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¿Cómo explicas la sed de mis demonios?

¿Cómo saciarías mi
eterna maldad? ¿Cómo matarías el amor que sentí por ti?
Dime, dime tu verdad, aquella que es mía y que ocultas sin
más, dime, dime que estoy herido y que tú me curarás, cura
esta sed, pero dilo, dime que lo harás en verdad, porque mi
corazón ya no da para más, y dilo con esos, tus dulces labios,
porque son los que veintitrés veces me han domado y que ni
una sola vez he probado, como los he deseado, por eso, y por
nada más, oye este canto, cura mi pesar, alivia mi roto soñar,
y bésame para que al fin muera en eterna y añorada paz.
¿Cómo explicarías mi sueño de pasión? ¿Cómo vencerías a mi
eterna maldición?
Porque se tu verdad, aquella que tu rezas y me niegas sin más,
¿Por qué la escondes, si la conozco ya? Y el porqué de tu bella
crueldad y de tu dolida realidad, me azotan, me atacan sin
piedad, y me dicen que no conozco tu verdad, y qué más da.
Y despierto a mitad de la noche, tu luz de plata ya no está, mi
alma incompleta te busca, le burlas y te vas, ¿Acaso volverás,
a mi alma iluminar con tu luz y tu beldad?, Pero vivo
engañado, porque te creo, te creo cuando dulcemente dices
que volverás una vez más.
“Ese es mi mal… Soñar, con
~1~que te veré una vez más…”
Día uno
Ordena tus ideas
07/10/2009

Escrito por: Daniel Mantilla

Aquí yacen tu Luna y tu Sol,


Aquí están, en esta oscura prisión
Del pensamiento y sin perdón
Junto con los remanentes de mi corazón,

~2~
Aquí yace otro moribundo amor,
Por eso te lo dedico a vos.

De Daniel para alguien a quien creyó amar,


Si no es que para alguien más.

~3~
Tus pecados te alcanzarán (Números 32:23).

~Día uno~

~4~
Ninguna verdad es absoluta. En consecuencia, puede ser vista de distintas
formas y seguir siendo la verdad, volviéndose absoluta con el pensamiento de
quien la interpreta. Absoluta pero no completa.
Esta, era su forma de ver la realidad, lo que para él era su verdad, pero que
nunca fue absoluta porque él no era quien debía ser en realidad.
Esta podría ser su historia.

~5~
~Día 1~

Me despierto en una cama que parece de hospital, algo desconcentrado y mareado,


dentro de una habitación de color blanco en su totalidad, el reloj que había marcaba
las 2:06 de la tarde y había dos personas junto a mí que me parecía haber visto en
algún lado, pero que en realidad no he visto nunca en mi vida… Pero, por más que
intento, no logro recordar nada de mi pasado ¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Por qué
estoy aquí? No sé cómo responder ninguna de esas preguntas…
<< ¡Manrique, al fin despiertas! >>, Dijo una voz femenina y de tono un poco agudo
interrumpiendo mi pensamiento.
<<…Manrique… ¿Ese… es mi nombre? >>, Dije algo desconcentrado.
<< Si, ¿acaso no lo recuerdas? >>
<< El doctor dijo que él podría presentar amnesia durante algún tiempo >>,
interrumpió a su vez una voz diferente.
<< Y tú, ¿Quién eres? >> Pregunté a la otra persona que estaba con nosotros, que
desde que abrí mis ojos no dejaba de verme con una mirada que parecía una
combinación de alegría y melancolía.
<< Luna, quita esa cara tan pesimista, Manrique acaba de despertar y quizás por eso
aun no nos reconoce, por cierto, quizás no me recuerdes, pero soy tu mamá, pero tú
me llamas madre como por “respeto” y Luna, ella es, es tu novia, además es ella
quien te encontró accidentado en la calle con tu motocicleta >> Mientras decía esas
cosas, la voz de aquella mujer sonaba feliz y emocionada, como si hubiese esperado
para decir aquello durante mucho tiempo.
<< ¿…Mi novia? >> Pregunté algo extrañado, no le recordaba del todo.
Cuando pose mis ojos sobre la chica que respondía al nombre de Luna y mire con
más cuidado, me perdí en tan perfecta belleza: piel blanca y tan fina como la seda,
cabellos largos y oscuros como la noche y unos ojos de color oscuro que inducían a
una profunda melancolía casi infinita en la que cualquiera se perdería.
<< Llamaré a tu padre para avisarle que ya despertaste, todos estábamos bastante...
>> Dejé de escucharla por completo al perderme en los ojos de Luna, en ellos se
veía una especie de melancolía que le partiría el corazón a cualquiera.

