You are on page 1of 133
nv pee ea Cer Los casos de Sigmund Freud Coleccidn Los casos de Sigmund Freud - Elcaso Schreber Franz Baumeyer Maurits Katan Philip M. Kitay William G. Niederland ‘Seleccién de Oscar Masotta y Jorge Jinkis Ediciones Nueva Visién Buenos Aires . Fuenter 150.195 ECS El Caso Schreber . 1 ed.2*reimp. — Buenos Aires: Nueva Vision 2005 — 264 p,, 19x13 cm.- (Los casos de Sigmund Freud ) : : Franz Baumeyer, “The Schreber Case”, The Intema- tional Journal of Psychoanalysis; 37, 1, pp. 61-74, 1956. Traducci6n de Helena Serrct. Franz Baumeyer, “Noch ein Nachtrag mm’ Freuds Arbeit iber Schreber”, Zeltschrift fir Psychosomatische Medizin und Paychoanalyse, aiio 16, 3, julio-setiem- bre 1970, pp. 243-245. _Traduceién de Margarita Peco _ Traduccion: Elena Serrot y otros ISBN 950-602-036-1 { Psicoanilisis — Estudio de Casos Maurits Katan, “Schreber’s Hereafter. Its Building-up (Aufbau) and Its Downfall’, The Psychoanalytic Study of the Child, 14, 1959, pp. 314-382. Traduccién de Antonio Bonnano. Maurits Katan, “Schreber’s Delusion of the End of the World”, The Psychoanalytic Quarterly, Vol. XVI, 1949, pp. 60-66. Traducet6n de Helena Serrot. Traduccién: Elena Serrot y otros. Maurits Katan, “Schreber’s Hallucinations about the Toda reproduccién total o parcial de esta obra J ‘Little Men’ ”, International Journal of Psychoonaly- por cualquier sistema -incluyendo el fotece- piado- que no haya sido expresamente autori- zada por el editor constituye una infraccién a los derechos del autor y sera reprimida con " penas de hasta seis afios de prision (art. 62 de la ley 11.723 y art. 172 del Cédigo Penal). aig, 31, 1-2, 1950, pp. 32-35. "Traduceién de Helena Serrot. Maurits Katan, “Schreber’s Prepsychotic Phase”, In- temational Journal of Psychoanalysis, XXXIV, 1953, pp. 43-51. Traducei6n de Helena Serrot. -Maurits Katan,. “Further Remarks about Schreber’s Hallucinations”, International Journal of Psychoanaly- as, 33, 4, 1952, pp. 429-432. Traduccién de Helena Serrot. w William G. Niederland, “Three Notes on the Schreber Case”, The Psychoanalytic Quarterly, ‘Vol. XX, 1951, pp. 579-591. . . ‘Traducci6n de Helena Serrot. ‘William G. Niederland, “Schreber: Father and Son", -The Psychoanalytic Quarterly, Vol. XXVIII, 1959, pp- LS.B.N. 950-602-03 6-1 © por Ediciones Nucva Visién SAIC Tucumén 3748, Buenos-Aires, Rep. Argentina 151-169. _ Traduecién de Helena Serrot. Queda hecho el depdsito que marca la ley 11723 Impreso en la ‘Argentina / Printed in Argentina s William G, Niederland, “Schreber's Father”, Journal of the American Psychoanalytic Association, 8, 3, 1960, pp, 492-499. William G. Niederland, “The “Miracled-up’ World of Schreber's Childhood”, The Psychoanalytic Study of the Child, 14, 1988, pp. 383-413. : Tradyceién de Antonio Bonnano. William G, Niederland, “Further Data and Memo-" rabilia Pertaining to the Schreber Case”, Interna- tional Journal of, Peychoanalysis, 44, 2, 1963, .pp. 201-207, . Traduceién de ‘Helena Serrot. Philip M. Kitay, “A Note on Dr. Niedérland’s Paper”, International Journal of Psychoanalysis, 44, 2, 1963, . p. 207, Traduccién de Helena Serrot. . William G. Niederland, “Schreber and Flechsig: A Further Contribution to the ‘Kemel of Truth’ jn Schreber's Delusional System”, Journal of the Ameri- can Psychoanalytic Association, 16, 4, 1968, pp. 740-748, . . Traduecién de Helena Serrot. "Yon eclipsadas por ninguna -otra autobiograffa de un enfermo - Bl caso Schreber Franz Baumeyer En Jos primeros tiempos del psicoandlisis, Freud presenté detalla- dos informes de casos clinicos con el fin de ejemplificar su teorfa. Cinco de estos informes se destacan por su minuciosa atencién a los detalles y se han convertido en partes integrantes de Ia lite- Tatura sicoanalitica. Por consiguiente, todo psicoanalista tiene un interés tantd cientifico. como histérico en las historias de Ia vida de esos cinco pacientes. El propio Freud debe haber tenido conciencia de eso cuando agreg6 un apéndice a Ia historia del caso de Juanito. Nada nuevo parece haber surgido acerea de Dora. Ruth M. Brunswick informé sobre los ultiros afios de vida del Hombre de los Lobos. La temprana muerte del Hombre de Jas Ratas impidié seguir su evolacién. A raiz de varias circunstancias afortunadas me resulta posible ahora” brindar nueva informacién sobre la vida de Schreber. . : Schreber ocupa una posicién singular entre 168 mencionados pacientes, ya que no fue tratado ni conocido personalmente por Freud. Ademés, la fama de Schreber se debe no sélo al interés * y al trabajo cientifico de Freud, sino también a sus Propias reali- zaciones. La brillante presentacién de su psicosis, la admirable objetividad de la deseripcién y la grandeza artistica de Jos deli- Tios han convertida a las Denkwiirdigkeiten eines Nervénkranken (Memorias de mi enfermedad nerviosa) en un clisico, Después de cincuenta aios no han perdido su poder de atraccién ni fue. mental, En el Hospital del condado de Arnsdorf, vecino a Dresde, del que fui médico jefe desde 1946 hasta 1949, se almacenaban pilas de historias de viejos casos del antiguo hospicio de Sonnens- tein, cercano a Pima, que se encontraban én muy mal estado a causa: de las guersas. Entre ellas habia informes y copias de algunas partes de la historia del caso Schreber. Algunas de las notas originales se habfan perdido; de ellas se podian aprovechar copias certificadas 0 extractos. Entre este material esperaba encon-" tray més informacién sobre el tercer capitulo de.la autobiografia de Schreber que, como se sabe, fue totalmente omitido en Ia“ edicién por respeto a su familia, pero me decepcioné. Los doc- tores que trataron a Schreber en su momento no previeron que Ja posteridad estaria interesada en este material cuando Jas con- sideraciones que tornaban no aconsejable su publicacién dejaran_ de tener efecto. En las préximas paginas presentaré, en orden cronolégico, Jos informes y extractos de Ja historia clinica del caso Schreber 0 de sus copias certificadas. Exrractos DE LA HISTORIA DEL CASO PROVENTENTES DE LA CLENICA UNIVERSITARIA DE ENFERMEDADES NERVIOSAS DE Lrezic Primera entrada: 8 de diciembre de 1884. Alta: 1° de junio de 1885, Historia previa. Carga hereditaria. , En octubre de 1884 se interesé de’mddo muy. activo en las elec- ciones. Posteriormente estuvo internado en el Hospicio Sonnenstein pera su tratamiento durante varias semanas, tomé grandes cantida- des de morfina, hidrato de cloral y bromuro. Se lo transfiere del Sonnenstein a Ia Clinica. Se cree incurable. Mostraba retardo al hablar y labilidad emocional. Habia intentado suicidarse des ve- ces en el Asilo. Grave hipocondrfa. Se le administré ioduro de potasio porque sé sospechaba una sifflis. Su esposa habla sufrido dos abortos, ‘ Estade actual. Buen estado, general. Cree que cada momento va a ser el ultimo y esté convencido de que va a morir de un ataque al corazén, 7 so Me _ 10 de diciembre. Jntranquilo. 6 g paraldehido. 10 Lae aie Maem 18 de diciembre, Frecuentes cambios de humor. Ioduro de potasio 1 g tres veces por dfa, * 29 de diciembre. Come mucho. % 29 de diciembre, Se siente demasiado débil para caminar, quiere que lo Heven. 30 de enero, 1885. Intenta suicidarse. 3-de abril. Fue sacado a pasear en coche con su esposa. 6 dé abril. Se perturba por el menor ruido. A veces esta ale- gre. Desea fotografiarsé seis veces (por razones desconocidas). J4 de abril. Sospecha que su esposa ser enviada lejos con * gualquier pretexto y que no volveré. Duerme con ayuda de bro- muro y paraldehido. I7 de abril. Expresa ideas depresivas; se cree incurable. Aumento de reflejos. * 20 de mayo, Estado de 4nimo lloroso. 26 de mayo. Insiste en que se le tome una fotografla “por ‘altima vez”. I de junio, Parte hacia Timenau. -Imagina haber perdido de quince a veinte kilos de peso. En realidad, ha aumentado dos kilos. Se queja de que se lo engafia intencionalmente sobre su peso. - Segunda entrada (21 de noviembre de 1893 hasta el 14 de junio de 1804} 21 de noviembre de 1893. Muy irritable. Dice que han logrado convertirlo en un loco y que sufre de reblandecimiento cerebral. Inaccesible. . - - 24 de noviembre. Muy intranquilo por la noche. Grita pidien- do ayuda, arroja la mesa y la silla contra el suelo. Traté de ahor- carse en la habitacién de aislamiento. Llorose, dice después que verdaderamente le gustaria adaptarse. 12 de febrera de 1894, Alucinaciones visuales. 1 de marzo. Sostione ser una muchacha asustada por ataques indecentes. - . 45 de marzo. Promete’a un enfermera 500 marcos si éste le cava una tumba. 16 de abril. Intentos de suicidio en la baiiera. 21 de abril, Fantasias delirantes incoherentes. En ocasién de * cada visita declara estar. preparado para morir; exige que se le dé el clanuro de potasio que le esta reservado. 5 de mayo. Expresa muchas alucinaciones auditivas y olfato- tias. Implora una. y otra vez que se le dé veneno. Pide al doctor que vaya al Hospital inmediatamente y que anuneie que ahi yace una persona que sufre de peste. Pregunta si no ha estado muerte durante mucho tiempo. . | 22 dé mayo. Su conversacién es més.clara y abierta. 24 de mayo. Opio y morfina. Tiene todavia graves alucina- ciones, . 2 de junio. Ignora completamente al médico, fijando la mirada al frente. 5 dé junio. Lo visita su esposa. Mas tarde, le pregunta al enfermero si era realmente su esposa; cree que ésta debe haber- se levantado de la tumba. 43 de junio. Visita a otro paciente por propia iniciativa y juega con él al ajedrez. . ° , 14 dé junio. Salida (hacia Lindenhof). Lia ficha del Hospicio de Leipzig-Disen, en donde Schreber estuvo recluido desde 1907 hasta 1911, contiene detallados infor- mes de su estada en el Hospicio del Condado de Sonnenstein, cer- cano a Pierna, desde 1894 hasta 1902. No se puede precisar si son copias o simples extractos de la historia clinica original (perdida) | del Hospicio Sonnenstein. Historia DE LA ENFERMEDAD . del Presidente, del Senado, Corte Real de Apelaciones de Dresde, retirado, Dante Pabto Scureper, doctor en Jurisprudencia, de Dresde. . Lugar y fecha de nacimiento: 25 de julio de 1842. Leipzig." Lugar de residencia: Dresde. Profésién: Presidente del Senado, retirado. Casado. Luterano evangélico, Tutor: — ‘ Naturaleza de ld enfermedad: ¢Paranoia? Entrada: 27 de noviembre de 1907; Salfda: 14 de abril de 1911 (fallecimiento)., - - . Historia previa (segin la historia clinica del Hospicio Son- nenstein). : 12 Herencia: su padre (creador de los “Jardines Schreber” en Leipzig) sufrid de ideas obsesivas con tendencias homicidas. Madre: rApidos cambios de humor, nerviosa. Una. hermana histérica, Un hermano paralitico, que se suicids. . Una prima de Ja madre internada en la Clinica de Leipzig (1894) a causa de una paranoia crénica. Tempranas idéas hipocondriacas: Internado desde el 8 de di- ciembre de 1884 hasta el 1° de junio de 1885 en Ja Clinica de enfermedades nerviosas de Leipzig, a causa de una hipocondria; erefa que tenia que morir, se imaginaba incapacitado para cami- nar, eteétera. Se decfa que habla sido muy talentoso y un alumno excelente. Se Jo describia como de buen cardcter y¥ sociable. Se Jo consideraba brillante e hizo una carrera comparativamente rd- pida. Finalmente, fue Presidente del Senado de Ja Corte de Ape- laciones de Dresde. Su conducta en la vida privada, en la medida en que sé tiene conocimiento, fue intachable. A pesar de no tener ninguna enfermedad fisica, el paciente expresd ideas hipocondriacas ya en el momento de su casamiento, “ en 1878, ideas que condujeron a’ su tratamiento en la Clinica de Leipzig, desde el 8 de diciembre de 1884 al 1° de junio de 1885. ’ El 21 de noviembre de 1893 fue internado por segunda vez en la Clinica de Leipzig. Al ser admitida expres6 quejas hipocon- driacas, decfa-sufrir de “un reblandecimiento cerebral”, que mo- rirla pronto, etcétéra. Tenfa también ideas de persecucién; decia que finalmente habfan logrado convertirlo en un loco. También, en ocasiones, ten‘a alucinaciones de carActer aterrorizante, pero sdélo aparecian vara’ vez o Jas disimulaba, Ie cual es més probable. El minimo ruido lo irritaba y, dadas sus continuas quejas, resultaba bastante intolerable. Posteriormente, sus alucinaciones auditivas y visuales se acrecentaron mucho. Imaginaba estar muerto y en des- composicién; ya no se encontraba “en condiciones de ser ente- rrado”, “enfermo de peste”, y este ultinio delirio estaba probable- mente relacionado con alucinaciones clfatorias; su pene habia sido retorcido y arrancado mediante un instrumento denominado por él “sonda de nervio” [“nerve probe"}; sostenfa que era una mujer; pero declaraba a menudo que tenia que armarse de una fuerte resistencia’ contra “el amor homosexual de ciertas personas”, Todos estos factores Io torturaban tanto que deseaba la muerte; intenté ahogarse en Ja bafiera y, durante semanas, pidié-“que se Ie administrara el vaso de cianuro de potasio que Ie estaba reservado”. A menudo, las alucinaciones auditivas y visuales eran tan vividas que se tornaba completamente inaccesible y, con lés ojos parpadeando, se sentaba durante horas en la silla 0. permane- efa en Ja cama. Evidentemente, los contenidos de los delirios cam: biaban con frecuencia, pero durante Ia ultima etapa de su estada en la Clinica de Leipzig crefa que seria torturado hasta la muerte y de manera terrible. Se hundia cada vez més en fantasias mistico- religiosas; Dios lehablaba; demonios y vampiros se burlaban de él. Queria convertirse en catélico romano para escapar a la perse- cucién. Tenfa visiones milazrosas, escuchaba musica celestial y fi- nalmente creyé que vivia en un mundo imaginario poblado de fantasmas e imAgenes fantasticas. En cuanto a la ingestién de ali- mentos, varié muchisimo. Al principio comia vorazmente, luego rechazé el alimnento y hubo que darle de comer. Dormia poco 2 pesar de los abundantes narcéticos. Gritaba con frecuencia, en es- pecial de noche. Durante mucho tiempo se le dio hasta 0,3 g.de opio tres veces por dia. En aguella &poca el profesor Flechsig lo consideraba peligroso tanto para si mismo como para los demas. Informe del profesor Flechsig desde el 25 de junio de 1894 El paciente fue trasladado de Ja Clinica de Leipzig al sanatorio privado del doctor Pierson en Lindenhof, cerca de Coswig, y luego de doce dias de estada pasé al Hospicio de Sonnenstein el 29 de junio de 1894. En aque] momento, junio de 1894, su estado general era muy bueno, aunque estaba un tanto pilida. Constan- temente aparecfan visibles gotas de transpiracién en su frente, asi como repetidas contracciones de los misculos facialés y un violento temblor en Jas manos. Estaba en estado de gran excita- cién, inaccesible al principio, malhumorado y completamente re- traido. Toda conversacién le desagradaba. Tenia vividas alucina- ciones y casi no se daba cuenta de lo que Jo rodeaba, pero rondaba por alli con mirada unsiosa, fija Ja vista en el espacio y en Ia misma posture’ durante mucho tiempo. Se observé que en el jar- din ponfa sus manos a modo de pantalla detrés de sus orejas y escuchaba. Tenia fantasias hipocondriacas. A pesar de esto era ptolije, limpio y capaz de ocuparse de sus necesidades fisicas. Julio de 1894, Intenté escaparse; se desprendié de su capa y corrié rapidamente hacia el portén. Movimientos de vientre pere- I 3 i a 4 * ? 4 zosos, poco apetito. Por momentos, evidentemente muy perturba- do por voces, pero no las discutla. Cierta vez tuvo un transitorio do haberse debido al hecho de que tratara de desmayo que pu , reprimir, con mucho esfuerzo, una intensa necesidad de defecar. Agosto. Declara que quiere estar solo y que el enfermero obs- taculiza “la omnipotencia de Dios”. Desea “la paz de Dios”, No se mantiene ocupada, no,lee. . . Noviembre. En general algo mas vivaz. Escribe en taquigrafia y dibuja figuras sobre papel; ocasionalmenté también se mantiene ocupado con juegos que requieren paciencia y con otras casas. Inaccesible y muy brusco con Jos médicos. Se queja de que Flechsig lo molesta al Hamarlo y gritarle “Trueno Sagrado”. Su esposa, cuando lo visita, debe recitar el Padre Nuestro junto con él. Luego la despacha sin mantener-ninguna otra conversaci6n con ella, : : Enero de 1895. Inaccesible ¢ inabordable. A veces sé le admi- nistran somniferos por la noche. . Marzo de 1895. Agitado, escupe; rie ruidosa y ostentosamente cuando de noche esté solo e inquieto. Toca mucho el piano que Te envid su esposa, abusando cuando est4 agitado y de mal humor. Junio de 1895, La agitacién aumenta mAs y mas. A menudo resulta muy molesto porque rie constantemente dia y noche. Sul- fonal casi todas las noches, en general sin resultados satisfactorios. Se encuentra totalmente dominado por los delirios. Sostiene que su cuerpo ha cambiade por completo;. Tos pulmones casi han desapa- recido, todo Jo que ve a su alrededor es s6lo un espejismo. El mun- do ha terminado. Vocifera repetidamente al doctor “i Vayase, vaya- sel” porque el doctor contesté afirmativamente a la pregunta de si él (el doctor) se consideraba una’ persona viva. Le decfa “menti- roso”, “debe retornar a su seiior”. Sin embargo, de tiempo en tiem- po wuelve a estar calmo, Toca el piano con mucha asiduidad y Jo hace bastante bien, aun las piezas dificiles. Escribe muchas car- tas, incluso en italiano, y una vez firmé Pablo Satan..Una de las. cartas la dirigié a “Herrn Ormuzd in coelo”. Setiembré de 1895. Muy excitado; inquieto casi teda Ja noche. ‘A menudo se rie-agudamente y en voz alta y repite a gritos Jas mismas palabras. De vez en ‘cuando se queda parado en el mismo- lugar, inmévil; mira al sol y le hace Jas mas extrafias muecas. Sin embargo deja de hacerlo, como regla fija, cada vez que alguien: se le acerca y le habla. Diciembre de 1895. Sigue_excitado. No obstante, se permite conversar sobre temas indiferentes,’ Toca el piano, juega al aje- drez y lee nuevamente. Se niega a hablar de sus fantasias deli- rantes; de noche grita a voz en cuello y vocifera por la ventana ‘repitiendo’ palabras insultantes o “Yo soy Schreber, el Presidente del Senado”. . * . Febrero dé 1896, Rie fuerte y vocifera, golpea las teclas del piano, ‘ , Abril dé 1896; Coma regla, cuando el médico Jo visita con- desciende en mantener una breve conversacién, aunque es evidente que debe esforzarse por controlar sus sentimientos. Junio de 1896. Como el paciente esté muy inquieto y las gran- des dosis de somniferos no han surtido efecto, se lo afsla durante la noche; protesta de manera vehemente antes de someterse a esto. Julio de 1896. Los ataques de gritos y risas son mas espacia- dos, pero més violentos y prolongados. El paciente se interesa ef mayor medida por lo que Jo rodea y de vez en cuando habla con . algén paciente. Descuida su apariencia, se viste de manera incom- . pleta, le sefiala al médico la parte superior de su cuerpo desnuda, y dice que ahora tiene pechos casi femeninos, Dé hecho, el iinico - cambio consiste en que el Paciente ha engordado. Parece muy Preocupado por fantasfas sexuales, le gusta buscar desnudos en los diarios ilustrados ¥ a veces también los dibuja. En una carta 4 Su. esposa, eserita ‘en italiano, le cuenta que las noches’son muy - agradablés porque siempre tiene “un peu de volupté feminae”, Todavia se lo aisla durante las noches, Sétiembre de 1896. No se ha tranquilizado, golpea el piano y todavia vocifera injurias, en general muy indecentes. “El sol es una puta” a “Dios es una puta”. Aislado durante Ia noche. Noviembre dé 1896, Mas comunicativo y ms accesible. Lee mas, , , Febrero de 1897, De mejor dnimo, a pesar de que a menudo vovifera desde la ventana con gran furia, ‘ Junio de 1897, Correspondencia activa con su esposa y rela- ciones; cartas muy correctamente escritas y que nada reflejan de su enfermedad. Habla de su enfermedad aparentemente con plena conciencia, Al mismo tiempo, contimia el anterior “estado rugien- te”. Golpea las teclas del Piano. En su relacién con los médicos S€ muestra amistoso, correcto, a menudo. arrogante y Seguro. Sigue’ * aislado durante jas noches, ee ee ee Octubre‘de 1897. Lee mucho, juega al ajedrez y toca bien el piano durante mucho tiempo. En conversaciénes un poco prolon- gadas no siempre puede controlarse; aun cuando Jo visita su espo- sa debe ir hasta la ventana con frecuencia y desde allf grita y se rie; una vez concluido este acto, puede seguir Ja conversacién como si nada hubiera sucedido. Aislado todas las noches. . Enero de 1898. La misma conducta regular y racional, mar- cada por ‘Tepetidos estados de excitacién. Parece bastante insen- sible ante la perturbacién que él mismo crea, Marzo de 1898. Su conversacién es amistosa, a pesar de que sigue siendo formal ¥ yeservado; estd bien informado de los suce- sos diarios, lee mucho y Je gusta discutir cuestiones legales. De excelente memoria, rantiene nutrida correspondencia. No obstan- te, continia con jos extrafios gritos, Jos rugidos y Jas muecas. De- lirios religiosos, Se adorna con alegres cintas de colores; ocasio- nalmente hace pequefias travesuras. se : Julio de 1898. Su conducta no ha cambiado. Frecuentemente se encuentra desnuda en su cuarto, delante del espejo, riendo, gri- tando y adomado coti alegres cintas de colores. Novidmbré de 1898. Sigue aislado’de noche. A menudo le escribe a su esposa, Ja que desea abandonar Dresde y hace via- jes seguidos, y le recuerda de manera amistosa pero firme que es su deber ocuparse de él, ya que de otro modo no podré dejar a su disposicién Ios fondos que legalmente le pertenecen a él. Diciembre de 1898. Luego de innumerables pedidos y protes- tas. el paciente es trasladado a su antiguo dormitorio. Puede con- trofarse tolerablemente bien durante la ‘noche. 