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Confirmación, Parroquia San Juan Bosco santuario Maria Auxiliadora

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Los mandamientos 6 y 9, Si al amor (Guía)


(Mandamientos 6 y 9 -Parte 2 de mandamientos para tener limpio el corazón)
(Guía De Catequesis para el Catequista)

Esta guía es la única que pueden y deben llevar impresa los catequistas. El catequista debe
tener presente los objetivos de la Catequesis y cumplirlos, mientras planifica y da la
Catequesis.

(*) Orden general de la Catequesis

(0) Repaso breve de semana anterior o bloque dado, comentarios tarea vivencial.

(1) Partir de la vida (Evoco opcional)

(2) Tema (se usa “Partir de la vida”)


(3) Subtema (se usa “Partir de la vida”)

(4) Reflexiono (Puede ir después de cada subtema y debe ir al final de la Catequesis - antes
del taller)

(5) Taller

(6) Reflexiono (Reflexión de taller y reflexión final)

Nota1: Durante la Catequesis de deben incluir las citas de “ilumina con la palabra” y se
puede complementar con la frases sugeridas a utilizar. Es obligatorio que el charlista lea
y se auxilie del YOUCAT.

(1) Objetivo General


Que el joven reconozca que los mandamientos son una receta de cómo ser feliz, que son la guía
de todo cristiano. Que reconozca que son una guía para la vida plena de todos los sacramentos.
Entender el porqué de cada afirmación de este documento. Dar a conocer al joven, que lo que
dice, piensa o hace refleja la pureza de su corazón.

Objetivos específicos
1. Experiencia de vida. Que el catequista sea capaz de trasmitir su experiencia de vida
en cómo aplicar como forma de vida todos los mandamientos.
2. Experiencia de fe: Que el catequista transmita lo con su experiencia lo importante que
son estos mandamientos. Así mismo que logre transmitir como se relacionan con los

1YOUCAT #400-425 y #462-464


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sacramentos y el porqué de cada afirmación dentro del mandamiento presentado y como


se liga a cada sacramento.

Cognoscitivo
Que comprendan la importancia de estos dos mandamientos en la vida diaria. Que el joven sea
capaz de reconocer que los mandamientos 6 Y 9 nos enseñan a ser templo del espíritu santo,
es decir del amor (“Dios es amor”).

Afectivo
Que no tomen los mandamientos presentados como una obligación, si no como una forma de
vida para ser felices y una forma de respeto y amor hacia Dios, nosotros y nuestro prójimo.

Psicomotriz
Que los confirmandos quieran tomar estos mandamientos dentro su diario vivir, esta forma de
vida y pensamiento.

(2) Iluminar con la palabra

Citas Bíblicas

o Sexto mandamiento, No cometerás adulterio


Éxodo 20, 14 / Deuteronomio 5, 18 / Mateo 5, 27-32 / Génesis 2, 18 – 24 / 1 Juan 4, 7-8 /
1 Tesalonicenses 4, 3-5 / 1 Timoteo 4, 4 /

o Noveno mandamiento, No consentirás pensamientos o deseos impuros


Éxodo 20, 17 / Deuteronomio 5, 21 / Mateo 5, 28 / Colosenses 3, 5 / Mateo 5, 8 / Gálatas 5, 19-
21 /
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Frases

“EL cristianismo ha sacado a las mujeres de un estado que se asemejaba a la esclavitud”.


(Madame destael, escritora francesa)

“Todas las razones en favor de la «sumisión» de La mujer al hombreen el matrimonio se deben


interpretar en el sentido de una «sumisión recíproca» de ambos en el temor de Cristo”. (San Juan
Pablo II)

“No se puede vivir solamente a prueba, no se puede probara morir. No se puede amar a prueba,
acoger sólo a prueba y por un tiempo a una persona”. (San Juan Pablo II)

“Donde brota el amor, atrapa a todos los demás instintos y los convierte en amor”. (San Bernardo
de Claraval)

“Donar el propio cuerpo a otra persona simboliza la entrega total de uno mismo a esa persona“.
(Santo Juan Pablo II)

“El más poderoso hechizo para ser amado es amar”. (Baltasar Tasar Gracián, escritor español)

“Obrad hoy de forma que mañana no tengáis que avergonzaros”. (San Juan Bosco)

“El pudor existe en todo lugar donde hay un misterio”. (Friedrich Nietzsche)

(3) Partir de la Vida


(Experiencia de vida, ejemplo para tema/subtema. debe ser un ejemplo o varios aplicados a la
vida cotidiana) Esta parte se usa antes, durante o después del tema o subtema dado.

