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necesario que tanto el MINEDU y las IFDs hagan un trabajo conjunto para formar a sus
formadores, fortalecerlos terica y prcticamente en la labor que van a desempear.
Con lo mencionado lneas arriba, no es que se menosprecie lo terico, de ninguna
manera, sino lo que se pretende es revalorar el sentido prctico de la carrera docente. Estos
dos aspectos (el terico y prctico) han ido influyndose mutuamente, no olvidemos el papel
del trabajo en la transformacin del hombre, ni tampoco como las grandes ideas han
transformado la realidad. Sin embargo durante muchos aos ha predominado lo terico
sobre lo prctico. Como se mencion al inicio, la prioridad por el desarrollo de competencias
sobre la acumulacin de informacin, demanda profesionales distintos a los tradicionales.
Los capacitadores tiene que haber desarrollado las competencias que quiere desarrollar
en los capacitados. No basta el conocimiento terico. Para lograr que alguien aprenda a
manejar bicicleta es necesario no solo darle la bicicleta, hay que hacer que se suba en ella,
que se caiga, que se levante y que lo intente de nuevo, pero uno previamente tuvo que
haber pasado por ese proceso, para saber lo que se siente.
Queda entonces una gran tarea por delante en la formacin de los formadores, en
la capacitacin de los capacitadores. Sin embargo no puede curarse a alguien que no
acepta que est enfermo, por ello el primer paso es la reflexin de todos los profesionales
inmersos en esta tarea. Analizar las fortalezas y debilidades de su propia prctica, en la
formacin para actuar sobre ellas. Si a esto se suma una poltica educativa sostenible,
comprometida con el cambio podemos pensar en un futuro mejor. Se estn dando los pasos
iniciales, esperemos que se pueda curar al enfermo.
(*) Y Chevallarard (2000). Cuadernos de Educacin: Estudiar matemticas, el eslabn perdido entre
enseanza y aprendizaje. Ed. Horsori. Barcelona.