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Exordio
Enfoque Ambientalista
Los Asuntos relativos a la Soberanía
Principio de No injerencia
Intervención Ambiental
Institucionalismo Neoliberal
Definición de Desarrollo Sostenible
Principio Quien Contamina Paga
La Internalización de las Externalidades
Cinco Criterios
Organismo Internacional
Exordio
Como (§1.) exordio hay que señalar que: el trabajo que se pretende realizar despliega un
doble miramiento, en primer lugar, el deseo de ver que, tanto los países del Norte como del
Sur, lleven a cabo la consecución de los fines del Desarrollo Sostenible, no de manera
separada, ni interpretando, de manera casi contradictoria, el concepto de Desarrollo
Sostenible, sino, por el contrario, de manera conjunta desde dos orientaciones: por un lado,
la visión de un concepto de Desarrollo Sostenible que integre los fines y necesidades, que
son objeto de interés, en los países del Norte y los del Sur; por otro lado, la estimación de
considerar que un Órgano Internacional, que posea jurisdicción sobre los países, pueda
administrar los recursos financieros que se recauden, en cada país, de las empresas
contaminadoras radicadas en ellos.
Es decir, el problema, que circunscribe dicho trabajo, gravita en la ausencia de una política
directiva internacional, que restringa el poder y acción de los Estados en el arena ambiental,
en tanto que cada uno de ellos interpreta el Desarrollo Sostenible como más le convenga, lo
cual deviene en una vulneración del principio del libre juego de la economía y del Derecho a
un ambiente sano.
Valga mencionar que, considerando que el principio del mercado se sustenta en la libertad
del hombre, dicha libertad tiene su núcleo filosófico en la consideración del Respeto por el
individuo, en tanto que él es la imagen del orden económico y social. Ahora bien, no puede
dejarse de lado que, el Derecho a un ambiente sano, siendo un Derecho de tercera
generación, también cimienta su consideración filosófica en el Respeto del ser humano, en
razón a que él es el fin del orden económico y social, y por tanto, dicho orden no puede
menoscabar el goce de un ambiente sano, ni la seguridad de una calidad de vida.
Enfoque ambientalista
1. Existe una crisis ecológica mundial, que nadie niega, lo cual a generado en una primera
visión de la consideración de la interdependencia ecológica. Dicha interdependencia
ecológica, entre países del Sur y Norte, incentiva la cooperación internacional, pero las
exigencias ambientales evidencian el necesario reparto de las cargas, que deben asumir los
Estados, en éstos asuntos.
Principio de No injerencia
Este principio parece aún vigente, sin embargo, cuando se revisan instrumentos
internacionales como: La Declaración Universal de los Derecho Humanos, La Convención
Americana sobre Derechos Humanos, e incluso la Carta Democrática de la OEA, se indica,
de manera palpable, que cualquier política que desee adoptar un Estado debe estar en
consonancia con las obligaciones internacionales que ha asumido. Es decir, en las
Relaciones Internacionales hay obligaciones recíprocas, entre los sujetos del Derecho
Internacional, que orientan a que el accionar interno de los Estados se adecue a las
obligaciones asumidas, lo cual deviene en que el Estado, desde la arena internacional, ya
no le es permitido asumir políticas contrarias, así este sea su deseo, a las obligaciones
internacionalmente asumidas.
intervención ambiental
Sobre esta teoría de las relaciones internacionales hay una relación compleja, aunque
neurálgica, con el tema del presente trabajo. Se parte, como miramiento introito de una
serie de características, del sistema político internacional, que le imprime este teoría, a fin
de explicar el accionar de los Estados, principalmente, en la grada internacional, estas son:
para esta teoría la cooperación internacional es asequible, sin embargo, ella requiere de
acuerdos institucionalizados; sin éstos faltarían los criterios unificadores, y por tanto, la
reciprocidad imperaría según la actuación independiente de cada Estado.
básicamente para poder asumir esta teoría como marco metodológico, se debe entrar a
considerar cuales son las condiciones claves para que existe una cooperación; en este
orden de ideas, en primer lugar, es necesario que los actores políticos internacionales
tengan unos intereses comunes o mutuos, y en segundo lugar, el grado de
institucionalización que opera en la arena internacional impone, a los sujetos o actores
internacionales, un comportamiento que no puede contrariar, ni desconocer.
como colofón de lo anterior, hay que recalcar que la tesis cardinal, del Institucionalismo
Neoliberal, gravita en que el actuar de los gobiernos se ve permeado por las transiciones y
viradas en la institucionalización de la política internacional.
