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TEXTOS Y ACTIVIDADES SOBRE LA

AGRICULTURA EN EL MUNDO

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1. LOS ESPACIOS RURALES Y LAS ACTIVIDADES
AGRARIAS EUROPEAS

Síntesis producida a partir de: Méndez, R y Molinero, F (2002). Espacios y


sociedades, Barcelona, Ariel, pp. 118-128

1.1 Las regiones agrarias en la Europa preindustrial

Desde la introducción de la agricultura sedentaria en Europa (6500 y 2000 a.C para el


Mediterráneo e Irlanda y Escandinavia), los espacios agrarios han conocido una
evolución marcada por una serie de rasgos estructurales omnipresentes que constituyen
una herencia de cierto peso aún en la actualidad. Se pueden distinguir tres grandes
áreas según la particularidad de sus espacios rurales:

a) El pastoreo nómada en la península Escandinava

En el vértice septentrional de Europa, área de condiciones climáticas extremas


que determinan su evidente marginalidad desde el punto de vista agrario, la región de
Laponia, desde Noruega al Ártico Ruso, ha conocido durante siglos el dominio
exclusivo de un sistema ganadero muy extensivo que ha condicionado las formas de
vida y ocupación dominantes. Consiste en un desplazamiento estacional de los rebaños
de renos en sentido meridiano, entre la tundra y el bosque de coníferas, motivado por la
escasez y pobreza de los pastos, lo que conlleva el traslado del hábitat durante la
primavera y el otoño.

Sistema ganadero extensivo:


Imagen (título, descripción e ilustración)

b) La agricultura cerealista centroeuropea

Desde el sur de Escandinavia a las cordilleras alpinas meridionales, se extiende


un vasto conjunto de llanuras y mesetas ocupadas (al menos desde el medioevo) por los
cultivos cerealistas, que suponían el fundamento de la economía agraria más importante
aún que en el mundo mediterráneo. Según las condiciones térmicas y de humedad, el
cereal de invierno predominante podía ser el trigo –Islas británicas, Francia, Balcanes- o
el centeno –regiones septentrionales-, acompañado generalmente por cultivos
secundarios como la avena y la cebada como cereales de verano para consumo ganadero
y humano. Las regiones atlánticas, debido a la disminución del terrazgo, sustituyeron en
gran medida cerealicultura por una ganadería vacuna y porcina, generalizando los pastos
y eriales hasta configurar un sistema agrario mixto. En lo referente a la diversidad
paisajística, ésta se reduce a la oposición campos abiertos/cerrados:

Sistema de openfield:

Imagen (título, descripción e ilustración)

Sistema de bocage:

Imagen (título, descripción e ilustración)


c) La agricultura mediterránea

Fruto de la heterogeneidad que caracteriza su medio físico y la evolución


histórico-cultural, el mundo rural mediterráneo se ha mostrado a lo largo de los siglos
como un espacio complejo y contrastado, en el que la oposición secano/regadío,
vertientes/llanuras y latifundio/minifundio definen lo esencial de su personalidad. En las
áreas de secano domina la trilogía clásica cereal-viñedo-olivar; en las grandes llanuras
encontramos openfield cerealista de año y vez (barbecho), y en las vertientes
encontramos arboricultura, es decir, desde el viñedo y el olivar hasta el árbol frutal,
como el almendro, la higuera o el algarrobo. Por supuesto, cabe remarcar la escasez de
pastos que se limita a la trashumancia de los rebaños normalmente ovinos o caprinos.
En las áreas de regadío, que aparecen en la vertiente mediterránea, todo es diferente.
La productividad es mayor y las huertas conocen una gran variedad de plantas
cultivadas, desde la trilogía del secano a diversos frutales, productos hortícolas e,
incluso, plantas tropicales posibilitadas por la elevada integral térmica. Si en las áreas
de secano domina la concentración y el latifundio en las de regadío domina la
dispersión del poblamiento y el minifundio.

