You are on page 1of 3

TEMA 14: SÉNECA

Hijo de Séneca el Retórico, nació en Córdoba. En Roma


estudió retórica y filosofía. Actuó como abogado, pero se
apasionó pronto por los estudios filosóficos. Consigue
introducirse en la alta sociedad donde consiguió brillar por
su talento. Fue desterrado a Córcega. Vuelto a Roma se
hizo cargo de la educación del futuro emperador Nerón,
cuyos instintos depravados intentó encauzar durante trece
años. Llegó a ser el primer ministro del joven emperador.
Sus relaciones con el emperador se fueron deteriorando y
se retiró de la corte. Pero Nerón le hizo implicar en la
conjura de Pisón y se le ordenó suicidarse, cosa que hizo
cortándose las venas.
La personalidad de Séneca es muy compleja. Su vida, llena de contrastes,
transcurrió, en buena parte, en el ambiente mundano y fastuoso de la corte imperial, se
comprometió en negocios financieros un tanto dudosos, que le condujeron a la
opulencia y, en cambio, fue capaz de llegar al ascetismo más riguroso. La rigidez moral
de sus máximas es incompatible con sus claudicaciones y, sin embargo, su vida, llena de
enigmas, ofrece también algunos gestos valerosos y fue coronada por una muerte
heróica y serena.
Este hombre enigmático, dotado de gran inteligencia y de una firme voluntad de
perfección, cultivó diversos géneros literarios. No se conservan sus discursos y poemas.
Han llegado, en cambio, hasta nosotros, tres Consolaciones, varios tratados filosóficos,
diez tragedias, una obra satírica, Apocolocyntosis, y unas 124 cartas de su Ad Lucilium
epistulae morales.

Consolaciones:

Son cartas de condolencia, dirigidas a una persona apenada por la muerte de un ser
querido. En ellas Séneca, prescindiendo de la persona del muerto, desarrolla todo un
tratado de moral práctica, explayándose en llamadas a la resignación y en
consideraciones acerca de la fragilidad de la vida humana y la inmortalidad del alma.
Escritas antes y después de su destierro, sus destinatarios son su madre Helvia, su amigo
Polibio y Marcia.

Dialogi:

A pesar de su título no se trata de diálogos al estilo griego, sino de ensayos sobre


distintos temas. En cada uno de ellos aborda el estudio de un problema concreto,
llegando a soluciones simplistas, pero radicales, que no dejan lugar a las debilidades
humanas. La acumulación de argumentos, el análisis de sentimientos y la vehemencia
del tono prevalecen sobre la exposición lógica de las ideas.
Entre estos diálogos podemos mencionar De ira, la ira es un defecto ridículo y dañino y
contra él sólo cabe la reflexión; De brevitate vitae, la vida no es tan breve como parece
si no se pierde el tiempo en cosas inútiles; De tranquillitate animi, intenta conciliar la
virtud con las exigencias del mundo; De vita beata, intenta refutar el epicureismo; De
beneficiis, estudio extenso acerca de los distintos tipos de benefactores, de agradecidos
y de ingratos; De clementia, trata de infundir esta virtud a su discípulo Nerón.
Quaestiones naturales:

Intenta hacer compatibles dos ideas: el conocimiento de los fenómenos naturales es


imprescindible para el sabio; algunos malgastan el tiempo en satisfacer vanas
curiosidades cuando lo podían emplear en su perfección moral. En esta obra aparecen
descripciones y explicaciones técnicas de variados fenómenos naturales: terremotos,
crecidas del Nilo… Todo entreverado con disgresiones morales, ya que tales fenómenos
revelan la existencia de una Providencia divina, que vela por el destino del hombre y
exige deberes de éste hacia ella, loo cual debe impulsarle a la perfección moral.
La composición de estas obras es un tanto descuidada, pródiga en digresiones, sin
proporción entre las diversas partes y con transiciones bruscas. Posee una gran
capacidad de improvisación. A veces, la monotonía del conjunto queda compensada por
la fuerza en los detalles, la espontaneidad, el entusiasmo y el ingenio. Otras veces
recurre, en cambio, a adornos innecesarios, sutilezas oscuras, ampulosidad, tintes
sobrecargados y juegos de palabras inoportunos.