Experiencias de vida en dos sentidos:


Experiencia de vida (reflexión de una experiencia cotidiana, común o que la dinámica
sea realizable y coherente con la Catequesis.)
Experiencia de Fe (No “ayuda a reflexionar”, ni “es un aporte”, sino que la cita bíblica es
el punto de partida de la reflexión, es decir “ilumina con la palabra”)

Evoco
Alguna experiencia de vida (Propia o de alguien más que quieran compartir) que él/los
catequistas a cargo de la Catequesis. Dicha experiencia para mostrar con un ejemplo concreto
con respecto al tema/subtema que se esté presentando. Siempre deben haber experiencias (por
muy sencillas que sean) que vayan con la Catequesis dada.

En el mundo hay muchas posibilidades para que hombres y mujeres compartan actividades y
realidades: en la familia, en el trabajo, en los deportes, en la organización gremial, en la política.
Muchas de estas actividades compartidas son fuentes de alegría y motivo de satisfacción. Nos
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damos cuenta, entonces, de que hombres y mujeres hemos sido creados como tales para
ayudarnos y complementarnos. Sin embargo la sexualidad es frecuentemente presentada por
los medios de comunicación en función de la propaganda comercial, del erotismo y de la
pornografía. Entonces, lo que es bueno y sublime se convierte en algo destructivo de la dignidad
de las personas, especialmente de las mujeres, de los niños y de las niñas.

Provocó
¿Amas de corazón? ¿Qué es el sexo, qué es la sexualidad? ¿Qué dice Dios, Jesús, el evangelio,
la Iglesia, con respecto a la sexualidad? ¿Por qué decimos que la sexualidad es un don de Dios?
¿Cómo podemos vivir a plenitud la sexualidad?

(4) Contenido

Estructura de Contenido
Los puntos clave a tratar dentro de cada Catequesis.

• El sexto mandamiento, no cometerás adulterio (si al amor)


o ¿Qué es y que abarca el sexto mandamiento?
o El amor
o La castidad
o Ofensas a la castidad
o Fecundidad y anticonceptivos
o Castidad y la homosexualidad
• El noveno mandamiento, no consentirás pensamientos o deseos impuros (Si al
amor)
o ¿Qué es y que abarca el noveno mandamiento?
o El combate por la pureza y un corazón limpio
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Desarrollo del Contenido

Estos dos mandamientos se basan ante todo en el amor y la valoración del mismo, los cuales
llevan a todo lo que con llevan estos dos mandamientos.

El sexto y el noveno mandamiento buscan recordarnos el valor del amor, el matrimonio y el


respeto que se tienen que guardar los esposos dentro de la vida familiar. Porque la fidelidad en
el noviazgo y/o el matrimonio no es solamente un asunto de relaciones sexuales fuera de él, sino
que de compartir toda la vida juntos, tienen el compromiso de ayudarse y acompañarse en los
momentos de dolor y alegría, de salud o de enfermedad.

A. El sexto mandamiento, No cometerás adulterio.


(Si al amor)
Dios hizo a los seres humanos sexuados2, hombres y mujeres, capaces de comunicarse, de
expresar el amor, de dar y recibir y de acoger al otro. Los órganos genitales son sólo parte de
esa condición de seres sexuados.

Ser varón o mujer marca profundamente al ser humano; es un modo diferente de sentir, una
forma diferente de amar, una vocación diferente en relación con los hijos, otro camino de fe.
Dado que quería que existieran el uno para el otro y se complementaran en el amor, Dios hizo
diferentes al hombre y a la mujer. Por eso el hombre y la mujer se atraen sexual y
espiritualmente.

La Tradición de la Iglesia ha entendido el sexto mandamiento como referido a la globalidad de la


sexualidad humana.

La sexualidad es un don de Dios. Es parte integrante de nuestra personalidad y, por lo tanto,


no podemos considerarla en forma aislada ni separada de nuestra vocación humana y cristiana.
La sexualidad es un medio fundamental a través del cual las personas nos enriquecemos
espiritualmente.

La sexualidad, en la que se expresa la pertenencia del hombre al mundo corporal y biológico, se


hace personal y verdaderamente humana cuando está integrada en la relación de persona a
persona, en el don mutuo total y temporalmente ilimitado del varón y de la mujer.

• El amor

El amor es la vocación fundamental e innata de todo ser humano. El amor es la entrega libre del
corazón. Estar lleno de amor quiere decir que algo gusta tanto que uno sale de sí mismo y se
entrega a ello.

2 Buscar en YOUCAT #400


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En toda amistad hay amor. Una forma de amor particularmente hermosa es, sin embargo, el
amor entre el varón y la mujer, en el que dos personas se entregan mutuamente para siempre.
Todo amor humano es una imagen del amor divino, en el que todo amor se encuentra.

