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HABILIDADES DOCENTES

En este mundo globalizado, lleno de cambios y avances tecnológicos, se dice


que la educación es pilar de estos progresos, sin una verdadera educación formativa
y de conocimientos estos no se podrían dar, ni ser la pauta de este avance. Los
docentes son parte esencial del mismo y una forma de analizar esa repercusión es a
partir de las características que debe de tener un docente, ya que cada día la
sociedad demanda con más fuerza la formación de profesionales capaces no sólo
de resolver con eficiencia los problemas de la práctica profesional sino también y
fundamentalmente de lograr un desempeño profesional ético y responsable. Los
profesores deben ser capaces de acomodarse a continuos cambios, dramáticos en
algunos países, tanto en el contenido de su enseñanza como en la forma de enseñar
mejor.

Hoy en día se habla de que un docente debe de ser competente en el


proceso de enseñanza aprendizaje pero para comprender esto, primero es
necesario definir qué significa ser “competente”, qué papel desempeña el docente, y
cuáles son las competencias que debería tener en el desempeño de su trabajo.

El concepto de competencia en el campo gerencial aparece ante la necesidad


de realizar predicciones acerca de la ejecución del sujeto en su desempeño laboral
(McClelland, D. 1973) y es utilizado con fuerza a partir de los años 80 del pasado
siglo XX siempre asociado a las características psicológicas que posibilitan un
desempeño superior. Es con esta connotación que algunos autores definen la
competencia laboral como el “Conjunto de características de una persona que están
relacionadas directamente con una buena ejecución en una determinada tarea o
puesto de trabajo.” (Boyatzis 1982).

Más acorde, desde mi punto de vista, con Rodríguez y Feliú, 1996, la definen
como un Conjunto de conocimientos, habilidades, disposiciones y conductas
que posee una persona que le permiten la realización exitosa de una actividad.
Para esto, cabe mencionar que después de los factores familiares es la capacidad
del profesor el factor determinante más influyente en el éxito de los estudiantes,
independientemente de su nivel socioeconómico, por tanto es necesario definir que
características deben de tener y desempeñar los profesionales de la educación ante
los retos y demandas que la sociedad de este siglo que transcurre, plantea.

Escolano Benito, 1996, al definir la profesión docente, lo hace en torno a tres


papeles básicos:

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❐ El primero es un papel técnico que permite identificar a los docentes como
expertos habilitados para guiar el aprendizaje de los alumnos conforme a
determinadas reglas metológicas. Este papel ha ido incorporando algunas funciones
que desbordan la docencia clásica, como las relacionadas con la tutoría, la gestión
didáctica y la innovación. Su identidad se define por una tarea según la cual el
profesor sería un ingeniero de la instrucción.

❐ El segundo papel se asocia a los aspectos éticos y socializadores de la


profesión. El docente es un agente de primer orden en el proceso de socialización
de los menores en el engranaje social. Los valores, actitudes y otras pautas de
conducta que exhibe o vehicula constituyen un marco de referencia normativo para
las personas en formación. Por otra parte, como juez evaluador, el docente
desempeña una función fundamental de control social, al legitimar a través del
sistema de exámenes, calificaciones y grados los prerrequisitos del orden de méritos
que influyen en las estrategias de reproducción, movilidad, igualitarismo y
compensación.

❐ Finalmente, el tercer papel del profesor se vincula a la satisfacción de las


necesidades de autorrealización de los individuos en formación y de sus demandas
de bienestar. Este papel enlaza con algunas tradiciones bien enraizadas en el
mundo pedagógico, como las que enfatizan el papel del docente como preceptor,
amigo o terapeuta.

A estos puntos comentados acerca del rol del docente podría preguntar:
¿puede el docente de este tiempo, en su actuar diario ser al mismo tiempo un
profesional eficaz, ingeniero de la instrucción, un juez justo y un buen compañero?
No cabe duda de que como profesores deberemos tratar de cubrir todos estos
aspectos. ¿Suena difícil?, así pareciera, pero creo que si como profesores
reflexionamos sobre cuál es nuestro papel y lo desempeñamos con una buena
actitud, fundamentado con buenos conocimientos en nuestra área, este desempeño
lo podemos lograr de la mejor manera, con éxito hacia el objetivo que perseguimos
como profesionales dentro del ámbito la educación.