22 de enera de 1899, Escribe una detallada carta a su esposa en la que por primera ‘vez logra hablar de sus delirios. Llama la atencién la lucidez y ja precisién légica con que expone su siste- ma, Su comportamiento uo ha cambiado; le eseribe cartas al direc- tor de su oficina, el sefior Jahn, lo exhorta a que disponga de su experta opinién sobre temas legales, ya que es habitual que se pida el asesoramiento de eminentes abogados retirados, Su “enfermedad nerviosa” no perturbé su funcionamiento intelectual, sino que con-- sistié solaménte en tna profunda depresién emocional. Abril de 1899. Nuevamente escribe una carta a su esposa sobre sus delirios. En cambio no los menciona en ebsoluto ni a los doc- - tores ni a sus atras-relaciones..A mediados de setiembre pregun- - ta si finalmente ha sido puesto bajo tutela; escribe dos veces sobre ello a su tutor, Herr Schmid, Presidente de la Corte del Distrito de Leipzig. En las cartas subrayé el hecho de que resultaba ilegal - permitir que la tutoria preliminar continuara durante cinco afios; el Ministro de Justicia tenia el deber de levantar la tutela preli- minar 0. proponer que se lo pusiera bajo tutela y nombrar un tutor oficial. El 9 de octubre tiene una conversacién personal con su tutor provisional, eri la que presenta un documento relativo a Ja tutoria; era un documento muy razonable, redactado con habi- lidad y:de manera .estrictamente ldgica. Sin embargo habla con libertad de sus delirios y demuestra total carencia de compren- sién. Resulta especialmente notable-el hecho de que no tenga la menor comprensién de las causas de su aislamiento, que se prolon- g6 por afios, a pesar de que durante ese tiempo en realidad ha gri- tado tan fuerte y se ha enfurecido de tal-manera por las noches que perturbaba el suefio de Ia mayoria de los pacientes. Se instituyd ahora el procedimiento para nombrar un tutor. Nowiembre de 1899. Se preocupa mas que nada en apelar con- tra la tutorfa: Poco cambio en el comportamienta exterior, excep-. to que logra controlarse mejor durante Jas entrevistas. Cuando se’ encuentra solo todavia tiene ataques de risa, vocifera y golpea el piano. . . En el periodo que abarca desde febrero hasta setiembre de 1900- Schreber escribe sus Denkwwiirdigkeifen eines Nervenkranken “(Memorias de mi enfermedad nerviosz), publicadas en 1903 por Oswald Mutze, en Leipzig: Los agregados fueron eseritos en- tre octubre de 1900 y junio de 1901, y Ja segunda serie de agre- gados hacia fines de 1902, Las Denkwiirdigkeiten contienen la his- toria y todos Ios detalles de la enfermedad. El 13 de marzo de 1900 Herr President Schreber fue puesto bajo la custadia de la Corte del Distrito de Dresde. Esta decisién fue rescindida por la Corte - de Apelaciones-de ‘Dresde el 14 de julio de 1902. El paciente siente fuertes deseos de abandonar el hospicio, Semanalmente visi ta @ su esposa; que se encuentra en Dresde, y- hace frecuentes paseos, También esta mas tranquilo durante el dfa; s6lo de vez en:cuando se lo eseucha “rugir” y tocar el piano muy fuerte. 10 de noviembre de 1902. Vuelve contento después de una li- cencia de acho dias en Leipzig; sélo dos veces ha tomado somn!- _ feros de noche. , 18 20 de diciembre de 1902. Se marcha después de haberlo so- Jicitado. * Copias de la historia clinica original del caso, del Hospicio de Leipaig-Dasen, en donde Schreber estuvb interriade desde el 27 de noviembre de 1907 hasta su muerte, el 14 de abril de 1911, 97 de noviembre de 1907. Es trasladado a Désen. Declaraciones de la hermana del paciente: oo En 1902, luego de su salida del Hospicio, el paciente fue a vivir con su madre; su comportamiento exterior era bastante nor- mat. Se ccupaba de la administracién de casas, caminaba mucho, era un activo miembro de un club de ajedrez,.y también intentd trabajar pata el Ministerio pero no obtuvo trabajo. Ocasionalmente - realizé aigiin trabajo privado que resulté siempre muy correcto. Durante el primer afio a veces gritaba todavia por Jas noches y una vez lo hizo durante un viaje. Fue perdiendo esto gradualmente y sdlo una que otra vez gritaba durante el suefio. Dormia sin nar- eéticos. Después de la muerte de su madre realizé abundantes cAloulos relativas a inuchos legados, se excedié un tanto en su tra- bajo y dormia mal algunas noches. Las voces nunca desaparecieron totalmente, pero ya no habla- ba de su enfermedad, Cuando se lo preguntaban, indicaba un lugar en Ja parte posterior de la cabeza -donde sentfa un zumbido con- tinuo, como si se lo manejara con un hilo. Las voces mo eran més que un iuido confuso. No hablaba sobre sus delirios con nadie, ni siquiéra con su esposa. #] 14 de noviembre se enferma Ja esposa. Ataque apoplético. Estuvo sin hablar durante cuatro dias, A:continuacién pasé noches ~ en vela, estuva muy intranquilo, creyé que tendria una recafda, escuché los “ruidos” nuevamente, pero mas fuertes. Empeoré ré- pidamente. Durante los primeos dias de la enfermedad también tenia mayor sensibilidad a los ruidos, estuvo mas melancélico, pero se recuperd completamente de esta depresion. 97 de noviembre de 1907. No se puede evaluar e] estado fisico del paciente'a causa de su total inaccesibilidad y resistencia. Su palidez'y sus rasgos fijos resultan conspicuos. Mantiene los ojos cerrados y abre los parpados sélo de vez en cuando, al insistirsele con alguna pregunta. Cada tanto se ven pecullares tirones en los costados de su boca y cejas. Estas ultimas estén levantadas y tiene la frente arrugada. _ : 19 Temperatura: 98,5°F. Peso: 84,5 kilos, Medidas craneanas: 19, 15, 12, 58, No hay albimina ni azticar en la orina, : Estado psicolégico, Sorprende sobremanera su extrema inacce- sibilidad. Su postura y marcha son rigidas, sus movimientos tiesos y angulares. Su actitud hacia los enfermeros es imperfosa y segura. Se orienta correctamente en cuanto al lugar en que se encuentra, Resulta imposible extraerle ninguna informaci6n acerca de su pa- ‘sado inmediato. Est4 tendido en la;cama, recogido en si mismo y con la expresién del rostro. mencionada anteriormente. Cuando se le pregunta sobre su estado eneral responde de manera breye y correcta, aparentemenie fastidiado de que se lo moleste. Segan . 4, duerme bien, Apetito sélo moderado, Come solamente una pe- queiia parte de la comida que le trae su hermana. , 30 de noviembre dé 1907. FI paciente se levanta de Ja cama durante algunas horas; se sfenta en Ia misma posicién rigida du- rante media hora o una hora,-entonces se levanta stbitamente y, con movimientos angulosos, se pasea por el cuarto con los ojos cetredos casi por completo. Sale tambiéa al jardin durante algdn tiempo. En general no ha cambiado, sigue-inaccesible y resistente, Jamés mantiene una conversacién. Muchas veces no se le puede svrancar ni una sola respuesta. Evidentemente, tiene graves aluci- naciones y esti preocupado por sus delirios. ' I? de diciembre de'1907. Concurre al lavatorio sélo por ext- gencia del enfermero; al hacerlo se muestra bastante enojado con el enfermero, Dice desear que se Jo lleve a un cuarto, a una celda 0 a una pieza separada en donde no sea ma carga para nadie. Cree que puede ocurrir algo que seria muy desagradable para sus alle- gados, Murmura entonces algo asi como “olor a ‘cuetpo muerto, descomposicién”, de lo que’ se puede deducir que se encuentra bajo Ia total influencia de sus delirios. 5 de diciembre de 1907. Tngiere muy pocos alimentos. Asegu- Ta que ya no tiene estémago y que sus intestinos han desapare- cido “de manera misteriosa”. Su cuerpo se deteriorar4 mientras _ qué su cerebro seguiré yiviendo. Declara esto de manera abrupta y decidida, No cantesta en absoluto a otras Preguntas. “No puedo discutir eso ahora.” “Usted no lo comprenderfa en absoluto.” ' .8.dé diciembre de 1907. Durante un paseo por el parque se “muestra ansioso por ir hacia el estanque, y el enfermero sélo pon Ja fuerza puede condueirlo en otra direccién, Por la noche pre- 20 gunté al médico cémo era de profundo el estanque. Varias ‘veces volvié a pedir una pieza para él solo. No podia responsabilizarse de Jo que pudiera pasar. Aparentemente, piensa de nuevo en su “inminente descomposicién”, . 11 de diciembre de 1907. Escribe una‘ carta al médico jefe principal en Ja que Je pregunta si se le ‘permitiré hacer “arregios para su entierro”. : . 12 de diciembre de 1967. Dice que no est4 en Désen sino en un establecimiento de la liga de monistas. Bosteza mucho, apa- rentemente en forma compulsiva; respira a veces con Ja boca abier- ta, lo cual no se habia notado hasta ahora. — 20 de diciembre dé 1907, En general, su estado varié poco, sigue inaccesible y poco comunicativo. No cuenta sus alucina- ciones, aparentemente muy vividas. A menudo se niega por com- » pleto a contestar cualquier pregunta. De vez en cuando pide que se le permita salir; una vez empujé violentamente hacia un Jado * al enfermero jefe, atravesd la Puerta corriendo hacia el jardin y s6lo pudo ser tratdo de vuelta por la fuerza. Algunas naches se ensucia con orina, se unta con sus heces y relaciona,esto con sen- saciones desagradables en el ano, Sélo con la mayor dificultad se logra que se lave diariamente, y en estas ocasiones se muestra casi.furioso con el enfermero. Mueve el vientze con dificultad, se niega a que le hagan un enema, “eso es innecesario”. Apetito va- tiable; a veces sus comidas son inadecuadas, .6 de enero de 1908. Desde hace poco muestra, a menudo, incontinencia de orina, No quiere que Io leven al exterior y esti éenojado-y hosco’ cuando se Io obliga a eso, Sélo con la mayor re- nuencia permite que se Jo lave. Una vez ord en Ja escupidera de otro paciente; cuando se Je Hamé la atencién se mostré arisen e irritable. Duerme bastante bien. Desde hace poco tiempo el ape- tito es bastante bueno. Movimientos de vientre dificultosos; da la impresién de que se contiene intencionalmente. Ataed al enfor- mero nocturno. y exigié In Mave para salir. Se desconoce el conte- nido de sus alucinaciones. Continia inaccesible y no comunica- tive. Durante una discusién sobre la tutoria, mantenida entre cl médico jefe y otro paciente (Lorenz), entré en Ja conversacién y cuando se le pidié una opinién sobre et tema, contesté que “por el momento no esti en condiciones para expresar su opinién sobre ” este asunto”. 25 de enero de 1908. Reiteradamente sucio, En unas pocas aca- 21 ra siones parece haber ensuciado la cama intencionalmente, quizd ‘pajo la influencia de las alucinacifnes, Atacé al enfermero, de mala . manera, y en alta voz exigio la lave; queria salir. Hace paseos regulares con uno o dos enfermeros. Quiere marcharse. . Febrero. Retraido, inaccesible. Emite sélo palabras ‘aisladas. Desde hace poco tiempo, en especial cuando alguien le habla, emite a veces sonidos como “ja-ja-ja”. Permanece parado mucho tiempo, rigido y con Ios ojos cerrados. Rara vez hace algo; juega al ajedrez con el enfermero jefe. En la visita matutina del médice, le dice, encolerizado, “apage Satanas”, Luego habla en francés, pero las palabras resultan ininteligibles e incoherentes. - Marzo. Dice qué esté “perturbade por voces”. Ultimamente se lo ha puesto en-el cuarto individual 21 a causa de sus gritos “ja-ja” tan molestos. Le pregunta al doctor, de manera totalmente inesperada, “gCudndo reiné Gustavo Adolfo? 4De 1611 hasta 1632, no es cierto?” {1611 hasta 1632 +), Intent6 arrojarse por la ventana. . : Abril. Exactamente igual. La repentina exclamacién del “ja- ja” resulta ‘a veces muy ruidosa, especialmente cuando hay otras personas en su cuarto. Son a menudo muy perturbadaras. Ingiere muy poca comida, sostiene que “no puede hacerlo” porque no tie- ne estémago y no puede ‘digerir. . Mayo. Cree que no ha dormido durante tres meses; de tiempo en tiempo se torna mas accesible y menos retraido; vuelve a comer mejor, permanece largos ratos en el jardin, sibitamente se tira én el pasto, con el chaleco y la camisa abiertos. No se lo puede con- vencer de que haga un paseo. Una mafiana Je dice al médico que - quiere ir a una casa diferente y a un cuarto diferente. Hay que forzarlo para que coma. . - Junio. No ha cambiado. Los gritos compulsivos y los quejidos son, por rnomentos, muy perturbadores. De noche duerme mal. 22 de julio. Le dice al doctor: “zPor qué no vienen también los otros Satanes? gPor qué solamente usted?” No se lo puede per- suadir de que hable. Pronuncia sélo sus “ja-ja”. Esté muy pélido, como si estuviera sufriendo. Esponténeamente come muy poco. Debe ser alimentado, a lo cual se resiste a veces con violencia. Agosto. No come casi nada espontdneamente. Rechaza con energta todo intento de-hacerlo comer, Emite muchos “ja-ja” con una expresién torturada y a menudo resulta perturbador. Nunca se ocupa de nada. Nunea toca el piano que tiene en su cuarto. ° Se viste y se desviste varias veces al dia. Se acuesta en Ja cama, luego sé levanta de nuevo para sentarse rigidamente en el sillén, en camisa, durante horas. Se preocupa poco por su apariencia ex- terior, se lava sélo en forma renuente, se bafia de vez en cuando y solo durante un minuto o poco mds. Da Ja impresién de estar continuamente bajo la influencia de angustiantes alucinaciones. Una vez le dijo al doctor: “Si quiere matarme, hagalo inmediata- - mente”, Por otra parte casi no habla. Levanta las mands en acti- tud de defensa y echa al médico de Ja pieza gritando “ja-ja”. De noche duerme mal. 3 de setiembre. Esa mafiana dice, de pronto: “No puedo con- cebir cémo una persona puede ser inducida a hacer lo que yo he hecho durante las ultimas horas”. Luego se queda silencioso y hace violentas muecas; parece como si intentara decir algo més, pero sdlo emite sus “ja-ja”. Octubre/noviembre. Exactamente igual. Ha engordado en los Ultimos tiempos. Se vuelve muy ‘molesta a veces a causa de sus “jaja”. Sélo Tara vez conversa con el médico, y en general para decile que se Jo tortura para que coma, que le es imposible-comer, eteétera. Est4 continuamente preocupado por sus angustiantes alu- einaciones. A menudo duerme mal de noche. Gime, se Jevanta de la cama y se para delante de la ventana en posicién rigida, con los ojos cerrados y con la expresién de estar escuchando. - 20 de enero dé 1909. Estado bastante estacionario, aunque a veces esti inquieto de noche. Pesa mAs 0,menos Jo mismo. Dado que anduvo de aqui para alld en las dltimas semanas, tuvo un ataque de debilidad durante dos dias seguidos. Se torna dificil su alimentacién. En tn ataque de debilidad se eayé al suelo y se lastimé levemente’ la rodilla’izquierda. Muy perturbado durante’ la revisacién, No hay novedades anormales, excepto un aumento de la matitez cardiaca y un pulso r4pido, débil pero regular. La orina no contiene albimina. Se queda en 1s cama sélo cuando se lo vigila. Diez gotas de digitalina dos veces diarias durante tres: dias, que el paciente recliaza desde el principio y que por lo tanto * se le administra por el recto. Déspués.de la medicacién, el pulso es mAs lento y més fuerte. Fracasan todos los esfuérzos para lograr que el paciente coma més, J? de febrero de 1909. Est4.continuamente en la cama. Ha mejorado algo; por momentos parecia muy débil. De vez en cuan- do reclama que se Je examine el abdomen, pero a veces se resiste ‘ a toda revisién. De tanto en tanto escribe con letra apenas legible “Milagro” (después de que se le pregunté la causa de sus quejidos) o “Tumba” o “Comida no”. 15 dé febrero. Como el pulso se volyié més lento y mas débil nuevamente, se Je administré una solucién de digitoxina, diez go-: tas cinco veces diarias durante tres dias, Marzo. El pulso siguié bien con baiios regulares de hojas de pino -CO.. La ingestién de comida se hace muy dificil; ahora es po- sible s6lo con la ayuda de dos enfermeros. Su peso es estacionario, el suefio es ‘bueno en general. Cferta vez tuvo obvios problemas de retencién de orina, pero vacié facilmente la vejiga después de “un enema. : Abril. Esté acostado en la cama continuamente; cuando hace ‘buen tiempo se Io saca al exterior en una silla de medas. Inquieto cada tanto, se levanta de Ja cama insiste en salir. Gime ince- santemente, a menudo hasta entrada Ja noche, su sonore “fa-ja”, y traga tanto aire que su estémago y sus intestinos estén siempre completamente distendidos. Necesita purgas, 40 dé mayo..Se levanta frecuentemente de la cama, caiina sin rumbo por el cuarto, quiere ir al sétano; resulta muy dificultoso ‘mantenerlo-en la cama. . 