Cuanto más ama el hombre tanto más se hace semejante a Dios. El amor debe caracterizar toda
la vida de la persona, pero debe realizarse de un modo especialmente hondo y significativo allí
donde el varón y la mujer se aman en el matrimonio y se hacen «una sola carne» (Gen 2,24).

El amor íntimo y espiritual que existe entre un hombre y una mujer necesita expresarse a través
de signos. La sexualidad es esa capacidad dada por Dios a las personas para que se manifiesten
todo el amor que se tienen con expresiones espirituales y corporales.

Por el matrimonio, el varón y la mujer se entregan y se reciben recíprocamente. Es por eso que
ese amor no puede ser pasajero: una vez que se ha hecho la entrega en sí, debe ser para
siempre. No ha sido el ser humano, sino el mismo Dios quien ha querido que la sexualidad tuviera
esta importancia.

No todas las personas están llamadas a vivir el matrimonio, pero todas están llamadas al amor.
Estamos destinados a entregar nuestra vida; unos en la forma del matrimonio, otros en la forma
del celibato voluntario por el reino de los cielos, otros, viviendo solos y, sin embargo, al servicio
de todos. Toda vida encuentra su sentido en el amor.

¿Cuál es la relación entre amor y sexualidad? 3 (YOUCAT # 403)

Sexualidad y amor van inseparablemente unidos. El encuentro sexual necesita el ámbito


de un amor fiel y seguro.

Donde se separa la sexualidad del amor y se busca únicamente por la satisfacción, se


destruye el sentido de la unión sexual de varón y mujer. La unión sexual es una hermosa
expresión, corporal y sensual, del amor. Las personas que buscan el sexo sin amar,
mienten, porque la cercanía de los cuerpos no corresponde a la cercanía de los
corazones. Quien no mantiene la palabra de su lenguaje corporal perjudica a la larga al
cuerpo y al alma. El sexo se vuelve entonces inhumano; queda degradado a instrumento
de placer y se rebaja al nivel de una mercancía. Sólo el amor comprometido y duradero
crea el ámbito necesario para una sexualidad vivida humanamente y que satisface a la
larga.

3Las respuestas de las preguntas del YOUCAT presentadas en este documento están sintetizadas y/o
complementadas, la respuesta completa está en el YOUCAT. Se debe ir a las citas mencionadas y
consultar la referencia obligatoria para la respuesta completa de estas preguntas.
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• La Castidad

Un amor casto es un amor que resiste a todas las fuerzas, internas y externas, que quieren
destruirlo. Es casto quien asume conscientemente su sexualidad y la integra bien en la persona.
Castidad4 y continencia5no son lo mismo.

También quien tiene una vida sexual\ activa dentro del matrimonio debe ser casto. Una persona
actúa castamente cuando su acción corporal es expresión de un amor seguro y fiel.

Todo bautizado está llamado a vivir la castidad, ya sea joven o viejo, viva solo o esté casado.

No hay que confundir castidad con mojigatería6. Un hombre que es casto no es juguete de sus
deseos, sino que vive conscientemente su sexualidad a partir del amor y como expresión del
mismo. La impureza debilita el amor y oscurece su sentido.

La castidad es una virtud moral. Es también un don de Dios, una gracia, un fruto del trabajo
espiritual.

La virtud de la castidad, por tanto, entraña la integridad de la persona y la totalidad del don.

Los novios están llamados a vivir la castidad en la continencia. En esta prueba han de ver un
descubrimiento del mutuo respeto, un aprendizaje de la fidelidad y de la esperanza de recibirse
el uno y el otro de Dios. Reservarán para el tiempo del matrimonio las manifestaciones de ternura
específicas del amor conyugal. Deben ayudarse mutuamente a crecer en la castidad.

4(del lat. castitas = castidad): Es la virtud por la que un hombre capacitado para la pasión, reserva su deseo
erótico de forma consciente y decidida para el amor y resiste a la tentación de excitarse con instrumentos
o de utilizar a otros como medio de su propia satisfacción. (YOUCAT)
5Moderación en pasiones y deseos, especialmente el sexual. (RAE)
6Humildad fingida y falsedad. (RAE)
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¿Cómo se puede vivir un amor casto? ¿Qué nos ayuda a ello? (YOUCAT # 405)

Vive castamente quien es libre para amar y no es esclavo de sus instintos y pasiones.
Todo aquello que ayuda por tanto a convertirse en un ser humano más rico en relaciones,
más maduro, más libre y más lleno de amor, ayuda también a amar castamente. Poder
vivir un amor puro e indiviso es una gracia y un don maravilloso de Dios.

