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TAREA DE LA SEGUNDA EVALUACIÓN:

PORTADA:

Miguel de Cervantes y su obra más famosa, Don


Quijote de la Mancha.

Balma Carbó Ferrer. 4ºA. 2010.

INTRODUCCIÓN:

Miguel de Cervantes fue un poeta, famoso por su


obra más conocida, Don Quijote de la Mancha, he
escojido este tema porque creo que tubo una vida
muy interesante.

DESARROLLO:

WIKIPÉDIA:

Vida de Miguel de Cervantes:

Miguel de Cervantes Saavedra fue un novelista,


poeta y dramaturgo español.
No se sabe la fecha exacta de su nacimiento, pero sí
el lugar donde nació, en Alcalá de Henares (España).
Su padre se llamaba Rodrigo de Cervantes y su
madre doña Leonor, Miguel de Cervantes tuvo seis
hermanos, Andrés, Andrea, Luisa, Rodrigo,
Magdalena y Juan.
Miguel se instala en Madrid. En 1569, inicia su
carrera de escritor con cuatro composiciones
poéticas incluidas por su maestro, el humanista Juan
de Lópezde Hoyos, rector del Estudio de la Villa, en la
Relación oficial que se publica con motivo de la
muerte de la reina Isabel de Valois. En ella el editor
le llama «caro y amado discípulo», sin que esta
breve mención nos permita apreciar el grado de
estudios alcanzado por un muchacho que no llegó a
matricularse en ninguna Universidad, recibiendo, en
el siglo XVIII, el calificativo, a todas luces inexacto,
de «ingenio lego».

Miguel se alista en la compañía de Diego de Urbina,


en la que ya militaba su hermano Rodrigo. Esta
determinación, tomada en el momento en que la
Armada de la Santa Liga, a las órdenes de don Juan
de Austria, va a hacer frente a la amenaza turca,
acrecentada por la conquista de Chipre, le lleva a
embarcarse en la galera Marquesa, llegando a
combatir -«muy valientemente», al decir de sus
compañeros- en la batalla de Lepanto. En esta
circunstancia, a pesar de padecer calentura, se niega
a «meterse so cubierta», ya que «más quería morir
peleando por Dios e por su rey»; y, en el puesto de
combate que se le asigna -el lugar del esquife-,
situado en la popa del navío y particularmente
peligroso, recibe dos disparos de arcabuz en el
pecho, en tanto que un tercero le hace perder el uso
de la mano izquierda; de ahí el sobrenombre que le
daría la posteridad: «El manco de Lepanto».

Una vez recuperado de sus heridas, decide volver a


España para conseguir el premio de sus servicios,
con cartas de recomendación de don Juan y del
duque de Sessa. El 26 de septiembre de 1575, la
galera El Sol, en la que había embarcado tres
semanas antes, cae en manos del corsario Arnaut
Mamí. Llevado a Argel como esclavo, Cervantes
padece un cautiverio de cinco años que dejará
profunda huella en su obra, y muy especialmente en
sus comedias de ambiente argelino -Los tratos de
Argel y Los baños de Argel- así como en el cuento del
Cautivo, interpolado en la Primera parte del Quijote.

Entre estas hazañas cabe destacar sus cuatro


intentos frustrados de evasión, dos por tierra, y dos
por mar, en las cuales siempre quiso asumir la
responsabilidad exclusiva de las acciones. La última
vez, en noviembre de 1579, es denunciado por un
dominico oriundo de Extremadura, el doctor Juan
Blanco de Paz, y comparece ante Hazán bajá, rey de
Argel, que tenía fama de vengativo y cruel. Sin
embargo, no se le castiga con muerte. La razón que
se nos da -«porque hubo buenos terceros»- tal vez
remita a una posible colaboración en los contactos
de paz que los turcos intentaron establecer entonces
con Felipe II, por medio de un renegado esclavón,
llamado Agi Morato, incorporado más tarde por el
escritor a sus ficciones.

Finalmente, en tanto que su familia realiza grandes


esfuerzos por conseguir su libertad, es rescatado el
19 de septiembre de 1580, al precio de 500 ducados,
por los padres trinitarios.

A pesar de presentar información de sus servicios,


Cervantes no consigue la recompensa esperada: tal
vez por no poder prevalerse de los apoyos
indispensables en un momento en que se
agudizaban en la Corte las luchas de facciones,
mientras Felipe II se había ido a ceñir la corona de
Portugal, recién incorporado a sus dominios. A raíz
de un viaje a Tomar, donde el rey había convocado
las Cortes portuguesas, tan sólo se le encarga, en
mayo-junio de 1581, una breve misión a Orán, donde
se entrevista con el alcaide de Mostagán y cuya
finalidad exacta se ignora.

Al volver a Madrid, inicia una vida marcada por


varios episodios íntimos: unos presuntos amores con
una tal Ana de Villafranca, también llamada Ana
Franca de Rojas, esposa de un tabernero, que le dará
una hija natural, Isabel, nacida en otoño de 1584; y,
en diciembre del mismo año, su unión por legítimo
matrimonio con Catalina de Salazar, hija de un
hidalgo recién fallecido de Esquivias, tierra de
viñedos y olivares. Este casamiento le lleva a
afincarse en el pueblo de su mujer, sin perder por
ello contacto con los medios literarios de la Corte.
Durante estos años, en efecto, se sientan las bases
de una auténtica industria del espectáculo,
promovida por las cofradías de beneficencia que,
gracias al producto de las representaciones,
sagradas y profanas, que comanditan, subvienen en
cada ciudad al mantenimiento de hospicios y
hospitales. Este impulso, en el que colaboran las
compañías itinerantes de actores, favorece la
construcción en cada ciudad importante de salas
permanentes, los llamados «corrales de comedias».
En ellos es donde los artífices de una tragedia al
estilo español -Argensola, Rey de Artieda, Virués,
Juan de la Cueva- tratan de elevarse por encima de
las contingencias de un teatro de puro consumo,
para dar a la escena, amparándose en el ejemplo del
«español Séneca», la dignidad que según ellos le
falta.

En agosto de 1594, Miguel es encarcelado, en esta


cárcel que, durante varios meses, le dio ocasión de
un trato prolongado con el mundo variopinto del
hampa, verdadera sociedad paralela con su
jerarquía, sus reglas y su jerga, parece ser, con
mayor probabilidad que la de Castro del Río, la
misma donde se engendró el Quijote, si hemos de
creer lo que nos dice su autor en el prólogo a la
Primera parte: una cárcel «donde toda incomodidad
tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su
habitación», y en la cual bien pudo ver surgir, al
menos, la idea primera del libro que ocho años más
tarde le valdría una tardía consagración. Se
desconoce la fecha exacta en que liberaron a
Miguel.

En el verano de 1604, se traslada con su mujer a


Valladolid, elegida por Felipe III como nueva sede del
reino, donde se reúne con sus hermanas y su hija
Isabel, residentes hasta entonces en Madrid. Allí es
donde encuentra a un editor en la persona de
Francisco de Robles, el propio hijo de Blas de Robles,
que, en otro tiempo, había publicado La Galatea.
Mientras consigue, el 26 de septiembre, el privilegio
real que necesitaba, se difunde la noticia de la
próxima publicación de su nuevo libro, recogida por
Lope de Vega en una carta de su puño y letra, y por
López de Úbeda, el autor de La pícara Justina. En los
últimos días de diciembre de 1604, sale el Quijote de
las prensas madrileñas de Juan de la Cuesta, y muy
pronto se observan los primeros indicios de su éxito.
El viernes 22 de abril, Miguel de Cervantes rinde el
último suspiro. Al día siguiente, en los registros de
San Sebastián, su parroquia, se consigna que su
muerte ha ocurrido el sábado 23, de acuerdo con la
costumbre de la época, que sólo se quedaba con la
fecha del entierro: como se sabe, es ésta última la
que se conoce hoy en día, y en que se celebra cada
año en España el Día del Libro.

Don Quijote de La Mancha:

Esta obra se divide en dos partes:

1. El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha:

Empieza con un prólogo en el que se burla de la


erudición pedantesca y con unos poemas cómicos, a
manera de preliminares, compuestos en alabanza de
la obra por el propio autor, quien lo justifica diciendo
que no encontró a nadie que quisiera alabar una
obra tan extravagante como ésta, como sabemos por
una carta de Lope de Vega. En efecto, se trata de,
como dice el cura, una «escritura desatada» libre de
normativas que mezcla lo «lírico, épico, trágico,
cómico» y donde se entremeten en el desarrollo
historias de varios géneros, como por ejemplo:
Grisóstomo y la pastora Marcela, la novela de El
curioso impertinente, la historia del cautivo, el
discurso sobre las armas y las letras, el de la Edad de
Oro, la primera salida de Don Quijote solo y la
segunda con su inseparable escudero Sancho Panza
(la segunda parte narra la tercera y postrera salida).

La novela comienza describiéndonos a un tal Alonso


Quijano, hidalgo pobre, que enloquece leyendo libros
de caballerías y se cree un caballero medieval.
Decide armarse como tal en una venta, que él ve
como castillo. Le suceden toda suerte de cómicas
aventuras en las que el personaje principal,
impulsado en el fondo por la bondad y el idealismo,
busca «desfacer agravios» y ayudar a los
desfavorecidos y desventurados. Persigue un
platónico amor por una tal Dulcinea del Toboso; que
es, en realidad, una moza labradora «de muy buen
parecer»: Aldonza Lorenzo. El cura del lugar somete
la biblioteca de Don Quijote a un expurgo, y quema
parte de los libros que le han hecho tanto mal. Don
Quijote lucha contra unos gigantes, que no son otra
cosa que molinos de viento. Vela en un bosque
donde cree que hay otros gigantes que hacen ruido;
aunque, realmente, son sólo los golpes de unos
batanes. Tiene otros curiosos incidentes como el
acaecido con un vizcaíno pendenciero, con unos
rebaños de ovejas, con un hombre que azota a un
mozo y con unos monjes benitos que acompañan un
ataúd a su sepultura en otra ciudad. Otros cómicos
episodios son el del bálsamo de Fierabrás , el de la
liberación de los traviesos galeotes; el del Yelmo de
Mambrino que cree ver en la bacía de barbero y el de
la zapatiesta causada por Maritornes y Don Quijote
en la venta, que culmina con el manteamiento de
Sancho Panza. Finalmente, imitando a Amadís de
Gaula, decide hacer penitencia en Sierra Morena.
Terminará siendo apresado por sus convecinos y
devuelto a su aldea en una jaula.

En todas las aventuras, amo y escudero mantienen


amenas conversaciones. Poco a poco, revelan sus
personalidades y fraguan una amistad basada en el
mutuo respeto.

Dedicó esta parte a Alfonso López de Zúñiga y Pérez


de Guzmán, VI duque de Béjar.

2. El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha:

En el prólogo, Cervantes se defiende irónicamente de


las acusaciones del lopista Avellaneda y se lamenta
de la dificultad del arte de novelar. En la novela se
juega con diversos planos de la realidad al incluir,
dentro de ella, la edición de la primera parte de Don
Quijote y, posteriormente, la de la apócrifa Segunda
parte, que los personajes han leído. Cervantes se
defiende de las inverosimilitudes que se han
encontrado en la primera parte, como la misteriosa
reaparición del rucio de Sancho después de ser
robado por Ginés de Pasamonte y el destino de los
dineros encontrados en una maleta de Sierra
Morena, etc.

La obra empieza con el renovado propósito de Don


Quijote de volver a las andadas y sus preparativos
para ello. Promete una ínsula a su escudero a cambio
de su compañía. Ínsula que le otorgan unos duques
interesados en burlarse del escudero con el nombre
de Barataria. Sancho demuestra tanto su inteligencia
en el gobierno de la ínsula como su carácter pacífico
y sencillo. Así, renunciará a un puesto en el que se
ve acosado por todo tipo de peligros y por un
médico, Pedro Recio de Tirteafuera, que no le deja
probar bocado. Siguen los siguientes episodios:
* Unos actores van a representar en un carro el
auto de Las Cortes de la Muerte.

* El descenso a la Cueva de Montesinos, donde el


caballero se queda dormido y sueña todo tipo de
disparates que no llega a creerse Sancho Panza (es
una parodia de un episodio de la primera parte del
Espejo de Príncipes y Caballeros y de los descensos a
los infiernos de la épica, y para Rodríguez Marín se
constituye en el episodio central de toda la segunda
parte).

* El episodio del rebuzno, el del barco encantado,


el de la cabeza parlante, el de los postergados azotes
de Sancho, el de Roque Guinart y sus bandoleros
catalanes, el de la colgadura de Don Quijote, entre
otros.

* La final derrota del gran manchego en la playa


de Barcelona ante el Caballero de la Blanca Luna,
que es en realidad el bachiller Sansón Carrasco
disfrazado. Éste le hace prometer que regresará a su
pueblo y no volverá a salir de él como caballero
andante. Así lo hace Don Quijote, quien piensa, por
un momento, en sustituir su obsesión por la de
convertirse en un pastor como los de los libros
pastoriles.

Don Quijote retorna, al fin, a la cordura. Enferma y


muere de pena entre la compasión y las lágrimas de
todos. Mientras se narra la historia, se entremezclan
otras muchas que sirven para distraer la atención de
las intrigas principales. Tienen lugar las divertidas y
amenas conversaciones entre caballero y escudero,
en las que se percibe cómo Don Quijote va perdiendo
sus ideales progresivamente, influido por Sancho
Panza. Va transformándose también su
autodenominación, pasando de Caballero de la Triste
Figura al Caballero de Los Leones. Por el contrario,
Sancho Panza va asimilando los ideales de su señor,
que se transforman en una idea fija: llegar a ser
gobernador de una ínsula.

El 31 de octubre de 1615, Cervantes dedica esta


parte a Don Pedro Fernández De Castro y Andrade,
VII Conde de Lemos.

Importancia de la obra:

Esta obra fue muy importante por la riqueza y


complejidad de su contenido y de su estructura y
técnica narrativa, la más grande novela de todos los
tiempos admite muchos niveles de lectura, e
interpretaciones tan diversas como considerarla una
obra de humor, una burla del idealismo humano, una
destilación de amarga ironía, un canto a la libertad o
muchas mas.
Entre otras aportaciones más, el Quijote ofrece
asimismo un panorama de la sociedad española en
su transición de los siglos XVI al XVII, con personajes
de todas las clases sociales, representación de las
más variadas profesiones y oficios, muestras de
costumbres y creencias populares. Sus dos
personajes centrales, don Quijote y Sancho,
constituyen una síntesis política del ser humano.
Sancho representa el apego a los valores materiales,
mientras que don Quijote ejemplifica la entrega a la
defensa de un ideal libremente asumido. Pero no son
dos figuras contrarias, sino complementarias, que
muestran la complejidad de la persona, materialista
e idealista a la vez.

- VIDA:

Miguel de Cervantes Saavedra fue un novelista,


poeta y dramaturgo español. Supónese que nació el
29 de septiembre de 1547 en Alcalá de Henares y
murió el 22 de abril de 1616 en Madrid, pero fue
enterrado el 23 de abril y popularmente se conoce
esta fecha como la de su muerte. Es considerado la
máxima figura de la literatura española. Es
universalmente conocido, sobre todo por haber
escrito El ingenioso hidalgo Don Quijote de la
Mancha, que muchos críticos han descrito como la
primera novela moderna y una de las mejores obras
de la literatura universal. Se le ha dado el
sobrenombre de Príncipe de los Ingenios.

