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ENSAYO MÓDULO III

PEDAGOGÍA ALTERNATIVA

Solange C. Noguera

Maracay – Venezuela

Desde mi perspectiva, hablar del Norte es traer a colación temas como un desarrollo
industrial con características de avanzada, crisis bursátiles, inclinación excesiva a las leyes de
mercado, un afianzado apego al consumismo en desmedro de la condición humana, afán de
dominación, de manera muy particular constituirse en “rectores del mundo”, sociedad
confundida, aires de libertad, excesiva competencia personal, discriminación hacia algunos
sectores de la sociedad, libre albedrío, en fin, podría seguir enumerando en esta lista, sólo con la
genuina intención de plasmar, cómo percibo a ese espacio geográfico desde mi propio mundo y
cómo desde allí parten mis ideas relacionadas a la cuestión educativa.

El profesor Carlos Delgado, miembro del Colectivo Docente del presente diplomado, muy
gentilmente compartió dentro de uno de los temas del foro relacionados a la “Introducción al
Pensamiento Complejo” un archivo contentivo de una ponencia llamada “La Conciencia
Participativa” cuyo autor es el profesor Christopher James Seaton Clarke, de la Universidad de
Southampton, Inglaterra, y quiero extraer de allí la siguiente cita como punto de inicio a mis
reflexiones sobre este particular: “Todos conocemos los problemas que enfrenta el planeta, pero
¿dónde exactamente están concentrados esos problemas? Indudablemente que en los países ricos,
los cuales hacen valer su poder para utilizar los recursos de la Tierra en un consumismo
frenético. El sufrimiento de los países pobres constituye el síntoma de un problema que está
localizado en los ricos. ¿Y dónde se debe buscar la solución? Con certeza en algunos de los
países más pobres, aquellos que no han sido tan oprimidos como para haber perdido su cultura
nativa ni tan industrializados como para haber olvidado su pasado.”

Lo expuesto por Seaton confirma en gran parte mi percepción de ese “Norte” que
menciona la entrevista presentada como material base de lectura. Cómo en ese afán de ser
referencia mundial en aspectos relacionados a avances tecnológicos y científicos, han perdido en
el camino lo que podría llamarse el verdadero “sentir de una nación”. Esto último podría hasta
llevarse al plano individual, tomando una afirmación de Werner Herzog el director de cine
alemán, leída en un blog, señalando que en Occidente, en el afán de búsqueda de la felicidad y
por ende del bienestar, pues el hombre estaba perdiendo el alma…la capacidad de sentir. Sobre
esto último, podría sustentar aún más mi argumentación con otra cita de la ponencia más arriba
nombrada cuando el profesor Seaton señala lo siguiente: “la verdadera transformación del mundo
exigirá que los ricos reciban regalos espirituales de los pobres”.

Con todo lo anterior sólo pretendo hilvanar argumentos que sustenten lo que creo debe
aportar el pensamiento del Sur al desafío de la transformación educativa internacional. Es
importante que cuando Seaton menciona la pobreza, tan característica de nuestros pueblos
latinoamericanos, la percibo como aquella condición donde a pesar de las carencias materiales
existe la condición humana para compartir un sentimiento con todos aquellos que poseen
superioridades materiales. Es posible que caiga en el lugar común de las justificaciones, pero me
parece importante señalar que la “pobreza espiritual” es la peor de todas y puede instituirse aún
siendo el más poderoso de los hombres o el más desfavorecido de todos.

En el Sur un proyecto político revolucionario, quiere ser contrapeso del efecto


“homogeneizador” del Norte, pero en su afán de expansión no se ha percatado que es susceptible
de cometer los mismos o aún peores errores de esos similares que tanto adversan. Si algo he
aprendido de todo lo que he leído hasta ahora en el presente diplomado, es que la realidad no
puede ser dogmática y que la historia nos ha dado suficientes ejemplos como para corroborar que
esto es así. Aún así podemos desde aquí afirmar que el adjetivo “en vías de desarrollo”, es un
moquete que pretende orientar la meta hacia un fin exclusivamente tecnológico y para el caso de
la transformación educativa, es indudable que no puede dejarse a un lado la condición humana
del individuo, y que por estos lados del Sur pareciera que no está tan marcadamente disimulada
como en el Norte.

¿Los aportes del pensamiento del Sur?....el gran mestizaje que caracteriza a la región,
puede resultar en un caleidoscopio de ideas y maneras de ver la vida que pueden oponerse al afán
dominador de aquellos países con marcado interés en influenciarlos, aún así se me ocurre
plantear conceptos como la idiosincrasia, las raíces, la cultura enfocada a lo autóctono,
geografías imponentes, inquietud permanente por el bienestar, conciencia sobre la marginalidad
(tanto material como la de pensamiento), visión propia del presente, conflictos de liderazgo,
proyección hacia el futuro, la sencillez y la calidez que por lo general caracteriza al oriundo del
Sur en contrapartida a los amigos del Norte. Todo lo enumerado con anterioridad tiene fuertes
connotaciones a la condición humana, aspecto en el cual insiste mucho el profesor Morin, así que
es campo fértil para esta forma de pensar, más atenta a los problemas globales del planeta y
menos superficial en el aporte de soluciones.