¿Por qué se opone la Iglesia a las relaciones sexuales prematrimoniales? (YOUCAT


# 407)

Porque quiere proteger el amor. Una persona no puede hacer a otra un regalo mayor que
el don de sí misma. «Te quiero» significa para ambos: «Sólo te quiero a ti, te quiero
totalmente y te quiero para siempre». Puesto que esto es así, no se puede decir en
realidad «Te quiero» a prueba o por un tiempo, tampoco con el cuerpo.

Algunos creen tener propósitos serios en sus relaciones prematrimoniales. Y, sin


embargo, éstas contienen dos reservas que no son compatibles con el amor: la «opción
de dejarlo» y el temor a tener un hijo. Dado que el amor es tan grande, tan santo y tan
irrepetible, la Iglesia pide con insistencia a Los jóvenes que esperen a estar casados para
tener relaciones sexuales.

• Ofensas a la castidad

El amor que el hombre y la mujer se manifiestan trae consigo responsabilidades muy serias,
entre ellas la de trasmitir la vida, y que los nuevos seres que traen al mundo encuentren un lugar
cálido donde crecer y desarrollarse en todos los aspectos, todo principalmente bajo la tutela del
amor. Ese lugar cálido se llama el hogar.

La sexualidad es algo más que algo puramente biológico. Dios nos recuerda constantemente
cuánto vale nuestro cuerpo con todas las facultades que El mismo le dio, y cuánto respeto hemos
de tenerle al propio cuerpo y al de los demás.

El cristiano evita por todos los medios: toda forma de irrespeto al propio cuerpo y al de los demás.

El compromiso que adquieren los esposos el día del sacramento del matrimonio nadie lo puede
romper ni separar; de ahí que el adulterio como infidelidad a esos compromisos es un pecado
grave, porque se rompe una promesa muy seria, una promesa de amor. Dios quiso crear al
hombre y a la mujer diferentes, pero lo quiso para que se unieran y, unidos, compartieran en todo
un mismo destino y una misma suerte, de modo que casados son una sola carne. Todo por amor.
A eso le llamamos castidad vivida en el matrimonio.

Algunas ofensas a la castidad son:

1. La lujuria es un deseo o un goce desordenados del placer venéreo. El placer sexual es


moralmente desordenado cuando es buscado por sí mismo, separado de las finalidades
de procreación y de unión.
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2. La fornicación es la unión carnal entre un hombre y una mujer fuera del matrimonio,
ordenada al bien de los esposos como una promesa de amor, así como a la procreación
y educación de los hijos.
3. El adulterio, el que lo comete falta a sus compromisos, lesiona el signo de la Alianza que
es el vínculo matrimonial. La alianza que los esposos contraen libremente implica un
amor fiel. Les confiere la obligación de guardar indisoluble su matrimonio.
4. La pornografía, Ofende la castidad porque desnaturaliza la finalidad del acto sexual.
Atenta gravemente a la dignidad de quienes se dedican a ella (actores, comerciantes,
público), pues cada uno viene a ser para otro objeto de un placer rudimentario y de una
ganancia ilícita. Introduce a unos y a otros en la ilusión de un mundo ficticio. Es una falta
grave.
5. La prostitución atenta contra la dignidad de la persona que se prostituye, puesto que
queda reducida al placer venéreo que se saca de ella. El que paga peca gravemente
contra sí mismo: quebranta la castidad a la que lo comprometió su bautismo y mancha
su cuerpo, templo del Espíritu Santo (1 Co 6, 15-20). La prostitución constituye una lacra
social. Habitualmente afecta a las mujeres, pero también a los hombres, los niños y los
adolescentes. Es siempre gravemente pecaminoso dedicarse a la prostitución, pero la
miseria, el chantaje, y la presión social pueden atenuar la imputabilidad de la falta.
6. La violación. Atenta contra la justicia y la caridad. La violación lesiona profundamente el
derecho de cada uno al respeto, a la libertad, a la integridad física y moral. Produce un
daño grave que puede marcar a la víctima para toda la vida. Es siempre un acto
intrínsecamente malo. Más grave todavía es la violación cometida por parte de los padres
(cf. incesto) o de educadores con los niños que les están confiados.
7. La masturbación: La relación sexual debe ser un intercambio de amor. Por consiguiente
la masturbación, acto de satisfacción sexual procurado en solitario, el cual la persona
consigue manipulando sus órganos genitales, es una actitud profundamente egoísta que
se opone al bien de la comunidad humana, a la fecundidad del amor y al plan de Dios.
8. Incesto es la relación carnal entre parientes dentro de los grados en que está prohibido
el matrimonio. El incesto corrompe las relaciones familiares.