Las competencias que debemos de tener, acordando con Perrenoud, 1997,


son las siguientes:

1. Organizar y dirigir situaciones de aprendizaje,


2. Administrar la progresión de los aprendizajes,
3. Concebir y hacer evolucionar los dispositivos de diferenciación,
4. Envolver a los alumnos en sus aprendizajes y en su trabajo,
5. Trabajar en equipo,
6. Participar en la administración de la escuela,
7. Informar y envolver a los pares,
8. Utilizar nuevas tecnologías,

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9. Enfrentar los deberes y los dilemas éticos de la profesión,
10. Administrar nuestra propia formación continua.

También considero que como docentes debemos desarrollar las siguientes


habilidades:

➢ Planificar los cursos asignados (conocer las características individuales y


grupales de los alumnos; diagnosticar sus necesidades de formación; re-diseñar el
currículum).
➢ Diseñar estrategias de enseñanza y aprendizaje (preparar estrategias
didácticas que incluyan actividades motivadoras, significativas, colaborativas,
globalizadoras y aplicativas y que consideren
➢ Utilizar nuevas tecnologías de la información y de la Comunicación
(enciclomedia, internet, etc.)
➢ Buscar y preparar recursos y materiales didácticos (diseñar y gestionar los
recursos).
➢ Proporcionar información y gestionar el desarrollo de las clases manteniendo
el orden (informar a los alumnos de las fuentes de información, los objetivos,
contenidos, metodología y evaluación de la asignatura que han sido previamente
contrastados…)
➢ Motivar al alumnado (despertar la curiosidad e interés de los alumnos hacia
los contenidos y actividades relacionadas con la asignatura).
➢ Hacer participar a los estudiantes (incentivar la presentación pública de
algunos de los trabajos que realicen).
➢ Facilitar la comprensión de los contenidos básicos.
➢ Ser ejemplo de actuación y portador de valores.
➢ Asesorar en el uso de recursos.
➢ Orientar la realización de actividades.
➢ Proporcionar tutoría (presencial y a distancia).
➢ Realizar trabajos con los alumnos (implicarse en la realización de trabajos
colaborativos con los estudiantes).
➢ Evaluar (evaluación formativa y sumativa, fomentando la autoevaluación de
los estudiantes y de las intervenciones docentes).
➢ Fomentar actitudes necesarias en la era de la información» (actitud positiva y
crítica hacia las tecnologías de la información y de la comunicación; valoración
positiva del pensamiento divergente, creativo y crítico, así como del trabajo
autónomo, ordenado y responsable; trabajo cooperativo. Adaptación al cambio,
saber desaprender…)
➢ Trabajos de gestión (realización de trámites burocráticos, colaborar en la
gestión del centro utilizando las ayudas tecnológicas, conocer nuestros derechos y
obligaciones…).

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➢ Tener formación continua (actualización en conocimientos y habilidades
didácticas; mantener contactos con otros colegas y fomentar la cooperación e
intercambios…).
➢ Tener contacto con el entorno (conocer la realidad del mundo laboral al que
accederán los alumnos; mantener contacto con el entorno escolar…).
➢ Formar personas para vivir en sociedad, desarrollando una educación integral
que incluye la formación de conocimientos, procedimientos y actitudes.
➢ Orientar a los alumnos simultáneamente a la realización de sus tareas de
enseñanza.
➢ Ser democráticos, abiertos a la participación, justos en sus actuaciones,
tolerante.
➢ Ser un motivador capaz de despertar en los alumnos el interés por el saber y
por desarrollarse como personas.
➢ Estar capacitados para aprender de la reflexión sobre nuestra propia
experiencia.
➢ Estar implicados con nuestra profesión, tener vocación, buscar contribuir a la
mejora de la situación social a través de nuestro ejercicio profesional.
➢ Prepararnos para un trabajo cada vez más versátil, capaz de responder a las
cambiantes necesidades, mediante las destrezas básicas necesarias (educación
para el empleo).
➢ Entender la realidad que nos tocó vivir y entendernos a nosotros mismos,
cambiar al aprendizaje de cómo vivir en una sociedad tecnificada (educación para la
vida).
➢ Comprender el impacto de la ciencia y la tecnología en todos los aspectos de
la sociedad, que requiere, además de las disciplinas tradicionales, un punto de vista
más global: educación para la responsabilidad ambiental y para el desarrollo
armonioso de las relaciones intra e inter sociedades (educación para el mundo).
➢ Desarrollar el análisis crítico de tal manera que seamos capaces de entender
conceptos y desarrollarnos por nosotros mismos: favorecer la creatividad, las
destrezas físicas y sociales, y en particular las comunicativas y organizativas
(educación para el auto-desarrollo).
➢ Educar para un uso constructivo del tiempo de ocio y al mismo tiempo que la
educación se vaya convirtiendo en una actividad placentera (educación para el ocio).

