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LA INTERACCIÓN ENTRE LOS ESTILOS DE DESARROLLO Y EL MEDIO

AMBIENTE EN AMÉRICA LATINA.


JONATHAN PERILLA GOMEZ
CODIGO 20052032027

América latina estaba alcanzando resultados sin precedentes, debido a su rápido crecimiento
económico e industrialización, pero sin tener en cuenta los problemas sociales y otras formas de
dependencia externas que en su seno se iban acumulando tensiones y dificultades que solo se
resolverían a través de crisis muy serias.

Los países latinoamericanos se vieron obligados a contemplar diferentes estilos de desarrollo


alternativos, pero esas concepciones de estilos alternativos de desarrollo adolecían de dos
importantes limitaciones: el no reconocimiento adecuado de la nueva constelación internacional;
tampoco prestaron una consideración apropiada a la dimensión ambiental.

Al proceso de transformación de la sociedad se le conoce con el nombre de desarrollo el cual esta


caracterizado por una expansión en la productividad, una elevación en la productividad por trabajador
y de ingreso por persona, cambios en la estructura de las clases sociales y de las estructuras
políticas, lo cual permite una elevación de los niveles de vida. Todo esto nos permite identificar como
desarrollo un estilo internacional ascendente que según el enfoque, el crecimiento económico y la
industrialización, tiene muchos rasgos negativos a futuro.

La tecnificación del trabajo ha aumentado la utilización de energías no humanas lo que ha permitido


el aumento de la productividad y por lo tanto la generación de un excedente por sobre lo necesario
para reproducir la fuerza de trabajo. Dicha tecnificación del trabajo cambio la utilización de la energía,
la producción y aumento los niveles de vida de la población; este excedente se ha dado en forma
dispareja entre las clases y grupos sociales.

La reproducción de la fuerza de trabajo solo es posible en la medida en que se extraigan de la


naturaleza los elementos necesarios; la artificializacion es un proceso mediante el cual el hombre
puede obtener todos los materiales industriales útiles. El hombre interviene eliminando aquellas
formas que no le interesan y las reemplaza por las deseadas. La agricultura es la actividad destinada
a obtener de la tierra productos útiles para el hombre; de esta manera se obtiene un aumento de los
rendimientos de esa actividad, aunque disminuya la productividad total del ecosistema en términos de
biomasa.

La artificializacion genera un excedente de productos alimenticios que posibilita la transferencia de


población rural a la ciudad, donde se la necesita para las tareas de transformación, esta
transformación se traduce en obras de infraestructura. Este medio ambiente artificial constituye una
materialización de la evolución tecnológica.

De acuerdo con el desarrollo, los sectores primarios – agricultura, silvicultura, pesca y minería - van
perdiendo importancia, mientras se expanden proporcionalmente los secundarios – industrial de
transformación – y los terciarios – Los servicios - es decir para que el medio artificial sea vivible y
productivo, es indispensable que se le suministre energía.

En el medio artificial es indispensable además la reposición de todos sus elementos cuando éstos se
van deteriorando normalmente. Para ello es preciso recurrir nuevamente a la biosfera, extrayendo
materia y transformándola en los elementos apropiados, todos los elementos extraídos del medio se
transforman, en términos de masa y energía, en una cantidad igual de productos y residuos, los que
deben reacomodarse en la naturaleza.

Las ciudades son centros concentradores de insumos naturales y donde se consume y se acumula la
mayor parte de los productos, también se concentra la mayoría de la población, además son los
mayores centros de producción de desechos y residuos. Y éstos se descargan al aire, al agua y
sobre la tierra, es decir a la biosfera.

El medio ambiente son la fauna, flora minerales y espacios además las interacciones ecológicas entre
todos estos elementos; la biosfera condiciona las posibilidades de desarrollo pero el proceso de
desarrollo socioeconómico altera los ecosistemas y afecta con su dinámica de diversas maneras a la
biosfera.

