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EI primer milenio de la cristiandad occidental «La construccién de Europa» Director: Jacques Le Goff La coleccién «La construccién de Europa se publica simulténeamente en cinco editoriales curopeas: C. H. Beck, Munich Basil Blackwell, Oxford Critica, Barcelona Laterza, Roma-Bari Editions du Seuil, Paris El primer milenio de la cristiandad occidental Peter Brown Critica Grijalbo Mondadori Barcelona Quedan sigurosamente prohibias, sin la autorizacién eserita de los titulares dal copyright, ‘jo ls sancionescstablecdas en las lees, la reproducida total o parcial de esta obra ‘por cualquier medio © procedimiento, comprendidos Ia reprograisy el tratamiento informatico, Ia dstribucin de eemplares de ella mediante slquiler 0 préstamo pubiios. ‘Titulo orginal: “THE RISE OF WESTERN CHRISTENDOM Triumph and Diversity, AD 200-1000 Disefo dela cubiera a partir de una creacon de UWE GOBEL ‘TeaducciOo det inglés de TEOFILO DE LOZOYA © 1996, 1997: Peer Brown © 1997; CRITICA (Gejalbo Mondadori, SA), Arae6, 35, O8013 Barostona © CH. Beck, Wilhelmstrasse 9, Munich © Basil Blackwell, 108 Cowley Road, Oxford © Lateraa, wa di 17, Roma, y via Sparano, 162, Bai ° ‘Br rue Jacob, Paris Depesito legal: B. 28.6381997 Trmpreso en Espana 1997, - HUROPE, SLL, Recaed, 2, 08005 Barcelona a Prefacio E 'UROPA SE RSTA CONSTRUYENDO, Esia gran esperanza sélo se realizard si se tiene en cuenta el pasado: una Europa sin historia seria huérfana 1 desdichada. Porque el hoy procede del ayer, y el mafiana surge del hoy. La ‘memoria del pasado no debe paralizar el presente, sino ayudarle a que sea dis tinto en la fidelidad, y nuevo en el progreso. Europa, entre el Atléntico, Asia y Africa, existe desde hace mucho tiempo, dibujada por la geografia, modela- ‘da por la historia, desde que los griegos le pusieron ese nombre que ha perdi- rado hasta hoy. El futuro debe basarse en esa herencia que, desde ta Antigiie- «dad, incluso desde ia prehistoria, ha convertido a Europa en un mundo de riqueza ‘excepcional, de extraordinaria creatividad en su unidad y su diversidad. Lacoleccidn «La construccidn de Europay, surgida de la iniciativa de cinco ‘editores de lenguas y nacionalidades diferentes: Beck de Munich, Basit Black- well de Oxford, Critica de Barcelona, Laterza de Roma y Bari y Le Seuil de Paris, pretende mostrar la evolucién de Europa con sus indudables ventajas, sin disimular por ello las dificultades heredadas. El camino hacia la unidad de! continente ha estado jalonado de disputas, conflictos, divisiones y contradic- ciones internas. Esta coleecién no las piensa ocultar. Pura acometer la empresa europea hay que conocer todo el pasado, con una perspectiva de futuro. De ahi el titulo «activo» de la coleccién. No hemos ereido oportuno escribir una historia sintética de Europa. Los ensayas que proponemos son obra de los me- Jores historiadores actuales, sean 0 no europeos, sean 0 no reconocidos. Ellos ‘abordardn los temas esenciales de Ia historia europea en los dmbitos econdmi- ca, politica, social, religioso y cultural, baséndose tanto en la larga tradicion historiogrdfica que arranca de Herddoto, como en los nuevas planteamientas elaborados en Europa, que han renovado profundamente ta ciencia historica del sigio xx, sobre todo en los tltimas decenios. Son ensayas muy accesibles, inspirados en un deseo de claridad. ¥ nuestra ambicién es aportar elementos de respuesta a la gran pregunta de quienes consiruyen y construirén Europa, ¥ a todos los que se interesan por ello en ef mundo: «¢Quiénes son los europeos? ¢De dénde vienen? zAdonde van?» Jacques Le Gorr Prologo A PRESENTE omRA pretende contar a su modo una historia por lo demas bastante conocida ya en sus rasgos generales. Se trata del papel desempe- nado por el cristianismo durante los itimos siglos dei Imperio romano, de su adaptacidn, en la Europa occidental, a la época postimperial, y de la forma- cidn de una cristiandad especificamente occidental alcanzada paulatinamente pracias a la progresiva unién de las tierras que otrora constituyeran el nucleo del Imperio romano de Occidente, con los territorios no romanos de la Europa noroccidental, Alemania y la peninsula escandinava. Su argumento primordial cs la cristianizaci6n de la Europa occidental, desde la aparicién de la Iglesia cristiana dentro del Imperio romano y la conversién de Constantino, allé por el afio 312, hasta la introduccisn det cristianismo en Islandia, en el afio 1000. El hecho de tener que tratar un tema tan amplio en un espacio tan reducido nos ha obligado a renunciar deliberadamente a fijarnos en muchos detalles, ‘Nuestra itnica esperanza es que el lector se dé cuenta de cules son los grandes objetos de interés del presente trabajo y que, desde esa perspectiva, sepa perdo- nar las numerosas omisiones que nos hemos visto obligados a realizar para sa- tisfacer esos intereses primordiales. Permitasenos al menos aclarar algunas. Aun- ‘que en la presente obra el cristianismo constituye el argumento