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Por eso tenemos que tener cuidado con lo que le decimos, sobre todo cuando estamos tensos o
enojados.
Si le decimos:
"Eres un tonto", "Qutate, no sabes hacer hacerlo bien", "Ya no te aguanto", etc., el nio se cree esas
etiquetas y las hace propias.
Con ellas, forma una imagen de s mismo:
Soy un tonto, no sirvo, no soy importante ni digno de ser querido, no valgo, etc.
Este auto concepto se completa con la idea de:
"Si mis propios padres no me quieren, nadie me puede querer".
Cuando el nio se considera malo, tonto, desobediente, etc., porque as fue calificado por sus
padres, se va a comportar de esta manera.
Y muy probablemente, va a seguir recibiendo las mismas calificaciones y juicios, que lo han
alimentado durante esos primeros aos.
As, a medida que el nio va creciendo, su autoestima se fortalece o debilita, de acuerdo a las
nuevas etiquetas que le ponen los dems y que se pone l mismo, porque est convencido de que
son ciertas.
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Para Coopersmith (1967) existen cuatro criterios para que un individuo estructure su autoestima.
1. La significacin: el grado en que el sujeto se siente cmodo y aceptado por las
personas que son importantes para l.
2. La competencia o grado que creemos poseer para desempear una tarea que
consideramos valiosa e importante.
3. La virtud o valoracin moral o tica que hacemos de nosotros mismos.
4. El poder o capacidad que la persona cree tener para controlar su vida e influir en la vida
de los dems.
Considerando estos cuatro criterios, los factores que influyen en la autoestima del nio y del
adolescente sern: