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Los días lunes 1, martes 2, miércoles 3 de marzo de 2010 un poderoso paro de los pequeños
transportadores, taxistas y la participación beligerante de jóvenes de los barrios populares,
está sacudiendo la ciudad capital. Los grandes medios de información han desplegado una
estrategia en la que los Únicos voceros de este conflicto son el Alcalde Samuel Moreno y los
grandes empresarios del transporte urbano, mientras que las voces y peticiones de
APETRANS que agrupa a los pequeños y medianos transportadores, no solo son
invisibilizadas sino estigmatizadas.
A continuación presentamos los elementos de análisis que nos llevan a considerar justo este
movimiento popular de protesta.
El sector del transporte público ha sido escenario de una fuerte lucha de clases entre los
grupos monopólicos que hoy hacen parte de la gran burguesía colombiana y los medianos y
pequeños transportadores, condenados por la política pública y la competencia monopólica,
a la extinción en nombre de la modernización.
Veamos:
En Bogotá circulan cerca de 1 millón de vehículos particulares que movilizan 2 millones de
personas, cerca de 25 mil buses, busetas y colectivos transportan más de 4 millones de
habitantes, y el Sistema TransMilenio, que ha venido creciendo, transporta el 23% de la
demanda de transporte público en la ciudad. Es decir para los socios del monopolio
TransMilenio, el 77% restante es el botín a conquistar.
Los esquemas de licitación del SITP (uno de los puntos cuestionados en este paro) plantean,
en el papel, la participación de los pequeños propietarios de buses, pero sobre la base de su
subordinación a los grandes socios. En esta licitación, la ciudad se divide en 13 zonas, que
serán administradas por las siete grandes (ver más adelante), que deben integrar a los
pequeños, como medida reparadora, pero no como socios, pues los pequeños no tienen la
capacidad empresarial, sino como empleados.
Para resolver las diferencias entre Alcaldía y transportadores se creó una Comisión
conformada por varios concejales (Jaime Caicedo, Carlos Ferreira, Celio Nieves, Hipólito
Moreno y Álvaro Argote) que buscaron ser una instancia mediadora. No es gratuito que
durante el paro, la Comisión no fue convocada por los grandes medios, ni su opinión fue
difundida.
Según el Concejal Jaime Caicedo, "la licitación pretende entregar este jugoso negocio a las
mismas siete familias que monopolizan gran parte del transporte en Bogotá, dejando en la
calle a más de 16.000 familias que viven de su bus o busetas. SegÚn los voceros del paro, el
proyecto del SITP es excluyente para los pequeños transportadores de la ciudad. En
términos financieros para que una empresa aspire a manejar una de las trece zonas, debe
tener gigantescos recursos desde su conformación. Se necesitan como mínimo de 16 mil
millones de capital, 58 mil millones en pasivos y una capacidad de endeudamiento superior a
los 60 mil millones de pesos. Es decir, está claro quiÉnes pueden participar en las
licitaciones.
Desde que surgió el Sistema TransMilenio en 1999, este se convirtió en un monopolio que no
retribuye de manera significativa a la ciudad. En primer lugar, se presenta una distribución
inequitativa de los ingresos, aproximadamente cada día el sistema recauda $1.440 millones,
de los cuales a la ciudad le corresponden solamente el 3 ó 4%. En el esquema del Sistema
Integrado de Transporte Público los servicios alimentadores deberán ser pagados por los
usuarios. Se trata del sistema de transporte masivo más costoso del mundo, que no
garantiza tasas diferenciadas para estudiantes, tercera edad, mujeres embarazadas como en
las ciudades más modernas del planeta.
Las principales familias son los Gutiérrez, fundador de Comnalmicros que hoy manejan su
hijo William y la exconcejala Yamile Medina, del partido uribista Colombia Democrática, cuyo
presidente era el primo del Presidente Uribe, Mario Uribe. Los Hernández, cuya cabeza Luis
Hernando Hernández, de Transportes Panamericana S.A., Los Ríos: su cabeza es Javier
Ríos. Tienen acciones en Express del Futuro –operador de TransMilenio- con Aseo Capital,
consorcio del que son grandes accionistas.