Esta definición poco o nada dice acerca de los elementos que pueda tener el concepto de
Desarrollo Sostenible, por lo tanto, es pertinente traer a colación algunas definiciones más
especializadas. Estas definiciones tienen una característica básica, la cual se manifiesta en
que ellas se circunscriben ideológicamente, de manera general, a paradigmas
individualistas, o colectivistas, sin hacer una identificación clara y específica sobre qué clase
de paradigma se sustentan.
Por lo anterior, es pertinente, a modo general, realizar un cuadro con dos columnas que
indique la visión colectivista, por un lado, y las individualistas, por el otro.
Sostenibilidad: "para los economistas tiene que ver con una gestión capaz de garantizar a
las generaciones futuras el bienestar que hoy disfrutamos (Renn. 1994), entendiendo el
bienestar en función de bienes valorados en precios."
Sostenibilidad: "los ecologistas ven... una forma de gestionar los recursos naturales que no
ponga en peligro la capacidad regenerativa de los diversos ecosistemas"
Sostenibilidad Ecológica: "exige dejar de consumir capital natural a precios de saldo, como
se ha hecho y se sigue haciendo con el petróleo o el gas natural."
"Sostenible", en términos generales hace referencia a mantener un equilibrio, que para unos
puede ser ecológico, mientras que para otros debe ser económico, ambos en detrimento del
medio ambiente humano. Por su parte, la palabra "Sustentable" hace referencia a la
necesidad de procurarse alimento, es decir, se parte de la visión de que nisiquiera a las
condiciones de adecuadas de satisfacción de necesidades.
Ahora bien, en lo referenciado a (§7.2) la palabra "Desarrollo", hay quienes consideran que
es sinónimo de "Crecimiento", y por esta vía, de acumulación física de capital.
Claro que no puede dejarse de lado que, una tercera versión del Desarrollo, implicaría una
ausencia de crecimiento tajante, en aras de potencializar las capacidades de los seres
humanos y de eliminar, de golpe, las emisiones contaminantes. Versión esta que es
pertinente considerar, pues ella no significa ausencia de economía capitalista, pero si
cambio de valores occidentales, lo cual es respetable, aunque difícilmente puesto en
práctica sin vulnerar la Libertad.
Como prontuario se debe establecer que existe una dicotomía entre "Desarrollo –
Crecimiento", sin embargo, no es del todo acertado afirmar que el Desarrollo es ausencia de
crecimiento; por el contrario, desarrollo implica producción, y esto implica crecimiento, pero
también hay que tener en cuenta que valores como los Derechos Humanos, la Democracia
y los Derechos Civiles y Políticos son elementos que generan una mejor calidad de vida y,
por ende, animan el crecimiento.
Desarrollo: "significa expandir o realizar las potencialidades con que se cuenta; acceder
gradualmente a un estado más pleno, mayor o mejor. El desarrollo – implica – la mejora
cualitativa o despliegue de potencialidades."
El medio ambiente global debe incorporar las necesidades de desarrollo del sur", éste "no
se puede sacrificar en función de la estabilización del Medio Ambiente global."
"Los países ricos – han – desarrollado una forma de producción y consumo despilfarradora
de energía y recursos, contaminante y destructora de los equilibrios naturales."