- SU INFANCIA Y SU JUVENTUD:

Miguel de Cervantes, en un retrato tardío e


idealizado de finales del siglo XVIII (Retratos de
Españoles Ilustres, 1791).
Supónese que Miguel de Cervantes nació en Alcalá
de Henares. El día exacto de su nacimiento es
desconocido, aunque es probable que naciera el 29
de septiembre, fecha en que se celebra la fiesta del
arcángel San Miguel, dada la tradición de recibir el
nombre del santoral. Miguel de Cervantes fue
bautizado en Alcalá de Henares (España) el 9 de
octubre de 1547, en la parroquia de Santa María la
Mayor. En el acta del bautizo reza:
Domingo, nueve días del mes de octubre, año del
Señor de mill e quinientos e quarenta e siete años,
fue baptizado Miguel, hijo de Rodrigo Cervantes e su
mujer doña Leonor. Baptizóle el reverendo señor
Bartolomé Serrano, cura de Nuestra Señora.
Testigos, Baltasar Vázquez, Sacristán, e yo, que le
bapticé e firme de mi nombre. Bachiller Serrano.

Su padre, de ascendencia cordobesa y de


antepasados gallegos, se llamaba Rodrigo de
Cervantes y era cirujano, oficio más parecido al
actual practicante que a nuestra idea de médico.
Según Américo Castro, Daniel Eisenberg y otros
cervantistas, Cervantes tiene ascendencia conversa
por ambas líneas familiares. Por el contrario, Jean
Canavaggio afirma que no está probado, y lo
compara con los documentos que apoyan esta
ascendencia, sin lugar a dudas para Mateo Alemán.
Su madre fue Leonor de Cortinas, de la cual apenas
se sabe nada. Sus hermanos fueron Andrés (1543),
Andrea (1544), Luisa (1546), que llegó a ser priora
de un convento carmelita; Rodrigo (1550), también
soldado, que le acompañó en el cautiverio argelino;
Magdalena (1554) y Juan, sólo conocido porque su
padre lo menciona en el testamento.
Hacia 1551, Rodrigo de Cervantes se trasladó con su
familia a Valladolid. Por deudas, estuvo preso varios
meses y sus bienes fueron embargados. En 1556 se
dirigió a Córdoba para recoger la herencia de Juan de
Cervantes, abuelo del escritor, y huir de los
acreedores.
No existen datos precisos sobre los primeros
estudios de Miguel de Cervantes, que, sin duda, no
llegaron a ser universitarios. Parece ser que pudo
haber estudiado en Valladolid, Córdoba o Sevilla.
También es posible que estudiara en la Compañía de
Jesús, ya que en la novela El coloquio de los perros
elabora una descripción de un colegio de jesuitas que
parece una alusión a su vida estudiantil.
En 1566 se establece en Madrid. Asiste al Estudio de
la Villa, regentado por el catedrático de gramática
Juan López de Hoyos, quien en 1569 publicó un libro
sobre la enfermedad y muerte de la reina doña
Isabel de Valois, la tercera esposa de Felipe II. López
de Hoyos incluye en ese libro tres poesías de
Cervantes, nuestro caro y amado discípulo. Esas son
sus primeras manifestaciones literarias. En estos
años Cervantes se aficionó al teatro viendo las
representaciones de Lope de Rueda y, según declara
en la segunda parte de Don Quijote, al parecer por
boca del personaje principal, «se le iban los ojos tras
la farándula».

Miguel de Cervantes Saavedra, nuestro «Manco de


Lepanto», es autor clásico y universal. Su figura y su
obra literaria desbordaron, desde muy temprano, su
origen hispano y su castellano natural, para
traspasar fronteras geográficas, culturales y
lingüísticas, convirtiéndose en patrimonio de la
humanidad. El Quijote, muy en particular, tenido
como la mejor novela mundial de todos los tiempos
por muchos escritores internacionales, ha sido capaz
de trascender en cuantas manifestaciones culturales
seamos capaces de enumerar: literaturas, filosofías,
músicas, películas, pinturas, esculturas, filatelias...
de todo el mundo le han rendido tributo a «Don
Quijote de la Mancha»: ese calamitoso chiflado
convertido en atalaya ética y estética de la cultura
occidental…

En consecuencia, una «Biblioteca de Autor» dedicada


a Miguel de Cervantes en nuestro tiempo -máxime
cuando está destinada a integrarse en la «Biblioteca
Virtual» a la que da nombre-, ha de estar planteada
desde un enfoque misceláneo y con un alcance
totalizador, tal y como merece la grandeza
asombrosa del escritor. Claro que van ya casi
cuatrocientos años de incesante actividad cultural
consagrada a engrandecer el mundo cervantino
desde todas las vertientes, y las dimensiones de su
universo artístico se muestran tan descomunales
como inabarcables. Quizás no tengamos más
remedio que afrontar una empresa -no sabemos si
reservada para nosotros- quijotesca: recopilar en
esta página virtual cuantos materiales de todo tipo,
relacionados con Cervantes y su mundo, podamos
recabar (biográficos, textuales, documentales,
gráficos, musicales, cinematográficos, léxicos, etc.),
para brindarlos a todos los públicos aprovechando el
potencial difusor de Internet. Si lo logramos,
habremos hecho realidad, probablemente, el mayor
sueño del inmortal escritor: «los niños la manosean,
los mozos la leen, los hombres la entienden y los
viejos la celebran; y, finalmente, es tan trillada y tan
leída y tan sabida de todo género de gentes...»
(Quijote, II-III).

En todo caso, esta «Biblioteca de Autor» está


llamada a ocupar un lugar capital en el entorno de la
«Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes» y ha sido
concebida como sitio de encuentro para «todo
género de gentes» interesadas en lo cervantino: ya
sean investigadores, ya lectores, ya curiosos. Por
eso, hemos incluido desde copias facsimilares de las
primeras ediciones, que permitirán cotejos ecdóticos
automatizados a los editores, hasta galerías de
imágenes o registros de voces, que posibilitarán un
acceso mucho menos especializado, pasando por
textos críticos, traducciones, biografías, estudios,
bibliografías, diccionarios, índices de personajes y
nombres, etc. Y en verdad que no nos importan tanto
los logros como las expectativas: esta página habrá
de quedar necesariamente inacabada; si se prefiere,
perpetuamente abierta a incorporar las novedades
que los tiempos futuros aporten a la figura y a la
obra de Miguel de Cervantes Saavedra.

Cervantes en su vivir:

Juan de Jáuregui, Retrato de Miguel de Cervantes (?).


Alonso Zamora Vicente, Historia de la Real Academia
Española, Madrid, Espasa, 1999, p. 12.Reconstruir en
sus etapas sucesivas la vida de Miguel de Cervantes,
más allá de las estampas consagradas por la
posteridad, no deja de plantear múltiples
interrogantes. Ciertamente, la exploración
sistemática de los archivos, públicos y privados,
iniciada en el siglo XVIII y proseguida
ininterrumpidamente hasta nuestros días, ha
permitido reunir poco a poco una documentación
significativa. Sin embargo, todavía quedan muchas
oscuridades, que afectan no sólo a la infancia del
escritor, sino a varios momentos decisivos de su
existencia, como los años que, entre 1597 y 1604,
van desde su encarcelamiento en Sevilla hasta su
instalación en Valladolid, en vísperas de la
publicación de la primera parte del Quijote. Más aún,
si tratamos de ir más allá de la mera materialidad de
los hechos, resulta que ignoramos todo o casi todo
sobre las motivaciones subyacentes a la mayoría de
sus decisiones: la partida para Italia en 1569 a los
veintidós años; el alistamiento, en 1571, en el
ejército de la Santa Liga; el regreso a España, en
1575, frustrado por su captura en manos de piratas
argelinos y, tres años después de haber contraído
matrimonio en Esquivias, las peregrinaciones por
Andalucía, entre 1587 y 1597, del recaudador de
abastecimientos e impuestos; por último, tras volver
a Madrid en 1608, el retorno definitivo a las letras.

Ello explica -aunque no justifica los abusos- la


atención prestada a sus ficciones, para tratar de
suplir las lagunas de nuestra información, buscando,
en un intento algo capcioso, si no un autor cuyo
perfil perdido se nos descubre desde un enfoque
indirecto, al menos todo aquello que sea susceptible
de iluminarlo. Pero Cervantes rara vez se expresa en
nombre propio, ya que suele delegar sus poderes en
narradores imaginarios, como Cide Hamete
Benengeli en el Quijote, o nos ofrece, en sus
dedicatorias, sus prólogos y su Viaje del Parnaso, los
fragmentos dispersos de un retrato de artista cuya
verdad se sitúa más allá de cualquier verificación
inequívoca.