~6~
<< Entonces, tú eres, mi novia >>, dije de forma tímida y pausada. << Gracias, por
quedarte a cuidarme, mientras estaba aquí, porque esto es un hospital ¿verdad? Esto,
perdóname, por no poder recordarte… >>
Luna entonces se sonrojo un poco, mas a la vez empezaba a verse un poco más
triste, como si fuese la culpable de algo, no quise decirle más, tal parece que le había
afectado un poco mi despertar.
Después de eso pasamos un par de horas con mi madre tratando de ponernos al tanto
de quién era yo y lo que hacía, al parecer yo era un estudiante de secundaria de
quinto año (cabe mencionar que estábamos a mitad del año, de manera que si yo lo
deseaba podía reintegrarme a las clases); también era bastante hábil para la poesía,
por lo que había escrito muchos poemas en tan solo dos años. Seguimos así por un
rato más y rara vez Luna me dirigía la vista o cambiaba esa expresión tan
melancólica que se veía en sus ojos.
La tarde pasó volando. El reloj de la habitación marcaba ya las 6:00 de la tarde,
habían pasado cuatro horas ya desde que había despertado del coma, el sol ya casi se
había ocultado, entonces mi madre cambio su expresión:
<< ¡Que tarde se ha hecho! >>, Dijo mi madre viendo su reloj. << Hijo, creo que ya
es hora de que me vaya, pero volveré mañana temprano, Luna, ¿te irás conmigo? >>
<< No >>, Respondió rápidamente Luna. << Me quedaré un poco más con
Manrique >>
<< Está bien, como desees, hasta pronto hijo, descansa bien esta noche. >>, Después
de que mi madre salió de la habitación la expresión de Luna cambió, empezó a
verme como si quisiera interrogarme.
<< ¿En serio no recuerdas nada? >>, Me preguntó ella cambiando su expresión.
<< Nada, creo >>, Le respondí de forma vaga. << O por lo menos, no cómo llegue a
parar a un lugar como este. >> La expresión de Luna cambió una vez más y esta vez
en sus labios se dibujo una sonrisa que parecía que se desvanecería en cualquier
momento.
<< Quisiera que nunca recordaras, para que fueras así de inocente siempre >>, Al
decir esas palabras se acerco a mí y me beso en los labios, no puedo decir si fue mi
primer beso o si fue el mejor, porque como ya dije, no recordaba nada de nada;
después de eso Luna se quedo abrazada a mí, se sentía su calidez y hacía latir a mi
corazón cada vez más rápido, tampoco quería soltarla, quería sentir esa calidez
eternamente, creo que por esa razón me debí haber enamorado de ella; poco después
de eso caí presa del sueño y del cansancio…

~7~
Volví a abrir los ojos todo estaba oscuro, lo único visible era el reloj que marcaba
las 3:15 de la madrugada, lo único que rondaba mi mente era Luna y el beso que me
dio, ¿que habrá querido decir con que nunca recordara? Y es más ¿dónde estoy?
Parece una clínica o un hospital pero quien sabe, eso lo podía pensar por la mañana.

