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también a probematizan algunas de sus concepciones ‘adanenialesen exe campo, Un andlss equemaac del conenido de su introduc cin # Velizquez de 1943 de atora en adelante, para 1» confundira conta Inicodsccion de 1947, silo Vez ‘quez— permite dstinguir ies temas fundarmentaesy se ‘rence, si no en fo expasicion si en ta aumento: le bingrafia de Velazquen, la navuraieaaestetica de sup fara y la concrecin 0 determinaciin de esa extica en rasgos singulares que, plenso, son propios de barroco. Estos tes asunios welven a aparecer on os restates es ‘ertos sobre el pinto sevilano. Adernis hay o1rs que, brovsionalmeni, caficaré de omvitares, pues ajudan cemprender los mencionados, algunos de Ios cuales han ‘parecido ya en exer inroducciin® {a relacion ene Jormas aristicas y naturales, lz poscin de Espana en ef ‘marco de la pinta europea, el perspectinismo, et, Ortega expone la vida de Velisquesy senate la fortuna ‘ue para &t supuso ser wombrado tempranaimente pntor “el rey. Elo le ajo de ta comperencla la cliomea, el ‘monarca era ol dnco cliente para el pinto, pudo tender 1 os nevesidades dela core, pntar rtrats, pero tam Uli teiin cnds a% ssn wo20t bn a tas suyas propias, par euadros ewya razén no de- pende de encargo alguna, tampaco del afte. La pinta, ‘scribe Ortesa, se converte para Veldzques en pura ocu- ppoctin de arte, ef porque de sus euadros recama as) Siempre una respuesta de orden estéueo, no meramene profesional, ‘Que Felisques comer el arte mismo de le pinta en ‘ema de supintura no tiene, em este horizome, nada de ex- ‘aio. Ahora bien, aqui se planiea uno euestion que ya fue susctada en epirafes amertoresy que ofrece norable “inmerés: dpuede fa pintura velarqueda explicarse a parr de ta blografa del pintor?,manchego silo una condensaclén parcula. Ese es para Ini ef verdadero quyotismo: el de Cervantes, no el de Don ‘Quijote. ¥ no ede Cervantes en los batos de Argel, no 21 su vido, sino en st lio. Para elu esta deswaciin Diogrdicay esta, prefee ef dle qujorsme a cervene aoco n smo 18, De otro modo: et Cervantes que a Ortega inte> es es el que se projec desde su obra, dese El Qui- Jote, no ef de os haios de Argel Que los baios de Argel ‘haan incdido 0 mo en fa géness de la imagen ques, silo que ahi no se platen, pus el qujanisme ptede ser fcomprendido en la eetura de Ja novela al margen de anSedoto biegrifca. El quijousmo tiplea un punta de vista —y Ortega fo expone dewendarmente—, ede qo tesco Cervantes, es deci, ef del novelisia en canta _presectadoy eeado por la novela que él ha esto Cuando Ortega se refine aqui a Cervantes, nose refiere {ario.alindviduo cuanto at yorartisa, al yo-reador que en él anida, conta el que lucha y que emerge en novela, ELs0sof0 aborda también ef asunto en términos Sinilares cuando analiza la obra de Baroja en las gins ‘que contnuaban, Pio Baroj: anatomia de un alma die persa*. 4h expone con todo radicalitad la gue pudie- ‘anss llamar posictin ancbiowifica, la diferencia entre ‘el yoonovatsta y el yorartesa; ahi se opone, con palabras ‘energicas, a quienes convierten lo obra en expres de facenteceres biagrafios: «Por esto. habla Ortega del sieo XTE—, uno de fos ponifices de le platitude posit- ¥isa, Hindle Taive, se propuso convert ta historia det ave en hisoria de los aristes, y su precursor, Sainee Bene, entenda la ctca coma una descomposteiin de lo ‘obra de arte en anéedoras Biogrdfics. Esto es inadrisi- bie. E1 Pensieroso mo esd compuesto con el detritus hi ‘mano, hartohumano, de corazon de Miguel Angel, ‘Aeaso ha cambiado desde los aos em que escnbl6 estas palaras, 