Este documento presenta el punto de vista de César Hildebrandt sobre el papel de la prensa y los valores. Sostiene que el periodismo no es una ciencia ni un oficio sin ética, sino un arte basado en la verdad y la justicia. Critica a la prensa por no cuestionar el triunfo del capitalismo salvaje y el cinismo, y por no anticipar ni advertir sobre la crisis actual. Concluye instando a los periodistas jóvenes a asumir su tarea pensando en el bien común y los valores humanistas para contribuir a un mundo
Este documento presenta el punto de vista de César Hildebrandt sobre el papel de la prensa y los valores. Sostiene que el periodismo no es una ciencia ni un oficio sin ética, sino un arte basado en la verdad y la justicia. Critica a la prensa por no cuestionar el triunfo del capitalismo salvaje y el cinismo, y por no anticipar ni advertir sobre la crisis actual. Concluye instando a los periodistas jóvenes a asumir su tarea pensando en el bien común y los valores humanistas para contribuir a un mundo
Este documento presenta el punto de vista de César Hildebrandt sobre el papel de la prensa y los valores. Sostiene que el periodismo no es una ciencia ni un oficio sin ética, sino un arte basado en la verdad y la justicia. Critica a la prensa por no cuestionar el triunfo del capitalismo salvaje y el cinismo, y por no anticipar ni advertir sobre la crisis actual. Concluye instando a los periodistas jóvenes a asumir su tarea pensando en el bien común y los valores humanistas para contribuir a un mundo
Es el periodismo una ciencia? Existen las ciencias de la comunicacin? Creo firmemente que no. Entonces, es que el periodismo es un arte de bohemios trashumantes, un oficio que linda con el repentismo, la inspiracin y muchas veces el alcohol? Creo enrgicamente que tampoco. Ni ciencia exacta ni oficio de cachueleros, el periodismo es un arte y una tica. Es el arte de ser ticos. Es tambin un modo de vivir y una manera de entender la relacin que hay entre belleza y verdad. Y es una manera de percibir que la mayor obra del arte humano es la justicia. S. Porque la justicia es bella y la injusticia contrahecha. Y la verdad es lozana y la mentira supura, de igual modo que la cultura acoge lo mejor de nosotros y la barbarie demanda nuestros ms primitivos apetitos. Por qu vengo a esta sala a hablarles de estos asuntos, al parecer tan lejanos del menester periodstico? Porque siempre he credo que la prensa que no piensa en sus races ni en el linaje de sus valores est destinada a ser no slo efmera sino intrascendente. Valores? Tiene algn sentido hablar de valores en un mundo que casi se jacta de no tenerlos? Pues tiene ms sentido que nunca. Porque si la prensa se suma a ese pragmatismo sin escrpulos que a nadie rinde cuenta, perder toda importancia y ser al final lo que muchos quieren que sea: el espectculo del entretenimiento y el entretenimiento del espectculo. La crisis mundial que atravesamos ha estallado precisamente por la derrota de los valores y el xito, socialmente estimulado, de la codicia y el cinismo. Lo que muchos no quieren admitir es que Wall Street cay despus de la cada de aquellos valores que hicieron posibles las revoluciones industrial, tecnolgica e informtica. Antes que Citigroup se desplomara, la codicia le haba ganado el pulso a la
mesura. Antes que la General Motors mendigara cientos de miles de millones de
dlares, la usura se haba declarado mandataria global. Y mucho antes de que Bernard Maddoff estafara por miles de millones, la especulacin se haba impuesto a la creacin de riqueza y el frenes del dinero fcil haba derrotado a la tica del bien comn. De modo que la crisis que hoy empobrece a todos es, primero y fundamentalmente, una crisis de la tica, una colosal derrota de aquellos valores que la mayora ni nombra ni aprecia y que son, sin embargo, aquellos que permitieron buena parte de la civilizacin a la que pertenecemos. Esos valores se pueden abreviar en uno solo. Y ese valor es el de la empata, piedra de toque de la vida en comn, esencia de la tolerancia. La empata es, como todos ustedes saben, la capacidad de pensar en el otro, la generosidad de imaginar sus afectos, sus intereses y sus necesidades. Dejamos de ser simios el da en que la empata se instal entre nosotros. Abandonamos el canibalismo, la horda sanguinaria, la tribu endogmica cuando adquirimos el valor de la empata. Pues bien, vivimos actualmente en un mundo en el que el sistema de las corporaciones y la lgica de la ganancia a cualquier costo han hecho todo lo posible por desterrar la empata y por devolvernos a la atmsfera primitiva del egosmo entendido como religin y emparentado, si fuera necesario, con el crimen. Estos ladrones que fungan de banqueros, estos financistas que en realidad eran asaltantes, estos ejecutivos que escondan su identidad parsita, estos