CERVANTES VIRTUAL:

Estudio sobre Don Quijote de la Mancha de Miguel de


Cervantes.
EL QUIJOTE:

Introducción:

Ficha técnica.

El escritor de ésta obra tan renombrada es el no


menos importante Miguel de Cervantes. Miguel tuvo
una vida azarosa de la que poco se sabe con
seguridad. Nació en Alcal de Henares, pero pas su
adolescencia en varias ciudades españolas y con
poco m s de veinte años se fue a Roma, se enroló en
la Armada española y participó en la batalla de
Lepanto. Cuando regresaba a España, los corsarios le
apresaron y llevaron a Argel, donde sufrió cinco
años de cautiverio. Una vez rescatado pero sin
medios para vivir, marcha a Sevilla como comisario
de abastos para la Armada Invencible y recaudador
de impuestos. All acaba en la cárcel por
irregularidades en sus cuentas. Después se traslada
a Valladolid. En 1605 publica la primera parte del
Quijote. El xito dura poco. De nuevo es encarcelado
a causa de la muerte de un hombre delante de su
casa. En 1606 regresa con la Corte a Madrid. Vive
con apuros econ micos y se entrega a la creación
literaria. En sus ltimos años publica las Novelas
ejemplares (1613), el Viaje del Parnaso (1614), Ocho
comedias y ocho entremeses (1615) y la segunda
parte del Quijote (1615). El triunfo literario no lo libr
de sus penurias econ micas. Dedicó sus últimos
meses de vida a Los trabajos de Persiles y
Segismunda (de publicación pástuma, en 1617).
Murió en Madrid el 22 de abril de 1616.
Intención de la obra.

Cervantes afirmó varias veces que su primera


intención era mostrar a los lectores de la poca los
disparates de las novelas de caballer as. En efecto, el
Quijote ofrece una parodia de las disparatadas
invenciones de tales obras. Pero significa mucho m s
que una invectiva contra los libros de caballer as. Por
la riqueza y complejidad de su contenido y de su
estructura y t cnica narrativa, la más grande novela
de todos los tiempos admite muchos niveles de
lectura, e interpretaciones tan diversas como
considerarla una obra de humor, una burla del
idealismo humano, una destilaci n de amarga iron a,
un canto a la libertad o muchas más.
Entre otras aportaciones más, el Quijote ofrece
asimismo un panorama de la sociedad española en
su transición de los siglos XVI al XVII, con personajes
de todas las clases sociales, representación de las
más variadas profesiones y oficios, muestras de
costumbres y creencias populares. Sus dos
personajes centrales, don Quijote y Sancho,
constituyen una síntesis po tica del ser humano.
Sancho representa el apego a los valores materiales,
mientras que don Quijote ejemplifica la entrega a la
defensa de un ideal libremente asumido. Pero no son
dos figuras contrarias, sino complementarias, que
muestran la complejidad de la persona, materialista
e idealista a la vez.

Primera parte

A. Prologo.
1. Narra brevemente el argumento de los quince
primeros capítulos.

Cuenta Cervantes en los primeros capítulos como y


con quien vivía Alonso Quijano que, del mucho leer
novelas de caballer a y del poco comer y dormir se
qued loco. As , torna su nombre al de Don Quijote,
otorga a su escu lido caballo el sobrenombre de
Rocinante y se inventa una dama enamorada a la
que llama Dulcinea del Toboso. Y una mañana, sin
que nadie le vea, sale s lo de su aldea y emprende
un camino sin rumbo fijo. Al atardecer llega a una
venta, que su imaginaci n le hace tomar por un
castillo, y ruega al ventero, a quien cree alcalde del
castillo, que lo arme caballero, y ste, con la
intervenci n de dos mozas, as lo hace (en una
grotesca parodia de la ceremonia caballeresca). A la
mañana siguiente, Don Quijote, intenta, ya en
camino, liberar a un muchacho de ser azotado por su
amo; m s adelante encuentra a unos mercaderes
toledanos, a los que exige que proclamen la belleza
de Dulcinea y, en la lucha en que se entabla, cae del
caballo y es apaleado, quedando tendido en el suelo
donde comienza a recitar el romance de Valdovinos;
un vecino de su aldea al que Don Quijote toma por
marqu s, le socorre y lo lleva de regreso a su aldea,
donde su ama, su sobrina, el cura y el barbero llevan
a cabo el escrutinio y destrucci n de la biblioteca que
ha originado su locura. Una vez repuesto, Don
Quijote decide salir de nuevo en busca de aventuras,
pero esta vez acompañado de un escudero que le
sirva y le atienda. Convence a un campesino de su
aldea llamado Sancho Panza, y ambos parten si que
nadie se entere. Mientras que Don Quijote desfigura
la realidad idealiz ndola, Sancho intenta disuadirle de
su error, y cuando se impone la verdad, el hidalgo
manchego se cree v ctima de un portentoso engaño
fabricado por sus enemigos. En la segunda salida se
suceden aventuras en las que por lo general ambos
salen malparados: la de los molinos de viento, la de
los frailes benitos, la batalla con el vizca no y la
historia de los yang eses.

2. El pr logo. Finalidad de la obra.

Cervantes escribió esta novela mientras permanec a


en la cárcel, acusado de quedarse con la recaudaci n
de impuestos. Pero no parece que se valga de este
hecho para captar la benevolencia del lector ante sus
posibles defectos, pues ni siquiera lo comenta. As
que creemos que simplemente lo empieza a escribir
all porque es donde su talento creador le apareci , o
por que ten a tiempo suficiente para dedicarse a ello.
Cervantes se r e de los autores que publicaban sus
libros precedidos de elogios pues para l no hace
falta ponerle reclamos a un libro para atraer a la
gente, si no que se lo importante es el contenido.
En la finalidad de la obra no podemos pensar solo en
una cr tica a la novela de caballer as, aunque est
claro que es lo que m s espantaba a nuestro escritor.
Pero no s lo aparece esta crítica sino un esp ritu
liberador, humor stico, que nos muestra como era la
gente de la poca.

B. El protagonista.
3. Capítulo I.

En éste capítulo Cervantes cuenta con quien vivían


nuestro h roe, que se ve a acompañado por un ama
que pasaba de los 40, su sobrina, que no llegaba a
los 20, y un labrador que rondaba los 50. La afición
principal de nuestro personaje era leer libros de
caballer a; hasta tal punto tenia aprecio a estos
libros que, tras el mucho leer y el poco dormir y
comer, enloquece crey ndose caballero aventurero,
famoso por sus hazañas.
Esta locura la representa Cervantes a través de la
forma, en la que aparecen diversos contrastes (...
noches leyendo de claro en claro y los d as de turbio
en turbio...), y enumeraciones desordenadas (...
pendencias, batallas, desaf os, heridas, requiebros,
amores y disparates imposibles,...). La locura le
llevar a tomarse en serio lo de ser caballero y
empieza por: limpiar las armas que habían sido de
sus bisabuelos; hacerse una media celada de cart n,
la que destroz al probarla, por lo que se hizo una
segunda con barras de hierro por dentro; puso
nombre a su caballo (Rocinante), y el mismo tom el
de Don Quijote de la Mancha. También busco una
dama de qui n enamorarse, escogiendo a una moza
labradora vecina suya a la que le puso el
sobrenombre de Dulcinea del Toboso.

C. Primera salida.

4. Capítulo II.

En su salida al mundo de las aventuras Don Quijote


descubre que aun no ha sido armado caballero,
aunque su forma de hablar imita perfectamente el
lenguaje recargado y altisonante de sus h roes. Este
lenguaje, sin embargo, destaca por su sentido
burlesco e ir nico:
“Dichosa edad y siglo dichoso, aquel adonde saldrán
a la luz las famosas hazañas m as, dignas de
entallarse en bronce, esculpirse en m rmoles y
pintarse en tablas para memorar en el futuro.”
“no te olvides de mi buen Rocinante, compañero
eterno m o en todos mis caminos y carreras"
Y tambi n por su alto contenido en arca smos, como
los aqu descritos:

Fuyan = huyan
Ca = porque
Vos = os
Acuitedes = aflij is
Fasta = hasta.