1910 @ 1913? Muchos son los dates bio {14105 que Ortega acumila a propéste de Veliuer, © Medco ak Quo, Mads, Revit de Ocidete ‘Na Eri, 198, Gone le «Varnones shel ctcunsancin, en Mee cmt Qo bia adea censo soa muchos tambien tos extremas oreunstanciaks que allega en torno ata Espaa de la época, mucha le importancia ‘que a unos y otros concede. Sin embargo, ef toma nse {Enora se oculta. Como sno tustera sia solucion faci “no latene=, sues una y otra vez sobre él en los e+ Gitos dedcados @ Velizques, En uno, La seviviscencia Ge las euadtos, con mayer roundldad gue en otras: «En Soma, ver bier un euadro es velo hacindose, nun per Detuo estarse haciendo, dotrlo de reviiscencte actual Fndonos la bografa det awa. Silo asi Negarmos a a aur ‘enti realidad del cuadeo» ‘as, justameme cuando parece que ha apostado de forma ‘efntva por 10 biogrfico, una nota de ple de ‘ina corrige esta impresion: adel pen vanes hasta (o bwgrafian, encontrames la bosrafia escorzada en ef promento, y es dste quien nos la propone en estado de Iméxima condensaciony. Le biografia de que habla no Son los hechos crcunstonciakes, es le queef pigmentoes- tore, ae la forma pictbriea, la vsuaidad pura que para es la pintura, 0S anuneia, insinia, proyecta Velizqu configura’ la bngrafia, ese sijero que ka imagen proveeta, suger, sin embargo, rec. no virtua, Diego Ve~ lasques nacido en Sevila ef afo 1599, miembro de una ‘generaciin de pinceles famosos, Zurbarin, Cano, Clau ‘io de Lorena, Poussin. EI plgmenio manifesta wn sienificado concreio, @ ka ver envia a ta explicactin biogréfica de su géness. La Hdonreacibn de sénestsy significado ha podido conduct ‘una confusiin df de aclarar. La importance conce ‘ida a fos rasgos que inciden en la genesis Brogrdfica, posibiidad y condiciin de ese significado que et pig~ fem presenta, crea, ha desequilvado landless de la finagen velzqueta y delado sis respuesta algunas pre- ‘Eunlas: $i no extse, como no parece existir —mucos ‘ts pintores del rey imesigarom en dmb pltiricas de FB Pes Velee 9 Gop, akon tae, p63 tina relctin de necexiad ene la conden de pntor del rey y el cenrarse velasquenio en a visual dad, ceudlo cries son las causas qe determinaron esa fentega, ese proceso? ‘Ortega no lo dice explciamente, pero proporiona ‘psias suficientes para que nosotros vespondames. Otro ddstinto dela blografia ex el camino que propone, Cuando fe el cwso de San Sebastien resume euairo notas sobre {e pintra ee! seston, lo primera seal fa importancia ‘la relacion entre el singular) ef rodo, en est cao dela Dinelada con las otras pinceladas que sus contempord- fas devon. Antes, en el mismo cus, ha dicho que eet ‘exfo de un pintor surge promesido por fos vigertesen su tempo. Esics, incluso aquellos @ que ef phtor se opone, fed presenies en st obra, actean em ela, por tam, Jorman parte del sentido del pigmentos ™, Ms adelente, ‘e contapondié a Caravagsioy terminaré dciendo que ‘no se puede entender a Velingue: 91 0 fe comtenpla ‘como fa esircta contzaposteiin a los enusiasmos de si tempos ‘Ese dela visualidad es ef marco en que eles velo- ‘queio, el sentido del plemento puede ser comprendido, Tortonte en gue semanricamente surge y se delinita, ‘parte de que su goness teri tenga condiclonantes box ‘fico precios. Las de Velisque: wdialogan», postiva ‘Oo neganvamente, con otras indgenes, constuyendo con [Er presencia eh Sus esis f gue podemos Hamar patr- Imonio visual de ks época. Come cantos otros pinores, Ve~ lings hace retratos, pero va mis all recraandolo redo ¥ coma bien dice Onega, reratando el reraar. Rewatar ‘x indviduaiar el ober 9 plasmar el instante de as