La definición del Informe Brundtland es demasiado ambigua, y a partir de ella, tanto el Sur
como el Norte, la ha considerado a partir de sus conveniencias, es decir, para el Sur es
importante mantener un "desarrollo económico y social permanente", en el entendido de que
esto restringe la pobreza y elimina, en parte, la "brecha entre ricos y pobres", lo que deviene
en un mejoramiento del medio ambiente. Para el Norte es importante mantener los niveles
de consumo y crecer económicamente, en la medida en que si se incentiva la acumulación
de capital, se puede mantener la calidad de vida, pues ésta se ve afectada por cuestiones
como: "el cambio de clima, la destrucción del ozono, la deforestación tropical, la
biodiversidad y la contaminación marina".
Este cambio no debe pensarse en término de conflicto Norte – Sur que se dio en la década
de los setenta, es decir, en dicho periodo se buscaba "desafiar los regímenes económicos
internacionales predominantes orientados al mercado", o en otras palabras cambiar el modo
de producción capitalista; por el contrario, incentivar el contenido ambiental lo que implica
es cambiar el sistema de producción capitalista contaminante, por un sistema de producción
capitalista limpio.
En lo que viene es ineluctable realizar el mismo cuadro que identifique las diversas
definiciones de Desarrollo Sostenible en paradigmas Colectivista, o Individualistas. Es así
que se tiene:
Desarrollo Sostenible: "requiere la promoción de los valores que alienta niveles de consumo
que permanezcan dentro de los límites de lo ecológicamente posible y a los que todos
pueden aspirar razonablemente"
Desarrollo Sostenible: Sobre una visión de un paradigma individualista, puede afirmarse que
este concepto diría que: El D.S. implica, bajo un principio del sacrificio necesario, una
contaminación inicial a fin de que la protección ambiental no restrinja la actividad
económica, con la clara presunción de que la tecnología puede solucionar los problemas
ambientales en el futuro, y sería inútil gastar en el presente por dichos problemas.
Desarrollo Sostenible: "la filosofía – del Concepto – se manifiesta en:... que pone límites al
crecimiento – económico –,"
Quienes propugnan por un "crecimiento económico para salvar el planeta" son criticados
porque ello significa:
La anterior visión plantea, tal como puede deducirse, que la economía no debe crecer, es
decir, debe llegar a un crecimiento cero. Sin embargo, la anterior crítica es una visión
simplista del debate. Pero para corroborar ello es menester indagar acerca de qué es el
crecimiento y cómo se representa.
En efecto, el PIB (Producto Interno Bruto) es un indicador que mide los ingresos, que los
nacionales de un país, ganan en un determinado periodo de tiempo, que por lo general es
anual. Ahora bien, vale hacernos la pregunta de si ¿el PIB al medir ingresos sirve para
significar el "incremento en el consumo de recursos naturales", o sirve para identificar que
tanto a crecido, en los flujos de ingreso, la economía?
Evidentemente, los ambientalistas optan por la primera respuesta, mientras que los
economistas asumen la segunda, ello en razón a que: los productos y servicios que se
intercambian incrementan el producto interno bruto, pero este medidor (PIB) no puede
identificar si todos los productos ocasionan la misma degradación ambiental. Es decir,
existen productos altamente contaminantes, como son aquellos basados en el consumo de
energía fósil, sin embargo, no puede dejarse de lado que existen otros tantos productos, o
servicios, que no afectan de igual forma el medio ambiente.
Un caso que ejemplifica lo señalado anteriormente, aunque no recuerdo donde lo leí, dice
que: las producciones de metano se derivan de productos que usan energía fósil, pero al
mismo tiempo, productos naturales, o mejor, algunos animales producen también metano
como es el caso del ganado. Sin embargo, aún cuando ambos productos incrementan los
ingresos de los nacionales de un país, es evidente que éstos no afectan ni perjudican el
medioambiente en la misma medida que aquellos.