Apocolocyntosis:

Puede ser traducido el título como la transformación en calabaza del emperador


Claudio. Es el único ejemplo, junto a las sátiras de Luciano de Samosata, de sátira
menipea en la época clásica. Como en todas las sátiras menipeas, la obra está compuesta
mezclando prosa y verso.
El emperador Claudio aparece como un pobre ser, bestial, ridículo y perverso que, al
presentarse en el Olimpo para ser recibido entre los dioses, es, a petición de Augusto,
conducido a los infiernos, donde jugará eternamente a los dados con un cubilete
horadado.

Ad Lucilium epistulae morales:

Son una colección de 124 cartas reunidas actualmente en 20 libros. Fueron escritas
entre los años 63-64 d.C., es decir, después de su retirada de la vida política.
El destinatario, Lucilio, había sabido elevarse desde su origen humilde hasta el rango
ecuestre y en la época en la que recibía estas cartas era procurador de Sicilia. Sin
embargo, Lucilio no pasa de ser un simple oyente pasivo en este intercambio ficticio de
preguntas y respuestas filosóficas. Tratan los mismos temas desarrollados en sus
Dialogi: brevedad de la vida, la clemencia, etc.
Sin embargo, no se trata de una especie de conversación familiar con una amigo,
ofrecen mayor intimidad, aunque por encima del destinatario, el autor se dirija
directamente al gran público. Sus cartas son una especie de testamento espiritual en las
que expresa sus reflexiones y sus experiencias personales.
Séneca procura en todo momento adaptar los ideales de la moral estoica a las
necesidades prácticas de la vida diaria, ya que, para él, filosofía y vida son la misma
cosa. Le interesa el objetivo práctico, más que el camino a seguir para alcanzarlo. La
dialéctica, según él, sólo sirve para perder de vista las realidades.
No trató de resolver ningún problema metafísico. Fluctúa entre los distintos sistemas
griegos, pero intuye la necesidad de una relación entre estos problemas y el instinto
moral del hombre, que sólo se satisface con la subordinación de lo material al espíritu,
lo cual le obliga a aspirar a Dios. Por ello, Séneca ha sido considerado como un
precursor del cristianismo.
Teatro:

Han llegado hasta nosotros 10 tragedias de Séneca. No fueron escritas para ser
representadas en la escena, sino para ser recitadas en lecturas públicas.
El teatro de Séneca se inspira en los grandes trágicos. Su Agamenón recuerda a
Esquilo; Edipo y las Fenicias a Sófocles, etc.
Séneca imita a sus modelos, pero imprime a sus obras el sello de su personalidad
apasionada. Las diferencias con el original son numerosas:
- En vez de acción progresiva, va mostrando cuadros sucesivos.
- La pasión del protagonista aparece ya en su paroxismo en las primeras escenas.
- Analiza con precisión y minuciosidad las pasiones de sus héroes.
- Gusta de las situaciones patéticas, de los efectismos, de las truculencias y de la
pintura de espíritus atormentados y monstruosos.
- Sustituye la puesta en escena por una gran brillantez descriptiva que llega en
ocasiones a resultar sobrecargada.
La gran característica del teatro de Séneca es la desvinculación de los dioses respecto
a las acciones humanas. Ya no son ellos el origen remoto del destino trágico del héroe
senequiano, sino que es éste mismo el único responsable de sus actos y de lo que de
ellos se pueda derivar. Esta humanización del héroe es lo que convertirá a Séneca en
fuente de inspiración de los dramaturgos posteriores.
Entre sus tragedias destacan Medea y Octauia.

You might also like