20 dé mayo. Menos inquieto, petmanece en-cama. Debe ser alimentado por dos enfermeros, Junio. No hay cambios mentales. Cuando hace buen tiempo el paciente es acompafiado o Hevado en silla de tuedas al jardin, Julie. Pasa la mayor parte del dia fuera de la cama. Mira Ios diarios, aparentemente sin demasiado interés. Intenta expresar sus ’ deseos mediante la escritura de signos ilegibles. Muy perturbador a causa de sus incesantes quejidos y sus fuertes “ja-ja®, Bafios de hojas de pino dos veces Bor semana. : . 13 dé octubre. No hay cambios mentales. Est4 continuamente bajo la influencta de alucinaciones auditivas que varian en inten- sidad. Alimentacién inadecuada; debe ser alimentado, se resiste vehementemente, 5 dé dictembre. Por momentos su mano derecha se hincha si- bitamente y Ie duele mucho si se Ja tocan; los movimientos activos y pasivos de Ios dedos también resultan dolorosos. Las aplicaciones de vendajes de Lig. alam. Ucetic. y Spirit. camphoratus hacen des- aparecer Ia hinchazén. Leve aumento de peso, Abril de 1910. Ha pasado algunas noches sin descansar. De . 24 tiempo en tiempo escribe algo en su cuaderno de notas; sus gara- batos se asemejan sdlo remotamente a letras, , Julio, Tranquilo en general, se pone ansioso e inquieto sdle - ~ cuando se levanta, se baiia, come, eteéstera, Sé protege de las aluci- naciones con silabas estereotipadas, . , . Diciembre. No ha cambiado mentalmente, En general el pul- so es muy lento pero fuerte, Marzo de 1911. Angina acompafiada de un estado general gra- vemente alterado, Tratamiento local con Piocianasa; mejorfa mo- ‘deradamente r4pida, con ia excepcién de dos nédulos linfdticos axilares que. tienen cada uno el tamatio de una nuez, Nuevamente le sube Ja temperatura, se Je enrojecen y se le hinchan Jas amigdalas. 10 de abrit. Matitez cardiaca y Tespiracién debilitada, 12 de abril. Aumenta la matitez cardiaca, el pulso es mds dé- bil e irregular. Mejora con digitalina, : - 43 de abril, Una puncién pleural produce un liquido blan- cuzco opaco, putrefacto y de mal. olor. 14 dé abril. Muerte con sintomas de disnea ¢ insuficiencia cardiaca. La historia clinica se cierra con un informe muy detallado de Ja autopsia. El informe post mortem dice lo siguiente: Pleuritis exudativa crénica. Pyothorax sinistr. Fibrosis del pul- mén izquierdo. Colapso del Idbulo pulmonar superior izquierdo.- Pericarditis fibrinosa “acuta ~Myodegeneratio cordis—. Esclerosis. de las arterias coronarias, Hemorragias miltiples en el bulbo ce- rebral. Ademds de estas historias clinicas, el Hospicio del Condado también Mevaba informeés administrativos. Estos ultimos se han - conservado en el Hospicic del Condado de Sonnenstein y contic- hen material adicional sobre Schreber, en general cartas de sus. parientes. Las cartas de su hermana casada (Frau Klara Krause) Tevelan, por su forma y contenido, a una persona muy culta. Evi- dentemente, ella tenfa una relacién afectuosa con Schreber y man-~ .tenfa una correspondencia permanente con la Direccién del Hos- picio para‘estar al tanto del estado de su-hermano. Cuando Schre- ber ya habia obtenido permiso para ausentarse ocasionalmente deF Hospicio, su hermana le escribié lo siguiente al Director: “Su en- 25 canto y bondad y su disposicién exuberante eran casi los mismos que antafio, de tal-manera que se nos hacia dificil dejarlo ir cuan- ‘do Ilegaba el momento de partir, fijado por ustedes. Sin embargo, ‘no deseo ocultar que las maneras apresuradas, intranquilas y ner- viosas de mi hermano se nos hacian muy-notables, a pesar de que ya habia dado ligeras muestras de ello cuando era joven”. En una carta posterior (del 21 de marzo de 1900} escribe: “Me resulta incomprensible cémo él (Schreber) confunde los he- chos con declaraciones erréneas y vaguedades, por ejemplo en Io° que dijo sobre la enfermedad de nuestro buen padre y hermano, sélo porque se adecuan a su delirio actual; y que no mencione en - estas notas cosas que él sabia antes, cuando estaba bien. Por ejem- plo, no menciona el] incidente en el gimnasio, cuando una escalera de hierro cayé sobre la cabeza de nuestro padre, lo que puede haberle causado las peculiares quejas acerca de su cabeza que aparecieron pocos meses después; tampoco informa que la psico- sis progresiva de nuestro querido hermano mayor ya habfa sido reconocida en aquel momento, pero que el médico, que ya habia pensado internarlo en un hospicio, consideré que ¢l pobre hom- bre no estaba todavia lo suficientemente enferma. Actualmente piensa que todo, aun los acontecimientos mas temprandés, esta relacionado con Jo sobrenatural y con lo magico”. Las cartas de su esposa difieren en gran medida, por su forma y contenido, de aquellas escritas por su hermana. Su escritura, algo ‘primitiva y. casi infantil, resulta muy sorprendente. De su contenido se desprende que no lograba adecuarse a su destino ~ser la esposa de un hombre brillante pero psicdtico— sino que reaccionaba quedandose perpleja y confusa. Su actitud hacia el esposo, que se ha convertide en psicético, es de desamparo y an- siedad. En muchas de sus cartas pregunta sobre su estado, pero aplaza sus anunciadas visitas, y a menudo se refiere a impedimen- tos externos. Cuando su padre se enfermé, ella escribe: “Mi cora- zén se siente atraide por mi querido esposo; no obstante, se ve’ constrefiido por el amor y el deber de una hija”, La hermana de Schreber menciona en una carta (marzo de 1900) 1a recurrente debilidad de la esposa: “Sus dolencias habituales se ven agrava- das actualmente por los efectos de Ja gripe”. En octubre de 1900 la sefiora Schreber, muy perturbada, es- eribe al Director del Hospicio que ha recibido una carta de su esposo en la que le anuncia una visita el préximo viernes. De ma+ nera reprensiva, le pregunta al doctor Weber cémo pudo pensar en semejante visita. Cuando visita a su esposo en el Hospicio s¢ siente bastante segura, escribe,-pero cuando él Ja visite a ella, qué medios tiene para disuadirlo de sus ideas psicéticas y de que las Neve a cabo? “Mi presencia no Jo disuade en Jo m3 minimo de proferir sus rugidos. Qué haré si'comienza a gritar en casa, én el pueblo en el que posteriormente desear4 vivir?” La carta de su esposo Ja habla inquietado terriblemente. Ell 19 de julio de 1901 ef tutor de Schreber informa que éste, en una carta a su esposa, habia anunciado que la visitaria “pare tener de seis a ocho dias de vida matrimonial” en el otofio de 1901. Frau Schreber haba declarado que no se sentia con fuerzas para ello, que ya estaba atemorizada por el simple pensamiento de vivir con él durante varios dias y que, en caso de que la visita tuviera jugar, sé marcharia de la casa para eludir a su marido, Tratando de apaciguarla, el Director del Hospicie le respondié que Schreber deseaba tal visita mds que nada como prueba de que su estado mental. permitiria esta unién conyugal. Necesitaba esta prueba para. utilizarla como argumento en su apelacién contra el hecho de haber sido puesto bajo tutoria. Pocos dias después la esposa escribe que su marido la ha amenazado: “Si no aceptas, te entablaré un juicio de divoreio”. A esto, ella agrega: “jCuantas veces he tenido que ceder-ante esta amenaza!” En Dresde su esposo siempre habia dicho que él era el jefe de la casa y que los parientes debian “soportar milagros”. “Durante el segundo afio de Ja enfermedad de mi esposo sufri tanto a causa de sus gtitos y risas convulsivas, que el Profesor Flechsig, que me trataba, a pedido de mi padre me prohibié que pasara tanto tiempo con el paciente.” 7 . . En 1901 Frau Schreber sufrié una coroideoretinitis. En marzo de 1902 la esposa se refiere nuevamente a la cuestién del permiso para abandonar el Hospicio que se le concederia a Schreber. “No tengo la menor idea de si mi suegra desea que él venga. No pres- taré la menor atencién a esto porque siempre se me atribuyen moéviles equivocados, y como no puedo acompafiar a mi espdso en este viaje, ya que iré a Viena para el parto de mi hermana menor, quiero su confirmacién. {Realmente tiene usted !a intencién de dar- le permiso para que haga el viaje? Me siento muy infeliz después de estos Gltimos dias tan dificiles; por cierto, fue terrible; el pobre ™ 7 7 Of . . hombre gritaba tanto. jCudnto debe herirlo todo esto! Querido grave enfermedad, Posteriormente, en Blankenburg, cerca de War- Profesor, jqué vida tan dificil es Ia mia!” . . da, tuve una conversacién acerea de Schreber con el doctor Mobius, | el especialista en nervios de Leipzig. Schreber fue, sin ninguna 1 le Deon Gel Hospco pera pega ee Le Fe ante @ inusitademente impresionante que por a hijo P para preg 7 OE cierto abrié ‘varios caminos -para Ia, comprensién de ia enfermedad . < i riea,” Entre la correspondencia se encuentra también una carta del’ +f psicolég doctor Weber dirigida a un colega que queria informarse: De ella se puede llegar a la siguiente conclusién: des aés de haber sido ¥y . A A dade de alte Scbreber vivi6 en Dresde casi neo afios. “Alli me 3 Finalmente, y, po runa Ooh che Gisvalidad, mis esfuerzos por “A encontraba muchas veces con él y, aunque no puedo dar un infor. § eit . Avvaderee aus de Ios Sobrines de Seheebor (hijo ae a Jd ben hoe Enola Se HT es eee eames 3] San Rea ec abs es alo dato zig, y alli fue necesario Nevarlo a Ja Clinica de Désen, el 27 de é Proporcioné. ho aue Te wy un nelb on 18le an doo . noviembre de 1907, como puede comprobarse en nuesttos archivos.” secibida ia made de Schre per nacio en » tendo por ‘0 tanto Hd ; : . Siete aos mas joven que’su marido. Cuando Schreber nacié tenia Afiadiré una carta més, por la cual quedo agradecido al doc- . veintisiete afios, Murié en. mayo de 1907. - tor Weber de Dresde, especialista en enfermedades Nerviosas 2 : hijo del Director del "Hospicio. En respuesta a mis Preguntas, es- . cribié: “Aparte del propio libro de Schreber no poseo ninguna 3 Los hermanos Schreber otra prueba escrita, excepto mis recuerdos personales. Comia en =? lL. Gustav , 1839-1877 3 afios mayor nuestra mesa familiar porque era lo que se denomina un pensionista; 2. Anna Jung 30-12-1840-19441 —-& agios mayor conversaba muy bien y era entretenido, pero de tiempo en tiempo : 3. Daniel Paul, Presidente del - liamaba Ja atencién porque hacia muecas, emitia ciertos sonidos, Senado 1842-1911 el paciente etcétera; a veces también interrumpia una comida para retirarse 2 4, Sidonie Schreber 1846-1994 4 afios menor a su cuarto a ‘rugir’. Una vez-vino de noche hasta donde estaban # 3. Klara Krause 1848-1917 6 afios menor nuestras habitaciones {tenia la Have comin del Hospicio) y le 7 . pidiéva mi padre que-me despertara y mé pidiera qué me sentara ; 1, ‘Obviamente, Gustav es el hermano al que hacen referen- frente a Ta puerta de su cuarto, para presenciar Jo que alli tenia .* cia Tas observaciones.de Freud, Seguin los registros del caso, suftia jugar. Asi Jo hice, como obediente ‘tercera parte’, pero sélo escu- de paralisis y se suicidé. Parece haber sido algo raro avin antes ché varios sonidos inarticuladgs (rugidos, gritos mas fuertes, gru- de su enfermedad, ya que comenzé estudiando leyes y termin6 es. itidos guturales), y espués de media hora renuncié a mi puesto < tudiando quimica, , sin haberme enterado de nada nuevo. Recuerdo claramente su per- 4. Esta hermana permanecié soltera y al final “ya no estaba - sonalidad, impresionante pero algo siniestra Yy muy nerviosa. En mentalmente del todo bien”. . "esa época yo era demasiado joven para poder apreciar su enfer- __ 5. Estaba casada con un juez de distrito. Es ella Ta que de- medad. Pero pude ver sus posteriores desariollos, un periodoen el {~~ mostré el mayor interés por Schreber entre los afios 1893. y 1902, a Schreber tenia permiso aetabe fens hacia gortos viajes a La esposa de Schreber, Sabine Behr, era hija del principal di- ja ‘Suiza sajona’ y se comporta a impecablemente en la mesa; tector del Teatro Estatal de Leipzig. Por Io tanto, provenfa de un "ya no volvi.a escuchar. sus Tugidos’ en el jardin. Con Ia ayuda del, ambiente social que contrastaba, mucho con el de Schreber, que era certificado de mi padre, finalmente pudo manejar otra vez sus académico. Su madre era hija de un comediégrafo. Ppropios asuntos; volvi6 junto a su esposa, con Ja cual no’se Hevaba, . particularmenie., bien, vivio cerca de Leipzig y raurié alli-de una Sic. Murié a Ia edad de 10¢ afios. Ella habia nacido-el 19 de junio de 1857, siendo por Io tanto casi quince afios menor que Schreber. Es evidente que se recupe- 16 del ataque de apoplejia que sufrié en 1907, dos semanas antes del comienzo del ultimo ataque de la enfermedad de Schreber. De cualquier forma, murié en mayo de 1912, sobreviviendo a Schreber por poco mas de un afio. © También agradezeo a Ia familia Schreber la informacién de que éste, después ‘de haber salido de Sonnenstein, se hizo construir una casa en Dresde. En aquel mismo momento, esto es, en 1903, los Schreber Ilevaron a su casa a una hija adoptiva que tendria entonces unos trece afios. (En oportunidad de su ultima admisién en 1907, Ja hermana de Schreber declaré que despuds de haber salido de Sonnenstein él habia vivido con su madre. Se plantea aqui una discrepancia con las declaraciones de los familiares, que quiz sélo se deba a un malentendido.) Con Ia ayuda de los datos biogrAficos suplementarids se puede ahora formar un cuadro mds preciso de la vida de Schreber. Con anterioridad a sus tres atagues psicéticos, es obvio que habia estado sufriendo ideas hipocondriacas durante afios. Estas se acen- tuaron en el momento de su casamiento, en 1878, cuando tenfa treinta y seis afios. Presentamos a continuacién los perfados de hos- pitalizacion, durante los tres ataques psic6ticos: 1. Desde el 8 de diciembre de 1884 hasta el 1° de junie de 1835. Schreber tenia entonces cuarenta y cuatra aiios. El diag- néstico médico fue “Hipocondria”, 2. Desde el 30 de noviembre de 1893 hasta el 20 de diciem- bre de 1902. Al entrar, Schreber tenia cincuenta y un afios. El diag- néstico fue “Dementia Paranoides” (parancia). 3. Desde el 27 de noviembre de 1907 hasta el 14 de abril de 1911. Cuando entré Schreber tenia sesenta y cinco afios. No se hizo un nuevo diagnéstico. Freud, que trabajé sélo con las Denkwiirdigkeiten, se intere- _ 80 casi exclusivamente por el segundo periado de la enfermedad, que crefa habia sido producido por un aumento de la libido homo- sexual, Freud: estaba en dudas en cuanto a la época en que se pro- dujo este aumento de las tendencias homosexuales; por Jo tanto, se mostré inclinado a tener en cuenta factores biolégicos tales como los climaticos, que ocasionarian.un aumento de la libido. El des- arrollo ulterior del psicoandlisis en los tiltimos cuarenta afios, des- 30 de la publicacién de Freud en 1911, y nuestro conocimiento mas detallado de la historia de la vida de Schreber, justifican el intento de una explicacién ms amplia de la enfermedad de Schreber en su totalidad y no solamente el segundo ataque. Al mismo tiempo, nuestro esfuerzo debe dirigirse particularmente hacia Ja clarifica- cién’ de Ja causa de las tendencias homosexuales que. Freud no logté rastyear en Ja historia de la vida de Schreber. La informacion que poseemnos sobre la infancia de Schreber es insuficiente. La psicosis de una prima de la madre del paciente sugiere un factor etiolégice hereditario. Cuando nacié Schreber su padre tenia treinta y cuatro afios y su madre veintisiete. Su renom- brado padre sufria de una neurosis obsesiva con impulsos homi- cidas. . Freud demuestra que las extraiias. concepciones sobre Dios de Jas alucinaciones de Schreber, Ienas de Jas contradicciones mis il6- gicas, provienen dé la actitud ambivalente de éste hacia su padre, cuya neurosis obsesiva debe haberle dado al hijo causas suficien- tes para semejante actitud. El padre era un médico con inclina- ciones filantrépicas que, al mismo tiempo, sufria de impulses ho- micidas. Se sabe que la represién de los impulsos agresivos des- empeiia un papel importante en la neurosis obsesiva y, en los casos de padres neuréticos obsesivos, el desarrollo de los impulsos agre- sivos en los hijos esta, por regla general, rigurosamente inhihido. Tal inhibicién también debe tenerse en cuenta en el caso de Schreber. : La madre de Schreber fue descrita como nerviosa, con stibitos cambios de humor; via hermana como histériea. De Schreber sa- bemos que era talentoso y distinguido como estudiante, y que tenia la reputacién de ser’ sociable, de buen carActer, pero tam- bién que era impaciente, inquieto y nervioso. Freud cita las pro- pias afirmaciones de Schreber acerca de sus estrictos principios morales, en especial en las relaciones sexuales. Esto es todo lo que se sabe sobre su personalidad con anterioridad a su enfermedad. Tal vez logremos una-mayor clarificacién cuando dirijamos nues- tra atencién hacia las situaciones que existian en los comienzos : de cada fase de su enfermedad. Dichas situaciones estaban car- gadas de tentaciones y frustraciones. Sabemos por el primer infor- me del caso que en el momento de su casamiento (1878), ya habfan existido temores hipocondriacos. El afio anterior (1877) Gustav, el hetmano de Schreber, murié de paralisis. Lamentable- mente nada sabemos de 1a relacién de Schreber con su hermano. Resulta interesante el hecho de que seis afios después Schreber expres6 repetidamente str temor de que é] mismo sufriera de re- blandecimiento cerebral. Puede pensarse que este y otras miedos hipocondrfacos se originaran en sentimtentos de culpa hacia su hermano. Los sintomas hipocondriacos que aparecen en el momento de un compromiso ‘de easamiento generalmente son Ja expresién de dudas inconscientes respecto del casamiento. Schreber pudo facil- mente haber tenido estas dudas al casarse con una joven de vein- thin afios, quince atios menor ‘que él. Es obvio que su esposa era una mujer vivaz y algo primitiva, que provenia de una familia de actores, La diferencia de posicibn social se vefa agravada por la- diferencia de los respectivos medios econémicos. Schreber pro- venfa de un hogar acomodado, y su familia —segén me ha infor- mado un pariente— poseia una gran hacienda cerca de Leipzig, En cuanto a los recursos de su esposa, Schreber escribe en 1901 (Denkwiirdigkeiten, p. 436): “Mi esposa tampoco carece de me- dios. Sin embargo, Ja mayor parte de fos interesés que ella obtiene “se derivan de mi capital”, uo Dadas estas amplias diferencias Sociales, el casatniento de Schreber no posefa las cualidades que en los altos circulos oficia- les harian que se lo considerara como “de acuerdo con su rango”, Obviamente, el atractivo exético de la joven mujer prevalecié sobre los escrtipulos de Schreber. Ademis, después de la muerte de su hermano, él era el tnico descendiente varén que podia perpetuar el nombre de la familia, La tradicién y el orgullo familiar hicie- ton que considerara