Pero donde realmente vemos que est loco es cuando


llega a la venta por primera vez. Venta que, en la
mente de Don Quijote, ser un magn fico castillo.
Esta situaci n har que nuestro protagonista confunda
al ventero por el alcalde del castillo, a las dos
mujeres de vida pecaminosa por dos hermosas
doncellas, y el sonido de un cuerno por una dulce
bienvenida. Estos tres personajes, d ndose cuenta de
las sandeces del supuesto hidalgo, aprovechar n
para re rse de el contribuyendo a hacer del Quijote
un caballero en toda regla.

5. Cap tulo III.


Como dijimos antes, los personajes de la venta le
seguir n el rollo a nuestro hidalgo. El ventero, con
manifiesta socarroner a y siempre siguiendo las
reglas de Don Quijote, llegar a nombrarle caballero,
y a darle consejos caballerescos. Contraste entre la
alucinaci n caballeresca de Don Quijote y la realidad
del mes n.
En la parte en la que el ventero lo manda al patio a
velar las armas al abrevadero, dici ndole que la
capilla la estaban arreglando, y Don Quijote acaba
siendo apedreado por sus agresiones hasta que el
ventero sale en su defensa, nos encontramos con la
visi n del pueblo español, y aqu es donde
empezamos a notar que las intenciones cervantinas
no son sólo cómicas o críticas con la caballería, sino
que tambi n caen presa de este ataque la sociedad y
personalidades de esa poca.

6. Cap tulo IV.

En este capítulo decide Don quijote regresar a su


aldea en busca de dinero y un escudero, atendiendo
a los consejos ofrecidos por el ventero. Su salida de
la venta la har al amanecer, tras una larga noche.
Cuando al escuchar un quejido, se acerc hacia l y
encontr a un muchacho atado a un rbol y un
hombre d ndole azotes. Tras esto Don Quijote trata
de arreglarlo dici ndole que no le corresponde el
castigo que le est dando y le dice que lo que tiene
que hacer es darle el dinero, que por cierto los c
lculos que hace Don Quijote son err neos, no se sabe
si Cervantes pretende hacer parecer que por su
locura tampoco anda bien en las cuentas.
El señor queda en darle el dinero al muchacho en su
casa con lo que Don Quijote se va totalmente
satisfecho de su primera labor como Caballero,
diciendo al muchacho que si esto no llegara a ser as ,
que lo buscase.
Como podemos ver en este relato, las funciones de
Don Quijote adquieren cierto sentido, o por lo menos,
cierta utilidad e importancia, aunque Cervantes le
quita posteriormente valor a ste acto haciendo que
el oprimido salga peor parado. Lo que s es cierto
que la autoridad impuesta por el hidalgo infunde un
gran respeto sobre el agresor, Juan Haldudo.
Pero esta victoria del de La Triste Figura se ver
enterrada por su siguiente batalla en la que, al
encontrarse con unos arrieros, les har jurar fidelidad
a Dulcinea para poder pasar ilesos por aquel lugar lo
que desencadenar una disputa en la que el peor
parado ser Don Quijote.

7. Cap tulo V.

En este cap tulo aparece la influencia del Entrem s


de los Romances, historia en la que creemos que se
bas  Cervantes para crear la figura
del Quijote. Los personajes adquieren una forma
diferente en ste cap tulo:
El vecino: se comport muy bien con l, pues le ayud
a levantarlo del suelo y lo llev a su casa.
La criada: Est furiosa por el tema de los libros.
La sobrina: se cree culpable de lo sucedido a su t o y
pide que quemen los libros.
El cura: En principio dice que hay que quemar los
libros, pero despu s va salvando algunos.
El barbero: s lo escucha.
D. Segunda salida.

8. Cap tulo VII.

En ste cap tulo se comienza a narrar la segunda


salida de Don Quijote. Una vez repuesto de la paliza,
sus intenciones de volver a deshacer desaguisados y
ayudar al oprimido se ven reforzadas cuando, en su
deseo de leer de nuevo sus libros, se encuentra con
que el cuartillo ha desaparecido como por
encantamiento, cosa que corroborar el ama y su
sobrina. Esta situaci n ser la que le d el ltimo
empujoncito a nuestro caballero para volver a sus
heroicas acciones.
Para sta segunda salida, y haciendo caso de los
consejos del ventero, Don Quijote se busca un
escudero, que Cervantes describe como un labrador,
hombre de bien, pero con muy poca sal en la
mollera, es decir, una persona demasiado inocente;
cosa de la que se aprovecha Don Quijote para
convencerle de que sea su escudero. Sancho no
puede resistir a la tentaci n de verse gobernador de
una nsula. Estas caracter sticas son perfectas para
el juego que Cervantes har entre la locura del señor
y la inocencia del escudero, que igualar a Don
Quijote en sus disparates por estar convencido de
que estos son verdad.

9. Cap tulo VIII.

Es uno de los cap tulos m s famosos de la novela en


el que Don Quijote confunde los molinos de viento
con gigantes. Sancho intentar hacer ver a su señor
que no son gigantes sino molinos, pero Don Quijote
hace caso omiso de las palabras de su escudero y se
lanza al ataque. Esta historia ser una de las pocas
en la que Sancho no se deje influenciar por la locura
de su amo. As en el cap tulo de los frailes, su codicia
vencer a su sentido com n, lo que le acarrear que le
muelan a palos. En estos primeros sucesos la
personalidad de Sancho se ir amoldando a la locura
de su amo hasta tal punto que su percepci n de las
cosas se acabar pareciendo a la de su señor, con el
nico matiz de que uno est loco y el otro es un pobre
inocente que quiere mejorar su vida.

10. Cap tulo XV.

Desgraciada aventura con los yang eses. Hidalgo y


escudero salen quebrantados, por lo que podremos
ver sus respectivos temples an micos. Sancho se
muestra pesimista por los ltimos acontecimientos y
cobarde e interesado s lo a lo que l toca, aunque
muestra cierta indiferencia hacia lo sucedido, s
mbolo de que empieza acostumbrarse a las
desdichas. Don Quijote, por el contrario, sigue con su
actitud luchadora y ve ste incidente como un simple
golpe de mala suerte lo que supone que vendr n
tiempos mejores, a dem s achaca este infortunio a
que era gente ruin y baja por lo que l no deber a de
haberse metido. As , uno desanimado pero casi
acostumbrado y el otro convencido de que es s lo
mala suerte, continuar n su camino.

11. Resume el argumento de los cap tulos XV – XXVI.

Tras la paliza propinada por los yang eses entrar n


en una venta que Don Quijote cre a castillo, donde
pasar n sucesos inauditos, como la paliza que recibir
el de la Triste Figura por parte del ventero debido a
una terrible confusi n; o el manteo de Sancho tras
intentar irse sin pagar, de lo que deducir Don quijote
que es un castillo encantado. En su camino hacia
Sierra Morena pasar n ambos las aventuras m s raras
que se puedan explicar, pero tambi n tuvieron
oportunidad de hacer grandes hazañas, como la rica
ganancia del yelmo de Mambrino, la desafortunada
liberaci n, por parte de Don Quijote, de un grupo de
galeotes que iban presos y que no supieron agradec
rselo. Una vez en Sierra Morena conocer n la historia
de un loco enamorado, Cardenio, con el que Don
Quijote tendr sus m s y sus menos, pero del que
tomar la idea de encerrarse en esa serran a en plan
penitencia de Beltenebros mientras que manda a
Sancho con una carta para su amada Dulcinea del
Toboso.

