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R.: En tanto que individuo, naturalmente; pero lo supremo no tiene fronteras. Desde
el momento en que hay un soltar total, sin eleccin, es una vivencia. Entonces nuestro
encuentro, aqu, ya no est motivado. Su nica razn de ser es la alegra.
P.: La incomodidad y el sufrimiento son necesariamente dolorosos o se trata de
ideas recibidas?
R.: El sufrimiento de que hablas siempre est provocado por una situacin en
relacin a otra situacin, es decir, en relacin al yo. Ves las cosas en referencia a una
imagen de ti mismo. En estas condiciones es posible, efectivamente, calificar la
situacin. Pero si simplemente permanece como observacin, la situacin aparece
entonces referida a la totalidad y no ya a la persona. Me gustara que experimentaras
esta actitud. La observacin, la mirada, es. No es ni positiva ni negativa. Es lo positivo
ltimo, ms all de las oposiciones. Somos esta alegra. La tristeza no existe en realidad.
Resulta de una visin fraccionaria: el yo prefiere la tristeza a la ausencia de yo.
P.: No existen tcnicas susceptibles de conducirnos a un estado ms despierto, ms
libre?
R.: Debes cultivar la contemplacin, debes contemplar tu cuerpo. Vas a darte cuenta
de que contemplas la imagen que tienes de tu cuerpo. Djate visitar, encantar, por tu
cuerpo. En ese momento ests completamente receptivo, los esquemas habituales ya no
tienen sitio y surge la percepcin verdadera. Para encontrar lo que esencialmente eres,
es necesario, en la prctica, pasar primero por la contemplacin de un objeto. La
contemplacin no es concentracin. El objeto percibido se deja completamente libre.
Cuando muere en la contemplacin, eres aprehendido por lo ltimo. La contemplacin
se aprehende a s misma por s misma.
P.: Por qu escapamos a lo que en el fondo somos?
R.: No preguntes por qu. Mira, constata, que huyes. Te encontrars entonces en una
espera sin huida, en una espera silenciosa.