Trashumancia:

Cultivo de secano:

Imagen (título, descripción e ilustración)

Paisaje de regadío:

Imagen (título, descripción e ilustración)


1.2 Los nuevos espacios agrarios europeos

Pese a las pervivencias estructurales vinculadas a este pasado, la evolución


general hacia la agricultura de mercado ha supuesto una progresiva capitalización de
las explotaciones (motorización, mecanización, empleo de productos químicos,…) y
una progresiva especialización productiva. La conocida diversidad climática y edáfica
en Europa, unida al distinto grado de adaptación a estas transformaciones, genera una
amplia variedad de situaciones regionales, en las que puede destacarse algunos de los
cambios más significativos que se han registrado.

- Las áreas próximas al océano, junto a buena parte de las regiones alpinas, han
acentuado su tradicional vocación ganadera, orientándose principalmente en la
actualidad hacia la producción de carne, leche y derivados con destino a los
mercados urbanos. A pesar del dominio de la explotación familiar, en un
terrazgo dominado por pastos, forrajeras y cereales-pienso, se ha evolucionado
hacia un tipo de explotación muy capitalizada en la que la estabulación, la
selección de razas y la intensa mecanización ha reducido drásticamente el nivel
de empleo, a la vez que permite alcanzar niveles de producción y renta más
altos, generando habitualmente excedentes (leche, mantequilla,…) que exigen
importantes subvenciones anuales. Buenos ejemplos de estas tendencias los
encontramos en Dinamarca y en los pólders holandeses.
- Hacia el interior del continente, se tiende de la monoespecializaciójn ganadera
a los sistemas mixtos. La orientación básica es la producción de carne y coexiste
con una gran variedad de cultivos, entre otras cosas, por el carácter extensivo de
sus explotaciones (al norte, llanura germano-polaca- remolacha; al sur,
Aquitania, Valaquia-maíz y girasol). Así, en las llanuras donde hay calor y
sequedad se ha acentuado la producción cerealista aunque sin el barbecho, la
trama parcelaria y el sistema comunal propio del openfield. Una vez más la
mecanización ha supuesto un incremento en la productividad a costa de u
marcado éxodo rural, para, al fin y al cabo, ser poco competitivos a nivel
internacional.
- Las regiones mediterráneas, en ellas la industrialización y la urbanización se
ha traducido en una ruptura de sus rasgos tradicionales, hoy sólo conservados
por algunas áreas atrasadas del interior de estas penínsulas. Dentro de las áreas
de secano, la trilogía clásica mantiene su preeminencia. Aunque el trigo sigue
cubriendo extensas áreas, el descenso relativo de su consumo ha propiciado una
reducción de su superficie en beneficio de otros cultivos como el centeno, el
maíz o la cebada, junto a oleaginosas y a cultivos industriales como la
remolacha azucarera o las forrajeras. El abandono del barbecho amenazaba con
romper los sistemas mixtos de cultivo que se mantienen gracias a las
subvenciones. La evolución del viñedo es totalmente distinta, su mercado se
expande y hoy ocupa dos terceras partes de la cosecha mundial. Por su parte, el
olivar se mantiene estancado. Los regadíos intensivos se muestran como
espacios dinámicos y en expansión, capaces de mantener un poblamiento denso.
La ampliación posibilitada por la mejora de las infraestructuras técnicas
(embalses, red de canalizaciones,…), se ha acompañado de una rápida evolución
hacia la agricultura especulativa totalmente orientada al mercado, en buena
parte exterior, y de altos rendimientos, capaces de compensar el minifundismo
imperante. Lamentablemente, la agricultura mediterránea se ha situado en una
creciente posición de dependencia con respecto a la Europa noroccidental,
agravada por no tratarse de productos de primera necesidad, lo que la hace muy
sensible a las fluctuaciones coyunturales o a la competencia de otros países de la
cuenca.

PEQUEÑO TRABAJO DE INVESTIGACIÓN


Consulta la página web raulrv.blogspot.com/2009/.../la-agricultura-de-
mercado.html y responde las siguientes preguntas:
1) Qué es la agricultura de mercado?
2) Con qué medidas consigue sus objetivos la agricultura de mercado?
3) Qué tipos de agricultura de mercado hay?
2. LOS ESPACIOS PRODUCTIVOS Y LA CRECIENTE
ESPECIALIZACIÓN TERRITORIAL: EL MODELO USA

Síntesis producida a partir de: Méndez, R y Molinero, F (2002). Espacios y


sociedades, Barcelona, Ariel, pp. 269-275.