Los elementos que integran la biosfera no son inertes, y forman ecosistemas; caracterizados, entre
otras cosas, por estar en permanente proceso de reproducción y mutación evolutiva, gracias a una
fuente externa de energía – la radiación solar -. La sociedad humana durante su supervivencia y
desarrollo exigen la explotación del medio ambiente. La explotación del medio ambiente interfiere con
los ciclos ecológicos; esta interferencia es asimilada por los ecosistemas ya que poseen una
capacidad relativamente amplia de absorción y digestión.

Las actividades humanas influyen en mayor o menor medida sobre la biosfera, mientras que las
características del medio ambiente influyen a su vez sobre la sociedad. Para llegar a una
comprensión más precisa de la forma concreta de esas interacciones, se necesita precisas el estilo
de desarrollo, incluida plenamente la dimensión ambiental, lo que implica centrar la atención sobre las
actividades de extracción de materia y energía de la naturaleza y su transformación, acumulación y
consumo; la generación simultánea de desperdicios y desechos y la ordenación territorial de ambos
tipos de actividades.

Son los cambios catastróficos o evolutivos de la propia biosfera que determinan las modificaciones de
la sociedad. Sea que la sociedad desencadene los cambios en las interacciones, o que sólo esté
reaccionando frente a cambios ambientales, las características ambientales, a lo largo de un
prolongado proceso histórico, influyen sobre la cultura, costumbres, estilos de vida y conocimientos
técnicos de una sociedad.

El fenómeno de apropiación privada de la tierra se da también en gran medida en la ciudad, en la


medida en que se apropian de las mejores tierras urbanas sectores minotarios; la población urbana,
en acelerado crecimiento, evidencia una demanda cada vez mayor de espacio frente a una oferta
limitada. Los niveles de ingreso de la población establecen un sistema discriminatorio de acceso a la
tierra urbana.

El condicionamiento de la sociedad por la naturaleza es función básicamente de dos elementos: el


grado de aislamiento de una comunidad, y el grado de desarrollo del conocimiento científico. En tanto
existe la posibilidad de desplazamiento geográfico de la población y de transporte de los productos
obtenidos de la naturaleza, una población determinada deja de relacionarse y puede desarrollar
relaciones con el medio ambiente del que se ha apropiado otra sociedad. Estas relaciones requieren
cambios en las formas de apropiación preexistentes, el establecimiento de relaciones de intercambio
de los productos.

Las importaciones constituyen el reflejo del estilo de vida de los países desarrollados e incorporan el
proceso histórico de condicionamiento mutuo entre sociedad y naturaleza de esos países. En el
desarrollo del capitalismo de los países industriales influyeron poderosamente las condiciones
particulares de cada uno.

En el desarrollo del capitalismo en su fase de expansión industrial en los diversos países estilos o
modalidades diferentes en materia de organización económica, estructura social, orientación de la
técnica y los modos de organización de la industria, la agricultura, el transporte las formas
arquitectónicas y de la construcción. Todos estos centros del capitalismo industrial tuvieron sus
extensiones coloniales o zonas de influencia hegemónica a las que se transfirieron algunas de las
características del estilo de las potencias metropolitanas.

Por haber sido casi todos los países desarrollados potencias internacionales y coloniales, sus estilos
nacionales de desarrollo reflejan la interacción sociedad – naturaleza nacional y la interacción
sociedad nacional – naturaleza colonial. Los países hoy industrializados tuvieron el privilegio de
extraer de su propia naturaleza y del resto del globo los productos que exigían el crecimiento de su
población y de su producción.

El agotamiento de los recursos no renovables de más alta ley y de mejor localización y el deterioro de
los renovables que acompañaban este proceso, no constituía para ellos un problema en la medida en
que el avance tecnológico y la penetración en nuevos territorios y países ponía siempre a su
disposición nuevas fuentes de recursos.
Los estados unidos contaba con una extensa variedad de recursos, incluso energía barata y petróleo
en particular, y hasta la tercera década de este siglo, escasez relativa de mano de obra.

