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relacin con un auditorio determinado, para ciertos fines y con ciertas intenciones,
lo que se ha dicho ha sido propio o correcto, como cosa opuesta a algo incorrecto.
En general podemos decir esto: tanto respecto de los enunciados (y, por
ejemplo, de las descripciones) como de las advertencias, etc. concediendo que
realmente enunciamos o advertimos, o aconsejamos, etc., y que tenamos derecho a
hacerlo, puede plantearse la cuestin de si enunciamos, advertimos o
aconsejamos correctamente. Pero no en el sentido de preguntar si nuestro acto fue
oportuno o conveniente, sino en el de preguntar si, sobre la base de los hechos, del
conocimiento de ellos y del propsito que nos gui al hablar, etc., lo que dijimos
fue lo que corresponda decir.
Esta doctrina es totalmente distinta de la que han sostenido los
pragmatistas, para quienes verdadero es lo que da buenos resultados, etc. La
verdad o falsedad de un enunciado no depende nicamente del significado de las
palabras, sino tambin del tipo de actos que, al emitirlas, estamos realizando y de
las circunstancias en que lo realizamos.
Qu es lo que en definitiva queda de la distincin entre las expresiones
realizativas y las constatativas? En verdad podemos decir que lo que tenamos en
mente era esto:
a) En el caso de las expresiones constatativas, hacemos abstraccin de los
aspectos ilocucionarios del acto lingstico (y, por supuesto, de sus aspectos