¿Por qué es la prostitución una forma de fornicación? (YOUCAT # 411)

En la prostitución el «amor» se convierte en mercancía y la persona queda degradada


como mero objeto de placer. Por ello la prostitución es una falta grave contra la dignidad
humana y un pecado grave contra el amor.
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¿Por qué la producción y el consumo de pornografía son un pecado contra el amor?


(YOUCAT # 412)

Quien abusa del amor desvinculando la sexualidad humana de la intimidad de un amor


vivido como compromiso de dos personas, y convirtiéndola en mercancía para la venta,
peca gravemente. Quien produce, consume y vende productos pornográficos ofende a la
dignidad humana e incita a otros a cometer el mal.
La pornografía es una variante de La prostitución, porque también aquí se sugiere a la
persona que existe el «amor» a cambio de dinero.

¿Es la masturbación una falta contra el amor? (YOUCAT #409)

La masturbación es una falta contra el amor, porque convierte el placer sexual en un fin
en sí mismo y lo desvincula del desarrollo integral personal en el amor entre varón y mujer.
Por eso el «sexo con uno mismo» es una contradicción en sí misma.

La Iglesia alerta del riesgo de quitarle importancia al autoerotismo. De hecho, muchos


jóvenes y adultos están en peligro de aislarse en el consumo de imágenes y películas
eróticas y ofertas en Internet, en lugar de encontrar el amor en una relación personal. La
soledad puede llevarles a un callejón sin salida, en el que la masturbación se convierte
en una adicción. Pero nadie es feliz siguiendo el lema: «No necesito a nadie para el sexo;
me lo hago a mí mismo, cómo y cuando lo necesito».

Cristo es el modelo de la castidad. Todo bautizado es llamado a llevar una vida casta, cada uno
según su estado de vida.

• Fecundidad y anticonceptivos

La fecundidad es un bien, un don, un fin del matrimonio. Dando la vida, los esposos participan
de la paternidad de Dios.

Al lenguaje natural que expresa la recíproca donación total de los esposos, el anticoncepcionismo
impone un lenguaje objetivamente contradictorio, es decir, el de no darse al otro totalmente: se
produce no sólo el rechazo positivo de la apertura a la vida, sino también una falsificación de la
verdad interior del amor conyugal, llamado a entregarse en plenitud personal. [...] Esta diferencia
antropológica y moral entre la anticoncepción y el recurso a los ritmos periódicos implica [...] dos
concepciones de la persona y de la sexualidad humana irreconciliables entre sí

La regulación de la natalidad representa uno de los aspectos de la paternidad y la maternidad


responsables. La legitimidad de las intenciones de los esposos no justifica el recurso a medios
moralmente reprobables (la esterilización directa o la anticoncepción).
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¿Qué dice la Iglesia del uso de preservativos en la lucha contra el sida?


(YOUCAT # 414)
Dejando al margen el hecho de que los preservativos ofrecen una protección totalmente
segura frente a la infección, la Iglesia rechaza el uso del preservativo para luchar contra
el SIDA por ser un medio mecánico unilateral y apuesta sobre todo por una nueva cultura
de las relaciones humanas y por el cambio de la conciencia social.

Únicamente la práctica de la fidelidad y la renuncia a contactos sexuales superficiales


protegen eficazmente contra el sida y educan en una relación integral del amor.

¿Puede un matrimonio cristiano utilizar métodos de regulación de la fecundidad?


(YOUCAT # 420)

Sí, un matrimonio cristiano puede y debe actuar responsablemente con el don de poder
dar vida.
En ocasiones hay circunstancias sociales, psíquicas y de salud en las que un hijo más
podría suponer una gran exigencia para la pareja. Por ello hay criterios claros que los
matrimonios deben considerar: la regulación de la fecundidad no quiere decir, en primer
lugar, que una pareja excluya por principio la concepción. En segundo lugar, no puede
significar que se excluya a los hijos por razones egoístas. En tercer lugar, no puede
significar que se dé una presión externa (como, por ejemplo, cuando el Estado decide
cuántos hijos está autorizada a tener una pareja). Y en cuarto lugar, no quiere decir que
se pueda usar para ello cualquier tipo de medios.

¿Por qué no son buenos todos los métodos de regulación de la fecundidad?


(YOUCAT # 421)

Como métodos de regulación consciente de la fecundidad la Iglesia remite a los métodos


perfeccionados de la auto observación y de la planificación familiar natural (PFN/RNF =
regulación natural de la fecundidad).Corresponden a la dignidad del varón y la mujer;
respetan las leyes internas del cuerpo femenino; exigen ternura y unas relaciones
recíprocas respetuosas y son por ello una escuela del amor.

No es indiferente que un matrimonio recurra a la anti concepción o que aproveche el ciclo


de los días fértiles de la mujer para regular responsablemente, es decir, generosamente
la fecundidad.

En el primer caso, distorsiona la naturaleza propia de la relación íntima conyugal


haciéndola intencionadamente infecunda.
En el segundo caso, respeta la integridad de esa relación íntima personal.

La Iglesia rechaza la anticoncepción -realizada por medios químicos (la «píldora»),


mecánicos (el preservativo), quirúrgicos (la esterilización) y otros (la interrupción del acto)-
no tanto por su carácter «artificial», cuanto porque falsifica la relación personal conyugal
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privándola de su significado natural propio (ser fecunda). La mentalidad anticonceptiva,


que implica una voluntad a ultranza de impedir la fecundidad, puede también afectar al
uso de los «métodos naturales», que entonces también sería ilegítimo. Pero cuando
recurre a los mencionados «métodos artificiales» la mentalidad anticonceptiva tampoco
se detiene ante Los daños que causan a la salud de la mujer, ni ante el carácter abortivo
de algunos de ellos (la espiral o la «píldora del día después»), ni ante los diversos
trastornos que ocasionan a la vida conyugal.

¿Qué opina la Iglesia de las madres de alquiler y de la inseminación o la


fecundación artificial? (YOUCAT # 423)

Toda ayuda por parte de la medicina y de la investigación para concebir un hijo debe
detenerse cuando se disuelve o se destruye por medio de una tercera persona la
paternidad conjunta de los padres o cuando la concepción se convierte en un acto técnico
fuera de la unión sexual dentro del matrimonio.

Por respeto a la dignidad de la persona, la Iglesia rechaza la concepción de un hijo por


medio de inseminación o la fecundación heteróloga u homologa. Todo hijo tiene el
derecho, dado por Dios, a tener un padre y una madre, a conocer a ese padre y a esa
madre y, si es posible, acrecer en el ámbito de su amor.

La inseminación o la fecundación artificial con el semen de un hombre extraño


(heteróloga) destruyen también el espíritu del matrimonio, en el cual el hombre y la mujer
tienen derecho a llegar a ser padre o madre exclusivamente a través del otro cónyuge.

Pero también la inseminación o la fecundación homologa (cuando el semen procede


del propio esposo) hace del hijo un producto de un procedimiento técnico y no el fruto de
la unidad amorosa del encuentro sexual personal. Y cuando el niño se convierte en un
producto, surge en seguida la pregunta cínica acerca de la calidad y la garantía de ese
producto.

La Iglesia rechaza también la técnica del diagnóstico genético pre-implantacional


(DGP), que se lleva a cabo con el fin de eliminar a los embriones que no se consideran
perfectos. También el recurso a una madre de alquiler, por el que se implanta a una mujer
extraña un embrión obtenido por fecundación artificial, es contraria a la dignidad de la
persona.
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• Castidad y la homosexualidad7

Dios ha creado al ser humano como varón y mujer y los ha destinado uno para el otro, también
en lo corporal.

La Iglesia acoge sin condiciones a las personas que presentan tendencias homosexuales. No
deben ser discriminadas por ello. Al mismo tiempo, la Iglesia afirma que todas las formas de
encuentros sexuales entre personas del mismo sexo no corresponden al orden de la Creación.

La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una
atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy
variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida
inexplicado.

Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (Gn 19, 1-
29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos
homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe).
Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una
verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.

Sin embargo, hemos de tomar conciencia de que no podemos difamar ni menospreciar a las
personas en las que reconocemos características contrarias a lo propio de su sexo. Estas
personas están llamadas a no dejarse dominar por su tendencia u orientación. Por nuestra parte
hemos de ser comprensivos y ofrecerles ayuda pastoral, pero debe quedar claro que las
relaciones entre personas del mismo sexo no son queridas por Dios.

Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales


profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la
mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y
delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas
personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al
sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.

Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí


mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad
desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y
resueltamente a la perfección cristiana.

Al crear al ser humano hombre y mujer, Dios confiere la dignidad personal de manera idéntica a
uno y a otra. A cada uno, hombre y mujer, corresponde reconocer y aceptar su identidad sexual.

La castidad significa la integración de la sexualidad en la persona. Entraña el aprendizaje del


dominio personal.

Recordar:

7 Se recomienda ver el video documental “El tercer camino: La homosexualidad y la Iglesia Católica” (Ver
referencias de apoyo)
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El amor verdadero es sincero, exclusivo, total y libre.