2.1 Los espacios agrarios en Norteamérica: una agricultura sin campesinos

El sector agrario norteamericano sorprende por una aparente contradicción


inicial: con una participación inferior al 2% en el PIB y una proporción similar de la
población activa total, que representan en cifras absolutas apenas dos millones de
trabajadores, estos dos países ocupan posiciones destacadas por lo que se refiere a
ciertos productos agrarios básicos como el trigo (16% de la producción y 50% de las
exportaciones mundiales), la soja (50 y 75% respectivamente), el maíz, los agrios , o las
cabezas de ganado bovino y porcino.

Estas simples cifras nos sitúan ya en presencia de una agricultura con altas
costas de productividad, vinculadas a una intensa capitalización y tecnificación, e
inmersa plenamente en los circuitos económicos, que ha hecho frecuente el apelativo de
agricultura sin campesinos o agricultura especulativa para referirse a un sector
plenamente integrado con la actividad industrial. En el plano geográfico, son dos los
aspectos más significativos, reflejo de la lógica inherente a este tipo de espacios
productivos orientados hacia una maximización de la rentabilidad a partir de una
reducción de costes de producción: el predominio de las grandes explotaciones
mecanizadas, y la especialización regional de los cultivos, con la formación de
grandes cinturones agrícolas.

Estructura agraria del Viejo mundo: larga historia que deriva en densificación de la
población agraria, un proceso intensivo de parcelación y un reparto desequilibrado de la
tierra.
Estructura agraria del Nuevo mundo: poblamiento reciente con ocupación de
terrenos vastísimos semivacíos de los que se expulsó a la población indígena, con
densidades siempre bajas y un reparto de la tierra relativamente igualitario en
explotaciones bastante grandes (198 ha USA, 186 ha Canadá), que han conocido una
concentración progresiva a lo largo del tiempo.

El predominio de las unidades de tamaño medio y grande hunde sus raíces en los
orígenes mismos de la colonización. Primero fue el sistema rang implantado en los
márgenes de San Lorenzo y en las granjas de Nueva Inglaterra, y luego el sistema
township (cuadrícula de 6 millas, dividida en 36 secciones de 1 milla cuadrada o 259
has) tras la ocupación de las praderas centrales, la instalación de plantaciones al Sur o la
creación de ranchos ganaderos en el Oeste árido. El desarrollo industrial y la fuerte
elevación de los costes laborales vinculadas a la mejora en el nivel de vida, impulsaron
una intensa mecanización, forzando a su vez un aumento de las explotaciones para
hacerlas rentables, posibilitado por el intenso éxodo rural que ha ido eliminando una
buena parte de las de carácter marginal. En resumen, menos efectivos agrarios, más
viejos, pero mayor producción agraria gracias a la capitalización y el gran tamaño de las
explotaciones. Para preservar el gran tamaño de las explotaciones, las grandes familias
configuran a éstas como sociedades por acciones para que cualquier herencia u otros,
que implique transferencia de la propiedad, no derive en una división de la explotación.

2.2 Distribución de los usos del suelo agrario

Históricamente, el territorio aparece organizado en grandes áreas especializadas


en las que, a partir de las ventajas comparativas que ofrece el medio y la proximidad a
los mercados, se distribuyen las diferentes actividades agrarias, con una amplia
representación del monocultivo en cada una de ellas. No obstante, esta clásica
organización en cinturones agrícolas homogéneos, generadores de intensos flujos de
mercancías hacia los diferentes mercados nacionales e internacionales, y dispuestos de
norte a sur y desde la costa hacia el interior, con predominio de sistemas extensivos del
tipo dry farming o ranching, ha evolucionado en los últimos tiempos, tanto por una
progresiva diversificación de las producciones que limita los riesgos ecológicos y
económicos inherentes al monocultivo, como por una intensificación y adaptación
progresiva a la evolución de la demanda de alimentos, aunque sin alterar las señas de
identificación esenciales.
El primero de ellos es el cinturón lechero (dairy belt), extendido desde el
estuario de San Lorenzo a los Grandes Lagos y Nueva Inglaterra, que constituye el área
con un sistema de explotación tradicionalmente más intensivo. A partir de un clima
húmedo y una temperaturas estivales relativamente bajas, y teniendo en cuenta que aquí
se localizan los principales mercados urbanos de ambos países, se ha desarrollado una
marcada especialización ganadera orientada a la producción de lácteos y derivados, con
un policultivo en el que se entremezclan cereales-pienso, forrajeras y pastos, que en los
últimos tiempos han conocido una notable expansión en detrimento del porcentaje de
tierras arables.