Por su condición de poder hegemónico dentro del capitalismo mundial a partir de la segunda guerra
mundial, Estados unidos pudo determinar en gran medida las características de la organización y
funcionamiento del capitalismo durante su nueva fase. Hasta 1974 la energía parecía un factor de
producción extraordinariamente barato, esta situación fue la causa principal de que se generalizaran
en los países industrializados estilos de producción y consumo. Este estilo se reflejo a través de
varios procesos: el predominio de la tecnología del bulldozer, la artificialización. Por tanto hay que
reconocer la existencia de un estilo ascendente a nivel mundial y un estilo dominante a nivel nacional.

Un estilo de desarrollo constituye la manera en que dentro de un determinado sistema se organizan y


asignan los recursos humanos y materiales con el objeto de resolver los interrogantes sobre qué, para
quién y cómo producir los bienes y servicios; por sistema se entiende tanto el capitalismo como el
socialismo.

El estilo transnacional que hemos identificado como ascendente ha heredado muchos rasgos de las
etapas anteriores del sistema capitalista internacional, pero a los efectos de este trabajo muestra
también diferencias cruciales: el papel dominante de la empresas transnacionales en la difusión y
fortalecimiento del estilo, la generación de cambios en las economías y las sociedades nacionales, la
homogeneización, uso de medios masivos de comunicación, la transformación de la división
internacional del trabajo, la intensificación de la explotación de los recursos naturales, la innovación
tecnológica intensa y continua, la generación de desechos y contaminantes, la creciente movilidad
espacial, la formación de una élite transnacional.

Alrededor de 1940 la población y el sistema internacional había generado en América Latina


sociedades caracterizadas por la explotación de una parte considerable de sus recursos naturales en
función de las necesidades de alimentos y materias primas de los países industriales. El excedente
financiero derivado de la explotación de los recursos naturales salía en su mayor parte al exterior,
influyendo sobre el desarrollo de las sociedades metropolitanas.

El desarrollo registrado en América latina ha consistido fundamentalmente en la incorporación del


estilo de vida de las sociedades industriales de occidente. Pero este proceso de incorporación de
nuevos estilos de vida pronto se propagó a sectores sociales más amplios y en ello influyeron: las
recaudaciones tributarias aumentaron en forma significativa y por los crecientes gravámenes, estos
recursos financieros y otros obtenidos de recaudaciones aduaneras y gravámenes internos, se
emplearon para promover el crecimiento económico y mejorar las condiciones sociales.

Hacia fines de 1950 se produjo un vuelco extraordinario del proceso de desarrollo; al efecto de
demostración de estas élites sobre el resto de la población, en especial a través de los nuevos
medios de comunicación de masas y los novedosos sistemas de mercadeo y créditos de consumo; y
al renovado vigor con que se expandía nacional e internacionalmente el capitalismo.

En el sector del transporte el nuevo estilo de uso altamente intensivo de capital, energía e
importaciones, desalojaba al tradicional. En la agricultura se registraba un gran esfuerzo de
modernización, se construyeron grandes presas, sistemas de riego y drenaje; se promovió y financió
también la mecanización agrícola.

Estas transformaciones tuvieron repercusiones: la explotación de los recursos naturales se ha


intensificado, se ha producido una redistribución espacial, una urbanización acelerada y se ha
desarrollado una producción altamente concentrada de desechos y contaminación industrial.

La estructura industrial ha cambiado, los sectores automotriz, petroquímico, siderúrgico, de bienes


duraderos crecieron rápidamente, mientras que los sectores tradicionales como textiles, calzado,
alimentos y otros quedaron rezagados. Las empresas de mayor tamaño que se han expandido muy
rápidamente, desplazando a empresas locales medianas y pequeñas. La estructura productiva local
depende estrechamente de la importación de bienes de capital, materias primas y energía. Esta
dependencia se renueva permanentemente en la medida en que se introducen continua y
sucesivamente nuevos productos.
Esta a su vez debe financiarse mediante un aumento de las exportaciones de productos primarios, el
notable incremento del uso de energía se traduce en un aumento del comercio internacional del
petróleo. La creciente similitud de la tecnología industrial y de la estructura productiva con la de los
países industriales, esta teniendo efectos muy serios en materia de contaminación y deterioro
ambiental en todas las principales zonas industriales de América latina.