~Día 2~

El reloj marcaba las 7:30 de la mañana y el sol brillaba mucho como para poder ver
algo por las ventanas, se podía escuchar una conversación a medias tras la puerta de
mi habitación, así que decidí pegarme a la puerta para poder oírla:
<< Será lo mejor para el… realmente presenta mejoras… avíseme si llega a recordar
cosas de… no es lo más conveniente… tráigalo… >>
<< Entonces… ¿…a ser como era antes del…? >>, Era la voz de mi madre hablando
con un desconocido que parecía tener una edad avanzada.
<< Puede que si… tenga cuidado… de todo lo que suceda… pasemos a ver… >>,
Me volví a acostar en la cama para disimular un poco cuando mi madre y un doctor
de edad avanzada entraban lentamente a la habitación.
<< ¿Cómo se siente hoy joven? >>, Preguntó el doctor. << ¿Pudo dormir bien su
primer noche? >>
<< Sí, eso creo, pero eso no me preocupa, ¿Dónde estoy? ¿Estoy en un hospital? >>
<< Podría decirse que sí, pero eso no es de mucha importancia en estos momentos,
>>, Dijo el doctor con un tono de voz imponente. << Cambiando de tema, debido a
su satisfactoria recuperación será dado de alta esta tarde, después de que archivemos
su recuperación en su historial médico. >>
<< ¡Qué alivio oír eso doctor! >>, Respondió mi madre al instante. << Manrique ha
de estar deseoso de ver el mundo exterior, tras tantos días de coma… digo, de sueño
profundo. >>
La expresión de mi madre se tornaba cada vez más fingida a cada instante que
pasaba por lo que decidí interrumpir diciéndole:
<< Tienes razón, ya tengo ganas de estirar las piernas un poco. >>
<< Entonces no veo ningún inconveniente >>, Dijo el doctor. << Pasemos a ver los
documentos del joven Nebel para dejar todo listo para su salida esta tarde. >>
~8~
El inexpresivo y viejo doctor salió con mi madre de la habitación dejándome solo
otra vez y pensando que querrían decir con todo eso que estaban hablando antes de
entrar, en la habitación, ¿Era esto en serio un hospital? y ¿por qué no habría de
serlo?
El reloj de la habitación blanca y silenciosa marcaba ya las 2:30 de la tarde, yo ya
había tomado una ducha, comido un almuerzo y me había puesto ropa limpia, listo
para partir y guardando silencio por la desconfianza que todos me inspiraban en ese
momento, en especial Luna, que desde el incidente de ayer no sabía más de ella,
pero en realidad no me importaba tanto en ese instante, tenía mejores cosas en que
pensar.
Al estar frente a la puerta de mi supuesta casa con mi madre, no sabía que esperar, si
una casa muy acogedora y humilde, o si una casa con muebles caros pero poco
agradables a mis ojos; el resultado era una especie de combinación de ambas ideas:
algo lujoso y a la vez acogedor, con algunos toques de familiaridad que me hacían
pensar que esa si podría haber sido mi casa, pero no mi hogar, eso jamás.
Cuando tuve la oportunidad de entrar a mi habitación, pude en realidad sentirme “en
casa”, por más que no la recordara, me entraba una extraña sensación, como si algo
importante para mi hubiese ocurrido allí. No había muchas cosas en ella: una cama
(sin arreglar), una mesa llena de cuadernos (al parecer de clases), alborotados junto
con algunas hojas impresas de varios poemas interesantes, pero que en realidad no
eran de mi interés, un pequeño ropero en un rincón, y una computadora portátil
sobre mi cama; mi madre dijo que había dejado mi habitación intacta desde mi
accidente, lo cual daba en traducción de que era un desastre en lo que a orden
respecta.
Después de revisar uno que otro cuaderno y algún poema de mí mesa pude notar que
en algunos decía: “De Nebel para Luna” y en otros “de Nebel para Siela”, ¿Quién
era esa tal Siela? ¿Por qué le habría escrito poemas a ella? Y es más ¿Por qué los
tenía yo y no ella? Todo esto empezaba a tomar un sentido más extraño y misterioso
a medida que registraba más y más entre mis cosas, me detuve un momento y fije mi
atención en la computadora sobre mi cama, me abalance sobre esta, creyendo poder
hallar respuestas, pero algo me detuvo: no sabía la contraseña de mi sesión; pronto
mis esperanzas se desvanecían a medida que mis preguntas aumentaban de manera
descomunal…
Mire mi reloj de pulsera que marcaba ya las 4:00 de la tarde, otra vez había perdido
la noción del tiempo, y el hambre empezaba a consumirme por dentro, por lo que
decidí salir un rato a tomar aire mientras esperaba a que la cena estuviera lista.
El aire de la calle me invadió al instante. Se sentía una sensación de individualidad y
de un único pensar a la vez, el alma más grande se hubiera sentido como la más
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pequeña entre esa cantidad de gente inclusive a esas horas; << Yo soy yo >> pensé,
y en lo que me acostumbraba a esa sensación, decidí pasar por el colegio en el que
mi madre decía que yo estudiaba, era al parecer la hora de la salida, porque había
una gran cantidad de chicos con uniformes en los alrededores que se alejaban poco a
poco en pequeños grupos, estaba a punto de irme cuando…
<< ¡Eh, Manrique! ¿Eres tú? >>, Preguntó una voz desconocida a mis espaldas.
<< ¿Qué? ¿Quién? >> Dije yo como perdido y de pronto sentí una palmada en la
espalda y un chico que parecía de mi edad se me acercó y prosiguió diciendo:
<< ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Dos, tres semanas? >>, Decía él, sonriente << Ya
en el aula empezábamos a creer que no te volveríamos a ver por aquí, pero aquí
estas, vivito y coleando. >>
<< Si… Esto… ¿Y tú eres? >>, Pregunté desconcertado, esto era de lo más raro para
mí. << No te conozco de ningún lado. >>
Vaya amigo el que eres, te desapareces por unos días y cuando vuelves no recuerdas
ni siquiera a tu mejor amigo, jeje, tan innecesario como siempre ¿o no Manrique?
<< Si… Eso creo, pero, en serio, ¿Cómo te llamas? >> Pregunté yo, insistiendo.
<< ¿En serio?, pero si soy yo, Allan, tu mejor amigo desde que tienes memoria, y tal
vez al único que sabe guardar secretos, desde que le conté en secreto a Marcelo
porque no estabas llegando a clases, todo el colegio lo supo, incluso los que no te
conocen saben lo que te pasó. >>
<< ¿Todos? >>, Pregunte algo extrañado << ¿A qué te refieres con todos? >>
<< Ah, está bien, resolvamos esto ya, vamos, te llevaré con los demás. >>
<< De acuerdo. >> Dije yo, algo nervioso.
Allan se adelantó un poco mientras yo veía a mi alrededor y notaba que más de
alguna persona se me quedaba viendo mientras murmuraban entre si, al parecer
sobre mí, pero realmente no les ponía mucha atención mientras trataba de seguirle el
paso a Allan. Cuando logré alcanzarlo choque por error con una chica, botando unas
cosas que llevaba en sus manos.
<< ¡Perdón! >>, Dijo al instante y sin verme se inclinó a levantar sus cosas, y yo,
obviamente me puse a ayudarla.
<< El que pide perdón soy yo, estoy algo distraído >>; En ese momento nuestras
miradas se cruzaron un instante, inmediatamente me perdí en sus ojos verdes como