Es decir, la crítica ambientalista indica que a menor crecimiento económico (C.E.) hay un
menor impacto ambiental (I.A.), lo que es igual a considerar que el (C.E.)es directamente
proporcional al (I.A.);
Sin embargo, la anterior sentencia también puede ser confrontada así: según Jacobs es
necesario tener un medidor del impacto ambiental, que podría llamarse un "coeficiente de
impacto ambiental" (CIA), el cual tendría la función de medir el impacto, que ejerce la
economía, sobre el medio ambiente, derivado de la diferencia entre el CIA y la "tasa de
crecimiento del PIB". Es decir, para obtener el impacto ambiental, de un año a otro, hay que
considerar el CIA y el PIB de ambos años, y diferenciar el grado de aumento, de un año a
otro, del CIA respecto del Incremento, o Disminución del PIB.
En esta medida, se puede obtener que la economía haya crecido con respecto al I.A., y que
el I.A. haya disminuido respecto del año anterior. De lo cual se deduce que: el C.E. no es
directamente proporcional al I.A., e incluso que la reducción en el I.A. es real.
Sin embargo, también puede ocurrir, haciendo el mismo análisis, que la economía crezca
con respecto al año anterior y que el I.A. haya disminuido, pero no tan rápido como aumentó
la economía, es decir, que el I.A. de todas formas aumentó con respecto al año anterior, o
no disminuyó proporcionalmente al crecimiento económico. Ello generaría una ganancia
ambiental relativa y no real, que se representa así:
(4) C.E. > I.A. + Ganancia Relativa.
Sin embargo, también puede ocurrir todo lo contrario, me explico, puede acontecer que el
C.E. disminuya considerablemente de un año a otro y, por esta razón, no necesariamente
se llegaría a que el I.A. también disminuyera. Por el contrario, puede ocurrir que
disminuyendo el C.E. el I.A. aumente considerablemente, ello en razón del agotamiento de
los recursos. Es decir, puede ocurrir que los ingresos de las ganancias disminuyan mientras
que el impacto ambiental aumenta de manera desproporcionada. Ello se representa así:
Esta última sentencia le aconteció a algunos países africanos, aunque se podría afirmar, en
aras de confrontar dicha sentencia, que los conflictos armados de dicho continente también
son un elemento a tener en cuenta en la destrucción ambiental, así como la miseria
palpable.
Estos casos hipotéticos, o por lo menos los más positivos, no se han dado de manera
general en la realidad; lo cierto es que el impacto ambiental sigue aumentando, y nisiquiera
el Crecimiento Cero puede frenarlo, pues no se obtendría nada si, bajo la política de
crecimiento cero, se sigue consumiendo una energía fósil en igual medida cada año, al igual
que el recurso, cada año, se va agotando.
Lo visto anteriormente, nos da aliento para afirmar que el concepto de Desarrollo Sostenible
no está relacionado con el Crecimiento Económico, o con el Crecimiento cero, pues estos
son variables que pueden, o no afectar el impacto ambiental. Lo esencial del Desarrollo
Sostenible gravita en que la producción sea limpia y lo menos contaminante.
Es así, que puede definirse el (§7.5) Desarrollo Sostenible en la medida en que este no se
haya relacionado con el crecimiento económico, o con el crecimiento cero, sencillamente
busca que la economía impulse nuevas tecnologías que reduzcan el impacto ambiental, a
fin de que se produzca una equidad intergeneracional e intrageneracional, haciendo
sostenible una calidad de vida con componentes no financieros.
Sobre este punto hay que indagarnos, inicialmente, tal como lo indica Andrew Hurrell,
acerca de la concepción de propiedad del medio ambiente, pues siendo el sistema de
producción una parte importante del Mercado, no sería muy técnico dejar de lado todos los
componentes de la visión del mercado sobre el medioambiente. Por lo tanto, se adoptará, al
menos una de ellas, es decir, se tratará de definir someramente por qué el Principio Quien
Contamina Paga respeta el derecho de propiedad del medio ambiente.
En este sentido, la propiedad hay que considerar como un derecho que le pertenece a
alguien, que, valga el pleonasmo, es un ser humano, y es quien ejerce un poder sobre
determinada cosa sobre la cual se aleja la propiedad. Es decir, la propiedad es un poder, es
la capacidad para disfrutar, gozar, disponer, en fin de usufructuarse de alguna cosa, es el
poder que tiene alguien sobre un objeto, en tanto que lo considera propio, y los demás
reconocen ese derecho.