DAIRY BELT (MAPA DE LOCALITZACIÓ + IMATGE)

Al sur de este primer cinturón, allí donde se mantiene la humedad estival


suficiente, al tiempo que se incrementan la integral térmica y la insolación anual,
aparece el cinturón del maíz (corn belt), extendido desde Iowa y Missouri a Ohio, en
el Medio Oeste, con un pequeño apéndice en el sector más seco de la margen
canadiense de los Grandes Lagos, en torno a Toronto y Ottawa. Las favorables
condiciones climáticas, unidas a los buenos suelos, permiten obtener elevados
rendimientos y unos niveles de renta agraria que se cuentan entre los más elevados de
ambos países. El predominio de la soja y el maíz, favorecen la elaboración de piensos
que permiten alimentar una cabaña bovina y porcina destinada a la producción de carne,
además de exportar en proporción muy elevada.

CORN BELT (MAPA DE LOCALITZACIÓ + IMATGE)

Al oeste de estos dos cinturones, y formando un semicírculo en franca regresión


superficial desde Alberta y Saskatchewan, hasta Kansas, Oklahoma y el norte de Texas,
que tiene como límite occidental el meridiano 100º, se extiende el cinturón triguero
(wheat belt), en áreas de clima más seco y temperaturas contrastadas, que impusieron
tradicionalmente una explotación de carácter extensivo y largo barbecho, con escasas
inversiones en abonado, e intensamente mecanizada (dry farming). Al monocultivo
sobre inmensas superficies, que abarcaba desde los cereales de primavera dominantes en
el sector septentrional, a los de inviernos en los Estados meridionales más cálidos,
permitiendo escalonar las cosechas, le ha ido sustituyendo una progresiva
diversificación de los paisajes agrícolas (girasol, remolacha).

WHEAT BELT (MAPA DE LOCALITZACIÓ + IMATGE)

El cuarto cinturón característico de la agricultura estadounidense es el


algodonero (cotton belt), afincado en los Estados del viejo sur, desde Texas y
Louisiana, hasta Carolina del norte, e incluyendo un pequeño cinturón tabaquero
(tobacco belt) al norte y un cinturón subtropical (subtropical belt) en el sur de la
costa atlántica, dedicado al policultivo con cierto predominio de los productos
hortofructícolas. Este cinturón es el que mayores transformaciones ha conocido en los
últimos decenios, pues al retroceso del algodón que provocan el desgaste del suelo y la
competencia, tanto exterior como interior (California), se ha sumado la posibilidad de
implantar otros cultivos más rentables como la soja, el cacahuete o los cereales-pienso
en las regiones interiores, acompañando a un evidente desarrollo ganadero, en tanto la
costa del Golfo y Florida conocen el desarrollo de los cultivos subtropicales (arroz, caña
de azúcar, cítricos) y de la horticultura.

COTTON BELT (MAPA DE LOCALITZACIÓ + IMATGE)


TOBACCO BELT (MAPA DE LOCALITZACIÓ + IMATGE)
SUBTROPICAL BELT- SUGAR BELT (MAPA DE LOCALITZACIÓ +
IMATGE)

Casi la mitad occidental del territorio constituye una última unidad homogénea,
dominada por los pastos extensivos sobre tierras bastante áridas que continúan sirviendo
como soporte a una cabaña ganadera bovina y ovina destinada a la producción de carne
(ranching belt), en tanto el terrazgo agrícola se reduce a pequeñas franjas junto a los
ríos y manantiales que tienen como cabecera los sectores montañosos próximos. Las
mejoras tecnológicas y un volumen elevado de inversiones, tanto públicas como
privadas, han permitido su expansión constante, que alcanza su máximo desarrollo en el
Gran Valle de California, principal área hortofructícola y vitícola del país, en donde el
clima cálido, los bajos costes salariales asociados al empleo de una población
inmigrante, en ocasiones ilegal, y las reducidas tarifas del transporte han permitido el
desarrollo de grandes explotaciones intensivas que sitúan a este Estado a la cabeza del
país en cuanto a renta agraria total.