Como docentes, además de ser conocedores de nuestra materia, hemos de


aprender a aprender, a ser expertos gestores de información sobre la misma, un
buenos administradores de los medios a nuestro alcance, y desde esta orientación,

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dinamizar el aprendizaje de nuestros alumnos, ayuda eficaz para la gestión de la
información que aceleradamente se genera en la sociedad de la información y la
comunicación con las nuevas tecnologías.

Seamos profesionales que crítica y reflexivamente revisemos nuestras


prácticas e intervenciones como docentes, y que podamos ayudar a nuestros
alumnos a aprender a aprender, en esta sociedad cambiante y en constante
evolución.

Que dirijamos a nuestros alumnos a aprender por ellos mismos, y para lograr
este propósito realicen numerosos trabajos prácticos de exploración. Y por tanto ya
no tanto como profesores centrados en la transmisión de conocimientos, ni
asentados en bases de poder, conciencia social y política, sino como facilitadores,
entendido esto como docentes capaces de preparar oportunidades de aprendizaje
para nuestros alumnos.

El docente se ha convertido en alguien que pone, o debería poner, al alcance


de sus alumnos los elementos y herramientas necesarias para que ellos mismos
vayan construyendo su conocimiento, participando de forma activa en su propio
proceso de aprendizaje.

El conocimiento se ha vuelto dinámico, y ello nos compromete a inducir


destrezas y estrategias a los alumnos, de establecer una relación entre lo saben y lo
que son capaces de aprender diariamente, de acercarlos al aprendizaje a lo largo de
la vida. Ante estos incesantes cambios debemos tomar una actitud de estar al día,
prepararnos para los cambios y no establecer puntos de llegada sino procesos de
evolución. En este marco, se pueden definir las competencias básicas que debe
tener todo docente, el dominio de la materia que imparte lo cual es una competencia
cultural, cualidades pedagógicas (habilidades didácticas, tutoría, técnicas de
investigación-acción, conocimientos psicológicos y sociales…), habilidades
instrumentales y conocimiento de nuevos lenguajes y actitudes personales
(madurez, seguridad, autoestima, equilibrio emocional, empatía…), etc.

Adicional a esto, soy de la opinión de que los programas deberán estar más
orientados a los procesos y menos al contenido. Hacer mayor énfasis en el
desarrollo de habilidades y menos en la adquisición de conocimiento, al desarrollo
de habilidades como: investigación, procesamiento y evaluación., más enfocado a la
resolución de problemas reales. Mayor énfasis en habilidades de comunicación e
interacción social, al desarrollo personal, a lo tecnológico, más determinado por la
fuerza laboral.

Creo que nuestro reto como docentes, son las habilidades y competencias
que deben tener los alumnos del siglo XXI para desarrollarse de una manera exitosa
y esto comprende tener capacidad para organizar el conocimiento, capacidad para

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aplicar el conocimiento. Ante demandas del entorno debe tener valores como la
solidaridad y justicia, respeto, responsabilidad, estima del trabajo y sus frutos,
derechos humanos fundamentales, defensa de la paz, conservación del entorno,
Identidad y dignidad cultural, visión global del mundo, y en general actitud para
cambiar aquello que se encuentra mal y que como seres humanos nos afecta
grandemente.

En este proceso de mejoramiento de la calidad, se transforma la cultura de la


organización. (Sylvia Schmelkes, 1996).

BIBLIOGRAFÍA

ALDEA, Eliane. (2001) Estrategias educativas para trabajar en valores. Programa


Educación en Valores.

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González Maura, Viviana. Revista Iberoamericana de Educación. Universidad de La
Habana, Cuba. 8 pp.

Perrenoud, Philippe. Diez nuevas competencias para enseñar. Ginebra: Grao, 1997,
México, D.F. 15 p.

Schmelkes, Sylvia. (1996). Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. México,
Mex. 134pp.

http://www.pangea.org/peremarques/docentes.htm

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