La actividad económica del sector agrícola se expandió considerablemente en el periodo de ascenso


del estilo, lo que revela la enorme importancia que continua teniendo los cultivos de exportación en la
agricultura latinoamericana, ello significa que los recursos agrícolas proveen casi la mitad del
financiamiento de los insumos importados que posibilitan la expansión del estilo de desarrollo.

El crecimiento de la agricultura latinoamericana se ha hecho a costa de la transformación y en


muchos casos del deterioro de los ecosistemas, con la penetración del capitalismo en el campo, se ha
traducido en el predominio de modos de producción donde prevalece cada vez más el criterio de
rentabilidad de las inversiones por sobre el horizonte ecológico. En las zonas tradicionalmente
agrícolas, los latifundios se caracterizaban por subexplotar el suelo y los minifundios por extraer
mucha mayor productividad de la tierra. El latifundio tradicional al modernizarse dejo también de ser el
complemento estructural del minifundio por el aumento de la productividad.

El estilo predominante fue paulatinamente acrecentando las diferencias entre los predios, junto con
esta realidad económico-estructural la modernización del campo penetro a través del modelo de
generación, adopción y difusión tecnológico. El tractor y la maquinaria agrícola símbolo del progreso
y del adelanto tecnológico del campo tuvieron elevadas tasas de incremento. Además la
mecanización desplazadora e mano de obra, no se ha comparecido con la oferta de fuerza de trabajo
el desempleo equivalente de la agricultura latinoamericana ha sido estimado entre un 20 y 40% de la
población activa.

La modernización capitalista agrícola ha estimulado corrientes de migración. El desarrollo ha podido


aprovechar una fuerza de trabajo a costos por debajo del costo de su reproducción y ha contado con
su renovación permanente gracias a las migraciones. El estilo de desarrollo no ha ofrecido medios ni
incentivos para la provisión de viviendas, infraestructura urbana ni servicios sociales adecuados a las
necesidades de los estratos de bajos ingresos.

El consumo de nuevos productos industriales también se difunde a los estratos de bajos ingresos,
produciendo probablemente una desviación importante de los recursos necesarios para cubrir sus
necesidades alimentarias y de otros rubros básicos. Los patrones de asentamiento de las grandes
aglomeraciones se han transformado bajo el impacto conjunto del acelerado crecimiento demográfico,
todo ello acarrea una serie de importantes consecuencias:

El área ocupada por las grandes aglomeraciones ha crecido restándole terrenos a la agricultura, la
competencia por el espacio ha fomentado la monopolización de terrenos, los costos de construcción
de las viviendas también ha subido, los costos de la tierra implican el surgimientos de asentamientos
irregulares, la relegación de los estratos de bajos ingresos a zonas particularmente sujetas a la
contaminación e origen industrial, la expansión de zonas residenciales de baja densidad habitadas
por la parte más influyente y adinerada de la población urbana ocasiona una fuerte presión a favor de
inversiones púbicas en carreteras de alta velocidad.

La segregación espacial de la población urbana según nivel de ingreso y grado de integración en la


sociedad de consumo se hace más sistemáticamente en las etapas recientes de la penetración del
estilo transnacional. La movilidad espacial asociada al automóvil y al consumismo en general no se
limita a las ciudades. El crecimiento industrial y los nuevos patrones de consumo implican aumentos
en la producción de desechos y contaminantes. La aparición de grandes zonas pobladas por familias
de bajos ingresos ha provocado problemas graves de salud, de escasez de agua potable de carencia
de espacios libres para parques y esparcimiento.