su matrimonio también desde el punto de vista de Ja continuacién de la familia Schreber. Al considerar Ja histo- ria de su matrimonio, se plantex Ja cuestién de si las dudas secretas de Schreber, expresadas en sus meditaciones hipocondriacas, no estaban justificadas. De cualquier manera, a pesar de la afirmacién un tanto débil de Schreber en sentido contrario, no se puede tener la impresién de que su matrimonio fuera particularmente feliz. Esto se ve con- firmado por una carta de su esposa (1901) en donde dice que él Te ha propuesto e] divorcio Yepetidas veces. El doctor Weber, hijo del Director del Hospicio, informa que la relacién de Schreber con Su €sposa pocas veces era armoniosa. También puede inferirse su actitud ambivalente hacia ella, del-contenido-de sus’ delirios, Du- rante el primer ataque Schreber tema que Su esposa fuera envia- da lejos y que no retornara nunca, Durante el segundo ataque ° ereyé que ella ya habia-muerto, Freud ya habia considerado el papel que desemperié Ja falta de hijos en este matrimonio. Entre - los afios 1893 y 1902, esto es, durante el segundo ataque de su en- fermedad, evidentementé tuvieron discusiones por bienes y dinero. En la historia clinica que corresponde al aiio 1884, se men- eiona que Schreber estuvo muy intéresado en tomar parte en Ja campafia electoral. #1 mismo atribuye sus ataques Bsicdticos, pri- mero y segundo, a un exceso de trabajo mental ( Denkwiirdigkei- ten. p. 34). Schreber fue nombrado candidato al Reichstag. Segin pude establecerlo, no fue elegido, Las elecciones sirven para la gratificacién del- deseo de poder y autoafirmacién, y se sabe que Jas campafias electorales -generalmente conducen a discustones per- sonales, intrigas y ‘sentimientos de odio, Para un hombre de agre- sividad inhibida tal como, sin duda, era Schreber, una campaiia electoral podia’ significarle. fAcilmente tna buena dosis de tensién y decepeién. Hija'de un padre famoso, en esa época Schreber in- tentaba’ convertirse en figura publica, pero fracasé, El impulso hacia Ia autoafirmacién se traslucla en su deseo de que se lo fotografiara, que é] expresé: varias veces durante su enfermedad. Las fotografias son los equivalentes modernos de los retratos de antepasados de los Hempos feudalés. Por medio de su fotografia Schreber podfa preservar por 16 menos un fragmento de inmortalidad. Por eneima de todo, aun en esa &poca debiéd sen- tir que serfa el “tltimo de su Inea”. Segan la historia clinica co- Trespondiente a 1884, su esposa habfa tenido dos abortos espon- téneos én los seis Primeros: afios de su vida matrimonial. La afir- macién de Schreber. ( Denkwiizdigkeiten, p. 86) en el sentido de que los abortos de su esposa ocurrieron en el periodo posterior a su primera enfermedad es un error, a menos que se refiera a otros | abortos, . Por ultimo, en esa época Schreber exigta que se jo Ilevara en brazos. Es eyidente, aqui, que habia regresado a Ja nifiez tem- prana al fracasar en su intento de influir en los poderes del mundo exterior. El sintoma de los rugidos que tuvo una parte tan impor- tante en el segundo y el tercer ataque psicdtico también puede ser parcfalmente interpretado en este sentido, Schreber describe cémo rugia cuando Dios se habia alejado a una buena distancia de él. Mediante sus tugidos, Dios se sentirfa obligado-a acercarse de nuevo a él. Se comportaba como un nifio que llama a su madre. 33 También el comienzo del segundo ataque, en 1863, parece re- lacionado con problemas de autoafirmacién. En junio de 1893 el Ministro de Justicia le informé personalmente a Schreber que ha- bia sido nombrado Presidente de] Senado de la Corte de Apela- ciones de Dresde. También en esa época tuvo suefios, ya mencio- nados por Freud, relacionados con una recaida en su enfermedad anterior. Dado su nombramiento, Schreber pasaba a sét uno de los miembros mds iniportantes de la profesién legal en Sajonia. Otra promocién, y Ilegaria al puesto mas importante de la justicia de~ su pafs, es decir, al de Presidente de la Corte de Apelaciones. Apat- te de eso, existia la posibilidad de que se convirtiera en Presidente del Senado y de la Justicia Imperial de Leipzig, y en ese caso habria dejado Ia jurisdiccién provineial por el cargo mas alto del sistema legal federal. - ‘Cuando Sehreber asumié su nuevo cargo el 1° de octubre de 1893, se debio enfrentar con una enorme cantidad de trabajo. Dice en.las Denkwiirdigkeiten, p. 37: “Admito que fue la ambi- cidn y el interés por el cargo lo que provocé mi ansiedad por ob- tener, antes que nada, el respeto de mis colegas y de las personas . relacionadas con Ja Corte {abogados, etcétera) mediante mi indis- cutible competencia. Esto fue ain més dificil y requiria mayor tacto en Jas telaciones personales, ya que casi todos los miembros del panel de cinco fueces sobre el que debfa presidir no séto eran mucho mayores que yo (hasta veinte afios mas de edad), sino que ademés estaban mas familiarizados, en algunos aspectos, con las practicas de las cortes de justicia, en las que yo cra_un recién Hegado. Esta debe de haber sido Ja razén por Ja eual después de unas,pocas semanas senti el cansancio del trabajo. Comencé a dor- mix-mal en el mismo momento en que pude decirme a mt mismo que las dificultades de adecuacién al nuevo cargo y 4 las nuevas condiciones de vida, etcétera, habfan sido superadas en buena - medida.” Sin embargo, el segundo ataque psicético de Schreber, que entonces se produjo, no puede decirse que estuviera relacionado: con su falta de. calificacién profesional para su nuevo carge. Su desarrollo y sus extraordinarios talentos contradicen tal idea. Las causas de la crisis, en su mayor parte, deben buscatse entre fos - factores emocionales. Tal vez se podria pensar en la presién de- violentos sentimientos de culpa tales como los deseritos por Frend en su atticulo Los que fracasan al triunfar. Me parece, sin embar- go, que tiene mucha mayor importancia el hecho de que Schreber yiviera su nueva actividad como una competencia con figuras pa- teriales, ~ Huba otro factor contribuyente: Schreber hizo una sorpren- dente decla sn en Ja época del comienzo de su enfermedad; dijo (Denkwiirdigkeltens p. 37) que el insomnio con que habia comenzade su enfermedad mejor6 “después de la nica noche en la que faimos invitados a .una fiesta”. Esta observacién contiene una queja sutil. Es evidente que se sentfa algo aislado e incémodo en Dresde. a, Que el poder y Ia rivalidad desempefiaron un rok importante en la mente de Schreber se hace evidente por sus delirios relatives a Dios'y a Flechsig, aunque la fantasfa homosexual era prominente desde ¢] comienzo. De todos modos, esto no ocuita el hecho de que los delirios también contenian abundantes reproches contra Flechsig y Dios, relacionados directamente con la sujecién impues- ta. Flechsig y Dios lo privaban dé ese “derecho innato del hom- bre de disponcr libremente del. uso de sus nervios”. Schreber les imputaba a Fleehsig y a Dios “el esfuerzo por la ambicién y la bisqueda del poder”. Muchos de los contenidos de sus delirios reflejan de manera clara Ja lucha politica que en esa época man- tenjan’ Bismarck y el catolicismo. Schreber (protestante) debia promover —segiin crefa en sus delirids— la conversién al catolicis- mo romano, de Sajonia y Leipzig, con Ja ayuda de un padre jesui- ta de la sede arzobispal de Praga, un abate, tres cardenales y el Papa mismo, asi como 240 monjes benedictinos. “En otras almas* los intereses religiosos estaban mezclados con motivos nacionales; entre ‘ellos-estaba un doctor de los nervios vienés cuyo nombre casualmente era idéntico al del padre benedictina antes mencio- nado, un judio bautizado y un eslavétilo que deseaba, por mi inter- medio, convertir' a Alemania en eslava y al misrio tiempo estable- cer e} reino del judafsmo; aparecia en su papel de médico de los nervios, similar al que el profesor Flechsig desempefiaba en Ale- mania, Inglaterra y Estadas Unidos, es, decir, ser en los -prineipales paises germanicos una especie de apoderado de los intereses de Dios en otra de Jas provincias de Dios, en especial la parte eslava de Austria; a poco, esto condujo a una lucha por el. dominio que se origind en los celos que existian entre él y el profesor Flechsig.” (Denkwiirdigkeiten, pp. 49-50.) Los motivos de poder asumieron gradualmente dimensiones edsmicas. Cierto profesor Wachter se convirtié en el lider por en- 35 : cima de Sirio, y a un alto dignatario de la iglesia se le dio una posicién similar por encima de las Piéyades. También habia derro- tas en estas luchas por el poder (ibid, p. 70): “De todas partes Ie- gaban malas noticias en el sentido de que esta o aquella estrella, esta o aquella constelicién, debia ser ‘rendida’; en una oportuni- dad, se Hegé a decir que Venus estaba ‘inundada’, en otras opor- tunidades’se pensaba que todo el sistema solar estaba ‘destruido’, y Casiopea y toda su constelacién debian ser reunidas en un inico sol; y que tal vez sélo las Pléyades se salvarfan.” A poco e] mismo Schreber pasé a desempefiar un importante papel en estas luchas por el poder. La “idea general” era Ja siguiente (Denkwiirdigkeiten, pp. 83-84): “Significaba que fuera de Ia. érbita- del pueblo germa- no, mediante el conflicto entre el profesor Flechsig y yo, se habia originado una riesgosa crisis que ponia en peligro la estabilidad del Reino de Dios; que el Hderazgo ya no podia quedar en manos de Jos germanos, en especial de la Alemania Protestante, como el pueblo elegido de Dios, que hasta podrian ser arrojados para siem- pre mediante la eleceién de otros mundos (‘planetas poblados’), 4 menos que un campedn del pueblo germano sé adelantara para - Probar el duradero valor de ellos. Este campedn debia ser yo u otra personalidad que yo designara.” En otro cuerpo astral existian “nuevas personas surgidas del espfritu Schreber” para quienes éste, como santo nacional, se habia convertido en objete de veneracién. Schreber acentuéd repetidas veces que para él era una “lucha san- ta por el mayor bien'de Ja humanidad”, ~ La batalla césmica se desvanecié en forma gradual en la oscu- ridad de sus delirfos. La dramética lucha de Schreber con Dios Negé a su punto culminante cuando Ja malignidad de Dios intenté desanimarlo y privarlo de sus’ poderes intelectuales. De manera obvia, la privacién de los poderes intelectuales simboliza Ja -cas- tracién. De todos modos, por encima de todo esto, ert Ja lucha por » él poder se convierte en ‘un arma dirigida contra un hombre que Con toda justicia podia estar orgulloso de sus capacidades intelec- tuales, Aqui debemos recordar que a continuacién de la muerte bor pardlisis de su hermano mayor, eI temor de Ia locura corrfa como un hilo rojo a través de los infinitos temores hipocondriacos de Schreber. También crefa que de tanto en tanto tenia una segun- da existencia en-una forma mentalmente interior ‘(Denkwiirdig. . keiten, Pp. 72-73), Seis meses antes del comienzo de su Ultimo ataque, la madre de Schreber murié a Tos noventa y dos afios, Segiin su hermana, él 36 wobec hy we reaccioné a esa pérdida sélo con un insomnio pasajero.' Vale la pena observar que la imagen de su madre perduré en forma des- vaida. Su vida estaba casi totalmente bajo la influencia de la abru- madora figura paterna. De todos modos, se puede suponer que la muerte de su madre en mayo de 1907 lo perturbé, dado que la hermana menciona “tn reciente agotamiento” como resultado de su preocupacign por los legados que pueden haber movilizado con: flictos ocultos, En noviembre de 1907 la esposa de Schreber tuvo un ataque de apoplejia que provocé una afasia: Inmediatamente después se produjo su ultimo ataque psieétice. Se puede suponer con toda seguridad que los sentimientos de Schreber hacia la enfermedad de su esposa eran muy ambivalentes; en él debian de coexistir el temor de perderla y los deseos de muerte con los correspondientes sentimientos de culpa. Por ultimo, la enfermedad de ella también le advertia que él mismo estaba envejeciendo. Dada su inaccesi- bilidad, sabemos muy poco acerca de Jos contenidos de los deli- rios de su ultima psicosis, Pero parece sér que reaparecieron Jas mismas ideas que lo habian preocupado entre los afios 1893 y 1902. ° Estas eran, entonces, las caracteristicas mas importantes de su estado emocional al comienzo. de los sucesivos ataques psicé- ticos: al comienzo de su primer ataque se trataba de deseos. insa~ tisfechos de autoafirmacién y decepciones relativas a su mujer. EI segundo ataque se produjo en un momento de su vida en eF que aparentemente la necesidad de ‘autoafirmacién de Schreber pudo haber hallado gratificacién, pero de manera caracteristica experimenté esto como si se tratara de nuevas exigencias que se planteaban en Ja competencia con figuras paternales. También tuvo otras decepciones relativas a su mujer, ya sea abortus espontaneos o frustraciones de otro tipo, lo que hizo que informara en forma equi- vocada acerca de los abortos de su mujer, que ocurrieron entre los aiios 1878 y 1884, como si los ‘mismos hubieran tenido lugar entre’ 1885 y 1893. El iltimo ataque se produjo luego de la muerte de " su madre y de Ja grave enfermedad de su esposa. Por entonces era ya un hombre de sesenta y cinco afios que habia perdido sw posi- cién y que no tenia. herederos, Revisemos ahora estas situaciones de frustracién a la luz de algunas de-las observaciones generales de Freud que tenian coma base ¢l caso Schreber. Lo que sigue esta de acuerdo.con nuestra concepoién. Freud eseribe (Gesammel- te Werke, Bd. VIII, p. 298, Coll. Papers, vol, IIL, p. 447, Obras Completas, p. 684): “Aquellas personas que han Jogrado salir por completo del estado de narcisismo, integrando, por tanto, una fija- cién al mismo, que puede actuar en calidad de disposicién a la. enfermedad, corren peligro de que una crecida de la libido, que % no encuentre otra derivacién distinta, imponga a sus instintos so- 4 ciales una sexualizacién y anule con ello las sublimaciones logra- das en el curso ce la evolucién, A un tal resultado puede llevar tddo aquello que provoque un retroceso de Ja libido, una regresion; = esto es, tanto wna intensificacién colateral por desilusiones experi- mentadas cerca de la mujer, como un retroceso directo jor fra- cuso cn. las relaciones directas con los hombres o una intensifica- cidn general de la libido, demasiado poderosa para encontrar deri- § “yacién por los caminos va abiertos, y que rempe, eu cansecuencia, los puntos débiles de los diques que trazan su curso” {las bastar- dillxs son mias]. Freud no desarrolla la referencia al “problema en las relacio- nes sociales con otros hombres”; Jo cual sugiere, evidentemente, que en 1911 e¢1 significado de Jos impulsos agresivos atin le. era desconocide. Por primera vez en 1930 Freud observé autocritica- mente (jue no podia entender cémo pudo haber “pasado por alto Ja ubicuidad de la agresién y la destruccién no erética y pude no concederle su propio lugar ea el significado de la vida". La brillante interpretacién de los delirios de Schreber por ‘parte de Freuel sigue siendo valida en Ja actualidad. Pero ahora ‘estamos cn condiciones de complementar Ja interpretacién de Fread al poder demostrar las condiciones reales que condujeron a ln aparicién de ta libido homoséxual de Sehreber. La génesis de los impulsos homosexuales en los hombres es un proceso altamente complejo en el que los factorces innatos (bise- ‘ xualidad innata) desempeiian un rol junto con las especifieas expe- rencias de. ta nifiez. Las segundas, de manera obvia, tienen efecto en buena medida en ke estera de los inmypulsos ‘pregenitales. Entre ntros autores que escribicron sobre el tema, Schultz-Hencke tam- hién —alreferirse a ka declaracién de Freud acerca del significado de los impulsos agresivos antes mencionados— sostuvo Ta epi- nidn de que el homosexual se caracteriza en buena medida por el hecho de que, como resultado de ka temprana supresidn de Tos impulses combativos activos, desarroila tendencias a le suavidad y ala rendicién. Schreber podria ser considcrade como una ilas- tracién de esta concepeién. : . Por ultimo, existe todavia otra observacién que se-puede apli- car at segundo ataque psicitica de Schreber. La segunda enfer- medad psicética de Schreber, segiin sus propias pruebas, alcanz6 su punto critico en el otofio de 1895. Schreber, nacido en julio de 1842, tenia en’ esa época cincuenta y tres afos. En ese perfodo _como lo sefialara Freud— Ta combinacién de fantasias de castra- cion y de ideas en el sentido de la redencién del mundo comen- zaron a tomar forma. La castraci6n, hasta entonces rechazada como “contraria a las leyes césmicas”, se aceptaba ‘ahora coma en con- cordancia con ellas. El padre de Schreber vivid hasta Ja edad de cincuenta y tres afios y un mes, De este modo la etapa de transi- gin de Ja segunda psicosis de Schreber tuvo lugar en Ja época en que aleanz6 o superé Ja edad de‘su padre. Como el padre- Dios no habia castigado a Schreber con 1a muerte , ar su audacia al competir con él, Schreber se resign6 a la “subsiguiente obedien- cia”. Ademés, la importancia de la edad det padre puede verse también en otro elemento: Schreber imagina que hay sdlo otros 919 afios permitidos a la duracién del mundo. De esa manera pro- fetiza al mundo sélo cuatro veces mas que ja duracidén de la vida de su padre. . Deseo concluir este ensayo con algunas reflexiones concer- nientes.a la pregunta de si, en principio, es permisible Ja interpre- lacién psicalégica de sintomas' psicéticos, Desde Ta época del -ar- ticulo de Freud sobre Schreber, en 1911, hasta la fecha la relacién ‘entre psiquiatria y psicoandlisis sufrié cambios de importancia. En “Jos EE.UU. el psicoandlisis pasé a ser parte integrante de la psi- quiatria, mientras que en la mayoria de los paises europeos ta psiquiatria es todavia mas o menos hostil a Ja psicologfa de la meri- te inconsciente. “Sin embargo, la idea de que el contenido de los delirios psicdticos es psicolégicamente entendible, o que por lo menos es accesible a la interpretacién psicolégica, ha penetrado gradualmente en Ja psiquiatria académica. Esta “concepcién esta expresamente reconocida como legitima, por ejemplo, en un ensa- yo de Kurt Schneider (“Psychotherapie endogener Psychosen A Dtsch. Medizinische Wochenschrift, 1952). La psiquiatria alema- na, ahora como siempre, insiste en que la “existencia” (Da-sein) de. psicosis come opuesta 4 “la forma que toma” (So-sein)— no es explicable psicolégicamente y es la expresién de un proceso de enfermedad fisica. La psiquiatria se ha esforzado por hallar Ja prueba de este axioma durante sesenta afios, hasta ahora sin nin- gin resultado positive. La investigacién acerca de ia herencia de la esquizofrenia realizada por Luxemburger en realidad indica que el setenta por ciento de los factores etiolégicos es de naturaleza he- reditaria aunque la especificidad de los mismos atin esté por pro. barse. Mientras a &énesis de-la esquizofrenia sea tan oscura, el analista continuara su elabotada investigacién sobre el treinta por ciento de los factores etiolégicos no hereditarios y se formar sus . Propias ideas acerca de la psicogénesis de Jos sintomas esquizoiré ¢ hreber resulta especial- nicos. Tengo la impresién de que el caso Sc! mente adecuads para este enfoque. y Apéndice La Biographical Encyélopaedia of the Eminent Doctors of all Times and Nations, editada por el doctor August Hirsch, contiene e] gi- Suiente relato acerca del Padre de Schreber: : ne Scuneser, Daniel Gottlob Moritz, nacido ais de octubre ‘de 1808 en Leipzig, se dedicé al estudio de la medicina a partir’ z de 1826 en la Univeisidad de esa ciudad, se gradié en 1833 y, Observaciones complementarias al trabajo de Freud sobte Schreber Franz Baumeyer Cuando en 1903 Schreber fue dado de alta del Hospicio del Con- dado de Sonnenstein, probablements pasé una breve temporada en Leipzig con su:madre y. su hermana, pero regresé luego a Dresde junto a su mujer. Alli Ja situacién habfa. cambiado; en el fnterin su esposa se habia hecho cargo de una muchacha que entonces tenfa 13 ‘affos. Lia muchacha, que provenfa del cfreul dos.:de-} HO) Sehreber, era’ hija ivo! ‘Schreber, tal como lo revel gu de-.