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24 al 30 de enero de 2010 ev: 21

Reflexión sobre la tragedia en Haití


MONS. ROBERTO O. González Nieves, OFM
Para El Visitante

San Juan
Ante la tragedia en Haití, nos podemos pregun-
tar, ¿por qué existe el mal? ¿por qué hay tanto dolor
en la vida? Esto nos lleva a meditar sobre la natura-
leza del sufrimiento y la respuesta que encontramos
en la fe y tradición de la Iglesia, especialmente en la
Biblia y la historia de Job.
Job vivía rico y feliz, y fue sometido a pruebas
extraordinariamente dolorosas. Perdió sus bienes,
sus hijos, su esposa y sus familiares y amigos. Ago-
biado por el dolor, pidió a Dios una respuesta a su
tormento.
Nosotros, como Job, nos hacemos la misma pre-
gunta sobre el sentido del dolor y la naturaleza del
sufrimiento.

(ARCHIVO EV / RICARDO RIVERA)

por las diócesis


Como dice el Catecismo de la Iglesia Católica,
“Si Dios Padre Todopoderoso, Creador del mun-
do ordenado y bueno, tiene cuidado de todas sus
criaturas, ¿por qué existe el mal? A esta pregunta
tan apremiante como inevitable, tan dolorosa como
misteriosa no se puede dar una respuesta simple. El
conjunto de la fe cristiana constituye la respuesta a
esta pregunta: la bondad de la creación, el drama
del pecado, el amor paciente de Dios que sale al en-
“Creemos firmemente que Dios es el Señor del mundo y de la historia, que el gobierna nuestro destino.”
cuentro del hombre con sus Alianzas, con la Encar-
nación redentora de su Hijo, con el don del Espíritu,
con la congregación de la Iglesia, con la fuerza de en la gran familia humana. Un alma que tiene su terremoto en San Francisco, California de 7.0 en al
los sacramentos, con la llamada a una vida bien- origen en el aliento de Dios. Por lo tanto para el año 1989 en un área de más residentes que los que
aventurada que las criaturas son invitadas a aceptar creyente lo importante es entrar en comunión con habitan en Puerto Príncipe, murieron 63 personas,
libremente, pero a la cual, también libremente, por las víctimas de todo tipo de sufrimiento humano en comparación con los miles de Haití, y no hubo
un misterio terrible, pueden negarse o rechazar. No mediante la oración y gestos de solidaridad. Es real- una destrucción tan masiva como hubo en Puerto
hay un rasgo del mensaje cristiano que no sea en mente conmovedor ver la respuesta, ante la trage- Príncipe. ¿Por qué? Debido al desarrollo económi-
parte una respuesta a la cuestión del mal.” dia en Haití, de tantos hombres y mujeres, niños y co y a las medidas de seguridad impuestas por el
niñas que se están sacrificando en estos tiempos de estado en las construcciones y en las viviendas y en
Para el creyente cristiano, “Todo coopera al bien dificultad económica para ayudar a las victimas del la educación de la ciudadanía. El desastre de Haití,
de los que aman a Dios” (Rm 8, 28). E1 testimonio de terremoto. La única explicación de esta generosidad además de su componente natural, también refleja
los santos no cesa de confirmar esta verdad. Así San- es que un Amor mucho mas grande que nosotros la pobreza en la cual esta sumida ese país y la im-
ta Catalina de Siena dice a “los que se escandalizan y nos ha creado con un sentido profundo de fraterni- portancia de organizar, a largo plazo, una estrategia
se rebelan por lo que les sucede, “Todo procede del dad y un destino común en la Plenitud de su eterno de desarrollo sumida en el bien común de sus ciu-
amor, todo está ordenado a la salvación del hombre, amor. dadanos. Es el momento para que las naciones del
Dios no hace nada que no sea con este fin” (dial.4, continente americano y Europa se autoconvoquen
138).Y Santo Tomás Moro, poco antes de su martirio, Hemos también de recordar que el terremoto
que se ha dado en Haití es producto de dos factores en una cumbre para la reconstrucción de un nuevo