La penetración del estilo transnacional ha traído dos secuelas negativas para la salud de los estratos
de bajos ingresos, por un lado la atención médica ha seguido las tendencias de especialización y
encarecimiento de los servicios de los países centrales capitalistas y se ha concentrado en los
problemas de los estratos con mayor capacidad económica; y el encarecimiento excesivo de los
medicamentos.

La explotación en gran escala de nuevos recursos minerales, la creación de industrias elaboradas de


esos recursos, la pesca industrializada, la construcción de grandes presas hidroeléctricas, y la
expansión de la frontera agrícola han estimulado la aparición de muchos centros urbanos de
crecimiento explosivo.

Los centros de crecimiento explosivo parecen ser excepciones a la lógica concentradora del estilo de
desarrollo, muchos de ellos surgieron durante la etapa anterior, la del capitalismo nacional,
estimulados por los grandes proyectos financiados por el estado y su aspiración a crear polos de
crecimiento regionales.

El petróleo es a la civilización urbano-industrial contemporánea lo que los esclavos fueron a las


plantaciones, el viento a la navegación de velas o el sol y el agua a las plantas, la crisis del petróleo
es en realidad el principal síntoma de la crisis del estilo de desarrollo contemporáneo, porque afecta a
su fuente energética fundamental, el estilo en ascenso es de origen importado y su expansión se
alimenta progresivamente de sucesivas innovaciones tecnológicas también importadas.

Las características que debería poseer un estilo alternativo de desarrollo son: desarrollar tecnologías
de uso mucho más intensivo de mano de obra y mas ajustadas a la base de recursos naturales,
reciclaje o reaprovechamiento de los desechos y desperdicios, detener la continua expansión de las
ciudades gigantescas así como los excesos del consumismo.

La crisis urbana también esta teniendo consecuencias: en este sentido hay iniciativas de
descentralización geográfica de las industrias. La crisis de los servicios de salud está cambiando,
llegándose a reivindicar incluso el aprovechamiento del conocimiento empírico de diversos
practicantes no profesionales de la medicina.

El uso de materiales y diseños tradicionales locales, apropiados a las características climáticas y de


otra naturaleza y a los conocimientos y capacidad tradicionales de la población en materia de
construcción, esta insinuándose como alternativa a la tendencia predominante hacia la
homogeneización transnacional. Transformar estas múltiples y profusas reacciones frente al actual
estilo de desarrollo, y el conocimiento de sus limitaciones y fallas, en un programa viable a favor de
un estilo de desarrollo alternativo.

Existe una estrecha relación entre sociedad y medio ambiente ya que ésos son respectivamente
subsistemas que conforman un sistema global condicionándose mutuamente. Los conocimientos
científicos y tecnológicos se orientan a reproducir el estilo a corto plazo.

Es necesario en consecuencia, además de complementar y ampliar lo estudios clásicos sobre


recursos, incorporar análisis de desarrollo integral, que además de verificar el comportamiento de
cada subsistema informen sobre las interacciones entre ambos.

Las actividades destinadas a conocer y evaluar los recursos naturales y su vigilancia permanente y
sistemática, y comprender el comportamiento de sus ecosistemas deberán constituir una de las
preocupaciones centrales de la planificación y de la política de ciencia y tecnología.

Una proporción considerable de su comercio exterior se basa en la exportación de recursos naturales,


por lo tanto, la base de sustentación de las estrategias de industrialización se encuentra
fundamentalmente en el capital o patrimonio de recursos naturales de estos países. El petróleo
deberá enfrentar las disyuntivas que esta situación plantea: reducir el ritmo de crecimiento
económico, mantener la economía a un nivel de subocupación significativo, elevar considerablemente
los precios del petróleo y sus derivados.

La introducción de la perspectiva ambiental significa reconocer que ese proceso de crecimiento está
condicionado por el medio biofísico local, nacional y global, tanto porque este último afecta de
diversas maneras el crecimiento económico, como por que es sustancialmente afectado por el, y cada
vez más a medida que avanza el proceso del desarrollo

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