Una tercera persona, al menos, que reconozca la relación metafísica que hay entre la
persona que ejerce el poder y el objeto sobre el cual se ejerce dicho poder.
La concepción de que si ese tercero quiere ejercer algún poder sobre el objeto, tiene que
realizar una contraprestación por ello, o, lo que es lo mismo, pagar por poder usar el objeto.
Para definir estos cuatro elementos sobre la propiedad del medio ambiente, es viable
considerar que pueden existir dos respuestas, la primera, indica que el propietario sería el
agente contaminador del medio ambiente, mientras que la segunda, señala que el
propietario sería la comunidad global.
Pero para identificar los elementos de la propiedad, en estas dos respuestas, se hará un
cuadro que identifique cada uno de dichos elementos, así:
Elementos de la Propiedad
Primera Respuesta
Segunda Respuesta
Persona que ejerce el poder.
El agente contaminador.
El medio ambiente.
El medio ambiente.
Si se reconoce que los agentes contaminadores son los propietarios del medioambiente
confusamente se pagaría algo, y menos se buscaría hacer mas eficiente el uso de la
energía fósil y la reducción del impacto ambiental.
Es evidente que es mejor adoptar la segunda respuesta, pues esta tendría la potencialidad
de mejorar el medio ambiente, aunque ello no sea tan eficiente. Sin embargo, en el campo
político y filosófico hay una clarísima diferencia en considerar que el propietario del medio
ambiente es la Comunidad Global y no, por el contrario, los agentes contaminadores. Claro
que al final deberíamos preguntarnos quienes son lo que contaminan? Porque así como,
desde un principio consideramos que los agentes contaminadores son las empresas,
también es dable asumir que los contaminadores son los consumidores, en tanto, que son
ellos quienes adquieren los productos contaminantes. Pues si los consumidores no se
apropiaran de los productos contaminantes, seguramente las empresas no los producirían.
Pero como en el mercado hay dos variables indefectibles, la demanda y la oferta, es
coherente que la primera condiciona la segunda.
Por lo anterior, no es posible considerar que los consumidores son los degradadores, por el
contrario, ellos, o mejor, nosotros, actuamos según la cultura de consumo imperante, a fin
de satisfacer las necesidades, sean estas naturales, o artificiales, en todo caso son
necesidades culturales humanas.
Pasando a otro punto, valga indicar que en la economía hay factores internos y externos,
los internos se consignan en el PIB, sin embargo, los externos, como los elementos
degradantes del ambiente, no se consignan, son ajenos a los resultados económicos.
Es de ese modo, que en primer lugar, se tiene que "la inversión ambiental refuerza el
crecimiento", pues busca alcanzar dos objetivos como son: "la conservación del ambiente y
el crecimiento". La lógica de esta tendencia es muy sencilla, se cavila que los gastos para el
medio ambiente se proyectan hacia dos fines, por un lado, se despliega una defensa sobre
el medioambiente y, por el otro, hay un crecimiento económico; estos dos fines son un
"multiplicador ecológico", porque a medida que el gasto ambiental aumenta, el crecimiento
económico también lo hace, reforzándose mutuamente. Esta primera teoría considera que
el medioambiente es un mercado como tal, y que el gasto ambiental no sólo se debe dirigir
adecuadamente, sino que deben fijarse políticas a escala internacional. Aunque es muy
ambiguo y poco explicativo el autor respecto de esta teoría, al menos se indica que la
internalización de las externalidades no es proceso que esté en contra de la economía de
mercado, ni del libre juego del mercado.
En un segundo lugar, se encuentra la teoría que dice que "el crecimiento es requisito de la
sostenibilidad", sentada en el entendido de que "es necesario ser rico y estar incrementado
la riqueza constantemente, y así los países pueden permitirse el lujo de realizar un gasto
ambiental significativo, a pesar del freno que esto supone para el crecimiento."