B. El noveno mandamiento, No consentirás pensamientos ni deseos impuros.


(Si al amor)

“Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón”
(Mt 5, 28).

El noveno mandamiento no se opone al deseo sexual en sí, sino al deseo desordenado. La


«concupiscencia8», contra la que alerta la Sagrada Escritura, es el dominio de los impulsos sobre
el espíritu, el predominio de lo impulsivo sobre toda la persona y la pecaminosidad que surge de
ello.

La atracción erótica entre el hombre y la mujer ha sido creada por Dios y es por eso buena;
pertenece al ser sexuado y a la constitución biológica del ser humano. Se encarga de que se
unan el hombre y la mujer y de que de su amor pueda brotar la descendencia. Esta unión debe
ser protegida por el noveno mandamiento. Jugando con fuego, es decir, por un trato imprudente
con la chispa erótica entre el hombre y la mujer, no es lícito poner en peligro el ámbito protegido
del matrimonio y la familia.

• El combate por la pureza y un corazón limpio

La sexta bienaventuranza proclama: "Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán
a Dios" (Mt 5,8).

Los "corazones limpios" designan a los que han ajustado su inteligencia y su voluntad a las
exigencias de la santidad de Dios, principalmente en tres dominios: la caridad, la castidad o
rectitud sexual, el amor de la verdad y la ortodoxia9 de la fe. Existe un vínculo entre la pureza del
corazón, la del cuerpo y la de la fe:

“Para que, creyendo, obedezcan a Dios; obedeciéndole, vivan bien; viviendo bien, purifiquen su
corazón; y purificando su corazón, comprendan lo que creen” (San Agustín).

En el hombre, porque es un ser compuesto de espíritu y cuerpo, existe cierta tensión, y se


desarrolla una lucha de tendencias entre el “espíritu” y la “carne”. Pero, en realidad, esta lucha
pertenece a la herencia del pecado. Es una consecuencia de él, y, al mismo tiempo, confirma su
existencia. Forma parte de la experiencia cotidiana del combate espiritual.

El Bautismo confiere al que lo recibe la gracia de la purificación de todos los pecados. Pero el
bautizado debe seguir luchando contra la concupiscencia de la carne y los apetitos
desordenados. Con la gracia de Dios lo consigue, mediante:

8Apetito desordenado de placeres sensuales o sexuales. (RAE)


9Conjunto de dogmas de una religión. (RAE)
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Guatemala, Guatemala, C. A.

o La virtud y el don de la castidad, pues la castidad permite amar con un corazón recto e
indiviso10.
o La pureza de intención, que consiste en buscar el fin verdadero del hombre: con una
mirada limpia uno busca encontrar y realizar en todo la voluntad de Dios (Rm 12, 2; Col 1,
10).
o La pureza de la mirada exterior e interior; mediante la disciplina de los sentidos y la
imaginación; mediante el rechazo de toda complacencia en los pensamientos impuros
que inclinan a apartarse del camino de los mandamientos divinos: “la vista despierta la
pasión de los insensatos” (Sb 15, 5);
o La oración.

La pureza exige el pudor. Este es parte integrante de la templanza11. El pudor preserva la


intimidad de la persona. Designa el rechazo a mostrar lo que debe permanecer velado. Está
ordenado a la castidad, cuya delicadeza proclama. Ordena las miradas y los gestos en
conformidad con la dignidad de las personas y con la relación que existe entre ellas.

La pureza del corazón requiere el pudor, que es paciencia, modestia y discreción. El pudor
preserva la intimidad de la persona.

¿Para qué sirve el pudor? (YOUCAT # 464)

El pudor protege el ámbito íntimo de la persona: su misterio, lo más propio e íntimo, su


dignidad, especialmente también su capacidad de amor y de entrega erótica. Se refiere a
lo que sólo está autorizado a ver el amor.

Muchos cristianos jóvenes viven en un ambiente en el que de forma natural se expone


todo y se pierde de forma sistemática el sentido del pudor. Pero la falta de pudor es
inhumana. Los animales no conocen el sentido del pudor. Por el contrario, en las personas
es un rasgo esencial. No esconde algo que carece de valor, sino que protege algo valioso,
en concreto la dignidad de la persona en su capacidad de amar. El sentido del pudor se
encuentra en todas las culturas, si bien con expresiones diferentes. No tiene nada que
ver con mojigatería ni con una educación reprimida. El hombre se avergüenza también
de su pecado y de otras cosas cuya publicación le humillaría. Quien hiere el natural
sentido del pudor de otra persona mediante palabras, miradas, gestos o actos, lesiona su
dignidad.