RANCHING BELT (MAPA DE LOCALITZACIÓ + IMATGE)

3. ÁFRICA: EL CONFLICTO ENTRE LA AGRICULTURA


DE SUBSISTENCIA TRADICIONAL Y UNA
AGRICULTURA COMERCIAL VOLCADA AL
EXTERIOR

Síntesis producida a partir de: Méndez, R y Molinero, F (2002). Espacios y


sociedades, Barcelona, Ariel, pp. 593-595.

3.1 Pervivencia de las estructuras agrarias tradicionales

En relación a las formas de explotación de la tierra, hay dos factores clave que
conviene tener en cuenta, a saber: primero, la inadecuación de la agricultura de
subsistencia tradicional y, en segundo lugar, el desarrollo de una agricultura
comercial volcada al exterior.

En resumidas cuentas, lo que vemos es como la influencia de los europeos en el


mundo africano ha conducido a la consolidación de formas de explotación agrarias
nuevas y que, por sí mismas, parecen representar una ventaja sobre la agricultura
tradicional y, en muchos casos, arcaica, conservada todavía en numerosas regiones.
Ahora bien, los diversos tipos de agricultura comercial, al no acompañarse de una
evolución técnica, económica, cultural y social, que debiera haber afectado a todo el
campesinado, ejercen un efecto distorsionador, puesto que favorecen la expansión de
una economía comercial en unos medios y unas comunidades que carecen de
condiciones para dedicarse a una agricultura de mercado, a la cual, sin embargo, no
pueden escapar, para cubrir las perentorias necesidades monetarias. En este sentido, son
los propios Estados, con sus contribuciones e impuestos, las organizaciones que más
impulsan la monetarización, aunque éstos, tal como se han configurado a raíz de la
independencia tampoco parecen tener fuerza, ni ser capaces de introducir mejoras
sustanciales entre las comunidades campesinas. Se sufre, en consecuencia, una situación
marcada por la transición desde una etapa tradicional a otra moderna, con la
particularidad de que ninguna de las dos está consolidada. La agricultura tradicional,
atrasada y falta de medios, es incapaz de hacer frente a la presión demográfica; la
agricultura moderna, sin redes de abastecimiento y comercialización adecuadas,
también se enfrenta a circunstancias críticas.

El problema de la agricultura tradicional en nuestros días se refiere a la presión


demográfica. El cultivo itinerante, basado en un barbecho muy extensivo, ha perdido
fuerza a favor de una agricultura sedentaria intensiva, basada en el abono de la
ganadería, que no puede practicarse en condiciones adecuadas, bien sea por las
circunstancias del medios (ataques de la mosca tsé-tsé en regiones tropicales) o por
circunstancias culturales como los derechos colectivos sobre la tierra lo cual favorece un
bajo rendimiento de la agricultura ganadera, junto a la falta de medios técnicos. La
agricultura de inundación da unos pobres resultados debido a la falta de medios para
cultivar y para recoger la poca y discontinua cosecha que se consigue. El aumento de la
presión demográfica propio de la sedentarización convierte al sistema en inútil y activa
el freno malthusiano.

Por otro lado, la introducción forzada del cultivo del algodón, el cacahuete o los
cultivos de plantación por parte de los europeos ha supuesto la ruptura de los sistemas
agrícolas de subsistencia tradicional, la extensión de la monetarización y la constitución
de las bases del subdesarrollo de numerosos países africanos. Y es que la agricultura
comercial supuso un factor de crisis, por cuanto sustrajo tierras a la agricultura de
autoconsumo, tanto en una consideración cuantitativa, por la dimensión de los espacios
disponibles para la agricultura de subsistencia, como cualitativa, por la ocupación de los
suelos más fértiles para el cultivo de la agricultura comercial, teniendo en cuenta que
más provechosa hubiera resultado la intensificación del cultivo de autoconsumo dado el
crecimiento demográfico. Lo peor, es que el crecimiento urbano da vida al sistema de
producción y circulación de capitales impuestos, de manera que la fractura entre estas
formas de cultivo tiende a resolverse en una miríada de situaciones intermedias del todo
insuficientes.
Agricultura de subsistencia:

Imagen (título, descripción e ilustración)

Cultivo itinerante:

Imagen (título, descripción e ilustración)


Barbecho:

Imagen (título, descripción e ilustración)

Explica la problemática de la agricultura africana con tus propias palabras.