consuela a su hija: “Nada puede pasarme que Dios Haití protagonizado por el pueblo haitiano con el
no quiera. Y todo lo que El quiere, por muy malo que que no podemos ignorar. Uno es geológico, y el
otro es social, la pobreza. Haití, al igual que Puerto acompañamiento y la solidaridad internacional.
nos parezca, es en realidad lo mejor” (carta). Y, Ju-
liana de Norwich: “Yo comprendí, pues, por la gracia Rico, es parte del archipiélago del Caribe, que reside En cuanto a la presencia de la Iglesia Católica en
de Dios, que era preciso mantenerme firmemente en al borde de la placa tectónica del Caribe. La reali- el Caribe es un momento oportuno para reconside-
la fe y creer con no menos firmeza que todas las co- dad de terremotos y maremotos en nuestra cuenca rar la propuesta del Arzobispo de Santo Domingo y
sas serán para bien... (“Thou shalt see thyself that all Caribeña es menos común, pero tan probable cómo Primado de América, Su Eminencia Reverendísima,
MANNER of thing shall be well”, rev.32). la realidad de los huracanes. Aunque la explicación el Cardenal Nicolás López Rodríguez, de formar una
científica de esta geología no subsana nuestro dolor región Caribeña en el CELAM para fortalecer nues-
Creemos firmemente que Dios es el Señor del al perder tantos hermanos haitianos, debe ser fuente tros nexos de colaboración y solidaridad ante unos
mundo y de la historia, que el gobierna nuestro de alarma para que Puerto Rico, y los otros países retos que nos atañen muy de cerca.
destino. El mundo no está gobernado por el azar ni hermanos de la cuenca del caribe, estemos prepara-
por un destino ciego. Los caminos de su providen- Encomendemos estas intenciones en nuestras
dos para este tipo de realidad geológica. Desde un oraciones con nuestra esperanza firmemente an-
cia nos son con frecuencia desconocidos. “Sólo al fi- punto de vista científico, que estos desastres natu-
nal, cuando tenga fin nuestro conocimiento parcial, clada en los misterios pascuales de la vida, pasión,
rales sucederán en nuestro entorno no es una pre- muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y
cuando veamos a Dios “cara a cara” (1 Co 13, 12), gunta abierta, es solo una cuestión de tiempo, y en
nos serán plenamente conocidos los caminos por los nuestra participación en su Pascua.
Puerto Rico debemos estar preparados tanto para
cuales, incluso a través de los dramas del mal y del ayudar al prójimo, como para ayudarnos a nosotros Finalmente, es importante continuar haciéndo-
pecado, Dios habrá conducido su creación hasta el mismos en esta situación prevenible. nos la pregunta de Job para no permitir que nues-
reposo de ese Sabbat (cf Gn 2, 2) definitivo, en vista tros corazones se endurezcan ante el misterio de la
del cual creó el cielo y la tierra.” (Catecismo, n. 314) En cuanto a la pobreza, todos sabemos que Haití tragedia humana en el mundo, o que nos sintamos
es el país mas pobre del continente americano que impotentes ante tanto sufrimiento, porque si supri-
También nuestra reflexión nos conduce a reco- ha sufrido los embates de una historia colonial co-
nocer que el rostro de Dios se revela de una manera mimos esta pregunta de nuestra conciencia no po-
rrupta lo cual ha impedido el desarrollo económico dremos crecer espiritualmente ni extender nuestros
muy impactante ante estas tragedias mediante el ins- y la estabilidad de un sistema democrático que im-
tinto del ser humano de compadecer, solidarizarse y brazos en gestos de amor y solidaridad que nos
pulse un verdadero progreso socioeconómico. Un mantengan en el único camino de la salvación y de
ayudar al prójimo a quien desconoce personalmente terremoto de similar escala en California no resulto
pero que su alma lo reconoce como un hermano(a) la redención de la humanidad.
en tantas muertes. Por ejemplo, cuando se dio el

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