Una tercera teoría indica que se desconoce la repercusión del gasto ambiental en el
crecimiento económico, pues si con la defensa de éste tipo se logra mejorar la calidad de
vida, y ésta no es medible, ni cuantificable, la repercusión que pueda generar la calidad de
vida frente al crecimiento, en términos monetarios no es asequible, por tanto, el balance no
puede ofrecerse en términos positivos, o negativos.
La cuarta teoría señala que: "la defensa ambiental es un gran obstáculo para el
crecimiento", por lo cual se debe hacer énfasis en la elección del instrumento que controle el
medio ambiente. Pues "en los tiempos en que se comenzó a regular el medio ambiente se
consiguieron excelentes resultados a un coste relativamente bajo, independientemente del
instrumento elegido, hoy en día sucede que, sobre todo en áreas en las que se han
efectuado ya avances, los costes podrían dispararse si no se elige bien el instrumento. La
razón es que, una vez agotadas las posibilidades más obvias y baratas de mejora del medio
ambiente, los costes de otras nuevas aumentan considerablemente."
Estas teorías, aunque el autor no las explica con la debida claridad, evidencian algunos de
los problemas que puede conllevar la aplicación del principio Quien Contamina Paga.
Cinco criterios
Para asumir la defensa del medio ambiente existen dos sistemas, por un lado, el Principio
Quien Contamina Paga y, por el otro, el sistema regulatorio; estos principios deben ser
evaluados según (§10.) cinco criterios. Sin embargo, antes de mencionar los criterios vale
mencionar que la finalidad o la meta de cualquiera de los dos sistemas debe ser la de:
Obtener una mejoría en la eficiencia energética y reducir el impacto ambiental lo más rápido
posible, sin traumatismos económicos, sociales, o culturales.
En este sentido, esta meta es el criterio máximo sobre el cual se debe entrar a evaluar un
sistema que busque la consecución de un Desarrollo Sostenible a nivel global.
Los cinco criterios sobre los cuales debe basarse la evaluación de estos sistemas, son
tomados de Jacobs, quien los sintetiza así:
"La efectividad del Instrumento. ¿Cuánta certeza hay de que alcance la meta ambiental
propuesta? ¿Qué tan rápidamente? ¿Es flexible si cambian las circunstancias?"
Qué motivación trae el instrumento para que los agente contaminadores disminuyan el
impacto ambiental?, cuál de estos instrumentos fomenta mejor la "innovación en el
desarrollo de tecnologías menos nocivas?"
El tercer criterio hace regencia a cuánto se elevará el "costo administrativo del instrumento
para la autoridad gubernamental que tiene que aplicarlo?"
El cuarto criterio cuestiona lo eficiente que es el sistema a aplicar, es decir, si es o no
costoso a las empresas y consumidores, a fin de que ellos busquen rentabilidad y
disminución de costes.
En Quinto lugar, este criterio evalúa qué sistema es menos arbitrario a la hora de
salvaguardar "la libertad y la justicia, así como consideraciones más pragmáticas
concernientes a la facilidad con la que pueda implantarse dicho instrumento."
Criterios
Sistema Regulatorio
Efectividad
Puede ser efectivo en la medida en que la meta sea frenar por completo la contaminación;
aquí no hay ningún costo por contaminar, porque sencillamente, teniendo una meta de
crecimiento cero lo que se busca es ilegalizar determinada actividad, y así frenar la
producción y, por tanto, frenar el impacto ambiental. Es decir, la efectividad es máxima, pero
la falla se centra en que este sistema no está en consonancia con la meta propuesta, como
es: la de Obtener una mejoría en la eficiencia energética y reducir el impacto ambiental lo
más rápido posible, sin traumatismos económicos, sociales, o culturales, mejorando la
Calidad de Vida.
Contrario al sistema regulatorio, el Principio quien contamina paga tiene una efectividad
máxima, no respecto de los productores, (pues ellos, como se vio en el cuadro anterior,
pueden ser controlados con el sistema regulatorio,) sino, por el contrario, de los
consumidores. En tanto, que establecer impuestos restringe la demanda, toda vez que el
producto se encarece, y el consumidor preferirá no adquirirlo.