es- fens» ello con recursos que sho de la visuelidad se re- tdamar, ta visualided gue tmpliea sin punto de vist, no fd qe el indviduo-piser adopua, sino el gue ta imagen we 18,“ vaso se propone (que puede coineidir 0 na con aged). Oriega ‘efaa con precision que Velézques Individual, 9 ave fo Individual es fo que apareee: ahora bien, bo que aparece, ‘aparece siempre @ alguten, es correlawo de un suet, de tun yo con un punto de vse, que mia con una yerspectiva ‘deerminada. Tada Imagen, » com elt vosemas a la teis ortegviana del Ensayo de osttica a manera de prblogo, lo es de go, pero también de alguien y para alguien. Cuando scribe que Veliaques pinta en Las Meninas todas la - ‘guras del evadro segim aparecen mirada dese un to de visa fini, sin-maser le pupan , no dice que el plncornotera en to realizacién de su euadvo on punto de sta dinico, sin mover la puna. Esa pupa mbites el alguien de quien es fa imagen de Las Meninas que Ve- quer pint. Una imagen flevc, no rea, que tiene como covrelaio a un sijeto igualmente fcc, Weal desde fa cual podemes contempiar mejor nest mundo 3 ‘ambien el del barre, Podemos comprender lx contradccibn que es consus- ‘ancial al barvoco. En cada époco, la nvesia no es eh ‘este aspecio na excepcin, fos grandes arasiesdesborant eles, la poeta dominant, » desembarcan en to do ‘minis de la esc, se pregunian prticamene,pitir- ‘camente pr la condicibn y nawraleza de la magen aris tea 3, tensindola, la hacen avancar por vis nuevas, inal. Cuando Velizques indvidualise, reduce la pt ura a visualiad, escribe Ortega, plasma el insane, 10 tern sin dejar de ser Instone, es dec, femporalded. (Com ela alcarza una unided que nada debe ala antedota 04 la composteén, entendida en el seno tiie, silo a a mds esvieta wsualided. A la vex, Inviuliza fs ob- Jets en su aparecer yen es insane. Aparctne mstante ‘se pecesitan y complememan, ambos se coniraponen a le temporalidad de fo dado y petro, de to side y ma ier ie St ‘eral Pero si el anarecer es para alguien, también ef ins. ‘aye de la escena es para un set, el que puntualmente {sth chen ese momento del tiempo. Aparece eisianta- tnedad implican us siete del que son correlat, » asi con ‘eta la gue es nota estbca de toda imagen aristiea en luna propuesiaeslsuceo padica: VeUnques, como luego dirs" Maravall®, aqui, afrma Onega, pina el mirar ‘mimo, reaia el reeater. Sin mencionarla para nada, et fildsofo vuelve aqui sobre aguelia nocién, a ejecitividad, ef siendo, que ‘ania importancia oles en el desarolio desu pensa- ‘miemo. Las cosas est siendo, en fa vsualidad que cs el dominio de ln pinura, en el aparecer ance un sujeto. Ve- luz crea unas imagenes que no. nos presentan las exsas como objtos, sino en a imulacton de esa intamiad descubirta, ahora percepuble, gue es la arieulacion del ‘sujuo y las cosas en Jo imagen. Precisamente porgue él siyeto no esd dado, slo proyectado en fa configuracion de Imagen, de kt misma manera que nosores en ks Imigenes que nuestros miradas reales anrehenden, no “anos consciemes de nosoras miss en cuanto sets, la feciim de ta pina ofrece el presentar de las coves @ 4a mirada, una mirada que elles han creado al presen- tars en el lienzo,y que nunca de elas podré separarse, ‘que nunca podra ajirarse como objeto: ka imaten ar tice es en esta relacion. Pero ta convadicciin barroea se ‘manifesta en su afin por presemarse con le soles de fas ‘owas que son ajet! con la solide: que Plilos de Vac sdoticajirma en ef empague arisiocrdneo de, sin em ‘hugo, bufOn, en le materalided det suelo que pis, 0 cobsane ser aumgfera, ‘VALERIANO BozAL. STA. Marat, You 9 of ep be madera Maud, Citar,