Ahora… ¿cómo ser menos superficiales, menos reduccionistas en nuestras propuestas?


Creo que la respuesta puede venir dada en la consideración de “sistema” que tiene la obra
morineana, es decir, que sus elementos están en interacción, por ende, los siete saberes en los
cuales nos sumerge el profesor Morin, definitivamente deben gozar de esta particularidad, de lo
contrario no podrían pertenecer genuinamente a todo esto que llamamos pensamiento complejo.
La complejidad rechaza, cuestiona las recetas, ya que su misma rigidez sistemática, impide que
la estrategia pueda explayarse a sus anchas, sobre esto cito al profesor Morin cuando señala: “La
estrategia debe prevalecer sobre el programa. El programa establece una secuencia de acciones
que deben ser ejecutadas sin variación en un entorno estable; pero en cuanto haya modificación
de las condiciones exteriores, el programa se bloquea. La estrategia, por el contrario, elabora un
guión de acción, examinando las certezas, las incertidumbres de la situación, las probabilidades e
improbabilidades. El guión puede y debe modificarse, según la información recogida, el azar,
contratiempos u oportunidades con que se tropiece en el transcurso del camino”.

Comparto la idea propuesta por la complejidad al señalar que la marcada división del
saber, ha ido en contra de esa transferencia efectiva del conocimiento, que permita visualizar la
pertinencia de lo que se está aprendiendo. Por otro lado y no puede negarse que el docente estará
al frente de un gran desafío cuando intente integrar el conocimiento propio del currículo a
impartir con estos siete saberes… ¿por qué?, sencillo, y ya se planteó en el tema relacionado a la
meta cognición, “enseñar a aprender” no es tarea sencilla y el maestro o profesor puede tener la
sensación de que no cuenta con el tiempo suficiente para realizar ambas tareas. Siempre me ha
causado curiosidad en aquellas carreras científicas, cómo en los primeros semestres base, el
alumno es recargado con materias tan especializadas como la geometría, el cálculo, la física o la
química y al entrar en las materias profesionales el grado de transferencia de esos conocimientos
es bastante reducido, de hecho, estas asignaturas llegan a convertirse en “reales verdugos” de una
situación que en la mayoría de los casos impide que un alumno avance dentro del pensum de
estudio e incluso pueda verse obligado a desertar o ser expulsado del sistema universitario.

Creo haberlo comentado en otros ensayos, pero desde mi experiencia personal, mi


formación como ingeniero incluyó de forma muy reducida materias de contenido humanístico
dentro de la oferta académica de los primeros semestres de estudio. Si se tenía afición por la
poesía, la prosa escrita o hasta la música, estas áreas eran cultivadas desde un espacio muy
particular y como hobbie, nunca existió esa conciencia de globalidad que me permitiera
descubrir un mundo que se extendía mucho más allá de los simples números y ecuaciones. En la
actualidad veo con satisfacción como esto ha cambiado en aras de añadir temas relacionados a la
literatura, las ciencias sociales y hasta del propio comportamiento humano, aunque entiendo que
son esfuerzos algo tímidos. Al menos tratan de brindarle al estudiante de estas carreras
científicas, herramientas de reflexión y análisis del mundo que les rodea, aún cuando ellos
mismos se resistan a aprovecharlas en toda su dimensión, partiendo de que no son necesarias…
esa es la barrera que hay que ir eliminando paulatinamente.

Un ejemplo de lo anterior podría estar planteado en lo relacionado a la reivindicación


metodológica de la bibliografía planteada dentro de la obra que estamos analizando. ¿No colocar
bibliografía? Podría interpretarse como un estado de apertura o de liberación. Entiendo que la
génesis del pensamiento complejo tiene muchos aportes y el profesor Morin viene trabajando en
“El Método” desde hace mucho tiempo. Ahora, siempre está latente el riesgo de la rigidez del
procedimiento, la poca flexibilidad del programa y aún más, evitar caer en el camino del dogma.
Desde este punto de vista puede entender la falta de este recurso, pero por otro lado para todos
aquellos que nos iniciamos en este mundo tan fascinante, de revelaciones, elucubraciones,
reflexiones y elucidaciones, siempre serán bienvenidas las “sugerencias” que puedan existir en la
materia. El acceso al conocimiento en estos tiempos de internet, se ha masificado enormemente y
sólo un clic puede ser el término de la distancia para tener ante nuestros ojos gran diversidad de
información. El punto está, ¿hasta qué punto podemos sortear o encaminar nuestras inquietudes
cognitivas en el camino apropiado para su comprensión?, ya que el cúmulo de conocimiento
puede ser abrumador….es posible que en esto último esté la congruencia con las perspectiva
general de la obra.

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