petroleros que quieren comprar selvas para anegarlas de txicos, estos mineros que apetecen tanto los bosques peruanos como las tundras de Alaska, todo este ejrcito de depredadores, qu tienen en comn? Tienen en comn haber borrado la palabra empata de su vocabulario. Y tienen en comn haber lanzado por la borda, como si fuera lastre, la delicadeza de sentirse parte de la humanidad e inquilino fugaz de este raro planeta. El actual es un sistema internacional que necesita la abolicin de los ms elementales valores comunitarios. Mientras ms aislados nos sintamos, mejor para el sistema. Mientras menos prjimos nos sintamos, ms regocijo para quienes gobiernan el mundo. Mientras ms anacrnica nos parezca la palabra tica, mejor para ellos. Mientras ms ridculos nos sintamos si hablamos de valores, el triunfo es slo de ellos. De modo que no nos dejemos engaar. Esta crisis no es de hipotecas basura ni de Estados laxos que no regularon y ni siquiera de un exceso en las expectativas del crecimiento. Esta crisis es tica y fue labrada por el cinismo triunfante. Es el fin de la historia no en la versin de Francis Fukuyama sino en la de Eliot Ness en el Chicago de los 30. Ahora bien, si esta crisis global, que duplicar el nmero de pobres, viene del descrdito de la virtud y de la buena reputacin del egosmo, qu papel ha jugado la prensa en todo este fenmeno? Es triste decirlo, pero la prensa, en general, ha sido el furgn de cola de este tren que termin en el abismo. Cuntos grandes peridicos del mundo censuraron la reinstauracin del
capitalismo salvaje impuesto por la seora Thatcher y el seor Reagan, dos
viejos sirvientes del conservadurismo armado y homicida? Cuntos periodistas de fama internacional le dijeron al pblico que ese capitalismo salvaje lo que quera era, precisamente, abolir toda tica social y entronizar los antivalores que ayudaran a acabar con los sindicatos y la resistencia? Y cuando el cinismo dej de ser slo un proyecto exitoso que destruy el Estado del bienestar y se convirti en la guerra farsante que asol Irak y hoy demuele Afganistn, cuntos periodistas de renombre mundial nos dijeron que en Irak no haba armas de destruccin masiva o que en Afganistn el cultivo de amapolas creci desde su ocupacin por tropas extranjeras? Y cuntos diarios o televisiones del Per nos dijeron que el fraude delictivo de la empresa estadounidense Enron se debi a que sus auditores los seores de Arthur Andersen- encubran las fechoras contables que deban denunciar? Qu peridico nacional nos advirti que la crisis que padecemos iba a ser la ms importante despus de la de 1929? Para ser menos exigente: qu peridico nos dijo que vena una crisis? Lo saban y se callaron para no desestabilizar el sistema? O no lo saban y entonces renunciaron al deber periodstico de obtener informacin privilegiada y anticipar eventos en nombre del inters pblico? Cuntos periodistas protestaron cuando el Estado, que no tiene para pagarle sueldos decorosos a los maestros, corri a salvar a los bancos Latino o Wiese? Slo en el salvataje del banco Latino se invirti la suma de 300 millones de dlares. Quines levantaron la voz cuando el Estado peruano, representado por el ciudadano estadounidense Pedro Kuczynski, auxili al quebrado banco Wiese con un aval de 180 millones de dlares? Hago estas preguntas para intentar explicarles cun urgente es, desde mi modesto punto de vista, hablar de valores. Y cun urgente es que los periodistas jvenes entiendan que hablar de valores no slo no es anticuado: es futurista. Porque el mundo de maana tendr que ser distinto, profundamente distinto. Y lo ser tambin en la medida en que los periodistas jvenes asuman su tarea pensando en el bien comn, en la amplitud de los afectos, en la gracia de la empata, en el retorno a esos valores del humanismo que nos dirigen a la cultura y a la paz. No teman hablar de valores. No se dejen arrinconar por aquellos que les ofrecen la obediencia del pragmatismo. La objetividad cranme- es un invento de la banca suiza. No podemos ser neutrales ante la destruccin del planeta y el asesinato espiritual de sus habitantes. Un periodismo que prescinda de la tica funcionar como mayordoma de los grandes poderes del dinero. Y un periodista que no sienta, aunque suene presuntuoso, que puede contribuir con algo a mejorar al mundo ya no ser periodista sino notario con el respeto que los notarios se merecen-. El dilema est planteado: o socios de la humanidad y del planeta para cambiar las cosas o militantes de la resignacin. Creo estar seguro de cul va a ser vuestra eleccin y eso me reconforta. Buenas noches y muchas gracias.
(*) Palabras pronunciadas ayer durante la desmedida entrega de un doctorado
Economía de los no economistas (2ª Edición): Carlos Rodríguez Braun analiza el pensamiento económico en la cultura, la prensa, la política y la religión.