- orguilo familiar. Y después de la muerte nico descendiente varén de Ja familia. Por eso la-falta de hijos debié resultarle especialmente penosa. En su delirio, la fantasia de pari él mismo desempefia un importante * papel. Entre las Cartas de Freud encontré un pasaje que confirma 3 mi suposicién. Freud escribié a Mari bre de 1926: “Mi estimada Princesa:. Yo habla pédido a un discipulo de Dresde —que luego muri en la guerra—-que me procurara alguna informacién sobre Schreber, ° que natiralmente no ‘utilicé en mi trabajo. Supe por él que Schre- ber tenfa cuarenta y tres aiios cuando se mhanifestd su enfermedad, | como si dijéramos en la menopausia aronil. También supe que fue acertada mi suposicién de que habia perdido a un hermano mayor. Bonaparte ¢l 13 de setiem- Evidentemente tuvo lugar asi la transferencia con Flechsig. Me en- 3 teré también de que después de dejar su cargo vivid satisfecho en su casa durante algunos aiios, hasta que su mujer sufrié una § crave apoplejia, Despu's de esto se sintié inseguro-e ingresd nue- 3 vamente en el hospital. No recibi mds informacién que éstd, pera ™ “sa puede suponer que el motivo de sit enfermedad fue el verse separado de su muifer y su disgusto porque ella no le dio hijos: Con la apoplejia voltieron los sentimientos de culpa y Ta téntacién.”* # Un signo de Ja inquebrantable vitalidad de Schreber es que se construyé una casa en Dresde después de su salida de Sonnens- tein, En 1905 ya estaba lista para habitar y Schreber vivid en ella dos afios. Su hija adoptiva, que vivic con ¢1 durante cuatro afos (1908- a 1907). cuenta que durante eses aos sélo recibid de Schreber afecto y bondad. Destaca explicitamente ‘que ‘cuando tenia tre- - a +e ce » catorce afios, nada lHamaba particularmente Ta atencién en 3 el comportamiento de Schrcher,-salve que siempre mantonia: algo inclinada la cabeza y a mennda permane entado con lgs ojos cerrados. Se jnteresaba mucho par los trabajos escolares de su hija y la ayudaba a hacerlos “sin impagienlarse jamais”. La hija se convirtié en una buena compancra do viajes de Schreber y aprovechd los conacimicntos de éste sobre ciencias na- turales. Viajé con él por Ja Suiza germénica y dos veces por el Tirol. La seijora Schreber no era buena caminadoya y le alegraba “que 3} nosotros dos nos Hevaramos tan bien”, En esa época Schreber cam . Buenos Aire 4 Jones Emest, Vide y obre de Sigmund Freud. WH. N 1962, p. 465. 42 naba con agitidad a pesar de sus sesenta y cinco anos. De uno de los informes de In hija surge lo siguiente: “Durante la cons- gruccién de la casa se preocupé e interesé por todo. Cuando no salia tocaba mucho el piano. Era también buen jugador de aje- drez; iba dos veces por semana a Ta ciudad para jugar, pero tam- pién jugaba en casa solo, moviendo las piezas de ambos lados, con una revista de ajedrez en Ja mano. Leia mucho y se inte- resaba por cuanto acontecia en el mundo cultural. Su personalidad y calidez humana seducian a todo aquel que lo conociera...” Una feliz casualidad me permitié también contar con algunas fotos de Schreber y su familia. Debo agradecer parte de estas fotos a su hija adoptiva; las demas provienen de personas de mi relacién. La foto de Schreber, Ja nica que se conserva, muestra un hombre de treinta a cuarenta afios, de abundante cabellera y grandes bigotes. La foto, evidentemente, data de una época ante- rior a su primera enfermedad mental; muestra un rostro inteligen- te, claro y enérgico. Las fotos de la sefiora Schreber pertenecen a diferentes épocas de su vida; la primera cuando era una mu- chacha 0 una joven sefiora; en Ja altima, probablemente una mujer de treinta y cinco a cuarenta afios. Es innegable el cambio de expresion; por un lado, la serenidad del rostro juvenil, y ‘por el otro, la seriedad de: la mujer madura, Resulta asimismo signifi- cativa la foto del padre de Schreber. Vestido de levita, en una postura qué recuerda Ja de un orador, acomnpafia la palabra con un ademdn de la mano derecha, mientras mantiene apoyada la izquierda. Debemos reconocer la importancia del trabajo de Niederland sobre Schreber y especialmente las reflexiones sobre su padre: Sobre la base de las Memorias reconstruye una imagen del padre de Schreber, un hombre de severidad rigida y auto- ritaria. a o “Politzer (1862) Aqui dele notarse Ja identificacién con “Maria”. 6 Niederland (I95L) sostiene que Schreber se enfermd para sustraerse a la poderosa influencia de Bismarck. Schreber sdlo menciona @ Bismarck una vez. Yo creo que no existe ninguna taz6n para suponer —ni siquicra en vista de 55 Me parece que ciertos aspectos de la demuestran caracteristicas similares a las purificacién, -La “lengua fundamental” anticuado pero de todos modos poderoso. Sorp: “lengua fundamental” del procedimiento de alem4n un tanto rende al observa. origen extranjero por una expresiéa germana mds pura maravillosa .organi- 4, a no ser porque: villosa construccién”, : r que la “lengua fun. ceso de purificacién, * 1 hecho de que lag’ purificacién, aprenden la denominad Asi, este idioma expresa el objetivo deg dor que toda palabra que contenga un matiz de sea suprimida y cambiada Por ejemplo, Schreber hab secién para indicar la estructura del més all: desde el exterior se Je habfa sugerido “mara Por Io tanto, nos sentimos inducidos 2 pensal damental” como tal ha sido pulida por el pr Esta conclusién halla especial apoyo en e almas, cuando sufren la “lengua fundamental”. tia hablado de la tuado también por otro rasgo al”, a saber, el uso dé cufem a una cantidad de palabras por el contrario: “recom. ‘ significa “comida”, “jugo” “profano” significa “sagrado”. A las almas que ceso de purificacién se las Nama “almas pro- no sometidas a prueba”. Nos sorprende el hecho de que Ja inversién del significado 4 ciertas palabras de Ia “lengua fundamental” coincida con ef“ “proceso que también tenfa como obj Opuesto, a saber, la transformacién de manera, ahora podemos decir que esta demostraba su influencia al praducir I. - de una cantidad de palabras. Entonces tra opinién de que hay en la “engu: ejemplo de desplazamiento del proceso Por el momento, dejemos el inter cacién y preguntémonos qué ocurrird Haltamos que esto se ve aceni conspicuo de la “lengua fundament, mos. Como ejemplo, Schreber men cuyos significados fueron cambiados pensa”. significa “castigo”, “veneno” significa “veneno”, se hallan en el pr badas” y no. “almas jetivo la conversién en lo 4 hombre en mujer. De esa 2 importante transformacién’ la inversién del significado podemos aventurar nues. a fundamental” un-. bello de purificacién, esante tema de la purifi- con la depuesta masculi- la candi@atura anterior de Schreber Por primera vez-- “Schreber. Por ef ber lo menciona periode en qtie se enfermé ver con‘la enfermedad de que lo atemorizara, Schre- y lo admira mucho por su a contiene caracteristicas per- que Bismarck tuviera nada que contrario, lejos de ser una figura al mismo tiempo que a Goethe, ademés, la figura de Bismarck no nidad de Schreber? Aunque él no lo menciona, es evidente.que cl , paso de la femineidad de Schreber a ‘las antesalas del cielo no es suficiente para explicar el giro eterno desde el punto de vista econdmico, porque de esta manera ninguna energfa derivada de las almas se transmitiria a los reinos posteriores de Dios. Esta fractura de nuestro conocimiento se. ve salyada de inmediato por Ja conclusién de que Ios reinos posteriores de Dios se reabastecen con Ja parte masculina de los nervios de los nmouertos, Los reinos posteriores de Dios son Ia proyeccién de la masculinidad per- dida de Schreber. Dado que Schreber concibe al sol y a las estrellas como las partes masculinas de Dios, podemos Hegar a Ja conclusién de que estos cuerpos celestiales simbolizan los genitales masculinos de Schreber. Asi, vemos que en e] més allé los com- ponentes masculinos y femeninos’ de -Schteber estarin comple- tamente separados entre sf y constituirdn los reinos frontales y de atrés de Dios? Ahora estamos en condiciones de examinar la relacién entre las antesalas del cielo (los reinos frontales de Dios) y Dios mismo - (los reinos de atr4s de Dios). El euadro de Dios que flota sobre las antesalas simboliza la relacién sexual (Katan, 1949), En su disefio del mds allé, Schreber aumenta su poder de. manera considerable: se ha promoyido a si mismo a la condicién de Dios. Su Dios es muy conspicuo: consiste en un componente masculing y und femenino, y_ ambos son proyecciones de sus propias valencias bisexuales (Katan, 1949). Schreber demostré. tener conciencia de este hecho al decir que Dios esta relacionado con el alma humana. En sus’ extensiones, sin embargo, supera al alma humana. porque el nimero-de los servicios de Dios es ili- mitado y eterno. Sin embargo, externalizando Ja parte masculina, Schreber se siente sdlo idéntico 4 Ja parte femenina. Estas dos . partes estin unidas en Ja relacién sexual,” , Examinemos mejor a este extrafio dios. En realidad, se trata de un cuadro de autosuficiencia, y¥ podemos llegar a Ja conclusién de que Schreber vio en él un cumplido ideal masturbatorio de extremo cardcter nareisista, Las dés valencias de su bisexualidad estaréb unidas en el acto de Ja.masturbacién en el més alld. ~ 7 Como sabemos que la “lengua fundamental” era wn alemin purifieade det que se suprimfan todas Ins palabras que tuvieran algo de origen extranjero, 29 parece correcto traducir “die vorderen und hinteren Goftesreiche” como “los reinos anteriores y posteriores de Dios”. . . En este punto se plantear una eantidad de preguntas. ¢Por qué este ideal’ sdlo podia-cumplirse en el més alla y no durante la vida de Schreber? gPor qué debia Scbreber identificarse con la femineidad? gPor qué era necesario ¢] giro eterno, y por qué las tendencias escoptofilieas desempefiaban un. papel tan impor- tante? En realidad, hay ciertas peculiaridades que, a primera vista, no se pueden reconciliar con una satisfacci6n idealista en el mas alld. , Comencenivs con el problema de por qué Schreber sélo podia *2 - eonvertirse en la parte femenina de su Dios bisexual. zPor qué no podia conservar su género masculino? Tenemos, una buena 36 razon para plantear est pregunta, porque Schreber declara expli- * citamente: “La bienaventuranza masculina es: de un orden supe- tor al de la femenina”, sin aclarar mas en qué consiste ese orden superior. Sin embargo, de su declaracién podemos inferir su pre- fereneia por la bienaventuranza masculina. Ya: encontramos un. 3 sintoma similar: hombres notables como Bismarck y Goethe pre- servarian su identidad ‘(= _masculinidad ) por mas tiempo que 2 otros. Asi, ros convencemos de que por mas que la femineidad de Schreber no fue utilizada como defensa sino que surgié de una fuerte, genuina necesidad, atin persistia en él una gran renuen- cia a renunciar a su masculinidad. Una vez aclarado este punto, no. es dificil hallar los rastros de una Iucha tenaz contra la cas- tracién en su concepto delirante de Dios. Volvamos al eterno ciclo que constituye la base del orden de] mundo. Cuando Dios crea algo en la tierra, lo_hace utilizando su propia energia, es decir, cede una parte de si mismo. Pero esta ’ aparente pérdida se ve compensada, al cabo de cientos de miles i de avios, cuando Jas almas de los muertos, después de la purifi- - cacién, pagan otra vez a él como antesala del cielo, Sin entrar en mayores detalles, podemos ver en “este principio dé la conser- vacién de la energla” qué Dios, en. el mas allé,. est4 tratando de protegerse. contra el peligro de castracién. eQué crea Dios.en la tierra? La pérdida que Dios sufre me- diante su productividad creativa estd compensada, porque: los nervios.de los muertos, una vez convertidos en bienaventurados ‘como antesalas del cielo, pasan de nuevo a Dios luego de un tiempo muy largo, Aunque Schreber no lo dice’ explicitamente, podemos inferir de la descripcién que Dios crea seres humanos., Eas otras cosas que Dios ha hecho (die iibrigen serschaffenen Dinge) sirven al propésito de cuidar al cuerpo mientras los seres bumanos viven. Esta peculiar fraseologia sefiala otra vez uma con- dlusidn: Dios evea 2 Ja gente y a las, cosas para mantener ala gente viva. Asi, la fantasia masturbatoria acerca del mas allé, que form: el contenido del delirio, conduce a la produccién de hijos, y de esa manera Schreber espera compensarse en el més allé de ja falta de hijos durante su vida. . Pero existe un motive mas urgente que el compensatorio para Ja creacién de hijos. Los hijos. (seres -humanos) son el eslabén necesario de la cadena con la que Schreber salvaguarda su mas- culinidad en el mas alla. Como hemos visto, la pérdida se com- pensa: los nervios perdidos vuelven a Dios. Nuestra sorprendente conclusfén es que en el mas alld Schreber, es decir, Dios, pro- i hijos por st solo para hallar una proteccién contra Ja cas- duc’ tracion. . . El proceso mediante ef cual Jas femeninas antesalas del cielo participan en Ja ereacién de hijos sigue siendo oscuro. Schreber de¢lara sélo que Diss, es decir, la parte masculina, cuantlo crea algo sobre Ia tierra utiliza en cierta medida una parte de si mismo, o Je da una forma distinta a una parte de sus nervios. Es posible que Ja fantasia infantil de que el hijo esté hecho con una parte del pene del padre sea parcialmente responsable del contenido de este delirio. De todos modos, una vez que los hombres mueren, sus almas se dividiran en e} mas alld en una parte femenina y una masculina, y asi el giro eterno no sufriré rupturas; es decir, el peligro de castracion sér4 evitado con buenos resultados en el - mas alla. Podemos hallar otras pruebas de la ‘defensa contra la castra- cién en-el més alla’ al sefialar ta prominencia de las tendenicia$ escoptofilicas de Dios, un tema al que adn no hemos prestado ninguna atencién. No sélo las almas de las antesalas del cielo . (es decir, los reinos frontales de Dios) experimentan sus ininte- rrumpidos sentimientos yoluptuoses en la contemplacion de Dios, sina que también Dios (es decir, los reinos de atrés) goza con | Ja contemplacién de las cosas que ha creado. Me parece que ambas tendencias escoptofilicas tienen fuerte earacter de sustenes ¢n la defensa contra el peligro de castracién. gQué mejor prueba de que nada se ha perdido que percibir de manera ininterrumpida que .el objeto amenazado esti atin presente “e iJeso? Porque ¢ste es, de hecho, el caso. Cuando: Dios. mira sus propias ereaciones, parte de su placer puede’ consistir en Ja seguridad de que lo que ha cedido no se ha perdido sing que se hallaré: de nuevo. trans- formado en otra forma. Lo mismo ocurre femenina. La masculinidad d proyectada en los reinos posteriores; guna interrupeién, para las almas d Proceso escoptofilice que conduce a Finalmente, luego de. tomar ne cias, Hegamos a la conclusién de Schreber en cuanto al mds alld eastracién, Aun asf, a Pesar de la culinidad, Schreber no estaba del psicética seria suficiente para garai Schreber, éstaba amenazada po tevelado todavia. Sin duda, hecho de que'si bien Schreb, en elms allé. -Padefamos mie} Paramos‘el delirio. dél tnds-allé co Schreber pasé antes ; s _Con este “fit (Katan, 1953). 12 dek : ejemplo: contrast exigencias’ edfpicas}. 