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Todo el Universo, al parecer, recibe influjos de esta Esencia Divina del Ser
Absoluto, Todo lo existente está elaborando la criatura divina, que ahora conocemos
como el hombre, para llevarla a un estado de elevación esencial tal, que lo hará
advertir los valores reales del mundo en que habita de una manera clara y diferente a lo
que comúnmente se interpreta como lógico y aceptable para el que vive motivado por
los deseos y reclamos del cuerpo y sus aspiraciones personales.
El hombre, como tal, no está manifiesto aún plenamente. Hay una escala de
influencias degradantes que debe ser experimentada y descendida físicamente hasta
las últimas consecuencias, para conocimiento de lo que NO ES el hombre y entonces
remontar una escala ascendente de cómo se alcanza la naturaleza acertada del Alma
Divina para el hombre llegar a SER perfecto para algo desconocido aún para esta
dimensión.
Esta escala simplemente funciona más o menos en esta forma:
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Energía virtuosa y Energía viciosa, ambas como las dos manos de un cuerpo.
Cuando una criatura nace esta se encuentra rodeada de una herencia ambiental
que ha de transmitirle su derrotero en la vida. Las emociones son elementos esenciales
que tienen una condición transmisible que puede considerarse como un elemento ideal
o intelectual que en el hombre encuentra el medio propicio para actuar por medio de la
mente.
Esta emoción esencial, cuando vibra armónicamente en el hombre, opera
físicamente transmitiéndole sensaciones de tipo energético que cambia la naturaleza
de las operaciones intelectuales y vehementes del hombre.
De ahí que la Esencia Divina de condición invisible e imperceptible físicamente,
se manifiesta en la red atómica material por medio de la sustancia emocional que le
transmite y que registra todos los efectos que dicha armonía produce.
Podemos señalar que estamos rodeados de emociones que afecta a unos, y a
otros no, dependiendo de las condiciones afectivas del hombre y su mente.
Estos son estados esenciales cargados de emoción. Son como una impresión
apasionada fortuita que tiene la capacidad de convertir la emoción en sensación al
contacto de un humano en sintonía. Entonces la sustancia emocional toma posesión
del cuerpo apropiado para manifestarse plenamente. Es como la onda radial que surca
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A la pregunta ¿De qué está hecho el mundo? Una teoría dice: La materia
ordinaria está compuesta de átomos, los cuales a su vez están formados de sólo tres
componentes básicos: electrones girando alrededor de un núcleo compuesto de
neutrones y protones.
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¿Cómo puede ser esto? Bien, pues normalmente nos imaginaríamos que un
electrón, por ejemplo, es un "puntito", De acuerdo con esta propuesta, un electrón no
es un "punto" sin estructura interna y de dimensión cero, sino una cuerda minúscula
que vibra en un espacio-tiempo de más de cuatro dimensiones. Un punto no puede
hacer nada más que moverse. Pero, si la teoría de cuerdas es correcta, utilizando un
"microscopio" muy potente nos daríamos cuenta que el electrón no es en realidad un
punto, sino una cuerda en forma de "lazo", una cuerdita. Una cuerda puede hacer algo
además de moverse--- puede oscilar de diferentes maneras. Si oscila de cierta manera,
entonces, desde lejos, incapaces de discernir que se trata realmente de una cuerda,
vemos un electrón. Pero si oscila de otra manera, entonces vemos un fotón, o un
quark, o cualquier otra de las partículas del modelo estándar. De manera que, si la
teoría de cuerdas es correcta, ¡el mundo entero está hecho sólo de cuerdas! Esta
teoría, ampliada con otras como la de las supercuerdas o la Teoría M pretenden
alejarse de la concepción del punto-partícula.
Para tocar la música celeste hay que afinar el instrumento y después hay que
seguir la batuta del maestro supremo. Cualquier nota desafinada hará que la música se
distorsione y que el director haga que el músico desentonado afine su instrumento. Si
la desentonación sigue éste hará que el músico atravesado abandone la orquesta.
Esto quiere decir que el hombre no es más que uno de los músicos del concierto
de la creación y que su aceptación como miembro de la sinfónica celestial hace
necesario mantener el instrumento afinado con la nota que el líder de la orquesta les
entregue. Una vez partícipe de la sinfonía celeste, todos los acordes llenarán el recinto
espiritual de vibraciones y armonía con el ritmo que el director señala por medio de sus
dictados.
1. Que todo está conectado de una forma impredecible donde todo obedece
a elementos más allá de nuestra capacidad de entendimiento y que
elementos desconocidos e imperceptibles, hasta el presente, no han
podido ser visualizados, ni siquiera teóricamente, de los complejos
sistemas que dirigen y controlan todo el universo como una sola pieza.