12. Cap tulo XVI y XVII.

En este cap tulo, la alucinaci n de nuestro hidalgo


convertir a la fe sima Maritormes en una bell sima
mujer. La intenci n de Cervantes en describirnos a
sta muchacha tan fea es la de hacernos ver a los
niveles que llegaba la locura de Don Quijote, el cual
cre a estar viendo a la doncella de un castillo. De sta
muchacha se r e Cervantes en su descripci n ironiz
ndola cuando habla de su chepa o de su escasa
estatura. Tambi n podr amos ver esta descripci n
como una met fora referida a la sociedad española,
una sociedad dividida, rota, maltratada, viviendo en
un mundo de color renacentista, espiritual, bello.
En este cap tulo podemos ver que la ideolog a
amorosa de Don Quijote se basa en el t pico amor
cort s, irrealizable, lejano, un amor espiritual no f
sico, un amor idealizado que ha de ganarse por m
ritos que asombren a la amada. En contraposici n al
amor, o m s bien, al deseo del arriero basado en el
contacto con la amada y en la realizaci n y
consumaci n de ese amor. M s profundamente y
arriesg ndonos un poco, podr amos decir que
Cervantes iguala el amor idealizado a la locura, y la
realidad al amor terrenal, f sico, realizable,
verdadero respecto a su ejecuci n.
La realidad tambi n podr a la caballer a en la cuesti
n del manteo de Sancho, ya que ste preferir darse
un buen trago de vino que recuperarse instant
neamente, seg n nuestro hidalgo, con el B lsamo.

13. Cap tulo XVIII.

Este cap tulo muestra cierto paralelismo funcional


con el XVIII, ya que en ambos Don Quijote deja
entrever sus ansias de lucha, empañada por su
extrema locura que, junto, supone siempre una
situaci n de mucho peligro y poco o ning n beneficio.
Junto a esta locura exacerbada por el anhelo de
lucha, surge siempre la parte m s lucida de Sancho,
en contraposici n a la de su amo, que no cae en el
fatal error de Don Quijote tornando la realidad a la
deseada ficci n. De aqu podr amos destacar
entonces, que la locura de Don Quijote se acent a
con la pasi n creada por la situaci n de lucha o amor
(los dos principales temas de la novela de caballer
as).

14. Cap tulo XX.


Sigue en esta nueva aventura la descripci n de los
caracteres de hidalgo y escudero. Como se supon a,
el reducido valor de Sancho estar en contraste con
la grand sima gallard a caballeresca de Don Quijote
al que le encanta esta nueva situaci n. Tal es el
miedo que muestra Sancho, que al final acaba
acompañando a su señor por no quedarse solo. Pero
como se ver m s adelante, la valent a de don Quijote
no habr valido para nada, ya que el terrible sonido
estar producido por unos mazos de bat n, lo que
producir la alegr a y burla de Sancho y el
consecuente enfado de Don Quijote.

15. Cap tulo XXII.

Don Quijote libera, en este cap tulo, a unos galeotes,


que lo apedrean luego. Cervantes utiliza a uno de los
galeotes, Gin s, para criticar ligeramente a la
narrativa picaresca acus ndola de no ser del todo
cierta, pero tampoco insiste mucho en esto.
Cervantes se nos recuerda entonces ligeramente por
eso que dice Gines sobre que a escrito su vida en la c
rcel, como hiciera nuestro escritor con el inicio de
esta obra.
Los nuevos actos de nuestro hidalgo nos muestran la
parte extrema de su acci n liberadora y deshacedora
de entuertos. En sta aventura contraria incluso a su
propio ideal de caballero, liberando a los causantes
de tanto mal. Tambi n es verdad que los suelta
creyendo que no son justas las acusaciones
imputadas a los reos.

E. Dorotea y Cardenio.
16. Resume el argumento de los cap tulos XXVII –
XXXVIII.

El cura y el barbero deciden ir a por Don Quijote para


sacarlo de la serran a. All conocer n la historia de
una bella muchacha, Dorotea, que, junto con
Cardenio, les ayudar a cumplir su cometido.
Haciendo que Dorotea se pasase por la princesa
Micomicona, obligar n a nuestro hidalgo que le preste
sus servicios, con lo que consiguieron sacar a Don
Quijote de Sierra Morena. Se dirigieron entonces
hacia la casa del de La Triste Figura haciendo puente
en la venta ya conocida por el hidalgo. En esta, el
cura leer a todos la historia del “Curioso
Impertinente” y Don Quijote pronunciar un curioso
discurso sobre las armas y las letras.

17. Cap tulo XXIX.

En este cap tulo podemos ver como Sancho ya no


cuestiona las creencias de Don Quijote, ha ido poco a
poco evolucionando hasta una postura paralela a la
de su señor, con la nica diferencia de que el no est
loco sino confundido por sus ansias de riqueza.
Entonces podr amos hablar de la quijotizaci n de
Sancho a un nivel superficial, remarcada en el texto
por Cervantes, que nos dice directamente que la
simplicidad de Sancho hab a hecho que ste se
creyera los mismos disparates que su amo.
Dorotea cambia inteligentemente su forma de hablar
cuando se hace pasar por la princesa Micomicona. Su
lenguaje recargado, con excesivas galanter as y
repleto de palabras cultas, guiado con cierta
inteligencia y malicia, har n que Don Quijote prometa
sin siquiera pararse a pensar.
Pronto surge el inter s de Sancho por lo que se trata,
pues ya se ve como gobernador de su nsula que, a
pesar de ser tierra de negros, le aportar grandes
beneficios aunque sea vendiendo esclavos.

El cabecilla de todo esto, el cura, enloquece, a


nuestro parecer, aun m s a Don Quijote, d ndole una
nueva raz n por la que luchar y por la que seguir
creyendo en la caballer a (aunque todav a no a
dejado de creer en ella), adem s de subirle el ego a
nuestro hidalgo, que cree que su fama es inmensa.
En resumen, el cura vale para darle fuerza a la
novela y evitar que Don Quijote empiece a
desmarcarse de la ideolog a caballeresca.

18. Cap tulo XXX.

En este cap tulo Sancho intervendr en favor directo


de sus beneficios alegando, en contra de la negativa
de su amo, que la belleza de Dulcinea no es
comparable con la de tan alta “reina” como lo es,
imaginariamente, Dorotea, y que as no alcanzar
nunca su esperado condado sino es cas ndose Don
Quijote con esta princesa y despu s irse con Dulcinea
ya que en las tierras de la princesa Micomicona deb
an de haber existido reyes con concubinas. Dicho
esto, la furia se apodera de Don Quijote, que tras
apalear con el lanz n a su escudero, le hacer saber
que ella es la que le infunde valor y usa su brazo
como instrumento para sus hazañas, y l vive y
respira en ella.
19. Cap tulo XXXIII – XXXV.

En mi opini n, a la hora de encontrar culpables, lo


son ambos: uno por “fomentar” los amores de su
amigo Lotario, a pesar de que ste intentaba
resistirse, movido por una cierta curiosidad de
averiguar hasta donde llegaba la fidelidad de su
mujer que termin propiciando el amor entre ambos,
y la otra, a pesar de que en un principio se manten a
imperturbable ante las razones de Lotario, al final
sucumbi .
Este pequeño relato tiene cierta tendencia a
enseñar, en el sentido de “novela ejemplar” como
demuestra en los sabios consejos que Lotario da a su
amigo para que cambie de opini n sobre lo que ha
decidido para comprobar la fidelidad de su mujer.
Creo que no son incompatibles las dos cuestiones
aqu planteadas, puesto que incluir la aventura de
los cueros de vino le serv a tanto a Cervantes para
dar variaci n al relato y a su vez fundir la historia que
se narraba con la del Quijote

F. Discurso de las armas y las letras.

21. Cap tulo XXXVIII.

El problema al que se afronta Don Quijote en este


famoso discurso sobre las Letras y las Armas es
tratar de ver quien es m s rico, si el estudiante o el
soldado. Nada m s exponer esta cuesti n, afirma que
el soldado es m s pobre en el sentido monetario, que
se ve sometido en ocasiones a las inclemencias de
dormir al raso el d a anterior a una batalla, y los
compara con los letrados quienes entre honorarios y
propinas tienen en que entretenerse y sentencia
diciendo que -“aunque es mayor el trabajo del
soldado, es mucho menor el premio”-. Seg n Don
Quijote, los letrados defienden que las armas se
apoyan en las letras, puesto que la guerra se ve
sujeta a unas leyes, y por tanto a los letrados;
responde que con las armas se sostienen los
imperios, se mantienen seguros los caminos,
despejados los mares de crueles corsarios, etc. Que
aunque le cueste a un estudiante progresar, le costar
m s a un guerrero, puesto que siempre le va en ello
la vida.