9 si:esta idea: ra el resultado: de: a inconsciente, que no tenfa-relacién con él:complejo’ que itrumpia en la conciencia,-Los suefios de.Schreber yel:cong- cido curso que-tomé su enfermedad no nos“dejan: ninguna’ duda de que su deseo de Ser mujer no era una defensa. Todo sur perfodo 60 wepsicdtico estuvo marcado por Ja Iucha contra’ este deseo. En mi articulo sobre la fase prepsiedtica de Schreber (1953), expli- v qué que estos suefios expresaban la esperanza de que é1 podria , dominar el impulso hacia la femineidad de manera que no deberia convertirse en psicético para combatir. este impulso. La esperanza de Schreber no se vio cumplida. Podemos seguir su batalla contra esta tendencia hasta que la. misma forz6 al yo a cortar las rela- ciones con Ja realidad. Ello ocurrié- inmediatamente después de la noche en que la excitacién de Schreber, que era el resultado del deseo femenino, se deseargé en un gran numero de poluciones. En esta etapa final del periodo prepsicdtico de Schreber, el yo podia confiar ya en las relaciones edipicas suficientemente fuer- tes para lograr un amplio’ contacto con la realidad. Por una parte, el yo debia evitar el deseo de ser una: mujer por temor de perder su 'masculinidad. Si el deseo de ser mujer debia ser expresado mediante un _orgasmo genital, ello significaria que este deseo femenino sé cumplirta, y por lo tanto ef orgasmo genital signifi- caria la aniquilacién de su pene. Por otra parte el yo, para per- manecer en contacto con la realidad, también necesitaba la uti- lizacién de su impulso hacia Ia femineidad, porque este impulso ejereia una fuerte presién por mantener-el contacto con la reali- dad, y a este respecto el yo y el impulse tenfan una meta comin, Asi, el yo se vio acosado y en una situacién imposible: el orgasmo significaria castracién, y el orgasmo sélo podia evitarse mediante el abandono de! impulso. hacia Ja femineidad; sin embargo, por su contacto con Ja realidad, el yo necesitaba de este ‘impulso. Como regla, el resultado de esta lucha es tal que el yo no espera hasta verse abrumado por la excitacién sexual sino que abandona el contacto con la réalidad en previsi6n de que ocurra esta excitacién. Sin. embargo, no fue lo que ocurrié con Schreber. " En su caso, el impulso haeia la femineidad finalmente forzé su curso hacia la ‘expresién en un ATgasmo genital durante el suefio y luego, por el resto de la noche, eayeron las barreras. Vemos, en esa noche particular, hasta qué punto el yo estaba de parte del instinto. Es muy posible que otra persona, para poder mane- jar Ia situacién, se hubjera abstenido de dormir por el resto de la noche. Pero el Yo de Schreber fue incapaz de hacerlo. Esta incapacidad para permanecer despierto justifiea nuestra sorpresa, La preocupacién principal de Schreber desde el comienzo de su enfermedad era su incapacidad para dormir. Asi, podemos cues- tionar si la tentacién-no habria sido demasiado fuerte aun para 61 2. el yo vigilante y lo habria obligado a ceder conscientemente a le’ masturbacién. De todos modos, él se salvo de su destino al dor’ mirse de nuevo y al hallar que habia sido victima de poluciones: nocturnas. mn Tratemos de profundizar nuestra comprensién metapsical gica de esta fase final del desarrollo prepsicdtico de Schreber. Esta fase prepsicdtica esti matcada por Ja tendencia a la regresién- Tiene lugar un regteso a estados infantiles del yo; 0, para decirlo. de manera mas metapsicoldgica, la Hbido carga de manera ered ciente las posiciones narcisistas. En este nivel regresivo, Ja libi es retirada en forma medida del mundo objetal. Esta tendencia. regresiva no conduce al refuerzo del yo a costa del niundo objetal, sino que el proceso apunta’ hacia un regreso al estado no dife, renciado. La pérdida de cargas del yo va de Ja mano con la pé dida de carga de las representaciones del mundo objetal. El yo; en su lucha por Ia autoconservaci6n, se aferra de manera creciente; a aquellos objetos que satisfacen su ideal narcisista. Para clarifizy car cuAl es este ideal narcisista, repetimos: el peligro es la exci tacién genital. El yo intenta manejar esta excitacién renunciando: a Ja funcién masculina, y proyecta a esta ultima sobre Flechsig: Mediante esta. proyeccién, Flechsig se convierte en grado atin mayor en el ideal de masculinidad, de Schreber. Comprendemos ‘que este ideal narcisista ~Flechsig— representa 1a propia mascu Jinidad de Schreber, a la que él renuncié. Sin embargo, esta idea. Jizacién hace que Flechsig sobresalga atin més en aquellas cua Jidades que despiertan la femineidad de Schreber. Por jo tanto Jas medidas defensivas que tomé su yo para combatir la excita cién’ estén en peligro de verse desbaratadas nuevamente, En este punto podemos adelantar una hipétesis, acerca di por qué Ja excitacién ce Schreber lo Ieva a una descarga orgés tica. El peligro, como acabo de describirlo, fuerza al yo hacia mecanismos aun mds 1egresivos, de manera que el-yo finalmente hace uso de identifieacicnes primarias como la forma de sus rela: 34 ciones objetales. Los fuertes sentimientos sexuales de Schreber 3 por Flechsig se pueden expresar ahora mediante ¢sta identifica-3% cién’ primaria, porque en este nivel Ta ligazén con otro objeto y4 Ja identificacién con ese objeto son una sola. De esta manera, }a 3 atraecién hacia-Flechsig conduce a Ja fusién del yo de Schreber con el objeto idealizado (Flechsig), proceso que culmina en los sentimientos orgasticos de Schreber. - : Se torna claro lo que ocurrié. Por razones de defensa, Schre- 62 a per se dedica a admirar Ja masculinidad de Flechsig, centrandose en el pene de éste en lugar del suyo propio. Esta proyeccién defen- siva se ve destruida, por su identificacin primaria con el objeto admirado. Asi, las dos valencias de su bisexualidad se unen, y esta uni6n ‘se expresa cn el orgasmo. Ya hemos acentuado el hecho de que aqui el orgasmo ¥ Ya castracién estan unidos. Asi, vemos que la fusion comprende al yo y a la representacién del objeto, asi como al impulso hacia Ja femineidad. Para que el yo pueda enfrentar al peligro, debe realizarse el retiro de carga de todos Jos componentes implicados; es decir, la parte particular del yo, la representacién objetal y también el -impulso hacia la femi- neidad, todos pierden sus cargas. Una vez realizado este retire de cnergia, el intento psicético de restitucién domina. Resulta claro que estos tres componentes —Yo, representacion objetal ¢ impulso femmenino— comprenden sélo una parte de la personali- dad. El resto no est4 implicado en el proceso psicético, y en Jas oportunidades en que no se plantea este particular conflicto, el resto de la antigua personalidad puede ser muy prominente. ‘Ahora estamos en condiciories de entender mucho mejor la “maravillosa construccién del mas alla” de Schreber. En el mas alla podr4 tener relaciones sexuales como mujer, y por ello se . aferra al mismo deseo que ya se habia revelado -algan tiempo después de su nombramiento como Senatspriisident. Pero el cum- plimiento de su deseo sufrié ciertos cambios, que ahora podemos -explicar mediante nuestra comparacién, Schreber no se esfuerza por el cumplimiento durante su vida, sino que lo pospone para después de su muerte. Entonces ninguna persona viva puede ejercer ya influencia sobre él; asi, esta seguro. También comprendemos de qué manera Schreber piensa que podrd ‘manejar en el mas alld el peligto implicado en el orgasmo. HabrA continuacién de la vida después de la muerte, y el primer periodo de esta continuacién contendré su castracién durante el proceso de purificacién. Una vez realizado este acto, ya no se vera perturbado por las reacciones de su pene y podra dedicarse en forma continuada a la fantasia de la maiturbacién. La satis- faccién consistirA en el goce de contemplar a Dios, que tradujimos como que gozard ante la contemplacién de su propia masculi- nidad proyectada. La observacién de Schreber en el sentido de que la bienaventuranza masculina es de un orden superior al de la femenina, demuestra claramente cuanto habria preferido tencr~ un orgasmo de su pene mientras fantaseaba que era una mujer mone en el momento del coito. Pero sina que estaba contenido en la. reaccién paralela de su pene. Tan pronto como ‘pudiera excluir el orgasmo del pene como en el mas all4, podria ceder completamente al deseo de’ ser mujer. E] plan de Schreber-del més alld comienza con su propia. % castracién. Pero luego de realizada la castraci6n, el plan contiene esto habria significado la destruc. : cién (castracién). En este punto débemos acentuar que el peli. gro para Schreber no residfa en el mero deseo de ser una mujer ? las necesarias providencias para que Ja misma sea anulada, El giro & eterno, con él apoyo del voyerismo de Schreber, se encarga de que 2 todo lo perdido regrese. . Como cuestién lateral, también entendemos por qué Schre- ber no podia creer'en Ja Tesurreccién de Cristo. Para. su pens miento, este dogma simbolizaba Ja resurreccién de su pene. La- aceptacién' de este dogma habria‘causado el regreso de! peligro. . En verdad, Schreber posefa una “maravillosa construccién de] ‘més alla”. La unica debilidad residfa en el hecho de que no Se pronuncié acerca de la manera como excluiria Ia influencia de sus congéneres, de los que Fleehsig era el principal representante, Hasta aqui hemos interpretado exclusivamente el significado absoluto, Aunque _parecen ocuparse de] mundo exterior, es fécil ver que el mundo exterior es el producto de la “proyeccién nar- cisista”, El mundo exterior delira clarificacién, citaré dos formas de proyeccién, -Hemos estudiado. 5 eémo durante la ultima parte de la fase prepsicética de Schreber,. Flechsig, mediante la proyeccién, se convittié en el “objeto ideal - narcisista”. Esta fora de proyeccién era una defensa de natu- raleza no psieética, Cumplia Ja funcién de concentrarse sobre la masculinidad. de Flechsig para mantener a la propia maseuli- =: nidad de Schreber —en un sentide mAs estricto, su excitacién Bee 3 nital— bajo control. La proyeccién psicética por Ja cual Schreber Proyectaba su 32; masculinidad hacia los reinos de atrés de Dios se ha separado + de la realidad, mientras que no ocurre lo mismo con Ia proyec- eién no psicética, En la proyeccién psicética, la masculinidad contenida dentro de los limites de Ja parte psicética de-la -per sonalidad ya no existe: mediante la proyeccién, se ha conver- 3 tido en mundo, exterior. Estas observaciones concluyen el estudio de los delirios del primer capitulo de Schveber, “Dios e inmor- talidad”, y ahora podemos empezar a estudiar otro’ aspecto del més alld. ‘B. El significado no psicético del contenido del delirio y su origén infantil En Ia parte precedente hemos seguido al deseo de ser una mujer en el momento del coito desde el estado prepsicético hasta la psicosis total. Asf, vemos demostrada nuevamente la -verdadera funcién del delirio. A saber, un delirio es el: resultado del intento de restitucién para resolver un conflicto Por medios no realistas, cuando el yo ha sido anteriormente incapaz de resolver este con- flicto de, manera mds realista, Sin embargo, é] hecha de que esta tendencia a Ja femineidad se revelara durante el estado prepsi- _ cético ‘no significa que ese impulso instintivo se formé precisa- mente en esa época. Entendemos muy bien que aunque la’ per- sonalidad: como totalidad —es decir, no- limitada unicamente al yo— ha cambiado de manera cpnsiderable, sin embargo, tedo Jo en adelante, A pesar del hecho de que los mecanismos psicéticas . Se desvian completamente dé Jos mecanismos que estén bajo la guia del pensamiento realista, podemos coneluir que mediante esta cadena de sucesos el contenido de. Jos. :s{ntomias psict : joo: ‘sind! ‘tamblg puede reflejar no sélo material prepsicd narcisismo absoluto inherente a la psicosis. Hasta-podei que ésta es la dnica exigencia que debe ser satiste i bargo, el cumplimiento.de esta tarea esencial no impide ] : sibilidad de que el mismo contenido pueda ser simulténeaménté™ él resultado de mecanismos no psicétices y aun no neuréticos, En” ciertas efreunstancias, Ja. aparicién confunta de dos grupos com- pletamente diferentes de mecanismos, que tienen por resultado un unico contenido, se produce, segin mi conocimiento, en aque- Mos casos en Ios que aparecen en Ja superficie fuertes caracterfs- ticas del tipo paranoico. Schreber, por cierto, delata tales earac- teristicas, porque gno desea probar a la humanidad, mediante Ja * 65 publicacién de su autobiograffa, la verdad de sus conviccionesigm Aqui recordamos oportunamente que Freud en 1922 (S.E., p. 221% sefialé la superposicién de varios estratos en Ja paranoia. * Es irlunfo de Io que yo Namo un principio econdmico, cuando wi timico contenido puede servir en forma simulténea a las exiger cias de los mécanismos tanto psicéticos como no psicéticos. Un buen punto de partida para nuestro propésito es el pr ceso de purificacién y la adquisicién de Ja “lengua fundamental relacionada con'el mismo. El proceso de purificacién era el esencial hacia el estado de bienaventuranza en el més alla y mitia a Schreber liberarse de su sexualidad genital; esta wltin habia sido la causa de la grave angustia de castracién que perimenté desde el comienzo de su enfermedad. Durante el pr ceso de purificacién las almas aprendian la “lengua fundamei tal”, que era el idioma en el que se expresaba Dios. Sabemo por la nota al pie que Schreber agregé a la expresién “antesalasy del cielo”, que Ja “lengua fundamental” le fue tevelada por lem voces. Negaba todo eonocimiento de este Ienguaje y toda medi tacién acerca de su origen. Las palabras no eran de su propia i vencién ni nunca las habfa ofdo en boca de otras personas, y eral en parte de naturaleza cientifica, en especial médica. En general, la “lengua fundamental”, como lo hemos seid lado, es un alem4n un tanto anticuado pero sin embatgo pod roso, que se caracteriza en especial por su gran riqueza en eufe mismos, En verdad, expresiones tales como “en consideracién dee aquel que es y ser”, “Majestad Eterna, su fielmente obediente”te “antesalas del cielo”, etcétera, también suenan “un tanto antiZ cuadas” para nosotros. Podemos observar que estas expresionés suenan tan exageradas que ‘estén al borde del ridfculo, en suse pomposidad. Sin embargo, las almas que hacfan el aprendizaje para convertirse en parte de las antesalas del cielo debian apre: der el lenguaje adecuado a -Dios, y como tal estas expresiones7 més bien extrafias tienen, por lo menos, un significado muy clara Al dirigir a Dios la apelacién “en consideracién de aquel que es y que. sera” se acentia muy bien Ja importancia de la existencia & eterna de Dios. Cuando estudiamos el significado delirante di la purificacién, Hegamos 2 la conclusién de que el lenguaje mis ® En una publicacién futura estudiaré el hecho peculiar de que Ja esquizofre nia de Schreber,.durante el periodo de 1900-1903, anterior a la publicaciéa: de su autobiografia, adquiria de manera creciente caracteristicas. paranoicass4 66 mo era el producto de la purificacién; también que el uso de ciertas palabras con sus significados’ invertides expresaba cl ob- “jetivo principal del proceso de purificacion, a saber, la trans- formacién de Schreber en una mujer. Estos hallazgos nos servirdan en. nuestras exploraciones. Dios “ytilizaba este lenguaje; y Schreber, al purificarse, podria adqui- rir también él este lenguaje. Por supuesto, desde la temprana jnfancia en adelante, Schreber se habia formado cierta idea de Dios. A este respecto, recordemos el penetrante andlisis de Freud or ef cual reyelé la relacién entre el dios de Schreber y el padre: de éste. Freud (1911) explicé de manera muy convincente que Ia actitud critica de Schreber hacia su padre se habia extendide _ a Dios. Llegamos muy rapidamente a nuestra préxima conclu- sin: la “lengua fundamental” refleja el lenguaje utilizado , por al padre de Schreber. Como se ha. dicho, Schreber nada sabe acerca de tal tela- gién. Sin embargo, resulta evidente que las palabras’ de Ja “Ien- gua fundamental” son en parte de naturaleza cientifica y mas especialmente médica; este ultimo hecho es importante, porque el padre de Schreber era médico. Por el articulo de Freud nos enteramos de que el padre era un hombre que traté de elevar Jos niveles de salud y cuyo nombre se mantiene vivo por nume- rosas “Instituciones: Schreber” y la _amplia difusién de su Arztli- che Zimmergymnastik (Gimnasia médica casera). Para un hom- bre semejante. seria apropiado-expresarse de Ja manera descrita por la “lengua fundamental”. Utilizaria expresiones “anticuadas” elaboradas, que impresionarian por su poniposided. En ciertas ocasiones habria dado fuerza a,sus palabras mediante el uso de ciertos términos poderosos, y habria deserito una cantidad de situaciones de manera “éufeméstica”. * : : Al Vegar a este punto, nos sentimos obligados a. examinar jdeas tales como “demonios” y “purifieacién”. Como resultado, nuestra atencién se ve autométicamente.atraida por Ja petulia- ridad de que las almas, durante su purificacién, son denominadas “demonios” en la “lengua fundamental”. gA qué otra conclusién podemos Wegar sino qué el padre de Schreber: llamé a su hijo varias veees “demonio” cuando se sentfa insatisfecho de la con- ducta de éste? Porque sabemos que el. padre no deja de-utilizar palabras poderosas, exageradamente agrandadas. , Si podemos relacionar la palabra “demonio”. con la infancia de Schreber, también podemos hacerlo con la palabra “purifica- 67 vid”, que Jas voces Hlamaban una “preeba”. Segén el contenido del delirio, durante el proceso de purificacién’ el hombre ser4 Estos demonios estaban en Proceso de purificacién, lo que es sin6nimo de ser “sometidos a prueba”, Este examen duraba todo el lapso de Ja purificacién, Por lo tanto, las almas eran “some. tidas a prueba” todo ef tlempo. El olor Tepugnante y el peculiar color rojo ciertamente sefalan una elevada actividad anal, Ast, muy notables ciertos sfntomas anales, 1° En verdad, el término “purificacién” encaja muy bien en el aprendizaje anal del nifio. Sin embargo, ya hemos descubierto que la fase félica también esté incluida, porque durante el proceso de. purificacién el hombre ser4 transformado en mujer. Asi, ef % Proceso de-purificacién cubre una parte importante del desarro. No de Ja infaneia de Schreber. Las actitudes que el nifio habfa ® Niederland ( 1951) ya sefialé que debe Pensarse que el olor y el color tienen significado anal, . . 2° Puede parecer que en mi interpretacién di demastada importanela a la suge- Yencia de significado anal contenido en el repugnante olor y el color pecu- * liar de los demonios, Puedo agregar que en el curso posterior de la psicosis_ de Schreber lag tendencias anales se tomaron cada vez més claras. Por ejem- plo, el doctor Weber declaré que Schreber se ensuciaba, En. varfas ocasiones ichreber mencioné sug sintomas anales: por ejemplo, en la parte citada por Freud, 1911 (S. E., p, 28; 0. C., pp. 688-9). Por supuesto, examinaré este material mis detalladamente en otras publicacfones. 