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CONOCIMIENTO Y VERDAD
TEXTOS DE DESCARTES. MEDITACIONES METAFSICAS. 1641.
Meditacin primera- De las cosas que pueden ponerse en duda
Ya me percat hace algunos aos de cuntas opiniones falsas admit como
verdaderas en la primera edad de mi vida y de cun dudosas eran las que despus
constru sobre aqullas, de modo que era preciso destruirlas de raz para comenzar
de nuevo desde los cimientos si quera establecer alguna vez un sistema firme y
permanente (..)
Todo lo que hasta ahora he admitido como absolutamente cierto lo he
percibido de los sentidos o por los sentidos; he descubierto, sin embargo, que stos
engaan de vez en cuando y es prudente no confiar nunca en aquellos que nos han
engaado aunque slo haya sido por una sola vez. Con todo, aunque a veces los
sentidos nos engaan en lo pequeo y en lo lejano, quizs hay otras cosas de las
que no se puede dudar aun cuando las recibamos por medio de los mismos, como,
por ejemplo, que estoy aqu, que estoy sentado junto al fuego, que estoy vestido con
un traje de invierno, que tengo este papel en las manos y cosas por el estilo. Con
qu razn se puede negar que estas manos y este cuerpo sean mos, a no ser que
me asemeje a no s qu locos cuyo cerebro est tan turbio y ofuscado por los
negros vapores de la bilis, que afirman de continuo ser reyes, siendo muy pobres,
estar vestidos de oro y prpura, estando en realidad desnudos, o se imaginan que
son cacharros, o que tienen el cuerpo de vidrio? Pero estos son dementes, y yo
mismo parecera igualmente ms loco que ellos si me aplicase sus ejemplos.
Sin embargo, he de considerar aqu que soy hombre y, por consiguiente, que
tengo costumbre de dormir y de representarme en sueos las mismas cosas ()
Cuntas veces me ha sucedido soar de noche que estaba en este mismo sitio,
vestido, sentado junto al fuego, estando en realidad desnudo y metido en la cama!
Bien me parece ahora que, al mirar este papel, no lo hago con ojos dormidos; que
esta cabeza, que muevo, no est somnolienta; que si alargo la mano y la siento, es a
propsito y a sabiendas; que lo que sucede en sueos no parece tan claro y tan
distinto como todo esto. Pero si pienso en ello con atencin, me acuerdo de que,
muchas veces, ilusiones semejantes me han burlado mientras dorma; y al
detenerme en este pensamiento, veo tan claramente que no hay indicios ciertos
para distinguir el sueo de la vigilia, que me quedo atnito ()