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esmeraldas, los primeros que veía, y los que hubiera querido ver eternamente. <<
¿Estás bien? >>
<< ¡Nebel! >>, Exclamo ella casi asustada. << No sabía que eras tú. >>
<< Eh, Siela, ¿por qué la prisa? >>, Exclamo Allan acercándose, << No me digas
que te tienen atada a la casa otra vez. >>
<< Es que me esperan temprano en casa y se me hace tarde. >> Respondió ella algo
apresurada.
<< Como tú digas >>, Respondió Allan, sonando algo decepcionado. << Adiós
entonces, nos vemos mañana. >>
<< Adiós Allan, Nebel…, que bueno que estas de vuelta >>, Al decir eso, una
sonrisa se dibujo en sus labios, mientras rápidamente se alejaba y yo me quedaba
viéndola como un tonto.
<< Manrique, para este año de preferencia >>, Dijo Allan ayudando a levantarme,
para que no fuéramos. >>
<< ¿El nombre de ella es Siela, Siela Riviere? >>, Pregunté yo, terminando de
incorporarme.
<< Sip, es una amiga nuestra de padres europeos, pero que nació aquí, y que entro a
estudiar con nosotros el año pasado… oye… ¿Cómo sabias su nombre? >>
<< En realidad no lo sé, simplemente lo sabía, creo. >>, Dije yo, algo confundido.
<< Tal vez sea buena señal, bueno, vamos a ver al resto. >>
Llegando ahí la única persona que reconocí fue a Luna, quien estaba hablando con
unas amigas, que justo en cuanto me vio se abalanzó a abrazarme fuertemente,
como si se muriera por hacerlo. Poco después de ese inusual recibimiento por parte
de mi novia, Allan me presentó al resto de gente que antes yo conocía (es decir, mis
supuestos amigos): Ed (Eduardo), Denoalle (la mejor amiga de Luna), Alfonso,
Marcelo y Víctor, todos ellos, excepto Marcelo, estábamos en el mismo salón de
clases del último año de secundaria; tras ponernos al tanto de todo, lograron
convencerme de integrarme de vuelta a clases esa misma semana (cabe mencionar
que era martes), suspire profundamente y accedí debido a que realmente quería ver
cómo era mi vida antes de olvidarlo todo, quería recuperar mi vida y disfrutar el
resto del año con mis amigos.
Cuando ya todos se habían ido, vi que mi reloj marcaba ya las 6:15 de la tarde, ya
no había casi rastro alguno del sol y las estrellas más brillantes ya podían verse en el

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firmamento, el ocaso oscuro se había vuelto una especie de escenario romántico
para mis ojos y una profunda tranquilidad me invadía, de pronto Luna se acerco a mí
y sin decirme nada simplemente se recostó en mi hombro para contemplar el
anochecer conmigo mientras yo simplemente respiraba profundo.
<< Es una hermosa noche, ¿cierto? >>, Me dijo ella de forma melosa. << No se
puede ver la luna, pero hay muchas estrellas ya en el cielo. >>
<< Si, así es, es una noche excepcional, por más que es la primera que recuerdo luce
tan apacible y agradable… >>
<< ¿Puedes recordar lo que me decías de las noches sin luna? >>, Interrumpió Luna.
<< “…La Luna no está en los cielos porque tu bajaste y estas aquí conmigo”. >>, Le
respondí yo, casi de forma inconsciente.
<< ¡Sí, eso mismo! Pero, ¿Cómo lo recordaste? >>, Me preguntó ella, feliz y
extrañada a la vez.
<< No lo sé, simplemente, lo sabía. >>, Dije yo.
<< Está bien, mientras lo recuerdes, seré feliz, porque sabré que mi recuerdo nada lo
borra de tu mente, ni siquiera la amnesia >>, Me dijo ella muy feliz y sonrojada.
<< Si está era la vida que yo tenía, quiero seguirla viviendo, contigo, y con todos.
>>, Le dije a Luna de forma romántica. << Además, como olvidarte, si aun no he
terminado lo que empecé… >>, Le dije, como si las palabras quisieran salir de mi
boca.
<< Debo… Debo irme. >>, Dijo Luna con una mirada asustada << Empieza a
hacerse tarde para irme a casa, mi mamá se enojará si no llego temprano. >> Ella
empezaba a oírse nerviosa.
<< Está bien, te acompaño entonces. >>, Le propuse yo, pero no podía dejar de notar
en su mirada el horror como si hubiera visto a un fantasma.
<< No hace falta, en serio, Adiós, Manrique. >>, Luna se me levantó y se fue con
paso apresurado, le seguí con la vista hasta que se perdió entre la gente que pasaba
por la calle, yo también pensé que estaba haciéndose tarde, por lo que decidí irme a
casa a cenar mientras pensaba que el siguiente día volvería a continuar mis clases,
arreglándomelas para recuperar los exámenes que me había perdido.
***
Abrí los ojos a mitad de la noche en mi habitación oscura, lo único visible era mi
reloj de pared con sus números rojos y brillantes que marcaban las 2:06 de la
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madrugada, decidí levantarme a por un vaso con agua para poder dormir más
cómodo. Cuando volví a mi habitación el reloj seguía marcando las 2:06, “Estará
dañado” pensé tras unos instantes, pero cuando revisé mi reloj de pulsera, marcaba
igualmente la misma hora, esto empezaba a volverse más extraño mientras lo veía,
busque otro reloj y espere a que pasaran algunos minutos e igualmente marcaba la
misma hora, ahora si las cosas se miraban más extrañas, pero trate de no interesarme
por ello, le diría a mi padre por la mañana que el reloj necesitaba ser arreglado, o
cambiado en el peor de los casos, me volví a acostar y me dormí. Aun no sé porque
durante todo aquello en mi boca sentía un sabor a sangre.