68 mismos, Este era el Jenguaje que hablaba sa padre. El vigor y Jas otras caracteristicas del Tenguaje Nevaron al nifio a un estado de extrema ansiedad, de manera que pensd que perderfa su pene, yal mismo tiémpo hubo un incremento de actividad anal. Del estaba continuamente fijo en él, Esta observacién era parte de la prueba, Lo : . Lés eufemismos son él tinico detalle de Ia “lengua funda- . ‘mental” que ain no hemos estudiado adecuadamente. Schreber observé que las almas que atin no hablan pasado por el proceso de purificacién no eran Mamadas “almas no sometidas a prueba”, como se podria esperar, sino-exactamente Jo contrario, sepin la tendencia 2 Ios eufemismos, es decir, “almas. probadas”. De esta manera, esta observacién acentia él hecho de que la inversion del significado de las palabras era Hamado “eufemismo por Schreber. Otros ejemplos son “recompensa” por “castigo”, “ve. neno” por “comida”, “jago” por “veneno” y “profane” por “sa. grado”, : Esta inversién del significado de las palabras no sélo refleja la transformacidn del hombre en mujer. Sabemos que cuando los se traslada a las palabras, Pero la pregunta queda en pie: spor qué estas palabras, cuyos significados fueron cambiados Por sus opuestos, son ejem- plos de “eufemismos”? Yo dirfa que un eufemismo describe algo bajo una luz mnuy favorable, que disimula sus falas, Por Io tanto, €n un eufemismo se hace aparente cierta calidad del tipo de la negacién, ° Con el propésito de entender mejor esta calidad del tipo de - la negacién, concentrémonos en Ja declaracién de Schreber en ej sentido de que el castigo en el més allA no existe. Los. heches’ no prueban la validez de esta declaracién, porque el sometimiento; al proceso de purificacién era considerado por Jas almas com una tarea desagradable que se velan forzadas a realizar. Debia pasar por varios estados intermedios en Jos que eran Hamad: demonios. Judas Iscariote, por ejemplo, a causa de su traicién a Jesucristo, habia sido un “demonio de base” (p. 14). Ademas el mismo Schreber admitié que aplicar el nombre de castigo e1, estos casos era, en cierta medida, correcto. Entonces, el problem: es el siguiente: gpor qué Schreber debfa negar la existencia del. castigo en el mas-alla? Ya conocernos Ja defensa de Schreber ett! el sentido. de que si deseamos lamar al tratamiento al que ~-sometia a los demonios una forma de castigo, no debemos 0 vidar que este castigo no se infligia con Ja intencién de castigat, sino. que servia sélo como etapa preparatoria para el logro dé un estado de bienaventuranza. Asi, el castigo era infligido por el propio bien del demonio. + Volvamos ahora al eufemismo de que el castigo es Udmadd: “recompense”. Este eufemismo expresa justamente lo que acaba: mos de decir, acerca de la ausencia de castigo en el mds alléé Podemos seguir con el ejemplo de las “almas probadas”, Sometet a alguien cruelmente a prueba, demostrando asi a Ja persona gran desconfianza, y luego Tlamarla persona probada, jpor cierto # que es un eufemismol Ahora sabemos o suficiente para completat nuestra inter pretacién’ del significado del proceso de purificacién, Tenemos im cuadro mental del padre que no castiga a su hijo por el cas tigo en si sino por. el propio bien del hijo, un padre que desea 3 : sacar al “demonio” del. cuerpo de su hijo, que desea hacer purd § a su hijo para que no vuelva a masturbarse y no despida “olores repugnantes” 0, atm peor, se ensucie,; como podemos deducit por Ja descripein de un peculiar color rojizo. Tal padre merece cl nombre de hipécrita. Bajo la apariencia de preacuparse pot el interés de su hijo, lo somete a un cruel tratamiento de pruebas y de castigos mediante palabras duras que Schreber tan adecua- damente Tamaba la “lengua fundamental”. Creo que no nos. 11 Los eufemismos “veneno” por “comida”, “jugo” por “veneno”, “profano” * por “sagrado” tienen que ver on Ja relacién de Schreber con Flechsig. Como a este tiltimo no se lo menciona en el primer capitulo, no deseamos complicar Jas cosas y examinaremos el significado de estas palabras junto con. el mate- rial del capitulo V, pp. 58 y ss., de las Denkvwiirdigkeiten. equivocamos al calificar de shdjea a esta forma de crianza. Por Jo menos hallarnos confirmacién de esta opinién si recordamos que este castigo sélo servia como etapa preparatoria pata el Jogro de un estado de bieriaventuranza. Tal estado de bienaven- turanza es de naturaleza femenina y consiste en el goce ininte- rrumpido de la contemplacién de Dios. Por este contenido deli- rante podémos deducir Ja forma como Schreber reaccioné al- tratamiento de su padre. Ung actitud fémenina masoquista fug al resultado: Schreber renuncié a su propia masculinidad y, enj cambio, admirabe la masculinidad dé su padre, De esta manera surgié una tendencia escoptofilica. Luego examinaremos este importante punto. Schreber ain Hamaba con amabilidad “eufe- mismos” a los nombres que utilizaba su padre y que significaban “Yo opuesto de lo que resultaba su tratamienta. Del simple hecho de que Schreber tratara de evitar toda aspereza en los nombres, podemos deducir’ que deseaba evitar por todos los medios toda critica a su padre. En Ja disparidad entre las palabras del padre sus acciones debernos entender Ja expresién “eufemismos” tal como la utilizaba Schreber. Todavia nos aguarda otro tema. gQuiénes son los demonios? Ya hemos tocado este punto de manera tangencial. Schreber. des- eribié a estos demonios como criaturas de naturaleza mds bien décil que no tienen ninguna relacién con el mal espiritu, y que se suelen presentar como el Demonio. Acabamos de concluir que Schreber trataba de negar que los demonios eran castigados sin wpiedad. Aun a Judas Iscariote, por su traici6n a Cristo, se lo cas- tiga convirtiéndolo en demonio de base sélo por cierto tiempo; este ultimo concepto, en la mente de Schreber, es de naturaleza muy inocente. A pesar de los intentos de Schreber dé deseribir a estos demonios de manera poco demoniaca, de todos modos de- hemos inferir. que sufren las mayores desgracias porque a Dios no Je gustaban sus caracteristicas. - Heros ido mucho més alli en nuestra interpretacién del material concerniente a los demonios y egamos a conclusiones de largo’ aleance-acerea de Schreber mismo. Es decir, dimos por seguro que los demonios representaban varios aspectos del mismo Schreber. También conjeturamos que su padre, cuando sorpren- dié al hijo en un acto pecaminoso, lo Hamé demonio y deseé _arrancar al demonio de su cuerpo. En otras palabras, interpreta- mos a los demonios como proyecciones de cjertas caracteristicas propias de Schreber. La esencia de las mismas es la parte in- 7 fantil con Jas tendencias masturbatorias y anales. La evitacién de estas tendencias bajo Ia influencia de las enérgicas acciones - de su padre posiblemente Hevé a Schreber a uha dctitud ‘feme- nina masoquista hacia el padre. La manera conio Schreber trata el tema de los demonios es muy interesante. Segiin nuestro entendimiento, los deinonios son proyecciones de los propios instintos inconscientes peligrosos de : Schreber. Una vez proyectados, Schreber trata de negar el ca- By racter vicioso de los mismos diciendo que ya son muy “temerosos ‘de Dios”. . . En la “lengua fundamental”, la palabra “fundamental” de- nota “causa”. “Lengua fundamental” es una expresién muy ade- cuada, porque abarca una gran parte de la neurosis de la in- fancia de Schreber. . , Schreber, en, el.inds’ all4, asumird’ el lenguaje de su padve, pero no’sin cambiarlo. Por ejemplo, aparte de las exageraciones, ‘hay muchas pelabras aitisonantes, acerca de Jas cuales Schreber observa explicitamente que nunca Jas habia escuchado antes y que sdlo-las conociéd por medio de las voces, El hecho de que fueran nuevas para él puede ser utilizado en apoyo de su nega- cién de la relacién’ que tenfan con el lenguaje de su padre. Por otra parte, se trataba de palabras que su padre ciertamente nunca habia utilizado, y fueron compuestas adrede para demostrar la pomposidad de éste. Del mismo modo,’ todo ‘el Tenguaje ain lleva la impronta, en cierto aspecto, del -temor y-el respeto de Schreber por su padre, y por otra parte, mediante Jas exagera- ciones, expresa su mofa, Schreber aplica lo que Freud denomina el Retoitrkutsche; devuelve lo que su padre le ha arrojado. Si el padre predica que el pequefio Schreber debe estan agradecido por los castigos mediante palabras duras, su hijo expresa su cri. tica burlona invirtiendo una cantidad de significados: por ejem- plo, “recompensa” significa “castigo”. Esta conclusién es el re- sultado de nuestro andlisis; de lo contrario nada tendria sentido. De esta forma Schreber torné irreconocible a su agresién. Es tiempo de examinar Ia actitud femenina-masoquista de Schreber, que hemos mencionado de manera tangencial, Los exdmenes de su padre, hemos concluido, comenzaron en la fase anal y se extendieron a la siguiente fase falica. Podemos suponer gue el padre habr4 continuado observando Ia conducta de su hijo hasta Ja muerte (del padre). » -Llegamos a la conclusién de que el padre de Schreber de I 2 ninguna manera obtuvo buenos resultados. Las pruebas, en. lugar de tener el efecto de un control, excitaban en gran medida al nifio. Al acentuar esta tltima observacién, recordamos lo si- guiente, - + En muy raras ocasiones, si bien en armonia. con el “orden del mundo”, ‘Dios podia “tomar contacto mediante nervios”’ con un hombre viviente de excepcional talento para inspirarle a: éste fértiles pensamientos acerca del mAs all4. Existia un peligro en tal contacto, porque si los nervios del hombre ‘viviente que se comunicaba con Dios se excitaban de manera extraordinaria, po- dia ejercer wna atraccién tan fuerte sobre Ios nervios de Dios que estos ultimgs ya no podrian Hberarse, y la misma existencia de Dios se veria entonces amenazada. Por lo tanto, no se per- mitia que esa situacién ocurriera muy a menudo.- : Esta cita torna completamente claro que Schreber, cuando nifio, estaba muy excitado sexualmente por su padre. A primera vista parece extratio que esto pudiera ocurrir de acuerdo con el “orden del mundo”. Asi, podemos deducir que para el nifio el “orden del mundo” era Ja regla diaria establecida por el padre y, lo que es mds importante, que la rutina del padre excitaba mucho al nifio. La.cita también tevela que si esta ‘excitacién pasaba a ser un suceso regular, se’ Tlegarfa al punto de una ‘emergencia, Entonces Ja existencia de Dios se veria amenazada, porque él,no se podria liberar. Al considerar Ja manera de reaceionar de Schreber, debemos admitir que si el padre hubiera, descubierto la excitacién genital del hijo, se habria producido e] fin del “orden del mundo”. En cuanto al resto, podemios Suporier que tenfa que ver con una proyeccién, porque ¢l nitio debié temer ul Negar a estar complé- tamente hechizado, por el padre y debié sentir que su propia existencia estaba amenazada. Sélo en el curso de los sucesos Posteriores Schreber nos Proporciona mAs material acerca’ de esta extraordinaria situacién en la que Dios se halla en peligro, Desearfamos ‘saber mAs’ sobre la excitacién de Schreber bajo, Ja influencia de Ja relacién con su padre, ySufrfa Schreber la ereccién de su pene por esta’ relacién, y, ademds, tenfa esta Te. lacién algin vinculo con su complejo de Edipo positive, en ¢] caso de que él tuviera tal complejo? En el contenido delirante, la excitacién de Schrebeér pondria en peligro la existencia de Dios; ya Hegamos a la Conclusién, por lo tanto, de que aun en su estado psicético existia por Io menos la posibilidad de que, en la infancia, los genitales de Schreber se excitaban. “Resulta dificil afirmar si habia alguna relacién entre la exci- tacién de Schreber y su complejo de Edipo positivo. Su excita- cién nos impresiona simplemente como el resultado de Ja forma peculiarmente sadica en que su padre Jo trataba. . Hasta ahora, no hemos descubierto ninguna influencia de la madre de Schreber sobre éste. En este punto recordamos los femeninos reinos frontales de Dios. Si Jos reinos de atras re- presentan el cuadro ‘del padre de Schreber en Ja infancia, en: tonces Jos reinos frontales sin duda representan a su madre. El Dios que flotaba sobre los reinos frontales era un simbolizacion de Ja relacién sexual. Con la unign de los dos reinos de Dios en Ja relacién sexual, de pronto se nos reyela que Schreber est4 hablando de Ja escena primaria. El resultado de sus observaciones debe haberlo conducido a Ia identificacién con la madre. Re- cordemos ‘que Ja bienaventuranza masculina era de un orden su- perior al de Ja’ femenina, observacién que, en mi opinién, sefiala fa existencia de por lo menos un deseo por parte de Schreber de identificarse con su padre. De manera obvia, la erianza im- puesta por el padre, pot Ja‘ amenqza de castracién, hizo imposi- ble tal resultado. . : Asi, gradualmente sé torna claro que en realidad existié un complejo de Edipo positive. Podemos agregar. que Schreber se yvolvié psicético sélo relativamente tarde en su vida. Anterior- mente, habia: podido funcionar muy bien. En mi opinién, dudo de que tal funcionamiento hubiera sido posible sin la base de un complejo de Edipo positive. Podemos decir que la femineidad ya existente influyé en Ja formacién de su complejo de Edipo, por-lo que, como resultado de las amenazas de castracién, Iuego de pasar por la fase edipica, el resultado final fue el incremento de la fernineidad. . Tal incremento de la femineidad no necesariamente debe conducir a una perversion homosexual;, en clertos casos, aun Ja potencia, en lo que concierne a una ereccidn, no tiene por qué afectarse. S6 de casos en los que Ja. potencia se mantiene me- diante el uso de la identificaci6n con la pareja femenina como defensa. El voyeurismo de estos pacientes, ya que por medio de Jos ojos de la mujer observan su propia masculinidad, les pro- porciona cierto goce y los defiende contra la posibilidad de que desaparezca la ereccién bajo Ja influencia del peligro de castra- cion, En lugar de estar en el extremo que pierde, estan en el _extremo que recibe a causa de Ja identificacién ‘femenina, por- que entonces recobran su pene. Ya tuvimos oportunidad de notar en Schreber ciertas caracteristicas que hacen posible tal solu- cién durante sus épocas mas normales. ‘ Ahora volvamos a la infancia de Schreber. Utilizando el giro - eterno como ejemplo, Ia aceptacién del rol femenino le permitia a Schreber tener la fantasia de que tendria hijos de la misma manera como los habia tenido su madre. Como vimos en nuestro estudio del delirio, estos hijos servirian de manera particular al propésito de anular una eventual castracién. De la identificacién de Schreber-con Ja Virgen Maria (algo sjmilar a la Inmaculada Concepeién habia ocurrido en el cuerpo de Schreber), también podemos inferir que deseaba negar la relacién sexual entre su padre y su madre. oo No debemos confundir de ningin modo las ramificaciones de la situacién‘edipica infantil de Schreber con: el delirio que describe 1a “maravillosa construccién del mds all4”. En la. in- fancia de Schreber, la femineidad en su forma final surgié como resultado del trénsito por el complejo de Edipo. El delirio de Schreber acerca del mas allé no se basa en el complejo de Edipo. Sélo existe el.contacto entre su femineidad y su masculinidad. proyectada, y la sexualidad fdlica y aun anal estan suprimidas. Sin embargo, ello era posible sdlo en el mAs alla. _Asi, el abrumador peligro de ja fase prepsicdtica ya tiene un ejemplo en la infancia, pero mientras en la infancia se, hallé una solucién dentro del marco del principio de realidad, tal so- lucién no era posible una vez que ¢l proceso destructivo de la psicosis Ylegé a su total desarrollo. En el comienzo de mi interpretacién de este capitulo#ob- - servé que Schrebés habia reservado una parte de si mismo, que nunca fae gatisfecha en su vida, para ser eompensada en el mas all4. Ahora sabemos que Schreber sufria por su relacién con el padre, y podemos seguir sus tendencias compensatorias en todo su delirio del més alla. os + En el mds all4 no habra, a diferencia del abrumador padre de Ja infancia de Schreber, uy Dios ommisapiente y. omnipre-’ sente. Dios no mira en Jos corazortes de los seres humanos. Des- pués de todas las pruebas que el padre de Schreber le impuso en el pasado, ‘el padre futuro de Schreber, del que éste luego for- mara parte, habra abandonado esa tarea. - AS Hemos deducido que en la infancia de Schreber el ojo del padre estaba continuamente sobre el hijo. Por esto podemos su- poner que la funcién de autoobservacién del superyé de Schre- ‘ber estaba bien desarrollada. La siguiente cita ilustra este pun- to de manera admirable: “Antes de su enfermedad Schreber era _un hombre de severas costumbres: ‘Pocos hombres habr4 —afinma 41 mismo, y no veo razones para desconfiar aqui de sus declara- ciones~ que hayan sido educados en principios morales tan se- veros y hayan ‘adaptado luego ‘a ellos tan estrictamente su vida, sobre todo en cuanto a la sexualidad, ni que se hallan refrenado tanto en este orden de cosas’” (p. 281) (Freud, 1911. S. E,, p. 31; O. G., I, p. 670). Antes de su enfermedad “se habla inclinado hacia el ascetismo sexual y habia dudado con respecto a Dios” (p. 29) (Freud, 1911, p. 70). El Dios de Schreber del mis all& ee no sélo presenta Jas huellas del descreimiento de Schreber como ‘= Protesta contra su padre, sino que en su psicosis también se habfa liberado en cierta medida de las trabas de su restrictivo supery6, Estamos totalmente de acuerdo en que Schreber tenfa derecho a liberarse del padre torturador y de su supery6 demasiado yes- trictivo. - En contraste con la masturbacién prohibida, en el mds alld se dedicar4:en forma inintezrumpida a Ja masturbacién, aunque debemos admitir. que su orgasmo estard considerablemente re- ducido,'y a tal punto que la genitalidad ser& abolida. Schreber podrd ceder a Id critica agresiva a su padre, aunque también en esto la tendencia deberd ser restringida, porque ha debido ser ocultada en forma cuidadosa. As{, en forma gradual se desarrollé un cuadro en el que la libertad que se habia prometido para st en el més allé se convirtié’ en un asunto muy vulnerable. Le eternidad, junto con otras defensas, era utilizada contra el pe- ligro de castracién; Ia negacion desempefiaba un importante ro! de apoyo en esta lucha defensiva, aunque los demonios, ‘por cier- to, no estaban controlades de la manera deseable para lograr la tranquila paz del mAs alld. : Luego recordemos que la existencia de Dios podia verse. amenazada en ciertas condiciones especiales. Aunque no conace- mos el significado de este delitio particular, se trata de una prueba mds-de Ia vulnerabilidad de Ia estructura del. més alli, en el que Schreber se ha prometido a si_mismo.una compensa- cién por todos sus sufrimientos, Nos preguatamos por qué todo 76 oa ie este conjunto de delirios debe ser pospuesto hasta el mds alld. Evidentemente por razones de defensa, Pero la siguiente pro- duccién de Schreber nos informaré con més detalles acerca de este y de todos los otros puntos que hemos tratado en el ‘estudio de este primer capitulo, “Dios e Inmortalidad”. 