primordial, no setrata de un libro sobre la Iglesia cristiana. Es mas bien un intento de estudiar el cristianismo durante las postrimerias de la Edad Antigua y los inicios de la Edad Media, su choque con una serie de situaciones y ambientes en proceso de cambio, ¥ el modo en que se adapts a ellos. De ahi Ia enorme extension del drea geogrdfica que abarca el libro. En varios capitulos hemos intentado egar mas alla de los limites de Europa, y tocar incluso el cristianismo bizanti- no y asidtico, aunque sélo sea para ilustrar, por medio del contraste y la com- paracion, la suerte tan distinta que corrieron las diversas formas de cristianis- mo que aparecieron en Occidente. or lo que se refiere a Europa propiamente dicha, el hilo del relato se centra en buena parte en la implantacién del cristianismo en la zona atldntica del con- tinente. Teniendo en cuenta el argumento de la obra, espero que semejante de- cisién se considere suficientemente justificada. Todo el mundo esta de acuerdo ‘en teconocer que el desplazamiento del poder y la cultura desde el Mediterré- neo hasta la Europa noroccidental —proceso que culminé con el nuevo impe- rio creado por Carlomagno—, constituye un hecho crucial que marca el fin del 10 El primer milenio de la cristiandad occidental ‘mundo antiguo y la aparicién de una forma de cristianismo ya totalmente me- Gieval, Por lo tanto, me he centrado preferentemente en Irlanda, Gran Bretafia, la Galia septentrional, Alemania e incluso ta peninsula escandinava, por cuan- to constituian la frontera de esa nueva Europa. El proceso en virtud del cual elcristianismo, nacido en torno al Mediterréneo, fue amolddndose a las condi- ciones locales se produjo precisamente en esas regiones, a una distancia consi- derable de las certezas heredadas del pasado romano, y en unos términos im- ;uestos en gran medida por las poblaciones locales. Justamente por ese motivo dichas regiones son las que més cosas pueden decirnos sobre las incertidum- bres, las ambigiedades y los compromisos que se ocultan tras el desarrollo apa- rentemente inexorable que condujo a la Europa occidental a denominarse a si ‘misma «cristiandad», a historia de los primeros tiempos de la Edad Media de la Europa occi- dental ha atraido durante las tltimas décadas la atencién de especialistas de extraordinaria calidad. Los arqueélogos ¢ historiadores de toda Europa han con- seguido ni mds ni menos que el periodo que va desde la extincién del Imperio romano a la aparicién de la Europa medieval propiamente dicha no pueda se- uir llamaindose «edad oscura», entendida como un interregno confuso y frag- ‘mentario entre dos periodos caracterizados por los grandes logros aleanzados en ellos. Si conseguimos que nuestra obra atraiga la atencién del tector medio cuando menos sobre los rasgos generales de la nueva concepcién de historia de Europa que supone esta reciente revolucién producida entre sus espe tas, habremos alcanzado una buena parte de nuestros objetivos. os libros citados en la bibliografia de los distintos capitulos han sido se- leccionados con el fin de hacer justicia a los tremendos cambios producidos en los estudios dedicados a esta época, proporcionando de paso una guia ac- tualizada que permita profundizar en una enorme variedad de temas. Yo mis- ‘mo me siento en deuda con ellos y espero que tengan el mismo efecto sobre el lector. Pero, ademas, hacen que me acuerde de los amigos y mentores sin cuya inspiracién y simpatia, demostrada a lo largo de tantos afios, no me ha- bria atrevido a aventurarme ms allé de los limites del Mediterrdneo y del Oriente Proximo tardorromano, ambitos a los que durante tanto tiempo dedique prefe- rentemente mi atenci6n, y a adentrarme un poco en un campo tan excitante como nuevo, hacia el cual se ve fatalmente atraido el investigador curioso que desea estudiar la cristianizacion de Europa. EI lector debe saber asimismo que buena parte del atractivo de esta época radica en el modo en que cambié el cardcter de las propias fuentes escritas a medida que el cristianismo fue implanténdose en las diversas regiones. Para ‘empezat, tenemos tas obras sclativamente conocidas de los Padres de la Telesia, escritas tanto en latin como en griego. Al igual que de otros textos «clésicos del mundo grecorromano, disponemos ya de ediciones estandar de todas cllas, asi como de numerosas traducciones a casi todas las lenguas de la Europa mo- derma, Pero a estas obras se sumaron répidamente en la zona oriental del mun- do cristiano otros textos en copto, sitiaco y armenio, y finalmente en georgia- 1no, sogdiano e incluso chino y antiguo turco, como podemos apreciar en las Prélogo I grandes inscripiones de Hsian-fu y Karabalghasun. La aparicién del islam dio paso asimismo a los textos en arabe y persa clisico. Por lo que a Occidente se refiere, a las obras en latin se sumaron a partir del aito 600 los textos escritos en antiguo irlandés, anglosajén, antiguo altoalemén y antiguo noruego. A partir

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