~Día 3~

El reloj de mi habitación marcaba las 12:00 del mediodía, el sol brillaba refulgente
y poderoso en la altura del cielo, mientras yo alistaba los cuadernos y libros que
llevaría a mi primer día de clases desde que desperté del coma, a decir verdad, e
sentía algo nervioso por ello, pero ni eso ni nada más detendría mis deseos de
continuar justo donde mi vida se había detenido, una vida feliz y sencilla con la
gente que me conoce y me estima.
El primer día fue todo lo que esperaba y tal vez más: cada instante que el profesor
nos perdía de vista, todo lo que hacía el aula era preguntarme que me había pasado,
donde había estado, como recuperaría el tiempo perdido… Cosas como esas. Las
clases eran sencillas para mí, tal vez indicio de que recuperaba mi memoria, todo me
empezaba a salir a pedir de boca…
Pero hasta cierto punto, no podía evitar pensar que todo era demasiado bueno para
ser verdad, como si me ocultasen algo, a lo mejor la desconfianza era parte de mí
forma de ser antes de mi accidente

~Día 4~
~Día 172~
~Odio y sufrimiento~

~ 13 ~
El reloj marcaba las 2:06.
Es el primer día que despierto desde que tuve aquel accidente que selló mi verdadero
yo, mi yo presente; esa maldita, corrió con suerte esta vez, cuando logre salir de esta
prisión del pensamiento, haré que su sangre llueva en todos lados, sus pecados no
tienen perdón; mi amada debería estar viva, no tenía porque morir, no merecía ese
final, ¿Por qué tuvo que matar a quién más amaba?, No la perdonaré, aunque deba
morir la atormentaré desde el averno, Eliade, como quisiera que siguieras aquí,
conmigo, tu recuerdo es lo único que me reconforta en esta prisión del pensamiento,
por favor, quiero verte otra vez, ¿Estas viva o muerta?
Desperté en mi habitación con un sudor frío recorriendo mi cuerpo, una sed
insaciable me invadía y me quitaba el aliento, y, no sé por qué, pero sentí mucha
rabia y mucha ira, como si alguien me hubiera hecho algo muy malo y yo quisiera
venganza; lo único que podía ver era el reloj de mí habitación marcando las 3:15 de
la madrugada, era una noche fría y oscura…

~Día 5~

El reloj en mi brazo marcaba las 4:00 de la tarde, mi ocaso dorado, y tras besar a
Luna en los labios supe que oficialmente las clases del primer semestre habían
terminado, todos celebrábamos con gritos y risas, porque sabíamos que lo peor ya
había pasado y ahora solo quedaba celebrar antes de volver al incomodo tedio de las
clases, quizás eso que siento es sentirse libre y feliz…
No sé por qué, pero cada vez que veo a Luna a los ojos mucho tiempo una especia
de sed me invade, tal vez solo sean jugarretas de mi mente…

~Día 6~
~Primer día de vacaciones~

Cuando por fin desperté, el reloj de mi habitación marcaba las 12:00 del mediodía,
había dormido la mitad del día y aun así me sentía tan cansado y débil, seguro que
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no tenía nada que ver con el hecho de que me dormí más o menos a eso de las 2 de
la mañana por la emoción de mis vacaciones, mientras intentaba planear que haría
antes de que las vacaciones se fueran tan pronto como llegaron…
No creo que hoy vaya a hacer algo interesante, realmente necesito descansar, tengo
tanto sueño…
<<…Debes recordar, tu función real… Hazlos pagar. >>

~Día 7~
~Segundo día de vacaciones~
~Pesadilla~

Qué extraño, hace unos instantes era de día, y ahora de pronto es de noche y estoy
en medio de una calle oscura, en el cielo brilla una luna color carmesí que me
atemoriza mucho. Al caminar un poco por las calles veo algunas personas pero todas
vistiendo capuchas negras y avanzando lentamente en direcciones diferentes cada
una, de pronto, uno de ellos empieza a correr de forma frenética hacia una de las
personas que estaba más lejos, cuando la alcanza la toma del brazo y empieza a
apuñalarla repetidas veces, el miedo y el horror me invaden, pero solo a mí, a nadie
más parece importarle.
<< ¡¿Qué te hizo ella para merecer eso?! >>, El asesino apartó por un instante su
mirada solo para responder a mi pregunta, con un rostro encubierto que solo dejaba
ver una sonrisa malévola:
<< ¿No es acaso lo que tú deseabas? Con esto ya puedes saciar tu sed. >>, Decía
entre risas macabras.
<< ¡¿De qué demonios estás hablando?! >>, Le respondí.
<< ¿No crees que son interesantes los espejos?, >>, Me dijo él, ignorando mi
pregunta << no siempre muestran la realidad, a veces muestran lo que en realidad
deseamos… Deberías ver su cara. >>
En ese momento, el asesino se quito la capucha de la cara, y no puedo creer lo que
veo, ¡Es idéntico a mí! Toco mi rostro con mis manos porque en realidad no puedo
creerlo, el imita mis movimientos y veo que mis manos están manchadas en sangre,
no los imita, soy yo en un espejo, y la persona muerta, ¡es Luna!, esto es demasiado

~ 15 ~
extraño, no es lo que yo quería, yo no podría… No, no pude haberlo hecho yo,
¡NOOOOOOO!
<< ¡Manrique! ¿Estás bien? Estabas gritando dormido. >>, Dijo mi madre, que entró
corriendo junto con mi padre.
<< Estoy bien, eso creo. >>, Respondí algo aliviado, {fue solo un sueño}, Pensé,
pero un sudor frío recorría mi cuerpo y me hacía pensar que pudo haber sido real.
<< Si deseas, uno de nosotros puede pasar la noche contigo >>, Dijo a su vez mi
padre, que parecía algo preocupado por mí.
<< En serio, estoy bien, solo fue un mal sueño. >>, Después de eso volví a
acostarme en mi cama e intente dormir un poco tratando de restarle importancia a
eso.

