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hacer.
P.: Trato de tenerlo en cuenta y cuando tengo un rato libre salgo a dar un paseo por la
naturaleza. Efectivamente, se producen algunos momentos de silencio y, despus,
vuelve la agitacin.
R.: Se trata tambin de una huida; lo mismo que, en cierta manera, tomar un vaso
de vino para olvidar.
P.: Tambin me ocurre eso
R.: Cuando notes que nace la perturbacin, contmplala sin intentar frenarla. El
hecho de contemplarla conduce al apaciguamiento; no se pone ya el acento en el
torbellino, sino en la situacin de observacin. No le proporcionas ms alimento y las
asociaciones de ideas se detienen. A partir de ese momento, ya no hay nadie que piense.
Contempla, por ejemplo, la sensacin de tu cuerpo, sin formulacin. Djala vivir y
desplegarse en sus matices de calor, fro, contraccin y agitacin. Te dars cuenta de
que siempre quieres intervenir, dominar y elegir.
Cultiva la contemplacin; te despegars de la agitacin y te descubrirs instalado en
una ausencia de intencin, en una quietud lcida.
P.: Se puede contemplar un dolor fsico?
R.: S, pero evitando nombrarlo. Deja libre la sensacin y tu interpretacin cambiar:
no habr ms dolor, sino sensacin pura. Negarse a aceptar la sensacin dolorosa y
calificarla como tal, aumenta el dolor.
Contemplar la percepcin sin darle nombre permite una redistribucin de la energa
porque el que contempla representa la salud absoluta; es la salud absoluta y siempre lo
ser. En l es donde vive la percepcin, en l es donde se efecta la curacin. La
aportacin del mdico consiste en ayudar a la naturaleza, pero la salud est en el
fundamento de tu ser.
P.: No se da el mismo proceso en la meditacin?
R.: La aceptacin, la contemplacin, es la meditacin. No meditamos sobre un tema
o un objeto, somos meditacin. Dejar la percepcin libre en el seno de tu meditacin