4. LATINOAMÉRICA: EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA Y
DESCONTROL ECONÓMICO; LA CONSOLIDACIÓN Y
PERMANENCIA DEL SUBDESARROLLO

Síntesis producida a partir de: Méndez, R y Molinero, F (2002). Espacios y


sociedades, Barcelona, Ariel, pp. 391-397.

4.1 Explosión demográfica y subdesarrollo

En el caso latinoameriano podemos decir que a una fase de crecimiento


económico correspondió la consolidación del subdesarrollo. Una vez más, se trata de
una historia de inadaptación o adaptación forzada a un sistema productivo necesitado de
unas infraestructuras, organizaciones y mentalidades que el país en cuestión no está
preparado para asumir; esto genera un círculo vicioso alimentado por un crecimiento no
harmónico de las variables en juego (población/recursos/organización/mentalidad/…)
que deriva en una situación de desequilibrio sostenido.

El crecimiento económico, debido a los intensos y rápidos intercambios


establecidos entre los países industriales y los subdesarrollados obligó a aquéllos, a fin
de evitar los contagios, a introducir medidas sanitarias en éstos. Fue una política
sanitaria seria, pues el progreso económico general estaba en juego, lo cual provocó un
inusitado crecimiento demográfico. En principio, los países implicados en el desarrollo
(Brasil, México, Colombia y Argentina) no vieron un problema en el crecimiento
demográfico, sino que pensaron en llenar los huecos derivados de una ocupación
territorial desequilibrada; al fin y al cabo, Latinoamérica se encontraba poco poblada y
concentrada, disponiendo de vastísimos territorios sin apenas ocupar. El intento por
colonizar y explotar los nuevos espacios provocó la existencia, aún hoy, de entusiastas
defensores del crecimiento demográfico descontrolado. No obstante, este crecimiento,
que ha movido a muchos gobiernos a poner en marcha programas de colonización
(Perú, México, Brasil, Venezuela y Colombia), ha demostrado ser más fuerte de lo
deseable, fracasando a menudo estos programas por no poder dotar a todos con
suficientes medios técnicos y orientaciones comerciales y culturales (mentalidad),
además de no poder articular un sistema territorial integrado, con adecuada densidad de
infraestructuras, equipamientos y con un razonable número de productores y
consumidores. Un crecimiento demográfico que en lugar de estimular, frena el
desarrollo.

El factor de crecimiento demográfico es una combinación feliz entre una caída


drástica de la mortalidad (6,6 por 1000) y un fuerte incremento de la natalidad (25 por
1000).

PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN
1. Por que el crecimiento económico genera la necesidad de mayores efectivos
poblacionales?

2. Qué necesita un territorio para adaptarse y beneficiarse del proceso de


modernización (crecimiento económico)?
3. Qué decidieron las autoridades de los países en desarrollo ante el auge
demográfico?

4.1.1 La resultante: frenos al desarrollo y éxodo campesino

Hay cuatro consecuencias fundamentales de todo este proceso, a saber:

- El rejuvenecimiento de la población, pues más de un tercio de la población


son menores de 15 años, mientras en los países industriales esta cifra se sitúa en
una quinta parte. Esto no es perjudicial en si, pero exige unas fuertes inversiones
demográficas que implican elevadas tasas de dependencia, en el caso de
Latinoamérica.
- Persistencia del analfabetismo, pues se agravan las dificultades para atender
satisfactoriamente a una creciente y abultada masa escolar (esto afecta
especialmente a Centroamérica y a la zona templada).
- Éxodo rural sostenido, dicho de otra manera, a pesar del gran éxodo rural
implicado en un desequilibrio de la estructura de la propiedad que no puede
contener el crecimiento poblacional (y que fracasa en el intento de equilibrarla),
el sector rural no pierde efectivos en términos absolutos, dado que se renueva
constantemente, merced a las elevadas tasas de natalidad.
- Potenciación del caos urbanístico, pues el éxodo rural implica un 50% del
crecimiento urbano que se concentra en las actuales metrópolis regionales o
nacionales, dando lugar a una red urbana desequilibrada, con muy pocas y
grandes ciudades, creciendo al margen de la planificación.

