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La transgresin de la ley fsica es la transgresin de la ley de Dios. Nuestro Creador es Jesucristo. El es el autor de
nuestro ser. El ha creado la estructura humana. Es el autor de las leyes fsicas, as como es el autor de la ley moral. Y el
ser humano que es descuidado en los hbitos y las prcticas que conciernen a su vida y a su salud fsica,
peca contra Dios.
(EGW. Consejos sobre el rgimen alimenticio, p. 49).
EL CRISTIANO Y LA SALUD
Al rendir culto a Dios lo hacemos con nuestro espritu y nuestro cuerpo, por lo tanto ambos
deben ser irreprensibles (1 Tesalonicenses 5: 23) Por otra parte, Dios considera nuestro
cuerpo como un Templo (1 Corintios 6: 19). Cualquier atentado contra la salud del cuerpo es
un pecado grave ante Dios (1 Corintios 3: 16, 17). Nuestros cuerpos deben ser mantenidos
en la mejor condicin fsica y bajo la influencia ms espiritual aquellos que acortan sus
vidas por descuidar las leyes de la naturaleza, estn robando a Dios. EGW. La Educacin,
p, 41. Un principio destacado de la vida del cristiano es la temperancia (Lucas 21: 34).
Iglesia pura y sin mancha: Somos linaje escogido (1 Pedro 2:9). El cristiano est
en el mundo pero no es del mundo. (Juan 15: 19). La iglesia debe ser pura y sin
mancha (Efesios 5: 25- 27). Debe ser un ejemplo para el mundo (Mateo 5: 16). Hay
que abstenerse de lo malo (1 Corintios 9: 25-27). Es necesaria la templanza (1 Pedro
4: 7). La amistad con el mundo es enemistad para con Dios (Santiago 4: 4).
Cristianismo dinmico: El cristiano es ntegro (Salmo 15: 1-5). Es honrado en sus
transacciones comerciales (Proverbios 20: 10). Mantiene el decoro en las
recreaciones (Eclesiasts 11: 9). Es puro en sus costumbres (Proverbios 20: 10). Sus
pensamientos son elevados (Filipenses 4:8). Tiene cuidado con las palabras. (Efesios
4: 25, 29). Evita los frutos de la carne y practica los frutos del Espritu (Glatas 5:
19- 26).
Modestia cristiana: Se recomienda la modestia (1 Timoteo 2:9, 10). Prescindir de
adornos externos superfluos. (Isaas 3: 18- 23; Gnesis 35: 1-4; Jeremas 4: 30). La
verdadera belleza emana de una vida consagrada a Dios (Proverbios 31: 30).