G. El cautivo.

22. Resume los cap tulos XXXIX – LII.

En este intervalo de cap tulos se suceden la mayor


parte de los acontecimientos en la venta donde se
encuentra Don quijote junto a la fingida reina
Micomicona –Dorotea -, Don Fernando, Luscinda y
Cardenio, el cura y el barbero, y el cautivo reci n
llegado con su esposa Zoraida aparte del ventero y
su familia y algunos siervos. Tras el discurso de las
Letras y las Armas, el cautivo narra su historia.
Cuando llegaba la noche, acudi un oidor que result
ser el hermano del cautivo, y se narra tambi n la
historia de Doña Clara y Don Luis, que la segu a
vestido de mozo de mulas aunque su linaje no era
tal. Ya durante la noche acontece la guardia de Don
Quijote, que la que se sucedi el episodio de
quedarse colgado de una mano y la refriega que
tubo con los criados enviados a buscar a Don Luis.
Estando atentos a lo que acontec a con ste, entr en
la venta el barbero al que Quijote le cogi el yelmo de
Mambrino, y se produjo una fuerte discusi n y una
“pequeña” pelea entre todos. Tras sucederse estos
acontecimientos abandonaron la venta y el cura y su
compañero el barbero se las ingeniaron para hacer
creer a Don Quijote que estaba encantado y as
poder llevarlo de vuelta a su pueblo. Durante su
regreso, se encuentran con un can nigo con el que
discuten acerca de las novelas de caballer a. Cuando
se detuvieron para comer, vino el pastor que narra el
ltimo relato que intercala Cervantes y una refriega
de Don Quijote con unos disciplinantes. Finalmente
llegaron a su pueblo, enjaulado y mal herido por un
fuerte golpe en la espalda.

23. Cap tulos XXXIX – XLI.

Seg n nos narra su historia el cautivo destaca el


paralelismo de su trayectoria militar con la de la vida
real de Cervantes coincidiendo por ejemplo en que
ambos fueron encarcelados cuando regresaban a la
patria tras una consumada victoria.
Se describe a los turcos como gente atrevida y
venturosa, y se nota en sus descripciones cierta
xenofobia (aunque existen descripciones que se
salvan de esta etiquetaci n, como el llamado Gran
Turco, Zoraida y su padre).
Siempre me he imaginado un baño de oriente como
los ar bicos que existen en las Medinas, pero en su
descripci n, Cervantes encierra a todos los cautivos
en un “baño” que contrasta con la imagen que yo
ten a.
Lo propiamente novelesco de la historia comienza
cuando acaba la parte hist rica de la narraci n, al ser
nuestro protagonista cautivado, tras lo que se narra
lo anteriormente comentado.
Pienso que la religi n no constituye ning n problema
en esta relaci n puesto que Zoraida piensa
convertirse al catolicismo y al no ser una fan tica de
su religi n o una conservadora, lo nico que han de
hacer es ir a España, pero como eso ya lo ten a mas
que asumido el cautivo, no supone ninguna
contradicci n en su relaci n.
El car cter de Zoraida es descrito por Cervantes de
una forma semejante a las de Dorotea y Luscinda,
que se asemejan a esas damas de novela
caballeresca tantas veces comentada por Don
Quijote y contrastan a su vez con las hijas del
ventero y dem s mujeres de su misma posici n. Ella,
Zoraida, y las dem s son el perfil prefecto de mujer
idealizada.
Al ser apresados por los franceses, el cautivo teme
por que le quiten la joya que l m s amaba que no era
otra que Zoraida, pero los franceses se contentaron
con las joyas que la adornaban y no se quedaron con
ella.

H. Vuelta a casa.

24. Cap tulo XLVI.

En este enfrentamiento, Sancho le asegura que la


citada reina Micomic n no es tal y se ve reprendido
por su amo que le asegura que es quien dice ser y se
vio embargado por una profunda ira que fue
templada por los consejos de Dorotea, que
aseguraba que al estar el castillo encantado, Sancho
ver a cosas que no son.
El cura y el barbero se las ingenian para hacer creer
a Don Quijote, mediante una serie de engaños con
disfraces, que se encuentra bajo el influjo de un
poderoso encantamiento con lo que consigue hacer
que se mantenga quedo en una jaula con la que le
devuelven a su origen.
Creo que ese suceso se mantiene en la l nea dentro
de la comedia de Cervantes, ya que es muy sarc
stico que Quijote termine en una jaula, aunque una
vez que nos hemos encariñado con el personaje es,
quiz , un poco cruel. La burla de los disfraces me
parece tan solo una maña para hacer que se crea
embrujado, y no creo que tenga mayor importancia
que el resto de las locuras de Don Quijote

25. Cap tulo XLVII.

Llega a la conclusi n de que al igual que cambian los


tiempos cambian los hechiceros y sus conjuros, por
lo que no es de extrañar que vuele no en un carro de
fuego tirado por animales mitol gicos, sino en una
simple jaula tirada por bueyes.
Sancho le acusa al cura de dejarse llevar por la
envidia de que el Quijote iba a conseguir un gran
imperio y que durante el periodo que estuviera
encerrado no podr a hacer bien a nadie. Es notable la
medida en que se ha quijotizado debido a las
influencias de su amo, como va demostrando en su
comportamiento, aunque no llega a los extremos de
Don Quijote.
El can nigo asegura que o ha podido terminar ning n
libro de caballer as porque asegura que todos son
una misma cosa, que son disparatados - como el
ejemplo del chico que mata a un gigante con diecis is
años- y cuyo fin es deleitar y no enseñar y carecen
de estructura interna ordenada, con estilo duro,
inveros mil en las batallas, lascivo en los amores,
etc.

26. Cap tulo XLVIII.

Cervantes defiende la comedia de tipo renacentista


sujeta a normas cl sicas, como l ya hab a cultivado
en obras anteriores. A pesar del elogio que hace a
Lope de Vega, le contradice en su opini n de que hay
que dar al “vulgo” lo que este pide, ya sea disparates
o cosas que no llevan ni pies ni cabeza. Trata de
hacer pensar a la los actores y creadores de
comedias que se revalorizar m s lo que el pueblo le
pida, sino con buenas obras.

27. Cap tulo LII.

Tras haber escuchado la historia del pastor, se


enzarza en una pelea con l pero la interrumpe
puesto que ve a lo lejos una procesi n de
disciplinantes que confunde con un grupo de
malhechores que llevan a una mujer en contra de su
voluntad, y aplazando su refriega se lanza en ataque
contra los disciplinantes. En la singular batalla se ve
alcanzado por una vara que le golpe la espalda dej
ndole muy mal herido.
Sancho se ve superior a su mujer puesto que ella
carece de los conocimientos de la orden de caballer
a que l ha ido adquiriendo con la compañ a de Don
Quijote.
No. Creo que Cervantes, al igual que el lector, ha ido
encariñ ndose progresivamente de su personaje y al
final pierde en parte el sentido burlesco del inicio del
libro.

I. Analiza pormenorizadamente la relaci n de la obra


con el Humanismo renacentista (con citas).