En el régimen tributario, según este principio, debe hacer un cupo fijo para contaminar, de
tal forma que el productor comprenda que si se pasa de dicho cupo tiene, necesariamente,
que pagar por ello. Esto genera que el producto trate de producir con la mayor eficiencia
ambiental, a fin de no pasarse del cupo fijo permitido; porque si eso ocurre el costo de su
producto aumenta.
Motivación
Costo Administrativo
Eficiencia
La eficiencia hace relación con la concepción de que cada empresa piensa en disminuir sus
costos, sin embargo, en el sistema regulatorio es imposible tener eficiencia, pues a partir de
una norma todas las empresa deben disminuir sus emisiones a estándares iguales, y ello
sin importar que tan costoso sea para una empresa disminuir las susodichas emisiones.
Aceptabilidad Política
Organismo Internacional
El Organismo Internacional propuesto, una vez ratificado por los Estados partes, debe tener
la potencialidad de crear:
Este sistema normativo debe ser unificado, es decir, no puede ser reglamentado por los
Estados, pues se supone que el Organismo Internacional no es un ente legislativo, sino, por
el contrario, ejecutivo, y, por tanto, él es quien debe establecer cuál es la normatividad que
debe regir, en los Estados Partes, sobre las emisiones.
Es decir, la soberanía de los Estados Partes, que ratifiquen el supuesto Tratado, se debe
ver limitada y restringida, pues aún cuando, por ejemplo, en Colombia hay entidades
públicas (Corporaciones Autónomas Regionales y Entidades Distritales) que manejan el
tema ambiental, y cobrar contribuciones por el hecho de que los particulares usen los
recursos naturales, ello no obsta para considerar que éste tipo de entidades vaya a
desaparecer, por el contrario, son una base administrativa fundamental para el susodicho
Organismo Internacional.
Toda la normatividad, desde el nivel municipal, distrital, departamental y nacional debe estar
coordinada con las normas y reglamentaciones que expida el Organismo Internacional. Es
decir, el Estado pierde independencia para regular la materia ambiental, y más aún si la
legislación que pretende sancionar es contraria a los lineamientos de la normatividad del
Organismo Internacional.
Los Entidades Territoriales también pierden autonomía, pues aunque la normatividad de
éstas no puede transgredir la ley nacional, ni la constitución política, tampoco les es
permitido transgredir la normatividad del Organismo Internacional.
El Organismo Internacional debe estar dirigido bajo el principio del respeto del libro juego
del mercado y, por tanto, su normatividad no puede estar destinada a proteger intereses
nacionales, ello significas que no debe influenciar el mercado, sin embargo, cuando se
habla del principio quien contamina paga, de hecho, ya se está influenciando las decisiones
de los consumidores y empresarios. Aunque es muy sutil dicha influencia, ella no genera
altercados problemáticos en el funcionamiento del mercado.
Para fortalecer el principio del mercado se debe tener en cuenta que: los ingresos que
recaude el Organismo Internacional deben destinarse a tres grandes facetas: 1. los gastos
administrativos derivados del sistema normativo y del cobro de los impuestos. 2. la
financiación de investigaciones en nuevas tecnologías., y por último, 3. la financiación a
empresas contaminantes para que adquieran innovaciones tecnológicas.
Con los recaudos que obtenga el Organismo Internacional se debe también promover una
financiación a las empresas, sin incentivos extraordinarios, es decir, adecuados a los
lineamientos del mercado, para que éstas adquieran las nuevas tecnologías limpias, que las
hagan mucho mas eficientes y rentables.
Las decisiones que se deban adoptar por el Organismo Internacional también puede ser
objeto de mucho debate, sin embargo, se tiene que en aras de facilitar el desarrollo de dicho
Organismo, es pertinente que las decisiones se hagan por consenso, por lo menos durante
las primeras dos décadas, a fin de crear la necesidad de que todos los Estados del mundo
se hagan partícipes, y de afianzar la idea de rentabilidad y competitividad con tecnologías
limpias.