Professional Documents
Culture Documents
1) El libertinaje
La gracia, cuando es predicada verdaderamente, se expone a ser mal
interpretada. As lo entendi Pablo cuando hace una retrica pregunta a
los Romanos: Qu, pues, diremos? Perseveraremos en el pecado para
que la gracia abunde? (Ro. 6:1 ).
Muchos movimientos del cristianismo nominal se mueven en esta
direccin terrible. Malinterpretan la gracia de Dios y continan viviendo
en sus pecados. Algunos sectores de la Iglesia temen correr este riego,
pero este es un riesgo que ni Cristo, ni Pablo, evadieron. Para Pablo, un
judo fariseo, la gracia fue su fuente continua donde bebi para
presentar su teologa.
2) El legalismo
Otro enemigo de la gracia es el legalismo, en cuyas garras pueden caer
incluso los ministerios ms ortodoxos. A decir verdad, debido a su
saludable odio por el libertinaje y su natural inclinacin a huir de este,
muchos se convierten en presa del miedo. No quieren correr el riesgo de
ser malentendidos y la gracia, tal como la Biblia la expresa, se va
paulatinamente ausentando de su religin. Es por lo maravilloso,
celestial y a la vez simple de la gracia, que se sienten confundidos, lo
que produce que aadan al evangelio obras que obviamente son
opuestas a la gracia.
Pablo en su carta a los Romanos separa a los humanos en dos: primero
estn los hijos de la gracia de Cristo, quienes saben cuan inmerecedores
fueron, son y seguirn siendo del amor salvfico eterno Dios. Por otro
lado se encuentran los paganos, quienes descansan en sus obras para
alcanzar la salvacin. El paganismo est presente, si bien de manera
sutil, hoy en este tipo de ministerio.
El evangelio diferente (G. 1:6) es uno que ofrece Cristo ms obras
para salvacin. En cierta ocasin escuch algo chistoso de una nia de
tres aos. Ell deca que solo iniciara su estudio preescolar cuando
supiera sumar, restar y leer. Esto es una buena ilustracin del legalismo,
que dice hay que ser buenos para poder ser salvos, o que hay que
ser perfectos para ser santificados. Como dije lneas atrs, la gracia es
liberadora, y es por esto que Pablo insta a los Glatas, y a quienes hoy
proclamamos el evangelio, estad, pues, firmes en la libertad con que
Cristo nos hizo libres, y no estis otra vez sujetos al yugo de esclavitud,
Glatas 5:1.