12 2 “gUna crisis en los reinos de Dios?” - “E] asesinato del alma” “En esta maravillosa construccién del més alld, en los Wlti- mos tlempos aparecié una gricta que est4 intimamente relacionada con mi destino personal. Aun para mf es im- posible representar las relaciones mig profundas de ma- nera completamente comprensible para el intelecto humano. Son sucesos oseuros, de los cuales sdlo en parte puedo le- vantar el yelo sobre la base de mis experiencias personales; y en cuanto al resto sélo me es dado hacer conjeturas y tener sospechas. Como introduccién, deseo hacer notar que en la génesis de dicho desarrollo, cuyos primeros co- mienzos se remontan a tiempos muy pasados, tal vez al Siglo dieciocho, por una parte los nombres de Flechsig y + de Schreber (probablemente ino dentro de los Mmites de un individuo de cada una de las familias’ referidas), y por Ja otra la concepcién del asesinato del alma, desempefian un papel muy importante (p. 22). Para comenzar con Ja segunda (el asesinato del alma), existe Ja idea, en leyendas y poesia de todos los pueblds, ~ de que es posible, de una v otra manera, hacer que el alma de otra persona pase a poder de uno para obténer, @ expensas.del alma capturada, una vida més vasta o al- Guna otra ventaja que perdure més alld de Ja muerte, Sim- plemente recuerdo, por ejemplo, el Fausto de Goethe, el Manfredo de Lord Byron, El cazador furtivd de Weber, et. cétera. Cominmente se atribuye’ un papel muy importante 2 Evité hablar aqui de Onnuz y Arimin, que son mencionados en e] pre mer capitulo. En general, aparecieron en esceaa mucho después de la fase acerca de la cual Schreber deseaba escribir, , 17 al Demonio, quien permite que sé le prometa por escrito, mediante una pequeiia gota de sangre, el alma de un hombre a cambio de ciertas ventajas terrenales, sin que se aclare exactamente qué hard el Demonio con el alma cap- turada, si no se desease suponer que la tortura de un alma como objetivo en si mismo puede ofrecer al captor un placer especial (pp. 99-93). : Si esta Gltima idea, ya por la razon de que un demonio como fuerza similar a Ja _mencionada més arriba, que es anti-Dios, no existe en absoluto, puede ser derivada hacia e] reino de Ja fabula, sin embargo la amplia difusién del motivo de la leyenda del asesinato del alma o del “robo del alma da motivos para pensar, porque la posibilidad es minima, si ‘tales ideas se habrian formado igualmente entre tantos pueblos sin tener algéin fundamento real. Porque las voces que me hablan desde el mismo comienzo de mi re- Jacién: con Dios (mediados de marzo de 1894) hasta ahora han confirmado diariamente el hecho de que el asesinato del alma fue cometido por alguien como causa de la crisis que se produjo cn los reinos de Dios, y en relacién con lo cual se solia mencionar. a Flechtig como al primer autor del asesinato del alma, mientras que desde hace .algin tiempo, en un intencional cambio de los hechos, alguien desea ‘representarme’ como al tinieo que ha cometido ase- sinato del alma, he Negado asi a la suposicién de que una vez, quizd ya en las generaciones anteriores, un hecho que puede ser deserifo como asesinato del alma tuvo jugar en- tre las familias Flechsig y Schreber, asi como en base a 4 sucess que ocurrieron, estoy convencido de que en Ia époce * en que mi enfermedad nerviosa parecid tornarse de un cardcter dificil de curar, de una u otra parte, si Dien six resultados positives, se intentd el asesinato del alma con- tra mi (p. 23). Probablemente segin la regla’ basica de que Vappetit 5 vient én mangeant, el primer asesinato del alma fue luego seguido por otros asesinatos del alma de las almas de % otras personas. No examinaré el hecho de si en realidad = un ser humano. tiene Ja responsabilidad moral del primer caso de asesinato del alma, porque @ este respecto es mu cho Jo que continia siendo oscuro. Es posible que al prin: cipio se haya producido una lucha, por celos entre almas; 718 que ya se habian separado de la vida. Tanto los Flechsig como los Schreber eran miembros de “la mas alta nobleza celestial’, como .solia decirse; Jos Schreber, en particular. tenfan el titulo de ‘Margraves de -Toscana y “Tasmania's porque las almas, urgidas por alguna especie de vanidad personal, tienen la costumbre de adornarse con titulos te- rrenales un tanto altisonantes (p. 24). : De ambas familias, varios nombres surgen a la con- sideracién; de Ja familia Flechsig en particular, aparte el profesor Paul Theodor Flechsig, también un Abraham Firchtegott Flechsig y un Daniel Fiirchtegott Flechsig quien se supone que vivid hacia fines del siglo dieciocho, _¥ debido a una especie de acto de asesinato del alma se deola que habia sido un ‘demonio-ayadante’. De todos modos, yo estuve durante largo tiempo en telacién me- diante nervios con el profesor Paul Theodor Flechsig y cor Daniel Firchtegott Flechsig {con el primero, de ellos, gocurrié esto o no en calidad de ali 18 : del alm’ de ambos en mi cuerpo.” almat)™ ¥ tengo pastes Esta ultima oracién acerca de que tuvo partes de almas en su cuerpo se refiere a una fase posterior del desarrollo psicdtico de Schreber, asi como la oracién que sigue, a la que cito sdlo en razon de los términos en que est& expresada: “E] alma. de Daniel Fiirchtegott ya hace afios que ha desaparecido” (Chat sich verfliichtigt” = “se evapor6”), etcétera.* Schreber admite oe. a poset ninguna informacitn de hecho acerca de los an- asados del profesor i i orale de a ofesor F lechsig, Todo lo que él sabia de ellos Schreber suponia que una vez Dios le otorgé i Nevaba el nombre de Flechsig, ya sea con el fin ae ine piraciones divinas o por otras tazones, el privilegio de snerse en -relacién con él mediante los nervios, y que esa persona de nombre Flechsig luego: habia abusado de este privilegio especial Ww i6 i - ec} cuestion relativa a si Schreber habia estado en “relacién mediante ner- ee alma del profesor Flechsig se refiere al hecho de que éste habia mo alma en el cielo sin haher muerto o sin hab 1 ; Por el Droceso de purificacién {Denkwiirdigkeiten, capitulo V, p88) Basado Aaa observamos Ia ne entre “verfitichtigen” (que segiin la cons x la oraciéi de Schreber es sinénimo de “des yy “flich- tig” o “die fliichtig hingem: fi " {= apareeet ) y “fludh ee a. ig hingemachien Manner” {= los hombres hechos, rhpida- 793 personas. Entonces se resistié a abandonar-la relaciéin mediante nervios creada de manera directa o indirecta por los rayos de Dios, o hizo que su renuncia a la relacién dependiera de ciertas provisiones que no se lé podian rehusar dada la debilidad na- tural del cardcter de las almas en relacién con personas vivientes, y dada la imposibilidad de permanecer en relacién continua mediante nervios.con un Gnico ser humano. De esta manera, se puede pensar que algo’ parecido a una conspiracién ‘se formé entre tal persona y elementos de los reinos frontales de Dios, para desventaja de la familia Schreber. Como resultado, los Schreber no tendrian descendencia, 0 por lo menos no se les per-. mitiria elegir una profesién como la psiquiatria, que los llevarfa a una relacién intima con Dios. Los objetivos ‘de tal conspiracién “debian ser conocidos inmediatamente por los reinos de atr4s de Dios, porque como ya se ha dicho anteriormente, la orgariiza- cién de los reinos: y la limitada omnipresencia de Dios no Hes vaban al conocimiento inmediato. “También los conspiradores —para mantener su expresién— lograron tal vez silenciar even- tuales objeciones por tales medios, a saber, que si se establecia una relacién mediante nervios con miembros de la familia Schre- ber en momentos en que se haltlaban desprevenidos, tales como todo el mundo los tiene de tanto en tanto en su vida, para convencer también al que estaba en el rango superior siguiente. ’ de la jerarqufa de los reinos. de Dios de que si se trataba de evitar algém peligro para la tregua en los reinos de Dios, un alma-Schreber no podia ser considerada de importancia.” Schre- ber agregé en una nota al pie que durante el tiempo que pasé en Ja Clinica de la Universidad habla ofdo en mds de una opor- tunidad Ja expresién “solamente un alma-Schreber”._ Schrober pensaba que podia probar que Ja relacién mediante nervios se establecia intencionalmente en ‘esos momentos en Jos que uno lene una impresién menos favorable de su nivel moral. A ‘este respecto podemos utilizar la informacién acerca de los rangos y Ia jerarquia contenida en otra nota al pie (p. 29). Estas palabras no pertenecen a la “lengua fundamental”, pero Schreber las utilizs para dar un cuadro aproximado de Ja conse titucién de los reinos de Dios. “Mientras estuve en rtelacién con los reinos frontales de Dios {antesalas del cielo) (desde marzo hasta comienzos d2 julio de 1894), cada lider de los rayos (Uder de Ja columna frontal’, segiin una expresién que of) se com- portaba camo si él mismo fuera la ‘omnipotencia de Dios. I para utilizar los rayos divinos. “De por si xevela [el comentario} que no es mds que una hipétesis, que sin embargo, ai igual que. los experimentos cientificos humanos, debe ser mantenida hasta tanto se halle una razén mejor para los sucesos que deben ‘ser explicados,” . Schreber presenta la siguiente “hipdtesis” de la razén que “tavo Dios para otorgarle este poder especial a uno de los ante- pasados de Flechsig: “Es bastante comprensible que el contacto « mediante nervios con Dios le fuera otorgado a una persona de. dicada a curar enfermedades de In mente porque aqui, por una « parte, presumiblemente sélo una persona’ de alta capacidad mental podia recibir tal privilegio, y por otra parte, todo lo que ; implicara procesos mentales era neécesariamente de especial in- terés para Dios, debido’a’su ya instintiva conciencia de que una creciente y abrimadora neruiosidad entre los hombres podia_tor- narse peligrosa para los reinos de Dios”. Por Jo tanto, en Ja len. | gua fundamental, Jas instituciones mentales eran denominadas “instituciones del nervio de Dios”, Sin embargo, en Ia época del origen de la contienda entre los miembros de las familias Flechsig. y Schreber, los psiquiatras como tales no existian, Por esta razén Schreber creia que Jas voces llamaban a Daniel Firchtegott Flechsig, quien vivia en - esa época y presumiblemente cometié el primer asesinato del alma, no sélo por su propio nombre sino también por el nombre 4 de “ministro del pais” (p! 25). Schreber medita: ain mds acerca del motivo de que Dios | otorgara tales poderes a una persona como Flechsig. Tal per. sona, dedicada a curar enfermedades de la mente, veria en suefios- maravillosas escenas y oiria cosas maravillosas. La comin curio- sidad humana y el interés cientifico conducirfan a esta persona a investigar este asunto, aunque al principio tal persona (Flech- sig) pudiera no tener conciencia de que tenfa relacién directa o indirecta con Dios, Durante Jas noches que siguieron, esta per: sona tal vez traté de recordar los cuadros de los suefios y luego & descubrié en su sueiio que estos cuadros de los suefios volvfan ‘! en forma similar o ligeramente diferente, reforzados cada vez} mAs con otros mensajes, Entre tanto, el durmiente vislumbré que } los mensajes se referian a sus propios antepasados, que habfan estado en relacién con miembros de la familia Schreber, segin cierta secuencia, Su interés se inerementé, y estorzando su mente logré, como un lector de mentes, influir en los nervios de otras 4 81 sabia que atin ottos superiores lo seguirian, pero quiénes eran estos superiores y cual era partir de julio de 1894, los dos dioses Ormuz y Arimdn ap: recieron em escena, ~ su altura no lo sabia.” Finalmente. a -Volvamos ahora al texto regular. “De esta manera [a me nera como actuaban los conspiradores] tal vez puede haber ocn- ntido que al impulso basado en la ambiciin y en el deseo de dominio no se le hizo en seguida, desde el comienzo, una opo! sicién muy decidida. Este impulso podfa conducir, en sa re sultado, final, al asesinato del alma —en el caso de que tal cosa exista—, y asi a la rendicién de un alma a otra alma para obtener “una vida més extensa en Ja tierra, o para lograr la posesion de los poderes mentales de Ja persona en cuestién, o para producir un arte de inmortalidad personal, o cualquier otro beneficio. Por otra parte, el peligro que podia derivarse de esto [= oposi- cién a tal impulso] para los reinos de, Dios podria haber sido. subestimado, Uno se sentia en posesién de un tremendo poder que no permitia que se presentara ni el mds leve: pensamiento de que un tnico hombre podria tornarse peligroso para Dios” Lo que Schréber habia experimentado desde esa época del po der de Dios para realizar maravillas lo convencié de que Dios,” siempre que las relaciones del ordén del mundo continuaran, podia destruir por enfermedad mortal 0 por relampagos 2 cual quier hombre que se tornara molesto para él. Uno no crefa que -debia utilizar inmediatamente este tre." mendo poder contra el futuro asesino del alma porque, al comien- zo, este Ultimo habla abusado sélo de relacién mediante nervios con Dios, y si bien esto podia conducir eventualmente al-asesi nato del alma, la posibilidad de tal crimen todavia era muy Te: mota porque sus méritos personales y su. conducta moral no. daban razén para pensar tal cosa de él. “En cuanto a'lo que constituye “la verdadera naturaleza del asesinato del alma y, por asi decirlo, su técnica, no puede decir nada més’ de lo que ya se ha indi- < cado. Tal vez sdlo se puede agregar esto (El pasaje que. sigue no es apto para su publicacién.)” ip. 28). Fuéra o no que el profesor Flechsig o uno de sus antepa-, sados debia ser acusado de ser en realidad e] que habia origi- nado el asesinato del alma, para Schreber por Jo menos algo quedaba fuera de duda, menos vislumbrar los suc a saber, que dicha persona debid al : t esos sobrenaturales que experimenta-.} 82 ba Schreber. Flechsig, sin embarga, no ackyuirid un conocimiento muy profundo del orden del mundo existente sino que recibid sélo un indicio de lo que estaba ocursiendo, porque de habersele per- mitido obtener un conocimiento profunda, se habria convertide en firme creyente de Dios y habria estado seguro de que su alma en- traria en un estado de bienaventuranza en el mds alla. Una persona que confiara completamente en obtener esta bienaventuranza nun- ca concebiria, en primer lugar, la idea de asesinar el-alma de otra ersona {p. 28). Si Flechsig hubiera sido religioso en el sen- tido convencional, por cierto no se habria prestado al asesinato del alma. Schreber estaba Jejos de reprochar a Flechsig, que éste, como muchas personas modernas, fuera escéptico en materia religiosa, porque el mismo Schreber habia compartidn esa manera de pen- gar hasta que su punto de vista cambié ante las revelaciones di- yinas. . . Luego, Schreber espern que el lector de su libro se resista _a a idea de que un solo hombre podria tornarse peligroso para Dios y de que Dios, aunque sélo en rangos subordinados, conspi- raria en cierta forma contra un ser humano pasicamentd inocente. Gchreber ni siquiera niega que tal actitud por parte del lector es justificable, pero agrega que a pesar de su creencia en Ja gran- deza y la sublimidad de Diss y en e} orden del mundo, no se siente perturbado. Ni siquiera cl mismo Dios cra, ni es, una criatura de -tan absolute perféccién como la rhayoria de Jas religiones preten- den que sea. Los rayos y Jos nervios se atraen entre si, y esto puede ser peligroso para Dios. Estos peligrés pueden incrementarse bajo la creciente nerviosidad de la gente. Schreber repite que Dios ve a las personas vivas sélo desde el exterior, que la presencia conti- nuada y el total conocimiento de Dios en relacién con el interior de las personas vivientes, como regla, no existe. También, el eterno amor de Dios se refiere en realidad sdlo a la créacién como totali- dad. Tan pronto como se presentaba un conflicto de intereses entre Dios y seres humanos aislados, o grupos de seres humanos (,pien- sese en Sadoma y Gomorra!}, aun tal vez entre Dios y la poblaciéa de un planeta entero: (mediante ¢] incremento de la nerviosidad y la inmoralidad), el impulso de Ia autoconservacién comenzaba ‘a funcionar, como en cualquier otra criatura yiviente. Cuando se alcanzara, para Dios, el goce eterno de su creacién, y para la gente el goce durante la vida y después de la muerte la mAs alta felici- dad en forma de bienaventuranza, entonces la meta de Ja perfec- cién estarla cumplida. Por Jo tanto no se podia pensar que Dios negaria a ningén hombre el estado de bienaventaranza que ‘mere. cia, porque cada incremento de las “antesalas del cielo” tornaria a Dios mas poderoso y reforzaria sus defensas contra los peligros derivados del acercamiento a Ta humanidad. Asi, era poco probable que se presentara un conflicto entre los intereses de Dios y los intereses de un solo ser humano (p. 31). Sin embargo ocurrié, como Schreber Jo explicar4 con mayores detalles en los capitulos si: guientes, por medio de una cadena de milagrosas circunstancias, Un caso ‘similar no habla ‘ocurrido jams en-la historia del mundo y; como esperaba Schreber, nunca volveria a ocurrir, “Pero también en este caso tan particular el orden del mundo contiene en s{ los medios para curar las heridas que le fues : ron infligidas; el: remedio reside en Ja efernidad. Aunque yo crefa antes (casi durante dos afios) que debla suponer, y segin mis experiencias de esa época también estaba obli. gado a suponer, que la continua ligazén de Dios con mi persona habfa ‘dado por resultado el fin de toda creacién en Ja tierra, salvo alguna maravilla a mi alrededor, reciente- mente debi reducir-esta suposicién de manera esencial. 'Algunds personas ‘se tornaron muy infelices, Yo, como : Se me permite decir, experimenté una época horrible y pasé He por una amarga escuela de sufrimientos. Por otra parte, du- 32 rante seis afios la ininterrumpida continuacién del flujo de 3 Tos nervios de Dios hacia mi cuerpo causé Ia pérdida del total: = de bienaventuranza que se habia reunido hasta ese punto, y de momento ha hecho imposible establecer nuevas hendi- ciones de manera que, por asi decirlo, el estado de bienaven- turanza est4 suspendido [y] todos los seres humanos que des- de’ entonces han muerto ¥ que atin morirén no podrén convertirse en bienaventurados hasta el futuro lejano. La transicién de los nervios de Dios hacia mi cuerpo ocurre contra Ja voluntad de los mismos y con un sentimiento de desagrado que se expresa en Ios continuos pedidos de ayuda, tal como Ios oigo desde el cielo todos los dias, de las partes de los nervios que estan separadas de la masa total. Pero todas las pérdidas pueden ser compsnsadas nuevamente en la medida en que existe una @ternidad, aunque tal vez se_ | ae hecesiten miles de-afios para reconstruir completamente la situacién anterior.” , ‘ - Interpretacin 5 A, El contenido delirante En verdad, nuestra expectativa al final del capitulo anterior de . que Ja “maravillosa construccién” del mds allé giraba en torno de demasiadas protecciones para ser muy Segura, result6 ser acer- tada aun antes de que “la construccién” tuviera oportunidad de funcionar. Un intento de asesinar el alma de Schreber puso fin a la misma. Al principio parece muy dificil, si no imposible, des- cubrir exactamente de qué car4cter era ese atentado. Ya el pri- mer p4rrafo muestra la oscuridad de Schreber en cuanto al asunto, y en las pdginas que siguen él no consigue aportar ninguna clari- dad. Desde las épocas anteriores hasta el presente, los miembros de la familia Flechsig trataron de asesinar e] alma de una persona de la familia Schreber. Resulta claro que Schreber perdié la rela- cién.entre el asesinato del alma y su origen. Ademas, el censor suprimiS aquellas observaciones que tal vez habrian permitido comprender mejor. Por fortuna, al introducir la idea del asesinato del alma, Schreber tomé un ejemplo con el que ni él ni Flechsig tenian nin- guna relacién, En leyendas muy difundidas, en el Fausto de. Goe- the, en el Manfredo de Byron, y en El cazador furtivo de Weber, el asesinato del alma desempeiia un papel importante: el Demonio trata de apoderarse del alma de alguign. Aunque Schreber ‘inme- diatamente rechaz6 Ja validez de tal procedimiento, porque el De- monio en este sentido no existia, en el paso siguiente neutraliz6 su conviccién al decir que era cierta Ja existencia del asesinato del alma. Reednocemos que la conspicua actitud de Schreber hacia este asunto también estaba presente en otros aspectos en los capi- tulos anteriores en relacién con el Demonio y nos ofrecié en ellos una oportunidad de penetrar en el problema. Este hecho nos per- mite esperar que el examen més profundo, en especial de -esta parte, nos ofrecerd una posibilidad de clarificar algunos problemas. Schreber cometié un error, come lo seiialé Freud, en el hecho de que el Manfredo de Byron no encajaseh el molde de los otros ejemplos, porque Manfredo no pierde su alma.’* Segin Schreber, 35 “En el-poema bytoniano no hay nada andlogo al pacto dé Fausto con el - Demonio, ni el concepto de asésinato de un alma aparece una sola vez en él; pero su nédulo y su secreto es un incesto fraternal (Freud, 8. £., 1911, ps 44, 0. C, p, 877), *

You might also like