El humanismo se caracteriz por su


antropocentrismo, cosa que se entrev en esta
novela por ser Don Quijote el centro de todo. Don
Quijote lucha por el ser humano, por la libertad, por
el libre pensamiento, por la justicia.
Otra relaci n con el Humanismo es el ataque a la
ortodoxia cat lica y la promulgaci n de una doctrina
basada en la pureza evangelista. Esto se puede ver
en los diversos ataques de Don Quijote hacia los
frailes benitos, y posteriormente a una procesi n; en
ambas Don Quijote cree que esos malhechores llevan
contra su voluntad a una dama inocente. Si nos
arriesgamos un poco, podr amos pensar que es una
met fora en la que la pureza evangelista,
caracterizada por la moza inocente, se ve apresada
por la iglesia y sus sucios intereses, representados
por los frailes. Pero no caeremos en el error de
afirmarlo.
La idea de virtud, por la cual el poeta se hace
inmortal a trav s de su obra, es una de las razones m
s destacables del Quijote. Sus hazañas son sobre
todo para hacerse inmortal a trav s de su obra
heroica, es decir, lo que busca nuestro hidalgo a trav
s de sus sucesos es, a parte de conseguir el amor de
su amada, parecerse a sus h roes y quedar
inmortalizado, como ellos, por sus aventuras, que ser
n escritas por alg n famoso historiador.
Cervantes defiende, en la conversaci n mantenida
entre el can nigo y el cura, las normas grecolatinas
ante el desorden que se refleja en las novelas
caballerescas. A dem s Cervantes incluye en el
Quijote cuentos de todos los tipos cl sicos
renacentistas.

J. Analiza la evoluci n sicol gica y moral de Don


Quijote, y la relaci n de su parte cuerda con la loca.

Don Quijote caer en la locura tras pasarse varios d


as leyendo sin parar novelas caballerescas que le
acabar n creando un ideal y una necesidad
libertadora. As su nueva moral le dictar que libre al
oprimido del opresor, deshaga maleficios y castigue
a los malvados, para ganarse la admiraci n de
Dulcinea.
Pero tendr altibajos en su comportamiento. En los
momentos de mayor tranquilidad se mostrar casi
cuerdo, mientras que las ocasiones de batalla su
locura llega al cenit.

K. Relaci n de las ideas de Sancho con la locura de su


amo (cuando / por qu ).

En ocasiones Sancho ve que su amo est equivocado,


pero en otras incluso le apoya. En el caso de los
molinos de viento, de las ovejas, o del grupo de
curas, Sancho puede ver que no son lo que su señor
dice, ni por apariencia. Pero en casos como lo de la
princesa Micomicona, su inocencia le hace pensar
que es cierto lo que escuchan sus o dos, y esto se ve
reforzado adem s por lo que le supondr este hecho,
que el espera que le aporte como beneficio su
esperada nsula. As que Sancho participar en las
locuras de Don Quijote cuando l crea que le aportar
n cierto beneficio y compruebe que tienen cierta
coherencia. Aunque en el caso de los agustinos se
olvidar de esta segunda parte acuciado por la
avaricia y la oportunidad de recoger los frutos de la
batalla de su amo.

L. La pelea en la venta es una parodia judicial y una


visi n de España. Dimensi n cr tica.

M. Establece diferencias y similitudes entre la 1ª y 2ª


salida (estructural y formal).

En la primera parte, la estructura la podr amos


organizar as : Don Quijote realiza el s lo y sin que
nadie lo vea los preparativos para la salida. Busca
una armadura, un caballo y un nombre para s . En su
salida nadie le ver . Ir la mayor a del camino sin
rumbo fijo dejando que Rocinante le gu e donde
quiera. Pronto se encontrar con una venta en la que
l ver un castillo y su oportunidad para nombrarse
caballero. Tras las muestras de su locura volver a las
andadas, esta vez como caballero, de las que no
saldr muy bien parado. Tras la paliza propinada por
los mercaderes toledanos, lo encontrar un vecino
suyo el cual lo llevar de nuevo a su casa (Don
Quijote no se da cuenta de que vuelve a su casa
hasta que se recupera).
En la segunda salida ocurre m s o menos lo mismo.
Nuestro hidalgo vuelve a irse sin que nadie le vea,
tras haber preparado el mismo todo lo necesario
para sus aventuras, esta vez incluye al escudero. Sus
primeras aventuras son desastrosas y s lo consigue
vencer en una. De nuevo ir n sin rumbo fijo. La
posada volver a ser castillo, pero lo que busca Don
Quijote es hacer locuras por amor.

N. ¿C mo crees que se ven as mismos Don Quijote y


Sancho? ¿C mo se ven el uno al otro?

Don Quijote se ve as mismo como un liberador, un


justiciero, un deshacedor de entuertos, en resumen,
un ejemplo de caballero que lucha por el bien. Su m
xima aspiraci n es llegar a ser tan famoso como sus
dolos novelescos a trav s de la inmortalidad de su
obra historia y conseguir a su amada, Dulcinea.
Sancho se ve como un pobre campesino que tiene
las miras dirigidas hacia el enriquecimiento de su
familia, pues tiene necesidad de ello; se ve, en pocas
palabras, como el sustentador de su familia. Don
Quijote ve a Sancho como un buen escudero, y en
ello se entrev cierta amistad sin llegar a perder la
relaci n escudero – hidalgo en imitaci n a sus dolos,
cosa que aparece en varias ocasiones en las que El
de la Triste Figura manda callar a su escudero.
Sancho ve a su señor como un hombre ilustrado,
sabio y algo peculiar, con el que mantiene una relaci
n demasiado amistosa para ser su escudero; en
realidad le sigue tratando como vecino pero desde
otro ngulo, el de su “ayudante”. En ning n caso le
creer loco sino equivocado, y ser la influencia de su
señor la que le vaya acercando hacia un plano
paralelo a la locura de su amo, sin llegar l a estar
demente sino confundido por su inocencia.

O. Relaci n entre el autor Cire Hamete y el narrador.


Cervantes mete a un personaje supuestamente real
haci ndole pasar por un historiador ar bigo del que el
narrador ha sacado las andanzas de Don Quijote.
Esto le da un gran realismo a la obra, ya que en
aquel entonces los mejores historiadores eran rabes.
Tambi n le da una mayor importancia a la obra de
Don Quijote, la cual, hemos de suponer despu s de
esto, fue tan famosa, que lleg e interes al mundo
rabe. Pero todo esto nos conduce hacia la propia vida
de Don Quijote, es decir, tanto Cire como Cervantes
son meros medios de comunicaci n que cuentan, lo
m s objetivamente posible, la verdadera historia del
real simo Don Quijote.

P. Descripción y función de las cartas (cap. XXIII,


XXV, XXVI, XXVII) ¿es en cada caso apropiado el uso
de la literatura epistolar? ¿Por qué?.

A través de estas cartas Cervantes conecta de nuevo


con el amor idealizado de Don Quijote y tambi n
aprovecha para hacer ver al lector que Don Quijote
tiene todas las cualidades de un hidalgo, las más
destacadas, las armas unidas con las letras (típicos
de los escritores renacentistas, como el mismo
Cervantes). Con esta nueva conexi n con Dulcinea
podremos ver lo equivocado que esté Don Quijote y
la personalidad aproximada de la verdadera
Dulcinea, descrita por Sancho.

Q. Describa la relación de Don Quijote y Dulcinea.

En realidad no existe ninguna relación, todo esté en


la mente de Don Quijote. Alonso Quijano, antes de
convertirse en el más famoso hidalgo de todos los
tiempos, tendr en su mente a una de sus vecinas,
Aldonza Lorenzo, a la que guardar gran simpat a, y
es la que acabar siendo renombrada como Dulcinea
del Toboso por Don Quijote; pero con la que no
guarda ninguna relaci n en la vida real.

La prodigiosa imaginaci n de Don Quijote sufrir por


el amor de su Dulcinea, pasi n que se ver
acrecentada con las mentiras de Sancho respecto de
la carta que la mandara nuestro hidalgo. Con esto
surgir en la mente del caballero un amor t
picamente cortesano, basado en la espiritualidad
humanista.

CONCLUSIONES:

He creido conveniente escojer este tema porque


sabía que encontraría mucha información sobre este
autor y sobre su obra y me resultaría más fácil hacer
este tranajo.

BIBLIOGRAFÍA:

http://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_de_Cervantes

http://www.biografiasyvidas.com/monografia/cervant
es/

http://www.cervantesvirtual.com/bib_autor/Cervantes
/

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