2. Que el orden prevalece y aunque unos los llamen probabilístico y otros
determinista, la realidad apunta hacia una fuerza que controla todo desde
una posición subjetiva que hace que lo que parece SER, en realidad NO
ES lo que pensamos SER.
Cada actitud, cada idea, cualquier forma de acción, obedece a una esencia que
va más allá de la energía, ya que según la física La energía no es un estado físico real,
ni una "sustancia intangible" sino sólo una magnitud escalar que se le asigna al estado
del sistema físico, es decir, la energía es una herramienta o abstracción matemática de
una propiedad de los sistemas físicos. Por ejemplo, se puede decir que un sistema con
energía cinética nula está en reposo.
Las emociones tienen una carga de Esencia Divina que produce una forma de
energía capaz de obrar poderosamente en el Ser Humano.
De esta forma, cualquier palabra, cualquier gesto, un color, una música, una
forma que nos deslumbra, produce estados emocionales que obran en el cuerpo
humano más allá de la condición física perceptible, creando acciones mentales que
descargan hormonas y enzimas en el organismo, produciendo estados fisiológicos que
alteran u organizan el sistema endocrino.
De ello podemos señalar que cualquier emoción puede causar no sólo síncopes
cardiacos, sino que puede regenerar tejidos enfermos, causando curaciones, así como
degeneraciones fisiológicas.
Una palabra puede hacer que una persona cambie su actitud mental y física
haciendo que obre de una manera afectiva o brusca, teniendo un cambio de
personalidad que lo eleva o lo destruye mentalmente.
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Se dice que las dimensiones son 12; siete son materiales, o sea pobladas por
seres con cuerpo físico; la octava, novena y décima corresponden al plano puramente
mental, o de la conciencia, y la once y la doce son el reino del espíritu puro, de la luz
divina. Cada una es como los peldaños de una escalera siempre ascendente, donde se
desenvuelven infinidad de esencias superiores, también en estado evolutivo, como
ángeles y maestros ascendidos, hasta llegar a Dios, la Conciencia Absoluta.
Arrancando con mano certera el denso velo de la letra muerta de la cual cada
escritura religiosa está revestida, la Teosofía científica, aprendida en el velado
simbolismo de las edades, revela al que se mofa de la sabiduría antigua, el origen de
las ciencias y las creencias del mundo. Abre una nueva visión más allá del horizonte de
las creencias cristalizadas, despóticas e inamovibles, y convierte la creencia ciega en
un conocimiento razonado fundado en leyes matemáticas—la única ciencia exacta—
que le demuestra en aspectos más profundos y filosóficos la existencia de eso que
repelido por lo burdo de las formas de la letra muerta, abandoné hace tiempo como un
cuento de niños. Hasta aquí citamos a H.P.B.
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Esto nos lleva a la concepción simbólica de todas las escrituras que en si tienen
un significado más allá de la letra muerta. Abre un velo que señala que la indiferencia al
sentido profundo que cada una de las escrituras tiene, es una forma de arrojar un
puñado de piedras, de culpas y críticas sobre un mensaje supremo que está esparcido
por todo el Universo, escrito no sólo en el magnífico orden de los astros, sino en el
mensaje de amor y comprensión unitaria de los que dieron su vida en aras del
conocimiento de la Esencia Divina presente en toda acción humana, animal, física,
etérea y consustancial con todo lo existente.
Los poderes de la Esencia Divina, van más allá de los cultos y doctrinas
esotéricas de poderes mágicos y de posiciones del cuerpo y de misterios etéreos y
espíritus que se comunican con los del más acá para darle los secretos del más allá
invisible e inexplicable en tanto el hombre tenga como instrumento su limitado
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entendimiento y su cuerpo atribulado por los reclamos de un mundo exigente que sólo
busca su renovación en esferas ascendentes del Poder de la Esencia Divina.
Dado lo extenso del tema, dejamos la segunda parte del mismo para una nueva
conferencia que espero permita arrojar luz en las tinieblas que inconscientemente
cargamos en nuestros lomos, al igual que Siddartha Gautama cargaba en sus lomos la
carga de 28 budas que le precedieron y los que le seguirán a través de los siglos
venideros, e igual que como señaló la Biblia que Abraham llevaba sobre sus lomos el
Espíritu de Cristo al cual hacía ofrendas de sus diezmos, aún sin conocerle en la figura
de Melquisedec, Rey de Reyes.
Sólo podemos añadir en esta porción, que Dios no es una figura de adoración
individual, sino un principio de unidad absoluta, señalando el amor, no como un deseo
de satisfacción personal, sino como una fuerza coherente del Uno que se entrega en
aras del Todo.
MUCHAS GRACIAS.