GRUPO SÍ. Manejada por las familias de Víctor Raúl Martínez y de Alirio y Fabio Ruiz. Estas
familias son las principales accionistas de Sotrandes, Sidauto, Expreso Bogotano, Santa
Lucía, Nueva Transportadora de Bogotá, Transportes Distrito Capital y Cootransuba, entre
otros. Es el principal operador del Sistema MegaBus de Pereira, y también invierte en Perú,
es otro de los beneficiados del SITP. Hace parte de este grupo la empresa Coprotrans,
creada en el 2004 por Miguel Ángel Pérez -ex asesor de la Secretaría de Tránsito y ex
presidente de Apetrans (la impulsadora del paro de 2005), que salió favorecido en términos
empresariales del Paro de 2005, ya que abandono a APETRANS y dio un salto en su origen
de clase, de burguesía nacional a gran burguesía del transporte.
METROBUS - CIUDAD MOVIL. Un conglomerado del empresario y ex senador Henry
Cubiles O. dueño de Coltanques y Envía y el operador de TransMilenio MetroBus (junto con
la empresa alimentadora ETMA). TambiÉn han sido contratistas de la PolicÍa y de la
Secretaría de Educación del Distrito.
Estos monopolios muestran en el Último año enormes ganancias: Express del Futuro tuvo
ventas por $66.411 millones (aproximadamente US$34 millones); el Sistema Integrado de
Transporte SI 02 con $60.447 millones (aproximadamente US$31 millones); Conexión Móvil
$60.121 millones (aproximadamente US$31 millones) y 16,1%; Sistema Integrado de
Transporte SI 99 $59.943 millones (aproximadamente US$30 millones) y 3,1%; MetroBus
$48.505 millones (aproximadamente US$25 millones) y 22,9%; y Ciudad Móvil $44.078
millones (aproximadamente US$22 millones) y 16,4%.
La conclusión es clara, el rol del Estado es canalizar grandes recursos provenientes de los
presupuestos nacionales y distritales para ponerlos al servicio de los grupos monopólicos, un
fabuloso negocio para beneficio de unos cuantos inversionistas privados que controlarán
monopólicamente el transporte en la capital del país denominado pomposamente SITP.
Como hemos visto la composición de clase de la industria del transporte es de una parte un
sector de gran burguesía monopólica agrupada en tres grandes gremios, que son tanto
operadores de TransMilenio, como dueños de la mayor parte del transporte colectivo, los tres
grandes son: CONALTUR, cuyo presidente es Marco Tulio Gutiérrez; ASOTUR de Alcides
Torres y FECOLTRAN de Juan Sánchez. En segundo lugar está la burguesía no monopolista
en donde están ACOTRANS de Nohemí Pinilla, COPOTRANS de Luis Aguilar; y por Último
la burguesía nacional inferior, agrupada en APETRANS, cuyo presidente es Alfonso Pérez.
El Paro es lanzado por APETRANS, los demás gremios mantuvieron reservas, pero no se
pronunciaron el día lunes 1 de marzo, esperando que el movimiento de protesta impulsado
por los pequeños transportadores les generara mayores ventajas en su ya sólido lugar de
negociación frente al modelo del Sistema Integrado de Transporte Público SITP, cuando
vieron que el paro cobraba fuerza, a la luz pública salió el presidente de CONALTUR,
MARCO TULIO GUTIERREZ, uno de los gremios de mayor poder en el sistema de
transporte a nivel nacional y refrendó el apoyo al SITP, como ya lo había hecho en octubre
de 2009, descalificando a APETRANS y llamando al gobierno a acabar de una vez por todas
a este gremio de informales y sediciosos, es natural esa expresión de un capitalista en
proceso de concentración y expansión, que espera aumentar sus activos a costa de la
desaparición de la pequeña competencia.
Desde otra perspectiva entendemos el derecho al transporte como un derecho del pueblo,
que contempla que toda persona puede desplazarse en condiciones satisfactorias y dignas
de acceso, permanencia, calidad, precio y coste colectivo acorde a los ingresos de la
población, en donde además se democratice la prestación de este derecho y se evite su
concentración monopólica. Es sobre este criterio, que debe construirse un verdadero
SISTEMA INTEGRADO DE TRANSPORTE PUBLICO, lo que a todas luces no será posible
mientras en el régimen de poder existente en la sociedad no se creen condiciones reales
para la participación y organización popular en torno a las decisiones que constituyen su
existencia.
Por estas razones, es justa la protesta popular contra el proyecto monopolista y excluyente
del SITP, esto implica construir colectivamente escenarios con participación social y popular
real que creen condiciones para diseñar y establecer un modelo de ciudad y de país distinto
al actual. Por ahora, que sea el derecho a la rebelión el que se exprese en las calles y haga
sentir el inconformismo popular.
VOCERIA NACIONAL Movimiento por la Defensa de los Derechos del Pueblo – MODEP
Bogotá, Marzo de 2010