~Día 8~
~Tercer día de vacaciones~

Aquel viejo reloj de mi habitación marcaba las 2: 06 de la tarde, a una semana


exacta desde que había abierto mis ojos en aquella blanca y simple habitación donde
había estado descansando desde el accidente, ya habían iniciado las vacaciones
intersemestrales, por lo que me quedaba unos días de tiempo libre para desperdiciar
con mis amistades y con mi novia, pero, por alguna razón ese día me sentía
diferente: no había pronunciado palabra alguna desde que me había despertado, no
había salido de mi habitación excepto para tomar un baño y comer algo en el
almuerzo, me la había pasado escribiendo poemas y otras cosas parecidas todo el día
y ya empezaba a hartarme, y, de pronto cerré mis ojos por un instante y cuando los
volví a abrir todo el ambiente soleado y caluroso cambió a uno frío, gris y tenebroso
“De acuerdo, esto es extraño” pensé, al ver la hora en el reloj seguía marcando las
2:06 de la tarde, pero daba la apariencia de que fueran las 6:00 de la tarde de una
día oscuro.
Al salir de mi habitación, todo se había vuelto de una forma diferente: las paredes se
veían corroídas y con grandes manchas de humedad, el suelo se veía sucio y
resquebrajado con grandes fisuras, como si hubiera pasado un terremoto, no había
nadie más en mi casa, cuando salí a las calles, se veía una especie de neblina,
haciendo ver todo más fúnebre y tenebroso de lo que ya era; había una sola persona
en la acera de la calle que se me hacía difícil reconocer porque llevaba una capucha

~ 16 ~
oscura en su cabeza. Cuando me acerque a esa persona lo único que se me ocurrió
preguntar fue:
<< Disculpa, ¿Dónde estamos? >>, Pregunté yo algo desconcertado. Después de
unos minutos una voz femenina y serena me respondió:
<< Estamos donde siempre hemos estado tu y yo. >>
<< ¿Qué quieres decir? Esto no se parece en nada al lugar donde yo estaba hace
unos minutos. >>, Le dije mientras miraba a mi alrededor sin poder ver a nadie más.
<< No me recuerdas ¿Cierto? >>, Me dijo ella de forma femenina y burlona. << Son
las 2:06 de la tarde. >>
<< ¿Eso que tiene que ver con que no te recuerde? >>
<< Tus pecados te alcanzaran y nada más. >>, Justo cuando dijo eso me sentí más
pesado y por un momento una sed asfixiante me invadió, cerré mis ojos por un
instante de cansancio, y, cuando los volví a abrir, otra vez estaba dentro de mi
habitación, el reloj marcaba las 6:15 de la tarde, y todo estaba como debería estar,
“debió ser un sueño” pensé, pero ahora realmente había perdido los deseos de salir
de mi casa.

~Día 9~
~Cuarto día de vacaciones~

Las cosas para mi realmente empezaban a tomar un curso raro, ¿Qué demonios eran
esos invasivos sueños y visiones? Y esa hora, las 2:06, empezaba a tomar un sentido
tenebroso, digo, casi todas las cosas raras que me pasaban eran a esa hora, -Esto es
realmente irritante, necesito respuestas, ahora- me dije.
El reloj de mi habitación marcaba las 1:39 de la tarde, y me disponía a ir a casa de
Allan para devolverle unos cuadernos que me había prestado la semana pasada. Tras
caminar 10 minutos vi a Siela pasar junto a mí, prácticamente ignorándome.
<< ¡Hey, Siela! >>, Le grite a lo lejos.
<< ¿Quién…? ¿Nebel? >> Respondió ella, algo perdida.
<< Si, quien más podría ser sino yo, hola. >>
<< Si, esto… ¿Cómo estas pasando las vacaciones? >>
~ 17 ~
<< Algo confundido, pero bien, ¿Y tú? >>
<< Ah ya sabes… estudiando para cuando volvamos >>, La voz de Siela era muy
apacible y agradable, pero en ese instante se escuchaba algo nerviosa.
<< Siela, ¿Te puedo, preguntar algo? >>
<< Claro, lo que sea.
<< ¿Por qué siempre me llamas Nebel y no Manrique como todos los demás? >>, Le
pregunte a Siela cambiando mi tono de voz.
Siela vaciló un momento, y acto seguido me dijo: <<Porque, tú, me lo pediste. >>,
Al terminar esas palabras su mejillas empezaron a ruborizarse antes mis ojos
extrañados.
<< ¿Cuándo? >>, Le dije yo, en un intento de mantenerla en este mundo.
<< Eh… Mira la hora se me hace tarde para, para hacer algo, ¡Te veo luego! >>,
Luego de esas palabras, Siela volvió a alejarse de mí.
Y así, Siela me dejo con más preguntas que respuestas, que ahora se sumaban a la
gran lista que ya tenía, parece como si todos me estuvieran ocultando algo…
¡Maldición! Esto ya empieza a volverse peor que una patada en el trasero…
Antes de que pudiera siquiera pensar en algo más, ya me encontraba frente a la casa
de Allan y el reloj en mi muñeca ya marcaba las 2:06 de la tarde… justo la hora
que quería evitar.

