos recalcar, ademas, que lo que pretendemos discutir en este articulo ‘es la manera en que estas diferencias eran vistas por la sociedad dominicana. Contrariamente a fo que presentaba fa propaganda tryjlista después de la masacre, la presencia haitiana en la Repi- 69. ESTUDIOS SOCIALES 92 blica Dominicana no siempre fue considerada como antidominicana, peligrosa y contaminante. Después de la masacre, Trujillo buscé generalizar la vision antihaitiana de un grupo de intelectuales hispanistas, convirtiondo asi el antihaitianismo en parte de la identidad nacional dominicana, Con estos propésites, la produccién historiogratica y simbélica del pafs empezé a resaltar temas tradicionales, tales como la concep- cién de la Reptiolica Dominicana como un pais catslico, hispano © indio, pero no afro-americano. Por ejemplo, la historia de la esctavi- tud fue suprimida. Es una creencia popular que los esclavos simple- mente fueron incorporados por la cultura hispana del pafs. Seguin esta creencia los pocos esclavos que habia en el pais fueron tratados con benevolencia y no contribuyeron significativamente a la economia local. De igual manera el legado afro-americano en la cultura dominicana no es reconocido. Ademas, atin cuando la po- blacion india fue exterminada poco después de la llegada de Cris- tébal Colén, el cacique Enriquillo, del siglo XVI, es considerado cficiaimente como el padre del pais.* Mas ain, la historia dominicana fue recancebida por el régimen tryjiista como la lucha del pueblo dominicano por mantener su autonomia cultural y politica contra Hai.” Seguin esta reconstruc- cién de la historia, Haiti es presentado como un agresor imperialista y sangriento cuya obsesion es destruir a sus vecinos hispanos ‘amantes de la paz, y como un veneno inminente que poco a poco 3. Unbuen ejemplo de pensamientohipanisia de las ates tadiconales ee ianovela Enriglllo por Manuel de Jesus Galvan (Santo Domingo: Ediiones Taler, 1981 [1982), Pena Baile tarnbién tata el tema de Enviquifo on

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