10 No dividido en partes. (RAE)


11 Virtud cardinal que consiste en la moderación en los placeres y pasiones. (RAE)
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¿Cómo se logra la «pureza del corazón»? (YOUCAT #463)

La pureza del corazón, necesaria para el amor, se consigue en primer lugar mediante la
unión con Dios en la oración. Donde nos toca la gracia de Dios, surge un camino para un
amor humano indiviso. Una persona casta puede amar con un corazón sincero e indiviso.
Si nos dirigimos a Dios con intención sincera, él transforma nuestro corazón. Nos da la
fuerza para corresponder a su voluntad y para rechazar pensamientos, fantasías y deseos
impuros.
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Guatemala, Guatemala, C. A.

(5) Reflexiono
(Todas las respuestas de preferencia siempre buscar un ejemplo de vida para complementar la
respuesta)

Preguntas y Respuestas
Los siguientes puntos siempre se deben de realizar.
• Se pregunta a los confirmandos si hay dudas del tema/subtema dado.
• Plantear preguntas con compañeros.
• Y se les pregunta esta pregunta siempre (después de explicar un subtema y al final
de la Catequesis):
o ¿Qué piensan? ¿Están de acuerdo o no? ¿por qué?

Provocó (El mundo)12


¿Existe primacía de un sexo sobre otro? ¿Por qué la iglesia está en contra de las relaciones
sexuales pre matrimonial? ¿Por qué está en contra de los anticonceptivos? ¿Estos
mandamientos limitan nuestra felicidad? ¿Qué postura tiene la iglesia con la homosexualidad?
¿Por qué la iglesia no promueve los anticonceptivos? ¿Nuestra sexualidad se ve limitada con la
iglesia y/o Dios?

Reflexión final
Se debe cerrar el tema de cómo aplicar dicho tema en nuestra vida. Deberán hacer un
compromiso (los jóvenes) y que digan el por qué de ese compromiso (de forma profunda, no
superficial). Y que indiquen la importancia del tema dado. Orientarlo siempre en Fe.

12Estas preguntas el catequista debe hacerlas de forma directa al confirmando siempre, Todas las
preguntas se deben resolver en la reunión de catequistas previa a esta Catequesis.
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(6) Oración personal13


En este momento siempre se toman los 5 minutos últimos de cada Catequesis

Oh Dios, crea en mí un corazón


puro, renuévame por dentro con espíritu
firme. No me alejes lejos de tu rostro, no me
quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de
tu salvación, afiánzame con espíritu generoso.
(Sal 51,12-14)

Reflexión guiada por el catequista:


Un momento para reflexionar sobre estos tres mandamientos y su relación con los santos
sacramentos.

O bien, un momento de reflexión personal guiada por el catequista en relación al tema.

(7) Oración final general


Los confirmandos Empiezan la oración (uno diferente cada Catequesis) y el catequista la
complementa. Se sugiere que se haga en círculo la oración y no desde sus lugares, fomenta
la unión del grupo.

(8) Tarea vivencial14


La tarea que siempre se debe dejar es que apliquen lo aprendido (si se puede) en su semana
o que observen donde se ve aplicado en su vida el tema de la Catequesis y al iniciar cada
Catequesis se les pregunta cómo aplicaron u observaron lo aprendido en dicha semana también.
Opcional que escriban un comentario/ensayo de un cuarto o media página de dicha
experiencia.
El objetivo de este tipo de tareas es que lo aprendido se vuelva una vivencia (“Confi es
vivencial”).

13 Esta oración personal, puede ser un momento de reflexión guiada por el catequista en relación al
tema, lo presentado es una propuesta.
14 Esta tarea es a criterio del catequista, pero si se debe dejar en toda Catequesis.
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Guatemala, Guatemala, C. A.

(9) Referencias de Apoyo


En esta parte se incluyen referencias para complementar el contenido.

Catecismo de la iglesia católica #2331-240015 y # 2514-253316

YOUCAT #400-425 y #462-464 (Obligatoria)

Biblia Católica para Jóvenes

HOLLOWELL, J. (productor) y O ROUKE, J. (Director). “El tercer camino: La homosexualidad y


la Iglesia Católica”. Blackstone Films.

(10) Referencias del contenido


Catecismo de la iglesia católica (CEC).
YOUCAT. 3 de mayo de 2010.
DRAE. 2001. 22ª edición. Recuperado de: http://www.rae.es/recursos/diccionarios/drae

15Sexto mandamiento, No cometerás adulterio.


16Noveno mandamiento, No consentirás pensamientos ni deseos impuros

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