~La búsqueda de respuestas~


<< ¡Qué pasó, Manrique! >>, Inició Allan al verme frente a la puerta de su casa <<
No te había visto en unos días, pensaba que ibas a pasar durmiendo o haciendo el
vago durante el resto de los días de vacaciones. >>
<< Esto… Sí, yo también tenía eso en mente, pero una “serie de sucesos
inesperados” me hicieron perder la voluntad para hacer algo en vacaciones… >>, Le
dije mientras miraba lo lúgubre y oscura que parecía su casa.
<< Pero bueno, volviendo al tema, ¿trajiste los cuadernos que te presté? >>, Dijo
Allan tratando de recuperar mi atención.
<< Si, casi lo olvidaba, ten aquí están, gracias por prestármelos. >>
<< Si, si, lo que sea por un amigo… >>, Dijo el viendo hacia otro lado.
~ 18 ~
<< Esto, ¿Puedo preguntarte algo? >>, Le dije sentándome en el primer asiento que
vi.
<< Si, ¿qué? >>, Respondió el, sentándose frente a mí en la sala y con algo de
curiosidad.
<< Eh, creerás que es una pregunta rara, pero, ¿Cómo era yo antes de mi accidente?,
me refiero a como era mi forma de actuar. >>
<< Bueno, antes del accidente, eras una especie de combinación de cómo eres ahora
y un poco más alegre, pero… >>
<< Pero que >>, Le dije rápidamente irritado por la pausa que él hizo.
<< Digo que los últimos días antes de tu accidente, empezaste a actuar de forma
inusual, es decir, eras más callado y agresivo, no hace falta que te diga que te
metiste en más de una pelea, por lo que no podría decirte más acerca de tu
comportamiento a que te mantenías lejos de tus amigos, como si desconfiaras de
nosotros. >>
Cuando Allan termino de decir esas palabras, yo me sentí más perdido y frustrado
que en el principio, era como estar en un callejón sin salida; luego el agregó:
<< Además, tu faltaste a clases un día después del funeral de Eliade, creo que al día
siguiente fue tu accidente >>, Concluyo Allan tratando de hacer memoria.
<< Espera, ¿quién es esa tal Eliade? >>, Le dije sin tomar aire siquiera.
<<Tienes razón de no recordarla, ella falleció dos días antes de tu accidente >> Me
dijo Allan con cierto tono de seriedad, después prosiguió diciendo: << Era algo
apartada pero muy hermosa, también muy inteligente y algo hábil en deportes, a
pesar de eso no le gustaba la popularidad, aunque creo que tu le gustabas, creo, pero
no estoy seguro >>, Terminó el con un suspiro.
Por más que quería preguntarle más acerca de ella me trague las ganas y le pregunté
dónde estaba enterrada ella; al momento en que termino de pronunciar la última
palabra de la dirección, salí tan rápido como me fue posible en dirección al
cementerio, que es adonde estoy ahora.

{Estos fueron los sucesos desde la vista de Nebel, pero lo que ocurrió a continuación
nublaron su pensar, por lo que decidí tomar las riendas de este relato de ahora en
adelante; pero surge la pregunta, ¿se habrá nublado su pensar o habrá empezado a
ver con claridad?}

~ 19 ~
~Regreso~
Nebel buscó y buscó por la tumba de Eliade durante horas en el enorme cementerio sin
ningún resultado mientras él se preguntaba si ver esa tumba valdría realmente la pena, vio
que su reloj ya marcaba las 3:55 de la tarde, por lo que decidió buscar un poco más antes de
irse << a lo mejor si vale la pena >>, pensó el tratando de animarse, y, justo cuando se
adentro a la parte más antigua del cementerio encontró en la primera tumba el nombre de
Eliade tallado en una lapida de mármol de aspecto lujoso que la resaltaba de la demás
tumbas de esa parte del cementerio.

De pronto, un ruido repetitivo e irritante resonó en la celda de Nebel, era el carcelero que
le despertaba de su letargo:

<< ¿Tuviste dulces sueños bella durmiente? >> Inició el carcelero en tono sarcástico, <<
No logró entender como alguien a punto de morir puede dormir tan profundamente >>.

Nebel incorporándose de su litera y sin terminar de abrir los ojos le respondió: << No
soñaba, solo recordaba el pasado >>, Al decir esto, el carcelero cambió su expresión de risa
burlona por una más seria y le dijo << Solo te quedan unas cuantas horas de vida en este
mundo ¿Por qué no haces como los otros condenados y pides una última cena decente o una
confesión con el padre? Digo, no te pueden negar muchas cosas ya, deberías sacarle algo de
provecho a la situación >>, Nebel espero unos instantes antes de responder, se acostó de
nuevo viendo hacia la pared de la celda y le respondió al carcelero << Ellos no pueden
darme nada que yo realmente quiera, no pueden traerla a ella de vuelta >> Y cerró los ojos
otra vez. 

Se acercó a la tumba lentamente y con miedo empezó a leer el epitafio: “Su corazón le
perteneció a alguien que murió antes de morir”.