4.2 El fracaso de las reformas agrarias y sus consecuencias

En líneas generales las reformas agrarias surgen como una respuesta de los
gobiernos a las tensiones que se desarrollan entre los hacendados y los campesinos
minifundistas o las comunidades indígenas; no suelen producirse, por lo tanto, en las
áreas de plantación, pues este tipo de explotaciones se asienta generalmente sobre
tierras nuevas, con bajas densidades demográficas. Así, los focos de mayores tensiones
se localizan en el altiplano mexicano, en el nordeste brasileño y en las tierras altas y
valles interiores andinos. Para poner un ejemplo extremo, el problema radica en que en
México el 1% de la población poseía el 97% de la tierra y, por tanto, el 96% de la
población poseía un 1% de la tierra. Dicho de otra manera, se trataba de un régimen
feudal con unos pocos terratenientes latifundistas, que no fomentaban el equilibrio de la
producción rural entre autoconsumo y exportación, sino que dedicaron toda la
producción a la exportación dejando en una situación precaria (de gran pobreza y
esclavismo a la práctica) a su contingente de campesinos. Las reformas agrarias
intentaron generar el minifundismo, dar propiedades a los campesinos para el
autoconsumo. En la práctica, éstas no han sido suficientes, pues sí que se ha originado
el latifundismo pero, a la vez, se ha habilitado la proletarización y el paro entre los
pequeños campesinos, dadas las condiciones de las reformas acaecidas.

Y estos no han sido los únicos problemas, pues la implantación de las reformas
fue prácticamente siempre problemática y discutible, favoreciendo el desequilibrio de la
producción rural, acentuada por la dependencia comercial del exterior. Así, como las
reformas agrarias no dieron solución a los problemas del campo, los distintos gobiernos
han buscado la respuesta en la modernización y tecnificación de los latifundios, y en la
colonización de nuevos espacios como alternativa a las reformas agrarias.

Los grandes empresarios latifundistas acogieron con entusiasmo la Revolución


Verde, de manera que no tardaron en llevar a cabo un extenso programa de
modernización, que, por una parte, ha conseguido superar el atraso tradicional y
extender la tecnificación a vastos territorios, pero, por otro, ha provocado un grave
desempleo, que ha movido a los gobiernos a poner en marcha programas de
colonización para el creciente número de campesinos sin tierra. Por tanto, el proceso de
modernización ha acentuado el dualismo de las estructuras latinoamericanas de modo
que coexisten los latifundistas, dedicados a sus buenas, extensas y rentables tierras con
el objetivo de orientar su producción al exterior, y los minifundistas, que para
sobrevivir, convierten en imparable el proceso colonizador a costa de la deforestación
brutal del bosque tropical húmedo, para conseguir un pedazo de tierra dedicada al
autoconsumo. A la par que desaparecen los programas de desarrollo en la Amazonia y
en las sabanas del interior, debido al rapidísimo crecimiento demográfico, aparece una
pequeña clase de colonos dedicados a roturar campos y venderlos a otros para que los
utilicen como pastos a la vez que cobran las subvenciones por el asentamiento.

La capacidad para crear empleo de estas medidas es 0. Si llamativa fue la


incapacidad de las nuevas medidas agrarias, aun más lamentable se presenta el proceso
de estancamiento industrial.

PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN

1. Por qué se llevan a cabo las reformas agrarias en estos países latinoamericanos?

2. Qué papel juega el minifundismo en los conflictos agrarios?

3. Qué medidas tomaron los gobiernos ante el fracaso de las reformas agrarias?
4. Qué consecuencias ha conllevado el proceso de modernización en estos países?

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