Antes de que Manrique pudiera parpadear el cielo se nubló de pronto y su rostro tomó un
semblante completamente diferente: Su respiración se aceleró, sus pupilas cambiaron de
una verde oscuro a un verde amarillento de tono apagado, su expresión cambió de una
tranquila y casi inexpresiva a una combinación entre rabia, dolor y tristeza, Nebel dejó de
ser quien era hace unos instantes. Empezó a llover. Nebel se quedó unos minutos
arrodillado frente a la tumba de Eliade con sus ojos posados fijamente en lo que tenía
escrito la lapida, empezó a escarbar cerca de la tumba hasta encontrar una cuchilla delgada
y fina que reflejaba el rostro de Nebel cada vez que caía un rayo; se quedó arrodillado
apreciando la cuchilla en silencio hasta que escuchó a uno de los vigilantes del cementerio
acercarse y decirle: << No se puede estar aquí con esta lluvia, váyase por donde vino >>,

~ 20 ~
Nebel espero unos instantes para articular las únicas palabras que llegaron a su boca: <<
“Tengo sed” >>, justo después de terminar la segunda palabra se abalanzó sobre el vigilante
y lo apuñalo cuantas veces pudo hasta quedar sin aliento, y después salió corriendo del
cementerio camino a su casa… El resto de lo que sucedió Nebel aun no podía recordarlo, Y
si él no lo recuerda yo no puedo narrarlo, no todavía.

~Día 23~

~Pecados~

Nebel volvió a abrir sus ojos y notó que estaba otra vez dentro de su habitación, observó el
reloj que marcaba las 2:06 de la tarde, pero el cielo se veía oscuro, como en las pesadillas
que lo atormentaban, pero al salir a la calle, todo era como siempre, los autos pasando en la
calle y la gente en las aceras ocupada con sus propios asuntos, Nebel se preguntaba que
había pasado desde que había encontrado la tumba de Eliade en el cementerio, y cuando
creyó que todo podía haber sido un extraño sueño se vio otra vez en medio de la calle frente
a un cuerpo tirado de una chica tirado en el suelo, la gente apartándose rápidamente de él,
no lograba entender nada de eso << ¿Por qué me ven como si yo fuera el culpable? No he
sido yo… >>, Al decir esto Nebel observo sus manos y pudo escapar del horror de ver la
sangre de esa persona en sus manos y la hoja de plata en su mano izquierda completamente
ensangrentada.

Después de eso solo sintió dos golpes profundos en su espalda – los disparos de unos
policías – y cayó al suelo. Lo único que pudo ver antes de perder el conocimiento fue a una
chica muy parecida a Siela pero con el cabello oscuro diciendo a su oído: << “Te dije que
tus pecados te alcanzarían, para la próxima ten más cuidado, ¿te parece? >> Nebel
escuchó una pequeña risa departe de su tormentora y perdió el conocimiento.

La puerta de la celda se abrió lentamente mientras el carcelero decía, << Deja de
recordar, ya es hora de que pagues por tus pecados >>, mientras Nebel caminaba
lentamente hacia la silla eléctrica se leían sus cargos por otro oficial de la prisión: <<
“Nebel Manrique, a la edad de 23 años se le acusa de los siguientes delitos: Homicidio de
23 personas con un cuchillo de plata robado a la familia de una de sus víctimas [yo no lo
robé, ella me lo regaló] – murmuró Nebel para sí mismo – profanación de tumbas y
destrucción de propiedad privada y del estado, por lo que se le condena a morir
electrocutado en la silla eléctrica. Se pasará corriente eléctrica a través de su cuerpo hasta
que fallen sus funciones vitales y se compruebe que no siga con vida. ¿Alguna última

~ 21 ~
palabra antes de proceder?” >>, Nebel de forma melancólica respondió: << “No está
ninguna de las 23 personas a las que deba decirle algo en especial” >> 

Después de eso la boca de Nebel hizo silencio por siempre.

~ 22 ~
Ninguna verdad es absoluta. La verdad de el resultó no ser su verdad, por lo que era
incompleta y aun lejos de ser absoluta; era mi verdad, la que era mía y ahora es parte de él.

El falleció a la edad de 23 años después de pasar en prisión por 7 años en los que el nombre
de su amada nunca abandonó su pensamiento, su alma y su corazón.

Lo único que escribió en su celda fue esto:

¿Cómo explicas la sed de mis demonios?


¿Cómo saciarías mi eterna maldad?
¿Cómo matarías el amor que sentí por ti?
Dime, dime tu verdad, aquella que es mía y que ocultas sin más,
Dime, dime que estoy herido y que tú me curarás, cura esta sed,
Pero dilo, dime que lo harás en verdad, porque mi corazón ya no da para más,
Y dilo con esos, tus dulces labios, porque son los que veintitrés veces me han domado
Y que ni una sola vez he probado, como los he deseado, por eso, y por nada más,
Oye este canto, cura mi pesar, alivia mi roto soñar,
Y bésame para que al fin muera en eterna y añorada paz.

¿Cómo explicarías mi sueño de pasión?


¿Cómo vencerías a mi eterna maldición?
Porque se tu verdad, aquella que tu rezas y me niegas sin más, ¿Por qué la escondes, si la
conozco ya? Y el porqué de tu bella crueldad y de tu dolida realidad, me azotan, me atacan
sin piedad, y me dicen que no conozco tu verdad, y qué más da.
Y despierto a mitad de la noche, tu luz de plata ya no está, mi alma incompleta te busca, le
burlas y te vas, ¿Acaso volverás, a mi alma iluminar con tu luz y tu beldad?, Pero vivo
engañado, porque te creo, te creo cuando dulcemente dices que volverás una vez más.
“Ese es mi mal… Soñar, con que te veré una vez más…”

~ 23 ~
¿Rompería eso tu corazón?

¿Te haría entender lo que siento por ti?

~Fin~

~ 24 ~

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